Capítulo 8.


— ¿Qué es lo que dices? —Pregunto mi amigo un tanto desconcertado al escucharme. Yo había hablado sin pensar, entonces lo mire, mientras atravesábamos los pasillos un poco rápido

— ¿Yo? ¿De qué? —Dije, esperando mi amigo se confundiera, o por lo menos, olvidara el tema.

—Te escuche perfectamente. Te has enamorado. — Dijo mientras se adelantaba y se paraba en frente de mí, siendo un obstáculo en mi camino. Me detuve—. ¿De quién Charly?

— Pues, en realidad, no sé si sea amor, en realidad —Respondí, esperando se quedara conforme con la respuesta. Mi amigo frunció el entrecejo.

— ¿Cómo que no sabes? Debiste de haber estado bastante segura, como para decirlo, dime Charly, ¿De quién? Tú sabes que soy tu amigo, y no diría nada a nadie —Me dijo para darme confianza, de seguro, conocía bien a Matt.

— No te puedo decir de quien. Mejor vamos, que ya hemos perdido suficiente clase. —Contesté atajante, mientras le sacaba la vuelta e iba a la clase de Hagrid. Aunque fuese una buena persona, no le quitaría que ahora tenía el cargo de un profesor, y por lo tanto debía de ser estricto con todos. Matt, se quedó plantado en su lugar viendo como me alejaba.

Por suerte, para mí. Hagrid estaba bastante triste, pues el idiota de Draco Malfoy una serpiente, fue lo suficientemente estúpido como para acercarse a una criatura sin permiso, ¿Cómo consecuencia? Posiblemente el despido de Hagrid, y una pequeña herida en el brazo de Draco, casi no me regaño, pero me dio mucha pena Hagrid, pero por lo menos, la clase lo amedrentaba un poco. Me di cuenta, de que Matt no llego en toda la hora con Hagrid, pero él no lo noto, por suerte.

Al terminar su clase, tome mis cosas, pero me acerque a él.

— ¡Animo Hagrid! No sucederá nada, ya verás. — Dije, para por lo menos, sacarlo de su pesadumbre.

— ¡Oh Charly! Si tú supieras, el señor Malfoy está furioso. No creo que ni Buckbeak ni yo, podamos salir de esta, sin un castigo. —Respondió con pesadumbre Hagrid, yo lo mire con bastante ternura, ¡Era injusto!

—Ya, ya, ¡Vamos sonríe! No quieres ser un profesor triste ¿O sí? —Dije, para después abrazarlo, claro como estaba más mucho más alto que yo, mi abrazo le llego por la cintura. Después al despegarme, levante mi cara y vi su cara con una triste sonrisa.

—Claro que no, anda, vete al gran comedor, o no te tocara ni un bocado —Yo sonreí, y asentí, le dedique un gesto con la mano, y Salí de ahí rumbo al gran comedor.

Al llegar al salón, vi en la mesa de los tejones a mi amigo Matt, que comía y leía a la vez un libro, a pesar de todo, seguía siendo mi amigo, así que me senté en seguida de él y tome mi plato, tantas emociones me traían cansada. Prontamente llene mi plato con lo primero que encontraba, y como de costumbre, bebía primero un sorbo de jugo, agua o lo que sea que bebiese, una extraña costumbre adquirida. Sabía que debía de hablar con mi amigo, así que después del primer bocado, mire su libro.

— ¿Qué lees? —Pregunte, como si nada. El volteo la tapa de su libro y se leyó, ''Legeremancia y Clemencia, el arte del secreto''. Lo voltee a ver confundida.

—Lupin, quiere que comencemos a estudiar esto. Se me dificulta así que decidí comenzar a estudiar de una vez. —Respondió normal, con su cara habitual, no había rastro de enfado alguno. Sin embargo, me perdí al escuchar el apellido del profesor, me puse nerviosa por inercia, rápidamente me metí un bocado a la boca, para disimular.

— ¿Sabes? Somos amigos, aun no entiendo porque me ocultas cosas. —Soltó, en un tono de voz normal, mientras se llevaba comida a la boca, yo lo mire ceñuda.

— ¿Lo dices por lo que comente antes de la clase de Hagrid?

— Si, algo así. Sé que no soy Elizabeth, como para saberlo pero, me esperaba por lo menos me dijeras. —Dijo con una triste sonrisa, tenía razón era mi amigo, el único apoyo que tenía por el momento, así que suspire.

—Si no te lo digo, es porque es algo... algo... Raro.

— ¿Raro? Todos somos raros, anda dime. —Insistió, yo asentí, total tarde o temprano se enteraría.

— Escucha, sé que sonara estúpido e idiota. Es algo que creo, esta erróneo, es más insisto que es inútil decirte de quien se trata pues, es algo del momento es...

— ¿Es Zack? —Preguntó asombrado. Yo lo miré con cara de incrédula.

— ¿Qué? No, ¡No por dios Matt! Es alguien más, pero...

— ¿En qué casa está? —Interrumpió de nuevo mi amigo.

—No lo sé. Y déjame terminar, mira, él es... es Nuevo aquí...Pero es algo imposible. — Conteste.

— ¿Imposible? ¿En qué sentido Charles? —quiso saber mi amigo, que dejó de hacer todo lo que hacía por escucharme. Yo me aclaré la garganta y me pasé una mano por el cabello castaño.

—Pues, en muchos. La edad por ejemplo, y pues también, puede ser que no sea lo suficientemente bella como para atraerlo o, porque puedo resultar algo... algo aburrida para él — Le expliqué a mi amigo. El meneó la cabeza.

— ¿Estas escuchando lo que dices? ¡Por dios Charly! Primero, eres hermosa, todos quieren salir contigo. Y el que te rechace por ''belleza'' es porque simplemente esta imbécil. Además eres muy inteligente, e interesante ¿Aburrida? Si, y Severus Snape se lava el cabello —Ironizó— ¿La edad? A poco es ¿Ronald Weasley?

—Gracias, eres muy amable en decir todo eso —Agradecí mientras miraba al piso, para luego alzar la vista— Pero no, no es Weasley, y no es menor que yo, es mayor, mucho mayor que yo.— Aclare.

— ¿Mucho mayor? Lo más grandes alumnos que hay sí mucho es de 18 años —Respondió sin acabar de entender.

—El problema es que... él no... no es un alumno —aclaré, apenada. Mi amigo abrió los ojos como plato.

— ¡¿Qué?!

—Shhh no grites — Lo acalle; algunos alumnos nos voltearon a ver.

—Si no es un alumno es... es ¡Oh por dios! ¿Un profesor Charly? —miró atentamente mi cara, esperando una respuesta.

—Si, me temo que si —confirmé.

— ¿Quién es? — Pregunto de forma mordaz. Yo miré hacia el suelo, luego a mi amigo y al último dirigí mi vista al lugar del profesor Lupin. Ahora vacío. Mi amigo lo notó y siguió mi mirada.

— ¡¿QUÉ?! ¡¿SEVERUS SNAPE?! ¡POR LOS SANTOS Y BOMBACHOS CALZONES DE...! —No consiguió terminar la frase, ya que le jalé con fuerza los cabellos para callarlo. Todos nos miraban y me daba pena.

—No imbécil. El profesor de defensa contra las artes oscuras. — Termine por confesarme. Mi amigo no era mi mejor amiga que entendía las señas de una chica. Pero su sorpresa no fue menor.

— ¿Lupin? Bueno, es mejor que Snape —Respondió, intentando calmar su exaltación. — ¿Qué le viste Charly?

— No lo sé, en realidad no sé si me gusta, en realidad no sé nada.

—Pensé que, ya sabias lo que era enamorarse.

— No. Siempre han estado primero mis estudios, antes que un lio amoroso y pues heme aquí, sin saber aún que es el amor.

—Pobre, pobre Charly, y bueno ¿Qué piensas hacer? —Dijo mientras tomaba un sorbo de jugo. Yo lo mire sin saber que decir.

— ¿De qué?

— ¿Cómo que de qué? ¿No piensas conquistarlo? —Preguntó. Yo me sonrojé.

— ¿Conquistarlo? —Repetí.

—Sí, conquistarlo. Todas las que conozco, cuando quieren a alguien se proponen conquistarlo.

—No lo sé, es un profesor y de antemano sé que, no tengo ninguna oportunidad con él.

—No seas tan negativa. Es más, si quieres inténtalo y yo te...te. Te ayudo. — Dijo mi amigo mientras guardaba su libro, se había puesto rojo. Yo lo mire incrédula y con la boca abierta.

— ¿En serio?— Pregunte casi gritando.

— Si claro, ¿Por qué no? Sería divertido ¿No crees? Desde ahora haremos un complot, y el plan se llamara... mmm... Operación ''Alcanzar la luna''. — Respondía divertido.

— ¿Alcanzar la luna?— Pregunte entre risas.

— Si, porque es imposible, a menos de que seas un buen hechicero. — Respondió mientras se ponía de pie, iba hora de volver a la sala común. — ¿Qué dices?

— No lo sé, además si se entera...

— Por dios, seremos discretos.

— Este bien. — Accedí, no muy segura. Entonces me puse de pie.

— En ese caso la operación ''Alcanzar la luna'' Entra en primera fase. — Dijo mi amigo divertido, mientras yo me reía.


Nota: ¡Hola lectoras! Sólo quería pedirles disculpas por la ortografía (Hoy me dio flojera editar, así que casi copié y pegué igual)




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