La llegada de Melissa
Poncho
En lo que Alex recibía a Melissa, nosotros fuimos a comprarle un regalo de bienvenida a su novia. Decidimos comprarle unos dulces de chamoy y una muñeca vestida como china poblana.
Después de las compras regresamos a llegadas internacionales donde ya estaban Alex, su novia y otra chica que venía con ella.
- Ay chicos, que bueno que llegaron, les presento a la mujer de mi vida: Melissa. Y ella es Danielle su amiga.- dijo Alex ilusionado.
- Así que tú eres la famosa Melissa, mucho gusto en conocerte.- dije.
- Igualmente, Alex me contaba siempre de su gran grupo de amigos.- comentó Melissa.
- Un gusto conocerlos a todos, gracias por acogernos aquí en México.- agregó Danielle.
Noté que Andrés no dejaba de mirar a la amiga de Melissa, parecía que se había enamorado de ella a primera vista.
Después del aeropuerto y de entregarle su regalo de bienvenida, fuimos a dejar a Melissa y Danielle al departamento de la arquitecta y las invitamos a ambas a cenar en mi casa.
- Las vemos hoy en la noche para cenar.- dijo Alex.
- Si mi amor.- le dijo Melissa para darle un beso.
- Nos vemos en un rato chicos.- nos dijo Danielle.
- Nos vemos.- dijimos todos.
Luego nos fuimos a casa de Alex para alistarnos para la cena y quedarnos a dormir.
- Que afortunado eres Alex, tienes una novia preciosa.- le dijo Danny.
- Si, soy muy afortunado.- le contestó Alex.
En eso aparecieron su nana Martina y su hermana de Alex, Paty.
-¡Ay mi niño, me tenías preocupada! Dime, ¿Cómo te fue en el aeropuerto con tu novia?.- quiso saber Martina.
- Nana, Meli es la mujer más dulce y hermosa del mundo.- respondió ilusionado.
- Yo le había dicho a mi mamá y a mi nana que todo iba a salir muy bien, porque cuando es amor de verdad, puede con todo.- comentó Paty.
- Yo hasta que no conozca a fondo a esa muchacha y sus intenciones, no me quedo tranquila Alex.- advirtió la señora Amalia.
- Pues si ya te conté que me fue muy bien en el aeropuerto, no saben la gran ayuda que me brindaron mis amigos. Si no hubiera sido por ellos, no tendría el suficiente valor para ver a Meli.- dijo Alex a su mamá.
- No digas esas cosas Alex, tú eres muy valiente.- le comentó Héctor.
- Sin duda ustedes se han convertido en un gran apoyo para Alex, que él los considera los hermanos que nunca tuvo.- agregó la señora Amalia.
Comimos y después nos pusimos a jugar videojuegos en la consola de Alex. Cuando se acercó la hora de la cena, nos metimos (por separado) a bañarnos y arreglarnos.
- Andrés, no me digas que te estás arreglando para Danielle? Por eso andas arreglandote una y otra vez.- dijo Rodrigo en tono pícaro.
- Pues es muy guapa.- mencionó Andrés sonrojado.
- Te conozco.- le dije pícaramente.
- Bueno, pues conozco poco sobre ella, por lo que nos comentó en el camino estudió pediatría en Nueva York y vivía con Meli en una de las mejores zonas de Brooklyn.- recordó Andrés.
Estábamos terminando de arreglarnos, cuando entró Viviana, otra integrante del servicio doméstico.
- Joven Alex, ya llegó la señorita Melissa.- anunció.
- ¿Sola?.- preguntó Andrés.
- No, con otra señorita. Con permiso.- dijo Viviana y se retiró.
- Ay, no sabes disimular Andrés, a mi se me hace que Danielle no solamente te gustó, te encantó.- le dijo Elías a Andrés pícaramente.
- No fue por eso, es que yo no quiero hacer mal tercio con Alex y su novia...
- ¡Ay si, como no!.- dijimos el resto de nosotros.
En lo que Alex terminaba de arreglarse, el resto de nosotros bajó a recibir a nuestras invitadas de hoy.
- Buenas noches chicas.- dije a Danielle y Melissa.
- Buenas noches chicos, que guapos se ven.- dijo Danielle sin quitarle la mirada a Andrés.
- ¿Y Alex aún no baja?.- preguntó Melissa.
- Ahorita baja, es que se estaba terminando de poner guapo para ti.- dijo Héctor a Melissa.
Héctor había terminado de hablar cuando en eso bajó de las escaleras Alex. Melissa lo recibió al pie de las escaleras y se dieron un beso tierno, para después Alex saludara a Danielle.
- ¿Les importa si los dejamos solos un momento?.-nos preguntó Melissa.
- No, no para nada, todos aquí entendemos a un par de enamorados.- dijo Danielle.
- Bueno, pues con su permiso.- dijo Alex.
- Y pues uno sabe cuándo está de más, vámonos a ver si ya está lista la cena.- agregó Elías haciéndonos una señal para que dejáramos solos a Danielle y Andrés.
Mientras esperábamos a que estuviera lista la cena, Danny, Héctor, Elías y yo nos fuimos a platicar al jardín.
- Oigan chicos, ¿Se acuerdan que les dije que este año iba a ser diferente con Andrea?.- les pregunté, mientras empezaba a sentir como mis mejillas se ponían coloradas.
Ellos asintieron con entusiasmo, esperando a que continuara hablando.
- Pues... Creo que las cosas se están poniendo muy interesantes.- sonreí nerviosamente.- Ayer la invité a comer a mi casa, le presenté a mi familia y después... Pasó algo.
Los ojos de mis amigos se iluminaron con curiosidad.
-¡Cuéntanos todo Poncho!.- exigió Danny golpeándome juguetonamente en el brazo.
- Pues cuando se fue a su casa, se despidió de mi dándome un beso en el cachete.- agregué.
Mis amigos estallaron en aplausos y me dieron unas palmadas en la espalda.
- ¡Eres todo un conquistador Poncho!.- exclamó Héctor.
- Ya verás que por fin te declaras este año.- añadió Danny.
Me sentía eufórico, las cosas con Andrea estaban avanzando más rápido de lo que había imaginado. Tal vez, después de todo, este sería el año en que finalmente le dijera lo que siento por ella.
- Chicos, ya está lista la cena.- anunció la nana Martina.
- Vamos, de seguro Danielle, Andrés, Melissa y Alex ya nos están esperando.- comentó Elías.
Fuimos al comedor y nos sentamos a cenar, en eso tomó la palabra la mamá de Alex.
- ¿Por qué no les avisaste a tus padrinos y a tus abuelos sobre la cena de esta noche?.- preguntó la señora Amalia a Melissa.
- Mamá, acuérdate que apenas le dije a Meli sobre la cena de hoy.- dijo Alex.
- Si, fue algo inesperado.- agregó Paty.
- Pero ya habrá tiempo de reunirnos señora Amalia, porque quiero que ellos conozcan a Alex, a Paty y a usted. Ni siquiera les avisé que llegaba hoy, antes que nada, quería ver a su hijo y hablar con usted sobre mis buenas intenciones.- aclaró Melissa.
- Eso espero muchacha.- advirtió la señora Amalia.
Se produjo un silencio algo incómodo.
- Bueno, pues brindemos por los novios. ¡Salud!.- propuso Andrés.
- Pues la verdad, estoy muy feliz de que por fin estén juntos.- comentó Rodrigo.
Estuvimos platicando un ratito hasta que Melissa y Danielle se fueron a su departamento, no sin antes invitarlas a jugar golf en el Country Club el día de mañana. Una vez que se fueron, nosotros nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente nos despertamos temprano para irnos a jugar golf, la señora Amalia nos dejó desayunar en pijama y después nos fuimos a vestir.
- ¡Ay, ayer no pude dormir de la emoción!.- exclamó Alex.
- Pues yo caí como angelito, sin duda te sacaste la lotería con Meli.- comentó Elías.
- Aunque la verdad, Meli está haciendo un gran esfuerzo por caerle bien a tu mamá.- agregó Rodrigo.
- Eso sí, aunque no quiero que llegue un momento en que Meli se sienta asfixiada debido a tanta evaluación de parte de mi mamá. Oigan, ¿Y ustedes cuando piensan en tener novia? Porque no puedo creer que con tantas chicas detrás de nosotros, excepto Poncho y yo, ustedes nunca se hayan enamorado.- comentó Alex.
- Bueno, es que en realidad el amor aunque sea lo más maravilloso del mundo, no hemos encontrado a alguien especial.- respondió Rodrigo.
Al llegar al club, Danny ya estaba agarrando un carrito de golf.
- Bien-¡Vamos Poncho, hoy vamos a hacer un hoyo en uno!.- exclamó con su habitual optimismo.
Mientras nos dirigíamos a los vestuarios, algo me llamó la atención, al otro del campo, vi a Andrea con su familia. Su cabello rubio ondeaba con suavidad con la brisa y llevaba un vestido blanco que resaltaba sus hermosos ojos.
- Chicos, creo que vi a Andrea.- les dije, señalando hacia donde estaba ella.
Todos voltearon a mirar.
-¡No me digas!.- exclamó Alex.- Pues ve y saludala.
Asentí con la cabeza y me acerque a ella.
- Andrea.- la saludé con una sonrisa.
- Poncho.- respondió ella, devolviéndome la sonrisa.- Que sorpresa verte por aquí.
- Lo mismo digo, ¿Como estas?.
- Muy bien, gracias, ¿Y tu?
- Bien gracias, estoy aquí con los chicos jugando golf con la novia de Alex y su mejor amiga.
Nos dirigimos hacia el primer hoyo, Andrea y yo nos emparejamos, mientras caminábamos por el fairway, charlamos sobre nuestras vidas. Me contó que habia terminado con Marcelo, que habia empezado a tomar clases de piano y que estaba emocionada con sus progresos. Al mismo tiempo, le hable de mis planes para el futuro y de mi pasión por el fútbol.
Al llegar al green, Andrea tomó un palo de golf y se preparó para hacer su primer golpe. Ella estaba nerviosa, pero con mi ayuda logró embocar la bola. Celebramos su triunfo con un aplauso y una sonrisa.
En ese momento senti una conexion especial con Andrea, era como si hubiéramos sido amigos desde siempre y aunque sabía que era demasiado pronto para pensar en algo mas, no podía evitar sentir una tímida esperanza en mi corazón.
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