Capítulo 7.
En mi cama, yacía recostada. Había sido una mal educada en irme de esa manera, pero por el momento no me importaba. No me importaba nada, más que intentar que mis lágrimas no cayeran de mis ojos. Hacía mucho que no las sentía correr, pues gracias a la ausencia de mis padres, había aprendido a controlarlas y sonreír ante todo, siempre. Sin embargo esa noche había sido muy dura, ya que, romper las reglas mientras te besuqueas con un desconocido, a la vez que tu profesor favorito (se podría decir) te reprende, pero peor aún, se decepciona de ti, no era fácil de asimilar. Me sentía una basura, humillada, siempre me había esforzado por no parecerme al resto, y es que en realidad no era igual a los demás, él lo había notado, había notado que era diferente...
''Diferente'' Resonaba esa palabra en mi cabeza, pues pensándolo bien, él también lo era. Quizá por eso lo había notado, pero admito que nunca creí que se fijara en los alumnos. Pensé que era otro Snape, que solo daba la clase y si alguien hacia algo mal, lo aprovechaba para hacerlo sentir mal, pero él no. Él era... Diferente.
Suspiré. Agradecí que estuviera sola en los dormitorios, así nadie vería mi forma de llorar y todo gracias a mi estupidez y mi forma de dejarme llevar por las personas que quería. Definitivamente, esta le iba a costar muy caro a Lizzie. Volví a suspirar, me quedé pensando... ¿Cómo reaccionaría el profesor cuando me volviera a ver en clase? Era claro que ya no me vería igual, mejor dicho diferente, pero sin nada más que resignarme, decidí recostarme de lado, e intentar dormir, cosa en la cual no sufrí.
Al día siguiente, me desperté sin dolor de cabeza, por suerte, al parecer el brebaje del profesor había dado resultado. De pronto... ¡Todo volvió a mi memoria! Sabía que la vergüenza acudiría a mi rostro en cuanto lo viera, pero debía de asumir mi responsabilidad. Miré a mi alrededor, Lizzie, yacía dormida en su cama, aun vestida. Yo torcí los ojos, y sonreí leve, no sé por qué, pero nunca me podía enojar del todo con ella. Me levanté, después me duché, para finalmente ponerme mi uniforme, digno de un Hufflepuff y bajé al gran comedor.
Al bajar, caminé por la mesa de los tejones hasta el final para encontrarme con Matt. Cuando avance por ahí, note la mirada de Zack sobre mí. Debía suponer que a pesar del alcohol, aun recordaba lo de anoche, hice un esfuerzo por no mirarlo y me dirigí a toda prisa con Matty el cual leía como siempre su periódico a la vez que bebía lentamente su jugo.
— Hola Matt —Saludé.
—Hola Charly, ¿Qué tal la fiesta? —Preguntó mientras cambiaba de hoja al periódico, yo baje mi vista, apenada.
—Pues... ah...eh... bien —Contesté. Él dejó su periódico y me observó.
— ¿Que sucedió? Sabes que soy tu mejor amigo y puedes confiarme todo —Dijo sonriendo. Su sonrisa me daba ánimos a contarle todo. Pero antes eché una ojeada rápida a la mesa de los profesores, donde estaba él, no se veía con su habitual sonrisa, pero charlaba animadamente.
—Pues...Me embriagué un poco, y Snape me encontró besándome con Zack, y para hacerlo mejor, el profesor Lupin llegó en mi auxilio y... —Me detuve. Esa escena me daba pena recordarla
— ¿Y...? —Preguntó mi amigo alzando una ceja.
—Y me salvó de una expulsión segura —Contesté, no quería recordar la diferencia.
—No quiero decir el típico ''te lo dije'' ni lo diré, ¿Qué piensas hacer?
—No hablaré con Liz. No hasta que me pida una disculpa sincera.
—Esta bien, necesita una reprenda para que entienda. A veces se descarrila demasiado —dijo mi amigo con comicidad. Yo sonreí levemente, para no ser mal educada, y después él se dedicó a leer. Yo por mi parte, comencé a desayunar.
—Ahí viene —Dijo en cierto momento mi amigo, supuse que se trataba de ella.
—Hola, hola... ¡Fue la fiesta del año! ¿Dónde estabas Charly? Se puso, DI-VER-TI-DI-SI-MO —exclamó subrayando cada silaba. Miré fijamente a Matt el cual me sostenía la mirada.
— ¡Hubieras visto! Jack cada vez es más romántico y... y... ¿Qué les sucede? —Preguntó al ver que no le poníamos mucha atención, Matt y yo nos miramos.
— ¡Vaya! Es muy tarde, McGonagall nos asesinara, vamos —Dijo él poniéndose en pie. Lo imité y me fui junto con él dejando a mi amiga desconcertada.
—Gracias —Dije cerca del aula de transformaciones.
—De nada, todo por ti Charles Charles —respondió divertido mi amigo. Yo le sonreí, aunque no me sentía con ganas de hacerlo. Nos sentamos adelante, como siempre. Lizzie entró al aula pero no se sentó cerca, se sentó un poco alejada, ¿Que sucedía? No lo sabía, solo sabía que estábamos molestos.
La clase de McGonagall, por desgracia, transcurría rápidamente, pues esa clase era una de mis favoritas, en seguida tendría, una terrible hora de pociones, para después tener la menos querida, por el momento: D.C.A.O.
Terminó transformaciones, rápidamente y sin dar tiempo a Lizzie que se acercara a nosotros, Matt y yo salimos disparados hacia las mazmorras, no era por la emoción de la materia, o de toparse con el profesor, pero todo por un buen escarmiento.
En pociones, Matt y yo nos sentamos en un pupitre algo alejado del profesor, no tenía cara con que verlo, Snape permanecía inmutado.
—Bien, hoy prepararemos, una poción de filtro de la paz....—Dicho esto se dio la vuelta a la pizarra a escribir mientras seguía hablando, pero yo seguía en mi mundo, pensando, ¿Que me ocurrirá a la siguiente hora? No lo sabía, esperaba y no se molestara conmigo, él...
— ¿Qué es eso? —Le pregunté a Matt señalando la pizarra.
—Amm, los ingredientes para la poción —Me dijo él con sarcasmo, yo asentí y comencé a mezclar, pero no me fijaba en lo que hacía, más bien en lo que pensaba ¿Como resultado? Una poción a medias, hubiera estado bien, si hubiera echado la dosis exacta de escama de serpiente. Había terminado la tediosa hora de pociones, y seguía la del profesor Lupin.
— Vamos — Me incitó Matt al ver que yo no me movía. Asentí y salí directo al aula, por suerte mi amigo entendía mi situación, y se sentó lo más retirado posible del escritorio del profesor, y como excusa por ser mi amigo, yo me senté con él. El profesor no estaba, aún no había llegado, así que los alumnos tomaron asiento. Y yo me encontraba nerviosa, y me estrujaba las manos.
—Por Merlín, cálmate, o te desmayarás aquí mismo —susurró mi amigo. Le sonreí pero tenía razón, me sentía próxima a caer, cuando la puerta del salón dio paso al profesor castaño de ojos profundos. Caminó rápidamente hacia su escritorio y después de sacar unas cosas se volvió hacia nosotros con su sonrisa característica.
— ¡Buenos días! —Saludo él—. Hoy veremos, a las banshee, por favor abran sus libros en la página 256 a la 261 leerán y harán dos ensayos sobre ellas, su forma física, y el porqué de estas criaturas —Dijo el profesor, definitivamente, el estudiar sobre ellas no me hacía sentirme mejor en su clase—. Bien, a trabajar.
El grupo abrió el libro en la página indicada, yo los imite y comencé a leer. Sin embargo, de nuevo no podía, sentía que alguien me miraba, era mi imaginación de seguro, como siempre. Entonces hice un esfuerzo doble, y por coincidencia, lo logré. Después comencé a escribir sobre estas escalofriantes criaturas, dando como fruto dos ensayos, la hora no había sido tan mala, lo malo sería al acercarme a entregar los ensayos.
—Tranquila, yo te acompañaré —Dijo Matt para darme ánimos. Asentí y al terminar la hora se escuchó la voz del profesor.
—Dejen por favor sus ensayos, no olviden su nombre.
Los Alumnos se acercaron en tropel a dejarlos, pues algunos tenían hora libre y les urgía salir de ahí. Para mi mala suerte, Matt y yo fuimos los últimos, primero lo entrego él y luego yo, no lo mire, y rápidamente me di la media vuelta, pero antes de dar un paso siquiera me detuvo.
—Charlotte, no te vayas —Dijo él. Matt me miró y me alentó con una triste sonrisa. Me quedé seca y helada, nunca pensé que me hablaría. Di media vuelta y me acerque a él, el cual me recibió con una pequeña sonrisa.
— ¿Cómo te sientes? —Preguntó.
—Bien — Mentí.
— ¿Te sirvió la poción de anoche?
— Si, muchas gracias —Contesté mirando al piso aun, no tenía valor para verle a los ojos.
—Escucha, anoche, mi intención no era molestarte, o hacerte sentir mal, lo que yo quería era una explicación, lo siento si te herí de alguna forma —Dijo de la nada, me sorprendí, no me lo esperaba, yo pensé que me gritaría o regañaría.
—No, como dije, tiene razón, fue una inmadurez de mi parte, y anoche fui un poco grosera al irme así...
—Pues no es así, hiciste bien en irte en el momento correcto para ti, solo una cosa —Pidió el.
— ¿Si?
—Espero no te vuelvas a meter en más problemas, porque aunque te haya dicho que no volvería a ayudarte, ambos sabemos que no es así —Dijo guiñando un ojo y sonriendo de lado, esto hizo que mi corazón latiera a mil por hora, y seguro que me sonrojé, me debía de contener para no sonreír.
—Claro que sí, se lo prometo —Apenas podía hablar.
—Gracias, puedes irte, pero antes ¿Cómo va el libro? ¿Te ha servido?
—Si, es genial, muchas gracias —Respondí, después di media vuelta y me fui corriendo, mi amigo Matt me estaba esperando.
—Lo bueno es que toca cuidado de criaturas mágicas, Hagrid no nos regaña ¿Que sucedió? —Me pregunto mientras nos poníamos en marcha.
Me encontraba demasiado emocionada como para hablar, sus simples gestos, simplemente me hacían suspirar, entonces recordaba, pensaba en él, mañana tarde y noche, entonces sabía que no había vuelta de hoja y que lo debía de contar a alguien antes de morir, tanta emoción para mi sola era demasiado.
— ¿Sabes algo Matt?
— ¿Que?
— Creo... creo que estoy enamorada.
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