Capítulo 48.
Amistades parte I.
Era casi Diciembre; mi mes favorito. El mes donde lo más importante de mi vida, había acontecido (o eso creía yo) y el cual esperaba con ansias cada año. Para mí, Diciembre no era el final, sino el inicio de todo lo bueno que siempre me ocurría. Y ésta vez, por supuesto no podía ser la excepción, y menos teniendo a Remus a mi lado, quien oficialmente se había convertido en mi novio.
Los meses junto a él se pasaban con demasiada rapidez; me daba miedo y felicidad a la vez. Miedo de no poder disfrutarlos con lentitud como me gustaría, miedo de que todo acabara en algún punto, y al terminar, no tener nada para recordar, pero, ¿por qué terminaría? Todos nuestros temores estaban lejos; los mortifagos refundidos en azkaban, y Zack lejos, esperaba. Sin su padrino Dolohov, él no era nadie, lo que era bastante bueno. Y gracias a ello había paz, y tranquilidad, lo que me fascinaba después de tantos tragos amargos por los que tuve que pasar.
Un domingo de cielo gris, salí al jardín delantero para quitar algo de nieve, y apreciar el paisaje. Era tan tranquilo el vecindario que a veces sentía que los vecinos podían escuchar mi respiración. Con una sonrisa pasé la mitad de la mañana ahí, esperando a Remus que salía incluso los domingos a buscar algún empleo. Me parecía absurdo que buscara, con mi sueldo nos ajustábamos bien, bueno no muy bien, pero sobrevivíamos. Además, teniendo sus brazos alrededor de mi cintura mientras duermo, ¿qué más puedo pedir? Aunque casi nunca dormía conmigo, por lo tarde que llegaba y lo mucho que hacía en las juntas de la orden.
Tras retirar la nieve, me iba a disponer a volver a casa para preparar el almuerzo, cuando un chasquido atrajo mi atención. Volví la cabeza y me encontré con la figura de mi mejor amigo, Matt Bones. Estaba alto, bien abrigado, tanto que parecía haber engordado. Con una sonrisa me acerqué corriendo a él y me lancé a sus brazos. Hacía más de seis meses que no lo veía. Matt me recibió en sus brazos sin respingo.
—No puedo creer que estés aquí —le dije en el oído, sin soltarlo.
—Pues créelo —murmuró. Me soltó tras un rato, y sólo cuando lo vi con fijeza pude notar que sus ojos estaban rojizos.
Había estado llorando o algo parecido.
No pudiendo evitar una mueca de preocupación, le tomé del brazo y lo conduje a casa en medio del silencio. ¿Qué podía dañar a Matty? A lo mejor era algo preocupante relacionado con la orden o su familia. De pronto me preocupé de que hubiera algún ataque, por lo que apenas cerré la puerta lo miré con fijeza, y cruzando mis brazos.
— ¿Qué ocurre? —directa, siempre lo había sido.
—Yo... Traigo algunas noticias.
— ¿Malas? —mi rostro se contrajo, dando un paso hacia él.
—No, no. Para ti, no —y dicho esto, me tendió la mano, que contenía un papel. O eso creía hasta que lo tomé. Era muy lindo color verde, atado con un moño. Le dirigí una mirada a Matt que con la mirada perdida había tomado asiento en un sofá.
La "carta" rezaba así:
Quiero ser lo que tú eres, ver lo que tú ves, amar lo que tú amas...Tú eres mi amor y mi vida para siempre.
Elizabeth Dukes
&
Jack Slopper
Lo invitan a su enlace matrimonial programado para el veinte de Diciembre del presente año en el domicilio de la novia. La ceremonia se celebrará a las 18:00 hras, para después proceder a la fiesta a las 20:00 hras.
No continué leyendo; era inútil. No necesitaba saber mucho más para saber todo lo que Matt estaba sufriendo. Es decir, en nuestro último viaje a tren se moría por el simple hecho de que Lizzie y Sloper eran novios, ¿cómo se sentiría ahora que estaban a un paso del matrimonio? Doblé la invitación y me levanté hasta donde Matt, sentado, aguardaba a que terminara de leer. Me arrodillé frente a él, tomándolo por el hombro.
—Lo siento mucho —musité. La verdad es que no sabía que se decía en esos casos.
Su mirada se posó en la mía. Sus ojos parecían de loco.
—Es tú invitación —dijo, con labios temblorosos—. Me mandó ambas por lechuza —Intentó sonreír miserablemente—. Sé qué debería de haberla olvidado, pero —bajó la mirada—. Ella fue especial, ¿comprendes? Me habló primero antes que tú. Me trató bien. Me hizo sentir... Especial —se pasó la manga de la chaqueta por los ojos—. Qué estupidez.
Le di varias palmaditas en la espalda. Seguramente Jack Slopper era un estúpido, y sí lo predigo así es porque las elecciones de Lizzie casi nunca eran las acertadas. Sin embargo, éste debía de tener algo en especial como para querer casarse. Lo último que podía esperar de Elizabeth era algo serio y el matrimonio era algo muy en serio.
Algo que muy pocos chicos se podían llevar sin problemas.
Chicos como Matt, por supuesto.
El silencio reinó algunos segundos más. Luego decidí ofertarle un chocolate a Matt, él al principio lo denegó, pero ¡vamos! Un buen chocolate hacía bien a cualquiera. Además estaba sola casi todo el día, Remus no solía volver hasta bien entrada la tarde. Hablamos. Él me dijo que ya era casi todo un auror y que entraría en la división de Tonks. Le sonreí y felicité. Era todo un hombre, y estaba orgullosa de él. No obstante, a pesar de tanto éxito en su vida, la pesadumbre no se apartba ni un minuto de su mente ni de su frente que se ensombrecía a cada instante que pasaba.
¿Lo resistiría? No lo sabía, no dudaba en que fuese fuerte pero que doloroso resultaba vivir con un amor frustrado. En algún punto de la conversación, dije algo distraída:
—Deberías de salir, tenes más amigos, y amigas...
—No, gracias —me interrumpió con brusquedad.
Estaba claro que era un terco.
Y que era de los que en vez de olvidar, recordaban para toda la vida. Hice una mueca, pensando y pensando. Al final Matt se excusó, y se despidió con un "te veo en la ceremonia" La verdad es que yo no sabía sí iría. Sería duro. Los dos eran mis amigos, y no podría estar hablando con tranquilidad con Lizzie, mientras Matt se deshacía de rabia, celos o tristeza en una mesa.
Debía actuar. No podía quedarme con los brazos cruzados; Matt jamás se quedó quieto cuando se trataba de mí. Debía recontribuirle de alguna u otra manera.
Y lo haría, claro que lo haría. No sería tan táctica como Matt, pero una solución es una solución, ¿o no?
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Corto, bc, idk. Ahr, espero les guste.
Mañana la parte II.
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