》Siete《


- ¿Selía pala lleval? -preguntó él asiático detrás de la caja, con su típico acento chino.

- Si, por favor. -respondió _______ con una sonrisa.

Miré de reojo a _______, y sonreí como bobo cuando me atrapó mirándola.

- Son 289 -finalizó el hombre.

- Oh, claro... -murmuró ______ buscando efectivo en su bolso.

- Tenga. -le dije al cajero, extendiendo un billete de 500 en la mano.

________ me miró lista para replicar en mi contra -como típica mujer orgullosa que quiere pagar sus cosas- pero yo sólo mi límite a poner mi dedo índice sobre sus labios, ella frunció el ceño.

Tomé el cambio y las bolsas blancas con la comida dentro. Caminé sin más hacía la salida del lugar, pero sabía que _______ seguía en el mismo lugar que hace unos minutos, mirándome sin palabras.

- ¿Vas a venir o también quieres que te cargue a ti, Cisne? -pregunté sin detenerme, esbozando una sonrisa, y deseando que eligiera la segunda opción.

Pronto la vi a mi lado, mirándome seria.

- No tenias que pagar lo mío, Jos.

Woaw, era la primera vez en todo éste tiempo que decía mi nombre. Sonaba tan bien saliendo de sus labios.

- Demasiado tarde para eso. -hablé desinteresadamente.

Inmediatamente abrí la puerta del auto y ella me miró resignada, sabiendo que no lograría nada con hablar más, subió al auto sin más.

Deje las bolsas en los asientos traseros y después rodeé el auto para entrar en el.

- Por cierto, aún no he recibido mi invitación a tu boda, Cisne. -dije incorporándome en el asiento, ella rodó los ojos.

- Y nunca llegará, así que podrías dejar de insistir. -miró por la ventana.

Me llevé una mano a el corazón.

- Vaya forma de herir los sentimientos de tu futuro novio. -le dije.

Ella me miró con mala cara.

- ¿Futuro novio? -casi suelta una carcajada.- Estás loco.

- Si, bueno de eso se trata. Yo le enseñaré a nuestros hijos a ser todos unos diablillos mientras tú les hablas sobre responsabilidades y esas cosas de grandes. -dije y pude ver que una pequeña sonrisa intentaba salir por sus labios.- ¡Pero quién lo diría, si sabes sonreír!

- Idiota. -se quejó mirando a la ventanilla para poder soltar su sonrisa.

- Tranquila no se lo diré a nadie. Así podrás seguir siendo mi sexy y reservada socia. Quedará entre tú y yo, Cisne. -le guiñe un ojo y ella rió por lo bajo.

- Bien, basta. -dijo riendo y acomodando un mecho de cabello.

Deseé ser yo quien acomodara su cabello, pero sólo me limité a sonreír y arrancar el auto.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo y lo saque para mirar el mensaje. Era de Alonso.

Alonso: ¿Porqué aún no llegas a casa? ¿Te secuestraron? ¿Chocaste? ¿Te persigue la policía? ¿Vendías drogas y te atraparon? ¿Estás enterrando un cuerpo en nuestro patio? ¿Jos? CONTESTA RETRASADO MENTAL, QUE TENGO HAMBRE Y TÚ NO LLEGAS CON MI COMIDA!!!

Evite no reír al terminar de leer el mensaje. Es cierto. Había dejado sin comer a Alonso. Sólo espero que no haya cocinado a Pepinillo. Porqué sino, lo mataría.

Antes de que se pusiera más histérico, respondí a sus súplicas.

Jos: Tranquila rubia. Llevo comida China para llevar. NO TOQUES A PEPINILLO, RUBIA.

Guardé mi móvil en mi bolsillo, y seguí conduciendo.

- ¿Vas a decirme donde vives? -le pregunté a ________, quién jugaba distraídamente con sus dedos.- Porque llevó dando vueltas innecesarias desde hace un momento.

Si ________ me guiaba hasta su casa, podría ir cuando yo quisiera, porque así soy yo. Y tal vez hasta podría ir por ella en las mañanas para ir al trabajo. Lo que sea por reconquistarla.

Ella mordió por dentro su mejilla, y pareció ponerse nerviosa. Supuse que no quería decírmelo.

- ¿Y bien? -la apresuré.

Trató de no sonar nerviosa pero salió todo lo contrario, y comenzó a darme unas direcciones.

Las seguí, y conforme nos íbamos acercando, ella iba hundiéndose más en Los nervios.

No entendía porque estaba tan nerviosa, quiero decir, no es como que vaya a ir a su casa por la noche a violarla... o tal vez... ¡No, Jos! El punto es... que no nada malo en que yo sepa donde vive.

No soy un secuestrador... y si lo fuera, sería un secuestrador amigable, ya saben, como esos a los que te gustaría prepararles un sándwich.

- Tal vez podrías dejarme aquí en la esquina... -murmuró rompiendo el silencio.

¿Dejarla en la esquina como a una prostituta? Ya quisieras, Cisne...

- O, podrías decirme donde vives, y te ahorras todo esto. -dije mirándola impaciente.

Ella dudó un segundo, apretando sus labios y pensando en una respuesta.

- Bien. -dijo resignada.- ¿Ves esa última casa con el auto rojo en frente? -preguntó señalando esta.

- Si -respondí estirándome para ver mejor.

- Yo también, es una casa linda. Ya sabes tiene un lindo patio y todo. -murmuró.

Tiene que estar bromeando...

Traté de no soltar una carcajada. Era graciosa cuando estaba nerviosa. La miré con ambas cejas alzadas y una sonrisa divertida.

- Tienes razón. Es una linda casa. Es sospechosamente feliz. No me fío de las cosas felices. -seguí.

Ella pareció avergonzada, sabiendo que había sido estúpido mencionar lo de la casa.

- Lo siento, sólo... -tomó aire.- Esa es. -apuntó a una casa.

Era la más bonita de la calle, y quizás también la más bonita de todo el lugar.

Había una motocicleta aparcada delante de la casa. La casa era grande comparada con las de todo el vecindario. Había un balcón en la última planta y podías ver que la planta de abajo estaba encendida.

- Nada mal, Cisne. -dije asintiendo a medida que miraba la casa.

Pronto estuvimos delante de la entrada, ella estaba algo nerviosa.

Casa 650... anotado ;)

Ambos nos bajamos del auto. Atrás vez de las cortinas de la ventana que daba a la sala, pude divisar la cabeza de un chico, mirando la tele o quizás jugando videojuegos.

El impostor.

- Sabes no es necesario que vayas hasta la puerta. -insistió ________ casi a forma de súplica.

- Oh no te preocupes, sólo quiero saludar a mi nuevo querido mejor amigo de toda mi vida. Ethee. -dije y caminé seguro hasta la entrada, estando a punto de subir el primer escalón de la entrada principal.

_______ corrió hasta mi, quedándose de pie Justo frente a mi, a muy pocos centímetros de sentir sus labios. Ahora era yo el sorprendido. Una sonrisa coqueta se coló en mis labios.

- ¿Qué ocurre? ¿Quieres un beso de buenas noches, bonita?

Entonces _________ notó lo realmente cerca que estábamos y dio un paso hacia atrás con las mejillas algo rojas.

- No entres. Sólo vete. No quiero tener problemas con Ethan por tu culpa. -habló con una ceja alzada, haciendo su orden aún más severa.

-¿Problemas? Amor, no vine aquí a degollar al tipo, sólo intentaba saludarlo, ¿hay algo malo en eso?

¿Porque tenía la sensación de que ________ creía que yo era un asesino serial que usaba gatitos para hacer ritos satánicos?

- ¿_______?

Ambos miramos hacia la puerta.

¡Y BOOM!

Un chico de unos 22 años, de un metro ochenta quizás, con el cabello alocado y un tono de piel más bronceado que el de ______, había abierto la puerta de par en par.
Sólo traía puesto unos pantalones cortos. Y su cabello estaba algo húmedo.

- Ethan. -soltó ________.

El chico caminó hasta nosotros, posándose junto a ________ y mirándome de arriba a abajo. Retándolo con la mirada, lo miré de la misma forma que él lo hizo. El ambiente estaba lleno de tensión.

- Who the hell are you? (¿Quién demonios eres?) -soltó.

Por poco olvido que es gringo...

Iba a contestar no muy educadamente cuando _________ lo hizo primero.

- Es Jos. -comenzó pero Ethan seguía mirándome serio.- Un amigo de la infancia.

¿Amigo de la infancia? ¡No éramos Christopher Robin y Winnie Pooh! Tuvimos un amor épico, Cisne.

- ¿Amigo? -preguntó esta vez mirando a _______ y ella asintió.

Hubo un pequeño silencio que fue roto por una estruendosa carcajada, y de pronto fui dolorosamente triturado por los gigantescos brazos de Ethan.

- Hola, Jos. -dijo sonriendo mientras me jaloneaba y aplastaba contra su cuerpo semi desnudo.

- Okay, suficiente grandulón. -dije logrando sacarme de su abrazo. Su sonrisa seguía en pie, y ________ parecía divertida con la situación.

- Los amigos de _______, son amigos de mi.

Creo que ________ va a casarse con un cavernícola retrasado.

- Eso es fantástico pero, a la otra tal vez un amistoso saludo con la mano bastaría. -aclaré y ambos rieron.- Habló enserio, grandulón. -dije esta vez más serio.

- Why dont you come with us to dinner? (¿Porqué no nos acompañas a cenar?) -dijo sonriente y entonces los ojos de _________ se abrieron en grande, mirándolo casi suplicando que se retractara.

- Jos está muy ocupado, cielo. -comenzó colocando su mano sobre el brazo desnudó de Ethan, a lo que yo entrecerré los ojos.- Debería irse, ya. -ahora me miró a mi.

- En realidad...

- ¿Qué? -dijo _______, molesta y mirándome mal por un largo tiempo.

Su mirada mordaz me comía poco a poco. Era claro que no me quería aquí. Bueno, si no es hoy, será mañana.

- Tal vez después. -dije y el impostor sonrió comprensivo, para después pasar un brazo por los hombros de _________ y pegarla demasiado a él.

No le des un golpe en la cara, no le des un golpe en la cara...

- Adiós, supongo. -dije entre dientes, con el puño cerrado y la mandíbula tensa.

Me di la vuelta -algo molesto- y subí a mi auto.

- Good Night, bro (Buenas noches, hermano) -se despidió antes de que arrancara.

Apreté las manos sobre el volante.

Maldito destino hijo de perra...

• • •

- Oooh Dios, si me encanta...

Gimoteó Alonso.

- Necesito más... ¡OOOH SI!

Volvió a gemir.

Enarqué una ceja, mirando por encima de mi platillo, a un Alonso excitado y disfrutando su pollo agridulce con una locura descomunal.

- ¿Qué tú no puedes comer en silencio? Es extraño tener que cenar mientras tú estás ahí a punto de tener sexo con esos trocitos de pollo. -me quejé, pero eso sólo lo alentó a hacerlo más.

- Ahhh, oh si, más, más, ¡Me encanta, ahhhh! -gimió a todo pulmón.

- No lo escuches, Pepinillo. -hablé cubriendo "los oídos" del ave.

Alonso rió y siguió comiendo.

Después de unos minutos más de ver la televisión en silencio, realmente concentrados con la película que estaban pasando, Alonso habló:

- Por cierto, ¿Qué tal las cosas con ________?

Sin mirarme, se metió una enorme cucharada de arroz y pollo.

Sonreí al recordar lo de esta tarde.

- Creo que lo estoy logrando. -confesé.

- ¿Tan rápido? ¿Pero que han hecho? -preguntó intrigado, dejando de ver la película para verme a mi.

- Soy adorable Alonso, ese es el secreto.

- No, yo lo soy, tú sólo eres guapo y cabeza hueca. Es por eso que estoy sorprendido de tu avance. -dijo y lo miré ofendido, llevándome una mano al corazón.

- Soy adorable. -repetí sonriendo al decirlo.

-Claro. -dijo encogiéndose de hombros.

- El punto es, que los consejos de Internet están funcionando. Quiero decir, seguí todo al pie de la letra y parece que progrese considerablemente.

Alonso bufo y rodó los ojos para poder mirarme.

- ¿Sigues con eso de Internet? Jos, eso es pura mierda. Nada bueno que no sean idioteces sale de ahí. -me reprimió, apuntándome con su tenedor.

- Alonso, basta. El mundo gira alrededor de la Internet. Son buenos consejos, lo sé porque funcionaron.

- Y exactamente, ¿Qué te aconsejaron? -enarcó una ceja.

Dude en responder a eso, dudaba que Alonso comprendiera que realmente eran efectivos.

- ¿Ahora si te importan? -cuestioné de mala gana.

- Tú me importas, tonto. -dijo impaciente.

Lo miré algo sorprendido.

- No puedo sólo dejarte seguir estúpidos consejos que encontraste de pura casualidad en Internet.

Ambos habíamos dejado de comer, ahora comenzaba a ponerse serio el tema.

- ¡¿Porqué no te puedes meter en la cabeza que son efectivos?! -solté fastidiado.

- Porque por lo que leí, son basura. -prosiguió.- ¿En que parte, cambiar de personalidad para gustarle a alguien, es bueno? ¡Incluso es ridículo decirlo en voz alta! A __________ no le gustas por esto, a ella le gustas tú por cómo en verdad eres.

Sus palabras comenzaban a ser sólo una jodida molestia, ¿cómo es que no lo entendía? Son buenos consejos, Alonso es el idiota aquí.

No pude contenerme y exploté furioso.

- ¿Y porque carajo debería hacerte caso a ti? Nunca has estado en una relación ni nada cercano a eso, eres incluso más inexperto que yo. Lo único que quieres es siempre estar de por medio, molestando. ¡No te necesito, Alonso! Soy incluso mejor en esto que tú. ¿Qué buen consejo podrías darme tu, ah? ¿A cómo ser un iluso que tiene sexo con alguien creyendo que es gay, y resulta más herido que nada? ¡Vaya mierda! Gracias pero prefiero los malditos consejos de internet a que alguien como tú me diga que hacer.

¿Realmente dije eso?

¿No lo pensé?

Joder.

Por el rostro de Alonso supe que todo lo que había dicho le había dolido hasta lo más profundo de su ser. Apartó su mirada, ahora mirada a la nada.

Mi mirada se suavizó y quise que la tierra me tragara, había sido un completo idiota con él.

- Yo... lo lamento... Alonso no quería...

- Está bien.

Su voz estaba apagada a como normalmente era, y eso sólo me hacía sentir terrible.

- Tienes razón. Soy más inexperto que tú en esto. Y... esta bien, creo.

Joder, la cagué.

- Alonso, lo siento. -dije sin saber que decir.

Él se puso de pie, dispuesto a marcharse y desaparecer por las escaleras.

- ¿No terminarás tu cena? -pregunté acabando con cualquier pobre intento de detenerlo.

- No tengo hambre.

Alonso siempre tenía hambre, pero cuando no, algo estaba totalmente mal.

- Alonso. -lo llame cuando estaba subiendo un par de escalones.

- Mmmhh.

- ...Perdón.

Se detuvo en seco por un segundo, aún dándome la espalda, y no dijo nada más. Se fue.

Me quede helado, y cuando escuché su puerta cerrarse, quise golpearme yo mismo.

- Mierda... -musite, pateando un cojín que se había caído.

Odiaba ser un idiota algunas veces. Era casi como mi único talento. Siempre que me enfadaba, alguien terminaba con el corazón roto.

Quería disculparme con Alonso, pero sabía que no me abriría la puerta, no después de lo qué pasó. Debía esperar hasta mañana para hablar.

Guarde los restos de pollo en la nevera y apague la televisión, para después encontrarme con Pepinillo y Vasco mirándome.

- ¿Qué? -dije de mala gana.- ¿No tiene algo mejor que hacer?

Pase por entre estos dos y se hicieron a un lado enseguida. Apague las luces y subí a mi habitación, no sin antes desearle buenas noches a Alonso.

Me encerré en mi habitación, acostado boca abajo en la cama, realmente concentrado en todo lo que había ocurrido hoy.

Sé que Alonso quiere que me olvide de los consejos, y también sé lo que dije, pero no puedo dejarlo ahora, _________ comienza a mostrar interés y eso no lo voy a dejar.

Me puse de pie, sentándome en mi escritorio y encendiendo la laptop con un rápido movimiento.

La habitación semi oscura se iluminó con la blanca luz de la pantalla. Nuevamente los consejos aparecieron.

Había hecho todo tal cual lo había pedido la página. Le había hablando como se debía, había tenido contacto físico con ella y también había estado a nada de besarla pero la había dejado en segundos.

El primer paso estaba hecho.

Baje el mouse y leí el segundo paso.

- invítala a salir... a algún lugar que sea completamente mágico para ambos, sólo ustedes dos. Dale un beso. Y si no quiere, inténtalo de nuevo, la cita debe tener el beso, sino, el paso no será completado y ella nunca te querrá. -apreté los labios al terminar de leer.

¿Debía besarla? Pero... eso es muy pronto. Además, si no quiere no se supone que deba obligarla... ¿o si? Yo... creo que debo hacerlo al pie de la letra.

Apagué la laptop y me lancé en la cama, pensando en a donde podría llevarla para nuestra supuesta cita.

Sonreí cuando el lugar ideal llegó a mi mente.

Eso sin duda le encantará.

Sólo desearía que Alonso me apoyara en esto.

>>>•••<<<
Mxnkeys, sé que no subí capítulos ni el Sábado ni el Martes, por lo que me disculpo :(

Espero tener el capítulo listo para este Sábado.

¿Les está gustando la historia? Comenten que creen que pasará después.

-iQueMxnkey

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