》Trece《


A la mañana siguiente, había despertado más temprano de lo normal, seguramente gracias a los nervios de haber escuchado a Ethan hablar con otra. Y de tan sólo ver a _______ y no poder decirle nada, me asesinaba de una manera descomunal. Pero a pesar de los planes que tenia en mente, no podía llevar a cabo ninguno, pues no solo había despertado junto a la chica más hermosa del Universo entero, sino que también me había inmovilizado con su cálido abrazo. Y debo decir, que no me molestaba en lo absoluto.

Sentir su calmada respiración chocar contra mi cuello repetidamente, lograba calmarme a mi. Y poder mirarla dormir es un verdadero regalo.

La escuché suspirar, y comenzó a moverse entre mis brazos, aún con los ojos cerrados. En ese momento, dude sobre si estaba dormida, despierta o... ambas.

— ¡Buenos días, Cisne! —le exclamé y ella se quejó por el ruido, enseguida retiró su abrazo, y rodó sobre la cama, dándome la espalda mientras gruñía.— Amor, son las 9:30, he esperado 4 horas despierto esperando a que te levantes.

— No soy tu amor. —farfulló contra su almohada.

— ¿Me estás retando? Porque fácilmente puedo hacerte cambiar de opinión.

Gruñó nuevamente.

— Bien. Pero ni pienses que te diré: Amor de mi vida, luz de mis días, mi cielo, corazón hermoso, u alguna otra bobada. —rendida habló, haciendo que sonriera inconscientemente.— Oh, y nunca me llames "Amor" frente a Ethan.

Ethan.

Ethan es un idiota.

Ni siquiera puedo creer porque no le he dicho nada aún, quiero decir, si la está engañando al menos debería saberlo, ¿no? Esto es verdaderamente estupido. Pero aunque todos mis impulsos me digan que le diga todo a ________, mi plan aún debe hacerse. Después de eso sabré que hacer.

— Bueno fue un placer dormir contigo, pero debo hacer unos pendientes. —hablé inmediatamente, yendo hasta ella y depositando un rápido beso en la punta de su nariz.

Me puse de pie, y busqué ropa limpia en mi maleta, inmediatamente me vestí, soltando una risa traviesa cuando _________ se puso roja al verme hacerlo, al instante se cubrió con las sábanas hasta la cabeza.

Salí de la habitación, encontrándome con Alonso y Fernanda preparando el desayuno animosamente, estaban riendo sobre algo que no había escuchado, pero cuando notaron mi presencia ambos me sonrieron.

— Hola, Tú. —saludó Yaya.

— Hola, ¿Qué hacen? —hablé frunciendo el ceño, pues Alonso cortaba concentrado un par de tomates, pero cuando se trataba de cocinar en casa, prefería pedir una pizza.

— Cocinar, duuuh. —habló obvio el rubio.

— ¿Y tú cocinas, rubia? —reí enseguida.

— Cállate. —rodó los ojos.

Entonces mi mirada fue rápidamente al sofá, donde no había nadie. Otra incógnita llegó a mi mente.

— ¿Dónde está Ethan?

— Salió hace un par de horas. —habló desinteresadamente mi hermana, sin apartar la vista de lo que preparaba.

— ¿A dónde? —mi confusión sólo crecía más y más.

— Jos, ni siquiera lo conozco bien, claramente no le haré un interrogatorio cada que salga. —volvió a hablar con un cierto tono de agresividad.

Esto no se veía bien.

Miré inmediatamente a Alonso, quien devoraba gustoso un sándwich con queso.

— Ven conmigo, Villalpando. —dije rápidamente, tomándolo del brazo, obligándolo a dejar su sándwich en el plato. No tardo en mirarme mal.

— ¡Mi sándwich! —exclamó furioso, y me miró con los ojos entrecerrados.— No iré contigo.

— Si vienes conmigo, podrás comer todos los sándwiches que quieras. —dije, jalándolo hasta la puerta principal, Fernanda nos miraba con una sonrisa burlona, siempre lo hacía cuando nos comportábamos como dos niños.

— Ugh, bien. —rodó los ojos.

Abrí la puerta y arrastre a Alonso fuera de esta.

— ¡Volveré por ti, sándwich! —exclamó antes de que lo arrastrara por completo.

Comencé a trotar hasta el elevador, Alonso me seguía el paso como podía, sin olvidar que me miraba como si me hubiese vuelto loco de remate.
Cuando ambos estuvimos dentro del elevador y las puertas de éste se hubieran cerrado, comenzó a hablar:

— Muy bien, ¿Qué pasa? —comenzó con el ceño fruncido.

Tarde un poco pensando en cómo decírselo, sabía que una vez que lo hiciera, explotaría.

— ¿Raptaste a Justin Bieber y lo tienes amordazado en la cajuela de tu auto, no es cierto? —preguntó.

— ¿Justin Bieber? ¡No, Alonso! —dije y él pareció estar aliviado.

— ¿Qué podría ser más malo que eso?

Apreté mis labios y suspire hondo.

— Creo que Ethan engaña a _______... —susurré.

Sus ojos se abrieron tanto que comenzaba a asustarme, e incluso noté como su cara se volvía roja.

— ¡¿Y PORQUÉ NO LO HAZ MATADO?! —gritó histérico, alzando sus manos como loco.

— Créeme Alonso, hay una pequeña línea que me detiene de hacerlo. —dije molesto por la situación.— Es por eso que te necesito.

— ¿Para cavar su tumba? No te preocupes, me apunto. —dijo furioso.

Ambos salimos del elevador y subimos al primer taxi que vimos en la calle.

— ¿Cuál es el plan? —preguntó con la mandíbula tensa.

— Es un plan de dos partes. —comencé.— aunque siento que una no va a agradarte.

— Lo que sea por descubrir a ese imbecil.

— Bien, primero... robaremos su celular.

Me miró con los ojos abiertos.

— ¿Qué? ¿Ahora somos El Kevin y El Brayan?

— Lo tomaremos prestado y luego lo devolveremos. —aclaré.— Habláremos con la chica, nos haremos pasar por Ethan, y nos dirá todo.

— Bien, ¿Y cuál es la segunda parte?

Lo miré en silencio un segundo, dudando sobre si aceptaría o no.

— Debes vestirte como mujer.

Su boca cayó al suelo.

— ¿Mujer? ¿En serio? —parecía sorprendido.— Sabes Jos, hay una gran diferencia entre ser Bisexual, y Travesti.

— Por favor, Alonso. Tú te ves más...

— ¿Gay? —interrumpió de mala forma.— También me gustan las chicas. Eso me hace bisexual.

— Iba a decir delgado.

— ¡Tú también eres delgado!

— Pero tengo músculos.

— ¿Insinúas que yo no?

Aparte mi mirada unos segundos haciendo una mueca con la boca, el solo me miró más ofendido.

— No... puede... ser... ¡Realmente crees que soy una mariquita obesa!

— Solo... ayúdame con eso.

— Oh, si claro. ¿Y que más debo hacer? ¿Vestirme como prostituta, y hacerle un baile sensual a Ethan?

Mi silencio le respondió.

— ¡Ni loco! ¡Preferiría antes clavarme un tenedor una y otra vez en la cara! —exclamó, llamando la atención del chofer.

— Hazlo por _______, entonces.

Pareció tranquilizarse con esas palabras. Así que sólo respiro pesadamente.

— ¿Qué debo hacer exactamente?

— Quiero ver que tan... —busque una palabra educada de expresarme.— mujeriego —procedi.— es Ethan. Por lo tanto, si miras más allá de lo que debería contigo... mis sospechas serán confirmadas.

Lo pensó por un momento y comenzó a asentir con la cabeza.

— Lo haré.

• • •

Santo cielo.

Mis ojos se abrieron exageradamente. Alonso había salido del vestidor, con un vestido rosa que le llegaba hasta las rodillas, una peluca rubia que caía en ondas por sus hombros, y el rostro completamente maquillado con un toque de rosado en los labios.

Fernanda había salido a la par suya, la habíamos llamado, y nos había ayudado a la "transformación" de Alonso. Incluso había tenido que depilarle las piernas.

Ahora parecía una verdadera mujer.

— Fantástico, ahora me veo como Britney Spears. —se quejó.

— Entonces espero que a Ethan le guste Britney Spears.

Alonso se miró en el espejo del probador y reí cuando alzó ambas cejas con sorpresa.

— Hasta siendo mujer me veo guapetón.

— Si, como sea, debemos irnos ahora.

Lo arrastre fuera de la tienda, no sin antes pagar por la ropa. Apenas habíamos llegado al centro comercial, y habíamos visto a Ethan andar por ahí, por lo que ahora no debería andar muy lejos.

— Mierda, no puedo caminar con estas cosas tortura pies. —se quejó Alonso, refiriéndose a su par de tacones negros.

— Sólo camina, Alonso, no tenemos tiempo para esas idioteces. —hablé rápido.— Oh, y cuando hables con Ethan, recuerda hacer la voz más femenina que tengas.

— Si, ya lo... ¡OYE IMBÉCIL! ¡¿QUÉ ME VES PERVERTIDO?! ¡NADA MÁS QUE ME SIGAS VIENDO Y TE DOY UNA PROBADITA DE ESTO! —comenzó a gritar con la voz más masculina que encontró, a un viejo de gran barriga que tenía toda la pinta de ser un pervertido.

Todos lo miraron extrañados. Y no sabía si era porque "era una chica" que había gritado como todo un hombre, o porque simplemente nadie hablaba español.

El hombre comenzó a apresurar el paso, algo nervioso y asustado.

— ¡ESO ES, CORRE SABANDIJA! —exclamó Alonso.

— ¡Alonso! —lo llame y él me miró esperando a que hablara.— ¿Puedes callarte y actuar como una chica?

— No te enojes conmigo, ese idiota me estaba mirando muy indecentemente.

— ¡Concéntrate en el plan!

— ¡Bien!

Ambos nos miramos exasperados.

Entonces vi a Ethan a lo lejos, y devoraba una barra de chocolate con mucho entusiasmo.

— ¡Ahí está! ¡Vamos! —le exclamé a Alonso.

Corrí, esquivando gente, para intentar llegar hasta Ethan, pero justo cuando iba a tocar su hombro, él ya se había girado en mi dirección, para mirar el escándalo que Alonso había armado.

— ¡No, No, NO! —gritaba intentando alejarse del mismo hombre de hace un rato.— ¡ERES GORDO Y FEO, no me gustas! ¡DÉJAME IDIOTA, O TE DEMOSTRÉ LO BUENO QUE SOY EN KUNG FU!

Ethan lo miraba con el ceño fruncido, ni siquiera me había visto a mi.

— ¡Soy hombre, de acuerdo! —se había quitado la peluca con una mano.— ¡Debajo de éste estúpido vestido tengo un tremendo...!

— ¡Alonso! —le grite y él me miró. Entonces vio a Ethan, quien estaba sorprendido.

El plan se había arruinado.

— Lo siento. —gesticuló el chico con una mueca y una cara triste.

Entonces un guardia apareció, y comenzó a obligarlo a irse del centro comercial, enseguida corrí hasta el, pero antes de llegar me gritó:

— ¡Debes hacerlo tú Jos! ¡Antes de que el escuincle ese se vaya! —exclamó y siguió al guardia de seguridad.

— ¡¿Qué harás tu?! —le grite.

— Voy a demostrarle a éste hombre, porque gane el primer lugar en el concurso de velocidad de sexto grado. —dijo confiado y sin más, se quitó los tacones y comenzó a correr a una velocidad descomunal. El guardia apenas podía seguirle el paso.

Ahora debía seguir con el plan.

Inmediatamente llame a Fernanda.

— ¿Aún sigues aquí? —le pregunté.

— Si, estoy viendo algo de...

— Necesito que me vistas de mujer. —la interrumpí firme y pareció quedarse sin palabras.

• • •

— Por todos los cielos. —suspire aterrado una vez estaba listo.

Ahora llevaba una peluca oscura y larga, un vestido azul con una chaqueta corta, y un par de zapatillas negras.

— Soy mi mamá. —dije asustado.

— Corrección. Eres una versión fea de mi mamá. Yo soy la versión bonita y perfecta. —aclaró Fernanda, sonriendo de oreja a oreja.

Me miré unos segundos al espejo, mirándome de perfil, por detrás y por delante. Llegando a una conclusión:

— ¿Crees que me veo gordo con este vestido? —le pregunté mirándola a través del espejo.

Ella rodó los ojos.

— Te ves bien Jos..., ¿ahora me vas a decir porque tú y Alonso se vistieron de mujer? —se cruzó de brazos.— Quiero decir, no estoy en contra de los gays y eso pero...

— No soy gay, Yaya. —le dije y ella pareció sorprendida.— ¿Porque te sorprende? —hablé esta vez ofendido.

— Tranquilo, Pepe. —habló riendo.— Te creo.

— Bien, ahora si me permites, debo ir a seducir a un hombre.

Dije caminando lo mejor que podía, "moviendo mi trasero" aunque claramente me veía como una gallina con problemas mentales.

Apenas salí de la tienda y choqué contra alguien más. Inmediatamente vi que era Ethan, así que sonreí maliciosamente.

— Hola, chiquito precioso. —hablé con voz aguda, enrollando un mechón de cabello en mi dedo.

Amm... Hi?

What are you doing here? Papi hermoso guapote. —hablé sonriendo.

Me acerqué hasta el. Y él retrocedió.

Uhh... nothing... sorry, do i know you? (Uhh... nada... perdón, ¿te conozco?)

You are very handsome, te amo, me enloqueces guapo.

Pero a pesar de mis esfuerzos por seducir al chico, él sólo parecía incomodarse más y más.

Are you sure we haven't met yet? 'Cause you look like a friend of mine (¿estás segura de que no nos conocemos? Porque te pareces a un amigo mío.)

— Ammm... Segurísimo, digo, segurísima.

— Ethan. —una voz femenina se hizo presente.

Ambos miramos en dirección a la voz.

Oh no...

Babe. —sonrió Ethan.

Si, era _______.

Cuando se acercó, intenté mirar a otra parte, pero su mirada estaba sobre mi.

Who is she? (¿Quién es ella?)

Amm... i dont know, sorry, what is your name? (no sé, disculpa, ¿Cuál es tu nombre?)

________ cada vez se acercaba más a mi, reconociéndome más y más.

— Juanita Martínez. —dije aterrado.

— Un momento... —murmuró _______.— ¿Jos?

Mierda.

— ¿Jos? ¿Quién es Jos? ¡Yo soy Juanita!

Entonces me arrebato la peluca de la cabeza y ambos me miraron sorprendidos. Pero podía ver algo de molestia en la cara de ________.

Alonso llegó corriendo a nuestro lado.

— Ya lo descubrí, Jos. Escuché que alguien hablaba con un tal Eth... ¿Qué está pasando aquí? —preguntó confundió y la cara de _________ sólo se volvió una gran incógnita.

— ¿Alguien me puede decir porque ustedes dos están vestidos de mujer? —inquirió ________.

Alonso y yo intercambiamos miradas, sin saber que decir.

— ¿Y bien?

Suspire y apreté los labios.

— Bueno... yo... creí que Ethan te estaba engañando. —dije.

El mencionado me miró confundido, seguramente porque no era así. Mientras que _________ comenzaba a enfurecer y a ponerse histérica.

— ¿Engañarme? ¿Porque creerías eso?

— Digamos que... escuché una conversación entre Ethan y una chica anoche y bueno... creí que lo hacía.

Ahora ________ miraba a Ethan con mala cara, y los brazos cruzados.

— ¿Qué chica? —le preguntó.

Y él pareció ponerse nervioso.

— Era una sorpresa de aniversario, _______. —habló.— La chica, se llama Cameron... es mi hermana.

Debe ser una puñetera broma...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top