¡Esto es la guerra!

Ese no era un buen día.

La maestra de matemáticas había optado por un examen sorpresa que seguro reprobaría, un chico había chocado con ella por la mañana y ahora su falda tenía una gran mancha de café al frente, Hana la había dejado completamente a su suerte, porque según ella: "Tenía que devolver algunos libros a la biblioteca". Según ella, porque descubrió su mentira cuando la encontró hablando con Jeon Jungkook en la cancha de fútbol. ChaeYoung se había ido a no sé dónde con el tal Jimin, Hanse no se despegaba de ese chico llamado Yoongi, si, aquellos parecían uña y mugre desde que descubrieron su amor y obsesión en común hacia "U2", una famosa banda de rock irlandés, ahora tenía la opción de ir con Taehyung, pero ese chico era más raro que el astato y Jin...Kim SeokJin estaba enojado con ella, pues cuando lo había visto esa mañana ni siquiera se había molestado en dirigirle una mirada.

MinA lo sabía, pero...¿Por qué? ¿Qué había hecho mal?

Eso no quitaba el hecho de que se sentía bastante feliz al saber que iría como la pareja de Lim SeJun al baile de primavera, se sentía la alumna más afortunada de toda la escuela. Quería platicárselo, quería agradecerle, porque de no haber sido por ese chico jamás hubiese podido llegar tan lejos con su crush. Así que, en cuanto observó que el ahora peli negro camino a otro lugar que no fuera la cafetería luego de tomar su charola con su desayuno, se acercó a él y se plantó firme al frente para detener su paso.

Él se quedó observándola serio y callado. Y al percatarse de que que la chica no hablaba, decidió hacerlo el.

—¿Se te ofrece algo?—cuestionó elevando ambas cejas.

—Lo lograste—exclamó tomándole de los hombros con una mano, y sosteniendo su malteada con la otra—No sé cómo, pero lo hiciste. ¡Eres un cupido en las relaciones! ¡¿No fue la propuesta más romántica de todas?!

—Si, bueno...no me gusta alardear pero. Supongo que tienes razón—respondió tranquilo, luego carraspeo regresando a su seriedad—¿Es todo? Porqué necesito estudiar para física.

—¿Donde te metiste ayer durante el partido?—cuestiono—Te busqué cuando terminó para ir a la pequeña fiesta en la casa del tal Kevin, pero no logré encontrarte.

—Invite a Suni al cine—respondió tomando por sorpresa a la chica—Fue repentino, así que...

—¿Con Suni? ¿De verdad? ¿Por qué?

—¿Tiene algo de malo?—soltó Jin—Es como si te preguntara porque fuiste a la fiesta con esos dos, ni siquiera es tu ambiente.

—Ni siquiera lo hice, no iría sin ti a uno de esos sitios para "populares"—respondió riendo un poco nerviosa. ¿Por qué estaba nerviosa?

—Pues deberías, necesitas irte acostumbrando, porque así será todo a partir de que tú y Jun comiencen a salir—finalizó.

—¿Qué pasa contigo el día de hoy? Estas siendo tan...pasivo agresivo.

Entonces Jin cayó en cuenta de que MinA tenía razón, no tenía porque actuar como un tarado.

—Lo siento, creo que...estoy dejándome dominar por el estrés de esta semana.

¿Por el estrés o...

—Descuida, lo entiendo—le dijo la chica palmeando su hombro—Por un momento creí que te había hecho enfadar.

—Yo...—soltó tratando de disimular una sonrisa—No podría enfadarme contigo si no hiciste nada malo—murmuro sonriéndole ligeramente.

—¿Y qué tal tú salida con Su...—pero MinA ni siquiera pudo continuar, cuando sintió la charola siendo estampada contra su uniforme.

La sorpresa se pudo ver reflejada en su rostro al primer instante, sorpresa que fue reemplazada por enojo cuando observó quién había sido la causante.

—¡Jisso! ¿Qué sucede contigo?—exclamo Jin al observar toda la ropa sucia de la peli negro.

—Ay, perdona. Juro que no la vi—contestó sonriendo descarada.

—Vamos MinA, necesitamos limp...—pero antes de que pudiese llevársela de ahí, la susodicha le lanzó su malteada a la que había empezado todo.

—¡¿Cómo te atreves?!—chillo la contraria observando su cabello lleno de leche y chocolate.

—Rayos, había apuntado a tu cara—murmura Kang observando a Jisso con una sonrisa de victoria.

Pero por supuesto que ahí no termino todo. Sólo empezaba. Y cuando menos lo esperaron, una rueda de espectadores ya les rodeaba atentos a cualquier movimiento.

—¡¿Sabes lo caro que es mi tratamiento para el cabello?! Te lo pondré a cuenta.

—No seas ridícula—le dijo rodando los ojos.

—Muy bien chicas, yo creo que deben parar. Ya se han ensuciado lo suficie...

De pronto Jisso tomó el cabello de MinA y lo jalo.

—¡Oye! Suéltame—se quejó ladeando la cabeza y copiando su acción, pues al instante tomó un gordo mechón de su cabello.

—No, suéltame tu primero—se quejó la otra.

—Tú suéltame primero.

—Bien, soltémonos a la cuenta de tres—exclamó Jin tratando de interponerse en el medio sin saber exactamente qué hacer en esa situación.

¿Tenía que ser neutral? ¿Apoyar a MinA? ¿A Jisso? ¿O simplemente marcharse e irse de ahí sin meterse en sus problemas?

—Bien—aceptó Jisso ya con dolor de cabeza.

—Uno—empezó a contar el chico observando cómo ambas tiraban más fuerte—Dos—siguió contando, y ellas seguían jalando—Tres—gritó y ambas se soltaron terminando con un mecho de cabello cada una.

—¡Me arrancaste el cabello, idiota!—grito Jisso.

—Tú me arrancaste el mío, torpe—se defendió MinA

—¡Voy a matarte!—grito Kim Jisso lanzándose prácticamente encima de MinA.

Dando el primer golpe.


—Eres una zorra, irás al infierno—exclamó la chica sin dejar de teclear en su teléfono, mientras mantenía aquella paleta de hielo sobre su pómulo derecho.

Este emitía un sonido con cada tecla presionada, el teléfono de la oficina no dejaba de sonar, el tic tac de las manecillas en aquel reloj de pared retumbaban fuertemente en su oído provocando más desesperación en MinA. Apretó los puños a sus costados enterrándose sus uñas en las palmas y luego inhaló y exhaló profundo como intento de calmarse y no cometer el error de propinarle un golpe a la odiosa chica que le hacía compañía.

—No me importaría con tal de deshacerme de ti—le respondió un poco más tranquila, sobando sus nudillos, quitándose aquel torniquete de su nariz al corroborar que la sangre había dejado de salir.

—Aléjate de el—soltó de pronto girándose a mirarla retadora—Hablo de Jun. Yo lo vi primero, así que mi nombre está arriba del tuyo.

—No sabía que tenía que pedirte permiso—contestó incrédula ante sus palabras—Y tampoco que había una lista.

—¡Tú, pequeña bribona!—clamó entre dientes saliendo de quicio.

—Muy bien chicas—interrumpió la directora entrando al lugar con sus expedientes en mano y luego tomó asiento frente a ellas—¿Qué tenemos por aquí?—susurro revistando tales papeles—¿Porque es la primera vez que las veo en esta oficina? Con un comportamiento tan agresivo deberían haberme visitado hace mucho tiempo.

—Yo, perdí la cordura un momento—respondió Jisso con su actitud mustia, causando que MinA pusiera los ojos en blanco.

—¿Y usted señorita Kang?—le llamo la directora.

—Yo...no me arrepiento de nada en realidad—contesto cruzándose de brazos—Ella me ataco, yo me defendí. Es todo.

—Si, ya lo creo—comentó terminando de firmar sus reportes, luego las miro—¿Saben que? Olvidemos esto—soltó rompiendo las hojas a la mitad—Lo dejaré pasar porque es su primera vez aquí, tienen buenas notas, y no hay quejas de sus profesores, lo único que deben hacer es disculparse la una con la otra y...

—¿Disculparme? ¿Porque debería disculparme? Ella me arrojo la bendita charola primero y después se me lanzó como mono. ¿Ve esto?—dijo señalando su ojo con un ligero tono morado adornándolo—espetó MinA incorporándose—¡Ella lo hizo!. Y...¿Sabe lo importante que es este suéter para mi?

—Pero tú continuaste—dijo la señorita señalando el pómulo de Kim—Así que te disculparas y después de clase ella pagara tu tintorería.

—¿Lo haré?—soltó Jisso confundida, y al recibir una mala mirada por parte de la rectora sonrió—Si, la pagare, para que no andes de llorona.

—Entonces. No las escucho señoritas.

MinA se había quedado sin opción, así que maldiciendo internamente se giró para quedar frente a Kim Jisso.

—Siento haberte lanzado la charola con comida en tu uniforme y luego golpearte—comenzó de mala gana—Me haré cargo de que quede como nuevo y no volverá a pasar.

—Yo...lamento haberte ensuciado tu cabello con malteada de chocolate, continuar la pelea —dijo mirando la punta de sus zapatos—Y llamarte bruja.

—¿Qué?

—A no, eso sólo lo pensé—finalizó antes de que la rectora se levantara.

—Muy bien, pueden irse

Ambas chicas salieron de la oficina echando truenos de lo enojadas que se encontraban. En cuanto llegaron al pasillo, Jisso no tardó en volver a teclear haciendo que MinA esta vez perdiese la cabeza. Así que le arrebato el aparato y lo tiro en el bote de basura al lado de los bebederos.

—¡Oye!—le grito la de pálida tes acompañada de un chillido—¡Me debes un celular!

—¡Ponlo en mi cuenta!—le gritó continuando con paso firme hasta la biblioteca.

—¡Te declaró la guerra Kang MinA! ¡¿Me escuchaste?!—soltó a sus espaldas—¡Esto es la guerra! ¡Yo nunca pierdo!

Pero MinA ni siquiera se dignó a darse la vuelta.

—Ya verás, nadie se mete con lo que es mío. Nadie—murmuró.

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