Como amarte
-¿Estás diciéndolo en serio?
-Completamente
-Pasa...
El de cabello olivo dejó que el contrario entrara a su residencia, era la primera vez que iba a ese lugar, de todas formas, una vez que entrara, no habría vuelta atrás, tendría que ser fuerte si sólo era una broma, sino, sería muy dichoso.
Apenas pusieron un pie en la sala y tomaron asiento, las revelaciones llegaron...
-Kura... no... Youichi, lo siento, fui un idiota
-¿A qué te refieres?
-Para ser honesto, oculté mis sentimientos, los cubrí detrás de una cara que ni yo conozco, fue hermoso el amor que tuve con él, el tiempo que fuimos felices, todo seguía en mi cabeza, no podía olvidarlo, pasamos por mucho, sanó mis heridas, quise sanar las suyas, el destino nos jugó una mala pasada, pero... ahora que ha muerto, sé que tengo que aceptarlo, me niego a permitirle que se vaya de mis recuerdos, pero olvidé algo, él me dijo que fuera feliz, y no tengo que olvidarlo para poder serlo
Youichi sufrió con lo último, pues se sentía algo incómodo compartiendo su corazón con alguien que ya no vivía, porque el si había dejado ir sus recuerdos con su esposo cuando se enamoró de Miyuki.
-No me malinterpretes, quiero decir, que no necesito olvidar mis recuerdos, ni tú tienes que hacerlo, pero eso no significa que lo ame, ahora entiendo, que las personas aman de otra manera a quien se va, no pueden amarlos de la misma forma, les amas, como el recuerdo especial, pero a los vivos, se les ama, como personas
-¿De verdad me amas?
Miyuki se levantó del sofá y camino hacia él, pues se encontraba en el sillón de enfrente, para decírselo como sólo él solía hacerlo, un beso dulce y apasionado poniendo ambas manos de lado a lado en la cabeza del contrario para no dejarlo escapar.
Kuramochi sujetó con fuerza el cuello de Miyuki para después avanzar lentamente con besos y caricias, como hace mucho que no tenían; el castaño se acercó a él y comenzó a morderle los hombros, con dulzura, con deseo, la pasión desbordaba en los dos, mientras las caricias hacían que ambos fueran subiendo la temperatura del departamento y se dejaban caer en la cama de la habitación de Youichi, a la cual, ninguno de los dos sabía cómo habían llegado, simplemente fueron caminando y recuerdan el sonido de muchas cosas cayendo al dar muchos pasos.
La piel arde, el contacto que hace uno con el otro, provoca una sensación de calor que los estremece y les hace temblar de excitación por lo que los abrazos y besos hasta ahora, son más que simple contacto, más que tocar un cuerpo, tocan un alma, alcanzan con la palma de la mano la esencia del otro, la ropa estorba cada vez más y sin prisa se la quitan, mientras siguen en su mundo, donde nadie puede alcanzarlos.
El amor se siente caminar dentro de la habitación, los dos se sienten en las nubes, cada contacto se hace mejor, el castaño se despoja de sus lentes y tratando de ver mejor, saborea pasionalmente los pezones de Youichi, que sólo abre la boca por el placer, más no hace ruido, por su propia personalidad, poco a poco levanta los brazos y acaricia la espalda del contrario, que encuentra eso como una forma de incitación, y baja una mano para acariciar lentamente el duro miembro de Youichi, quien se deja llevar por las emociones y gruñe un poco.
Los dos están sumergidos en su amor, como si hubiera agua a su alrededor, hay tanta paz entre ellos, que parecen estar dentro de una laguna, su amor, los guía, es fuerte, brota sin medida, porque debieron pasar por mucho para entenderlo, creando raíces más resistentes que ninguna.
-Quiero hacerlo ya...
-No... ghhhh... esperes más... ahhh
Miyuki se contiene para no penetrarlo sin prepararlo, a lo cual recibe una queja porque el otro ya no resiste más, y aun así prefiere cuidarlo, lo invade lentamente con sus dedos, que han sido anteriormente lubricados con la saliva de su pareja, para después de un rato moverse dentro de él, y dilatarlo lo suficiente, no quiere herirlo.
Cuando retira sus dedos, Kuramochi se voltea y se pone en cuatro, dando una mejor vista al castaño, que se posiciona correctamente para penetrarlo despacio, al momento de unirse, la satisfacción es infinitamente mejor que las anteriores ocasiones, porque esta vez son conscientes de lo que siente el uno por el otro.
El ritmo va de lento a rápido, y cambian de lugar, en muchas ocasiones, siguen amándose, y besándose cada que pueden sin abandonarse, hasta después de un largo rato terminan juntos y se abrazan dulcemente, el reloj ya marca una hora tardía.
-Youichi, déjame abrazarte más
-Permaneceré a tu lado siempre, no tienes que decirlo
El de lentes sonríe y lo acurruca en su pecho para después quedarse dormido recargando su cabeza en la contraria, mientras el otro le abraza y también se queda dormido.
El padre de Kazuya se sienta frente al retrato de Eijun, y mira el reloj, después de ver la hora, mira por la ventana para decir algo, cuando el viento sopla, levanta las cortinas y la luna por un segundo brilla más.
-Lo vez Eijun, al final él por fin será feliz, puedes estar tranquilo
"-Gracias... padre"
El mayor siente que alguien lo mira y le sonríe con dulzura, mientras que en el cielo, dos angelitos miran a esos dos dormir juntos, para después darse la mano y sonreír.
-Mira Haruichi, por fin están juntos
-Espero que sean felices, Eijun-kun
-Lo serán, mientras tanto, nosotros esperaremos aquí pacientemente a volver a verlos-
-¡Mmmm!
El de lentes despierta y le susurra al contrario mientras duerme
-Gracias Youichi, por enseñarme como amarte
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