[Un acto de amor]


Para disculparse con alguien, puedes seguir estos consejos:

Primer paso: Asume la responsabilidad de lo que has hecho y deja claro que te arrepientes.
Segundo paso: Explica tu comportamiento. Puedes decir por qué te sabe mal lo que has hecho, incluso si lo hiciste sin querer.
Tercer paso: Ofrece una solución.

—Siento haber herido tus sentimientos—práctico la peli negro una vez se encontraba fuera de casa—No, suena tan simple.

Respiro hondo nuevamente.

—Reconozco que me he equivocado, me disculpo por ello—volvió a decir agregando una reverencia al final—Joder, sueno como si disculpara con mi jefe.

Entonces deja caer su cabeza sobre la puerta principal, no estaba lista para eso, nunca, jamás, en todos los años que llevaba de vida necesito disculparse por algo, no sabía cómo, que decir con exactitud, qué tono de voz implementar, rayos. ¿Por que al tan simple como pedir disculpas era tan complicado?
Estaba decidida a darse por vencida cuando repentinamente, la puerta fue abierta haciendo que casi cayera dentro de la casa.

—¿MinA? Que sorpresa verte por aquí—escucho y al levantar la mirada se encontró con aquel chico de semblante serio.

—Buenas noches Hanse—hablo sintiéndome nerviosa de pronto—Yo sólo...

—Hanna está en su habitación arreglándose. Pasa—le dijo. Simplemente le abrió paso y luego cerró la puerta con seguro—Más te vale hacerlo bien esta vez.

Fue lo único que mencionó antes de marcharse a la cocina con una media sonrisa en el rostro.

—¿Arreglándose?—se cuestiono.

Jodida suerte.

La chica respiro hondo, y tratando de tranquilizar sus nervios, comenzó a subir los escalones hasta la habitación de su mejor amiga. Frente a la puerta lo meditó unos segundos más, aún estaba a tiempo, podría marcharse, dejar las cosas como estaban, huir y encerrarse en su habitación hasta el fin de curso. Recordar ciertas materias y quizá repetir el año para evitar encontrarse con ciertos conocidos. Si embargo...

—Hanna...—habló tocando despacio—Soy yo, MinA.

Un silencio ensordecedor fue su respuesta.

—Okay, está bien. No espero que abras en realidad, puedes quedarte encerrada lejos de mi si así lo deseas, pero al menos escúchame—menciono dejándose caer al suelo, sentándose en posición de mariposa frente a la puerta blanca—Yo...en verdad lo siento.

Tomo unos segundos para pensar sus siguientes palabras quizá, unas que le ayudarán a justificar su mal comportamiento.

—Ni siquiera hay excusas que utilizar, yo, no espero que me perdones, simplemente te deje de lado y eso no tiene perdón—continúo—A ti, quien ha estado a mi lado por tantos años. Tenías razón ¿okay? A esos imbeciles no les importaba para nada.

Silencio.
Pensó en marcharse, que la contraparte no respondiese no le ayudaba mucho, pero antes de levantarse...

—¿La pasaste bien?—escucho al otro lado de la habitación—¿Formando parte de un grupo que sólo humilla a los demás para validarse así mismos?

—Hanna...

—No, de verdad MinA—le interrumpió—Quiero saberlo.

—No. Sólo era yo, sintiéndome alguien—respondió por fin—Sólo quería que este último año las cosas fueran diferente a los anteriores, hacer algo, ser alguien, marcar una diferencia. He pasado toda la vida sintiéndome invisible que...se sentía bien ¿Sabes? Que todos de pronto, me notaran.

Inesperadamente, la puerta fue abierta dejando ver a su amiga con un hermoso vestido color morado puesto, su cabello ondulado y una sonrisa adornando su rostro con maquillaje sútil. La peli negro se levanto rápidamente.

—Yo te veo, MinA—le dijo—Siempre te he visto. No necesitabas la validación de nadie para poder ser alguien. Y sé que es contradictorio que alguien como yo te lo diga, pero...eres la mejor y más valiente persona que conozco.

—Oh Hanna...—soltó balanceándose hacia ella para abrazarla y echarse a llorar ahí mismo—De verdad perdóname. Prometo no hacerlo otra vez, pero por favor, no volvamos a pelear así.

—MinA—habló la castaña conteniendo las ganas de reír—Estoy bien. Creo que sólo necesitaba un momento conmigo misma para reflexionar.

—Hanna, ¡Eres la mejor!

—¡Ya! No llores o arruinarás tu maquillaje, ¿Acaso piensas ir al baile con los ojos hinchados? SeokJin no dudará ni un segundo en recalcarlo.

—Jin, me odia...

—El no te odia, MinA. Sólo, está desconcertado y confundido. ¿Has hablado con él?

—Pues...

—¡Entonces que estás esperando!—le reclamo su amiga.

—¡Ni siquiera quiere dirigirme la mirada! Y realmente no lo culpo, las cosas se me salieron de las manos, provoqué un caos y...

—Ya, ya—le calmó dando pequeñas palmadas en su espalda—Esta noche es para divertirse.

—¿Has hablado con Chae? Hace tanto no la veo. En verdad me siento terrible, como una vil cucaracha.

—Bueno, Jungkook no suele hablar mucho de ella. Mencionó que se encuentra mejor, pero aún no sale mucho de su habitación, intente visitarla hace unos días pero, no tuve éxito—murmuró la chica—El problema de Chae es algo que está fuera de nuestras manos, MinA. Lo único que podemos hacer por ella es, apoyarla y darle a entender de alguna manera que estamos para ella siempre que lo necesite, pero también, significa darle su espacio.


Un vago y largo suspiró pesado le abandona, cierra los ojos y lleva el celular para colocarlo sobre el tocador nuevamente.

La rubia deja caer su cabeza a un costado de la almohada.

Tenía miedo de que el momento de tomar decisiones llegase. Tenía miedo de tomar la decisión de quien era, de quien sería y que quería sin saberlo realmente, le daba miedo no poder descubrir que deseaba para su vida y terminar por vivir como un peón o esclavo de su trastorno,, haciéndose más miserable día con día.

Tenía tanto miedo a equivocarse que quería huir, pero era lo suficientemente cobarde que no podía.

Gira su cuerpo ahora para quedar boca arriba y observa el techo. Rayos, ¿Cómo podía ser tan patética?

—Tock, tock—escucha dos golpes en la puerta, repentinamente está se abre mostrando a su guapo hermano con un elegante esmoquin y el cabello de lado.

—Vaya, Hana se volverá loca cuando te vea—se burla incorporándose en la cama—¿Desde cuando no te peinas así? ¿Desde el jardín de niños?

—Ja, ja. Aún no es tarde para arrepentirse eh, hay un hermoso vestido rosado esperando por ti en el armario—le dice.

—Yo, realmente no sé si estoy lista para enfrentarlos a todos—susurró desviando la mirada—Jeon, ya...no quiero ser fuerte.

El peli negro frunce el ceño y deja salir un largo suspiro, suelta la manija de la puerta y con pasos lentos se acerca a su hermana tomando asiento al borde de la cama.

—Chae, ¿A que le tienes tanto miedo?—le cuestiona dejando atónita a la otra por tan repentina pregunta—Te hemos salvado de la muerte, alejé de ti a todos los que te hirieron, así que dime, ¿A qué le temes? ¿A lo que escuchas? ¿A lo que comes?

—Yo, no...no lo sé.

—Aunque tú te has ido, jamás me fui yo—le dice con algo de desespero en su voz.

—Pero Jeon, tú eres...Perfecto—le espeta en cara—Rayos, todo el mundo te ama, cada lugar al que vamos es iluminado por ti.

—Querida tonta—dice riendo un poco—Yo no soy perfecto, ni siquiera estoy cerca de estarlo. Como todo ser humano, tengo miedos, inseguridades, tanto que a veces se me imposibilita vivir, a veces mi cabeza no se calla, no puedo dormir, mis sueños se desbaratan y se caen.

—Pero...

—Pero, aún sin alas se puede volar—interrumpió tomándola de las mejillas—Como me encantaría que pudieras verte a través de mis ojos, Chaeyoung. Para que al menos por un día, observaras lo hermosa y maravillosa que eres ante ellos.

—¿Crees que puedo hacerlo, Jungkook?—cuestiona algo indecisa—¿Ignorar a todo el mundo y caminar con la frente en alto como si llevara un letrero con enormes letras que diga que se jodan?

—Yo digo...que le demos a esos idiotas algo de que hablar.

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