[La importancia de saber pedir perdón]


¿A que le tenia miedo? ¿Miedo a caer? ¿A lo nuevo?. Miedo a quedar expuesta, a quedarse sola como ahora, como si viviera a carne propia un guerra con lo que ahora es y lo que podría ser.

Con sus brazos envolviendo su torso, camina vagamente por las calles apenas alumbradas por las luces de los semáforos o de los locales que aún no han cerrado. Las lagrimas han dejado de salir, pues parece que se han terminado, siente sus mejillas entumecidas por lo fresco del ambiente y el rímel adornando la parte de sus ojeras como si fuese una especie de mapache humano.

No sabia a donde ir, a este punto no creía tener un hogar real al que pudiese regresar. El celular en el bolsillo trasero de su pantalón sigue sonando, pero esta tan perdida en los confines de su mente que decide no hacer caso a tales llamados, igual no los consideraba demasiado importantes. Eran las doce en punto de la noche, los autobuses ya no pasaban, los taxis a esa hora eran muy difíciles de conseguir y no se se sentía lo suficientemente segura como para tomar uno.

"Eres muy egoísta. Sólo piensas en ti misma, todo el tiempo, no quieres ni hablar con tu propia madre."

Esas palabras siguen repitiendose en su cabeza y no puede evitar no darles la razón. Independientemente de si el dichoso audio era real o no, no podía  negar el hecho de que era la persona más egoísta que conocía. Sólo se había acercado a Jin con el fin de estar con Sejun, se acerco a Chaeyoung con el fin de sacar información acerca de su hermano, había faltado al cumpleaños de Hanse y Hana para poder ir a un tonto partido de fútbol, golpeo a Jisso para "defender" a su amiga, pero lo cierto, era que muy en el fondo sabia que estaba desquitando su ira en ella, le había echado en cara a su madre lo desconsiderada que había sido sin tomar en cuenta todo el panorama y sólo visito a su papá porque no tenia a donde ir.

—¡Dios!—exclamo luego de llegar a tales conclusiones—Soy un horrible persona.

"Estabas bien MinA. Te creía diferente, pero ahora ya ni siquiera te reconozco"

Cierra los ojos con fuerza y comienza a acelerar su paso. Puede sentir las gotas de lluvia otra vez golpeando contra ella como recordatorio de lo horrible que todo se estaba volviendo.

"Te volviste demasiado común...te has vuelto igual a ellos."

Sin hacerse esperar más, comienza a correr sin control alguno de su cuerpo, se deja empapar completa sin importarle mas nada. Sigue así un par de cuadras más, siente sus pantorrillas quemándose, el sudor confundirse con las gotas que resbalan de su cabello, la respiración agitada que jamas aprendió a controlar porque nunca había sido buena en los deportes. Gira a la derecha, se detiene tres casas después frente a una puerta de color guinda y golpea está repetidas veces. Unos minutos después, puede observar como es abierta por una mujer de cabello negro despeinado con la pijama ya puesta, quien no puede disimular la sorpresa que refleja su rostro.

—MinA...¿Qué es lo que...

—Mamá—dice, pero no puede seguir hablando cuando las lagrimas la invaden nuevamente.

—Dios, cariño. Ven, entra o cogeras un resfriado—le pide tomándola del brazo para meterla a la casa, pero MinA simplemente se lanza a ella.—¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Tu padre lo sabe?

—Perdón. Lamento haberte gritado todas esas cosas horribles, yo...soy la única culpable. Me importa más el interés que las personas que en verdad me quieren y a quienes les importo. Si tu y papá decidieron separarse por culpa mía, debió ser por una buena razón.

—No digas eso, no es cierto. Él que tu padre y yo nos distanciáramos, no tiene nada que ver contigo, hija.

—Lo arruine. Rayos, me equivoque horrible con mis amigos. No van a perdonarme, me odian.

—MinA, no te odian, Hana, Hanse y tú son amigos desde los siete años.

—Doce años de amistad que yo mande a la basura por un estúpido chico.

—MinA, no sé que paso exactamente. Pero todos los seres humanos cometemos errores. La pregunta aquí es...¿Estás dispuesta a aceptar que te equivocaste para pedir perdón?



—Ey—exclama el rubio llamando la atención de muchos en ese pasillo, tratando de alcanzar su paso pero básicamente le parece imposible, ese peli negro va muy rápido y el no era la definición exacta de lo que era ser "veloz".

Así que antes de poder perderlo, se detiene para quitarse su botín negro y prácticamente lo lanza dandole directamente en la cabeza obligándolo a girar luego de soltar un quejido de dolor.

—Hey, tú—repitió causando confusión en el contrario—Si, tú, el tonto que se esta sobando la cabeza, ven acá.

—¿Do Hanse?—cuestiona quitándose los audífonos y realmente confundido camina hasta él con su bota en mano—¿Acabas de aventarme esto?

—Si—contesto tranquilamente volviendo a colocarse su zapato—Te llamé, pero no me hiciste caso.

—Y por eso me aventaste tu bota...¿Puedo ayudarte en algo?

—Yo...quería agradecerte, Hana me contó lo qué pasó y lo agradable que te portaste con ella. Ken Joonkook, ¿Cierto?

—Jeon Jungkook—corrigió—Y no hay nada que agradecer, solo hice lo que considere mejor para Hana. Si por mi fuera, hubiese golpeado a todos en esa estúpida fiesta.

—Por supuesto—murmuró inflando las mejillas algo incomodo.

—¿Cómo está? Supe que no vino el día de hoy—se atrevió a preguntar.

—Está lo suficientemente avergonzada como para dar la cara. Al menos no hasta el baile.

—Ya que mencionas el baile, crees que...¿Este bien llevarla al baile de primavera?

—¿Contigo?

—No, con mi holograma—trato de bromear, pero al ver el rostro serio de Hanse se aclaró la garganta nervioso— Si, conmigo. Hana dijo que si, pero considerando todo lo que paso, creo que seria un error exponerla de esa manera.

—Bueno...

—¡Hanse!—interrumpe una varonil voz llamando la atención de ambos chicos.

El rubio levanta la mirada encontrándose a su amigo Min Yoongi seguido de una chica con cabellera negra y ojos de bambi.

—Hablemos de esto después, ¿Quieres? Debo arreglar algo—dice alejándose de Jungkook sin darle la oportunidad de responder—¿Qué?

—Ella insistió en que te dijera donde estabas, y al negarme me siguió. Lo siento—respondió el de pálida tez.

—Han, yo, de verdad, de verdad jamás quise hacerlo—hablo MinA acercándose a el.

—Un día—le respondió el rubio—Me pediste estar un día con ella y mira lo qué pasó. Confié en que todo saldría bien, que podía hacer mis propias cosas pero...

—Se que ella es muy fácil de herir, pero tampoco es como si no tuviera la edad suficiente para defenderse sola—exclamó interrumpiendo, tratando de no sonar tan dura—No podemos cuidarla todo el tiempo, le haremos daño.

—¡Lo sé!—levanto la voz haciendo que la contraria brincara—Ahg. Sé que no estaré todo el tiempo para protegerla—dijo tratando de estar más tranquilo—Sé que habrá veces en que ni siquiera será necesaria mi presencia porque ella resolverá sus propios problemas, pero lo seguiré haciendo mientras pueda y me necesite. Porque soy su hermano mayor y es mi trabajo.

—Sé que fue arriesgado llevarla con ellos cuando sé toda la basura que dicen de ella. Pero yo jamás...

—MinA por favor. Ni siquiera estoy de humor para mirarte a la cara por ahora—finalizo pasándola de largo, dejando a un Min Yoongi incomodo al lado de ella.

—No era mi intención herirla—susurro la peli negro bajando la mirada.

—Pero lo hiciste—habló el chico—Es su hermana, por eso está actuando de esta manera.

Ella lo miró y luego encorvó una ceja al no saber exactamente quien era ese chico de cabello negro, no comprendía exactamente porque le estaba hablando si solo eran simples desconocidos.

—Ah. Soy Min Yoongi. Amigo de Hanse. ¿Me seguiste sin saber quien era?

—Estaba desesperada...

—Ya que estamos sincerándonos. ¿Sabes que fue lo que más le dolió a Hana, MinA?—siguió el chico guardando las manos dentro de los bolsillos de su pantalón—No fue lo que supuestamente dijiste de ella, o que se burlaran, le dolió porque creyó que eran amigas y que podían confiar la una en la otra.

—Aún pueden confiar en mi, me equivoqué en grande y..

—No, no pueden, al menos no por ahora. Deberías considerar alejarte un tiempo en lo que ella se calma. Aunque una parte de mi me sigue diciendo que todos están exagerando demasiado.

—Pero...

—MinA. Eres una muy buena persona, lo sé.—le interrumpió sonriéndole—HanSe me ha contado muchas cosas buenas. Tal vez tú no lo hayas notado, y lamento ser yo quien te lo diga al no conocer casi nada del asunto. Pero, desde que comenzaste a salir con ellos, tus amigos pasaron a segundo plano. Durante la fiesta de disfraces dejaste a Hana y a Chae en un mundo que no conocían, dejaste de almorzar con ellas, decidiste dejarla en su cumpleaños aunque bien sabías cuánta ilusión le causaba que fueras, mínimo un rato, y ahora esto. Y lo peor de todo, es que ni siquiera estas dispuesta a disculparte por ello.

—Yo...

—¿Me equivoco?

—No. ¿Crees que no lo sé? Sé que soy pésima aceptando mis errores, gracias por echármelo en cara. —espeto con sarcasmo, causando que Min riese por lo bajo.

—Me caes bien. Adiós MinA, suerte.—finalizo decidido a caminar, pero la peli negro practicante corrió para tomar su brazo e impedirlo.

—Oye. ¿Podrías almorzar conmigo? Odio estar sola.

—¿No tienes mas amigos?

—Bueno—divago observando a un castaño salir del  baño de chicos—¡Tae!—grito acercándose a el, despidiéndose de Min con la mano.

—Bien. Creo que al final ella se las arreglara sola—murmuro el peli negro siguiendo con su camino.

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