Capítulo 9.

Nos pusimos en marcha a la sala común. En el camino nos topamos con Elizabeth, la cual al vernos nos detuvo inmediatamente. Por más que tratamos de alejarnos, claro disimuladamente. No lo logramos, así que con resignación nos pusimos en plan de escucharla.

— ¿Qué les pasa a ustedes dos? En todo el día no hemos hablado nada, será que...

— ¿Sera que, qué? —Pregunté. Mí mirada seguro la perforaba.

— Que ustedes dos se quieren —Completó.

— ¿Querernos? —Dijimos Matty y yo al unisonó.

—Sí, no hay otra explicación. Todo el día han andado los dos juntos, excluyéndome. Sí, es la única explicación posible —Dedujo erróneamente mi amiga. Por mi parte, torcí los ojos.

—No. Estas completamente equivocada —Le dijo Matthew.

— ¿Entonces? —Preguntó confundida. Matthew me volteo a ver.

— Nos vemos más tarde —Me dijo, y se marchó sin más.

— ¿Qué fue eso? —Preguntó Elizabeth.

— Mira...—Comencé— Anoche en tu estúpida fiesta, tuve grandes problemas, y todo ¿Por qué? Por hacerte caso, y estas ahí como si nada, eso no es de amigas —Dije, aun molesta. Mi coraje se debería de notar a miles de kilómetros. Elizabeth palideció.

— ¿Problemas? No, no lo sabía...

— ¡Claro que no! ¿Cómo ibas a saberlo? Si te la pasas con tu noviecito, sin importarte los demás —Casi le grite. Me contuve a tiempo, antes de que alguna frase hiriente más saliera. Ella bajó la mirada, parecía darme la razón.

—Lo siento mucho Charly —Se disculpó mirándome directo a los ojos— De verdad. Por mi cabeza nunca había pasado eso que me acabas de decir. Tienes razón, soy una egoísta —Concedió— Pero, ¿Qué fue lo que pasó?

—No importa ya —Contesté seca.

—Sí, claro que importa. Como para que te encuentres así, debió de haber sido algo grave —Dijo con preocupación.

—Me regañó Snape. Lupin me salvo de una segura expulsión —Le respondí. No quería más preguntas.

— ¡Ahora sí que lo siento más que hace un rato! —Exclamó mi amiga con angustia.

—Ya ves.

—Entonces... ¿Me perdonas? Te prometo no volver a ser egoísta, y menos contigo —Me dijo. Yo no sabía que decir.

—Mmmm. Quizás, más tarde te digo —Le respondí. Después me fui a mi sala común. Elizabeth, siguió su camino, para mi alivio. Al entrar a la sala, vi a Matthew. Sentado ante una mesa.

— Hola —Saludé y me senté junto a él.

— Hola Charly, ¿Cómo te fue con la rubia? —Preguntó sin despegar los ojos de su trabajo.

— Pues...—Titubee— Me pidió perdón.

— ¿Y se lo concediste?

—No. Le dije que más tarde le decía.

— ¿Se lo vas a conceder?

—No... No lo sé —Respondí. En realidad no lo sabía.

—Bueno. Mira —Me dijo mostrándome lo que escribía. Hasta entonces repare que aquello no era tarea.

— ¿Qué es esto? —Pregunté mientras miraba.

—Son las fases de nuestro operativo —Contestó mi amigo sonriente. Parecía que le daba diversión aquello.

— ¿Operativo? ¿O sea que hablabas en serio hace un rato?

— ¡Claro! Creíste que era una broma...

— ¡Si! ¡Matthew! ¿Cuándo voy a conquistar a alguien que casi me dobla la edad, y que además es mi profesor? —Le espeté. En realidad, no me gustaba hacerme ilusiones, con algo que sabía era imposible.

— ¿Por qué no? Se han dado casos, casos raros. Solo es cuestión de estudiarlo, y que platiques con él ¡Y ya! —Me dijo mi amigo muy seguro y confiado.

—Te diré tus fallas. En primera, soy una niña para él, lo acusarían de pedófilo. En segundo, él es mi profesor, y yo su alumna, nos expulsarían a ambos. Y en tercera — Añadí con un nudo en la garganta—. Lo más posible es que este casado.

—Pues, he pensado en todo. En primera, eres muy bonita y estás muy grande pareces de séptimo y no una niña. En segunda, si logramos el objetivo, su amor será a escondidas. Y en tercera, no creo que este casado.

— ¿Cómo lo sabes? Eh, ¡Adivino! —Le espeté, en son de broma.

—Se le ve cara de soltero. Si estuviera casado tendría algún hijo, y estudiaría aquí ¿No crees? — Argumentó. Su comentario me hizo dudar.

—No sé. Pero si está casado, no intentemos nada. Odio inmiscuirme en relaciones ajenas. Sería una destruye hogares —Comenté en tono dramático. Mi amigo se echó a reír.

—Tranquila. Ya verás que no está casado.

— ¿Cómo piensas investigar? —Le pregunté. Definitivamente no me agradaba mucho la idea de la investigación.

—Pues, preguntándole —Contestó en tono relajado. Yo me exalte.

— ¡¿Qué?! ¿Estás loco?

— ¿Por qué? —Matty empleó un tono ofendido.

—Ir a preguntarle eso, sería como ir a preguntarle "¿Oiga quiere ser el novio de una loca?"

—Nunca le preguntaría eso —Contestó mi amigo con una mueca de desapruebo.

—El caso es que...

—El caso es que, le preguntaré así como si nada. Además no sabrá que me mandaste tú — Respondió tranquilizándome.

—Pero... si yo no te mande —Dije volteándolo a ver—. Vas a ir por tu cuenta.

—Si, como digas. Eso será mañana. Y una vez despejemos la duda, si no está casado, el siguiente paso será... Investigarlo aún más —Dijo mi amigo revisando su trabajo—. Ya sabes. Gustos, vida, familia...

—Ok. Me sigues contando mañana, iré a descansar —Atajé dulcemente. Mientras me ponía de pie.

—Está bien. Buenas noches Charly. Sueña con tu príncipe azul —Se despidió.

— Ja, ja muy gracioso. Buenas noches —Dije torciendo los ojos. Salí corriendo al dormitorio. Me urgía descansar, después de todo me había desvelado la noche anterior.

Me encontraba recostada. Estaba a punto de cerrar los ojos, cuando la voz de Elizabeth me sobresalto.

— ¿Entonces? —Preguntó ella, sentada al pie de mi cama.

— ¿Tú qué crees? —Respondí con una sonrisa.

— ¿Que sí? —Contestó.

— ¡Ya que! —Exclamé. Ella sonrió emocionada y me abrazo.

—Pero, pero... Es la última vez ¿De acuerdo? —Tenía que mostrarme un poco fría. Si no volvería a hacer de las suyas.

— i claro, claro. Recuerda; lo prometí.

— En ese caso, confiare en ti. Buenas noches tengo mucho sueño —Dije a Elizabeth.

—Sí, buenas noches. Descansa —Dijo yendo a su cama.

Al día siguiente, me levante y vestí. Me sentía un poco relajada, después de arreglar las cosas con todos. Al llegar al gran comedor, vi a mi amigo y a Elizabeth, supongo que ella ya le había contado a él todo. Me acerque con una pequeña sonrisa.

—Buenos días —Saludé. Al sentarme los dos me vieron sonrientes.

—Buenos días —Contestó Beth.

— ¿Qué hay Charly? —Dijo Matty.

— ¿Cómo están? —Pregunté, mientras mis ojos miraban el desayuno. Sí, me encontraba hambrienta.

—Todos tenemos los ánimos levantados. En dos semanas es el juego contra Gryffindor. Tenemos la esperanza de ganar —Dijo Matty. Beth y yo lo vimos sorprendidas.

— ¿Qué? —Exclamó mi amigo al ver nuestras caras.

— ¿De cuándo acá tanto interés por el Quidditch? —Preguntó Elizabeth.

— Oh bueno, no lo sé. Soy hombre creo que me deben de gustar esas cosas ¿No?

—Si, no le reclames Beth, total. No hace daño a nadie —Le dije antes de iniciar una discusión ahí mismo.

El desayuno transcurrió normal. Matthew leía y leía, mientras que Beth nos contaba ciertas anécdotas interesantes, hasta que dio la hora de irse a clases, teníamos como primer término D.C.A.O. Ahí íbamos.

Matthew y yo caminábamos al salón, solos. Pues mi amiga se había quedado platicando con su queridísimo novio. Entramos al aula, y nos sentamos en el primer lugar que encontramos. Los minutos transcurrieron demasiado rápido, y el profesor ya había ingresado al salón, antes que mi amiga.

—Buenos días, clase —Saludó— Bien, hoy comenzaremos con la temática simple de la legeremancia. No se sientan mal si al principio no lo logran. Es un tema bastante difícil, pero muy útil. Por hoy nos conformaremos con la teoría, y en algunas clases más, comenzaremos con la práctica —Explicó. Al momento los alumnos abrimos los libros, según el índice en la página 397. Mis manos sudaban y tenía nervios. Además que con solo verlo la concentración se iba de mí. Matthew me despertó.

—Se te cae la baba Charly —Me dijo riendo.

—Si, muy gracioso —Respondí.

— ¿Hay algún problema señor Bones? —Preguntó el profesor Lupin a mi amigo. Matthew sólo negó y callo de inmediato, después se dedicó a su trabajo.

En toda la hora Beth no se presentó, seguro su noviecito la había entretenido de mas, me estaba hartando de la situación con él, hablaría seriamente con ella más tarde. Al finalizar la hora los alumnos salieron en tropel a clase de transformaciones, yo seguí a los alumnos, pero mi amigo se quedó un minuto más. No quería escuchar u observar así que me aleje deprisa.

P.O.V Narrador.

Matthew Bones, se acercó al escritorio del profesor Lupin. El profesor se encontraba entretenido leyendo, pero aun así notó la presencia del muchacho.

— Profesor —Habló Matthew, para captar su atención. El profesor dejo su libro y lo miró con una sonrisa servicial.

— ¿En qué puedo ayudarte? —Preguntó. Matthew carraspeó un poco.

—Profesor, necesito ciertos datos y creo que usted me los proporcionaría —Dijo, nervioso.

— ¿Datos? ¿Para qué? —Preguntó extrañado el profesor.

—Es que... Los alumnos estamos realizando —Tragó saliva—. Una encuesta para saber quién es el mejor profesor... y necesitamos algunos datos para inscribirlos —Dijo aún más nervioso.

— ¿Mejor profesor? Creo que yo no entro en la categoría, solo soy un profesor. No sé si sea bueno o malo —Respondió Lupin sonriente.

—Para mí y los demás es el mejor —Contestó Matthew. Lupin se sintió profundamente conmovido, pero no lo demostró.

—Está bien. ¿Qué datos necesitas? —Accedió. Matt tuvo que contener una sonrisa de triunfo.

—Bueno su nombre completo ya lo sabemos —Dijo, mientras fingía recordar—. Es usted de Londres ¿no? —Preguntó, el profesor asintió— ¿Casado o soltero? —Lanzó la ansiada pregunta. Lupin se sobresaltó con ésta última, tanto, que carraspeó.

— ¿Casado o Soltero? ¿Qué clase de encuesta es esa? —Preguntó.

—No se moleste, profesor. Solo dígame —Dijo Matthew. Lupin se levantó de su silla y se acercó a Matt, y comenzó a escudriñarle el rostro.

—No me mientas. ¿Quién te mando a preguntarme eso? —Interrogó Lupin. Matthew tragó saliva y se mantuvo quieto...


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top