Volviendo
Si hubiese salido antes habría visto antes sus sonrisa, esa enorme y deslumbrante sonrisa que me mataba cuando lo veía, por ella recordaba todo, desde sus besos, sus caricias, las veces en las que jugábamos, pero ahora, él era un fantasma, ese era el fantasma de mis recuerdos, los que me atormentaban en todo momento, desde que lo perdí, no fui capaz de volver a sonreír ni de ser feliz como él me enseño.
-Ei...jun... quiero verte
La mano que se colocó en mis hombros me hizo volver a la realidad, Eijun estaba muerto, debía aceptarlo, reconocer que jamás volvería a mi lado, era tan doloroso que tenía miedo de decirlo al mundo, tenía miedo de alejarme de su recuerdo y no poder levantar la cabeza que ya no conocía el cielo por el miedo a vivir en la soledad.
Las hojas de los árboles se caen mientras las ramas se agitan como en el día en el que te conocí, donde llegaste lleno de hojas secas en la cabeza y te sacudiste la ropa al presentarte frente a mí, las manos me tiemblan, los ojos se me cierran, las piernas pierden su fuerza y le escucho a alguien más decir.
"Lamento tener que usar estas palabras" -Mírale de frente, seguro que le habría gustado verte fuerte, como te conoció- "Pero... de otra forma se dejará morir, ahora tu eres lo único que puede hacerle avanzar, tu recuerdo es la forma de cortarte"
Me llevó tranquilamente, en un silencio nada incomodo a donde me cortaron el cabello y volví a ser quien estaba en las fotos de nuestros años más hermosos, hasta la barba me fue retirada y perdí 10 años en la cara, parecía más viejo de lo que realmente era.
-Gracias...
-Puedes agradecerme dejando que haga algo por ti
Vaya forma de decir las cosas, quiere que le pague dejando que me haga otro favor que deberé pagar en el futuro.
Después de eso, en la semana me visitó con mucha frecuencia, y así se fue el mes, hasta que...
-¿Qué favor es el que quieres que te haga?
-Deja que recoja sus cosas dentro de una caja y las lleve al sótano
Me fue doloroso escuchar esa petición, sobre todo porque se lo que va después de eso, es decir, deshacerse de sus cosas, lo vi con mi padre, primero guardó todo lo de mamá y después las regaló o donó a donde las pudieran usar.
-No... yo no puedo...
-¿No puedes dejarlo descansar?
-No puedo dejarlo ir, no estoy listo
Las frases me salían sinceramente, sin que me esforzara, con esa honestidad que no solía tener antes de que lo conociera, por eso ahora me era más fácil hablar de mis sentimientos.
-Miyuki Kazuya, tu padre dijo que cuando tú guardes sus cosas, será cuando le demuestres a Miyuki Eijun-san que puedes vivir y que realmente le amaste, hasta que lo hagas, significa que no lo amabas-
Por horas lo reflexioné y llegué al entendido de que tenía razón, no estaba demostrando mi amor a Eijun, por su bien, debía cambiar mi forma deprimente de vivir y aunque en el momento no le contesté, después de dos semanas más, cuando llegó a mi departamento, estaba envolviendo las cosas que me quedaban de su recuerdo, incluido aquel DVD, mi primer regalo de cumpleaños, el único recuerdo de su voz que me dejó en el momento en el que pasamos nuestra crisis.
Las cajas se fueron a la parte más escondida del desván y en ellas dejé todo lo que sentía por él, mi tristeza, mi amor, los bellos y malos recuerdos, el dolor de su muerte, todo se quedó guardado y encerrado en esa puerta, incluyendo nuestros instrumentos para jugar béisbol.
Es hora de mirar adelante, lo sé, ha llegado el momento de volver a mi vida, de dejarte ir, ahora que lo comprendo, es lo que debo hacer, por eso no me queda más que cerrar la puerta y olvidarte para volver a amar la vida más que a alguien más.
-Ya llegué... ¿Kazuya?
-¿Papá?
-¿Qué pasó... en la... casa?
Mi padre estaba sorprendido porque no había ni un solo objeto tuyo en la casa, ni siquiera había u solo mueble donde tú lo dejaste, cambie de lugar, me puse la corbata que tanto repudiaba al vestir de traje y me puse los zapatos para salir.
-Es muy temprano, ya hice el desayuno ¿desayunamos juntos?
-Si...
-Entonces toma asiento
A las 8 de la mañana terminamos de desayunar y me levanté de la silla para poder lavar los trastes, finalmente me acerqué a la puerta con el portafolios en mis manos, mi padre se paró frente a la puerta, detrás de mí, me ponía los zapatos para salir, cuando le escuché decir con la voz un poco sorprendida.
-Kazuya... ¿A dónde vas?
-¿No es obvio? Voy a trabajar a la empresa- "Me voy a trabajar Eijun, nos vemos después"
Sus ojos se abrieron mientras yo me salía de la casa con mi maletín y abandonaba aquella casa con todos tus recuerdos, para poder volver a mi vida normal.
Te llevo en mi mente, espero que con eso te sea suficiente, porque cuando regrese a casa te diré
"Ya llegué de trabajar mi amor, espero que estés bien en los cielos, espérame un día más, yo... todavía tengo cosas que hacer"
"Lo sé Kazuya, prometo que te esperaré"
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