Capítulo 11.
Los siguientes días habían transcurrido con gran tranquilidad. Al parecer, los agobiantes trabajos de las diferentes asignaturas nos tenían en exceso ocupados. Tan así, que observé como mi amiga había dejado de observarse un poco menos en el espejo, e inclusive había dejado plantado a su Gryffindor unas cuantas ocasiones. Por otro lado, Matt podía perfectamente con todas las asignaturas, era muy listo, inclusive llegaba a tener excelentes resultados en las clases de Pociones (Cosa extraña pues nadie podía con las clases de Snape) E Historia de la magia, runas antiguas, en fin, era un genio. Y por mi parte no se me dificultaban, pero no se me hacía tan sencillo como a Matt. No obstante, para mí era en cierta forma un alivio el que estuviésemos ocupados, ya que así no recordaban lo que les había mencionado sobre el profesor Lupin.
—Creo que sí todo sigue así los TIMOS serán pan comido —Comentaba Matt la noche previa a Halloween. El gran comedor estaba algo animado. Los alumnos de tercero de todas las casas estaban emocionados por su primer visita a Hogsmeade. Beth rodó los ojos enfilando la mirada a Matt.
—Siga así señor modesto. Siga restregándonos en la cara, su excelente poción de hoy...
—De hecho, también la de ayer me quedó bien —Interrumpió Matt a Beth. Yo observaba el gran comedor, y escuchaba lo que mis amigos decían.
— ¿Irás a Hogsmeade? —Me preguntó Matt. Lo miré y asentí.
—Sí, hace mucho que no voy, casi no fui el año pasado.
—Pero ahora, es necesario que vayas —dijo con una sonrisa.
— ¿Para qué? —Pregunté, enarcando una ceja, sorprendida.
—Para comenzar a planear. No creas que se me ha olvidado tu pequeño lío amoroso —Respondió con una sonrisa pícara en su cara. Como no me esperaba esa respuesta mi reacción inmediata fue sonrojarme, ambos lo notaron y se echaron a reír.
— ¿Qué? —espeté intentando hacerme la ofendida.
— Ay, Charles, no esperaba que fuera cierto todo esto —dijo Beth riendo —Pensé que se te pasaría en unos días —Luego bajó la voz—. Es un profesor, es decir... No digo que no esté lindo pero —Se encogió de hombros—. Es como mil años mayor que tú, además... ¡Eres una alumna! No creo que te haga mucho caso —Terminó, suspirando, pero aun sonriente. Matt la miró severo y luego regresa su atención a mí.
—No le hagas caso a Beth. Bueno he comenzado con el plan... ¿Quieren escucharlo? —sisea en voz baja, y mirando hacía cierto profesor en la mesa alta.
—Ya qué —Contestó Beth. Yo asentí aún roja.
—Mi plan está dividido en varias fases, ya saben... Mañana —Dijo mirándonos ahora a nosotros y acercándose más—. Comenzamos con la primera fase. La fase se llama ''yo para él'' —Beth y yo intercambiamos miradas de confusión, para después verlo.
—Am ¿Yo para él? Que... ¿Qué significa? —Pregunté sin entender.
—Simple —Contestó mirándonos a ambas—. Tu Charles te harás, o mejor dicho, intentarás moldearte para él... Ya sabes, mañana en Hogsmeade, lo primero será; Tu apariencia —Me miré a mi misma... ¿Mi apariencia?
— ¿Su apariencia? —Preguntó mi amiga.
—Sí, su apariencia. Mira Charles —Dijo tomando un sorbo de jugo—. No es que te esté diciendo fea (En realidad eres la chica más guapa que he visto en mi vida) Pero no a todos los hombres nos gusta lo mismo, por ejemplo, ahí vienen las vacaciones... ¿Te quedarás en Hogwarts? —Asentí, y sonrió—. Es una oportunidad enorme Charles... A los hombres nos gustan las mujeres bellas, de cara, y con lindo cabello y sonrisa... Tú lo tienes, pero Lupin por ser algo mayor, le ha de gustar lo... Am, lo maduro —Dijo no muy convencido, y con temor. Yo no acababa de entender muy bien a mi amigo.
— ¿Ósea que...? — Pregunto Beth. Matt rodó los ojos en dejo de desesperación.
—Qué Charles en estas vacaciones debe vestirse más ''Madura'' Por ejemplo, ¿Has considerado las blusas de tirante? En el mundo muggle se están usando mucho —Aconsejó.
—Si, las conozco pero Matt... ¡Me congelaré! —Espeté. Se quedó pensativo.
—Cierto... —Coincidió—. Aún así, no te ofendas, pero tienes ciertas imperfecciones en la cara — Me dijo, yo no sabía cómo reaccionar—. Por ello, mañana en Hogsmeade, buscaremos un ''perfeccionador de caras'' Debes estar bella, recuerda él no es como un chico cualquiera, un estudiante. Es un profesor, debes mostrarte ya normal, tranquila, seria. —Asentía a todo lo que decía—. Y lo de la ropa, lo resolveremos más tarde, ahora ¿Nos vamos a dormir?
— Si vámonos, mañana hay que levantarse para ir a Hogsmeade, y bullear a los niños de primero —Comentó Beth poniéndose en pie y bostezando. Matt y yo reímos ante sus intenciones. Caminamos hacía las cocinas y después de atravesar nuestro barril, entramos a la sala de los tejones. Matt se fue por el túnel de su habitación y Beth y yo por el nuestro. Ir a Hogsmeade me resultaba alentador.
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Desperté con una alegría anormal en mí. No sabía si era la visita, o el alocado de Matthew que me había contagiado su locura. El caso es que, al ir a desayunar me encontraba con una sonrisa imposible borrar de mí.
—Parece que dormiste bien —Decía Matthew viéndome. Yo asentí mientras tomaba un banco para sentarme.
—Más que bien, diría yo —Dijo Beth viendo su desayuno. Yo seguía sonriendo, feliz muy feliz. ¿Por qué? No lo sabía, pero no era tan mal. Por instinto, miré hacía la mesa de los profesores. Y si, allí estaba él. Con el cabello castaño claro, a la escasa luz del gran comedor, su joven rostro denotaba algo de alegría, y eso me ampliaba aún más la sonrisa. Comencé a desayunar, sin dejar de echar unos vistazos hacía la mesa.
— ¿Nos vamos chicas? —Pregunto Matt limpiándose el resto de la comida con la servilleta. Casualmente miraba yo a la mesa de profesores.
—Espera Matt, deja que Charlotte termine de babear, no vaya a ser que deje un rastro de babas de aquí a la puerta —Bromeó Beth. Matthew rió de buena forma, y yo los miré algo desconcertada.
— ¿Eh?
—Nada, nada... Que nos vayamos —Dijo distraída mi amiga. Asentí y me puse en pie, y junto a mis amigos camine al vestíbulo. Filch, impaciente, esperaba a los de tercer año. Nosotros, sin embargo, ya nos podíamos ir. Al salir, un frío aire me recorrió el cuerpo, haciendo enchinar mi piel, debido a un escalofrió. Eso quería decir que el invierno, estaba más que cerca.
Caminamos, y caminamos. Reíamos, charlábamos, discutíamos, camino a Hogsmeade. Al llegar lo primero que vimos fue a varia gente en las afueras, en las calles, por tiendas, caminando, alegres. En las anteriores visitas era extraño ver a tantas personas en la mañana, generalmente ellas solían salir en las tardes. Pero mis dudas se aclararon al pasar por zonko.
— Miren —Dijo Matthew señalando a un poste. Era un anuncio de ''se busca'' En honor al asesino Sirius Black. Yo miré en lo personal, era absurdo que pegaran aquello, pero en fin.
—Bien, iremos a la estética mágica de Rakini —Comentaba Matt, caminando entre las calles de Hogsmeade.
— ¿Para qué? —Pregunté.
—Haremos una preparación para mejorarte la cara. Para quitarte estas cositas — Decía señalando mis pecas. Resoplé.
— ¿Sabes? Soy pecosa, como lo podrás notar, y se llaman pecas. Las pecas son de nacimiento, no creo que se puedan quitar —Comenté. Él se sonrojó levemente.
—Lo siento, es que no sé cómo decirlo. Pues no lo sé, a mí no me gustan. Y si a mí no me gustan, bueno no sé él —Respondió encogiéndose de hombros. Yo dudé, pero accedí, a mí tampoco me gustaban mucho, pero ya qué. En el trayecto, se nos unió el molesto Jack. Aunque para mí era mejor que mi amiga viniera distraída en el camino. Llegamos a la tienda, era algo oscura, y polvorienta, parecido al lugar de Ollivanders.
— ¿Hola? —Llamó Matthew. Pasaron algunos segundos, hasta que salió el encargado. Rakini era un hombre alto, moreno, y de ojos grises. En su cara traía una sonrisa muy torpe, y olía a Whisky de fuego a la cuadra.
—Digan ustedes —Dijo con voz grave, y arrastrando las palabras. Sonreí, y me acerqué discretamente a Matthew.
—Este tipo, esta ebrio —Le susurré apenas para que lo escuchara él. Matt me miró, y luego lo vio.
—Ammm, Hola. Bueno, sabemos que usted sabe quitar cualquier imperfección de la cara...
— ¡Claro! Verrrrrugas, lunares y muchas otras cosas —Asintió con brusquedad.
—Bien, mi amiga... Am, necesita que le retire esas cosas — Dijo señalando mis pecas. El empleado se acercó a mí. Tanto que me asusté. Miraba detenidamente mi cara, y mi cuello.
—Mmmm Lo puedo hacerrr —Podía oler su aliento alcohólico.
— ¡Genial! ¿Cuándo podría hacerlo? —Preguntó Matt.
—Ahora mismo, serán ammmm 30 galeones —Decía tambaleándose. Miré a Matt. Tenía el dinero, pero... No confiaba mucho en él.
— ¿Treinta galeones? —Preguntó incrédulo. El empleado asintió. Matt tomó dinero y lo pagó. Pero yo no quería, no estaba segura. Aunque ya estaba pagado. El empleado tomó el dinero, y fue a la trastienda. Volvió con una botellita con un líquido verdoso. Se puso guantes, y se echó algo de aquella horrorosidad en la mano.
—Acércate —Me ordenó. Yo insegura, me acerqué. Cuando lo hice el empleado comenzó a distribuir aquella asquerosa sustancia por mi cara y cuello. Solo sentía el frío del líquido. Después nada... Cuando terminó miré a Matt.
— ¿Y bien? — Pregunté.
—No tienes la cara verde, pero aun las tienes —Me dijo, entonces miramos al vendedor.
—No se preocupen... Tarda unos minutos en hacer efecto —Nos respondió.
—Bien, volvemos el próximo fin para que nos ayude con el cabello —Se despidió Matt. Yo me fui de allí, segura de que me habían timado, pero en fin. Fuimos a reunirnos con Beth, le contamos y pensó igual que yo... Al fin fuimos a Honeydukes, compramos algunas golosinas, para al final volver a Hogwarts al banquete de Halloween.
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