Capítulo 8
Estoy muerta, estoy más que muerta. El presidente me sacará los órganos uno por uno y se los dará a los perros de la calle.
Después de estar 2 semanas y media realizando misión, tras misión, tras misión fuera de la capital, por fin me encontré viajando en el tren bala retornando hacia la agencia.
—Es aburrido viajar en tren... ¿cuánto falta, anciana? Ya me aburrí.
—Qué no me llames así, Ranpo ¡soy albina, albina, no son canas, es mi color natural! —explique de forma aniñada.
—Si, si, si, lo que tú digas. ¡Camarera, puede traerme dulces! —le entregue una bolsa de dulces que tenía en la gabardina— Ya no, olvídelo.
A este paso quedaré en bancarrota —suspire—más enzima debo de buscar una buena explicación y la forma para que el viejo contrate a Ranpo, mientras trato de sobrevivir.
—Gracias —le mire confundida—. Te agradezco por todo lo que has hecho por mi, me has ayudado y estás corriendo el riesgo de perder tu trabajo por mi. Eres un demogel inteligente, hábil, hermosa...
—¿Demogel?
—No me cortes la inspiración mujer, yo que tú aprovecharía está oportunidad ya que jamás en mi vida te volveré a agradecer y mucho menos a elogiarte. Siéntete privilegiada de recibir un alago del mejor detective del mundo.
—En ese caso, agradezco tus palabras tan lindas —aunque no las entiendo algunas veces—, gran detective —dije y él asintió con orgullo.
—Demongel es una combinación de las palabras demonio y ángel a la vez.
—Hemos llegado a la estación central de Yokohama, favor de descender por las puertas del lado derecho —se escuchó por los altavoces del tren.
—Bien, llegó la hora —sonreí—. ¿Listo para conocer a tu nueva familia y empleo?
Él se limitó en asentir, entretanto nos levantamos de los asientos. Cada uno tomó su correspondida maleta, seguido descendimos del tren y realizamos el chequeo, al finalizar eso pude distinguir el nerviosismo del azabache.
—Hey, todo estará bien. Mi compañero y jefe te aceptarán tal y como eres, así que afuera esos nervios.
Se rio— No estoy nervioso, la única persona nerviosa y con miedo eres tú. Pero no te preocupes anciana ya que estaré a tu lado para defenderte.
Iba a responderle, pero un grito de emoción se presentó ocasionando que buscáramos el origen de este.
—¡Midori! —gritaron nuevamente abalanzándose sobre mi espalda.
Una cabellera rubia se presentó al lado derecho de mi hombro por lo que dirigí la mirada a este encontrando a Kenji sonriente.
—¡Bienvenida a casa! ¡Te extrañe demasiado! ¡No vuelvas a irte así! —conforme hablo fue asfixiándome.
—A..ire.
—Ups, lo siento —soltó junto a una risa nerviosa y libero su agarra.
—Bájate de su espalda, animal.
—¿Uh, disculpa?
—¡Qué te bajes de su espalda! ¡Él único que puede hacerlo soy yo! —grito el azabache señalándose.
—¿Y tú eres? —cuestionó confundido el rubio.
—Alguien mucho mejor que tú, niñato. Y me refiero en todos los sentidos.
—Ah, te felicito por ello.
—Ultima vez que te lo diré, bájate de la espalda de mi mejor amiga o sino atente a las consecuencias —lo señalo— y me importa un carajo que tengas súper-fuerza cabeza hueca, la defenderé a capa y escudo como el mejor amigo que ella tiene.
—¡¿Que tu qué?! —se bajo de mi espalda— Mira niñato engreído de cuidad, el mejor amigo y casi hermano menor de esta chica soy yo. No permitiré que ni tú ni nadie me la quite.
—Como mierdas me llamaste, mandilón —dijo con las venas de su frente resaltadas.
En eso ambos comenzaron a discutir, al principio me sorprendí bastante por la actitud que tomó Kenji y la de Ranpo, pues, no sería Ranpo si no provoca a alguien. Traté de detenerlos, sin embargo, ninguno me hizo caso y de apoco la gente formó un semicírculo alrededor de ellos mientras observaron el espectáculo.
—Más te vale detenerlos ahora, sino lo haré yo —escuche la voz frívola del viejo.
No me atreví a girar para verlo, por lo que me limité en asentir con los pelos de punta y seguir su orden.
Después del numerito que hicimos en la estación de trenes, nos encontrábamos todos en la agencia. Tanto Ranpo como Kenji se encontraron sentados en el mismo escritorio dándose la espalda mientras se comieron un dulce y las secretarías los controlaban, en cuanto a mi, pues estaba apunto de generar una tercera guerra mundial con el viejo, justo en su oficina.
—Puedo explicarlo —inicie, después de haber cerrado la puerta tras mi espalda.
—Me alegro —se cruzó de brazos—, por que tengo tiempo suficiente para escucharte.
—En resumen, la primera misión que tuve en Kanazawa coincidimos en el mismo lugar, me ayudo a resolver el caso. Sucedieron bastantes cosas ocasionado que el azabache se me pegara como un chicle y ahora estamos en esta situación.
—No sabes hacer un resumen.
Suspire e inicie a caminar por la habitación—Escuche, el chico que vino conmigo se llama Ranpo, es un genio dotado el cual no conocía su potencial ya que sus padres lo encerraron en una burbuja para protegerlo, eso explicaría su actitud hacia el resto de las personas. Desde hace un año ha estado solo mientras a intentando de enfrentarse al mundo y no tiene la más mínima idea de cómo funciona, no tiene ningún apoyo o guía que le oriente de la forma correcta. Es por eso que decidí traerlo a la agencia —dirigí mi mirada hacia él, dejándome en claro que no me ponía atención por estar atento leyendo un documento—... y usted es un maldito viejo degenerado el cual es un pervertido de primera, quien no me está poniendo atención.
—Ajá.
Las venas de mi frente se sobresaltaron, me acerque al escritorio y le quite los papeles que sostenía.
—Le estoy explicando la situación y le vale madres, después no me diga que yo soy una irrespetuosa al no hacerle caso.
Rodó los ojos— Puedo prestar atención mientras continuó con el trabajo.
—Eso es falta de respeto. ¿Y qué tanto ve para que no me preste atención? —cuestione mientras inicie a leer el documento y añadí— ¿Por qué demonios tiene un expediente? No me diga que ya le regreso lo de ser acosador, pensé que ya se le había quitado.
—Devuélveme eso.
Antes de realizar su pedido vi el nombre y fotografía del expediente.
—Su documento tiene un error, su estado actual es fallecido —corregí entregándole el documento.
—¿Qué?
—Era el padre de Ranpo, el cual falleció hace un año.
—¿Quién es Ranpo?
—Lo sabría si me hubiera prestado atención.
Nos quedamos un breve periodo de tiempo en silencio, hasta que él habló.
—De acuerdo, esta vez te prestaré atención, también debes explicar cómo conoces al detecti...
—Solo se su nombre y que está muerto, eso fue lo único que me dijo Ranpo —interrumpí sentándome en una de las sillas frente a él, y proseguí la explicación —. Ranpo es el chico de cabello azabache y tiene 16 años, es una persona muy inteligente, burlón, infantil, entre otras cosas. Lo conocí en una de las tantas misiones que me mando hacer y considero que sería una buena opción que forme parte de la agencia.
—¿Cuál es su habilidad especial?
—Eh... pues... verá... es algo complicado el tema —tartamudee un poco.
—No tiene poderes, ¿verdad? —asentí apenada—Estás metiendo a un civil a pelear con gente que tienen habilidades especiales, sabes que puede morir en cualquier segundo.
—No es necesariamente mandarlo a combatir, él puede quedarse en la agencia resolviendo casos que traten de mucha deducción y análisis, también está la opción de que vaya a lugares para resolver casos pero que sea escoltado por alguno de nosotros.
—No quiero manchar mis manos de sangre de un inocente.
—Le aseguró que no lo hará —me levante y acerque de a poco a él—. Vamos viejo créame, el chico tiene bastante potencial, es mucho mejor que nosotros dos en cuanto a deducir cosas. Encontró al culpable de un asesinato en cuestión de milisegundos, me ganó.
—Eso es imposible.
—Pareciera, pero lo es. Ranpo es especial, es una excepción de los humanos normales, pero estoy consciente que todavía no llega a los niveles de las personas de habilidades especiales, él está al centro de esa línea divisoria.
—¿Por qué no simplemente consigue un trabajo normal?
—Porque las personas no aceptan a alguien tan inteligente y brillante, hacen lo posible para apagar su llama. Es algo muy parecido a lo que pasamos cada uno de nosotros cuando aún no sabíamos controlar nuestras habilidades.
—Midori, no puedo. A pesar que sea demasiado inteligente como tú lo dices, no puedo exponer su vida al peligro si no sabe defenderse.
—Solo una oportunidad, pequeñita. Le prometo que me ocuparé de él, lo entrenaré y veré la manera de cómo hacer para que logre defenderse de los usuarios con poderes, por favor —le supliqué.
Unos segundos de silencio se presentaron, él se limitó en observarme y analizar lo que planteé, seguido suspiro y dijo.
—De acuerdo, pero solo una —brinque de la felicidad—. No cantes victoria, aún debe aprobar el examen de ingreso.
—¡Bájate de ahí! —el grito de Kenji nos alertó, por lo cual salimos de golpe de la oficina.
Vimos una escena algo graciosa si no fuera por la mirada matadora que tenía el viejo puesta en mi. El de cabello azabache estaba sobre la espalda del rubio y le tiraba de los cabellos, mientras le grito "corre como el viento tiro al blanco"
—¿Segura que tiene 16?
—Si, aunque su carácter a veces —la mayoría del tiempo— es el de un niño de 14 años. Y si, hay una explicación lógica de eso, pero creo que no me corresponde hablar de eso aún... —dije rascándome la nuca.
—Detenlos antes que rompan algo, sino lo descontaré de tu salario.
—Ranpo ya basta, Kenji no es ningún caballo así que bájate de ahí.
—De acuerdo, aunque le quitas lo emocionante a la vida, anciana —protestó y sacó su lengua.
—Anciana —se burló el presidente.
—Cállese —le susurre—. Deja de llamarme así, te explique el porqué el tono de mi cabello.
Al ver que él no siguió por completo mi orden me acerque a ellos, una vez al lado de ellos tome de los costados del tronco al pelinegro y lo baje.
Kenji se colocó al costado del viejo, por lo que vi una excelente oportunidad e inicie a hablar.
—Creo que sería buena idea present...
—Fukuzawa Yukichi, soy el fundador y jefe de la agencia.
—Soy Miyazawa Kenji, tengo 15 años y mi habilidad es invicto contra la lluvia.
—Ya lo sabía —le di un codazo—. Ranpo Edogawa, 16 años y mi habilidad es la Ultra-deducción.
—Konoe Midori, tengo 15 años y mi habilidad se llama hurto arrepentido —los tres me vieron con una ceja levantada—. ¿Qué? Me sentía solita así que decidí presentarme.
—Espera... ¿eres mi tocayo? —pregunto el rubio con emoción.
—No, ya que cumplimos en diferentes mes y fecha.
—Como sea. Joven Ranpo, mi subordinada me a comentado acerca de su... problema, por lo cual he tomado la decisión de permitir que se quede con nosotros por el momento.
—Espero que este trabajo si qued... —le cubrí la boca con mi mano derecha.
—En palabras comunes, esta feliz de poder trabajar aquí, ¿no es así? —él asintió y quite mi mano— Estoy segura que dentro de poco el gran detective Ranpo iniciará a resolver misiones difíciles y salvar a las personas.
—Verán que de lo que soy capaz, no te defraudaré anciana.
—Que no... —suspire— bien me rindo contigo, dime lo que quieras.
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Nos encontrábamos en el gimnasio especializado para nosotros, este se encontraba a las orillas de la capital para evitar cualquier catástrofe por algún descontrol de nuestras habilidades.
Kenji estaba por terminar su entrenamiento especializado para practicar su habilidad, entretanto Ranpo y yo observábamos el entrenamiento, a su vez escuché las protestas del azabache.
—Si quieres hacer misiones conmigo deberás de entrenar, así como lo hace Kenji.
—No haré eso, me voy a morir si intento de cargar un edificio. Mejor ve a comprarme dulces.
—En la agencia siempre se busca tener a su personal preparado para todo lo predecible y así ellos puedan enfrentarse a lo impredecible. Cómo ya te has dado cuenta el entrenamiento está dividió en el entrenamiento intelectual y físico.
—Pensé que esa era la prueba de ingreso, la cual fue demasiado fácil —dijo con voz aniñada, carajo yo tarde 48 horas para resolver ese caso y él en solo 3 minutos.
—Lastimosamente no lo fue y no sabría decirte cuándo o cómo será tu prueba.
—Mmm, entiendo. Admito que es bueno lo que hacen ya que la mayoría de usuarios solo se enfocando en practicar su habilidad y no entrenan sus debilidades.
—He ahí la diferencia entre nosotros y los demás.
—Esto es muy aburrido —dijo y soltó un bufido.
Kenji asentó el último golpe al robot de practica, inspiró profundo y exhaló, mientras que quito el exceso de sudor de su frente.
—Excelente, Kenji. Rompiste tu récord —felicité y él se acercó a nosotros.
—Termine, tu turno gran detective —alentó el rubio con algo de burla y se posicionó aún lado mío.
—Mhp, te demostraré de lo que soy capaz —dijo Ranpo caminando hacia la posición antigua del rubio y se colocó los lentes.
—No seas así con él.
—Es su culpa, para que me provoca cuando estaba realizando el entrenamiento intelectual —realizó un puchero—. Se burla de mi cada vez que ve la oportunidad, no se vale, yo si lo he tratado bien y él me hace eso.
Vi sus ojos colocarse acuosos así que lo abracé con el fin de calmarlo.
—No es mi culpa, los adultos en la cuidad son muy complicados de entender.
—Ya, ya —pronuncie acariciando su espalda—. Todos los humanos están mal de la cabeza y complican las cosas cuando no es necesario y tienes toda la razón al decir que no es tu culpa, ya que no lo es. En cuanto a Ranpo, puede llegar a ser una persona algo incomprensible y ofensivo al comienzo, pero es un tipo de protección que él mismo se coloca. No quiere que nadie lo lastime de nuevo y es por eso que le cuesta confiar en las personas.
—¿Le hicieron daño? —pregunto más tranquilo y deshizo el abrazo.
Asentí— Dale tiempo y verás que ambos se llevarán bien, inclusive podría apostar que se convertirán en grandes amigos.
—¿Van a empezar o me dejar esperando? —cuestionó infantil-mente.
—Bien gato, vamos con algo sencillo. Dai, activa modo de entrenamiento de principiantes, fase uno.
—Modo entrenamiento activado —resonó por la habitación la voz robótica.
La simulación de dos personas apareció enfrente del azabache y empezaron a lanzar golpes con cierta lentitud. Luego de un periodo breve de tiempo Ranpo esquivaba con suma facilidad las simulaciones e inclusive las golpeaba.
—¿Es esto enserio? ¡Pónganme algo difícil!
—Debes de empezar desde cero ya que no siempre los enemigos tendrán un patrón al momento de pelear.
—Ella tiene razón, algunos son muy inteligentes y realizan movimientos engañosos, te lo digo porque ya me lo hicieron —explicó Kenji.
—Eso sucede porque son unos idiotas, yo soy mucho más inteligente que cualquier ser humano.
Suspire rendida al ver hacia dónde quería dirigirse, no quiero un berrinche suyo.
—Tu ganas. Dai coloca el nivel dos para principiantes.
—Activando nivel 5 modo experto.
—¡¿Qué?! ¡No! Cancela orden.
—Uy, esto será divertido —dijo Kenji.
Una combinación de varios robots junto a hologramas se posicionaron alrededor del azabache; quien analizaba todo, y en cuestión de segundos dio inicio al entrenamiento.
Al principio era lento, pero conforme iba avanzando el tiempo y Ranpo tomada más confianza, se fue complicando cada vez más.
—¡Venga, tú puedes Ranpo! —ánimo el rubio.
Al ver cómo arrinconaron al chico no dude dos veces en utilizar mi velocidad y sacarlo de ahí antes que fuera un puré.
—Nunca pensé que haría este tipo de cosas, ¡me prometiste que sería sencillo, anciana mentirosa! —me grito en el oído.
—Es tu culpa, querías las cosas difíciles y ahí lo tienes —dije, lo baje al suelo una vez al lado de Kenji.
—Eres mi supervisora temporal así que tú tienes la culpa. ¡¿Por qué demonios me haces caso?!
—¡Abajo! —grito Kenji y se abalanzó sobre nosotros.
Los tres caímos al suelo y por poco evitamos los láser y balas que nos habían lanzado.
—Mierda, Dai desactiva ese modo —ordene, entretanto nos levantamos de forma rápida e iniciamos a esquivar los lasers.
—Activando modo asesino.
—¡Carajo!
—Mejor cállate anciana que estás empeorando todo.
De un segundo a otro los tres nos encontrábamos con las espaldas pegadas mientras que un sin número de robots junto a diferentes tipos de armas nos encerraron y apuntaron provocando que los tres eleváramos las manos en forma de rendición.
—Tal vez si no nos movemos no podrán vernos.
—Eso se dice para los dinosaurios, rubia.
—Dejen de discutir. Ellos están programados para analizar nuestro movimientos y contraatacar en nuestro puntos débiles, así que si queremos salir vivos de esto debemos de ser cuidadosos en nuestro movimientos.
—¿Cómo saldremos de esto sino podemos atacarlos de forma normal?
—Fácil, con 4 movimiento.
—Explicate mejor, gato.
—Midori utiliza tu velocidad para separarlos de nosotros y Kenji deberás realizar un fuerte golpe en el suelo para producir un sismo, así podremos deshacernos de la mayoría.
—Ahí van dos movimientos estúpido y en ese tiempo el resto verá nuestro movimientos.
—No porque la anciana los envolverá en un tipo de torbellino y terminarás dando el golpe final, ricitos de oro.
—Hey, tú plan no suena tan descabellado gato.
—Si Mido-chan está de acuerdo entonces yo también. Hagámoslo de una vez.
—Recuerden que deben hacer sus movimientos de forma continua y no dejar ninguna fracción de segundos.
Ambos nos limitamos en asentir ante la explicación de Ranpo y comenzamos con el plan, active mi habilidad para alejar a los robots y mover las posiciones de las armas.
Kenji soltó un grito entretanto dio un fuerte golpe sobre el suelo ocasionando un sismo que destruyó casi la mayoría de robots. Mientras tanto use de nuevo la velocidad, corrí alrededor de los robots que faltaron y los encerré en un torbellino.
—¡Quítate! —grito el rubio.
Eso me desconcentro totalmente ocasionando que dirija mi mirada hacia ellos, Ranpo se encontraba sobre la espalda de Kenji; su visión era obstruida por las manos del azabache, y algunos robots consiguieron escapar del torbellino.
—¡Qué demonios están haciendo! —proteste.
—¡Cucaracha voladora! Sálvense quien pueda. ¡Mátala, Kenji! ¡No dejes que se coma mi habilidad!
—Quita tus manos de mis ojos que no veo.
Él no es un usuario con poderes y corre un alto peligro trabajando con nosotros, pero... —observé a ambos chicos iniciaron a discutir mientras esquivaban cómo podían los ataques— puedo notar que realmente consiguió acoplarse a nosotros con facilidad y te estás esforzando por aprender a defenderte para que el viejo te permita quedarte con nosotros. Se muy bien que un humano normal nunca podrá ganarle a un usuario con habilidad si se trata de combate, pero con tu inteligencia y el entrenamiento que estás recibiendo podrás sobrevivir hasta que alguno de nosotros llegue a ayudarte.
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Después de haber hecho ese pequeño accidente el cual el presidente se enteró y estaba a nada de matarnos —mas que todo a mi que a los otros dos—, nos puso a limpiar nuestro desastre; tardamos casi las 24 horas para limpiar todo, hasta hace poco conseguí finalizar de darme una relajante ducha y caminé directo a la agencia.
No se vale, por que el viejo debe de darme su sermón cuando me toca descansar.
Tarde unos minutos en llegar y ascender por las escaleras hasta el cuarto piso, saludé a todas las secretarias e ingrese a la oficina.
—Olvidare todo lo que sucedió y no se los descontare de su sueldo ya que las puertas de seguridad estaban bloqueadas al activarse ese modo —asentí, sentándome sobre su mesa—. Pero para la próxima vez que suceda algo similar sácalos de ahí y avísame —explicó pasándome un periódico.
Tomó el periódico y leí lo que se estaba en circulado.
—Se han reportado varias desapariciones, amenazas y muertes durante todo este mes. Los agentes policiacos no han encontrado ninguna pista del responsable de los hechos, por lo que se les recomienda estar junto con compañía y no solos en cualquier parte —reí—. Que estúpidos al recomendar eso, aunque hubiera un montón de personas para "defenderse" unas a las otras se terminarán muriendo.
—La policía solicitó nuestra ayuda, la poca información que recolectó es que en la mayoría de las escenas algunas personas ven a un niño.
—Es un criado de la mafia —crucé mis piernas una sobre otra—, busque en los informes que le di y tendrá al culpable.
Al no escuchar ninguna respuesta de su parte una sonrisa surcó de mis labios y negué con la cabeza, creo que deberé de comprarle unas vitaminas para la cabeza.
—Déjeme adivinar, se le olvidó que tenía casi todos los expedientes de la mafia —deje el periódico sobre la mesa—. Ni lo piense, debo de realizar un par de cosas y no tengo tiempo para hacer eso.
—Que recuerde no tienes nada. Es más, estás en tu día de descanso.
—Ajá, estoy ocupada.
—¿Haciendo qué?
—Soportarlo —un zape fue dirigido hacia mi nuca—. ¡Ay! Pero que carácter, ni una simple broma se puede aguantar.
—Habla —ordenó serio.
—Bien, estoy recolectando información, ¿contento?
—No hace falta que mientas. Te aconsejo que te infiltres a la mafia en vez de dejar que te capturen para poder ir a ver al niñ...
—No, esta vez no. Realmente necesito recolectar una información y posiblemente hablar con alguien.
—¿De qué y con quién?
—¿Cuál es la gana a que vaya a la misión? Puede dejársela a Kenji o ir usted junto con Ranpo. Y no es el único que tiene mucho trabajo en estos días.
—Ambos fueron a una misión y no me cambies de tema jovencita.
—Está consiente que ninguno de los dos conoce Yokohama y se van a perder —cuestione con una de mis cejas levantadas.
—No es cierto lo que dices, ¿verdad? —dijo tranquilo, pero lo conocía y pude notar un ligero nerviosismo.
—Buena suerte encontrándolos.
—Mierda —susurro.
—Lenguaje.
Iba a brindarme otro zape, pero fui más rápida y me quite del lugar.
—Que le parece si hacemos una pequeña apuesta —elevó una ceja—. Usted irá a buscar a los chicos y los traerá devuelta a la agencia; pero no puede utilizar algún tipo o método de rastreo para encontrarlos. En cuando a mi, realizaré esa misión que quiere que haga. Si gano me dará una semana completa de vacaciones y no realizará ningún tipo de investigación de lo que hice, si usted gana dejare que me coloque ese GPS y no lo quitare en ningún momento —explique extendiéndole mi mano.
—Hecho.
Estaba apunto de tomar mi mano, pero la quite de golpe.
—De primero quiero todo el informe, sino no hay trato.
—Me alegra que aprendieras de tus errores. —dijo, saco un delgado folder café y me lo entrego y añadió —: Vas a perder Midori.
—No tiene ni la más mínima idea de lo que se acaba de meter.
Al finalizar nuestra conversación y tener el informe me retire de la oficina, estaba confiada que iba a ganar ya que tenía dos ventajas, la primera es que los chicos me hacen caso y me harán el favor de perderse más, y la segunda es que el presidente no los conoce para nada.
Me cercioré que ninguna de las secretarias o el presidente pudieran escucharme, al finalizar me decidí por llamar a Kenji.
—Rayito de sol, ¿qué tal estás?
—Nos perdimos, por favor ven a buscarnos.
—¡No es necesario! ¡Ya se en donde estamos! —grito Ranpo.
—¡Eso dijiste hace dos horas y nos terminamos perdiendo más!
—No necesito la ayuda de nadie, puedo orientarnos hacia la misión por mis propios métodos.
—Eres sumamente inteligente, ¡pero eres un completo idiota al querer movilizarte!
—Tu ni siquiera te puedes limpiar bien el trasero cuando vas al baño, solo te la vives quejando, acaso debo de darte tu biberón para que te calles bebito.
—¡Ya basta! Dejen de discutir.
Escuchó silencio del otro lado de la línea por lo que proseguí.
—Son compañeros por Dios, ambos deben de colocar de su parte para llevarse bien con el contrario a la hora de estar en misiones, sino su rival puede aprovechar esa desventaja y los terminará matando —suspire—. ¿Qué fue lo que les paso chicos? Ya se estaban comenzando a llevar bien y ahora no.
—Cosas de chicos —respondieron en unísono.
—Si veo que están peleando de nuevo les impondré un castigo a ambos, ¿comprendido? —escuche una respuesta afirmativa por su parte—. No puedo ir a recogerlos ya que estoy en una misión así que el presidente irá por ustedes. Y necesito que me háganme un favor, muévanse todo lo que puedan.
—¿Eh? No deberías decirnos lo contrario.
—Hiciste una apuesta con él ¿no? —dedujo Ranpo.
—Así es, así que por favor cambien de posición un montón de veces, si lo hacen les comprare lo que quieran.
—Hecho.
—¿Cuánto tiempo quieres que lo distraigamos?
—Mmm... tal vez hasta que se haga de noche.
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Cuando busco que me capturen no lo hacen y cuando no quiero lo hacen. Viendo el lado bueno podré ver a mi niño.
Estaba de prisionera en uno de los tantos calabozos que tenía la mafia, mis ojos permanecieron vendados, sin embargo; el resto de mis sentidos los tenía muy peliagudos. Habían dos personas en la habitación, uno de ellos era Chūya; quien se dedicó en amenazarme y la otra persona no ubicaba quien era, pero por el sonido de sus pisadas pude deducir que era una mujer. Todo este lío se desató por culpa del viejo por aceptar esa estúpida apuesta.
—Eres una bastarda. ¿Tienes miedo por lo que te haremos?
—De tu pestilencia un poco, así que mejor cierra el hocico, enano.
—¡Maldita perra!
—¿Ton coeur bat rapidement, pour qui, pour moi?
—¿Eh? —pronunció Chūya y escuche un leve risa femenina
—Wow, apparemment vous n'êtes pas seulement un nain en taille, mais aussi en cervelle.
—Bien, si así quieres jugar. Quédate ahí, iré por un maldito traductor —dijo, se escuchó el abrir y cerrar de la puerta.
No soy idiota Chuuya, se que estás ahí.
—Tu es du mauvais côté belle dame.
—Ce que vous faites n'est pas dans votre intérêt –respondió.
—Tu as raison, je voulais juste prévenir avant qu'un drame n'arrive —me acomode—. Yo que tú no lo haría y me largaría.
—¿Hacer qué?
Le dediqué una sonrisa— ¡Enano! ¿Qué acaso no tienes modales? Escuchar una platica ajena es de mala educación.
—Qué clase de japonesa eres hablando francés —se quejó el único hombre.
—Vaya, pero que seguridad la tuya al decir que soy japonesa.
—Porque lo eres.
—Pero no tengo los rasgos que caracterizan a los japoneses. Soy irlandesa.
—¿Irlandesa?
—O tal vez latina. Ya no lo sé, hay muchas nacionalidades por escoger.
—¡Ya deja de jugar conmigo!
—Seguro, dejaré de molestarte el 31 de febrero.
—Genial, estaré esperando ansioso por esa fecha. Y te lo voy a recor...
Solté una carcajada al escuchar que se quedó callado al entender lo que dije.
—¡Hija de puta! ¡Te voy a matar!
—Definitivamente, de todos los integrantes de la mafia quien a intentado matarme, tú eres mi favorito —dije con dolor de estómago por tanto reír.
—Agradece que me dieron la orden de no matarte aún, sino estarías tres metros bajo tierra.
—Lo que si agradezco es que me hayas vendado los ojos ya que odio cuando me sacan sangre.
—Asombroso, así que los rumores son ciertos —habló la mujer.
—Espero que no hayas escuchado los mismos rumores que escuchó el enano a tu lado ya que no son ciertos, ¿o pueda que si? —bostece—. Bueno eso no interesa, lo importante ahora es que seas cuidadosa y que no duela.
Escuche pasos de tacones sonar hasta detenerse a mi costado derecho.
—Oh, créeme. No lo sentirás.
El lugar se quedó en un silencio bastante incómodo para mi gusto, seguido sentí algo clavarse en mi hombro y algo punzo cortante acercarse a mi nuca, ocasionando que de forma involuntaria activara mi habilidad y lastimara a los otros dos.
—¡Mierda! —grito adolorida.
—Te dije que fueras cuidadosa, pero como siempre nadie me hace caso.
—Y yo te dije que no te opusieras.
—Se le llaman reflejos y esos no los puedo controlar, enano idiota —conseguí librarme de mi atadura gracias a un clip que guarde en la bolsa del pantalón—. Ah, por cierto, yo que tú estaría buscando el regalito que les deje en alguna parte de la Mafia.
—¿Otra vez una maldita granada? —pregunto exasperante.
—¿Quién dijo que era una? —cuestione sonriente.
—Tu quédate aquí y sácale los análisis a la idiota, entretanto buscaré su pequeña bromita.
Escuche el abrir y cerrar de la puerta con fuerza, me cercioré que él ya no estuviera en la habitación y puse en marcha mi plan.
—No es tan grave la herida que te hice ¿verdad?, por que si es lo contrario te aconsejo vayas con el médico, bueno aunque técnicamente tú misma te puedes curar ya que eres un médico —solté, escogiendo su carrera de forma aleatoria.
—¿Cómo demonios lo sabes?
—Un mago nunca revela sus trucos. Ahora es tu turno para que te disculpes.
—¿Qué?
—Como escuchaste, cada vez que alguien hace algo malo debe de disculparse. Tú me sacaste sangre sin mi consentimiento de una forma muy grotesca.
—La que debería de disculparse eres tú por que me aventaste.
—Te lo merecías después de todo —es hora de joderle un poco más su existencia, suspire—. Bueno aunque la verdad me lo veía venir ya que nadie de aquí tiene modales.
—Eso no es cierto
—Digo la verdad. Mira, un claro ejemplo es el enano que estaba a tu lado, no tiene ningún tipo de modales ya que estuvo escuchando plática ajena y ni siquiera volteo su mirada cuando me inyectaste —sentí su pesada mirada—. ¿Vez? Tengo razón y puedo asegurar que tú tampoco tienes modales, después de todo eres una aliada muy cercana al jefe de mafia.
—Eso no es cierto —dijo nerviosa ocasionando que sonriera, bingo.
—¿Haz jugado congelados? —cuestione cambiando de tema.
—Estoy diciendo la verdad, no conozco al idiota de Mori.
—Yo nunca dije su nombre —escuché que trago saliva—. Ya en serio, ¿haz jugado congelado?
—De donde mierdas sacas esa información, ¡¿leíste mi expediente?!
—Pueda que si, pueda que no. Quien sabe realmente.
—Esos bastardos, me dijeron que no sabrías nada de mi y que no ibas a descubrirme.
—Oi, ¿quieres jugar conmigo al congelado? Soy muy buena en ello, nadie hasta el momento me a conseguido ganar, tal vez tú podrías ser la primera.
—¡Ya deja de hacerte la tonta y contesta!
Bufe— Pero que aburrida eres. No deberías de quitarle lo divertido a la vida, sino que sentido tendría vivirla. Hagamos esto más divertido, una apuesta del juego de congelados; si usted gana le dire todo lo que se e inclusive diré todos los secretos de la agencia y dejaré que me mate, pero si yo gano me serás mi perra por el resto de tu vida y te largarás de la mafia —una sonrisa perversa surcó mis labios—. Venga, anímate. Mira que jugaré tal y como estoy ahora.
—Aceptare, solo si agregas que serás mi esclava y que dejarás que experimente contigo.
—Hecho.
—Te daré el honor de empezar, tu congelas y yo huyo.
—Ay, pero que dulce. Por eso te daré 10 segundos para que corras.
Escuche una carcajada de su parte mientras inicie la cuenta regresiva, seguido escucho un par de pasos alejándose un poco. Finalice de contar y active mi habilidad, entretanto decrete chasqueando los dedos.
—Congelada.
Me quite la venda que cubría mis ojos, una vez sin la venda tuve que espere un par de segundos para acoplarme con la luz. Mi plan había funcionado para liberarme y como bonus conseguí información de ella, al fin pude ver a la mujer con quien estaba hablando, su cabello era de color negro y ojos rosados.
Inicie a liberarme de las ataduras de mis piernas, tarde un par de minutos para conseguirlo, seguido caminé por el alrededor dejándome en claro que es una pequeña clínica. Una idea atravesó mi cabeza, al mismo tiempo una sonrisa gatubela se apoderó de mis labios y comencé a buscar todo lo necesario.
Saque 4 pastillas pequeñas de eszopiclona (lunesta), a continuación me aproxime a la chica y con suma dificultad conseguí que ella ingiriera las pastilla, en eso logró ver que tenía un carnet que decía su nombre. Después en un pañuelo regué como 4 botecitos de 50ml de sedonat, me posicione detrás de ella con la mano derecha sostenía el pañuelo sobre su boca y con la otra traté de dejarla inmóvil, una vez lista desactive mi habilidad.
El tiempo retorno a la normalidad, su cuerpo se tensó por breves segundos e inició a forcejear intentando liberarse de mi agarre.
Duramos así durante unos minutos hasta ella disminuyó los forcejeos y fuerza.
—Te lo advertí linda Akiko, yo siempre gano —fue cerrando sus ojos—. Go to sleep.
Ella dejó de forcejear y sentí el peso completo de su cuerpo, a continuación la arrastre hacia la única camilla que había y la posicione sobre ella.
Analice la habitación con detenimiento hasta detenerme en un mecanismo extraño, tome el primer objeto a mi alcance y lo coloque debajo del mecanismo, seguido este fue absorbido por este.
Joder, así que mandaste mi prueba de sangre hacia cualquier parte de la mafia.
—Dai, saca a la mosca y activa el GPS de ella, necesito encontrar mi prueba de sangre antes que Mori la tenga —ordene mientras quite mi gabardina del perchero y me la coloque.
—Entendido detective Konoe.
En cuestión de segundos la pequeña mosca salió de las telas de la gabardina, seguido está se posicionó en el mecanismo y fue absorbido por este—viendo el lado bueno es que puedo pasar más tiempo con Q y después recuperar los análisis cuando ya tenga su paradero—. Salí de la habitación una vez segura que no hubiera ningún tipo de guardia y comencé a caminar en dirección a la celda de Q.
—Midori —pronunciaron mi nombre provocándome una enorme confusión.
Di media vuelta y me sorprendí al ver a los chicos; quienes se acercaron a toda velocidad a mi posición.
—¿Pero qué de...
—Nos alegra tanto verte completa y no media muerta —dijo Ranpo soltando un suspiro de alivio y se arregló sus anteojos.
—¿Estás bien? ¿No te lastimaron? ¿Tienes heridas? ¿Te llevamos al hospital? —interrogó Kenji preocupado.
—Este lugar es muy peligroso, vengan será mejor que salgamos de aquí y les contaré todo —iniciamos a caminar con precaución—. Por cierto, estoy bien. No se deben de preocupar.
—¡¿Por qué mierdas dejaste que te capturaran?! —cuestionaron en unísono con furia.
—Ay, ya no es para tanto, me tomaron de improvisto.
—Tienes idea acaso de lo que es ser jalado a tal grado de arrancarte el brazo por más de dos manzanas.
—Tú fuiste el idiota quien soltó de la nada, "Midori está como rehén en la mafia y están apunto de matarla".
Visualice una cámara de seguridad por lo que disminuí la velocidad hasta quedar casi enfrente de ella, seguido eleve mis dedos índices hacia ella y una sonrisa burlona surcó mis labios.
—Agencia: 2, Mafia: 0.
—¡Midori! —gritaron ambos.
—Ya voy, desesperados —dije y corrí un poco hasta llegar a su lado.
—¿Hacia dónde?
—Izquierda. Debemos destruir los análisis de la anciana —explicó Ranpo
—Se a encontrado sus análisis —indicó Dai dándome las coordenadas.
—Tengo las coordenadas. Según Dai, se encuentra en el tercer piso del lado derecho —informe adelantándome.
—Por lo visto conoces las instalaciones —aseguró el rubio.
—Más o menos. ¿Alguno los vio entrar?
—A excepción de la cámara de seguridad, ninguno nos vio —explicó el azabache.
Conseguí ver con tiempo a un grupo de hombre de negro caminar por el pasillo que íbamos a cruzar, me detuve a tiempo mientras extendí mi brazo ocasionando que los chicos choquen contra ella.
—Hay que tomar otro camino.
Se limitaron en asentir y corrimos por el pasillo para tomar otra ruta, me adelantó un poco y abrí la puerta que se encontraba al cruzar a la izquierda, vi al enano en medio del pasillo, él se quedó pasmado por breves segundos y después reaccionó.
—¡Oi, imbécil! ¡Regresa! —escuche el grito de Chuuya.
Cerré la puerta y con ayuda de la habilidad de Kenji quebré la manija.
—Por ahí no porque espantan.
—Por aquí —dijo Ranpo por el pasillo contrario.
—Corran que viene un enano muy enojado —dije y los tres corrimos.
Pese a que no use mi habilidad pude notar que les llevaba una gran ventaja a ambos chicos.
FlashWord
Sentí un leve movimiento del piso y mi cuerpo pesaba un poco —Chuuya—. Iba a advertirles a los chicos que se fueran a esconder, pero una bala salió de la frente de Ranpo ocasionando que su cadáver cayera al suelo.
Tanto mi amigo rubio como yo nos detuvimos de golpe, mis ojos se centraron en el chico de cabello naranja quien estaba a un par de metros de distancia con una pistola en la mano derecha y su aura rojiza alrededor de su cuerpo.
Dirigí mi mirada hacia el cadáver de Ranpo, al momento de retornar la mirada hacia el enano sentí un líquido impactar contra mi rostro y mi cuerpo inició a temblar como gelatina.
La escena que sucedió delante mis ojos me dejó en shock y con mis ojos picar, Kenji se encontraba enfrente mío con su estómago perforado junto a varios hilos de sangre saliendo de su boca.
—Midori —susurro antes de caer al suelo.
—Lo lamentó, cherry —pronunció Chuuya.
Fin del FlashWord
Me tensé al sentir unas leves vibraciones en el suelo y no perdí el tiempo, tome a ambos chicos de su cintura.
—Sujétense —avise y active mi habilidad.
Con suma dificultad conseguí combinar la velocidad junto a la habilidad de Chuuya provocando que el tiempo se volviera lento y a su vez la gravedad fue eliminada de nuestro cuerpo. Sin embargo, no resulto cómo había planeado, la gravedad regreso a nuestros cuerpos de forma inversa provocando un fuerte impulso contra el techo; a su vez coloque a los chicos enfrente de mi cuerpo y en cuestión de milisegundos recibí el impacto. En total, mi espalda consiguió romper 4 techos —esta vez si me dolió—. Desactive mi habilidad e iniciamos a caer al suelo roto, nuevamente active la habilidad únicamente de Chuuya para descender al suelo, aún lado de hoyo que realizamos.
—¿Y, qué les pareció? —pregunte fatigada y traté de controlar mi respiración.
—Quiero vomitar —dijo Ranpo cubriéndose la boca con su mano, entretanto Kenji se desmayó.
—Hay vamos no es para tanto. ¡Deberían de felicitarme! —proteste realizando un puchero.
—Estás sangrando.
—¿Ah? —lleve mi mano hacia donde señaló, seguido visualice esta misma dejándome ver que tenía razón— A de ser por combinar los dos poderes y esos golpes que me lleve, bueno no importa.
—¡Maldita idiota! ¡¿Dónde mierdas te metiste?! —me sorprendió escuchar el grito de Chuuya que se escuchó hasta donde estábamos.
—Let's go to the carajo —dije tomando a Kenji y colocarlo sobre mi espalda, seguido agarre la muñeca de Ranpo e inicie a correr como una persona común y corriente.
—¡Me vas a romper mi muñeca!
—Habla bajo que sino nos encontrará más rápido.
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En tan poco tiempo sucedió un sin número de cosas, por ejemplo: los guardias de seguridad nos descubrieron mientras llegábamos a la habitación donde estaban mis pruebas de sangre junto a las grabaciones de seguridad, Kenji se despertó vomitándome, Ranpo coloco en práctica todo el entrenamiento que se le dio, tuve que enfrentarme con el enano y Kenji se enfrentó con otros usuarios de la mafia, mientras Ranpo se encargó de eliminarlo toda información nuestra y copiar los planes de la mafia.
—¡Listo, vámonos ya! —grito el azabache.
No perdí el tiempo en cargarlos como costal de papas y activar mi habilidad para sacarnos de la mafia. Al estar fuera de las instalaciones los dejé en el suelo, entretanto todo el tiempo retorno a la normalidad, seguido una fuerte explosión se presentó ocasionando que algunos pedazos de construcción cayeran de forma dispersa en el pavimento.
—¿De quién fue la idea de colocar granadas en la mafia?
Ambos se observaron de reojo e iniciaron a silbar evitando mi mirada.
—Así que fueron ambos —crucé mis brazos—, estoy tan orgullosa de ustedes, se nota que soy su maestra. Cualquier cosa una bomba por parte de la mafia detonó el lugar.
Ambos asintieron sonrientes ocasionando que riera un poco, no perdí más el tiempo, los tome de la cintura y corrí a toda velocidad hacia la agencia.
Fue cuestión de milisegundos en dejarlos delante de la oficina del presidente, ir a mi departamento para bañarme y colocarme ropa limpia, por último retornar a la agencia.
—¡Viejo! ¡Mas le vale estar ahí! —coloque mi mano sobre la perilla y abrí la puerta— ¡Tenemos buenas noticias!
—Ya deja de ser tan escandalosa por Dios. ¿Es necesario que gritaras? —pregunto irritado.
—Uh. ¿Qué demonios está haciendo? —ignore su pregunta al ver cómo aventó el teclado de la computadora.
—Intentando de buscar a tus compañeros que no los encuentro por ningún lado.
—¿Acaso está preocupado?
—Por supuesto que si, ya es de noche y ellos no aparecen ni contestan mis llamadas, temo que la mafia los haya capturado.
No pude evitarlo, solté una fuerte carcajada mientras tanto él me mataba con la mirada, a continuación él se encontró enfrente de mi y posicionó sus manos sobre mis hombro, al mismo tiempo que libero su aura de forma amenazante. Me limité en soltar una risa nerviosa y al momento de sentir que ejerció algo de fuerza en su agarre hablé.
—Ya entren, no quiero que el viejo me mate por su culpa.
Ambos entraron por la puerta, al mismo tiempo el aura del viejo desaprecio de su cuerpo y Kenji se encargó de cerrar la puerta mientras dijo.
—Es muy lindo de su parte que se haya preocupado por nosotros, presidente.
—Aprendió la lección, ¿no es así?
—¡¿Por qué demonios no contestaban el maldito celular?!
—Estábamos resolviendo la misión —contestaron en unísono.
Vi al viejo posicionar su mano sobre el mango de la katana y libero su aura amenazante.
—¿Se puede saber que misión? Por qué recibí la llamada de los oficiales diciendo que no habían llegado —dijo acercándose a ellos.
—Tienen razón —me interpuse en su camino y coloque mis manos sobre su pecho—, no fueron a su debida misión. Sin embargo, me ayudaron en mi misión. La Port Mafia me capturó y ellos ingresaron en ella para liberarme, también consiguieron obtener información de esta.
En ese momento Ranpo sacó el USB y lo dejó sobre la mesa, mientras que el viejo se tomó unos segundos para calmarse, seguido se dirigió a su escritorio e ingresó el USB a la computadora.
Los tres poseíamos una gran sonrisa en nuestro rostros mientras observábamos los movimientos del presidente, quien revisaba el gran, pero gran informe digital que le habíamos dejado.
—A veces me dan miedo ustedes tres.
—Un gracias no estaría mal, viejo.
—Es lógico que lo consiguiéramos, somos el mejor equipo que pueda existir ya que tenemos fuerza —se señaló—, velocidad —me señaló— e inteligencia —explicó y terminó señalando a Ranpo.
—Y más porque me tienen a mi, un gran detective.
—Son los 3 chiflados.
—¡Eso no es nuestro nombre! —protéstanos.
—Somos Three swords —dijeron en unísono Ranpo y Kenji.
—Huh, ¿desde cuando se pusieron de acuerdo? —agite la cabeza— Bueno eso no importa ahora. Gane así que quiero mis vacaciones esta semana que viene.
—Técnicamente ninguno de los dos ganó, así que se anula la apuesta.
—Un minuto, yo si gane, usted fue el quien perdió.
—Por supuesto que no ya que no metiste en la cárcel al criminal.
—Tch —pronuncie fastidiada.
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Narra omnisciente
Había pasado 23 días desde que los detectives ingresaron a uno de los tantos cuarteles de la mafia, Ranpo había superado su examen de ingreso con mucho éxito e inició a ejercer su trabajo como detective y era acompañado por cualquiera de sus compañeros de trabajo. Hoy iba acompañado por la detective Midori para resolver un caso "imposible" ya que no poseía ningún tipo de evidencia y se encontraron caminando directo a la escena del crimen.
A una distancia algo alejada del lugar se encontraba la Academia New Tsuruya; cada uno que participaban en la academia no dejaban de hablar acerca de la Agencia de Detectives y sus integrantes. Sin embargo, no todos se sentían cómodos al hablar sobre el tema que ha estado circulando en estos últimos días.
Un joven docente de cabello rubio se encontró en la sala de descanso para los maestros de la academia, él se dedicó en anotar lo que realizaría al siguiente día con su clase de forma puntualizada, entretanto escuchó las noticias que eran dadas por medio de la televisión.
—La Agencia de Detectives se ha vuelto más fuerte y con nuevos integrantes saliendo a la luz —explicó la reportera.
—Estás en todo lo correcto, Ai. ¿Quién crees que sea el siguiente? —pregunto su compañero.
—Ni idea, Yuki. La Agencia es muy reservada así que solo queda esperar.
—Es sorprendente, desde hace pocos meses surgió la Agencia de Detectives y ya tiene a todos los ciudadanos de Yokohama desde la palmas de su mano.
—Tienes toda la razón. Pero todo eso es producido por el trabajo que ejercen los integrantes de ella, tengo que admitir que cada uno a dejado su propia huella de reconocimiento.
Unos breves video se presentaron al costado de los periodistas, estos se trataron de cada uno de los integrantes de la agencia utilizando sus habilidades.
—Para las personas que no los conozca, cosa que sería imposible, les mostramos breves videos que hemos conseguido por parte de algunas personas que fueron salvados por los detectives. Miyawaza Kenji, posee la habilidad de súper fuerza y Ranpo Edgwar con su increíble poder de la Ultradeducción.
—No te olvides de Konoe Midori quien tiene una velocidad increíble.
—Solo son un grupo de presumidos, no existe tal disparate de los poderes —habló irritado el de cabello rubio al televisor y sin más apago la televisión
Se nota que ellos no tienen ideales, se nota a leguas que son un grupo de chicos desorientados en la vida —pensó el rubio, levantándose de la silla y saliendo del lugar.
Retornando a la escena de crimen ya se encontraron ambos detectives a punto de iniciar la investigación, sin embargo, la chica de cabello blanco recibió una llamada por parte del presidente; informó acerca de un asesinato y una persecución en movimiento hacia el criminal.
En ese instante un tipo de sombra negra pasó a toda velocidad a un costado de los detective.
—Tengo que irme —informó la mujer y finalizó la llamada.
Suspiro— ¿Puedo alegarle al presidente? —cuestionó en azabache.
—No. Encárgate de resolver el caso y por favor llámame cuando termines —explicó la de cabello albino y recibió un asentimiento como respuesta por parte del azabache.
Ella comenzó a caminar siguiendo el caos ocasionado por el chico perteneciente de la mafia.
—¡¿Eh?! Pe..pe..pero no debería hacer eso, debe quedar...
—Ella puede hacer lo que quiera ya que está no es su misión, sino es la mía. Solamente me hizo el favor de acompañarme así que más te vale cerrar el pico o sino me largare de aquí y miras cómo resuelves el caso. —interrumpió al oficial en defensa de su mejor amiga, mientras camino hacia la escena del crimen, y añadió—: Se de algo útil, ve a conseguir dulces ya que tengo salada la boca por tu culpa.
En cambio con Ella, se tardo un par de minutos en alcanzar la masa negra, este se detuvo de golpe ocasionando que la joven detective se detuviera a una distancia promedio y el resto de personas que transitaron por la misma calle huyeron despavoridos del lugar.
Ambos contrincantes se visualizaron y sorprendieron en el trayecto, ninguno de los dos se imaginó cómo sería el contrario.
Es un niño —pensó Midori, llevando su mano derecha a su arma y le coloco su seguro.
Si consigo matarla Dazai-sama se pondrá orgulloso de mi y me tratará mejor —pensó el chico de cabello negro con toques blancos en las puntas.
—Así que tú eres uno de los niños secuestrados de la Mafia, ¿no? —guardó sus manos en los bolsillos de la gabardina— Que hijos de puta. Inducir a unos niños de golpe al peor lado del mundo y mandarlos a una misión suicida.
—He escuchado mucho de usted Konoe Midori. Ha sido el dolor de cabeza de la Port Mafia y mi jefe, por lo que me encargare de usted.
La joven se dedicó en analizar al menor percatándose de varias cosas: era un novato que apenas iniciaba sus prácticas, era abusado tanto físicas como mentalmente, entre otras cosas.
—Así que no te dieron la orden, sino fue tu decisión hacer este desastre con el fin de llamar mi atención y poder matarme —rió con amargura–. Mierda, si que te corrompieron... pero aún tienes salvación, déjame ayudarte, por favor.
Él se limitó en tragar saliva en el intentó de calmar sus nervios.
Entonces los reportes que leí no era broma, es demasiado inteligente, pero se que ganaré y pondré orgulloso a Dazai-sama —pensó él y comenzó a pelear contra su contrincante.
Ella esquivaba los ataques del niño con muchas facilidad y trato de evitar los daños hacia la calle en la que se encontraron peleando.
—Venga chico, deja de poner más difícil la situación que estás ocasionando que haga más papeleo de lo debido.
—¡Muérete! —grito, convirtió su abrigo en un monstruo oscuro.
La de cabello albino no se inmutó, espero hasta que el ataque quedara a centímetros de distancia y elevó su dedo índice con su poder ya activado, provocando que el ataque fuese absorbido dejando atónito al niño.
—Puedo ayudarte, ayudarlos a que tengan una vida normal, solo necesito que dejen la mafia y me encargare del resto.
—¡Eres una mentirosa! —grito temeroso y corrió hacia el edificio de enfrente.
—De todos los lugares que podrías meterte se te ocurre hacerlo en una academia —suspiro—. Creo que esta vez no me podré escapar del papeleo.
Al mismo tiempo que sucedió la pelea se encontraba un joven de cabello rubio y lentes impartiendo su clase a chicos de diversas edades. La mitad de la pizarra tenía ciertos escritos en inglés y el resto de ella se dedicó en ejercicios algebraicos.
Él se encontraba molesto ya que ninguno dea sus alumnos le colocaba atención, ademas, escuchar el reportaje de hace un buen rato por parte de la televisión le perjudicó. Él también poseía una habilidad especial, pero la ha estado suprimiendo desde hace 2 años y tratándose de convencer que no existen personas como solía ser.
—¡Ya dejen de hablar y presten atención! Que después para el examen dicen que no saben hacer las cosas y que yo no les enseñe —dijo molesto.
Él inició a dar un sermón a sus alumnos, al mismo tiempo, tanto Akutagawa como Midori ingresaron a la academia continuando con la persecución, ella estaba apunto de atrapar al menor, sin embargo un seguridad del establecimiento la detuvo del hombro.
—¿Qué hace afuera? Debería de estar recibiendo su clase.
—Hay una confusión, no soy alumna de este lugar sino soy la detective Midori de la AAD —quito la mano del hombre— y si me disculpa estoy en una persecución.
—Buen intentó niñata, pero es lógico que no puedes ser la detective Midori. Ahora, regresa tu aula —dijo el hombre tomando a Midori del cuello de la gabardina.
Ella rodó los ojos y liberó un poco de su aura ocasionando una fuerte corriente así liberándose del agarre del hombre y demostrarle que decía la verdad.
—¿Quiere más pruebas?
—Le informaré al director para evacuar al lugar.
—No es necesario.
En cuanto al niño perteneciente de la mafia ingresó en unos conductos de ventilación e inició a gatear por ellos con el fin de salir de ese lugar sin ser visto por la femenina. Él se detuvo a descansar, sin darse cuenta que se encontraba sobre un aula, específicamente en el aula donde se encontró un ya calmado joven de cabello rubio y lentes.
Retornando con al detective, camino por los pasillos analizando cada detalle hasta encontrar una rendija de ventilación mal puesta, se acercó a ella para así quitar por completo la rendija y vio su interior.
—Tamaño perfecto para que un niño se meta por y ella y escape. Si eres inteligente, aunque no te servirá de mucho —susurro.
Ella cerró los ojos para centrarse en el nuevo poder que robó, luego de unos segundos los abrió y divisó un tipo de humo de color rojizo que atravesó las paredes y lo siguió.
El destino realizó nuevamente otra de sus jugadas como lo había hecho con anterioridad; colocar a las personas de habilidad especial y culinarias que necesitaban la ayuda de la albina sin ellos saber que colgaban de un fino hilo que impedía que cayeran a un abismo de oscuridad, tal y como lo había hecho con los otros dos compañeros de la chica.
Conforme ella fue acercándose el humo fue volviéndose más pequeño hasta el grado de desaparecer. Se encontró enfrente de una puerta que daba a un aula, se lo pensó por unos segundos si entrar o no, pero al final le dio igual lo que pensaran las personas que estaban dentro del lugar así que abrió la puerta e ingreso al lugar.
La mirada de todos se posicionaron sobre la albina quien las ignoró y se dedicó a buscar al niño de cabello negro y puntas blancas.
¿Pero qué demonios? ¿Qué hace una colegiada en este lugar? —pensó el maestro rubio y dejó de apuntar en la pizarra.
Él al escuchar un sin fin de susurros por parte de sus alumnos decidió cerrar su cuaderno y acercarse a la femenina diciéndole.
—Disculpe, no puede estar aquí y por si no lo ve estamos en medio de una clase.
Cómo había previsto ella, se limitó a mostrar su placa de la agencia y a su vez su mirada se enfocó en un conducto de ventilación pegado a la pared contraria de la puerta. Guardó su placa y se acercó a esa pared.
Por otro lado el niño se acercó a la rendija de ventilación con el propósito de ver si lo habían descubierto o no, pero no consiguió ver nada más que al hombre rubio que miró a su dirección.
—No me importa si sea de la mafia, la CIA, el FBI o la AAD, sin una orden judicial no puede entrar a propiedad privada para investigar. Así que lárguese de mi clase.
—Oi, niño, ¿cómo era que te llamabas? ¿Tatagua? ¿Acagua? —cuestionó la albina ignorando al rubio, tenia el propósito de fastidiar al menor lo cual consiguió.
—¡Akutagawa, soy Akutagawa, no Tatagua! —grito el infante molesto y ella aprovecho el momento; le brindo un golpe "suave" a la pared de al lado.
La rendija del conducto de ventilación cayo al suelo junto a Akutagawa; quien se quejó, entretanto ella se acercó a la posición del contrario. Él intento de huir, sin embargo, la de cabello albino consiguió realizarle una llave en el brazo del contrario dejándolo inmóvil en el suelo.
—¿Cómo demonios te metiste ahí tan rápido? —elevó sus hombros restándole importancia— Bueno no importa. Lo lamentó, tu nombre es extraño y me cuesta aprenderlo.
De un movimiento rápido ella consiguió noquear al menor, seguido lo cargó sobre su hombro derecho como si de un costal de papas se tratase y habló.
—Lamentó los inconvenientes, pero cómo vera había un usuario de habilidad especial escondido entre ustedes —zarandeó un poco el cuerpo de infante—. Ya puede seguir dando su clase aburrida de matemáticas.
Tanto el rubio como la albina se sorprendieron al ver cómo todos los alumnos se acercaron de golpe a la chica y la encerraron en un círculo.
—¿¡La detective Konoe es de nuestra edad!?
—¡La amo, cásate conmigo!
—Es muy hermosa.
—¡Eso es demuestra el poder femenino, eres mi ídolo!
—¿Puedes traer a tus compañeros de trabajo? ¡Son tan sexys que quiero conocerlos!
—Ranpo es tan guapo, ¿me lo presentas?
—Quiero ser la primera en robarle la inocencia a Kenji.
—¿Tienes novio o novia?
—¿Eh? —pronuncio confundida al escuchar esos y más comentarios.
Ella trató de alejar de forma pacífica y calmada a los estudiantes, sin embargo, no dio buenos resultados por lo que el rubio de gafas tuvo que ayudarla a salir de esa estampida de estudiantes y sacarla de la clase.
Tanto el rubio como la albina tenían ese extraño presentimiento, esa no sería la última vez que se verían y no les gusto para nada.
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| Narras tu |
Estos terroristas de la bandera azul sean sobrepasado de los límites al destruido muchos edificios nacionales y empresariales —suspire—. Maldición, ¿por qué cuando sucede algo malo se nos viene encima mucho trabajo?
FlashBack
—El mundo está incompleto. Por mucho que lloren o recen, la gente sigue muriendo en accidentes, y el mal sigue propagándose con total impunidad. Por eso aspiro a conseguir un mundo ideal —la cámara realizó un acercamiento de su rostro cubierto—. No vendrá la mano de Dios, sino de nuestros dedos manchados de sangre... —habló un hombre.
El viejo apago el proyectos dejando en claro que había finalizado el video.
—Definitivamente es un funcionario público —declaró Ranpo comiéndose un dulce.
—Por lo que entiendo, él va tras asesinos cuyos casos fueron abandonados por fiscales y parlamentarios involucrados en casos de corrupción política a nivel global —comentó Kenji sosteniendo una diversidad de cartas.
—Como les dije, querían pasar el video en cadena nacional, sin embargo, Katai consiguió descubrirlo y detenerlo antes que fuera transmitido. Midori, —observé al viejo— de ahora en adelante serás excluida de cualquier tipo de misión que no esté relacionada con esta banda y ustedes dos se encargarán del resto de las misiones.
—¿Por qué no simplemente que Ranpo nos diga el paradero del criminal y lo encerramos?
—Concuerdo con risitas de oro, no me tomara más de unos segundos.
—Tiene un mal presentimiento y prefiere que este caso se resuelva de forma lenta pero segura, ¿no es así viejo? —explique y él me dio la razón con un asentimiento de cabeza.
—No es que dude de tu habilidad, Ranpo. Pero presiento que algo malo va a suceder.
—Esto será un dolor de cabeza —dije y solté un suspiro de cansancio.
Fin del FlashBack
Le pague al taxi una vez identifique que habíamos llegado al lugar, seguido descendí de el y comencé a caminar hasta encontrarme con un policía.
—Joven Konoe —realizó un saludo—, me alegra que haya aceptado la misión, yo seré el encargado de darle toda la información que sabemos —informó el oficial.
—De acuerdo, ¿este?...
—Soy Satō Hura, detective. Por favor acompáñeme a la escena del crimen.
Lo seguí hasta llegar a la escena, seguido me detuve al lado del cuerpo; se encontraba tendido en el suelo debajo una gran mancha de sangre, su pierna derecha no estaba y su pecho se encontró abierto dejando a la vista los órganos en estado de putrefacción.
No hay heridas de balas, ni utilización de algún arma punzante, ni huellas y mucho menos una evidencia. Por lo que significa que fue atacado por un usuario con poder bastante fuerte y con ayuda de este le quitase la pierna al igual para hacer esta herida sin dejar ninguna evidencia... o eso era lo que trataron de hacer para engañarme. He de admitir que si escondieron muy bien sus huellas, pero aún se reconoce que es una de las tantas personas que cautivaron y pidieron dinero por su rescate.
—Joven Konoe.
—¿Si?
—Esta zona es un poco conflictiva. Tenga cuidado.
—¿Conflictiva?
—Se han presentado varios criminales por aquí, pero no se preocupe ya que t...
El sonido de mi celular se presentó interrumpiendo al policía, lo saco de mi gabardina dejándome ver el número del viejo.
—Es el presidente —dije contestando la llamada.
—¿Hola?
—¿Haz encontrado lo que necesitas?
—Si, he descubirto bastantes cosas. Mi conclusión sigue siendo la misma.
—De acuerdo. Le diré a Ranpo que inicie a analizar el correo electrónico, mientras tanto encárgate de reducir los ataques de este grupo. Cuídate, Midori.
—Le informare cuando vu......
Sentí un fuerte golpe en mi espalda ocasionando que saliera disparada y choque contra una casa; cierta parte de ella fue destruida cuando recibió el impacto de mi cuerpo y mi celular terminó echo pedazos.
—¡Detective Konoe!
El responsable que me golpeo coloco su pie sobre mi abdomen y ejerció fuerza.
—Tan solo eres una ¿mocosa? —eleve la mirada y vi cómo me apunto con su pistola— La Port Mafia debe de tener falta de personal.
Y este idiota que se cree —lo analice—. Este es el maestro imbécil.
—Oye podrías quitar tu pie de mi abdomen ya que odio todo lo que me produce dolor.
—Te doy una lección —quito el seguro de la pistola—. Mueres ahora o mueres después de hablar. ¿Qué prefieres?
—¿Me estas amenazando? —me reí por la estupidez que hizo—. Por cierto, por si no lo haz notado tú también eres un mocoso, cuatro ojos.
—Entro de tu y yo tenemos una gran diferencia, tu eres una criminal y yo un aliado de la policía, y déjame decirte que soy el mejor en esto. ¡Dime todo lo que sabes de la Port Mafia!
—La mafia, que te hace creer que yo sé de ello o que te diré —elevó su pie y me brindo una patada en el rostro—. Que poco hombre eres al golpearle a una mujer.
—Cállate.
—Esa no es la forma correcta para silenciar a una persona y mucho menos a una mujer, docente Doppo Kunikida —se sorprendió—. Ya veo. Eres un imbécil que se cree el muy listo de todos cuando no lo eres. Odio a ese tipo de personas.
—Yo también odio a las personas escorias que solamete buscan el mal para el mundo, como tú.
—Aprendiz Doppo ¡¿qué diablos esta haciendo?! Ella no es de la Port Mafia, sino de la Agencia de Detectives.
—Lo sé y odio esa agencia —susurro y bajo su guardia.
—Es recíproco el sentimiento —de un movimiento rápido conseguí invertir las posiciones, quitarle el arma y apuntarlo con esta—. Te lo advierto, no interfieras en mi trabajo o atente a las consecuencias.
Él se paralizó por completo inclusive retuvo su respiración, seguido quite el cartucho del arma y la lance, entretanto me levante.
—Y es ilegal portar un arma sin permiso, eso también incluye en los aprendices —sacudí un poco mi ropa— idiota.
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Ambos no encontrábamos parados a unos pasos fuera de su casa observando el atardecer, la intriga me carcomía por dentro, quería saber el porqué me llamo con tanta urgencia pero no me atreví a preguntar.
—Gracias por venir y lamento causarte más molestias, se que haz estado muy ocupada resolviendo este caso bandera azul.
—No eres ninguna molestia. Eres mi amigo y siempre estaré para apoyarte en lo que necesites.
—Tomare tu palabra con abuso. Necesito que protejas a mi mejor amigo.
Parpadeé un par de veces— Seguro, solo no le digas al viejo porque me mata. Déjame hacer algo de espacio e iré a proteger a tu amigo, por cierto cómo se ve, cuál es su nombre y de quien debo de protegerlo.
—Ya... ya lo conoces y debes de protegerlo de si mismo.
—Explicate —dije confundida.
—Solo te pido que no te enojes —dijo nervioso y saco algo del bolsillo.
Distinguí que era algo cuadricular hasta que el giro el cuadrado dándome a entender que era un foto, estaba él junto al rubio quien me ha hecho la vida imposible durante este tiempo. Me quede en shock por unos segundos, ¿cómo es posible que ese animal sea amigo de él?
—Durante todo este tiempo de los secuestros y destrucción de los edificios a él se le dio la idea de llegar al fondo de eso y detener a su líder —guardó la fotografía—. He intentado quitarle esa idea de la cabeza, pero no me ha dado buenos resultados.
—Esto es una puta broma ¿no? —dije con las venas de la frente sobresaltadas.
—Por favor, Midori. Eres la única persona que conozco y confío. Se que podrás controlar, orientar y proteger a Kunikida de esa misión suicida que quiere hacer.
—No se si todavía no lo haz notado, pero tu amigo y yo somos polos completamente opuestos.
—Lo sé.
—¿Por qué no le pides ayuda al presidente? Estoy segura que te ayudará y mandara a alguno de mis dos compañeros.
—Kunikida es listo y notará que solicite ayuda de la agencia, en cambio, contigo es diferente ya que casualmente han coincidido en muchos lugares durante la semana.
—Somos completamente distintos, es un maldito perfeccionista que se cree el rey de Roma y lo único que consigue es arruinar mi trabajo. Además me odia sin ningún motivo en particular.
—Tienes razón, excepto por la parte donde te odia. Por favor te lo pido, acompáñalo en todo hasta que se termine ese caso de la bandera azul —me observo, vi sus ojos de súplica y preocupación—. No quiero que mi mejor amigo muera.
—Créeme se nota a leguas que me odia y ya me lo dijo. Sin embargo, tú si eres mi amigo y me apoyas en todas mis loqueras, así que no te preocupes por él —suspire rendida—. Estaré con tu amigo hasta que se resuelva el caso, pero te advierto, si dice alguna estupidez de sus ideales lo mato, ¿oíste, Katai?
—¡Gracias, Midori! ¿Ya te dije que eres mi detective favorita?
—No conseguirás que lo trate bien por medio de elogios.
—Entonces lo haré por medio de las herramientas tecnológicas.
—Piérdete —le saque el dedo de en medio e inicie a caminar–, búscate a alguien más entonces.
—¿Eh? ¡No, Midori! ¡Solo bromeaba! ¡Midori! ¡Espera! ¡Era una broma!
Dure unos 25 minutos más hablando con Katai y retorne a la agencia, mi mente estaba tratando de digerir toda la información y tratar de convencerse que ese idiota es buena persona; la cual necesita de un buen samaritano.
O tal vez una buena golpiza lo vuelva una persona normal... lo puedo ahogar en el río Ōoka hasta que recapacite y nadie podría oír sus gritos.
Ingrese a la puerta principal de la agencia, caminé con pesadez hasta el sofá y me deje caer sobre este, entretanto solté un bufido de frustración.
—¿Qué sucede? —preguntó Kenji.
Levante la cabeza dejando a la vista a mis dos mejores amigos quienes tenían una de sus cejas alzadas.
—Un idiota que se cree policía se está entrometiendo en mi misión y la está complicando —explique, más encima debo de evitar que haga una idiotez porque Katai me pidió favor de cuidarlo.
—Así que estás irritada por eso, ¿no? —dijo Ranpo
—Exacto.
—Bueno ya hemos terminado nuestro trabajo, si quieres podemos ayudarte.
Iba a responder, pero Ranpo se adelantó.
—Conmigo no cuentes.
—Te compraré tus dulces favoritos.
—En serios piensas que con un soborno me convencerás.
—Claro que si —respondimos el rubio y yo en unísono.
—No puedo creer que digan eso de mi. No soy una persona regalada que acepte sobornos para hacer algo que no quiero.
—Siempre lo haz sido.
—Te daré 5 porciones de dulces —propuse.
—Y también quiero estar contigo resolviendo casos por un mes —negocio en azabache.
—4 porciones y 9 días.
—7 porciones y medio mes.
—3 porciones y 3 días.
—6 porciones y 12 días.
—2 porciones y 4 días.
—8 porciones y 14 días.
—10 porciones y un mes completo.
—1 porción de dulces con una semana es eso o nada —propuso un poco harto de la discusión.
—Hecho —acepte sonriente.
—Te volvió a ganar —aviso Kenji conteniendo su risa.
—¡No lo puedo creer! Volví a caer en el mismo truco barato.
—Ríndete de una buena vez creído. Jamás en tu vida superarás la inteligencia de Midori.
—¡Cállate! ¡Esto sucedió porque no utilice mi ultra-deducción! ¡Eres un ignorante ricitos de oro!
—Tiene razón en la parte de no usar su habilidad.
—¿Vez? Hasta la anciana lo admite, nadie me supera cuando uso mi habilidad, ahorita la deje ganar porque quise.
—Pero n....
—Déjalo así —me senté—. Entre más rápido comencemos más rápido terminaremos esa misión.
—¡Presidente, Midori tiene problemas en su misión y necesita de su ayuda! —gritaron a todo pulmón, provocando que todas las secretarias los vean.
—Oigan, eso no se hace —regañe con las venas sobresaltadas por el enojo.
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—Te hubieras ahorrado todo esto si me lo hubieras dicho desde un principio —dijo el viejo terminando de ordenar unos papeles.
—Solo lo hago por Katai. Aunque, ¿es necesario que él venga?
—Si —el sonar de la puerta siendo golpeada se presentó—. Adelante.
Abren la puerta dejandonos ver al hombre que a fastidiado mi misión desde la semana pasada con dos días, él ingresó a la oficina y cerró la puerta por detrás de su espalda.
—Buenas tardes.
—Siéntese, por favor.
—Enana.
—Poste con patas —se sentó—. Espero estes contento ya que me quebraste mi brazo derecho.
—No tienes idea de lo feliz que estoy al verte así.
—Tch —pronuncie conteniendo mis ganas de matarlos, recuerda se lo debes a Katai.
—Me alegra que se lleven bien a pesar de conocerse de forma oficial desde hace dos días —sentí su mirada sobre mi cuerpo—. Quiero hablar de lo que ha sucedido, Joven Doppo
—Por supuesto. Esta mocosa se ha entrometido en mis ideales y está arruinando todo, en lugar de traer la paz solo provoca caos.
—El quien se interpuso en el camino fuiste tú, al igual qué haces un caos y yo debo de resolverlos ¡maldito idealista estúpido!
—Eres una maleducada, de seguro tus padres están decepcionados de ti.
—Y los tuyos no te soportaban por lo cual te echaron a la calle como perro y ahora estás luchando por sobrevivir en este mundo.
De a poco ambos nos íbamos acercando y nos dedicábamos mirada de odio puro.
—No te metas en donde no te llamen.
—Pues mira, esa bota te queda a la perfección a ti que a mi.
—¡Ya basta ustedes dos!
—¡Él/ella empezó! ¡Por supuesto que no maldito/a! ¡Ya deja de copiarme! —gritamos en unísono e íbamos a agarrarnos a golpes si el viejo no se viera intervenido en nuestro camino.
—En lugar de estar peleando como niñatos deberían de trabaja, ¿no lo creen? —le saque la lengua al rubio ocasionado que se le marcarán las venas de la cara—. Joven Doppo, usted quiere encontrar al asesino quien mató a su amigo junto a su escuadrón y que se haga justicia ¿no?
—Así es.
—Quiero proponerle una investigación conjunta.
—Con todo respeto señor yo no...
—Tanto el asesinato de tu amigo junto al de las desapariciones son el mismo caso. Así que ambos saldremos ganando si compartimos información.
—¿Y si me niego? —cuestionó, ¿es tarado o se hace?
—Le diré a tu superior todo lo que has hecho y por obvias razones te descalificarán de las preliminaries para ser policía y estarás en la cárcel mínimo 1 año —saco una grabadora—. Y si esto no es demasiada motivación entonces escucha esto.
—¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Por favor, sálvenme! ¡Quiero a mi mami! —se escuchó los gritos de súplicas de un niño.
—Es una pequeña organización que amenaza Yokohama, se hacen llamar banda azul —explicó Fukuzawa dejando la grabadora sobre el escritorio.
—Desgraciado —pronunció el rubio y le dediqué una mirada frívola. Te estás metiendo donde no debes oxigenado.
—Así están las cosas, Midori —dirigí la mirada hacia el viejo—. Es probable que el quien tiene más defensiva es el joven Doppo aunque debería de seguir practicándola.
–¿Por qué me mencionó?
—¿Por qué crees? —respondió con otra pregunta ocasionando que lo vea mal, ah mierda, es cierto. Me está ayudando para poder controlar a este idiota.
—Agh, más inútiles con poderes inservibles —dirigí mi mirada hacia él; quien observó a través de la ventana a mis compañeros que apenas ingresaron por la puerta principal—. De seguro tienen a sus padres muy decepcionados. ¿Vez lo que provocas? Solo descarrilas a las personas que van por el buen camino, terminarán siendo asesinados por tu culpa y las malas decisiones que tomas —inicio a sermonearme, entretanto saque la pistola de su funda y lo apunte.
—Es en contra de las reglas —susurro el viejo posicionando su mano sobre el arma.
—Si se voltea no lo será.
—Midori.
—Está ofendiendo a los chicos sin siquiera conocerlos.
—Fue tu decisión ayudar a Katai así que debes de soportarlo.
—Entonces dígale que se detenga porque sino liberaré todo mi odio hacia él y usted.
—Siempre existirán personas quienes nos odiarán sin motivo aparente, por lo qué hay que saber sobrellevarlo sin ocasionar ningún daño. Esta vez hablaré, pero de a partir de ahora en adelante tendrás que soportarlo —chasque la lengua y guarde la pistola en su lugar—. Tómalo como un entrenamiento de paciencia.
—Es por eso que todos deben de tener un ideal y seguirlo al pie de la letra. Al igual que todas las personas como tú y tú grupito de idiotas deben de ser desterrados de este país —coloco unas fotografías sobre el escritorio—. Retornando al tema, estos son los posibles culpables. Según tengo en mi ideal, de todos los sospechosos solo 3 de ellos no tenía nada de información en la base central.
—Midori, necesito que investigues a esos sujetos.
—Señor, con todo el respeto que se merece le sugiero que no le deje esa responsabilidad a la mocosa, lo único que conseguirá de ella es un caos y esto es demasiado complejo para que lo entienda esta niñata.
—¿Qué dices Midori? ¿Es muy difícil para ti? —me provocó el viejo.
—Digo que él es un estúpido y lo voy a matar por subestimarme. —dije, analizando las fotografías y recordando la información que había visto de cada persona, seguido una sonrisa gatubela se apoderó de mis labios y añadí —: Te voy hacer mierda en un segundo.
—Trata de hacerlo —reto.
—Te hace falta demasiado por aprender, es por eso que no entrarás a la academia de policías, idiota —señale 3 fotografías—. Esos tres sujetos que no pudiste conseguir ninguna información son protegidos del estado ya que huyeron de sus países por haber sido amenazados por criminales, ya que ayudaron a la policía dando sus testimonios y paradero de los criminales, es por eso que el gobierno les dio asilo político y evitaron colocar mayor información sobre ellos.
—¿Cómo sabes eso? —cuestionó sorprendido.
—Tenemos ciertos privilegios en cuanto a información del estado —explicó el viejo.
—Entonces podría ser...
—Ninguno —me observaron—, ninguno de tus sospechosos fue partícipe del crimen ya que son personas comunes y corriente las cuales no pertenecen a alguna red crimen y mucho menos a la mafia.
—E...eso no es posible... son demasiada personas para que sepas quienes si o no son criminarles.
—Es cierto, pero al ser miembro de la agencia debo de aprendérmelo y estar actualizada.
—Todo la información que me costó conseguir...
—Es inservible, por supuesto —asegure y sentí un zape en la nuca.
—Discúlpala, se relaciona mucho con un su compañero que es una mala influencia —explicó el viejo.
—Por supuesto que no.
—Claro que si.
—No es mala influencia, lo único que hace es transferirme sus conocimientos —justifique y él me miro con reproche.
Sabía lo que se venía así que empecé a realizar un boceto de todo lo que le diría para nuestra pelea. Él suspiro con el propósito de calmarse y dijo.
—La información que nosotros tenemos también es escasa, pero igual sirve. Los causantes de los secuestros, asesinatos y destrucción de edificios es una pequeña organización llamaba la banda azul, como había dicho con anterioridad. Su líder se proclama como Rey azul y no tiene ningún vínculo con la mafia, descubrimos que este rey era un funcionario público que trata de deshacerse de todas aquellas personas que realizaron corrupción política y son protegidos por la ley. Pero por lo visto se volvió loco ya que está atacando a personas inocentes que no tienen ningún lazo de esos corruptos o la política.
—Hace un par de horas nos llegó una nota amenazando que volarían en pedazos la cuidad dentro de poco —agregó el rubio.
—Midori, te tengo una misión —asentí—. Encuentra al culpable antes que aumente el número de muertes, ¿entendido?
—El tiempo está en mi contra y con esta cosa —señale mi brazo derecho— se me complicará más, así que haré lo que pueda. ¿Voy hacerlo sola?
—No estarás sola. El joven Doppo te ayudará.
—Ahhh —pronunció el rubio molesto.
—¡No quiero! —realice una mueca— ¿Por qué tengo que trabajar con él?
—¿Se puede saber que dices? ¡Deberías sentir honor y orgullo por trabajar conmigo! ¡Te mataré, mocosa!
—Tu también eres un mocoso. Encima eres mucho más idiota que Dory.
Las venas de su frente se sobresaltaron— ¡Cállate! Que tú eres más baja que yo. Deberías de beber más leche.
—¡No te metas! Tengo 15 años. ¡Aún estoy creciendo!
—Ya basta los dos —nos callamos—. Joven Doppo, ¿entiende que no puede negarse en desobedecer? —asintió desganado— Tú tampoco, Midori.
—¿En serio crees que esto funcionara? —asiente— ¿Por qué nos junta?
—Tengo varias motivos. Alguien externo de la agencia tendrá más posibilidades en recolectar información por las calles, pero necesito que lo vigilen para que no nos traicione y tú eres la más capacitada para este tipo de situaciones.
—¿Y no me puede hacer un cambio de compañero? —cuestionó el rubio.
—Mis otros dos agentes están ocupados resolviendo otros caso.
—Acaban de ingresar a la agencia, pero bueno. Esperare a que uno se desocupe.
—¿Eres o te haces? —cuestione.
—¿Disculpa?
—Acabas de ofender a mis compañeros y quieres trabajar con uno de ellos, hipócrita.
—Lo hago para evitar ver tu asquerosa cara.
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Nos encontrábamos caminando por las calles de la cuidad para ir hacia el área donde ocurrieron los asesinatos.
—Al menos dime adónde vamos —dijo el rubio.
—¿Podrías no dirigirme la palabra? Estoy ocupada respirando —sentencie terminando de subir las escaleras.
—¡Te arrancare la cabeza, mocosa! —me subí en una pared baja— ¡Que me digas adonde vamos! —grito lanzándome una patada la cual esquivé con facilidad.
—A investigar, ¿qué acaso no es obvio? Hablaremos con los vecinos y las personas más cercanas del asesinato que ocurrió hace dos días.
El suelo tembló un poco, al mismo tiempo el sonido de una explosión llegó a mis oídos provocando que dirija mi mirada hacia enfrente encontrándome con humo y fuego.
—Demonios, el culpable se nos adelantó.
—¡Entonces no pierdas el tiempo!
Al ver cómo corrió directo al caos me limité en suspirar, por favor denme paciencia para soportar a este idiota, porque si no me la das yo lo mato.
—Dai, llama a la ambulancia y policía —ordene y corrí tras el rubio.
Ambos llegamos al lugar donde se formó el fuego dejando a la vista a varias personas muertas sobre el pavimento y las casas completamente destruidas.
—Dudo mucho que podremos preguntarle a alguien —dijo con decepción y enojo.
El sonido de un arma ser recargada se presentó— Alcen las manos y voltéense. No puedo creer que hayan caído igual que moscas, ¿de verdad esto es lo único que tiene la agencia? —cuestionó una tercera voz por lo que dividimos voltearnos a verlo.
—Haz de ser de la Port Mafia, dinos acerca del hombre quien hace los asesinatos.
—Cálmate, Kunikida. No puedes incriminar a la gente si no la conoces, ademas, ¿podrías dejar de mencionar a la Port Mafia? —analice al tipo— La mayoría de veces lidio con ellos y ya me aburrí de siempre escucharlos por todos lados. Por si no lo recuerdas, el presidente informó que estos criminales no son anexados a la mafia.
—Pero... —le dediqué una mirada frívola—. Oi, por lo visto no son tan inteligentes. Es más fácil derrotar al que vino a silenciarlos y sacarle la información —dio dos pasos al frente–. Quédate atrás, mocosa. Le daré una paliza.
Durante todo el transcurso en el que habló tenía una mirada de cansancio e irritación, cuando finalizó de hablar me limité en soltar un suspiro de cansancio, y luego dicen que yo soy la niña impulsiva.
—Escucha bien, criminal, ahorrémonos el tiempo que ya me retrace en mi horario —se acercó al contrario—. Primero dispararás, te contraatacare y terminaré mandándote a prisión, al igual que tus secuaces y habremos terminado.
Caminé hacia ellos con tranquilidad.
—Eres un reverendo idiota Kunikida —pase al lado del hombre, aproveché en quitarle el transmisor y pase de largo—. Podrías haberle sacado información engañándolo, eso es lo que hacen los policías, ¿no? —me detuve al 4 paso que di— Eres de los Geomijul.
Escuche cómo quito el seguro de dos armas y me dediqué en estudiar el transmisor.
—Ustedes son los que controlan el barrio rojo de Yokohama en Yakuza. Ni siquiera la central de policías logra identificar sus actividades trasfondo.
—Exacto. No tenemos piedad ni con los niños.
Solo esta vez te ayudaré, idiota. Pero que conste que te uso como señuelo.
Libere de golpe un poco de mi aura, seguido escuche cómo ambas armas cayeron al suelo y un fuerte golpe, entretanto toque algunas cosas del transmisor y pude ver que vendrán refuerzos.
—Bien hecho. Eres impresionante —hablé una vez no escuche más golpes.
—No hiciste nada más que darnos la espalda.
—Yo conseguí información de su transmisor —di media vuelta—. Vendrán refuerzos del hombre al que derrotaste.
—Ah.
—Actuar sin pensar solo complica las cosas.
De un momento a otro nos encontrábamos rodeados por distintos hombres quienes nos apuntaban con sus armas.
—¡Capitán! —grito uno de los hombres.
—¿Tú también quieres pegarte al suelo?
—¡Fuego! ¡Nos estamos enfrentando a la enana de la agencia! —grito y él restó acató su orden.
Las venas de mi frente se remarcaron, al mismo tiempo, un aura de color rojiza rodeó mi cuerpo.
—¿Me llamaste enana, soldado de bajo rango? —todos se sorprendieron al ver las balas suspendidas en el aire a milímetros de mi cuerpo— Tengo 15 años. ¡Aún estoy creciendo! —grite molesta y les devolví las balas de regreso.
Casi la mayoría murieron al recibir el impacto de las balas, observé a un pequeño grupo de personas alejadas de nuestra posición por lo que eleve el suelo en el que me encontraba parada. Di un fuerte salto ocasionando que el suelo se partiera a la mitad, luego le di una patada a cada suelo y estos fueron directos hacia la posición de los hombres —me encanta el poder de Chuuya, aunque después termino con varias heridas—. Descendí al suelo y desactive mi habilidad.
—Actuar sin pensar solo complica las cosas —imito mi voz de forma chillona al aún costado de él.
—Vaya, pero que maduro eres enserio.
—Tu empezaste, aparte como si tu si lo fueras.
—Yo nunca voy a madurar, porque no ninguna fruta para hacerlo —dije, observé a más personas acercarse a nuestra posición y añadí—: Esto aún no ha acabado así que terminémosle de una vez.
Iniciamos a combatir y me sorprendí bastante ya que en repetidas ocasiones conseguimos combinar nuestro ataques sin habernos puesto de acuerdo.
—Pensé que tú habilidad era la velocidad —dijo Kunikida noqueando a un hombre.
—Mi verdadera habilidad es otra, pero únicamente demuestro la velocidad a los ciudadanos.
Ambos nos separamos con el propósito de derrotar a los criminales más rápido y terminar con eso de una vez. Al terminar, divise a Kunikida pararse en los pies del primer hombre al que se enfrentó.
—Se acabó. Dime porque atacaron a esas personas. ¿Qué saben del mensajero azul? —agachó un poco la cabeza al no obtener respuesta— Habrá que esperar el informe de sus compañeros —dijo y prosiguió en su andar.
Por mi parte caminé directo al hombre quien estaba sufriendo.
—Que mala suerte. Duele, ¿verdad? —me hinqué en el suelo— Aunque te tratemos, no te salvarías. Pero tardarás 5 minutos en morir —saque mi arma—. 5 minutos de sufrimiento infernal. Yo no soportaría —le quite el seguro y se la mostré mi arma—. ¿Quieres que le ponga fin con esta pistola? Harías muy bien en pedirlo antes de que no puedas hablar.
—Dispara —susurro con dificultad.
Cerré los ojos mientras que me levante del suelo.
—De acuerdo —pronuncie, eleve la pistola y le apunte al corazón.
—Espera, no lo hag...
Le di el tiro de gracia y al instante falleció el hombre,
—¿Por qué lo hiciste? Pudo haber sobrevivir.
Solté una risa— Que ingenuo eres Kunikida, era más que obvio que iba a morir aunque vinieran los paramédicos. Estaba sufriendo así que le di una solución y la acepto —de reojo vi su mueca—. No me mires así, no soy una asesina, solo hago mi trabajo y por si no lo recuerdas tú también acabas de matar a medio escuadrón de personas comunes y corrientes —trago saliva— así que el verdadero asesino aquí serías tú.
—Sabes que la policía puede incriminarnos por esto.
—A ti mejor dicho. Yo tengo la autorización de matar a quien quiera —saque mi placa y se la mostré— que represente amenaza para la cuidad y más si son personas con habilidades especiales.
—Pero acabas de decir que ellos no tienen habilidad.
—Y no los tenían.
—¡¿Entonces le mentiras a la policía?!
—Tch, definitivamente eres un idiota de primera.
A lo lejos conseguí distinguir muchas sirenas las cuales iban aumentando de poco en poco y comencé a caminar.
Al no ver al rubio a mi lado me detuve— ¿Acaso esperas a que te de una tarjeta de invitación? Apúrate que no tengo tu tiempo.
—Pero debemos de declarar lo que sucedió a la policía.
—Bien, quédate si quieres perdiendo el tiempo. Yo me voy a resolver el caso. Espero jamás en mi vida volver a verte —dije caminando sin rumbo alguno.
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—¿Por qué me sigues?
—Se supone que somos equipo y debemos detener a ese grupo de criminales.
Un silencio incómodo se formó en el ambiente. Desde hace 8 días habíamos formado un dúo por órdenes del presidente con el propósito de encontrar y capturar a todos los integrantes de la bandera azul. Sin embargo, siempre nos andábamos peleando por estupideces, pero a pesar de la actitud tosca del idealista nos empezábamos a llevar bien y descubrí uno de mis pasatiempos favoritos que sería joderle la vida al cuatro ojos.
Durante estos dos días que pasaron se comportó más serio de lo normal, seguía mis ordenes y no hablaba de sus ideales. Definitivamente algo le sucedió por su repentino cambio de actitud hacia mi persona, traté de descubrir que le sucedió pero se cerró completamente conmigo.
—Katai me lo dijo todo. Se que estás conmigo por compromiso, así que ya no es necesario que sigas conmigo —expresó serio.
Así que ese es el motivo de su comportamiento.
—Eso fue los primeros tres días, Katai si que estaba muy preocupado por ti —confesé.
—Lo se. Ahora que te dije la verdad ya puedes irte.
—Mmm... no, prefiero quedarme contigo.
Suspiro— Escucha es mejor que te largues antes que me enoje y te aleje a patadas. Ya estoy lo suficiente grande para tener niñera que me cuide.
—Oye, tranquilo viejo. Ya no te estoy cuidando por hacerle favor a Katai, estoy contigo porque quiero.
—Si claro y yo soy el presidente de Tokio. Es obvio que aún no me dejas por qué debes cumplir la misión o tu jefe te ordenó quedarte conmigo.
—Error.
—¿Error?
—Un dato curioso de la agencia es que los detectives pueden abandonar el caso cuando quiera —me dedicó una mirada de desconfianza con su seño fruncido—. Si no me crees puedes preguntarle al presidente, ver nuestro reglamento o hacer la pantomima de querer contratar los servicios de la agencia, en cualquiera de las tres opciones comprobarás si lo que digo es verdad o no. Además, soy la consentida del presidente y él no sería capaz de colocarme en una misión que no quiera hacer, por cierto, esto no se lo digas a mis compañeros que sino me matan.
—Ya veo... la mayoría de veces no te entiendo. Apenas somos conocidos y me haz estado ayudando, muy pocas veces cabe aclarar. Actualmente no hay ningún buen samaritano y tú estas tratando ser uno conmigo.
—No creo poder ser un buen samaritano, nunca lo seré —solté una leve risa— ya no cumpliría con todos los requisitos y tampoco quiero tratar de ser uno contigo. Simplemente devuelvo la ayuda que me brindaron cuando más lo necesité —me miro con curiosidad—. Te jodiste Kunikida, ya puse mis ojos en ti para que seas mi pasatiempo favorito
—¿Pasatiempo favorito?
—Por supuesto, joderte la vida es lo mejor que he hecho. Así que tendrás que deshacerte de mi si ya no quieres verme.
Escuche una leve carcajada salir de los labios del rubio mientras que negó con la cabeza.
—Lo admito, me confundí profundamente contigo, eres muy buena en tu trabajo y más en la deducción —eleve una ceja confundida—. Lo que dijiste en la agencia cuando nos pusieron a trabajar juntos, tenias toda la razón. Mi padre me echó de la casa ya que no tolero manera de pensar y ni siquiera espero a que cumpliera la mayoría de edad. Aunque creo que eso ya lo sabías por tu deducción.
—Se que no debo preguntar, pero...
—Descuida, después de todo yo toque el tema y respondiendo a tu posible pregunta, llevo un año en la calle, sino fuera por Katai lo más seguro es que viera muerto.
—Lamentó mucho lo que sucedió, tu padre es un idiota al hacer eso. Se está perdiendo el crecimiento y surgimiento de un gran hombre —vi de reojo sus ojos colocarse cristalinos— quien conseguirá la mayoría de sus ideales, ademas que encontrará a personas que lo acepte tal y como es.
Él se limitó en asentir, al mismo tiempo que se quitó los lentes y los limpio, seguido de los coloco de nuevo y decidí hablar nuevamente.
—Por cierto, ser un usuario de habilidades especiales no es del todo malo, también tiene su lado positivo así que deja de reprimirlo y hacerte creer que no eres parte de nosotros.
—Pero que dices —distinguí sus nervios salir a flote—. Yo no soy...
—Combato el crimen ya sea con personas normales o usuarios con poderes, por obvias razones se distinguir quienes son personas normales o no.
—Soy un inservible al igual que mi poder.
—Oi, ningún poder ni su usuario son inservibles, solo es cuestión de saber en dónde aplicarlo, trabajar en sus pros y contras y verás que serás casi invencible contra algunos oponentes.
El sonido de una llamada entrante se presentó, saque mi celular, seguido vi que era el viejo y le contesté.
—¿Sucede algo, viejo?
—Las fuerzas militares encontraron una bomba junto a una carta, identificamos que se trata del Rey Azul. Ranpo me dijo que fueras al antiguo edificio de Defensa Nacional, ahí encontrarás a los criminales.
—Entendió, vamos para allá —finalice la llamada y guarde el celular.
—¿Sucedió algo malo?
—¿Sabes manejar carro? —cuestione y él asintió confundido.
Me acerque al primer auto y para mi buena suerte estaba el dueño en el auto.
—Señor solicitó que me de su auto —dije enseñándole mi placa.
Él se limitó en asentir, seguido salió del auto y le grite a Kunikida que subiera. Le agradecía al hombre y los dos nos subimos al auto.
—Dale a toda velocidad que sino se escapara el criminal.
—¿Hacia dónde?
—El antiguo edificio de Defensa Nacional.
Ya no me respondió, sin embargo, sentí el fuerte golpe cuando aceleró a toda velocidad y conducía como si estuviera en videojuego.
—Hijo de puta, ¡¿no que sabías manejar?! —me encontré asustada e intente de colocarme el cinturón de seguridad, pero este se había quedado trabado— ¡Cuidado perro, mierda! —grite al ver cómo el camino se atravesó un canino y Kunikida lo esquivó.
—¡Ya deja de ofenderme!
—Todo es tu culpa, se supone que sabes manejar pero nos vamos a ir a mal matar por tu culpa.
—Por supuesto que no. Soy experto manejando.
—¡Por supuesto que no! Te juro que si salgo viva de esto te mato.
Habíamos tardado aproximadamente 15 minutos para llegar hasta el otro extraño de Yokohama donde se encontraba el edificio, tenía los nervios demasiado alterados —este es peor que yo cuando se trata de manejar—. Al momento que el auto ingresó al lugar conseguí visualizar un par de granadas interponerse en nuestro camino.
—¡Kunikida! —advertí en un grito.
Él consiguió esquivar las granadas y estacionar el auto de costado, seguido comenzaron a disparar al carro mientras que nosotros bajamos de este y nos colocamos atrás, utilizando el carro como protección.
—No es momento para que veas tu diario.
Es algo en su libreta— Es mi turno de enseñarte mi habilidad —arrancó la hoja—. ¡Granada cegadora!
Un aura de color esmeralda se apoderó de la mano que sostenía la hoja, esta última desapareció y fue sustituida por una granada cegadora —increíble—. A continuación Kunikida la lanzó y se escuchó una leve explosión.
—Estamos en el lugar correcto.
—¡¿Cómo pudiste decir que tú poder es inútil?! ¡Si es asombroso!
Observé su rostro sorprendido, pero se tornó en uno serio— No es momento para parlotear. Es un hecho que aquí hay un tipo de transmisor o algo para detener la bomba como comentaste. Ve arriba y envía la señal de alto.
Me limité en asentir y corrí directo al segundo nivel, al estar ahí entre de golpe a la única habitación que había encontrándome con un panel de control y en la apantalla apareció una cuenta regresiva.
Analice todo lo más rápido que pude, mierda, es por medio de una llave de liberación
—¿Qué haces aquí? —pregunto una voz masculina.
—Vaya, parece que me tope con un peso pesado —me burlé al verlo.
Nuestra pelea inició ambos lanzábamos golpes y esquivábamos —será fácil vencerlo, pero el tiempo está en nuestra contra... deberé dejar que me gane para cambiar con Kunikida—, le brinde un gancho en la boca del estómago pero no se inmuto, seguido me tomo de la garganta y elevó un poco para luego brindarme un puñetazo ocasionando que mi cuerpo quebrara la pared.
—Tienes brazos muy fornidos —me levante y quite la sangre de mi labio—. De seguro son de Botox
Note que se molestó más por lo que aproveché en acercarme y realizar un movimiento en falso, sin embargo, él consiguió tomarme del rostro y lanzarme contra la ventana, la cual quedó rajada, nuevamente tomo de mi cuello y ejerció presión en este.
Dirigí mi mirada hacia mi costado, vi como mi compañero rubio me devolvió la mirada y también iba perdiendo, por lo que grite con todas mis fuerzas.
—¡Kunikida!
—¡Ya lo sé!
El hombre me alejó de la ventana y me acercó a él ya con su mano empuñada.
—¡Midori! —grito y la parte delantera de un lanza cables atravesó la ventana de al lado.
Esta acción desconcentro al hombre por lo que aproveche en dame la vuelta, darle una patada en el rostro, liberándome de su agarre y a su vez impulsándome con está haciendo la ventana rota.
—¡En seguida!
Ambos nos cruzamos en el transcurso del camino y le dedicamos al otro una pequeña sonrisa y caí al suelo con cierto estilo.
—Así que tú serás la próxima en enfrentarme —dijo el hombre con quien combatió Kunikida.
Él activó su poder por lo que yo también lo hice provocando que al segundo lo absorba.
—¡No puede ser! ¡¿Por qué no funcionó?!
—Esa es una de las debilidades de las habilidades que se basan más en la mente —me acerque a él—. Tú poder dejo de hacer su efecto al absorberlo y puedo notar que eres un primerizo. Por último, tu amigo es de Botox —dije y le brinde un fuerte puñetazo en la cara.
El hombre cayó al suelo noqueado, no perdí el tiempo y subí al segundo nivel donde se encontró Kunikida, mientras que quite todo rastro de sangre de mi labio con el dedo pulgar. Al llegar recosté mi espalda en el marco de la puerta y observé al de cabello rubio suspirar de alivio.
—I'm proud of you, I knew you'd make it —dije sonriente y él volteó a verme con un sonrojo en sus mejillas.
—¿Desde cuándo hablas inglés?
—No es el único idioma que se.
—Ya se donde está el líder, andando —dijo cambiando de tema.
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Definitivamente el caso se salió de control después de haber ingresado al lugar donde estaba el líder. Habíamos conseguido rescatar a los rehenes cautivos, vencimos algunos miembros de la banda azul y sacado a los rehenes junto a los criminales.
Ambos nos encargamos de dejarle en las manos a los oficiales a todas aquellas personas. Todo iba bien hasta que se presentó un hombre alto, pálido, de complexión delgada, ojos dorados ausentes y cansados, y cabello largo de color negro que le llegaba hasta la mitad de la espalda.
Tenía un muy mal presentimiento, por lo cual decidí ser la primera en lanzar el primer golpe con el fin de alejarlo de las personas lo cual conseguí y corrí hacia él para brindarle el segundo golpe con mas fuerzas a tal grado de mandarlo directo al edificio.
Nuevamente caminé hacia él y espere a que hablara.
—Vaya para ser una chiquilla si golpeas fuerte —se levantó—. Eso quiere decir que todo lo que me ha dicho Pōru es cierto.
—Acaso la Port Mafia no se cansa de ser vencidos por mi —me burlé.
—Soy Rimbaud Arthur, detective Konoe —realizó una leve reverencia por unos segundos—. Es un placer al fin conocerla. Que el mejor gane.
Me lanzo una bola amarillenta la cual consiguió golpear mi estómago y salí disparada contra una pared —ese ataque me viera matado si no lo hubiera absorbido—. Me levante y caminé hacia él.
—Mi sub-espacio no recibe influencia de las leyes físicas —creo y tiro una bola de color amarilla hacia el suelo—. Además, es un espacio separado del mundo real. Sin mi permiso, nadie puede entrar o salir de él.
Está al tocar el suelo se formaron varios círculos y una estructura amarillenta se formó alrededor de nosotros.
—¿Cómo es esto posible? —cuestione sorprendida. El viejo me dijo que nadie podía tener el mismo poder, pero ellos dos lo tienen.
—Averígualo querida.
En cuestión de segundos mi aura morada cubrirá cada parte de mi cuerpo, seguido me impulse hacia él, al estar a cerca realice una parada lateral la cual esquivó de un brinco por lo cual lo seguí para propiciarle un golpe, pero un cubo se formó delante de él y quede completamente estática —el poder de él es mucho más fuerte—. Él se encontró parado sobre otro cubo amarillento flotante mientras que trate de moverme, pero no pude.
—Konoe, dentro de este espacio no puedes tocarme —intente nuevamente de moverme, pero dio el mismo resultado—. Pero yo puedo atacarte a placer.
El cubo se partió en tres y conseguí liberarme de su agarre, seguido dirigió los cubos hacia mi posición conforme se acercaron a mi los fui esquivando y estos se convirtieron en luz.
Él se dedicó en dispararme esas luces amarillas mientras las esquivaba utilizando un poco mi habilidad.
—No me podrás vencer —se detuvo en atacarme—. Ni siquiera en Europa existe alguien capaz de cancelar mi poder.
—¿Europa?
—No obstante —dijo sonriente.
Me di media vuelta y con la misma me impulse hacia atrás al ver a un viejo con una gran guadaña —¿y este vejete quién mierdas es?—; esta consiguió atravesar el chaleco antibalas creando una herida lateral desde mi pecho izquierdo hasta el inicio de la pelvis en el lado derecho y rompió la tela que sostenía el yeso de mi mano. Una gran cantidad de sangre salió expulsada de la herida, a su vez caí sentada al suelo y el viejo habló mientras que coloco la guárdala sobre uno de sus hombros.
—Es un gusto conocerte, mocosa.
—Déjame presentarte al anterior líder de la mafia.
—Según lo que escuché él está muerto. ¿Qué fue lo que hiciste? —pregunte.
—Mi poder me permite controlar a los cadáveres que hay adentro de mi sub-espacio. Aunque no puedo controlar a más de uno a la vez.
—Impresionante. Le escondiste tu verdadero poder a los de la mafia, por lo que el resto de tu informe es incorrecto. ¿Quién eres realmente?
—Solía trabajar como espía para Europa. Vine a este país a robar el ser de alta energía que descubrió el gobierno japonés.
—El Arahabaki.
—Mi plan es encontrarlo, matarlo y controlar su cadáver en lugar del anterior jefe de la mafia. Así que te hablo de espía a espía, ayúdame a conseguirlo y dejaré a tu país en paz, que dices, ¿me ayudarás?
—Nuestros trabajos están completamente aislados en cuanto a su objetivo primordial, soy una detective no una espía —no pienso dejarte ir a matar a Chuuya—. Entonces tengo más motivos para detenerte y poder matarte si es necesario.
—Mala decisión —realizó un ataque circular con la guadaña y lo esquive—. Es hora de morir, niña —dijo el viejo.
—No me diga —me burlé esquivando el resto de sus ataques.
—¡Midori! —gritaron.
Dirigí la mirada hacia el inicio del grito, veo a Kunikida con un rostro de preocupación y trato de entrar, pero no pudo.
—Oi, deja a mi colega en paz, no me hagas llamar al resto de la Agencia.
—Se unen más a la fiesta, pero que emocionante —dijo el de cabello largo de color negro.
El viejo dejo de atacarme y fue directo hacia Kunikida quien apencas había entrado al lugar. Utilice mi velocidad, consiguiendo llegar antes del ataque del viejo, cargue al rubio al estilo princesa y nos alejamos del lugar.
—Eres un idiota —lo dejé en el suelo—, ¿lo sabía?
—Cállate que vengo a ayudarte.
—Este lugar rompe toda ley física —asintió—. Distrae al vejestorio, mientras que consigo bajarle la guardia al psicopáta y lo atacamos.
—Ten cuidado.
—No te preocupes por mi, sino por ti Kunikida.
Ambos nos separamos para enfrentarnos a los enemigos correspondientes.
—Tanto quieres al Arahabaki, pues bien, te daré a probar un poco de él —dije, a su vez mi aura fue cambiando de morado a un rojo intenso.
Me debes una grande, mandarina. Te quite a un loco de encima.
—¡Magnífico! ¡Así que eres tú! Si te controlo, tal vez deje de sentir frío.
Sabía muy bien lo peligroso que iba hacer a continuación, pero fue la única alternativa para salir de esto vivos. Inicie a pelear con él utilizando principalmente el poder de Chuuya y muy de vez en cuando lo combine con los otros poderes que había robado.
Tenía en cuenta que no debía llegar tan rápido a mi limité y al paso que íbamos sería imposible. Una idea de presentó en mi mente por lo que decidí ejecutarla. Veamos qué tal el poder de este idiota.
—¡Kunikida! —grito extendiendo mi mano.
Él no entendió en los absolutos cuál era el objetivo, sin embargo corrió hacia mi y tomó mi mano, fue cuestión de segundos en activar la habilidad del subordinado de Mori.
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Creo que le diré al viejo que me vuelva a entrenar en cuanto al control de mi habilidad.
Toda la estructura del edificio en el que combatimos fue destruida gracias a la pelea que tuvimos con Rimbaud y las series de combinaciones de diferentes poderes que realice, lo bueno es que antes de la destrucción habían conseguido sacar a Kunikida del lugar. Mi cuerpo exigía a gritos adoloridos por su merecido descanso mientras tenía ciertos espasmos, pero decidí ignorar todo lo que sucedía a mi cuerpo y me centre en retener la habilidad de Kenji activa para no morir aplastada por las grandes estructuras del edificio que estaban sobre de mi.
—¡Mocosa!
Dirigí la mirada hacia enfrente encontrando a Kunikida, quien sangraba por distintas partes de su cuerpo con la ropa arruinada. Pude notar su preocupación en su rostro y corrió hacia mi.
—¿Qué haces aquí? ¡Vete a capturar al rey azul!
—No te voy a dejar —intento de cargar la estructura—. Te sacaré de aquí, ya verás. Solo, necesito unos segundos para...
—He dicho que te vayas, no dejes que ese bastardo huya.
—Eso no importa ahora.
—Por supuesto que si, es por lo que haz estado esforzándote, aparte está noticia lo verá tu padre y te aseguro que estará orgulloso de ti, incluso podrías regresar a tu hogar.
Por milésimas de segundos mi habilidad se desactivó y sentí realmente lo que estaba cargando ocasionando que cayera de rodillas y escupiera sangre, a su vez reactive mi habilidad utilizando la super-fuerza de Kenji.
—¡¿Qué sucede?!
—He llegado a mi límite y mi cuerpo no está reaccionando como quisiera.
En todo este tiempo que he trabajado en la agencia me he expuesto a peligros y por primera vez tenía miedo, miedo a morir. Sin embargo, traté de esconderlo para no asustar a Kunikida quien estaba a nada de llorar, por lo que seguí hablando.
—Hey, estaré bien. Después de todo soy la mejor persona en lo que hago —trate de sonreí, pero me salió más una mueca—, ahora lárgate a capturar a ese maldito.
—¡No! No me iré de aquí hasta sacarte, no puedo permitir que mueras así, no después de todo lo que me ayudaste. No puedo abandonar a la única persona que no me vio como un monstruo y me dio su amistad en tan poco tiempo.
—En lugar de estar lloriqueando deberías de ir por el criminal —dijo una tercera voz con burla provocando que dirigiéramos nuestras miradas hacia el inicio de la voz.
A un par de centímetros se encontraba Ranpo sobre una moto.
—Joven Ranpo.
—Si que se tomaron su tiempo, gato.
—Sube.
—Pero...
—Kenji está apunto de llegar y el presidente está liberándonos el camino para que capturemos a ese bastardo, ¡ahora sube y no me hagas perder más el tiempo! —grito molesto.
Kunikida dudo por breves segundos, pero termino acatando la orden y se subió a la moto sentándose detrás de Ranpo.
—Resiste un poco más, Kenji está por llegar —alentó Ranpo antes de conducir a toda velocidad la moto.
—Espera... ¿desde cuando Ranpo puede manejar moto? ¡¿Esa era mi moto?! Si salgo de esta viva tengo que matar a Kunikida y Ranpo.
No sabía si era por culpa del cansancio o el descontrol total que tenía sobre mi habilidad, pero sentí como si el tiempo no pasara y cada vez perdía la fuerza necesaria para sujetar la estructura y no terminara aplastada, hasta que una voz se presentó salí de todo los delirios.
—Al fin te encontré —se acercó corriendo—. El presidente tenía razón cuando dijo que ya habías rebasado tus límites cuando vimos la destrucción.
—Sácame de aquí, por favor. Ya me está dando fobia y siento que no puedo respirar.
—Resiste un poco más, ahora te saco de ahí —analizo todo el escenario—. Te resumiré todo lo que ha sucedido, mientras ustedes pelearon, Ranpo nos aviso todo lo que sucedió por lo que vinimos lo más pronto posible. Sin embargo, hay varios de la mafia quienes nos impidieron el paso. —explicó, elévelo un poco los escombros de la estructura por lo que desactivé mi habilidad y caí por completo al suelo, y él añadió—: Conseguimos evacuar a los ciudadanos y ahora es una pelea a muerte de la Port mafia contra la Agencia así que debemos de ser cuidadosos por ti estado. Por cierto, ¿puedes moverte?
Trate de regular mi respiración como ritmo cardíaco mientras que asentía de forma positiva a la pregunta de rubio y salí del lugar.
—¿Son demasiados?
—Si, pero es una combinación de personas normales y usuarios de habilidades —bajo la estatura al suelo—. El presidente se está encargando de algunos de ellos para que no lleguen con Ranpo y Kunikida, mientras que yo me encargaba del resto, pero los distraje para ayudarte.
—Gracias —sentí un fuerte pinchon en mi brazo izquierdo—. ¿Qué carajos haces? ¡Eso duele!
—Perdón, pero son órdenes del presidente y el doctor, nos informaron que cada misión larga en la que resultes herida debemos de sacarte sangre.
—La próxima vez solo avisa, ¿si?
Asintió— ¿Crees poder pelear en tu estado?
—No, pero ya estoy acostumbrada a destruir mi cuerpo.
—Si no resistes no dudes en irte con el doctor ya que nos enfrentaremos con varios usuarios con poderes.
—Mientras no sea el enano o Pōru me basta.
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| Narra omnisciente |
Había sido una larga noche para todas las personas que participaron en el combate, todos los miembros de la agencia se encontraron exhaustos y mal heridos, pero aún así decidieron continuar con la misión principal; la cual trataba de detener y capturar al rey azul.
Los cuatro se encontraron corriendo directo a la posición donde se encontraban el rubio de lentes y el rey azul combatiendo, a su vez Ranpo les explicó al resto de la agencia un plan para terminar de una vez con el rey azul.
El mayor de los 4 se encontraba sumamente preocupado por los 3 jóvenes detectives quienes habían llegado a su limite desde hace mucho, pero siguieron forzando sus cuerpos.
La una mujer del grupo corría con mucha dificultad y su respiración entre cortada, su cuerpo iba a colapsar si usaba una vez más sus habilidad.
El joven de cabello rubio se encontraba en un estado somnoliento y sujetó su brazo izquierdo con el fin de inmovilizarlo para no sentir aún más el dolor de su herida.
El de cabello negro y mente brillante de la agencia, tenía sangre algo fresca que descendió de su frente y tenía un fuerte malestar de estómago por los golpes que había recibido en el combate.
Malditos hijos de puta de los de la mafia, si no hubieran aparecido no estuviéramos en esta condición tan deplorable. Juro que me vengaré por lo que nos han hecho —pensó Midori disminuyendo su velocidad a tal grado de iniciar a caminar.
Fukuzawa al ver tal acción de la menor decidió acercarse a ella y cargarla sobre su espalda para continuar con su camino.
Espero el rey azul no sea un usuario con poderes, sino los derrotará a ellos de un solo golpe, inclusive los podría matar. Debo de estar alerta para evitar ese escenario —pensó Fukuzawa.
En cuanto a otro lugar no tan lejano se encontraba Kunikida peleando con el rey azul en un combate cuerpo a cuerpo ya que las hojas de su cuaderno se habían agotado.
Kunikida se encontró exhausto después de todos los combates que participó antes de enfrentarse al hombre, la única ventaja que tenía es que el rey azul era un usuario sin poderes, pero sabía cómo defenderse de los golpes que le brindaba Kunikida.
—Llegaste demasiado lejos al realizar asesinatos a gente inocente. ¡Ríndete ahora y deja que la justicia haga su trabajo!
—¿En serio crees que existe la justicia? ¡Está desapareció desde hace tiempo! Es por eso que tome cartas en el asunto y seguí mis ideales, solo me deshago de la basura qué hay en el mundo —dijo el rey azul mientras se reía.
—No me dejas de otra opción, te demostrare que aún existen personas que hacen justicia de forma legal. Te venceré y llevaré ante estas personas para que seas juzgado y te den tu condena.
—¿Tú y quienes más?
Trago saliva, a su vez vio de reojo a los integrantes de la agencia quienes se acercaron a ellos desde distintos ángulos.
—Los mejores en resolver casos peliagudos que ni el gobierno puede hacer, la Agencia de Detectives Armados.
—Para ser un psicopata no eres muy listo —saco su pistola y lo apunto—. Nos debes una muy grande Kunikida, te tocará lavar mi uniforme y comprarme varios dulces.
—Está vez concuerdo con el creído, pero a mi me deberás de dar ramen en lugar de los dulces —señaló al criminal con un tubo de hierro—. Última vez que lo pediré por las buenas, ríndete.
—Tendrás que pagar mis terapias de recuperación, poste con patas —coloco sus manos en las bolsas de la gabardina—. En cuanto a ti, te daré un pasaje gratis para el infierno —enervó la única chica con cierta dificultad al hablar.
—Haz provocado un caos para Yokohama por lo que deberás atentar a las consecuencias. Esta es tu última oportunidad de rendirte por las buenas.
Él se limitó en soltar una gran carcajada, mientras tanto los detectives se encontraron atentos a la señal del presidente, la cual realizó en cuestión de segundos. Los tres detectives junto al presidente liberaron sus auras de forma amenazante provocando el susto tanto del criminal cómo el idealista.
—De acuerdo, si a si lo quieres, ¡captúrenla vivo o muerto! —sentenció el presidente
Una sonrisa surcó en los labios de los detectives y sin perder el tiempo acataron la orden.
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| Narras tu |
Por fin conseguimos capturar al criminal y la paz retorno a la Agencia, sin embargo nos costó muy caro ya que Ranpo, Kenji y yo terminamos con heridas graves que tuvieron que ser atendidas de emergencia a un hospital privado para no levantar preocupación hacia los ciudadanos y la mafia no se aprovechará.
Solo tuvimos una semana de reposo total y continuamos trabajando casos fáciles que no requirieran tanto nuestras habilidades para no levantar sospechas, pero siempre íbamos con alguien al lado, ya sea entre nosotros, alguno de los guardaespaldas o inclusive el viejo.
Ya había perdido la cuenta desde que sucedió la pelea con la mafia y el Rey azul, ese mismo día sucedió varias cosas, aparte de haber sido internados, Kunikida ingreso a la agencia y le entregue una nueva libreta especializada para su poder, Rimbaud fue encontrado para ser encerrado en una prisión de máxima seguridad y descubrí cierta información valiosa con la cual iba a jugar un poco, dentro de breve.
Justo ahora me encontré caminando en las oscuras calles de Yokohama, tenía un terrible dolor en todo el cuello por culpa de la presión que ejercía el vendaje. Ingrese a un callejón y su única iluminación era una farola, luego distingue con algo de dificultad a un joven de mi edad.
Bien llegó la hora.
—Me sorprende que hayas conseguido mi número. ¿Para qué querías que viniera hasta aquí para hablar contigo? —cuestionó él y me detuve a una distancia prudente.
—Si te soy honesta nunca pensé que vendrías —cerré los ojos por breves segundos y los abrí—. Primera y última advertencia que te doy, aléjate de los miembros de la Agencia o sino te mataré.
—Vaya, me escape de mi trabajo para venir hasta aquí y acabo de recibir una amenaza de una hermosa chica cabeza hueca.
—El único con la cabeza hueca aquí eres tú momia mal hecha.
—Olvídalo. No perderé mi tiempo en contigo ahora que estoy con mucho trabajo.
—Estoy hablando enserio, si veo qué haces uno de tus movimientos te mataré Osamu.
Él se detuvo con su cuerpo tenso, seguido dio media vuelta y caminó hacia mi.
—¿Cómo?
—Mori es solo un fanfarrón, coloca a la mafia en la punta de la cima cuando ni siquiera sabe cómo está en realidad. Su seguridad es una basura, los usuarios poderosos están cayendo como moscas y hay puros idiotas en el lugar, incluyéndote.
—Te volviste a infiltrar en la mafia —dijo algo molesto y cansado ocasionado que una sonrisa surcara de mis labios.
—Un consejo que te doy, nunca guardes toda la información importante en ningún dispositivo, el mejor almacén para este tipo de cosas es la cabeza.
Se detuvo invadiendo mi espacio personal.
—Un pequeño grupo de idiotas nunca va a poder derrotar a la Port Mafia.
—Lo admito, somos muy pocas personas comparado a ustedes, pero puedo asegurarte que al paso que vamos conseguiremos derrotarlos con facilidad solo espera y verás.
—Tengo muy altas mis expectativas sobre ti —tomó mi mentón con delicadeza—, por que no me demuestras de una vez tú potencial, mi hermosa flor de loto.
Dos pueden jugar a eso. Con ayuda de mis dedos recorrí con cierta seducción desde su garganta hasta llegar a su pecho, a su vez acerque mi rostro al suyo le brinde un suave beso muy cerca de sus labios y pegue mas mi cuerpo al suyo.
—No que no perderías tiempo conmigo.
—Entonces haz que valga la pena —susurro de forma seductora cerca de mi oído y soltó mi mentón.
Acaricie la zona de su pecho y él posicionó sus manos sobre mis caderas apegando más si podía nuestros cuerpos ocasionando que nuestras parte íntimas aún vestidas se juntaran.
Inicie a dar una breve serie de roces accidentales en la parte de nuestras intimidades conforme seguíamos nuestra conversación, pude ser cómo la intimidad del contrario de fue despertando y elevándose un poco, al mismo tiempo él me brindó un par de besos húmedos en mi cuello.
—He de admitir que tu poder "indigno de ser humano" es una buena estrategia y más para los que no te conocen —y me salvo de una posible muerte—. Es por ello que no puedes morir por otros usuarios con poderes gracias a tu poder que te protege.
Dejo de darme besos y sustituyo su acción en sacar su arma, me apunto y quitó el seguro de ella. Ni siquiera me inmuté y seguí hablando.
—Siempre leyendo un libro de suicidios, así que porque no lo pones en práctica de una vez, haz un favor a la sociedad y mátate.
—Lamentó desilusionarte, pero decidí darle una oportunidad a la vida ya que me intereso un poco la mafia.
Reí de forma macabra— Te doy como máximo dos años de eso lo de tu "interés" para vivir. Se que volverás a intentar suicidarte, después de todo un suicida siempre será lo que es y nunca podrá cambiar de la noche a la mañana.
Solo se dedicó a mirarme con su mirada frívola por continué hablando.
—Quieres morir sin dolor, ¿verdad? —le quite su arma al mismo tiempo que me libere de su agarre y me aleje— Conozco la forma de matarte limpiamente sin que te duela.
—¡Midori!
Justo a tiempo, si que sean mejorado mis predicciones con su poder. Él corrió hasta nuestra posición con su rostro de preocupación y se detuvo al estar cerca de nosotros, a su vez visualice de reojo a Dazai quien se encontró confundido.
—Odasaku —cante su nombre— Que gusto verte amigo, ya queda muy poco tiempo o debería decir mucho —me burle de él.
—¿Qué demonios estás haciendo?
—¿Qué crees? —coloque mis manos sobre la cintura— Desasiéndose de la competencia al igual que ustedes lo hacen.
—Tu no eres así.
—No me conoces, traicionero.
—Ustedes... se conocen... ¿desde cuando? —cuestionó Dazai.
—Pero que humillante, ¿no qué eras muy inteligente? —solté una risa burlona— No puedo creer que no consiguieras entérate de mi ex-amistad con este animal. ¿En serio te acabas de enterrar hasta ahora?
—¡Midori!
—Uops, al parecer no haz aprendido la lección Sakunosuke. Siempre engañando a las únicas personas que realmente te aprecian, a este paso morirás solo, ¿no lo crees?
—No hablemos de eso aquí... podemos.
—Por supuesto que podemos hablar de tu fraudulenta amistad que tenías conmigo y este idiota —dije enfadada y señale al joven de vendajes.
—Escucha, lo siento... yo no...
—No, no, no, ahora es mi turno de hablar así que cierra el pico —me acerque a él—. No me salgas con mentiras Sakunosuke. Lo sabias.
—Si.
Solté una risa amarga— Te di mi amistad sincera, secretos de la Agencia para que se los dieras a tu jefe, te defendí de esos locos hijos de puta quienes trataron de asesinarte, expandí tu tiempo de ya sabes que, escondí tu información junto a los que me pediste para que la división sobrenatural no los encarcelaran y salve a tus queridos hermanos menores. ¡Eres un maldito desgraciando! ¡Les dijiste mi punto débil y casi me mataban! Y para colocarle la cereza del pastel ambos asesinaron a la única luz que tenía en ese momento.
—Es mi amigo.
—Yo también lo era —le brinde un golpe con mango del arma y una patada lateral. Él se había dejado recibir esos golpes ocasionando que cayera al suelo—. Estamos a mano Sakunosuke, si aprecias lo último que te queda de vida no me busques porque te mataré, ademas, todos en la agencia tenemos la orden de exterminarte —saque una cajetilla de fósforos de mi gabardina y se la arroje—. Quedas advertido Osamu, ni siquiera este idiota podrá salvarte de la muerte que te daré si te metes con alguno de la agencia.
—Quiero ver que lo intentes —reto confiado y guarde su arma en mi gabardina.
—Oh querido, no necesito mi poder. Te mataré con mis propias manos —explique frívola tronando los dedos de mis manos.
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