Capítulo 5
Lo había logrado, después de haber seguido y visto lo que hacía el hombre al fin, había dado con el paradero de Port Mafia.
No lo negaré, tenia cierto miedo entrar a las instalaciones y me descubrieran, pero ya lo había decidido así que no había marcha atrás, aparte no quiero darle el gusto al presidente para que me dijera: "te lo dije"
Me encontraba sobre el techo de un edificio al costado de las instalaciones, había examinado la estructura y conseguí un lugar para ingresar sin que nadie me viera, no lo he hecho por lo mismo que habían cámaras de seguridad —esto será más difícil de lo que pensé—. Tenía dos opciones: esperar a que alguien apareciera por esa zona o entrar por la recepción.
Me encontraba estancada y cierto nerviosismo invadió mi cuerpo por la culpa que nada estaba saliendo como lo había planeado, sumándole la molestia a causa de los pupilentes —no usarás tu velocidad, no usarás tu velocidad, sino se darán cuenta que estás ahí—. Intente de calmarme para no hacer alguna idiotez.
—Me lleva —suspire y una idea cruzó por mi mente—. Creo que necesitaré su ayuda.
Saque mi celular y seleccione el número de teléfono de la agencia. Los tonos de llamada se presentaron por lo que esperé unos segundos hasta que me contestaron.
—Hola.
—No lo haré, olvídalo.
—Estoy bien gracias por preguntar, ¿y tú cómo estás? —dije sarcásticamente.
—Lo..lo siento, buenos días.
—Te llame porque quería decirte que eres mi corredor favorito y que necesito de tu ayuda en una misión.
—No.
—Pero ni siquiera me has escuchado.
—El presidente me comentó que irás a las instalaciones de la Port Mafia y me prohibió ayudarte.
—Viejo inteligente.
—Lo que estás haciendo es peligroso, ¡puede morir!
—Pero las probabilidades son muy bajas —espero—y quiero vengarme por esa pelea injusta que tuve con ellos. Solo ayúdame para ingresar y no te vuelvo a pedir nada más durante esta misión.
Escuche cómo se debatía entre sí por un periodo corto hasta que dijo:
—Bien, logre ingresarte al sistema, te llamaras Hitori Clementine —se escuchó el tecleo de su computadora—. En la parte interna de tu gabardina tiene que haber un bolsillo oculto, en el encontrarás el equipo necesario para poder hacer la misión.
Sostuve en teléfono con uno de mis hombros mientras busque lo que dijo hasta encontrarlo al lado izquierdo a la altura del pecho, abrí el bolsillo y saqué un kit negro—con razón sentía esa parte dura—. La curiosidad me ganó por lo que abrí el kit dejando a la vista una diversidad de herramientas de distintas formas y tamaños.
—¿Lo encontraste?
—Si, pero hay muchas herramientas que no se usar.
—Se supondría que las usarías dentro de una semana ya que iban a ser tú entrenamiento.
—Bueno, entonces tocará probar y hacerme la loca cuando tenga ese entrenamiento que dices.
Suspiro— En 20 minutos un grupo de guardias estarán en la ventana donde piensas entrar así que distorsionare en ese momento las cámaras de seguridad.
—Gracias por la ayuda —dije, seguido analice lo que dijo.
—Solo no te mueras, rubia.
Él dio finalizó la llamada y un leve tic se presentó en una de mis cejas —ese idiota está espiándome— y guarde mi celular.
—No se si puedas escucharme, pero no vuelvas a decirme rubia. Sabes muy bien el porque odio el cabello rubio y fue la única peluca que conseguí de último minuto —dije al aire.
Regrese la mirada al kit y saque uno de los tantos objetos —no sería tan malo probar rápidamente mis nuevos juguetes—, este era un tipo de reloj el cual inicie a presionar y expulsó una cámara voladora, parecida a una mosca.
Por lo menos no es una araña, esas si me dan miedo.
En eso la mosca se fue volando hacia el otro extremo del edificio e inició a elevarse.
—Mierda, no, no, no, regrésate a tu lugar —dije corriendo tras el objeto.
Tarde en devolver la mosca nuevamente al reloj y lo guarde, seguido saque otro objeto, esta vez cilíndrico —¿para que servirá esto?—, presione el único botón que había y en milésimas de segundos había quedado ciega, ¡mis ojos, carajo!
—Cual es la gana de ir tras mis pobres ojitos, ¿acaso quieren que quede ciega o use lentes?
—Haciendo escáner retinal y biométrico.
—¡Qué demonios!
—Escaneo retinal y biométrico aceptado.
—¿Hola? —fui recuperando la visión de a poco— ¿Y tú ahora cómo te haces llamar? ¿No estás muerta? ¿Cómo sobreviviste al medicamento?
—Hola Midori. Soy Dai, el sistema de seguridad de la AAD.
—De acuerdo ahora si me perdiste.
—Por el momento soy un prototipo del sistema de seguridad creado por Katai y los únicos que tienen acceso al sistema son ustedes tres. Fui diseñada especialmente a usted para apoyarla en lo máximo posible en cada una de sus misiones.
—Cool —asentí—. ¿Y para eso necesitabas dejarme media ciega?
—Es por seguridad. Ese tipo de gas que ingresó por el canal visual está destinado a posicionarse en su corteza cerebral dando acceso a potenciales evocados, pero no se preocupe ya que es indolora y no tiene riesgos.
—No entendí ni una porquería de lo que dijiste.
—Detectó la presencia de los guardias de seguridad de la Mafia muy cerca del perímetro donde ingresará, le aconsejó que utilice su habilidad en 30 segundos.
—Antes que nada, ¿estás en mi cabeza, solo yo puedo escucharte o alguien más te escucha?
—Soy un tipo de voz interna de su cabeza.
—¿Puedes escuchar mis pensamientos? Digo, no quiero parecer una loca hablándole a la nada cuando intente comunicarme contigo.
—No puedo escuchar sus pensamientos, pero logró entender su movimiento corporal y detectó todo tipo de niveles que expulsa su cuerpo.
Todo mi alrededor se volvió lento hasta el punto de congelarse, seguido desciendo como una persona normal el edificio.
—Al momento que crucen en pasillo puede noquear a un guardia para suplantar su puesto — dijo despacio.
—¿Cómo es posible que no te congeles?
—Tengo cierta parte de su ADN en mi sistema operativo.
Okey lo admito, esta ves te súper luciste con esto Katai.
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Apenas estoy iniciando esto y todo se está yendo a la basura. Visualice una gran puerta metálica, no perdí el tiempo e ingrese en ella, maldito pitufo, pensé que aún seguías en cama, la próxima vez te romperé la cadera.
—¿Quién eres tú? ¿Por qué estás en mi habitación?
Deje caer mi cabeza contra la puerta —lo que me faltaba—, solté un suspiro. Me di media vuelta y busqué al dueño de la voz.
El lugar era demasiado oscuro, solamente existió una tenue luz en medio de la habitación gracias a la única ventana que había.
—¿Quién eres y por qué estás en mi habitación? —dijo molesto.
Un escalofrío recorrió mi médula espinal al ver un rostro infante golpeado, su cabello era dividió a la mitad, siendo la mitad derecha de su cabello negra, y la parte izquierda de color blanco. Sus ojos también presentaban diferencia entre uno con otro, en ambos sus iris era muy oscura, pero en el derecho poseía un dibujo de una estrella y en el contrario una elipse, ambas de color amarillo.
Multimedia
Portaba un camisón blanco junto a un juguete algo sádico y macabro a mi parecer. Hijos de puta, hacer que un infante pertenezca a esto y que encima lo golpeen es caer muy bajo.
—¿Eres niño o niña? —solté la pregunta a lo estúpido.
No obtuve ninguna respuesta, únicamente un escaneo de su parte hacia mi cuerpo. Me limité en hacer lo mismo, analice las heridas que hallé por cada parte de su pequeño y débil cuerpo ocasionando una gran impotencia e ira en mi cuerpo.
—Odio a las rubias.
—Yo también, por suerte no lo soy —elevó una ceja—, es una peluca —dije quitándome la peluca.
—Joven Midori le recuerdo que es el enemigo y acaba de revelar su identidad.
Carajo.
—Pareces una anciana.
—Tu tampoco te quedas atrás.
Otro gran silencio invadió el ambiente, seguido posicione la peluca en su lugar y me enfoqué en sus ojos, ellos me transmitieron una diversidad de sentimientos negativos, pero a su vez logré divisar un opaco destello de esperanza.
—Me agradas. Me llamo Kyusaku Yumeno, pero dime Q, respondiendo a tu pregunta soy un chico. Siéntete privilegiada al saber mi verdadero nombre.
—Soy la nueva integrante de la Port Mafia y me confundí de puerta en la que debí entrar.
—¿Por qué llevas peluca?
—¿Y tú por qué llevas un muñeco?
—Es el único amigo que tengo.
—No quiero que se burlen por mi cabello —invente.
Hasta ese momento me di cuenta que me encontraba arrodillada frente a él y le acariciaba en la mejilla que no tenia golpeada.
—Tengo un poco de pomada, ¿puedo aplicártela?
—¿Va a doler? —pregunto con cierto miedo.
—Solo sentirás algo frió, trataré de no tocar el golpe.
Él se limitó en asentir, a continuación me encontraba hechando pomada en sus golpes, tarde un tiempo que fue acompañado del silencio hasta que acabe, él preguntó:
—¿Sabes quién es tú superior?
FlashBack
—No eres tan mala haciendo tu papel de detective.
—Que te puedo decir, soy la mejor —eleve mis hombros restándole importancia—. Y... ¿qué te parece mi propuesta? ¿Aceptas?
—Es muy estúpida a decir verdad —cruzó sus brazos sobre su pecho—, ser amigos cuando somos enemigos.
Le dediqué una "cálida" sonrisa y proseguí en enseñarle mi hermoso dedo de en medio.
—Entonces vete a la mierda lame botas. Cuando te patee el culo no vayas a venir llorando.
Soltó una pequeña risa y negó con su cabeza— Ni si quiera me dejas terminar niñata —posicionó una de sus manos sobre mi cabeza—. A pesar de ser muy estúpida tu idea me gusta, acepto tu propuesta. No nos perjudicaremos en cambio nos ayudaremos.
Fin del Flashback
—Sakunosuke Oda.
—Te ayudaré a encontrarlo, no quiero que te regañen en tu primer día —se acercó y tomo mi mano—, aparte la instalación es muy grande y puedes perderte.
Odasaku me va a matar, salimos de la habitación y empezamos a caminar por el pasillo.
—¿Cuántos años tienes?
—5, pero dentro de una semana cumpliré los 6.
—Eres demasiado joven para pertenecer a la mafia.
—Un poco, pero no soy el único que tiene esa edad y trabajé en la mafia —explicó mientras que mi mandíbula se tensó.
—Ya veo.
—Por cierto, no me dijiste tu nombre.
Solté balbuceos, entretanto existió un debate en mi cabeza di decirle mi verdadero nombre o el falso.
—Yo... yo soy.
Él ladeó su cabeza mientras expresó confusión en su rostro, luego me dedicó una pequeña sonrisa.
—Venga no te avergüences, de seguro tu nombre a de ser muy bonito al igual que tu cabello.
Melancolía, ese sentimiento era abundante en mi cuerpo. Mi mente inició a jugar con mis emociones, observaba una combinación de Q y mi hermano menor enfrente mío, ambos sonreían. Esas sonrisas lograron calmarme y transmitirme un sentimiento de paz.
—Joven Midori no lo haga.
—Konoe Midori. Por favor no se lo digas a nadie.
—Descuida, no se lo dire a nadie. Tenía razón, tienes un hermoso nombre Midori.
En el poco tiempo compartido con Q pude destacar ciertas características las cuales llamo mi atención,
—Sabes, es muy extraño —confundida ante lo que dijo eleve una de mis cejas y él prosiguió en hablar— te desconozco completamente, pero hay algo que me hace confiar en ti.
—Comparto tu sentimiento.
Nos detuvimos enfrente de una de las tantas puertas que había en el pasillo.
—Eres muy buena para pertenecer a la mafia, me alegro que estes aquí.
—Gracias aunque no se cuento vaya a durar en la instalaciones, pero eso no significa que estarás solo sino que estaré siempre contigo cuando más lo necesites.
—¿Lo dices en serio?
—Para eso están los amigos, ¿no lo crees?
—¡Si! Al fin tengo a un amigo real. —festejo dando ciertos brincos de felicidad, identifique sus ojos cristalinos mientras abrazo su muñeco y añadió—: ¿Oíste? Al fin tendremos una amiga de verdad, por fin podré ser un chico común y corriente.
Moví mis labios con el fin de hablar, pero mi garganta no pronunció nada ya que la puerta frente de nosotros se abrió.
Observamos a un hombre de estatura alta, sus ojos azul oscuro y cabello castaño rojizo que estaba ligeramente separado dejando visible una pequeña área de su frente.
Elevó su mirada y su rostro se volvió pálida acompañando de ciertas gotas de sudor descendiendo por su frente al momento que sentó su mirada sobre nosotros.
Me límete en soltar una pequeña risa nerviosa mientras que Q se cruzo de brazos.
—¡Sakunosuke! ¿Cómo se te ocurre dejar a tu subordinada sola vagando por las instalaciones? La pobre estaba perdida y si seguía así la iban a regañar, pero la encontré a tiempo —se fue acercando a él—. Tú aquí como si nada, si me vuelvo a enterar que la haz dejado sola de nuevo atenderás a las consecuencias —dijo con voz algo perturbadora.
—Lo siento. Acabo de salir de una reunión con el jefe y no me dio tiempo ir a buscarla —mintió Odasaku.
—Que no se vuelva a repetir —se dio media vuelta—. Sakunosuke tiende ser demasiado descuidado y serio con todas las personas, así que si necesitas algo o él te hace algo no dudes en avisarme y tomaré cartas en el asunto —dijo Q sonriente.
—Muchas gracias por tu ayuda Q, tomare en cuenta tu oferta —conteste y acaricie por breve momento su cabeza.
—Te veo mañana en el mismo lugar.
Asentí y él dio media vuelta, seguido inició su caminata vuelta a su "cuarto". Algo sostuvo mi muñeca y de un segundo a otro ya me encontraba adentro de la habitación.
—¿¡Qué demonios haces aquí!? —pregunto exhalado Odasaku cerrando la puerta tras su espalda.
—Eh... ¿sorpresa? —dije, eleve mis hombros junto a mis manos en señal de mi nerviosismo.
Frunció el seño y cruzó sus brazos.
—Me creerías si te dijera que todo esto fue un accidente.
—Konoe —mencionó mi apellido con molestia.
—Pasaba cerca de la zona ya que estaba finalizando una misión y un hobbit perteneciente de la mafia intervino ocasionando que esté aquí.
—Ajá, es por eso que el niño te haya dicho novata.
—Activando modo comando, acceso aceptado.
Y a este aparato que le pico— Tuve que mentirle a Q para que no alertara a más agentes, aparte que no quiero morir a tan temprana edad —realizando escaneo—. ¡No!
—¿No?
—Te conozco y se que tu pequeña imaginación está dándote diversos escenarios y no hice nada de lo que piensas, yo no haría nada de eso —dije resaltando las últimas 5 palabras.
—Es por eso que recurriste a mi. —asentí, soltó un suspiro y añadió—: Voy a sacarte de aquí antes que te descubran.
—No me molestaría quedarme por un tiempo.
—Estas bromeando, ¿no?
Negué con la cabeza— Hey, quisiera aprender más del trabajo de mi amigo.
—Ni de chiste.
—Vamos, Odasaku. Hazme este favor.
—¿Para que te quieres quedar? ¿Acaso vas a matar a alguien?
—Creo que es algo obvio, no.
—No te dejaré.
—Bueno pues tú bandita de chicos malos me investigo así que quiero estar a mano con ellos —y patearle el trasero al enano—, además sabes muy bien que tengo prohibido matar y ni siquiera traje mi pistola.
—Entonces si te reviso ahora no encontraré ningún arma.
—Dejaré que me revises hasta después que aceptes que me quede.
—Si definitivamente estás loca —le dediqué una mirada de ofensa—. Tu rostro está en todos lados, fuiste categorizada de rango B, todos los agentes junto a los usuario con poderes más fuertes están detrás tuya para matarte y aún así quieres quedarte en la boca del lobo.
—Si.
—Que hare contigo mujer.
—Pues soportarme y ayudarme en mis estupideces, los amigos siempre se apoyan en todo momento.
—Pues estás rompiendo nuestro acuerdo, si estás aquí me perjudicarás.
—Entiendo. No te preocupes, encontraré la forma de salir de este lugar sin que me vea el enano de Chuuya y evitar a todos los agentes para que no me maten. No quieres arriesgar tu vida ni tu empleo para ayudar a la única amiga que tienes, entiendo, es comprensible, después de todo eres un...
—Ya basta, no sigas con eso.
—¿Qué cosa?
—Tu maldita manipulación y psicología inversa, no funcionará conmigo.
—Lo se, eres muy inteligente —suspire resignada y camine hacia la puerta—. Bueno, pues fue un gusto haberte conocido y tener esta corta amistad contigo. ¿Cuánto tiempo me das de vida? ¿Una semana? ¿Tres días? ¿14 horas? ¿10 minutos quizás?
Una vez enfrente de la puerta posicione mi mano sobre la perrilla, estaba dándole vuelta, pero interrumpieron mi acción.
—Espera —colocó su mano sobre la mi—. Te quedarás conmigo por 1 semana como máximo, te sacaré de aquí y nunca jamás en tu vida vuelvas a pisar este lugar, no quiero que te maten.
Alejamos nuestras manos de la perilla— ¿Estás seguro de eso? —pregunte con inocencia e intente evitar de soltar una sonrisa, mi plan funcionó a la perfección.
—Será muy arriesgado, la mayoría de agentes te conocen y no es muy común que ingrese alguien de la nada sin que el jefe lo diga. Pero no quiero perder a la única amiga que tengo.
—No te preocupes por eso, ya tengo todo bajo control —coloque mis manos sobre sus hombros—. Gracias Odasaku, sabía que entenderías.
Analice cada uno de sus movimientos por un par de minutos hasta que quito mis manos de sus hombros.
—Hija de puta, lo tenías todo planeado. Hiciste este teatrito para que aceptara ayudarte.
Le dediqué una sonrisa ladina, seguido él se dirigió hacia la única cama que había en la habitación.
—Escaneo completo. Analizando y guardando datos de Kyūsaku Yumeno y Sakunosuke Oda en la base de datos.
¡Me lleva el carajo! Pensé que lo había detenido, ahora cómo borro esa cosa.
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Mi mirada permaneció en la pared de enfrente mientras mi cabeza estaba hechando humo por toda la información que debía de procesar.
—Gracias al cielo fue Fukuzawa quien me encontró en el callejón y no esté loco que "lidera" la mafia. Tratan a todos como verdaderas mierdas hasta los niños raptados los tratan así —suspiraré—. Por primera vez durante toda mi vida el destino hizo algo bueno.
—Detectó bajos niveles de dopamina y noradrenaline, ¿necesita que llame al presidente o buscar un método de salida?
—No gracias, no lo necesito. Es solo un poco de melancolía.
—Estos síntomas indican depresión, no una simple melancolía.
—Estoy bien, solo necesito procesar todo lo de hoy —acaricié el puente de mi nariz—. Por cierto, ¿todo lo que grabaste hoy lo verá el presidente?
—No, por el momento ninguno de los dos podrán ver las grabaciones hasta que salgas de las instalaciones.
Cuando todo esto termine me llevaré una gran regañada por romper una de las reglas.
—Oye Dai, ¿podrías decirme cómo funciona la mosca?
—Esa mosca que usted dice es nanotecnología que tiene incrustada una micro-cámara, está tiene la capacidad de recopilar la información por medio audiovisual. Únicamente presiona el botón del reloj y está sale disparada, tiene dos opciones para controlarla: la forma manual que es dirigida por el contacto que usted haga sobre el reloj y la forma automática, usted debe de acercase al aparato para dictarle la orden y decirle que regrese a su lugar una vez haya finalizado.
—Ya veo —dije, cerré los ojos.
Flashback
—Si vas a estar aquí debes tener mucho cuidado.
—Si mamá, cómo digas —me burle por su pequeño discurso.
—Habló enserio Midori. El niño que te trajo es uno de los usuarios más fuertes y perturbadores qué hay en la mafia.
—¿Cuál es su poder? Me imagino que debe estar relacionado con ese muñeco que siempre anda cargando.
—Su habilidad, Dogra Magra es una maldición que le permite controlar mentalmente a las personas, siempre y cuando estas le hayan infringido algún daño, él casi siempre lleva cuchillas y objetos cortantes pegados en los brazos para provocar una herida a su oponente. Al contrincante se le manifiesta una marca en su mano o en alguna parte de su cuerpo, seguido el muñeco se romper dando por empezado la activación de su poder
Fin del Flashback
Ja, quien lo diría. Una loca con TID tiene un tipo de conexión y se lleva bien con un niño con TAB.
—Te prometo que te sacaré de aquí y buscare la forma para que ya no te atormente mas tu poder. Solo... necesito conocerte más y saber cómo entrar a ti Q —solté hacia la nada.
Abrí los ojos al escuchar la voz robótica.
—A recibido un mensaje por parte de Yukichi Fukuzawa. ¿Desea que lo lea?
—Hazlo, por favor.
—¿Cómo vas en tu misión? ¿Todo bien? ¿En dónde te encuentras?
—¿Desea que lo responda el mensaje?
—¿Com..
—Tengo la opción de responder mensajes y llamadas, solamente necesito que me dicte que quiere que haga o escriba —me interrumpió.
—Está bien, escríbele que: ya estoy dentro de las instalaciones de la mafia, aún no me han descubierto y estoy bien, no hay nada de que preocuparse.
—Asombroso, te aconsejo que siempre estés precavida.
—Que rápido contestó.
—Sabía que eras muy inteligente, pero nunca pensé que tanto y que te aventurarás en hacer esta tontería.
—Pues ya vio, si pude entrar y estoy bien. No vuelva a subestimarme viejo.
—Ya me quedó muy claro, ten mucho cuidado no quiero volver a lidiar contigo ya que te pones más terca que una mula cuando estás herida.
—Mientras estes allá necesito que revises unos expedientes, de una vez aclaro que no son para una misión sino son parte elemental de la agencia.
—Lo que va hacer es una gran estupidez. Puedo perder el celular en cualquier momento y caer en manos equivocadas —me quite la gabardina—. Los haré cuando termine todo esto.
—No te preocupes por eso, lo tengo todo bajo control. Necesito que los leas ahora y que me mandes una respuesta.
—El presidente le acaba de mandar un documento, ¿desea abrirlo y leérselo?
—No, cuando finalicemos la conversación me los lees. Este viejo está demente y luego yo soy la terca.
—Deja de decirme así y si, tú eres muy terca cuando te lo propones.
Me sobresalte al escuchar lo que escribió, máquina estúpida, no me metas en problemas.
—Sabe que lo es, desde que lo conocí hasta la actualidad ha sido así.
—No me hagas ir hasta la Port Mafia y sacarte de las greñas.
Solté una carcajada ante lo escuchado mientras negué con la cabeza.
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Estaba en el penúltimo día en estar en las instalaciones de la mafia, tanto Odasaku como el presidente me lo han recordado cada vez que podían.
He descubierto varías cosas, pero me hacia falta revisar un par de habitaciones para encontrar los reportes y registros de esta. Durante estos días tuve una relación muy estrecha con Q y podía confirmar que él poseía trastorno afectivo bipolar, pero lo extraño y a su vez llamo mi atención fue el dominio y control de su trastorno cuando estaba junto a él.
Es cierto, hubo pocas veces que tuvo ciertos cambios de comportamiento, pero estos eran muy leves. En cambio sin mi presencia sufría de muchos cambios de humor, era un loco psicópata que solo quiere matar por diversión. No se si sea buena idea decirle que soy de la Agencia e hice esta pequeña avería.
—¿Te gusta mi muñeco, Midori?
Agite mi cabeza con el fin de salir de mis pensamientos— Me encanta —un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver dicho objeto—, ¿tú lo hiciste?
—Bueno... se podría decir que si —elevó sus hombros y se apegó a mi—. ¿Por qué salimos de las instalaciones?
—Quise que conocieras un poco de la cuidad como casi nunca sales, aparte cuando terminemos con el recorrido comeremos un rico helado.
—¿Helado? —elevó un poco su cabeza, esperando que alguna respuesta cayera del cielo— Ah, si. Fue lo que me comentaste ayer. ¡Si! ¡Si! ¡Si! ¡Quiero probarlos!
—Y lo harás solo ten un poco de paciencia, aparte tienes que prestar atención.
—Lo estoy haciendo, solo que es muy difícil —dijo con un puchero en su cara.
—Vamos, no es tan difícil. Toma puntos de referencias así podrías aprenderlo más fácil.
En eso pasamos enfrente de la agencia y él la señaló.
—¿Esa no es la Agencia Armada de Detectives?
—Así es. ¿Cómo la conoces?
—Escuche una conversación de los guardias que custodiaban mi cuarto, ellos han tratado de localizar dónde queda la Agencia con el fin de matar a los usuarios con poder.
Hijos de puta— Ya veo, pues es mejor no decirles dónde queda por qué sino se darán cuenta que escuchaste su conversación —explique y él asistió.
—Ese lugar a de ser muy terrible y feo.
—Oh créeme, es el mejor lugar donde podrías estar —susurre lo más bajo posible.
—Se rumorea que solamente hay dos usuarios con poder, Chuuya se enfrentó a uno de ellos y terminó muy herido.
—¿Te refieres al hobbit que le echamos agua y pintamos su cara?
—Si, a él.
—Ya veo.
Caminamos una cuadra y media hasta llegar a una heladería, ingresamos a esta y Q saltaba de la emoción.
—¿Puedo pedir cualquier sabor?
—Si, ve a ver y escoge.
No dijo nada más y salió disparado hacia el cristal donde se puede ver los tipos de sabores de helado.
—¡Wou! Hay muchos sabores, no se cual elegir —explicó, apenas pude comprenderlo ya que su cara estaba enterrada en el cristal.
—Dime cuales te llaman la atención para pedir una muestra.
—¡¿Se puede hacer eso?!
Tardamos casi 25 minutos en la heladería, Q probó todos los sabores mientras me divertía por su comportamiento y gestos que hacía cuando le gustaba o no el sabor.
Nos encontrábamos sentados sobre una banca del parque, mis dedos tamborileaba contra mi pierna derecha, en cuanto mi pie izquierdo se era agitado de izquierda a derecha, estaba muy nerviosa y sabía que habían altas probabilidades de perder la amistad con el pequeño.
—Q necesito decirte algo muy importante —dije con mis nervios aflige.
—Dime.
—Me... mañana me iré de la Port Mafia ya que yo soy..
—Konoe Midori, una agente inteligente, fuerte, un poco impaciente, muy impulsiva y lo más importante es que pertenece a la Agencia Armada de Detectives.
—Puedo explicarlo.
—Puedo ser un niño, más no idiota. Al tercer día descubrí que pertenecías a la agencia y estabas infiltrada en las instalaciones.
—¿Tan mala soy ocultando las cosas?
—No, nada de eso. Eres completamente increíble ocultando tus pasos, nadie logró descubrirlos a excepción mía —sostuvo mi mano izquierda—. ¿Por qué a mi si me dijiste la verdad desde un principio, en cambio al resto se lo ocultaste? ¿Por qué lo hiciste?
—Yo... —por breves segundos una imagen de él pasó por mi cabeza— simplemente no podía mentirte, había algo en mi que me hizo decirte a cierto punto la verdad.
Asintió— No lo negaré, iba a utilizar mi poder para matarte, pero... —suspiro — ¿por qué tiene que ser tan difícil? —escuche su susurro.
—¿Y tú por qué no le avisaste a los demás? Digo, si lo hubieras dicho te vieran dado una recompensa, supongo.
—Haz sido la única persona que me apoya a pesar de conocer mi trastornó, en tan solo una semana pude conocer un poco de cariño, me diste de tu luz en cada momento y pude salir de esta oscuridad, inclusive lograste que disminuyera un poco mis grandes cambios de humor.
—Eso no lo sabía.
—Bien —se levantó y se colocó enfrente mío—, ¿qué es lo que necesitas?
—¿Eh? No, yo no necesito nada. Solo me quede porque quería saber cómo eran los usuarios de la mafia.
—Como le dijiste a Sakunosuke los amigos están para ayudarse y cómo ahora somos amigos te ayudare a recolectar toda la información que necesitas, no quiero que me quiten lo único bueno que tengo en la vida.
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Me detengo al estar enfrente de la ultima puerta del pasillo acompañado por la luz tenue de la luna, seguido abro lentamente la puerta y entre en esta mientras que la cierro bajó llave por mi espalda, analice el alrededor dejándome en claro que era una biblioteca —tenías razón, muchas gracias Q—. Sin perder más el tiempo eleve un poco la manga de la gabardina y vi mi reloj, presione el único botón que había y de este salió la mosca, me acerque a ella y le dije:
—Es todo tuyo amiguito, copia todos los informes y trata de enfocarte en los de Kyūsaku Yumeno o Q mientras hecho una hojeada con algunos expedientes, una vez termines regresa al reloj.
La mosca acató mis órdenes y caminé hacia una de las tantas estanterías cercana a la única mesa, observé esta última muy desordenada junto a un sin fin de papeles ocasionando que me acerque a esta y hojeo los papeles.
No puedo creer que encontré los registros a la primera.
Cómo habón varios papeles me enfoqué en leer el nombre y poder de las personas.
~Nombre: Verurēnu Pōru
Habilidad: Anteriormente era manipulador de la gravedad, actualmente es luces.
~Nombre: Sakunosuke Oda
Habilidad: Perfecto, permite ver unos segundos del futuro en su mente. Específicamente, la duración de cada visión futura era superior a cinco segundos, pero no más de seis segundos.
Nada nuevo ni interesante, díganme algo que no sepa ya, enfoque por breves segundos mi mano que expulsó una pequeña aura azulada ocasionándome una sonrisa ladina y prosigo con mi lectura.
~Nombre: Rimbaud Arthur
Habilidad: Luces, crea un hiperespacio que existe fuera de la ley natural, volviendo inútil Sobre el dolor corrompido y superando la anulación de Indigno de Ser Humano hasta cierto punto.
~Nombre: Ozaki Kōyō
Habilidad: Demonio Dorado, un fantasma que empuña una espada
~Nombre: Nakahara Chuuya
Habilidad: Sobre el dolor corrompido, gira en torno a la manipulación de la gravedad, permitiéndole manipular y producir gravitones, así como alterar la gravedad de todo lo que toca.
Ahh entonces él puede controlar la gravedad —solté una leve risa— y yo pensando que era telequinesias.
~Nombre: Sakaguchi Ango
Habilidad: No posee.
Agente de inteligencia de la mafia.
Me descuadre al momento de ver la poca información que tenía ese informe —¿solo eso?—, le di vuelta a la hoja pero no había nada. —esto es extraño, si aquí únicamente hay documentos de usuarios con poder y el único que no tiene es este— Visualice la fotografía y su rostro me sonaba de algún lado.
—Dai.
—Si joven Midori.
—Recuérdame investigar a Ango Sakaguchi.
—De acuerdo. Mientras usted termina me adelantare en investigar —dijo por lo que me limité en asentir con la cabeza.
~Nombre: As
Me reí por un largo periodo de tiempo hasta tal grado de ahogarme con mi saliva, se nota que los padres no querían a este tipo, ¿a quién se le ocurre colocar esa clase de nombre a los niños?
Habilidad: La locura del Rey de las Joyas, convierte la vida de sus subordinados (aquellos que equipan el collar que les dio) en joyas que valen según la vida útil del objetivo.
~Nombre: Dazai Os...
Interrumpí mi lectura al escuchar el intento de abrir la puerta, dejé los documentos tal y como los encontré mientas mantuve mi mirada sobre la puerta, seguido retrocedí algunos pasos.
La manija de la puerta se movió, me escondí de atrás de uno de los estantes de libros y a su vez se escuchó el chirrido de la puerta ser abierta.
Un par de pasos se escucharon por el ambiente junto a la puerta cerrarse, con cuidado asome un poco la cabeza y veo al mismo hombre del expedienté casi vacío –ese a de ser Ango, será mejor que salga—. Posicione mi mano derecha sobre mi cadera, justo donde se encuentra la funda de mi pistola, quito está para poder sacar el arma de fuego con facilidad. Inicie a sacar la pistola, pero detuve el proceso al escuchar que se encontró en una llamada.
—Lo se señor, pero le pido más tiempo y paciencia. Conseguiré toda la información que necesita de la Port Mafia —ja, quien lo diría, el estafador resultó siendo estafado—. Le aseguró que regresaré a la División sobre Natural con muchas información valiosa para desterrar a la Port Mafia.
¡Genial! —guarde la pistola en su estuche y lo cerré— Es uno de los nuestros, entonces le podré revelar mi identidad sin problema y solicitarte más información de la Mafia, también podría darle lo que recolecte.
Él prosiguió con la llamada, entretanto me quite tanto la peluca como los pupilentes, seguido acomode mi cabello para que no se vea como nido de pájaras y no espantar al hombre. Deje las cosas con sumo cuidado en el suelo, oí cómo finalizó la llamada y me encontraba apunto de salir del escondite, pero me paralice al escuchar lo que dijo:
—Demonios, debo darle la información rápido a los de la Mimic, sino seré hombre frito.
¿Es un triple agente? Entonces este imbécil no es de mi bando —hice un mal movimiento y golpeé mi dedo pequeño con la esquina de un mueble—.¡Mendigo mueble del demonio!
Dirigí mi vista al frente visualizando a Ango acercarse a mi posición, no espere ni un segundo más en utilizar mi habilidad. Todo a mi alrededor se detuvo y con tan solo un pestañeo ya me encontraba dentro de la habitación de Odasaku.
Solté un suspiro de alivio por no ser descubierta.
—¡No me jodas! ¡La mosca! ¡Olvide la mosca! Si Katai se entera me mata —ese alivio fue sustituido a uno de desesperación, causando que jale las extremidades del cabello hacia abajo—. ¡Dai! Ayúdame a encontrar la mosca.
—Por supuesto, solo qué hay un problema. Dejo la peluca y los pupilentes en la biblioteca.
Solté un fuerte grito de molestia, estúpida tuve que haber sido, ¡todo se fue a la mierda!
—Espera... no todo se hecho a perder. Puedo usar mi velocidad nuevamente y matar a Ango, problema resulto. A nadie le importará si es muere.
—El presidente se enterará si hace eso y terminará...
—¡Ya lo se! Estoy acabada —le interrumpo.
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El sol se había esfumado dándole paso a la noche, estaba caminando con cansancio a la habitación de Odasaku, había logrado recuperar todas las cosas sin ser descubierta —no quiero recordar lo que tuve que hacer—. Coloque una mano en la perilla de la puerta para darle vuelta, sin embargo escuche unos fuertes gemidos sonar por todo el pasillo.
¡¿Por qué la gente es tan sádica aquí?! He hola, pueden hacer eso en otro lugar ya qué hay gente que está cansada y no quiere escuchar nada de eso.
—Detectó pérdida de sangre de la niña.
—¿Qué? ¿Qué niña? ¿De qué hablas?
—La niña que ha estado compartiendo tiempo y es detectado como el enemigo.
—Dai yo no me he juntado con ninguna ni... —uni los cables— ¿dónde se encuentra? Guíame a él, por cierto es un él, no una ella
Seguí las direcciones que daba Dai y conforme me acerque escuche los gemidos de dolor hasta llegar a un calabozo —este lugar es nuevo—. Ni bien me había acercado al lugar cuando divisé a dos guardias provocando que me escondiera en el pasillo cercano.
—Activando modo spider.
—¿Modo qué?
—No hay tiempo, acerque una pared y escale en ella
Apunto de protestarle al aparato escuche los pasos demasiado cerca donde me encontraba, los hombres estaban a nada de cruzar la esquina por lo que corrí a la esquina del fondo y como pude escalé en ella con ayuda de todas mis extremidades hasta llegar cerca del techo, similar como una araña.
Ellos pasaron por debajo mío y por suerte no me notaron. Solté un suspiro de alivio E intente varias veces de separarme, pero era casi imposible inclusive si ejercía toda mi fuerza, era como si tuviera un súper adhesivo en mis manos. ¿Qué carajos, está pasando?
—¡Despégate! —dije ejerciendo lo más que podía de fuerza para despegarme.
—Debe de estar relajada y tranquila para utilizar esta herramienta, sin dato curioso de esta es que toma mucho el estrés y tensión que si cuerpo wgenera.
—¿Y a qué horas me puse este súper adhesivo?
—Usted se los colocó el día de ayer, fueron esos tipos de guantes extraños que según usted mágicamente desaparecieron.
—Ah, ya veo.
—Debe de relajarse, respire profundo y cuando esté lista comience a gatear por el techo.
—No.
—Hágalo, así los porcentajes de ser descubierta disminuirán a cero.
—No gatearé en el techo.
—Entonces dejará a la pequeña sola
—No, no lo dejaré solo y es un niño.
Fue difícil, pero logre gatear por el techo hasta llegar a la puerta, los grito se volvieron silencioso junto a unos sollozos, no perdí el tiempo en sacar un clip y lo ingreso a la cerradura.
—Basta, por favor deténganse, ya basta —suplico Q, mientras intento quitarle llave a la puerta.
Segundos fueron los que tome para abrirla —y algunos siguen creyendo que las mujeres no pueden hacer este tipo de cosas—, guarde el clip y con la otra mano empuje la puerta ocasionando que esta soltara un fuerte chirrido.
—No otra vez, déjenme en paz por lo que más quieran, se los suplico.
Su voz fue debilitándose conforme habló, me acerque al pequeño bulto que apenas pude distinguir por la falta de iluminación. Una vez cerca sentí una fuerte presión ejercer sobre mi pecho y el aire abandonó mis pulmones. Q estaba herido de gravedad por lo que inicie a temblar y en miedo recorrió mi cuerpo, no otra vez.
Me hinqué y posicione su cabeza sobre mis piernas, tenía miedo de moverlo y aumentara su sangrado. Él tenía sus ojos cerrados mientras murmuraba cosas inaudibles, lo llamé por su nombre varias veces, pero no reacciono.
—¡Yumeno! —lo llame en un grito y sentí ardor en mis ojos.
Abridor un poco sus ojos— Mi..Midori —asentí— ten..tengo mucho frío y mi..miedo.
—Q, necesito llevarte al hospital. Necesito que te traten esas heridas, iremos al hospital y te pondrás bien, solo necesito que mantengas esos hermosos ojos abiertos, ¿puedes hacer eso por mi? —dije intentando no de entrar en una crisis.
Su pequeño cuerpo tembló sin cesar, con sumo cuidado lo cargué
—Dai, llama al médico que me revisa en la Agencia e infórmale que iré con él con heridas de gravedad y que es urgente.
—Enseguida joven Midori.
—Por favor, no dejes que me lleven, ya no quiero sufrir más —suplico soltando un fuerte llanto.
—Nadie te llevará a ninguna parte, yo te cuidaré te lo prometo —le brinde unas leves caricias—. Aunque me cueste la vida, te juro que mantendré de pie esta promesa.
—No quiero volver a caer en esa oscuridad, la única promesa que quiero que me hagas es que siempre me permitas permanecer a tu lado.
Mi aura rodeó cada parte de nuestros cuerpo, entretanto él se desvaneció quedando inconsciente y ya me encontraba corriendo hacia la clínica.
Llegue al lugar en un tiempo récord, el médico apenas estaba abriendo la puerta de la casa aún con su ropa de dormir puesta, ambos tuvimos una pequeña discusión, pero él no dudó en curar a Q.
Sentí vibrar en el pantalón— Llamada entrante del presidente.
Suspire mientras saque el celular del pantalón, seguido respondí la llamada y acerque el celular a mi oreja.
—Buenas noches, presidente. ¿A qué debo el honor para que me llame?
—Son las 1:30 de la mañana y me entero que acabas de llevar un niño herido con Ayari.
—Pues acabó de salvar una vida inocente, no podía llevarlo al hospital ya que es un usuario con poder.
—¿En qué fue lo que te metiste ahora?
—En nada.
—Habló enserio Midori.
—¿Podemos discutir este tema cuando regrese a la Agencia? Por qué créame... no es lo único que he hecho.
No escuche hasta después de un par de segundos.
—¿Tú estás bien? ¿No estás herida?
—Si, si. Yo... estoy bien, solo algo cansada.
—Que alivio escuchar que estás bien.
—Conseguí ciertos expedientes e informes de la Port Mafia, también descubrir varias cosas las cuales son alarmantes.
—Te escucho.
—Ellos han utilizado a niños con poderes como armas, hay mucha violencia, abuso, agresión, entre otras cosas que ocasionan una gran inestabilidad emocional sobre los niños a tal grado de sufrir un transformo mental.
—Justo en tu talón de Aquiles.
—Nadie merece vivir eso, mucho menos los niños.
—Comparto tu opinión, prosigue.
—Ah, si claro. Existe otro tipo de mafia que quiere acabar con la Port mafia, esto si no se si sea del todo bueno o malo.
—Hiciste lo correcto al decirme.
—Por último, existe un topo infiltrado en la mafia, se llama Sakaguchi Ango y trabaja en la División Sobre Natural, el detalle es que él también está traicionado a la División Sobre Natural.
—¿Cómo...
—Él entró en el mismo sitio donde estaba, pude esconderme a tiempo y escuché su conversación. La verdad es que tengo un muy mal presentimiento en él, nos traerá problemas en el futuro.
—Muy bien, me encargaré de investigar tanto esta mafia que dices cómo al hombre. Una última cosa antes de colgar, ¿ese niño que están atendiendo es perteneciente de la mafia?
—Si... presidente se que es una gran responsabilidad y que ahora no estamos estables, pero podríamos...
—Déjame ver la situación que estamos y como hacerlo de forma legal para no ocasionar problemas. No puedo prometerte nada, sabes muy bien que estamos "empezando" y tratar con un niño sumado con su trastornó se nos complicaría bastante.
—Entiendo, que pase buena madrugada presidente.
—Igualmente, te veo al medido día.
Finalice la llamada, guarde el celular mientras dejo caer todo mi peso sobre la pared. Perdí la noción del tiempo al estar tan sumisa en mis pensamientos, salí de ellos al sentir algo sobre mi hombro.
—Primera puerta a mano derecha, dentro de poco despertará —dijo Ayari.
—Gracias —respondí, él asintió y subió por las escaleras al segundo piso.
Caminé hacia el cuarto donde estaba Q, ingrese en este y me senté en la silla al lado de la cama. Aguarde por unos minutos mientras mi vista recorrió la pequeña habitación. Cerré los ojos, pero los volví a abrir al escuchar unos quejidos por parte de Q.
—Midori, ¿en dónde estamos? —pregunto Q asustado con los ojos muy abiertos analizando si entorno.
—En una residencial —acaricié su frente con el propósito de calmarlo—, te traje para que un amigo tratara tus heridas.
—¡¿Qué?! —se sentó de golpe— No tuviste que hacer eso, si el jefe se entera te descubrirá y te puede...
—No te preocupes por eso, ¿si? —le di un beso en su frente— Yo me encargare de todo, aparte es de madrugada y todos en las instalaciones deberían estar durmiendo.
Él se dedicó en observarme, distinguí cierto brillo en su mirada
—Po..podrías a..abrazarme —tartamudeo con nerviosismo acompañado de un leve sonrojo en sus mejillas.
Una sonrisa surcó en mis labios, seguido me levante de la silla para dirigirme detrás de él y poder sentarme, coloque mis piernas a los costados de su cuerpo, con ayuda de mis brazos lo rodeó por la cintura y lo acercó.
Se dio media vuelta y recostó su rostro en mi pecho en la zona izquierda— Me gusta cómo late tu corazón, es muy relajante y tranquilo —coloque mi mano derecha sobre su cabello y lo acaricie—. ¿Alguna vez has tenido miedo?
—Como no tienes idea, hay demasiadas veces que el miedo me invade.
—Wou, no lo puedo creerlo. ¿En serio haz tenido miedo?
—Por supuesto, ¿por qué no me crees?
—Es que eres una persona muy fuerte y valiente, siempre te enfrentas a grandes peligros, ¡eres una superhéroe!
—Me alegra que pienses eso de mi, pero sigo siendo una simple humana muy inestable emocionalmente.
—Sabes me gustaría ser como tú —ignoro mi comentario—, yo siempre viví con miedo por culpa de las pesadillas. Las odio, las oídos demasiado, por culpa de ellas lo puedo dormir y me hacen dudar si debería de seguir con vida, sumándome que asesine a mis padres, la Port mafia me acogió, sigo asesinando a personas y soy un loco psicopáta —suspiro—. Solo quiere ser un niño normal, sin esta maldición que me atormente.
—Bienvenido al mundo. Esto es un proceso muy difícil, más no imposible, se requiere de mucho tiempo, esfuerzo, constancia y las ganas de ser mejor cada día. Es muy cansado y agotador hacerlo por tu cuenta, pero con un poco de apoyo se aligera tan siquiera un poco.
—¿Tu jefe es tu apoyo para ser mejor persona?
—Así es, es... era la única persona quien me motiva.
—¿Era?
—Si, por que ahora los tengo a ambos. Él y tú son mis motivaciones.
Un sonrojo se apoderó de sus mejillas— Estoy feliz de ser uno de tus motivos. Oye... se que llevamos poco tiempo conociéndonos, pero siento una gran conexión contigo Midori —tomó distancia—. ¡¿Eh?! No lo más interpretes, no quiero decirte que esté enamorado de ti o algo por el estilo, pero no quiere decir que no te quiera —explicó e inició a balbucear cosas sin sentidos detonando su nerviosismo.
—Te comprendo, también siento una anexión hacia ti, te veo como un hermano menor.
—Podrías... ¿ayudarme en este proceso para salir de esta oscuridad y poder ser una persona de bien?
—Estaría más que encantada de serlo —dije enternecida por su anterior pregunta.
—¡Gracias! —se abalanzó sobre mi y me abrazo— ¡Muchas gracias por todo, Midori!
Le devolví el abrazo con un poco más de fuerza —Te juro hacer todo lo que esté a mi alcance para sacarte de esa oscuridad y de la mafia, te cuidare y estaré en los momentos que más necesites... solo dame tiempo para tener un plan y sacarte de ese lugar.
—Esperare todo el tiempo que necesites, solo no me abandones.
—No lo haré.
Esta vez haré lo que sea para cumplir esta promesa aunque me cueste la vida. No perderé a más personas que quiero.
Narra omnisciente
9 de la mañana marcaba el reloj y sucedió tantas cosas a la vez, Midori había dejado a Q en el calabozo, nadie sospechó absolutamente nada. Sin embargo, ella no iba a permitir irse sin dejar un pequeño regalo de despedida dando inicio a una pelea.
Entretanto ejercía la pelea de Midori contra la port mafia a las afuera de Yokohama, en la estación del tren se encontró un chico de campo curándose algunas heridas abiertas. El día anterior como la noche no habían sido de color de rosa y estuvo inmerso en sus recuerdos.
Flashback
El joven de apenas 15 años de edad se detuve de golpe a tan solo 10 pasos de llegar a su casa ya que distinguió la figura de su padre en la entrada de la casa, su ropa estaba completamente empapada y no veía del todo bien por culpa de la lluvia.
—¿Cómo estuvo la recolecta de frutas hijo? —él divisó como su padre poseía un látigo en la mano derecha— No te quedes bajo la lluvia te resfriaras, entra a casa —ordenó el mayor.
El joven avanzó con cuidado.
—Bien —el joven se detuvo al notar cómo su pie empujó algo, son las medicinas de mamá— te sentarás y me dirás todo. ¿Cómo te fue con los demás ganaderos? ¿A quién quieres llevar al hospital de la capital? ¿A quién quieres atar en una cama y pegarle con un pala?
El cuerpo del joven tembló como si fuera una gelatina a causa de ser descubierto por su padre, sus ojos se volvieron cristalinos ya a nada de comenzar a llorar.
—Mañana iremos con los brujos para que te revisen, por el momento tendremos una clara charla acerca de tus dotes literarios.
—¡No puedes hacerle esto! Sabes muy bien que mi madre necesita ir al hospital, sino morirá —hablo por primera vez, la desesperación se noto mucho en su voz.
—Aquí y ahora, hijo. Vas a tomar una decisión, ¡¿la familia o la basura?! —pregunto en un grito mientras le tiro sus cosas a la calle.
Fin del flashback
Salió de sus pensamientos al escuchar las llantas del tren detenerse en la estación. Respiro profundo y exhalo, busco valentía y fuerzas con eso, no quería desmoronarse enfrente de la personas desconocidas, sería otra gran humillación si lo hacía.
—Por favor, que está locura me salgan. Por primera vez en la vida quiero que algo me salga bien y no haya malas consecuencias, por favor —suplico hacia la nada mientras las lágrimas iniciaron a escurrir por las mejillas, al sentir eso las secó rápido con su antebrazo.
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En cuanto en la Agencia, precisamente en la oficina del presidente se encontraba él visualizando dos pantallas al mismo tiempo quienes transmitían lo que le sucedía a ambos jóvenes en tiempo real.
—Ahora es tu turno chico así que prepárate —alejo su mirada de la computadora—. Ya se tardó en regresar a la agencia —suspiro—. Midori va muy bien, pero tengo que mejorar su tiempo, espero que no me toque salvarle el pellejo de nuevo.
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