Capítulo 14
Una promesa cumplida.
Un nuevo enemigo.
Integrantes inesperados.
—Octava jugada. Dogra Magra
—Novena jugada. Demonio de la nieve.
Dos largas y exhaustivas semanas pasaron, lo único innovador que sucedió en ese tiempo fue la adaptación de Atsushi en la Agencia y se fue consiguiendo la confianza de cada agente a su manera y ritmo.
Me encontraba leyendo el periódico sobre mi escritorio en búsqueda de algo interesante —que aburrido, me aburro~... y ¿si jodo a Kunikida?—. Eleve mi mirada directo al rubio dejándome ver que estaba explicándole algo a Tanizaki —sería buena idea, pero luego le irá a llorarle al viejo y no tengo tantas ganas de soportar la maltratada—. Dirigí mi vista al lado contrario encontrándome a Kenji y Ranpo discutiendo por x cosa —creo que esta mas interesante el periódico— a lo que dirigí toda mi atención al periódico.
Sin más remedio seguí leyendo la siguiente página del periódico, me detuve al leer un artículo particular y sentí como se me heló la sangre, seguido utilice mi habilidad especial y fui a cada uno de los lugares que conocía donde los de la agencia compraban el periódico. Tome todos los que tenía, dejando el dinero sobre las manos de cada uno de los dueños y me dirigí de nuevo a la agencia.
—¿Y a esta loca que le pico? —preguntó Kunikida, una vez estuve en la agencia.
—Yo que ustedes me alejaría —dijo Ranpo al ver cómo apilé todos los periódicos en el centro de toda la habitación.
—¿Qué sucede? —escuchó la voz de Atsushi. Saque una cajetilla de fósforos que tenía guardado en la gabardina.
—¿Por qué trajo tantos periódicos? —preguntó Tanizaki. Sin ninguna dificultad encendí el fósforo.
—No lo sé, pero es mejor hacerle caso al sabiondo —dijo Kenji.
—Si.. —tire el fósforo a los periódicos ocasionando que se prendieran en llamas— Ahora si estoy bien.
—¡Presidente!
—¡Otra vez!
—¡Prendí fuego a la agencia!
Esos y muchos más gritos fueron los que escuché, más encima los gritos que me aventaba toda la madre por parte de Kunikida.
—¡Maldita pirómana! —de reojo vi a Kunikida corriendo hacia mi con el extintor en mano— ¡Pensé que ya se te había quitado esta faceta! —gritó alterado mientras intentó apagar el fuego, pero no lo dejé.
—Ne~ déjalo que brille, Kuni-kun.
—¡Desgraciada! ¡Quieres matarnos acaso! —gritó el rubio abalanzándose sobre mi y comenzó a asfixiarme.
—Gracias a Dios no le hecho gasolina —dijo Ranpo viendo mi obra maestra.
—¡Hay que apagar el fuego! —gritó alterado Atsushi.
—¡No, Atsushi! ¡Mejor protégete con Kenji! —dijo Tanizaki, tomando al albino y colocándose detrás del rubio.
—¡Oye! —protesto mientras se colocó aún lado de Ranpo.
Conseguí sacarme de encima a Kunikida, como pude me levante y ambos nos preparamos para atacar al contrario, sin embargo, no conseguimos nuestro propósito ya que los rociadores del techo se activaron y nos mojamos todos.
—¡Konoe Midori!
—Ya te cargo la chingada —dijeron Kenji y Ranpo.
Quería escaparme, pero Kunikida detecto mis intensiones y me tomó de mi gabardina. En eso, la silueta del viejo se presentó enfrente de nosotros.
—¡Fue culpa de Kunikida! —rápidamente me excuse.
—¡Jódete, mierda!
—Lenguaje —sentenció el viejo con seriedad.
—Lo.. lo siento, presidente.
—Ahora tu —dirigió su completa atención a mi, consiguiendo que me tensara y desvíe mi mirada—. ¿A ti te gusta que te castigue, no? —negué con la cabeza— Entonces dime, ¿por qué provocaste un incendio?
—Aburrimiento —dije con nerviosismo, bueno mentirá total no es.
—Midori —sentenció y me encojo lo mas que pude.
—Di..disculpen —todos miramos al albino, quien tragó con nerviosismo—, lamento la interrumpió pero... creo que le sucedió algo a Dazai-san.
—¿Eh? ¿Por qué lo dices? —cuestionó Kunikida.
—No contesta mis llamadas y no volvió a la residencia.
—Debe de estar flotando por el río —dijo Kunikida.
—Tal vez ahora esté en la cárcel —dijo Kenji despreocupado.
—De seguro salió con alguna mujer —opinó Tanizaki.
—O haciendo un intento de suicidio —aportó el viejo.
—Espero que al fin haya decidido renunciar a la Agencia —susurro Ranpo.
—Pero si la Port Mafia lo anda buscando, no creen que...
—Su habilidad para salir del peligro y seguir vivo es inigualable —dijo Kunikida.
—Es cierto. Basta con ver lo sano que está después de tantos intentos de suicidio —aportó Tanizaki.
—Si, incluso puede resistir uno de mis golpes y no se muere el desgraciado.
—Oh, quizás podamos intentar con otro de tus golpes mientras está distraído esquivando mis disparos.
—Ya basta ustedes dos —regaño Fukuzawa al azabache y rubio.
—Solamente estamos aportando nuevos entrenamientos —contestaron en unísono.
—La mafia ni siquiera le conseguirá hacer cosquillas a Dazai —me libere del agarre del rubio y me acerqué —. Él es una persona muy inteligente y siempre se deja capturar por ellos para fastidiar sus planes —le expliqué a Atsushi con una pequeña sonrisa, intentando de ocultar la ligera preocupación que tenía.
—Si te hace sentir tranquilo puedo ir a investigar.
—Uh, ¿estás seguro Tanizaki?
—Descuida Atsushi, estoy como nuevo.
—Y como no, si recibiste el tratamiento de Yosano —dijo Ranpo.
—Cuéntame, ¿cuántas veces te lo dio?
El pelinaranja pareció revivir el momento ya que palideció y fue colocándose en posición fetal. Por mi parte le brinde un fuerte zape a mi compañero.
—No hagas esas preguntas. Que no ves que revives el trauma del niño, idiota.
—Cuatro veces.
—¿Vez como lo pusiste? Ahora debemos de buscarle un psicólogo, porque sino se irá con esta psicópata minion —dijo Ranpo mientras me señaló.
—Ya puedo imaginarme a Mido-Chan con una bata y unos lentes dándole consejos a Tanizaki de cómo matar a alguien.
—Me disculpo por mi torpeza. Comenzaré a buscar un psicólogo para el niño —dijo Kunikida al ver que Kenji y Ranpo tenían "razón"
—Piensan eso muy tarde. El minion ya los mal-influenció a todos ustedes, pero aún no le llegan ni a los talones en su fase psicopata.
—¡Viejo! —proteste, camine hacia su dirección y comencé a alegar.
—Atsushi, mientras que seas miembro de la Agencia procura que nunca te hagan daño —dijo Tanizaki asustado.
—Si crees que estás en peligro entonces corre. Diariamente debes pulir tu habilidad de evitar el peligro. Por ejemplo, dentro de diez segundos.
En ese momento escuché un bostezo bastante conocido que consiguió que dejara de discutir con el viejo. Sin perder el tiempo todos nos fuimos a esconder en distintos lados de la oficina.
—Buenos días doctora Yosano.
Vi que el viejo estaba a mi lado por lo que le susurré.
—Búsquese otro sitio para esconderse, viejo.
—Ah, Atsushi-kun, ¿no tendrás alguna herida?
—Vamos Midori, sabes que no te haré nada —me susurro.
—No, no, ninguna. Estoy como nuevo.
—No le creo. No confío en usted —susurré con una gotita bajando por mi cien.
—Mierda.
—Cállate que sino nos van a descubrir —susurro Fukuzawa y por primera vez en el mes decidí hacerle caso.
—¿Mi..mierda?
—Quería que alguien del equipo me acompañará a comprar algunas cosas, pero veo que solo estás tú.
—¿Ah? —pronunció el albino buscándonos.
Vi cómo Atsushi fue detrás de Yosano para acompañarla —vaya, pero que buen niño— y sin poder evitarlo solté un suspiro de alivio.
—Este es tu castigo —dijo el viejo, por lo que lo mire confundida.
—¿Eh? —sentí como me empujó y caí al suelo, frente a los pies de Yosano.
—¡Aquí estás, Midori! Genial. Ahora si será divertido ir a comprar.
Maldito viejo traicionero.
Antes de poder inventar una excusa fui tomada por Yosano y me comenzó a arrastrar fuera de la Agencia. Mientras tanto escuché las risas de los desgraciados, "mis supuestos amigos".
—¡Búrlense! ¡Disfruten mientras puedan! ¡Que a ustedes les toca soportar al viejo! —les grite mientras reía con fuerza al escuchar que sus risas cesaron.
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Suspiró— Que lindo día, saben deberíamos de hacer esto más seguido. Me gusta mucho los cumplidos que me hacen al ver que tengo a dos albinos bajo mi poder —dijo Yosano sonriente.
Ella caminaba enfrente dirigiendo el paso, mientras que nosotros cargábamos todas sus bolsas en el gran centro comercial.
—Doctora Yosano, ¿aún no terminamos?
—No vayan a tirar nada.
—Entonces...
—Y tampoco le puedes prender fuego a mis cosas Midori que sino te quemo la gabardina.
—Haz eso y te mato —acomode el agarre de las bolsas—. Ya Yosano, detente. Sabes que odio venir aquí hacer tus compras —me queje.
—Lastima.
—¿Al menos llevas algo para mi?
—La vez pasada que te lleve algo y me lo tiraste en la cabeza.
—¡Me llevaste una rata muerta para que me la comiera! Eso es asqueroso... ¡y sabes que odio a las ratas! ¡¿Qué esperabas que hiciera?! ¡¿Qué le diera besos y abrazos?!
—Te expliqué que eso fue una confusión, pensé que eran dangos.
—¿¡Cómo mierdas confundes una rata con dangos?!
Ambas nos detuvimos y volteamos hacia atrás al escuchar un fuerte golpe dejándonos ver a Atsushi en el suelo. Sin perder el tiempo me acerqué al albino.
—Disculpe —le ayude a levantarse— ¿Se encuentra bien? —preguntó Atsushi.
—En que estabas pensando mocoso. ¡Es un traje europeo muy costoso hecho a la medida! —gritó el hombre de forma intimidante, mientras se levantó.
—Lo.. lo siento —se disculpo y se escondió detrás mío.
—¡Tu! ¡Di... —vi cómo se tenso al enfocar su visión en mi y le dediqué una sonrisa, esto se va a poner bueno— ¡Debes de disculparte! ¡Ese ins..
—Una disculpe, señor. —interrumpió Yosano con dulzura, se interpuso en medio del hombre y yo, seguido comenzó a sacudir el traje del hombre— ¿Se lastimó?
El hombre le dio un manotazo a la mano de Yosano, provocando que dejara todas las cosas que tenía sobre mis manos en el suelo. El albino consiguió deducir mi futuro movimiento, por lo que me agarró con cierto temor.
—¡No me toques! Voy a poner una queja en tu empresa por tocarme. Dime en qué trabajas —el hombre se agacho— ¿eres mesera? ¿Eres recepcionista? —la tomó del mentón— ¿O tal vez se trate de un trabajo más especializado?
—Acabaló —ordene, las venas de mi frente se fueron remarcando.
La mano de Yosano tomaron los dedos del hombre y lo alejó de su rostro mientras soltó una leve risa mientras los gritos del hombre se escucharon de fondo, seguido se levantó.
—Soy doctora, pervertido —elevó su vista dejando ver su rostro
—. Vaya. Tienes un brazo mas de lo necesario. ¿Quieres que te ampute uno? ¡Por qué lo haré con mucho gusto! —dijo quebrándose el brazo del hombre.
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|Narra omnisciente |
La chica de ojos atardecer se encontraba caminando por los vagones del tren mientras hablaba por medio de AI de la agencia, mientras que los otros dos se encontraban en uno de los vagones sentados en espera de llegar a su estación.
—¿Qué tal tu estadía en la Mafia? ¿Han sido crueles contigo?
—Ayyyyyy, mi adorable flor de loto se preocupa por mi. Pero que tierna~ —respondió Dazai sin pena ajena de que alguno de la mafia estuviera escuchando su conversación, aunque si así fuera
lo hubieran tachado como loco al ver que le hablaba a la nada.
—Sigue soñando tuerto-chan. Solamente te llame porque estoy preocupada por mi AI.
—Ajá, si como no. Haré que te creo para no lastimarte el orgullo —¿acaso me dijo Tsundere?, pensó la joven—. ¿Y alguno preguntó por mi desaparición?
Las facciones faciales de la albina se tornó a uno de incomodidad y tristeza, pero rápido las cambio mientras le respondió al chico.
—Si lo hicieron, más no se preocuparon tanto al reconocer que eres uno de los mejores agentes. Todos sabemos que eres capaz de derrotar a la mafia si te lo propones. Bueno, menos Atsushi, él si se asusto y anda preocupado por ti.
—Que lindo, es un buen chico y pan de Dios.
—Pienso lo mismo.
—También se que la mayoría de ellos me odia.
—Es no es cie...
—Descuida mi bella flor, es la realidad. No es tan fácil dejar de odiar a alguien, aún más si ese alguien trató de matar un sin fin de veces a la persona más importante de tu vida.
—Eso ya paso, ahora...
—Me pongo en sus lugares. Si viera al desgraciado que mato a Oda no le perdonaría e hiciera su vida un infierno hasta que él mismo se quite la vida. Ellos han tenido compasión conmigo, porque tú se los pediste.
—No se te escapa nada, ¿verdad?
—No puedes ocultar el sol con un dedo. Pero sabes algo mi hermosa flor.
—¿Qué?
—Seguiré luchando por conseguir tan siquiera un mínimo voto de confianza de tus amigos —una sonrisa se formó en los labios del chico— ¡y así podremos hacer nuestro suicidio doble!
—Ibas tan bien... —dijo soltando una suspiro consiguiendo una risa por parte del chico.
Al mismo tiempo de la conversación, en otro vago, se encontraban Yosano y Atsushi esperando el regreso de la albina y que el tren llegara a la estación.
No recodaba que Yosano tuviera esa fuerza —vio de reojo a la chica—. Aún que era de esperarse, después de todo esta en la agencia —dirigió su vista hacia enfrente—. Creo que ella es la mujer más fuerte si la comparo con el resto de mujeres qué hay en la agencia, estoy seguro que es capaz de matar a gente si no hacen lo que ella quiere, es por eso que los demás huyeron cuando Yosano entro a las oficinas de la agencia —pensó Atsushi.
Flashback de Atsushi
Al finalizar Yosano con el sufrimiento del hombre y con el albino temblando detrás de Midori, Yosano les indicó a los otros dos que era hora de irse. Ambos asintieron, recogieron todas las cosas del suelo e iban a seguir a la chica de cabello negro, pero Atsushi se detuvo al ver cómo su superior se detuvo enfrente del hombre.
—Metase su copia barata de traje "europeo" por el culo —dijo la albina, seguido le metió una fuerte patada al rostro del hombre ocasionando que este perdiera la mayoría de sus dientes y que cayera al suelo, asustando al pobre albino menor.
Flashback
No, definitivamente Midori es la mujer más fuerte de toda la agencia. Lo bueno es que soy uno de sus consentidos y no me golpeara si meto la pata, pero con Yosano es distinto... será mejor que me disculpe —pensó y llevo acabo su pensamiento.
—Me disculpo por lo que ocurrió hace rato. Algunas de las cajas se abollaron.
—No te preocupes, Atsushi —cerró sus ojos por unos segundos—. Gracias.
—¿Eh? Pero yo debo de disculparme, fue mi culpa que..
—Tienes razón. Pero te agradezco porque tú impediste que las manos de Midori tocaron a ese pervertido.
—¿Eh?
—Espera un poco más, ya dentro de poco entenderás el verdadero motivo del porqué todos nosotros tenemos ciertas actitudes sobre Midori.
No lo entiendo... ¿por que colocan a Midori en un pedestal? Digo, deben tener sus razones, pero no es ningún tipo de divinidad para que lleguen a esas alturas —pensó el chico.
El chico se asustó al sentir cómo tomaron su pierna.
—Mientras tanto déjame revisarte —la de cabello azabache inspecciono dicha extremidad—.Vaya, está impecable y eso que la mafia te arranco la pierna en su combate.
Se quedaron en esa posición durante unos minutos más asustando al albino, quien con temor habló.
—Yosano-san, ¿acaso tengo algo?
—No, nada de eso —soltó la pierna del albino y este se compuso—. Me decepciona que no puedo darte de mi tratamiento. Pero habrán más oportunidades.
—¿Ah?
—Somos los mayores enemigos de la Port Mafia y siempre nos hacen emboscadas así que mantente alerta hasta de noche, nunca se sabe cuándo podrían atacarnos.
Cierto, sigo siendo el objetivo de la Port Mafia. Debo de esforzarme aún más con el entrenamiento que me darán para poder protegerme solo —pensó el albino.
—Sabes.. —el albino la vio— hay mayor probabilidad que lo hagan cuando Midori está presente.
—Su atención, por favor —una voz masculina se presentó por los altavoces de todos los vagones, ocasionando que ambos albinos se centraran en dichos aparatos—. Lamentamos las molestias, pero realizaremos un pequeño experimento de física. Evaluaremos las reacciones explosivas y las respuestas sensoriales en un sistema no inercial. ¡Los sujetos de prueba serán los pasajeros! ¡Agradecemos toda su cooperación! Ahora, sin más preámbulos, les vamos a presentar.
Una fuerte exploración se presentó ocasionando la muerte instantánea de varias personas de 3 vagones enfrente de la albina junto al movimiento del resto de vagones.
—¡Midori! ¡¿Estás bien?! —preguntó Dazai angustiado al escuchar dicha explosión, pero lo único que recibió fueron gritos de diversas personas.
—Vamos a ver. Habrá muerto dos o tres personas —continuaron hablando por el altavoz—. Bueno, ¡la siguiente será mucho más fuerte! ¡Pusimos suficientes explosivos en los vagones delantero y traseros para mandarlos directamente a la luna!
—¡Midori! ¡Responde! —grito Dazai y empezó a liberarse de las cadenas de sus manos
—¡Todos vayan a los vagones centrales! ¡Ahora! —dictó la albina ocasionando que todos corrieran a la puerta— Lo siento Dazai, pero un desquiciado acaba de secuestrar nuestro tren.
—Comprendo... cuídate —dijo el chico dejando de lado su intento de escape.
Por otro lado, en el vagón donde se encontraban los otros dos detectives se sostuvieron con fuerza al momento de sentir ese fuerte movimiento.
—Muy bien, sujeto de prueba Atsushi —el mencionado dirigió su vista nuevamente al altavoz con preocupación—. Si no te entregas, los pasajeros no irán a la luna sino directos al cielo.
—¿Pero qué?
—Hablando del Rey de Roma —se levantó de su asiento—. Definitivamente, Midori está muy salada con esto de la Port Mafia.
—¿Qué haremos?
—Uno: te entregas a ellos. Dos: saltamos del tren en movimiento y abandonamos a decenas de personas a su suerte. Tres... —dejó en suspenso su oración, viendo al menor con una leve sonrisa.
—Acabar con el enemigo.
—Exacto. No por nada somos parte de la Agencia de Detectives —el albino se levantó de su asiento—. Busquemos las bombas por separado y no te preocupes por las personas.
—Pero...
—Midori ya se estará encargando de ellas —el chico asintió—. Iré a los vagones de enfrente, tú ve a los de atrás.
—¿Y si me encuentro con el enemigo?
—Hazlo pedazos.
—Entendido.
Ambos tomaron diferentes caminos y sin percatarse de cómo la albina junto poco a poco a todos los pasajeros en dos vagones del centro.
Le tomó algo de tiempo reunir a todas las personas ya que los que poseían bastante terror se le juntaban en búsqueda de protección e impedían que ella hiciera su trabajo. Desde lejos vio una cabellera blanca y como pudo se liberó de aquellas personas, seguido se fue acercando al de cabello albino.
—Sus... —ella dejó de hablar al ver al albino irse a otro vagón.
—¡Detective Midori! —ni siquiera pudo avanzar otro paso ya que se lo impidieron—¡Sálvanos, por favor!
—Se lo rogamos.
—Tengo miedo.
—¡Soy muy joven para morir!
—Por favor aléjense y déjenme hacer mi trabajo —todos hicieron caso omiso por el miedo—. ¡Si no me sueltan van a morir todos! —gritó.
Un destello de color morado combinado con azul se presentó en el vagón continuo, seguido de un fuerte estruendo. No solo eso, también en el otro extremo del vago se escuchó una fuerte explosión provocando que el vagón temblara con fuerza y todas las personas se cayeran al suelo.
Mierda lo que faltaba —se levantó con prisa—. Yosano estará bien, es la mujer más fuerte que conozco y su habilidad le ayudará —pensó Midori al mismo tiempo que iba al vagón donde se encontraba el albino menor.
Al momento que ingresó vio a una chica acompañada de un fantasma y Atsushi quien corrió a ellas para atacarlas, sin embargo, este fue atacado por el fantasma a toda velocidad. Cuando estaba apunto de darle el golpe final fue rescatado por la albina, quien utilizó la habilidad especial.
Es demasiado fuerte... —el cuerpo del albino fue dejado en el suelo con delicadeza— ¿Por.. por qué razón una pequeña como tu? —pensó Atsushi, viendo a su superior colocándose frente a él.
—Me lla... —fue interrumpida por un fuerte puñetazo que la mandó al extremo del vagón.
El fantasma inició a atacar a la detective, la cual; esquivó los ataques con agilidad gracias a su habilidad. Ella tuvo la oportunidad de atacar a aquel fantasma y sin dudarlo lo hizo, pero, no contaba conque ese fantasma o mejor dicho, habilidad especial, fuera capaz de hacerse invisible. Su puño traspasó aquel ente y también el metal del suelo del vagón.
—¡Terrorista suicida! ¡Terrorista suicida! —alertó el AI mientras señaló el cuerpo de chica, que recién se levantó del suelo.
Me lleva, vaya que esa mierda no estalló por el golpe que le di —pensó la chica sacando su manos del agujero que hizo y esquivando otro ataque—. No puedo seguir así, un golpe mío o el de esa cosa y nos cargamos a todos los pasajeros.
Iba a ejecutar uno de sus planes para acabar con este show, pero no lo hizo al ver que el albino trató de levantarse y ayudarle.
¡Genial! A la hora que se te ocurre hacerte el héroe y más encima quieres que evalúe tu desempeño —pensó la chica con fastidio al ver cómo su propio compañero la dejó en jaque.
Por otro lado la menor se acercó un poco al albino mientras le hablo.
—Soy Kyouka, soy huérfana como tú. Me gustan los conejos y el tofu. Odio a los perro y los relámpagos. Tras ser acogida por la Port Mafia, he matado a 35 personas en 6 meses.
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En casi uno de los primeros vagones se encontraba Yosano junto al mafioso loco por las explosiones combatiendo. El hombre consiguió brindarle una patada en el estómago a la chica, una vez esta última en el suelo el contrario posó su pie sobre su abdomen.
—Parece que la Agencia no es para tanto. En fin. Ya que vas a morir, te preguntaré algo. ¿Qué es la muerte? —cuestionó el de gafas, a su vez sacó su pequeña navaja.
—¿Qué dices?
—Vamos, solo pregunto por interés intelectual. Soy un investigador muy entusiasta —jugó con su navaja—. Las causas de la muerte como la hipoxia cerebral o la degradación de los telómeros son procesos que pueden revertirse con facilidad en los laboratorios. Sin embargo, ¿qué vuelve irreversible a la muerte? ¿Por qué debemos morir?
Cada parte del cuerpo de la femenina le dolía y sin importarle eso, aún más si la sangre seguía escurriendo por ciertos sectores de su cuerpo, se rió dejando perplejo al hombre.
—¿No sabes algo tan sencillo? Parece que la mafia no es para tanto.
—¿Insinúas —aumento el peso de su pie— que alguien que juega a ser investigadora privada puede saber algo que un científico como yo no?
—Claro que lo se. Y la razón es sencilla. Es porque eres un imbécil.
Él descargó su furia con rapidez y con ayuda de su navaja que fue enterrada en la palma de la mano de la chica.
—Agradezco tu meritoria opinión. Siendo tan versada en tu campo, seguramente ya lo sabrás, —de su manga salieron varias bombas en forma de limón y él se levantó para luego dirigirse a la puerta— pero dicen que el cerebro y la conciencia sobreviven unas 8 horas si mueres desangrado. En un rato vendré a preguntarle a tu cadáver —ella trató de quitar el cuchillo—. ¿Qué se siente estando muerta? Nos vemos, tomate tu tiempo.
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Es imposible. No puedo ganar. ¿Moriré aquí? —él consiguió hincarse y vio sobre su hombro a todos los espectadores que miraban la pelea—. ¿Morirá gente por mi culpa? Solo porque se subieron a mi mismo tren.. —agachó su cabeza, a su vez, cerró sus ojos con fuerza— Morirán por algo tan sencillo como eso...
Flashback de Atsushi
—Debe ser tu karma, tigre —en la única salida del callejón se encontraba aquellos dos mafiosos, quienes hirieron a sus compañeros de la agencia—. Tú mera existencia hace sufrir a quienes te rodean.
Fin del flashback
Flashback de Atsushi
—¡Lárgate, pedazo de inútil!
—¡El mundo estaría mejor si te murieras de una vez!
—¡Nadie necesita a gente como tú!
—¿Por qué vives? —un hombre de blanco le brindó una abofeteada al un pequeño niño albino— No aportas nada, solo importunas a todos los que te rodean. ¡Quienes no pueden ayudar al resto, no merecen vivir!
Fin del flashback
Despertó de sus recuerdos al prestarle atención a los latidos de su corazón y abrió sus ojos.
En aquel momento, una idea invadió mi cabeza. Era una idea estúpida. Pero no podía ignorarla. Si yo... Si pudiera salvar a los pasajeros y hacer que volvieran sanos y salvos... ¿No significaría... que yo...? —posicionó su pie izquierdo con fuerza sobre el suelo y se levantó— ¿No significaría que tendría derecho a vivir?
—La detective Yosano necesita su ayuda —informo el AI, provocando que las pupilas atardecer de la albina se contrajeran.
Ambos albinos empezaron a correr en dirección a sus objetivos. La albina de ojos atardecer saltó sobre el menor, a su vez, él se deslizó por el suelo por dos motivos, el primero fue para no chocar con su superior y en segundo por esquivar el ataque lateral de la katana del fantasma.
Es muy veloz...
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Una fuerte explosión se presentó provocando que todos los vagones temblaran. El tren ya se encontraba sobre los carriles que estaban sobre el mar dejando que la claridad entrara en los vagones y también el humo, que fue expulsado por la ventana.
—Te hiciste mierda el brazo —una voz delicada se escuchó en aquel vagón destrozado.
Yosano ayudó a la albina a levantarse, mientras analizó aquella fractura expuesta de su amiga de una forma superficial y pensó: de seguro recibió mal el impacto de la explosión con tal de protegerme mejor, cuando aprenderás que no importa cuando daño me haga, siempre podré recuperarme.
—¿Cómo demonios no te podías quitar esta puta navaja? —preguntó con dicho objeto en la mano.
—Las preguntas para después —se separó de la albina y se dirigió a una ventana—. Cuando termine con él puedes darle el golpe de gracia. Ahora, esfúmate.
La albina rodó sus ojos con fastidio, más no contó conque la sangre que descendió por su frente entrara un poco en su ojo derecho.
—Joder —susurró y pasó su mano derecha sobre su ojo para luego restregarlo, entretanto activo su habilidad especial de nieve tenue.
La pelinegra se sentó sobre los asientos, seguido dejó caer cierta parte de su espalda y cabeza sobre el marco de la ventana. Seguido la puerta fue abierta dejando ver al hombre sonriendo.
—Vamos a ver. Me pregunto si se habrá chamuscado... —se acercó a Yosano y se detuvo al estar enfrente— A ver.
La chica elevó su cabeza mirando al contrario, asustándole en el proceso, luego le brindó un fuerte puñetazo directo en el rostro. Mandándolo directo al otro asiento.
—Pero qué decepción. Esperaba lanzarte más lejos.
—¿Co..cómo?
—¿Esperabas matarme con esa bengala? —lo agarro de la bufanda y lo elevó, entretanto entrecerró su sus dedos ocasionando que truenen
— ¿Qué lado te había golpeado?
—Pu..pues la verdad —se señaló el lado izquierdo de su mejilla—, diría que este..
Eso le bastó a la chica, sin esperar le brindó un fuerte golpe a la mejilla limpia. El hombre calló en el pasillo del vagón y ella se fue acercando a paso lento.
—No puede ser. ¡Estabas al borde de la muerte!
—Aunque no lo parezca, soy doctora. He visto cientos de muertes más que tú —el hombre se fue arrastrando hacia atrás con temor—. ¿Quieres saber qué es la muerte? Te lo diré... La muerte es cuando se pierde la vida. Por mucho que nos esforcemos, las vidas de los pacientes se nos escapan como agua entre los dedos —elevó su manos enfrente del chico—. ¿Qué la muere es la forma suprema de la ciencia? —empuñó sus dedos con fuerza— No seas ridículo. ¡Matare a cualquiera que no aprecie la vida!
—Ya lo recuerdo. Eres la doctora de la agencia, Yosano Akiko...
—Mi poder, no has de morir, puede curar cualquier herida. Incluso las mías, cómo puedes ver —tomó su maletín y de él sacó un hacha—. Pero tiene requisitos muy estrictos. Solo puedo sanar heridas letales. No es nada práctico.
Mierda si que da miedo —pensó la albina e inconscientemente escondió el brazo -en el que literalmente tenía su hueso expuesto- detrás de su espalda. Y vio que el maletín de Yosano se encontraba lleno de armas.
—Si quiero tratar heridas de mediana gravedad, primero debo dejar a mi paciente medio muerto —sus pupilas se dilataron y camino al hombre—. Vaya. Estás herido, ¿cierto, pequeño? ¿Quieres que te cure?
—Neeee~ Yosano~ —el hombre se tenso y fue girando su rostro pálido con lentitud— dijiste que me lo darías cuando terminarás.
—De..De..De —su voz desapareció por completo al ver cómo tenía a la albina a dos pasos de su cuerpo.
—Te haz topado con un terrible destino —le dedicó una risa burlona—. Te enseñaré a no meterte con nosotras~
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En el centro de Yokohama en los edificios más altos y poderosos de la cuidad, se encontraban un sin fin de trabajadores realizando planes para obtener la cabeza del tigre para recibir una gran recompensa. Esta organización era nada más y nada menos que la Port Mafia, tratando de capturar al hombre tigre desde hace dos semanas, pero nada salía como esperaban.
No hasta que una oportunidad fue entregada en la palma de su mano. En uno de los tantos sótanos del lugar, se encontraban dos hombres, uno de ellos esposado contra la pared y el otro sentado en las gradas. Ambos escucharon absolutamente toda lo ocurrido en el tren donde se dio la pelea entre la Agencia contra la Port Mafia, también de cómo Atsushi y Kyouka terminaron en mar.
Él iba hablarle a la chica, pero se detuvo al escuchar varios gritos a lo lejos.
—¡Atsushi!
Ese grito se escucha más cerca y fue más que suficiente para que el chico finalizara la llamada.
—Por tan fuerte que sea, un peón es un peón —guardó el celular—. ¿Qué hay de ti? —se levantó sin quitarle la visión al hombre frente a él— ¿Eres maestro o peón? ¿O eres un peón que espera ser destrozado?
—Perdiste a uno de tus mejores peones por imbécil —soltó una leve risa burlona—. Aún sigues sin aprender Akutagawa.
El de cabello azabache lo miro con frialdad, pero por única vez decidió dejarle pasar ese tipo de comentario no por compasión, sino porque le llamaban. Sin más subió por las escaleras, perdiéndose del campo de visión del mayor.
Dazai al asegurarse que no había ningún rastros del menor y que al fin podía respirar en paz -tan siquiera unos miserables segundos-, no perdió el tiempo para comunicarse con el tan preciado y valioso AI de la Agencia.
—Emmm... ¿Dai?
—Si detective Dazai.
—Sigo sin acostumbrarme a esto.. —suspiró— ¿Puedo hablar con Midori?
—He perdido conexión con ella. La conexión se restaurará en unos 10 minutos.
No voy a esperar 10 minutos para saber de ella —pensó el de cabello marrón.
—Déjame hablar con Yosano.
—Lo lamento, por el momento usted no tiene acceso a comunicarse con el resto de los agentes.
—Ya veo... —por que no me sorprendo— Al menos... puedes decirme si está bien.
—En estos momentos ambas detectives se encuentran rumbo a la Agencia. Konoe-sama se encontrará bajo observación por la doctora Yosano por causa de la exploración. Posee una fractura expuesta en su brazo izquierdo y diversas laceraciones en el rostro junto a otras partes de su cuerpo. Sin embargo, esto no es nada si lo comparamos con su récord médico, estoy 97% seguro que una vez que la curen va a tardar 20 minutos, de ahí estará como si nada molestando al detective Kunikida.
Bueno. Tocará fastidiar a Akutagawa o a chibi-chan, quien sea que llegue primero —pensó.
—Se necesitan dos para un suicidio doble... ~ Woou wouuu... Pero, pero, con dos podrás... ~
El joven de cabello negro con puntas blanquecinas fue bajando de las escaleras, seguido se acercó al de cabello marrón. Al escuchar el canto del mayor consiguió molestarlo y lo atacó con su habilidad.
Una masa de color negra acompañado por leves rayos rojizos fue directo al cuello del mayor, quien se detuvo de cantar ante el impacto. En cuestión de segundos, esa masa desapareció por completo y dejó una sonrisa por parte del mayor.
—Vaya, ¿estabas aquí?
—Ya sabes que les depara a quienes acaban encadenados aquí. Me trae muchos recuerdos.
—Que nostalgia, recuerdo tus días de novato.
—Cometiste graves pecados —se acercó al mayor—. Abandonaste tu misión, desapareciste y regresaste como un enemigo de la Port Mafia —se detuvo a escasos centímetros de distancia—. Es impensable de un ex-líder.
—¿Y de tu antiguo superior?
El joven le propició un fuerte puñetazo a Dazai, consiguiendo que expulsara unas gotas de sangre, pero eso no le impidió seguir sonriendo.
—Ni siquiera tú eres invencible. Mientras no utilice mi poder, podré lastimarte. Puedo matarte cuando quiera.
—Ya veo. Te ascendieron. Se que es tarde para decirlo, pero entrenarte fue todo un desafío. Aprendías lentísimo, y nunca acatabas las instrucciones. Ni hablar de tu poder inútil...
—Tu fanfarronería durará unos cuantos días. Para entonces, habremos acabado con la agencia, y capturado al hombre tigre. Luego vendrá tu ejecución. Espera noticias del exterminio de tus subordinados —se dio media vuelta— mientras aprietas puños y dientes.
—Me preguntó si podrás. Mis nuevos subordinados son mucho mejores que tú.
Akutagawa no lo tolero mas y se abalanzó sobre Dazai con propósitos de darle otro buen golpe.
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El tiempo transcurrió con lentitud pasando aproximadamente 4 horas y media después del incidente del tren. En ese lapso de tiempo curaron a Kyouka junto a Midori, pero esta última la terminaron durmiendo ya que se había negado rotundamente que Yosano la tocará.
Atsushi tuvo su primera misión solo y era entregar a la mafiosa a la policía. Sin embargo, nada salió como él esperaba y terminó siendo capturado junto a la chica por la Port Mafia.
—Secuestraron a Atsushi —informó Tanizaki, mientras ingresó a la zona de oficinas de la agencia.
—¿Al mocoso? ¿Justo ahora? —preguntó Kunikida.
—Si.
—El trabajo de escoltar al personal del ministerio tiene a la agencia ocupada y Midori sigue anestesiada —se acomodó sus lentes—. No nos sobra gente para buscarlo.
—¿Cómo?
—Tuve que sedarla ya que se negaba a que la curara —intervino Yosano—. Seguirá en ese estado por unos 20 minutos más, creo.
—¿Sabemos dónde está?
—Eh, ¡si! —sacó una pequeña libreta de anotaciones para leer lo escrito— Según los testigos, lo atacaron en plena calle y lo metieron a un camión. No sabemos adonde lo llevaron.
—Que problema. Cuentan con muchas rutas de contrabando. Transportar a alguien sin ser vistos les resultará fácil.
—Si no lo ayudamos de alguna manera...
—¿Ayudarlo? ¿Por qué? —metió un dulce a la boca— Lo secuestraron porque es un hombre tigre y quieren la recompensa. Se trata de un asunto personal, ¿no?. No somos una casa de acogida.
—Tampoco se nos unió para que lo protegiéramos —complemento Yosano con la información que dio Ranpo.
—Pero Atsushi es de los nuestros... —dijo Tanizaki sorprendido ante lo que dijeron sus superiores.
—Si realmente fuera de los nuestros, él tendría que tener a Dai.
—Vaya, hasta que algún dices algo inteligente, granjerito —se burló Ranpo y recibió un golpe por parte del rubio.
—Ellos están en lo cierto. No somos quienes deberían actuar.
—Kunikida-san.... —murmuró el joven con decepción y a su vez pensó: ellos no son los compañeros que conozco... acaso... ¿este es su verdadero comportamiento cuando Midori está ausente?
Naomi, al ser una de las asistentes de confianza y "hermana" de uno de los detectives, presenció la pequeña disputa entre su hermano con el resto de la agencia. Se levantó de la silla del escritorio sin hacer mucha bulla para así caminar hacia la puerta de la oficina principal de la Agencia.
—¿No deberías llamar a la policía? —cuestionó Ranpo
—Atsushi fue nombrado una amenaza en el distrito. Si llega a conocer su estatus, perjudicaría a la agencia.
La discusión prosiguió y eso molestó aún más a la joven de cabello azabache, pero eso no la detuvo para seguir con su objetivo. Después de unos segundos escucho el sonido de una puerta abrirse, por lo que se detuvo y dio media vuelta hacia su lado izquierdo.
—Me alegro tanto que hayas despertado —dio una leve reverencia—, Midori-san.
—Ne~ Buenas tardes, Naomi. —Naomi visualizó las venas de la frente de la albina sobre-saltar— De pura casualidad, ¿no sabes dónde está Yosano?
—Se encuentra en su escritorio junto a los demás.
—Gracias —dio un paso hacia enfrente, pero la de cabello azabache se mantuvo firme en su sitio, obstaculizando el camino de la albina—. Podrías move...
—¿Podría acompañarme a la oficina del presidente? —interrumpió Naomi.
—¿Uh? —elevó una de sus cejas— ¿Te encuentras bien?
—Si. Solo necesito informarle algo, pero aún me da algo de pena irrumpir en su oficina.
—Escogiste a la mejor —dijo la albina sonriente, al ver la perfecta oportunidad de joderle la vida a su viejo preferido.
Por otro lado, los detective detuvieron su discusión gracias a Ranpo, quien les informó que su plan había funcionado ocasionando una gran confusión por parte de Tanizaki y las secretarias. La confusión fue creciendo al ver cómo los 4 se dirigieron al salón de reuniones, al mismo mismo tiempo, todos ellos activaron al AI en búsqueda del camión que secuestró al albino e identificar la ruta que tomó.
—Alguien puede explicarme, ¿qué está sucediendo? —cuestionó el pelinaranja y fue el único quien siguió al cuarteto.
—Es obvio. Estamos usando a Dai para encontrar más rápido a Atsushi —contesto Ranpo, una vez todos ellos llegaron al salón de reuniones.
—¿¡Ah?! Pero ustedes dijeron que no... —él se detuvo en el umbral de la puerta, mientras que los demás tomaron asiento— Esperen... —prosiguió entrar a la habitación, cerrando la puerta— entonces todo lo que dijeron es...
—¿Un drama? Si —contestó Kunikida.
—¿Pe.. pero por qué lo hicieron?
—Tu hermana es bien chismosa y necesitábamos que fuera ella a llamar al presidente —explicó Yosano.
—Necesitamos ganarnos la confianza del presidente —Tanizaki vio a Kunikida— y esta es una gran oportunidad para hacerlo.
—No entiendo.
—En resumen, queremos demostrarle al presidente que somos capaces de ejecutar misiones de rescate o las que son muy delicadas y se requieren trabajo en equipo. Todo esto con el propósito de liberar a Mido-Chan de todas las misiones que le es asignado.
Ellos si son las personas que conozco —pensó el mas joven del lugar con una sonrisa.
Todos cerraron el AI al tener la suficiente información. Ranpo sacó sus lentes para así colocárselos dando inicio el plan de rescate a Atsushi, mientras los demás esperaban a que él hablara.
—Se que lo conseguirán. —inspiró hondo y con nerviosismo añadió—: Por favor, díganme en que les puedo ayudar.
—En evitar que los dos albinos junto a tu hermana nos maten —respondió el de ojos esmeralda, consiguiendo tensar al resto.
—¿No que en 20 minutos? —se quejó Kunikida, mirando de forma acusatoria a la única mujer.
—No es mi culpa que ella sea anormal y cambie mis argumentos.
—Nadie en esta sala es normal —aportó Kenji.
El sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad llamó la atención de todos los integrantes, todos dirigieron su vista hacia la puerta dejándolos ver una cabellera azabache ingresando a la habitación.
—Oigan... —se detuvo al estar lo suficientemente lejos de la puerta— Me pareció que tardarían un siglo en discutir el asunto —sonrió con superioridad— con sus queridos deberes y razonamientos... —ambos albinos ingresaron a la habitación — así que los llamé.
—Explíquenme, ¡¿cómo fu...
—Descuida, ya estamos actuando en ello —Kunikida corto la frase de la albina.
—Sabemos que fue secuestrado por la mafia —comentó Tanizaki.
—Una misión sencilla a decir verdad —dijo Kenji.
—Pero estamos discutiendo por Ranpo, ya que está de terco que quiere ir a la misión —se quejó Yosano.
—Voy a ir de cualquier modo.
—Que no, indio. Nos enfrentaremos con Akutagawa — dijo Kenji.
—¿Y?
—Te va a patear el culo con su poder.
—Un placer —extendió una de sus manos a Kenji, aparentando que el rubio era Akutagawa—. Deberías hacer algo para arreglar esas cejas.
Sin poder evitarlo la albina soltó una fuerte carcajada, entretanto, cómo no era de extrañarse Ranpo y Kenji iniciaron a discutir, Tanizaki junto a Kunikida trataron de detenerlos y Yosano se encargó de echarle más leña al fuego.
Por otro lado, esta escena qué pasó solo dejó confundidos a Fukuzawa y Naomi.
Esto es todo lo contrario a lo que nos dijo Naomi —pensó Fukuzawa viendo el desastre que ocurrió frente a sus ojos y que su pupila no hacía nada para detenerlo—. Y yo que quería reprenderlos...
—Suspendimos todas las misiones. Me disculpo por haber hecho esa acción sin antes consultarle —habló Kunikida, al ver que no podían detener la discusión de Ranpo y Kenji.
—Más no nos arrepentimos ya que nuestra prioridad es rescatar a Atsushi —finalizó Yosano.
—Puedo asegurarle que ellos se unieron para descubrir el paradero de Atsushi-kun, ¡sin duda alguna son un gran equipo! —gritó Tanizaki llamando la atención de todos, provocando que se sonrojara de la vergüenza, y añadió—: Ellos.. ellos están más que preparados para hacer esta misión, presidente.
Fukuzawa examinó a todos los detectives en búsqueda de algo sospechoso. Él sabía que Naomi siempre le decía la verdad, pero esta vez le parecía difícil de creer lo que dijo por varios motivos, pero el principal era por la determinación que reflejaban cada uno de sus agentes.
—Naomi, ¿estás segura que escuchaste bien? —la joven asintió— Pues tu "hermano" te contradice. Quizás... estabas enfocada en tu trabajo y escuchaste mal la conversación —dijo la albina.
—Pe..pero... de seguro amenazaron a mi hermano para que no dijera la verdad —miro a ambos albinos—. Les juro que les digo la verdad, ¡corroboren mi versión con las secretarias!
Le tomó algo de tiempo, pero consiguió comprender un poco lo que había sucedido, al momento, en que los 4 detectives lo vieron.
Sus miradas... son similares a las que medio Midori en su momento... creo saber lo que quieren —pensó, cerró sus ojos por un momento, analizando los pros y contras de la decisión que estaba apunto de decir.
—No es que no creamos en ti, Naomi —acaricio un poco su nuca—. Solo es... difícil de comprender. De todas manera me encargaré de darles su casti...
Midori se quedó completamente paralizada al sentir una mano grande sobre su cabeza, seguido de unas leves caricias.
—Hiciste un buen trabajo, Midori —ella elevó un poco su rostro—. Estoy orgulloso de ti —decreto Fukuzawa con una sonrisa auténtica -que muy pocas veces se le podía apreciar en público- y fue ampliándose al ver cómo las mejillas de la menor tomaron un color carmín y sus ojos atardecer emitieron cierto brillo.
—Pero... no hice nada —apenas pudo responder, provocando que el mayor riera y ella iniciara con su berrinche habitual cuando era avergonzada— ¡No se ría, viejo! ¡Ni soy ningún payaso para darle gracia!
Fukuzawa dirigió su mirada hacia enfrente, se tomó su tiempo en mirar a cada uno de los detectives y dijo:
—Solo tienen 3 horas, aprovéchenlas bien.
Ellos se sorprendieron, más no tardó tanto al darse cuenta que su tiempo iba corriendo.
—¡Si! —contestaron los 4 y se levantaron de las sillas.
—Tanizaki —el mencionado lo miro—. También puedes participar si quieres.
—¡¿En qué demonios está pensando?! —la albina se posición frente a la puerta impidiendo que alguno saliera— ¡Ellos...
—Quítate de la puerta, Midori —exigió.
—Pero...
—¿Dudas de sus capacidades?
—No. Es solo...
—Ya no son niños, saben a lo que se pueden enfrentar y las consecuencias que pueden correr, aún así están dispuestos en hacerlo —se paro enfrente de la albina—. Dejare que vayas a auxiliarlos después de las 3 horas, así que, tomaremos ese tiempo para convivir —explicó.
Ella iba a contestarle, pero el mayor la tomó de la cintura para así colocarla sobre su hombro derecho y salir de aquella habitación. Mientras tanto, ella intentó de liberarse del agarre, pero eso si, nunca golpeó al mayor.
—Viejo, esto no...
—Déjalos. Permíteles que te enseñen todo su desarrollo y hacerte sentir orgullosa de ellos.
Ella suspiró y dejó de intentar de liberarse, haciendo sonreír al mayor.
—¡Ni piense que usare este tiempo para ir a una de sus ridículas fiestas! Tampoco iré a la de su supuesto mejor amigo.
—Si que eres bien terca con ese tema. Sabes que debes de ir —dijo y con agilidad consiguió darle un zape a la chica.
—¡Maltrato infantil!
—Ya eres una adulta.
—Mi corazón sigue siendo el de una niña.
—Y tú cerebro también —soltó Kunikida, quien pasó aún costado de ellos, ocasionando que la chica le metiera una patada.
—¡Jódete rubia! ¡Ojalá y te quemen el culo!
—Lenguaje.
—Él empezó.
—Y tiene algo de razón. Aunque te consideres una niña, sigue y seguirás siendo una adulta ante la sociedad.
—Entonces, ¡maltrato a la mujer!
—Si, si, si como digas —entro a su oficina y dejó a la chica sobre el suelo—. Tomemos algo de té y me explicas el porqué quemaste esos periódicos en la agencia.
—Si.... —él cerró la puerta— Eso no fue muy astuto de mi parte.
—Al menos ya admites tus errores.
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En el centro de la ciudad, específicamente uno de los tantos calabozos de la Port Mafia se encontraba Dazai aburrido.
Si lo calcule bien, ahora deberían... —pensó el de cabello marrón.
—Ya casi es hora —susurro, al escuchar un par de pasos.
—¿Sigues con tus maquinaciones?
—Esa voz.
—Me gusta lo que veo. Vaya espectáculo. Está a la altura de una abra de 10.000 millones. He, Dazai.
—¡Que asco! ¡Pero que asco!
—Que excelente reacción —terminó de descender las últimas escaleras—. Tengo tantas ganas de estrangularte —mencionó una vez estando frente al más alto.
—No has crecido ni un poco, Chuuya.
—¡¿Ah?!
—Siempre me he preguntado de dónde sacas esos horribles sombreros que dan pena ajena.
—¡Mira quien habla! ¡Vagabundo! Apuesto que aún piensas en el suicidio a pesar tu edad. ¿Me equivoco?
—Sí.
—Al menos trata de negarlo —enderezó su compostura—. Eres un simple prisionero. ¿Tienes ganas de llorar por eso? No... —acortó la distancia y lo tomó del cabello— Esto es sumamente conveniente para ti. Puede que engañes a Akutagawa, pero a mi no me engañas. Después de todo fuimos el dúo doble negro —lo miro con determinación—. ¿Cuál es tu plan? Dímelo de una vez.
—Lo estás viendo. Dejarme atrapar y ejecutar.
—Te conozco bien, no eres de aquellos que cae en un trampa tan evidente por mala suerte o negligencia —soltó con fuerza el cabello marrón se Dazai
—. Si fueras tan torpe, te habría matado hace mucho.
—Piensas demasiado. Por cierto, ¿qué estás haciendo aquí?
—Vine a molestarte —el mayor de estatura hizo una mueca—. Solías tratarme como a un juguete en aquel entonces, pero... —e un rápido movimiento realizo una patada giratoria en dirección a las cadenas que sujetaban al de mayor de estatura— Lo que haces se te vuelve multiplicado por diez —Dazai bajo sus manos—. No se que es lo que estas tramando, pero enfréntame, Dazai. Te haré pedazos junto a tus patéticos planes.
—Chuuya —dijo, el mencionado elevado una de sus cejas.
Con un simple chasquido de dedos las cadenas de Dazai cayeron al suelo, generando una sonrisa en el contrario.
—Podías escapar cuando quisieras.
—Te crees capaz de detener mis planes —le enseño un pequeño clip entre sus dedos— ¿Es una broma? —se burlón Dazai.
—Esto está resultando mejor de lo que pensé —dijo Chuuya dirigiéndose hacia el mayor.
El de cabello rojizo soltó su gabardina una vez se dirigió hacia Dazai y sin perder el tiempo le lanzó tres golpes seguidos directo al rostro, pero estos fueron esquivados por Dazai y se alejó un poco. Chuuya dio un salto con su puño listo para hacer un ataque desde el cielo, el cual; Dazai pudo predecir con facilidad, así que, movió ligeramente su cuerpo esquivando el golpe, al mismo tiempo, tomó el brazo de Chuuya y le proporcionó un gancho en la boca del estómago.
—Llamas a esto ¡gancho! —grito lo último con una patada directo en el abdomen del contrario, ocasionado que Dazai terminara golpeándose contra la pared en la que estaba encadenado.
—Ni siquiera cuenta como masaje. Tu habilidad de pelea no se iguala al de la Port Mafia. Es un fastidio que anules poderes, pero no los necesito para esto. Levántate. La fiesta acaba de empezar.
Soltó una leve risa— Por algo eres el mejor en artes marciales de la Port Mafia —se puso de rodillas y estiró sus brazos—. Creí que me arrancarías el brazo.
Bloqueó mi golpe de último segundo. Puede ver mis ataques —pensó Chuuya con seriedad.
—Te conozco desde hace mucho tiempo —se levantó del suelo—. Conozco todos tus movimientos, tu ritmo, y tus hábitos. De lo contrario no habría sido un buen compañero. ¿No lo crees?
El mafioso se impulsó con velocidad en dirección de Dazai, sorprendiendo a este último y pensó, que veloz.
—Entonces seguramente predijiste esto —le proporcionó un fuerte puñetazo en su mejilla izquierda y consiguió que el mayor moviera su rostro—. ¡Esto si es un verdadero gancho! —gritó, a la vez que realizó un gancho que elevó un poco del suelo al mayor y escupiera saliva. Pero no fue lo único, Chuuya aprovechó los segundos de dolor de Dazai para tomarlo del cuello y golpearlo contra la pared, al mismo tiempo, con su otra mano sacó un cuchillo y lo colocó cerca de la parte baja de su mentón.
—Pensaste que podrías ganarme prediciendo mis movimientos —acercó el filo del arma hacia su garganta consiguiendo que sangrara—. Sabes, algo bueno de enfrentarse consecutivamente con Midori es que me sobre-esfuerzo y después de un tiempo puedo seguirle el ritmo con su velocidad.
—Y pensar que morirías antes que yo ante las hermosísimas manos de mi flor de loto.
—Dime, antes de morir. ¿Por qué dejaste atrapar? ¿Qué piensas que va a pasar? —el mayor se quedó callado— Ja, no vas a hablar —fingió un suspiro—. De acuerdo, será muy divertido torturarte.
—La primera razón es Atsushi.
—¿Atsushi?
—El hombre tigre que tanto les obsesiona. Quiero saber quien está ofreciendo una recompensa de 7,000 millones por su cabeza.
—Te pusiste en riesgo sólo por eso. Que ternura me das, pero mira nada más donde viniste a acabar. Hasta los genios pueden acabar como los demás. Hasta el líder más joven de la Port Mafia. Bueno, parece que la suerte te fallo esta vez. Te apreté el mismo día que regrese de occidente tras controlar unas cuantas revueltas. Un golpe de suerte de mi parte —él soltó una leve risa—. ¿Qué es tan gracioso?
—¿Te cuento un pequeño secreto? Mañana se reunirán los 5 líderes
—No es cierto —dijo sorprendido, quitando el arma y la bajo—. Se reúnen solo a cada ciertos años para determinar el rumbo de la organización. Si fuera haber una reunión yo lo sabría, así que mientes.
—Lo harán por una carta que le envían a los jefes de la organización. Llego la hora de predecir. Tú no vas a matarme.
Además, antes de dejar este lugar, vas a darme información sobre la persona que ofrece la recompensa por el hombre tigre. Y por último, hablaras como una niñita cuando te vayas —anticipo Dazai.
—¿Ah?
—Mis predicciones siempre se cumplen, como tú ya lo sabes.
—Pero ahora, ¿cómo podrías... —se quedó callado por unos instantes al recordar algo
— ¿Una carta? Una carta dijiste.
—La carta decía exactamente: Si Dazai llegase a morir, todos sus oscuros secretos serán revelados.
—No serías capaz —dijo, tratando de esconder su miedo.
—Si, es cierto, tienes al líder que traiciono a la organización. Pero recuerda que los líderes saben que todos sus secretos serán revelados si yo llego a morir. Y si la fiscalía se entera de esos secretos,sus muertes serán mucho peores que la mía —sin tener la necesidad de decirlo a sus mentes llegó cierta chica de ojos atardecer y cabello albino—. Esa es razón de sobra para convocar una reunión.
—La Port Mafia no se deja intimidar por amenazas. Te voy a matar. Te lo juro.
—Si, tal vez. Pero esa decisión la tomará el consejo. Si me ejecutas antes que se tome la decisión ellos lo verán como un acto de traición. Y siendo fatalistas, te ejecutarán.
—Y si ignoro todo tu estúpido discurso y te mato —Dazai comenzó a reír—, de todas formas imbécil, te alegrará por fin haber muerto.
—Puedes matarme si es que te atreves —Chuuya tomó con fuerza su arma—. ¿Qué esperas? Atrévete —su pupila se contrajo dejando ver más el azul de sus ojos— Matame~ ya~ —canto Dazai lo último, a continuación, Chuuya encajó el arma con todas sus fuerzas y soltó su agarre de Dazai, luego se alejó.
—Vaya, siempre tan exagerado —el arma se encontraba incrustada en la pared, a unos centímetros de distancia del rostro de Dazai—. Chuuya siendo expulsado de la organización por mi culpa. Eso suena bien.
Una vez cerca donde se encontraba su garbardina se agachó y la tomó, pero en ese momento reaccionó.
—Un segundo... —se levantó de golpe con dicha prenda en su mano— Entonces, la segunda fue para obligarme a tomar esa decisión. ¡Imposible!
El de cabello marrón se rió.
—Pero lo único que es cierto es que —Dazai quito el arma de la pared y se acercó al contrario— eras tú el que me estaba esperando para molestar.
—Teníamos tiempo sin vernos. Debía darte una sorpresa digna.
El chico de cabello rojizo dio media vuelta y trató de modular su voz para que el contrario no detectara que funcionó su plan de molestarlo.
—Juro que algún día yo te mataré.
—Por cierto, cortaste mis cadenas, así que técnicamente me liberaste. Si me voy ahora los jefes van a pensar que me ayudaste a escapar, Chuuya~ —se burló
—¡Maldito!
—Mejor haz lo que te pido y entonces haré que parezca que me salvo alguien de la Agencia.
—Dime, ¿por qué confiaría en ti?
—Yo nunca miento en mis negociaciones, eso ya deberías de saberlo —dijo lanzándole el arma al contrario, el cual; Chuuya consiguió atrapar.
—Infeliz. ¿Qué demonios quieres ahora?
—Ya te lo dije.
—Akutagawa se encuentra a cargo de todo sobre el del hombre tigre. Debe tener todos los registros en la bodega del segundo piso.
—Perfecto. ¡Parece que si lo adivine!
—¡Ay! —comenzó a caminar hacia la salida
— Acaba con tus asuntos y lárgate, idiota.
—Te lo agradezco mucho. Pero te equivocaste con algo. Ahora mi sueño es cometer suicidio doble con Konoe Midori —el contrario se detuvo—. Que me mates a patadas no me causaría ningún placer. Lo lamento.
—¿En serio? —continuó su camino— Es más probable que Midori le haga caso a una roca antes de salir con su imbécil y ridículo ex-asesino. Pero descuida, la próxima vez que te vea te ayudaré con ella —dijo sarcástico.
—Chuuya —sus ojos se iluminaron y junto sus manos
—. No sabía que fueras alguien tan gentil —dijo con voz chillona.
—Esa fue mi manera de mandarte al demonio. Te diré algo, Dazai —se detuvo a la mitad de la escalera y dio media vuelta—. No hemos terminado. La próxima vez te mataré.
—¡Así no! ¡Así no! ¡¿No se te olvida algo!? —las venas de Chuuya se sobresaltaron— ¡Que si no se te está olvidando algo! —gritó, deteniéndose palabra por palabra.
El de menor estatura tembló del enoja y humillación, junto sus rodillas y separó sus piernas -como si se estuviera aguantando las ganas de ir a orinar-, seguido junto sus manos y un sonrojo en sus mejillas lo acompañó.
—Esto no se ha terminado —dijo con una voz súper aguda y chillona, a su vez lo señaló.
Un silencio incómodo invadió el entorno, ocasionando que Chuuya se quejara.
—No ha termi... ter —no pudo evitar que sus facciones representaran molestia—. ¡Ay! ¡Deberías reírte!
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—Consiguieron llegar al barco sin problema —cerró el holograma que le brindó Dai—. Realmente los preparaste bien.
En la agencia armada de detectives se encontraban los dos albinos, supervisando que toda la misión de rescate saliera bien. Ella se encontraba recostada en el sofá y él sentado sobre su escritorio con una taza de té.
—Pues si... —su vista se centró en el pequeño avoncito de papel que creo, seguido lo tiro— No quería que fueran asesinados cuando no estuviera presente.
Un silencio incómodo abarcó el lugar. Sin más, el mayor de los albinos miró con detenimiento a la femenina intentando de adivinar que le sucede a la joven.
30 minutos, 30 minutos en el que está en la misma posición y no ha hablado para nada —pensó Fukuzawa mientras le dio un sorbo a su taza de té—Definitivamente le sucede algo, ¿qué estas tramando ahora Midori?
—Viejo... —pronunció la femenina después de 10 minutos y se levantó del sofá.
—¿Mmh?
—Usted no planea dejarme sola, ¿verdad? —el mayor la miro minuciosamente— Me refiero a que siempre estaremos juntos pase lo que pase.
—Lo único que podría separarnos es la muerte, de lo contrario ten por seguro que estaré contigo, no importa que —dejo su taza de té sobre la mesa—. ¿Por qué preguntas eso?
—Quizás se deba a la preocupación por los chicos... cuando estoy preocupada termino sumergiéndome más de la cuenta en mis pensamientos.
—Lo se. Pero esta actitud que tienes la usas cuando...
—Tengo un mal presentimiento —complemento la albina y soltó todo el aire contenido—. Algo grande se avecina y temo que esta vez no seré capaz de controlarlo.
—Descuida, estaremos todos juntos para vencer sea lo que sea que te esté atormentando. No cargues todo el peso tu sola.
—Sabe algo.... Odio con todo mi ser a las ratas.
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Era algo que no podía creer, a pesar que estaba viviendo, sintiendo y viendo el escenario frente a sus ojos. El centro de la ciudad de Yokohama se encontraba completamente destruida y envuelta en llamas que se combinaba con la oscuridad del noche, camino con lentitud y cierto temor a que algo o alguien se apareciera a enfrentarla, sabia de por si que no estaba bien, no solo por el simple hecho de tener dolor en el cuerpo, sentía su rostro viscoso y no podía ver en su ojo izquierdo.
—Detective Konoe.
Pudo sentir su cabello viscoso acompañado de un olor metálico que podía identificar en cualquier lado, pero prefirió no darle importancia a ese hecho, le era más importante el saber que había sucedido.
Detuvo sus pasos al ver una figura tendida en el suelo, como pudo enfocó su visión para identificar de quien se trataba. Las pupilas de sus ojos se contrajeron, en ese instante contuvo la respiración, su temperatura corporal disminuyó dañando a su paso el color de su piel fuera blanca como un papel, todo su cuerpo templo y sintió sus piernas débiles.
—¡Fukuzawa! —gritó y como pudo corrió hacia él, conforme fue acercándose pudo distinguir diversas heridas profundas que poseía el mayor— ¿Qué... ¡¿qué demonios sucedió?! —interrogó, posicionó sus manos sobre el pecho del mayor e intentó de liberar su poder de sanción en él.
—No creí que diría estas palabras tan pronto... —la joven albina se tensó y sus ojos se volvieron acuosos— Pero ya no tendrás mi protección, así que, ni siquiera se te ocurra morir ahora porque ya no vendré del otro lado para salvarte —intento hacer reír a su niña, sin importarle el dolor que poseía, él le sonrió con el fin de tranquilizarla, no quería preocupar y mucho menos hacer sentir culpable a la albina -aquella que aún seguía siendo su pequeña ante sus ojos-, la cual; le enseñó hacer feliz—. Se quien eres, se de lo que eres capaz —respiro con dificultad— así que dejo el mundo en tus manos... —su voz poco a poco se fue apagando.
—Fu..Fu... Fukuzawa —dijo con su voz entrecortada y sin quererlo las lágrimas fueron expulsadas de sus hermosos ojos atardecer.
No.. esto no puede estar pasando... ¡¿por qué demonios no funciona mi poder?! —sus lágrimas fueron incrementando junto al dolor al ver que su habilidad no funcionaba— ¡Funciona maldita sea! ¡Funciona! —pensó Midori completamente desesperada al ver cómo la vida del mayor se iba entre sus manos.
—Detective Konoe.
—Midori —susurró, tomando sus últimas fuerzas para no cerrar sus ojos.
—¡Cállese! —cerró sus ojos por un tiempo breve por la impotencia, mientras pensó en algún lugar que pudiera atenderlo, pero sabía que no había ningún lugar o persona disponible, no ante el caos que de la cuidad— ¡Guarde sus energías! ¡No permitiré que muera! ¡No puede dejarme sola! ¡No usted! — gritó desesperada, negándose rotundamente a perderlo.
—Midori, es hora de pasarte mi legado.
—¡No! ¡No, por favor! —posicionó la parte de su torso sobre el cuerpo del mayor, sin dejar caer su peso, y acercó su rostro hacia el de Fukuzawa— ¡Se lo suplico! —eso no era el último recuerdo que él quería llevarse de la albina.
—Toma la batuta de la Agencia y termina con lo que yo no pude.... —ya no pudo contenerse, sus lágrimas comenzaron a descender de sus ojos metálicos— Nunca te lo dije, pero al final parece que conseguiste superarme —acercó sus labios hacia la frente de la menor, seguido le brindó un beso y un poco de su sangre sobre la frente de la chica—. Vamos, sal de aquí y ¡acábalo! —sus ojos poco a poco fueron cerrándose— Te.. estere... esperando....
Se fue... él.. él realmente... se fue —pensó la albina.
Su entorno fue tornando por un aire frío, las cosas de su alrededor fueron tomando colores opacos, su cuerpo no podía parar de temblar, su respiración era demasiado irregular al igual que sus latidos y una enormes ganas de tomar su arma y darse un disparo se presentaron.
—Detective Konoe.
No sabía que hacer, estaba completamente en blanco. La única persona que realmente veló por su salud y bienestar, quien realmente se interesó por ella que hizo hasta lo imposible por comprenderla hasta con el más mínimo detalle. Él no solo era su amigo y confidente, era su padre... su padre había muerto en sus brazos... y no era una gran ciencia para ella descubrir que fue su culpa, ella fue la causante de su muerte.
—A..ayuda —su voz quebradiza salió y con el poco razonamiento que le quedaba saco su arma para lanzarla lejos de su alcance— A..a.. ayuda. Por favor... Dazai... Kunikida... Ranpo... Kenji... Yosano... Katai... quien sea... —agachó su vista, una muy mala idea ya que pudo ver cómo el rostro del Fukuzawa fue perdiendo color— Se los suplico, ayúdenme. No quiero volver a caer en esa oscuridad... no quiero cometer la estupidez de quitarme la vida y que el viejo se enoje conmigo.
Un aura de color morado rodeó su cuerpo y con ello liberó poco a poco su poder, más no le importó, el dolor que poseía era mayor y estaba enfocada en no caer nuevamente en esa oscuridad e ignorar todas aquellas voces que la incitaban a matarse.
Merezco morir, merezco morir, merezco morir —se repetía una y otra vez, convenciéndose de soltar el cuerpo e ir por su pistola para terminar con todo—. Un arma como yo no merece seguir viviendo, ya no merezco ser parte de la agencia... —su mirada se oscureció, sin más soltó el cuerpo de Fukuzawa con delicadeza sobre el suelo, seguido se levantó y camino directo en donde estaba su arma— no me tengo llamarme humana, no después de asesinar a la única persona quien creyó en mi —tomó la pistola —. ¿Para qué seguir viviendo si él ya no está? —quito el seguro y posiciono la boca del arma sobre su lado derecho de su frente— Es más, les estaré quitando un peso de encima a los chicos.
Un fuerte sonido junto al dolor se presentó.
Sus ojos se abrieron de golpe percatándose que se encontraba en su habitación, siendo más específicos se encontraba con medio cuerpo tendido en el suelo y sus extremidades izquierdas sobre su cama. Todo su cuerpo se encontraba empapado de sudor, su corazón como respiración iban de una forma acelerada y tenía húmedas las mejillas a causa del llanto.
Fue... un sueño... —se levantó del suelo y rápidamente se acercó a la ventada, dejándole ver la oscuridad de la noche y que todo se encontraba normal— Menos mal, fue una horrenda pesadilla —pensó y sin poder evitarlo abrió la aplicación de Dai para revisar el estado de todos los miembros de la agencia.
Al asegurarse 3 veces que todo estaba bien se dirigió al baño a bañarse y quitarse ese sudor junto a la sensación de la sangre ajena recorrer por sus manos. 15 minutos, eso fue lo que tardó su ducha y trató de calmarse. Al ya estar vestida con otra ropa de dormir se dirigió a su cama para acostarse, seguido cerró los ojos tratando de reconciliar el sueño, sin embargo, esa misma escena retornó a su mente provocando que los abriera nuevamente.
—Puta... —suspiró con pesadez— Ahora ya me dio insomnio por esa maldita pesadilla... será que el viejo me aventara la madre si voy a su cuarto y le pido dormir con él —se quedo callada por un rato, analizando los pros y contras—. El nunca me rechaza cuando quiero dormir con él cuando tengo miedo o no puedo dormir, pero no quiero que el idiota de Kunikida comience a joderme o que el viejo me haga levantarme temprano para trabajar... será mejor que me fuerce a dormir.
Cerró sus ojos y presenció otra vez esa escena, la cual; trató de ignorar con pensar en diferentes cosas, inclusive comenzó a tararear una canción para distraerse.
Le tomó mucho tiempo, pero finalmente su cuerpo comenzó a sentirse cansado y su mente se fue quedando en blanco.
—Detective Konoe.
Lo que me faltaba —pensó irritada al escuchar esa voz que consiguió espantarle el sueño.
—¿Qué demonios quieres ahora, Dai? —preguntó, arrastrando palabra por palabra mientras se acomodó en su cama.
—¿La he molestado?
—Fíjate que no, por supuesto que no. Es más, quería ser levantada a las —vio el reloj de su mesita de noche— dos putas de la mañana y más encima escuchar tu hermosísima voz robótica —dijo sarcástica y sin más colocó una de sus almohadas sobre su cabeza.
—Me alegro escuchar eso. Fíjese que tiene un mensaje.
—Que bueno, lo leeré mañana.
—Pero si ya es el día siguiente.
—Lo leeré mañana en la mañana.
—Si ya estamos mañana en la mañana.
—La reputa madre —se sentó bruscamente en su cama—. Dai, hazme el favor de apagarte y no te actives hasta las 9 de la mañana.
—Me es imposible hacer eso. El señor Katai me lo prohibió.
—Me da igual, hazme caso.
—Lo lamentó, pero no.
—¿Por qué demonios solamente te gusta chingarme a mi? —se restregó su cara con ambas manos con desesperación— Hay tantos detectives que les puedes hablarles a esta hora.
—Eso molestaría a los demás.
—¡¿Y tú crees que a mi no?!
—Detective baje la voz que puede despertar a sus colegas.
—¡Vete a la... —inhalo profundo— Mira, Dai, ya tengo suficiente con lo que tengo que tolerar todo el día, más encima tener que soportar de vez en cuando a esas bastardas, si sigues jodiéndome te juro que me voy a tirar por un maldito puente.
—Detective, el mensaje.
—Mándalo a la mierda, mis horas de sueño son más preciadas que cualquier cabrón. Ahora dime dónde mierdas tienes tu botón de pagado antes que sumerja tu sistema operativo en agua.
—Lamento hacerla enojar, pero usted misma me ordenó que recibiera cualquier tipo de mensaje o llamada del detective Dazai sin importar la hora.
—¿Dazai?
—Así es.
—¿Qué dice el mensaje?
—Que quiere hablar con usted respecto a Atsushi, la espera en el bar que se encuentra a cinco cuadras de los departamentos.
—¿Y no lo podía hacer mañana temprano en la Agencia?
—No lo se, pero parece que quiere darle información importante.
—Voy a matar a ese desgraciado —se levantó de su cama y camino directo a su armario para sacar lo primero que se cruzara—, ¿quién demonios se cree para levantarme a estas malditas horas? ¡Yo debería de seguir durmiendo! Pero no ahí va doña estúpida —se proteste mientras se colocó un suéter grisáceo con verde, unos pantalones flojos y se ató el cabello -aún húmedo- como usualmente lo lleva durante el día—. Máquina estúpida.
—¿Si detective?
—Activa el modo incógnito y solamente los de la agencia pueden verme.
—Entendido detective.
Antes de salir del departamento fue al baño a hacer sus necesidades e intentar de verse un poco decente. No perdió más el tiempo en salir de su departamento y llegar al dichoso bar donde cierto chico de cabello marrón la esperaba.
Quizás no sea tan malo, tal vez con esto logre distraerme y dejar de pensar en esa pesadilla —pensó Midori, tratando de ver el lado positivo del asunto.
Al estar tan sumergida en sus pensamientos no se percató que iba a pasar de largo del punto de encuentro si no hubiera sido por Dai, quien le advirtió. Sin más, bajo por las escalera para así ingresar a aquel bar por primera vez.
—Nunca me había percatado de este bar —susurro al aire, buscó con su mirada hasta encontrarse con aquella cabellera marrón, se encontraba sentado en una de las sillas frente a la barra y se encaminó hacia él.
—Tanto tiempo sin verte —tomó asiento a su lado derecho—, tuerto-chan~
—Sin importar el tiempo que pase sigues siendo igual de hermosa —dirigió su rostro en dirección de la femenina—, mi bella flor de loto.
—¿De qué es lo que quieres hablar? Según Dai es algo urgente.
—La verdad no es algo urgente como tal... te llame ya que no podía dormir y quería compartir un momento tranquilo contigo —dijo con calma, pero en el fondo se encontraba algo nervioso por un posible rechazo.
—Ya veo —suspiro—, también tuve una pésima noche. ¿Te parece si vamos a caminar?
—Tenía planeado platicar mientras tomábamos un poco.
—Es muy amable de tu parte tuerto-chan~, pero tengo prohibido probar una mísera gota de alcohol.
—Vamos, una copa no hace mal.
Flashback de Dazai
Hace tiempo, cuando Dazai tenía 16 años y Midori 15.
Lupin, aquel lugar donde él frecuentaba beber y salir un poco de sus responsabilidades acompañados de sus únicos dos amigos. Esta vez fue diferente, al entrar al bar casi vacío, se percató de una melena albina sentada en una de las sillas de la isla, frente al habitual cantinero que le atendía.
Sin temor alguno se acercó a la barra y se sentó en la silla de al lado de la albina, vio por el rabillo de su ojo el sonrojo que poseía las mejillas de la chica, estaba de más decir que ella estaba ebria.
—Oeeeii, tueeeertoo-chaaaan~ No pensé que vendrías aquí.
—No me digas así.
—Ne~ si no me dices tu nombre te dejare ese apodo.
—Me llamó Esteban, mocosa —habló Dazai.
—No soy ninguna mocosa, ¡soy la detective Konoe Midori! ¡Recuérdalo!
—Eres una simple niñata quien juega a ser superhéroe y ni siquiera está consiente en los grandes peligros que se mete.
—Ojalá pudiera desaparecer a idiotas como tú —susurro con una mueca.
—¿Cómo me llamaste?
—¿Necesitas que te lo deletree? —colocó su mano en la cadera— I de imbécil, D de descerebrado, otra I de inoperante, O de odioso, T de tonto y A de ¿alguna vez te hicieron prueba de ADN? Porque estoy segura de que tus padres son primos.
—Hija de perra.
—¡Cantinero! ¡Sírvame dulces! —dijo la joven arrastrando sus palabras y con tono aniñado, ignorando al chico a su lado.
—Lo lamentó joven Konoe, no tenemos.
—Ay, no tienen —movió su cabeza en un vaivén por breve tiempo—. ¡Entonces sírvame un cóctel de dulces!
—Tampoco tenemos.
—Eres una imbécil drogadicta.
—¿Eh? —hipo— ¡No lo soy! ¡Fue culpa del estúpido maestro! El cabrón como jode, no me deja en paz, ¡es un maldito idealista de mierda!—dijo en voz alta e hizo un puchero.
Él se quedó aún más confundido al desconocer porque un maestro estaba en el tema de conversación. Decidió restarle importancia y se centró en que iba a pedir de beber.
—Sabes, me caes bien.
—Hace un momento me llamaste idiota.
—Y lo eres, pero eres de esos idiotas no tan idiotas y medio caen bien, ¡no como el maestro idiota!
Se limitó en hacer una poker face y soltó un suspiro
—Ne, ne~ ten —le mostró su número en la pantalla de su teléfono— ¡Escríbeme! Y no dudes que me vas a hisar... —se rió— Digo que te ayudaré en lo que pueda. Oye amigo.... Estoy muy ebria —sin más le dio un ataque de risa.
Él simplemente ignoro el escándalo que estaba haciendo la chica y se dedicó en apuntar el número de la chica en un papel.
Era suficiente por hoy, sin más se levantó de su asiento y obligó a la contraria hacer lo mismo.
—Ya fue suficiente, te llevaré a la Agencia.
—No quiero, no quiero que el viejo me vea así. Me dejara de querer y me abandonara si me ve así —protesto en un berrinche, mientras el chico como pudo la saco del bar.
—Pues tuviste que haberlo pensado antes de beber.
—¡No quise hacerlo! El cantinero me dio una bebida errónea y como no tengo resistencia de alcohol por eso estoy así.
—¿Cuántas te bebiste?
—7.
—Uno te lo acepto que sea error, ¡¿pero 7!?
—Es que me gusto y seguí bebiendo...
—Si, si, si, lo que tú digas. ¡Venga ya apúrate que te dejare en la Agencia!
—¿Por qué iba a creerte? —se sacó con brusquedad del agarre y cayó al suelo— Me llevas mintiendo desde que te conozco —dijo la albina, levantándose con dificultad del suelo e intentó equilibrarse.
—No estoy para tus idioteces de borracha.
—Muérete, tu-er-to-chan.
—Vas a creerme porque estoy enamorado de ti —la tomó de su muñeca con suavidad—. Te quiero, ¿me oyes? —sus pupilas acapararon la mayor parte de sus ojos cafés— Si hubiese un lugar más seguro para ti, ahora mismo, cogería algún coche y nos largaríamos.
—Mentiroso.
—¿De qué me sirve mentir cuando podría matarme por sentir lo que siento por ti?
En ese momento reaccionó y se paralizó al recordarlo lo que dijo. Era imposible que esas palabras salieran de su boca, era ilógico, puesto él la odiaba, odiaba aquella mujer que le ha complicando su trabajo y era un verdadero dolor de culo. Tuvo que haber sido un error, trató de convencerse que sus palabras sólo fueron de forma espontánea para seducir a la albina y poder llevarla a la Port Mafia para torturarla.
—Ajá —ella se acercó al rostro del contrario, dejándole oleré el alcohol que expulsaba los labios de la albina— Por cierto.... ¿Tu quién mierdas eres?
Fin del flashback
Nunca has sido buena con el alcohol. Ahora que lo recuerdo, supongo que ese día te emborrachaste por culpa de Kunikida —pensó Dazai.
—De hecho si me hace mal, no tengo aguante para esto —admití avergonzada al recordar otros escenarios penosos que les hizo pasar al pobre de Kunikida.
—Que te parece medio vaso, sino lo aguantas dejas la bebida y solo me acompañas con agua, ¿te parece?
—Vaya forma de conquistarme —ella elevó un poco su mano llamando la atención del cantinero—. Deme un Whisky, por favor —dijo la chica ocasionando una sonrisa por parte de Dazai.
—En seguida se lo traigo —dijo el cantinero y se retiró.
—De seguro haz usado esta misma táctica con todas tus amantes.
—La verdad no. No he salido con mujeres.
—Pensé que no era necesario encararte de todas aquellas chicas que salían del edificio que estaba bajo tu tutela cuando estabas en la mafia.
—Eso es diferente, utilice mi belleza para obtener más fácil la información antes de llegar a la fuerza bruta.
—Vaya, pero que caballeroso, aprovecharte de idiotas calientes y necesitadas.
—Como si tú no hubieras hecho lo mismo con los hombres.
—No lo negare, pero si aclararé que eso lo hice mas por supervivencia que por trabajo, fue antes de conocer al viejo, de a partir de ese momento no lo he vuelto a hacer.
—Eres una mentirosa.
—¿Mmm? —parpadeó un sin número de veces
—¿En serio no lo recuerdas? —ella negó— Fue la vez que me amenazaste.
—Lo hice como tres veces —dijo con una mueca de pato.
—Fue la vez que me amenazaste en aquel callejón.
—¡Ahhhh! Te refieres cuando tenia esos vendajes en el cuello por culpa del tarado de Kunikida —dijo la chica
Gracias al ambiente del del bar y mencionar a cierto rubio no pudo evitar uno de los varios recuerdos cruzará por su mente.
Flashback
—¡Chinguen a su madre!
—Midori bájate de ahí o vas a salir herida —gritó Kunikida intentando de hacerla entrar en razón.
Ambos detectives había finalizado con todo su trabajo y decidieron que ir a brindar por su exhaustivo, pero a la vez exitoso día con un par de copas a un bar. Cabe destacar que ésta iba a ser la primera vez en convivir en este tipo de situaciones, por lo cual; Kunikida dedujo que ella sabía beber, una grave equivocación por su parte.
El dúo salió del bar sumamente borrachos y sin poder evitarlo ambos hicieron ciertas idioteces en el camino de regreso a sus casas. Sin embargo, Midori llevó las bromas a otro nivel, ella activó su habilidad especial llevándolos hacia el edificio más alto de Yokohama, seguido dejó a Kunikida en la entrada de las gradas mientras que ella se posicionó sobre el borde del edificio y comenzará a caminar por este -también que hacia la pantomima de perder el equilibrio-, provocando que se le bajara la borrachera a Kunikida y así fue como llegaron a esta escena.
—¡Nada hiere a Midori! ¡Yo soy invisible! —gritó la albina riéndose como loca desquiciada.
—¡Se dice invencible y no lo eres! ¡Solo eres una enferma de mierda! —conforme fue gritando su rostro se colocaba rojo de la furia— ¡Ya bájate de ahí o te vas a morir!
—¡Eso es lo mejor! —hizo como si perdiera el equilibrio y Kunikida soltó un grito demasiado agudo para su gusto, provocando que ella se riera— ¡Así ya nadie me jode y no sufriere esta vida de mierda!
—¡No me hagas ir por ti!
Desde esa noche Kunikida le prohibió a Midori beber en toda su vida. Por supuesto, esta última no siempre la hacía caso en este hecho, así dandole unas grandes aventuras y vergüenzas a Kunikida mientras trataba liderar con nuestra hermosa albina borracha.
Fin del flashback
Sin poder evitarlo soltó una suave risa, provocándole intriga a Dazai.
—Si, habló de esa vez.
Sin poder evitarlo soltó una suave risa, provocándole intriga a Dazai.
—Si, habló de esa vez.
—Que te puedo decir —elevó sus hombros restándole importancia—. Ese día me empute con todos y la única forma viable en ese momento era desahogarme con el maldito malparido, quien ha intentado matarme. Además era dos por uno, iba aprovechar esa gran oferta.
—Eres una verdadera hija de puta.
—Gracias, me lo han dicho seguido —el cantinero se acercó y dejó la bebida en la bata para así retirarse—. Se que tengo a la mayoría de criminales en la palma de mi mano, puedo divertirme con ellos para luego matarlos en cualquier momento. —le dio un sorbo a sus bebida y continuó—: Tu haz sido el único en tomar la sabia decisión de dejar de ser mi enemigo, aunque te tardaste mucho.
—Entonces, ¿ya no soy tu enemigo?
—Más bien te considero un rival, fiore di loto.
—Ya basta Midori, sabes que no me gusta que hables en italiano.
—¿Por qué? Si es el hermano del lenguaje del amor.
—No le entiendo y nunca lo voy a aprender, además, no es tan interesante para aprender.
—Prefiero mil veces el italiano que el ruso.
—Es más fácil aprender ruso.
—Vete a la mierda. El idiomas más fácil de aprender es el inglés, de ahí va el español. Además, el ruso es difícil de escribir, esa mierda parece cosas chicanas.
—Somos asiáticos, así que debería de hacernos fácil escribir, escuchar y hablar chino.
—... Dazai... que seamos asiáticos no quiere decir que sepamos chino, mandarín, tailandés, coreano, etc.
—No, yo dije que se nos debería ser fácil.
—No, no lo es por las jergas que se usa en cada país, por ejemplo: un argentino no le va a entender a un español que hable gallego.
Así fue que ambos iniciaron una pequeña disputa. El tiempo pasó entre diferentes temas de conversación y entre tragos. Sin poder evitarlo ambos iniciaron a demostrar cierto interés hacia su contrario, lanzándose ciertos coqueteos sutiles entre bromas animando a su contrario en continuar de la misma forma y encerarse en su propia burbuja.
Me gusta estar así —pensaron en unísono y le sonrieron al contrario.
Dazai se dedicó en hablar acerca de nuevas técnicas de suicidio que había encontrado, se encontraba tan emocionado explicando en que consistía que no se percató que ella no le estaba prestando completa atención, simplemente se dedicó en ver de forma detallada el rostro del chico.
Ese maldito tiene pestañas más grandes que yo —veía como sus labios se abrían y se cerraban— ¿Será cierto que los labios de otras personas tienen algún sabor? —pensó la chica.
Dirigió su mirada hacia el vaso, este ya era el octavo vaso de whisky que se tomaba. Definitivamente estaba borracha, todo su alrededor daba vueltas y había bajado completamente la guardia, pero confiaba ciegamente en el chico, pese a que en algún momento él fue su asesino.
Siempre intento matarme y ahora me protege a su manera. Esto es raro... y es aún más raro estos malditos pensamientos que tengo hacia él, creo que por primera vez le haré caso a Kunikida y dejare de tomar... Aunque este tipo de pensamientos comenzaron a surgir desde que cumplí la última promesa a Oda... No entiendo este impulso y tremenda ganas de probar sus labios—pensó, elevó sus hombros restándole importancia y tomó con cierta dificultad el vaso.
Él se percató del estado de la chica y que estaba apunto de tomar nuevamente del whisky, decidió colocar su mano sobre el vaso, impidiendo que ella cumpliera su acción y bajo dicho objeto a la mesa.
—Fue suficiente hermosa, es mejor volver a casa —dijo y le dedicó una de sus mejores sonrisas.
Se quedaron en la misma posición por un largo tiempo e intentaron de ahogar las mariposas de sus estómagos y todo nerviosismo que iba apoderándose de sus cuerpo.
Una oleada de valentía y sus nervios se punta se instaló en el cuerpo de chico, al momento que, un pensamiento cruzó por su mente. Dirigió su mirada hacia enfrente y suspiró, sabía que lo que iba a ser estaba mal, pero esta podía ser su única oportunidad para liberas sus sentimientos y no ser completamente humillado por estos.
Solo es hablar... solo es hablar... ella no recordará nada mañana, así no será incómodo —pensó, animándose, mientras le pago al cantinero todas las bebidas que consumieron.
Tal vez si lo besara podría confirmar si la deducción que tuve aproximadamente 3 años es correcta o no —pensó la chica.
Antes de arrepentirse y salir corriendo a causa de la decisión que tomó, decidió centrar su mente en la leve posibilidad en que ella sentía o estaba empezando a sentir algo por él llenándole de esperanza a ser correspondido, por el motivo por todas sus acciones de esta noche y las que ha tenido al interactuar con él desde que ingresó a la agencia. Inhalo profundo y comenzó hablar.
—Sabes, mi sueño siempre a sido el suicidio, pero este cambio un poco... —la vio de reojo— quiero morir junto a ti. Se que será un sueño difícil de cumplir a causa de nuestros enemigos, pero quiero dejarte algo en claro. Si tú mueres me suicidare y hablo en serio —dirigió su rostro hacia la albina y fue acercando sus rostros hasta quedar a 3 centímetros de distancia, mientras su respiración junto a su frecuencia cardíaca fueron creciendo—. Pero... si yo muero primero —posicionó su dedo pulgar sobre la mejilla de la chica y la acaricio, también pudo apreciar la irregularidad de su respiración junto al leve color carmín que apareció en la albina—. Quiero que me prometas que nunca intentarás de suicidarte o dejarte matar, sigue con tu vida sin mi....
—Dazai.... —murmuró su nombre, ambos se quedaron hipnotizados por los ojos del contrario.
—Por más difícil que sea no tienes que rendirte —fue acortando la distancia de sus rostros—, puedes y debes cumplir todas tus metas que una vez me contaste.
—Osamu....
—Te quiero... aún sin aprender a quererme a mi mismo.—susurro— : Estoy crear un nuevo corazón para poder amarte como debe ser —no pudo contener más sus sentimientos.
Por fin, sus labios se tocaron con suavidad.
El corazón del joven le martilleaba en el pecho, y casi podía notar el de Midori contra sus dedos mientras se aferraba a su camisa. Le cosquilleaban las zonas del cuerpo donde la chica le tocaba, y sintió que iba a explotar.
Se separaron, tímidos, y evitaron mirarse a los ojos. Dazai estaba tan avergonzado que sentía que iba a ponerse a llorar por lo humillante que se vio, pero a la vez estaba muy feliz de que aquello hubiera sucedido.
Por fin, observó a Midori y se centró en sus orbes como el atardecer, y recordó cuánto la quería y lo mucho que le costaría alejarse de ella.
—Se que no recordarás nada por lo tomada que estás. Sin embargo, ese no quita el hecho que esta fue la mejor noche de todas.
—No concuerdo con tu argumento... Sería muy difícil que un sobrio... bueno, un medio sobrio, se le olvide una escena cómo está.
Sus ojos marrones se dilataron, sus facciones de rostro representaron una mezcla de asombro y algo de miedo.
—Tu....
—Sería una imbécil si no me recordara que el chico que me está comenzando a gustar me dio mi primer beso —murmuro, pero el chico no lo consiguió a escuchar.
—Fingiste estar borracha.
—No lo negaré, estoy mareada, más no borracha al grado de no estar consciente de mi alrededor. Quizás si sobre exagere un poco, pero quería corroborar si mi deducción estaba en lo correcto.
—De acuerdo ya no volveré a confiar en ti. ¡No se juega con los sentimientos de las personas solo por una estúpida deducción!
—Me gusta esta nueva faceta tuya, Dazai —sonrió acompañada con un sonrojo sobre sus mejillas—. Jamás pensé que te pondrías nervioso por un simple beso, ni que fuera el primero.
—¡Midori!
—¿Necesitas algo, Tsundere-kun?
—Volverás sola al departamento —dijo y sin esperar se levantó, seguido salió del bar.
El tiempo pasó y ella se quedó en la misma posición, hasta que finalmente habló al aire.
—Tu también me gustas... —una sonrisa nostálgica se apoderó sobre sus labios— Y por la misma razón debo dejarte ir. Mereces a alguien mejor, alguien que te pueda dar seguridad y apoyo emocional —una risa amarga salió de sus labios—. Conmigo nunca conseguirás nada de eso, solo te ahogarás en un vaso de agua.
Por primera vez después de tantos años pudo sentir nuevamente esa presión sobre su pecho, el dolor era similar al dolor cuando perdió a su mejor amiga y a su hermano. Sus ojos comenzaron a arder, seguido la primera lagrima fue descendiendo, continua por otra, otra y otra —basta, deja de llorar—. Llevo su antebrazo derecho sobre sus ojos para limpiarse con brusquedad, su respiración se volvió irregular y comenzó a hipar, mientras que ese dolor fue incrementando —¡deja de llorar por algo estúpido! ¡Deja de sentir! ¡No lo mereces!— sus lagrimas aumentaron provocando que bajara la cabeza y comenzó a golpearse la cabeza, intentando de entrar en razón —¡No eres lo suficientemente buena para él! ¡Solamente conoce ese lado que quieres enseñarle! Él... él solo terminara lastimado... Personas como yo no merecen enamorarse. Aparte....
—Quien quisiera estar junto a una persona con identidad disociativa... si es que tengo esa mierda —susurro, llevo su mano izquierda al sector de su corazón y soltó un fuerte grito de dolor.
Ese grito altero no solo a las personas que estaban en el bar, también al IA de la Agencia, quien alerto a las personas mas a llegadas a la detective.
—Resista detective Konoe. Ya emití la alerta, el presidente, Katai y Ranpo vienen en camino.
Algunas personas se acercaron a la chica tratando de averiguar si se encontraba bien o si necesitaba algo, pero ella no escuchó ninguna palabra, ni siquiera el alto tintineo del AI transmitía para indicar el área de localización de la albina. Sus pensamientos intrusivos le ganaron y los recuerdos de cómo hacía daño a las personas aparecieron. Además, de ciertos escenarios futuros que podían presenciarse de cómo Dazai le terminaba desechando y demostraba al resto de la agencia su enfermedad.
—No puedo enamorarme... no puedo enamorarme... no puedo enamorarme.
—Te volviste débil y ahora tienes varios puntos débiles, cualquiera podría llegar a darte un punto de quiebre.
—Está vez si me decepcionaste.
—No mereces amar, verdugo.
—No vales la pena. Dazai es alguien superior a ti, te abandonará una vez sepa de nosotras.
—Mereces morir.
Ella no hizo nada para callarlas ya que les daba toda la razón. Konoe Midori es una simple trastornada mental que no merecía enamorarse o sentir sentimientos positivos, ella se consideraba una abominación, un arma que estaban apunto de utilizar.
—¡Quítense! Soy su novio —dijo abriéndose paso entre la multitud— ¡Que se quiten maldita sea!
Él consiguió llegar hasta donde estaba la chica, se tranquilizo un poco al ver que Dai había activado el modo incógnito sobre la albina y su persona, así nadie iba a poder colocar en el Internet o periódico que ella haya llorado en publicó.
No tardo mucho en irla a abrazar. La albina elevó la mirada encontrándose con el par de ojos que reconocería en cualquier lugar, ocasionando una inmensa vergüenza recorriera por su cuerpo al verlo tan preocupado mientras que ella aún no podía controlará su llanto.
—Estoy aquí, estoy aquí.
—No.. no me quisieron hacer un cóctel de dulces —mintió y fingió estar borracha mientras lloro con mas ganas.
Sabía a la perfección que él no se tragaría su mentira, pero de todas maneras lo hizo.
—Voy a matar a ese imbécil. Como se le ocurre invitarte a tomar y no tener la decencia de llevarte a casa. Por favor, ya no tomes, linda.
—Ranpo... me siento como la mierda.
—Es normal... —suspiró, tratando de llevarse su tristeza antes que ella lo detectara. No era ningún idiota, solo fue cuestión de analizar los pequeños detalles para saber que aquel chico con vendajes había robado su primer beso, besó el cual anhelaba ser él quien se lo diese a la albina. Aún con la presión sobre su pecho prosiguió su discurso— El amor lo inventó un chico con los ojos cerrados, por eso somos ciegos todos los enamorados.
—Yo no...
—No quiero indagar más de lo ocurrido por respeto a tu privacidad. Pero la vida no gira entorno al amor de una pareja —acarició su cabello con suavidad—. La vida es mucho más que eso. La vida es realización personal. Es riesgo. Es... caerte y levantarte mil veces. Es descubrir quién eres y quién no, y cómo harás esto si te estás privando de tus emociones.
—No las merezco.
Una mueca se presentó en el rostro de Ranpo —este hijo de puta me las pagará—, tomó con suavidad el mentón de la chica, seguido elevó un poco su mentón dejándole ver aquel color atardecer dejándolo hipnotizado.
—Midori, el día en que te des cuenta de lo valiosa que eres, te comerás al mundo.
—¿Te pagan por metiche? —cuestionó tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
—Ojalá —respondió con una leve risa al ver como de a poco el ánimo de la albina mejoró—. Vamos a casa, mi hermosa albina.
━━━━━━✧❃✧━━━━━━
La había dejado sola en aquel bar.
No quería hacerlo, definitivamente no quería hacerlo, sin embargo, aquella acción que realizó la albina lo había afectado, había jugado con sus sentimientos solo para descubrir si una maldita deducción era correcta.
Desde que tiene uso de razón a odiado demostrar sus sentimientos y/o verdaderas intenciones al resto de personas, prefería mil veces resguardar sus emociones hasta la más pequeña e insignificante, para evitar que lo corrompan nuevamente. El mismo se propuso desde temprana edad colocarse miles de máscaras ante la sociedad, sin excepción alguna, y le sirvió bastante, inclusive consiguió vengarse de aquellos animales que se proclamaban ser sus padres cuando se les daba la gana.
—No entiendo... —recostó su cabeza sobre aquella piedra y vio hacia el cielo nocturno— ¿por qué es tan complicado vivir?
No le importo mucho llegar a los departamento, después de todo, no había nadie quien se preocupara por él y lo estuviera esperando. Dejándose divagar por sus recuerdos, tratando de encontrar desde cuando estos sentimientos tan confusos para él comenzaron o tan si quiera recordar cual fue el motivo por ver con otros ojos a aquella mujer de ojos atardecer.
Flashback
El de cabello marrón se le había asignado desde hace tiempo mantener bajo mira a la Agencia Armada de Detectives. En esa época no consideraban a dicha agencia un enemigo quien podía hacerle frente a la Port Mafia. Digo, después de todos solo habían dos personas, un adulto y una chica -quien ya había visto a simple vista en aquel aeropuerto-, no había potencial en ellos y sabía que tarde o temprano la mafia iba a terminar matándolos.
Sin embargo, Mori estaba tan obsesionado con dicha agencia que mandó a solicitar una misión con el fin de advertir y herir a los únicos integrantes de la Agencia, colocando a Dazai como el supervisor que todo fuera bien.
Él mantuvo todo el momento su mirada y semblante serio, el cual; fue tornándose sombrío al momento que la chica escapó del lugar. Ella ha tenido el descaro de dejarlo en ridículo ante sus deducciones sobre ella, tendrá que admitir que se equivocó con sus deducciones frente a su jefe.
Se convertirá en una amenaza para la Port Mafia —pensó Dazai, mientras se fue acercando a su compañero y a su vez le envío un mensaje a sus subordinados para ejecutar el plan C.
Ah se me olvidó mencionar que el hobbit era su compañero de misión. Anteriormente se había dado una pelea entre la albina y el de cabello anaranjado, pero este último terminó perdiendo.
Se detuvo al estar a escasos centímetros del contrario, seguido se agachó y a su vez tomó los cabellos anaranjados del chico para así elevar su cabeza. Aquella mirada que le dedicó Dazai consiguió poner nervioso al joven de menor estatura, luego el de vendajes habló con burla.
—Si que te dio una paliza, chibi-chan~. Por tu culpa ahora debo de hacerme cargo de esto, no creas que saldrás ileso por hacerme trabajar demás —soltó los cabellos con fuerza y el rostro de Chuuya terminó golpeándose contra el suelo—. Vendrán trabajadores a recogerte, mientras tanto, me encargaré de eliminar esa peste —añadió levantándose del suelo, a continuación comenzó a caminar en dirección donde ella se había ido.
Camino por un par de minutos hasta llegar al lugar donde se encontraban sus subordinados, algunos ya se encontraban tendidos en el suelo y los otros intentaron a toda costa detener a la chica.
Él se dedicó en observar la pelea, en espera de encontrar la oportunidad de acercarse y utilizar su habilidad sobre ella. Más nunca contó con aquellas balas que fueron a su dirección, consiguió esquivar todas, a excepción de 1 que rozó cerca de su mejilla derecha.
Si no me hubiera percatado a tiempo ya estaría tendido sobre el suelo. Porque siento que esta tipa será un verdadero dolor de culo —pensó.
Analizó la situación ocasionando que sonriera. Los golpes de la chica eran más lentos y más débiles, un claro indicador que estaba cansada. Sin perder el tiempo, camino a la zona de pelea camuflándose con el resto de sus hombres, siempre cuidando que la chica no lo viera para que en futuras situaciones no consiguiera reconocerlo.
Ella bajo su guardia y él aprovechó para posicionar su mano sobre el hombro de la chica. Al mismo tiempo, ella giró con rapidez su rostro, pero la habilidad de Dazai se activó, el aura de color azul fue demasiado fuerte que consiguió cegarla. De un rápido movimiento con su otra mano sacó una jeringa con ketamina -uno de los sedantes más potentes que poseía la mafia- y sin perder el tiempo incrustó la jeringa sobre su hombro y le administró el medicamento.
—¡Joder! ¡Mis ojos! —gritó, separándose del agarre, perdiendo todo sentido de orientación y dirigió sus manos hacia sus ojos para así frotarse y quitar su ceguera, más no funcionó.
—¡Está es nuestra oportunidad! ¡Mátenla! —gritó uno de las cuántos subordinados de Dazai.
¡Imbéciles! —pensó el chico enojado y sin más remedio se retiró de la zona del tiroteo.
Ella seguía combatiendo y en cuanto tuvo la oportunidad se quitó la jeringa. El joven realizó una señal y sus hombres se detuvieron, seguido él se acercó con prisa para así brindarle una fuerte patada en la región del abdomen, consiguiendo que Midori cayera al suelo y la sangre fuera expulsada con abundancia de su abdomen -cabe recalcar, que tenía una bala dentro de su cuerpo en la misma zona-. Pudo notar dolor y miedo en la menor, cierta satisfacción invadió el cuerpo de chico.
Ella trató de levantarse, pero terminó cayendo de rodillas contra el suelo y agachó su cabeza. Dazai con un simple movimiento de su mano izquierda les indicó a sus hombres que se alejaran, cosa que hicieron.
Camino dos pasos para quedar más cerca de la chica, prodigio en elevar su mano derecha a la altura de su pecho, para que en un suave y lento movimiento extenderla enfrente de la albina, a su vez, le habló de forma encantadora y con suavidad.
—No te preocupes pequeña flor de loto, te ayudaré. Solo toma mi mano.
Su plan era aparentar ser aquel príncipe azul que la rescata de aquellos villanos, quería ganar su confianza para llevarla a la mafia y que Mori se encargara de ella personalmente.
Pero aquellas palabras no surgieron efecto en ella -por el simple hecho que se encontraba enfocada en que sus demonios no tomaran el control de su cuerpo-, ocasionando cierta sorpresa en el chico. Él posicionó su dedo índice debajo del mentón de la chica, seguido aplicó un poco de fuerza para elevar el rostro dejándole ver por primera vez aquellos extraños ojos y un leve sentimiento, casi imperceptible de alegría y esperanza.
Son similares al color de un atardecer —pensó, mientras que alejó su mano del rostro de la contraria.
Salió de ese ligero trance al escuchar varios golpes, dio media vuelta encontrándose a todos sus hombres tendidos sobre el suelo. Sintió una fuerte correntada de aire y de forma inconsciente dio un salto hacia atrás y miró hacia la posición donde estaba la albina, viendo a un hombre adulto de cabello blanquecino frente a la chica.
—Te acabas de meterte con la persona equivocada —dijo Fukuzawa con una voz profunda.
Fin del flashback
—Ahora que lo pienso... ¿cómo demonios me enamoré de ella? Siempre frustraba mis planes, era un maldito dolor de culo lidiar con ella.
Flashblack
—Si que eres un imbécil, tuerto-chan~ —cantaron.
—Tks. —una pequeña vena se sobre salto en su frente— Con razón tenia un dolor de cabeza, si ya vino la perra encargada de provocarlo.
—Mhp... al menos vieras pensado mejor tu plan y ver que tenias a los subordinados correctos para hacer ese robo —él dio media vuelta y le dedico una mirada gélida—. No es mi culpa que tu plan se fue a la mismísima mierda, tus mismos subordinados se delataron solitos. Por cierto, ¿podrías no hacer tus idioteces mañana? —se acerco al mayor— Que tengo una cena y quiero comer en santa paz. Ademas, ya es un poco hostigante tener que venir para detener tus inútiles intentos de apoderarte de Yokohama.
—¡Lárgate de aquí! —le grito, no tenia ganas de lidiar con ella, no después del mal día que paso por culpa de ella.
—Pero que ternura... Bien, me largo solo porque tampoco tengo ganas de lidiar contigo —el chico sintió una fuerte correntada de aire y vio una sonrisa burlona por parte de la chica—. Hasta la próxima tuerto-chan —dijo y desapareció de la vista del mayor.
Sintió algo sobre su frente, por lo que llevo su mano a ella dándose cuenta que tenia un pos-tic, así que lo leyó.
—Te quedaría bien los lentes —tenia escrito acompañado por una carita feliz.
No perdió su tiempo en sacar su celular e ir a la aplicación de la cámara y ver su rostro. Tenia dibujados unos grandes círculos alrededor de sus ojos, en su frente estaba escrito la palabra loser en mayúsculas y remarcadas.
—¡Midori! —grito al viento sumamente molesto y tiro con furia aquel papel.
Fin del Flashback
—Me llego a humillar de formas creativas.
Flashback
Aquella ves que realizaron una emboscada en aquella fiesta que realizo la división sobrenatural y contenía a todos los detectives de la AAD. La mafia decidió utilizar a Yosano como señuelo para distraer a los detectives, mientras que ellos robaban un objeto que le iba a ser de utilidad a Mori, pero todo su plan fue desmoronado y habían perdido a Yosano.
Eso consigo molestar a Dazai ya que por ese mismo motivo Mori lo mando al área de combate. Sabia que Midori y Fukuzawa iban tras su jefe, quien se encontraba en el techo del edificio, así que, decidió esperarlos en el tercer nivel para interceptarlos. Al ver dos cabelleras albinas en el sector de las escaleras, apunto de tomar las escaleras para llegar al cuarto nivel, corrió en dirección de la chica, se impulso para brindarle una fuerte patada en la espalda baja consiguiendo que se alejara un poco de las escaleras. No conforme con eso le dio un segundo golpe el cual logro derribarla.
—Pero miren si es mi albina preferida —dijo, posicionándose enfrente de la chica bloqueandole el paso a las escaleras, donde se encontraba el mayor.
—Hijo de puta.
—Midori.
—Neee~, neee~, váyase de aquí Fukuzawa-sama —se levanto sin dificultad y tomo su distancia—. Me encargaré de esta basura e iré con usted.
—Ten cuidado —fue lo ultimo dijo antes de seguir con su camino.
Su mirada de los colores como el atardecer represento ira y furia dedicadas para Dazai. Ambos comenzaron a caminar en circulo con una distancia prudente en espera del movimiento del contrario. El mayor preparo su arma mientras veía como la chica se le formo una sonrisa cínica sobre sus labios.
—Espere tanto para esto, terminaras suplicando por piedad —dijo Dazai, dispuesto a cumplir con su plan de torturar a la chica.
—No me digas, acaso... tu retorcida mente quiere torturarme, violarme y por ultimo asesinarme.
—Vaya, eres psíquica.
—Soy bruja. Te anticipo que vas a morir porque no pienso contenerme.
—Vaya sorpresa, yo tampoco pienso contenerme. Entonces, hagamos un suicidio doble, mi flor de loto.
—Por cierto, ¿tú eres?
—Jódete —dijo sonriente, sin caer ante las provocaciones de la chica, elevo su arma y le disparo.
La pelea dio inicio, ambos estaban igualados gracias a su capacidad de deducción para predecir los movimientos del contrario dándoles la oportunidad de esquivar y cambiando los planes iniciales de su contrincante.
—Sabes, tú no eres digno para ser mi rival. No eres más que un usuario inservible.
—Mira cuanto me importa —dijo, consiguiendo tomarla del brazo y arrojarla con todas sus fuerzas hacia el amueblado que había en el lugar, destruyéndolo a su paso.
El combate fue acalorándose dejando a su paso la destrucción del lugar, ambos querían terminar con ese combate para ir con sus respectivos jefes, así que, iniciaron a maquinar distintas ideas para poder fin al combate.
—Sabes, acabó de llegar a mi veredicto. El enano de mierda es definitivamente mi rival, tu solo eres un estorbo. La próxima vez dile a tu jefecito que traiga a Chuuya antes que tú.
—Así, pues ve y cásate con él —dijo Dazai molesto y le dirigió un puñetazo directo a su rostro, pero ella lo esquivo de ultimo momento
—Oh, no me digas que estas celoso —elevo sus cejas con picardia—. Lamento ser yo la que te diga, pero ese enano no creo que sea gay. Pero cabe resaltar que él si me da batalla, en cuanto a ti solo me haces perder el tiempo.
Era un combate cuerpo a cuerpo combinado con sus armas. Ella vio la oportunidad y la aprovecho dando un disparo certero en la mano que sostenía la pistola.
—Eres débil Dazai y tratas de ocultarlo con una máscara, pero no funciona conmigo.
Eso había sido un golpe directo a su orgullo.
—¡Maldita perra! —grito y de un movimiento rápido le brindo una patada logrando que ella chocara contra la pared -destruyéndola en el proceso y que escombros le cayeran en la cabeza- y su cabeza junto su frente iniciaron a sangrar.
—Ah, no me digas, acaso —se levanto con un poco de dificultad, pero nunca quito su mirada burlona y camino hacia su dirección—... ¿Te rompí el corazón? Te lo pago, ¿cuánto cuesta esa porquería?
El tiempo paso y se consiguió saber al ganador del combate. El ganador tomo el celular del contrario para hablar -con el altavoz puesto- con el bando enemigo, mientras que el perdedor observaba y escuchaba todo sin poder hacer nada a causas del dolor de sus heridas
—Me acabas de cuestionar.
—Por..por supuesto que no. Digo, no he recibido ningu..
—Por que crees idiota. ¡Soy yo el quien te esta dando la orden!
—Pero joven Dazai.
—Obedece hijo de perra, sino yo mismo asesinare a tu familia, te desgarrare extremidad por extremidad mientras gritas por piedad.
—De.. de acuerdo —dijo el piloto.
—Eres una hija de puta —dijo al ver como destruyo su celular y guardo la memoria de este en su gabardina.
Él se encontraba ejerciendo presión sobre la herida de su abdomen con ayuda de su mano derecha. Ninguno de los dos tenia buena pinta después de finalizar esa pelea; el cual lastimosamente ninguno resulto muerto. La única diferencia entre ellos es que Midori aun podía estar de pie gracias a su habilidad, quien hacia una especie de bloqueo para que no colapsara. Observo como se acerco a su dirección mientras que saco unas esposas, seguido se agacho hasta quedar a la misma altura del chico, tomo ambas manos y le coloco las esposas.
—Pues he ganado la apuesta —le brindo un leve golpe en su mejilla—, espero el dinero en el bar donde nos vimos la otra vez. —dijo levantándose, seguido inicio a caminar y añadió—; Ahora que lo pienso, podría llegar lejos en el ámbito del doblaje de voces. Espero y te maten bastardo.
Esto es el colomo... —un aura asesina apareció alrededor de el y se podía ver la furia en todo su rostro— ¡¿Cómo putas puedes imitar bien mi voz?!
Fin del flashback
—Inclusive estaba a nada de cumplir su cometido de querer separarme de Odasaku.
Flashback
Si tan solo le hubieran advertido que esa noche sería un completo caos, ni siquiera se hubiera presentado en aquel callejón.
Konoe Midori le había escrito, solicitando que fuera a aquel callejón. Se iba a negar, pero lo pensó con detenimiento, esa podría ser una buena oportunidad para asesinarla, después de todo, ella iba a estar sola y era seguro que no iba a poder contra él.
Al estar ambos en el lugar comenzaron con una charla que poco a poco fue acalorándose. Él estaba dispuesto a realizar su primer movimiento, pero se detuvo al escuchar cómo el grito de un hombre -el cual pudo reconocer casi al instante-. Dirigió su mirada hacia un lado confundido y vio a Odasaku, su mejor amigo.
Tanto Oda como Midori iniciaron a discutir y solo fue cuestión de unos minutos para que Dazsi comprendió todo.
—Ustedes... se conocen... ¿desde cuando? —cuestionó, pidiendo internamente que la chica lo negara.
—Pero que humillante, ¿no qué eras muy inteligente? —soltó una risa burlona— No puedo creer que no consiguieras entérate de mi ex-amistad con este animal. ¿En serio te acabas de enterrar hasta ahora?
—¡Midori!
—Uops, al parecer no haz aprendido la lección Sakunosuke. Siempre engañando a las únicas personas que realmente te aprecian, a este paso morirás solo, ¿no lo crees?
—No hablemos de eso aquí... podemos.
—Por supuesto que podemos hablar de tu fraudulenta amistad que tenías conmigo y este idiota.
—Escucha, lo siento... yo no...
—No, no, no, ahora es mi turno de hablar así que cierra el pico —se acercó a él—. No me salgas con mentiras Sakunosuke. Lo sabias.
—Si.
Soltó una risa amarga— Te di mi amistad sincera, secretos de la Agencia para que se los dieras a tu jefe, te defendí de esos locos hijos de puta quienes trataron de asesinarte, expandí tu tiempo de ya sabes que, escondí tu información junto a los que me pediste para que la división sobrenatural no los encarcelaran y salve a tus queridos hermanos menores. ¡Eres un maldito desgraciando! ¡Les dijiste mi punto débil y casi me mataban! Y para colocarle la cereza del pastel ambos asesinaron a la única luz que tenía en ese momento.
—Es mi amigo.
—Yo también lo era —le brindó un golpe con mango del arma y una patada lateral. Él se había dejado recibir esos golpes ocasionando que cayera al suelo—. Estamos a mano Sakunosuke, si aprecias lo último que te queda de vida no me busques porque te mataré, ademas, todos en la agencia tenemos la orden de exterminarte —saco una cajetilla de fósforos de su gabardina y se la arrojó—. Quedas advertido Osamu, ni siquiera este idiota podrá salvarte de la muerte que te daré si te metes con alguno de la agencia.
—Quiero ver que lo intentes —reto Dazai confiado, mientras ella guardo su arma.
—Oh querido, no necesito mi poder. Te mataré con mis propias manos —explicó frívola tronando sus dedos de las manos.
Fue así que una batalla se llevó acabo entre la albina y el de cabello rojizo, provocando que ambos terminaron heridos.
—Ah, por si no lo haz notado tuerto, tu querido amigo es un manipulador de primera —dijo esquivando los golpes que le eran dirigidos.
—¡Cállate Midori! ¡Deja de soltar veneno!
—Una frase muy común de los manipuladores es: No te lo he dicho porque quería protegerte. Es posible que tu querido amigo la haya usado cada vez el tema se entornaba en mi.
El hombre de cabello castaño rojizo se encontraba preocupado ya que su ex-amiga detective estaba soltando toda la verdad de golpe al mafioso, no solo expondría al peligro la amistad de él con Dazai, también a ella. Conocía a Dazai, después de todo este problema iría rápido con Mori a decir todo lo que sucedió.
—Como... —susurró el chico con vendajes.
Midori sabía que su contrincante predeciría sus movimiento futuros, por lo que hizo una combinación de habilidades, utilizo la súper fuerza de Kenji y se aproximó a su rival, al estar a escasos centímetros para "golpearlo" activo la habilidad de Yumeno provocando una gran confusión por parte del hombre e intentó de esquivar el verdadero golpe, pero no lo consiguió, así que, solo se limitó en atinarle un golpe a la chica antes de haber sido aventado contra una pared.
—Tengo mis métodos —con ayuda de su mano izquierda limpio la sangre que expulsaba su labio—. Sabes, no soy una amenaza, ya que no puedo matar a nadie en hora de trabajo y es muy raro que descanse. Ahora dime, ¿de qué te iba a proteger tu "amigo" al ocultarte información?
Se quedó callado dándole la razón y la chica prosiguió.
—Eres un imbécil que cayó en un simple juego de un manipulador.
—¿Cómo sabes eso?
—Querido —llevó una mano a la altura de su pecho en símbolo de elegancia—, ¿no te has dado cuenta?. —se burló con una sonrisa y añadió antes de ir tras el hombre mayor—: Un manipulador hablando con un psicólogo es la definición perfecta de un juego de ajedrez, tal vez te invite a una.
Esa última frase dejó confundió al chico, no sabía si hablaba de ella misma en tercera persona o se refería de alguien más. Pero salió de ese transe al escuchar 3 pares de pisadas apunto de ingresar al callejón, por lo que decidió esconderse y vio a nada más y nada menos que los compañeros de la albina quienes estaban armados.
—Ahí está —comentó el rubio menor al ver a la albina luchando contra un hombre que no conocía.
—Está furiosa —se acomodó sus lentes— tendremos que separarla y calmarla antes que mate a todos. Kenji vendrán conmigo, la tomaras por la espalda, mientras que tú Kunikida irás de frente, yo me encargaré del hombre —explicó de forma rápida el chico de cabello azabache.
Los otros dos se limitaron en asentir, el mayor de ellos dos se acercó a toda prisa a la pelea mientras guardo su arma. Conocía a su compañera y amenazarla con un arma sólo empeoraría la situación, además que él no podría hacer semejante barbaridad con ella.
—¡Ya fue suficiente, suéltalo Midori! —gritó el compañero de dúo de la albina.
Fin del flashback
—Definitivamente, Konoe Midori ha sido una completa hija de puta.
Flashback
—Resiste un poco mas, Dazai. Ya estamos llegando —dijo una voz adulta.
Él trato de todas las formas de seguir consciente solo porque su único amigo le había pedido que aun no muriera, porque si fuera por él, ya lo hubiera hecho. Dazai poseía heridas de alta gravedad y profundas que inclusive alguno de sus huesos y/u órganos. Habia bajado su guardia en una misión que se le asigno junto a Odasaku, provocando que estuviera en ese estado como esta.
Se encontraba caminado con el mayor -quien soportaba el peso del menor- tratando de llegar a un puente, pensando que era el punto de encuentro con alguno de sus subordinados para que lo atendieran. No estaba con sus 5 sentidos activos, sentía que estaba a nada de perder su conciencia, estaba a nada de dejarse llevar por el cansancio de su cuerpo, pero sintió como se detuvieron.
—Midori —escucho a Oda susurrar.
¿Qué? —pensó el chico y con suma dificultad consiguió entre abrir sus ojos.
Antes que su mirada pudiera enfocar bien, sintió como lo cargaron. Segundos después pudo ver aquella hermosa mirada como el atardecer.
—No me toques perra —apenas pudo pronunciar Osamu con mucha dificultad e intentó de separarse, pero ella lo detuvo, tratando de no lastimarlo en el proceso.
—No estás en las condiciones para decir estupideces y mucho menos decir eso a la persona que te dará el pase para que salven tu vida.
—Quiero morir.
—Igual quiero que mueras, pero estaría rompiendo mi trabajo. Ademas, no dejare que por tu idiotez regañen a tus compañeros.
—Déjame.
—El tuerto está lúcido, eso es malo —dijo e ignoro las leves protestas junto a quejidos de Dazai.
—¿No debería ser eso bueno? —preguntaron con confusión.
—Los que están lucidos después de tremenda madriza que recibió son los primeros en que caen y mueren de prisa, es por eso que son los pacientes primordiales.
—Será mejor que lo llevemos ya al hospital —habló Odasaku.
Dazai cerro sus ojos mientras que se acomodo en los brazos de la chica y se limito en escuchar la conversación, tratando de almacenar las pocas fuerzas que le quedaban.
—Tienen dinero, ¿verdad?
—¿Me lo puedes prestar?
—Carajo mandarina, ganas más que yo y aún así no traes dinero contigo.
—¡Salí rápido!
—Bien. El hospital más cercano está a dos cuadras, pero no sirve su atención médica, así que iremos a uno nuevo que abrieron y su personal es relativamente bueno.
—¿A cuánto está? —preguntó Odasaku.
—20 minutos.
—¡Demonios! —gritó Chuuya y escucho como patearon algo.
—No me digas, se descompuso tu moto.
—Si.
—Tch, esto parece un típico cliché de un libro. Bueno, lo intente pero el destino no quiere.
—Te tocará llevarlos con tu habilidad.
—A no, por supuesto que no. Llévalos tú con tu habilidad.
—Si lo hago llamaré la atención de todos y terminaremos en un desastre.
—¡No me jodas! Sabes que odio a ese tuerto y mas a ese infeliz.
—Y con justa razón, pero ese imbécil necesita ayuda médica y está apunto de morir.
—Bien, pero solo me llevare a él.
—¡Ninguno de nosotros es mayor de edad! ¡Nos mandarán a la chingada una vez intérnenos a la momia!
—¡Pues que llegue después ese hijo de puta aparentando ser el padre de ese malnacido!
—¡Midori!
—¡Ta madre! —bufo con molestia— Última vez que te hago estos tipos de favores chibi. Odasaku carga al tarado y súbete a mi espalda —dijo, y Dazai pudo sentir como alguien mas lo cargo, de a partir de ese punto perdió la noción de todo.
Fin del flashback
—Una hija de puta que evito que muriera. Pero aun así hizo su desgracia en mi rostro.
Flashback
Desde hace un rato fue recuperándose e identificar que se encontraba en un hospital gracias al sonido de la maquina que tomaba su pulso. En eso, escucho como una puerta era abierta seguida de pasos.
—Él se encuentra estable, pero debe de mantenerse bajo vigilancia ya que está algo delicado y todo su cuerpo está resentido por los múltiples golpes que recibió.
—Comprendo, muchas gracias —Dazai, pudo identificar que esa voz pertenecía a Midori.
—Si necesita ayuda presioné el botón y una enfermera vendrá a atenderles —termino de hablar lo que supone era la enfermera, seguido se escucho la puerta nuevamente pero esta vez cerrándose.
Esto es incómodo —pensó el chico.
—Se que puedes oírme —escucho sus pasos— así que te explicaré lo que sucedió, aunque ya lo sepas. Tus enemigos consiguieron encontrar tu punto débil y lo utilizaron, no pudiste reacciona a tiempo a causa que tu cuerpo quedó rezagado por tanto sobre-esfuerzo que le haz colocado con tus inútiles intentos de suicidio —los pasos se detuvieron—. Me sorprende en que hayas dejado a plena vista tu punto débil, más aún que ellos consiguieron encontrarlo. Ni yo se cual es, pero algún día lo averiguaré.
No tengo ningún punto débil. De hecho, fue por estar pensando en ti que me paso esto, entonces, fue por tu maldita culpa que este postrado en esta cama —se quejo el chico.
El ambiente se volvió cada vez mas incomodo para ambos jóvenes. Ella tardo unos segundos para seguir hablando.
—Te molesta que te moleste mi querida princesita tuerta —espero unos segundos esperando alguna respuesta, que sabia que no iba a ella, mientras que el chico pensó: ¿qué mierdas piensas hacer?—. Ah no, gracias, entonces lo haré, qué tal si te maquillo un poco, así te mirarás preciosa —dijo burlona.
Él se alerto por completo, trato de abrir sus ojos mas no pudo. Sintió una correntada de aire y dedujo que la chica había utilizado su poder para así iniciar con su humillación.
—Manos a la obra —dijo.
No sabia que desastre estaba haciendo la chica, lo único que si sabia era que estaba jodiendo todo su rostro realizando dibujos y pintando. En eso sintió como cierta parte de su rostro fue frotado con fuerza, esa acción se detuvo, pero sintió que hacia una que otra figura y lo único que pudo hacer es soltar algunos quejidos.
Habia pasado mucho tiempo de sufrimiento, sabia muy bien que la chica estaba disfrutando de su tortura.
—Ni lo intentes. —dijo al momento que intento de mover la mano, cosa que no consiguió, seguido sintió como le jalaban un poco las pestañas—: No podrás moverte para nada hasta que se te pase el efecto.
Dazai si apenas conseguía mover sus dedos de la mano, pero a ella le valió y siguió con su trabajo. Al momento que sintió una presión sobre sus labios se puso sumamente nervioso provocando que se moviera.
—Hijo de perra no te muevas, sino cagare el maquillaje —protesto, seguido el sonido de la puerta siendo abierta se presento.
Dazai rezo porque no fuera nadie perteneciente de la mafia.
—Mira mi obra maestra —él escucho unas reprimendas de risas—, ¿no me quedo espectacular?
Fin del flashback
—Pero no lo negare, me gusto convivir con ella cuando estaba en el hospital, mas de lo que me tuvo que haber gustado.
Flashback
Para empezar había perdido el tiempo en el que ha estado en el hospital. Su recuperación ha sido lenta y su estadía en el hospital ha sido un martirio, claro, sin contar las veces en la que Odasaku, Chuuya o Midori iban a hacerle compañía.
Midori era la que más se quedaba con él, al principio le molestaba y buscaba toda las formas de poder sacarla, pero no lo consiguió. Después de un tiempo se termino acostumbrando a la presencia de la chica y aprovechaba la oportunidad para joderla, haciendo ese uno de sus pasatiempos favoritos, sin poder evitarlo le ha empezado a agradar la prevenida de la albina, pero nunca lo admitiría en voz alta
Ese día estaba aburrido, pese a que ya había molestado a su compañero de trabajo, así que decidió hacer un berrinche y amenazar a las enfermeras para no tomar los medicamentos con el propósito que llamaran a la albina. Y si, ya lo había hecho con anterioridad.
Se encontraba inquieto y desesperado, hace aproximadamente 1 hora que había amenazado a las enfermeras y todavía no había aparecido la albina. Pensó muy seriamente en herir a una de ella para que la chica finalmente se dignara a venir al hospital.
El sonido de la puerta siendo abierta se presentó, provocando que él dirija su miras a ella con su mirada sombría y su rostro inexpresivo -tenia como fin asustar a la enfermera-, se percató que se trataba de la albina, quien cerró la puerta detrás de su espalda y se acercó a él con el carrito.
—Así que mi linda flor de loto será mi enfermera personal.
—No sabes cuánto te odio bastardo —dejando el carrito aún lado de la camilla.
—¿Por qué será? —cuestionó con ironía.
—Si estás echo mierda de la cara —se acercó un poco—. ¿Dónde está Chuuya?
—Descuida, tu noviecito ya va a regresar. Ahora lárgate de aquí que tu presencia es desagradable.
—Seguro, pero antes te haré cambio de vendajes ya que por lo visto eres un inútil que ni eso puedes hacer.
La mirada marrón se oscureció, pero ella ni se inmutó y se limitó en irse a lavarse las manos.
Genial, Midori anda en sus días —pensó Dazai y soltó un pequeño bufido, e inició a quitarse el vendaje con algo de dificultad.
Ella finalizó su labor y retornó hasta la camilla mientras vio la acción del chico. Intentó de ayudarlo, pero recibió como respuesta.
—Yo puedo solo.
—No seas indio —dijo impaciente e intentó de acercase al chico para remover su vendaje.
—Que yo puedo —dijo repitiendo su anterior acción.
—De acuerdo, mira cómo lo haces —comento harta, sentándose al borde de la cama.
Él continuo con su intento de quitarse el vendaje, pero cada movimiento por mínimo que fuera le dolía y trató lo más que pudo de suprimir los quejidos. Después de unos segundos sintió un movimiento y pudo ver a la albina frente suyo ayudándole a quitarse el vendaje provocando que soltara aún más protestas.
—No hiciera nada de esto si no amenazaras a las personas —comentó, consiguiendo que él se detuviera.
—¿Qué?
—Lo que oíste. Espantas a todas, bestia, nadie quiere estar cerca de ti y mucho menos tocarte porque piensan que los asesinaras.
—¿Y por qué tú no lo haces?
—Se defenderme y no eres rival para mi.
—Directo al orgullo —dijo Dazai, mientras que ella terminó de quitar el vendaje y desvió su mirada a causa de estar prácticamente desnudo enfrente de ella.
—Sabes que digo la verdad —tomó el vendaje nuevo y limpio, seguido trató de colocárselo aún con su mirada en otro lugar—. Ahora te quedas quieto o te juro que te noquearé —advirtió, pero le valió a Dazai ya que continuó moviéndose como si fuese un gusano, cabe destacar que ya estaba cubierto en su parte íntima.
Le colocó nuevas vendas en el pecho, brazo derecho, la mitad de su rostro -que usualmente cubría-, ambos brazos y ambos muslos. Solamente le quedaba vendar su cuello, por lo tanto, acortó tal distancia que los separaba por mayor comodidad. Este hecho consiguió colocar nervioso al chico, quien se molestó por este hecho y comenzará a protestar mientras tomó distancia.
—¡Ay! ¡Estúpida, duele!
—Tch. —él esperó a que iniciara a regañar— Lo lamento, se que te a de dolor como un infierno y estoy intentando de curarte lo más despacio posible para evitar que te duela de más —se disculpo, provocando que él se tensara.
—Ahora quién es el inútil —le encaro, tratando de evitar que su nerviosismo saliera a la luz y se acomodó.
—No me tientes a echarte el frasco completo de alcohol sobre tu herida abierta.
—No lo harías.
Ella continuó con su labor en silencio. Paso aquel algodón que contenía un poco de tratamiento alrededor de la pequeña herida que tenía en su mejilla -la cual, no no era de gravedad—. Todo esto fue observado por el chico, por un momento todo aquel tormento que vivía día con día junto a sus ideas suicidas se disiparon, su mente estaba totalmente en blanco y por primera vez se sentía en paz.
¿Qué demonios es esto? —pensó dirigiendo su mirada a aquellos ojos atardecer.
Vio cómo se alejó un poco mientras dejó el algodón sucio sobre la cama, seguido de tomar otro y hecharle del medicamento. Dedujo las siguientes intenciones de la chica así que la tomó con delicadeza de su muñeca.
—¿Qué haces? —preguntó al verlo acercarse hacia ella, mientras se liberó del agarre del chico.
—Acercarme —¿por qué ahora?— para que tengas acceso al área de la nuca, ya sabes, ahí también tengo herido —explicó Dazai, posicionando su rostro aún costado de la cabeza de la albina y ladeó su cabeza hacia el lado izquierdo, dándole acceso a su cuello a la chica.
—Podías simplemente darte la vuelta —dijo Midori, luego paso aquel trozo de algodón con delicadeza sobre la nuca del chico.
¿Por qué se siente tan bien estar así con ella? —se cuestionó y reposó su cabeza contra el hombro de la chica, dejándose llevar por ese extraña, pero cálido sentimiento.
—Me siento mal... estoy mareado —susurro con sus ojos cerrados y pegó su nariz a sobre el cuello de Midori, así sintiendo un leve movimiento por parte de ella.
—Estás mintiendo —susurro, continuando su trabajo.
—¿Por qué tan segura?
—Primero, no sabes mentir; segundo, soy la mejor detective del planeta y lo sé casi todo; y tercero, te conozco a la perfección para identificar cuando mientes o no.
—Si eso es cierto, ¿por qué no me quitas?
—Deja de ser tan preguntón y ponte bien para poder curarte.
—Ya lo hice.
—¡Osamu!
—Dijiste que me pusiera bien, aquí lo estoy.
—Pero qué mosco te pico, ¿acaso te drogaste por tanto medicamento?
—Tus manos son suaves, perfectas para ahorcar a alguien —comentó e ignoró el anterior comentario de la chica.
El silencio se presentó, a comparación de las otras veces no era tan incómodo, por lo menos para él. Se quedaron en la misma posición un par de minutos -Midori ya había finalizado de curarlo- por voluntad.
—Mi bella flor de loto.
—Mmmm.
—Si te propusiera hacer un suicido doble conmigo, ¿qué responderías?
Ella se tensó, duro de la misma forma casi por dos minutos, asustando un poco a Dazai. Cuando él iba a preguntarle si se encontraba bien, fue alejado abruptamente.
—Que tengo que seguir viviendo por mi familia, pero si llegase a perderlos o defraudarlos, pues, aceptaría con todo gusto tu propuesta —explicó, levantándose de la cama.
—Entonces...
—Ni se te ocurra hacerles algo porque te mato.
Fin del flashback
—Es cierto. Nos comenzamos a llevar mejor desde que me hospitalizaron.
Flashback
—Me alegra que te estés mejorando y no le estés causando problemas a nadie.
—Define a nadie.
—Dazai —le regañó con su nombre—. Más te vale no hacer enojar a nadie, mucho más a Midori.
—No me jodas, pero si es sumamente divertido hacerla enojar —se rio—. Parece de aquellas anciana arrugadas que dan miedo y caen mal.
—Sabes muy bien que gracias a ella estás vivo, no hagas que se arrepienta y te saquen a patadas del hospital.
—Yo nunca le pedí que me ayudara.
Suspiro— Pero nosotros dos si, ni Chuuya ni yo queremos que mueras, aún no es tu hora, Dazai.
Antes que el chico pudiera responder el sonido de la puerta siendo abierta se presentó, ambos dirigieron sus miradas hacia la puerta y vieron aquella cabellera albina, quien estaba viendo una caja que traía sobre sus manos.
—Oye tuerto, traje las donas que te dije que eran buenísimas. Aunque tuve que robárselas a Ran... —elevó su mirada y se quedó callada analizando la situación—. Oh, así que el bastardo está aquí...
—¿Ustedes dos... se llevan bien? —preguntó Odasaku confundió.
—No. Solo soy cortes y amable por educación, además me pagaron por cuidarlo.
Mentirosa —pensó Dazai, al ver cómo ella rascó su nuca por breves instantes.
—Tu acabas de...
—Me largo de aquí —le interrumpió, mientras se dio media vuelta.
—Espera, Midori —dijo sin pensarlo y fue un impulso inconsciente en el que se levantó con velocidad de aquella cama.
Él estuvo a punto de caer contra el suelo, pero fue atrapado por los brazos de la albina, provocando que se sorprendiera ante tal acción
—Maldito imbécil. Ya deja de hacer idioteces, ¿qué no entiendes que sigues estando débil?
—¡Me amas!
—¿Ah? —pronunció haciendo una poke face.
—Si no me quisieras me vieras dejado caer. —le encaro, ocasionando que ella lo soltare y que él cayera contra el suelo y añadió con molestia—: ¡Oye!
—¿Cómo es que llegaste al suelo? ¿Tan drogado estás acaso?
Una sonrisa surgió en sus labios, al percatarse de esto la desapareció y decidió seguirle el juego a la chica.
—Se sentía demasiado solo, así que, le di un poco de cariño. Ya que tú no quieres recibir mi cariño.
Ella inició a reír como si fuera una loca a tal grado en que le costaba respirar.
—T..tu.. d..dar cariño.... E..esa fu..fue buena —apenas pudo hablar antes de estallar de risa.
—Sigo siendo un ser humano sabes, tengo sentimientos.
—Ay no, hoy si me hiciste reír —se limpió un par de lágrimas—. Pobre de ti y tu futura novia, me imagino, tu demostrándole tu "cariño" amenazándola con una pistola en la cabeza. Claro, si es que alguna vez tuvieras una.
—¿Por qué eres tan linda? —soltó en un susurro, mientras que ella le extendió la mano para ayudarlo en levantarse.
—¿Perdona? —dijo más que confundida y él reaccionó ante lo que había dicho, aceptó su manos y Midori le ayudó en levantarse.
—Que eres mi maravillosa puta.
Las venas de su frente se sobresaltaron, seguido soltó su mano y le brindó un puñetazo, provocando que cayera al suelo.
—Definitivamente hablaré con las enfermeras para que dejen de sobre medicarte. Y yo no soy una puta, ¡putas son las que se acuestan contigo! ¡Maldito suicida bipolar!
—¡La única bipolar aquí eres tú!
—¡Vete al carajo!
—Vez lo que digo —protestó el de cabello marrón.
Fin del flashback
—Mi hermosa flor de loto.
Flashback
—Con que ahí estabas pequeño bastardo.
Elevo la mirada encontrándose con su progenitor asustándose en el proceso y perdió toda fuerza en su agarre a causa del miedo, estaba apunto de caer, pero fue sostenido por su padre, quien al asegurar su agarre adentro a la habitación a su hijo y lo lanzo al suelo.
Como pudo se levanto deprisa e intento de huir, mas no lo consiguió.
—Por favor, no me hagas daño —suplico desesperado, su temor se reflejó en su cuerpo y mirada, mientras sostuvo el brazo de su padre con la intención que no lo tocará.
Ya en ese punto tenía un tremendo horror hacia sus padres, siempre lo había tenido, pero esta era la primera vez que lo expresaba después de mucho tiempo. Le era difícil comprender sus sentimientos y controlar sus actitudes, regularmente conseguía esconderlas a pesar de su corta edad. Sintió su terror aumentar al ver como el mayor le sonrió, esa sonrisa nunca era buena señal. Ahí descubrió el porque escondía sus emociones y nunca le decía nada a nadie, para él todos se alimentaban de sus emociones, aun mas si se trataba del miedo y la inseguridad.
Decir o expresar lo que sentía o pensaba era darle paso a las personas para lastimarlo, tal y como lo hacían sus padres. Como pudo trato de esconder su miedo, no obstante, sabia que era demasiado tarde y su padre se aprovecharía de ello. No temía de los golpes u ofensas que le diera, después de todo ya estaba mas que acostumbrado a eso, lo que realmente temía es que quedara en estado moribundo y ya no pueda ir con la ella, en el peor de los caos seria que su padre la encontrara y fuera al hospital en donde la dejo y la matara.
Tan solo pensar eso sintió ardor en sus ojos y sus pupilas se dilataron. El hombre al ver como su hijo temblaba soltó una risa de satisfacción, había olvidado el placer de ver esa expresión instalada en el menor. Precipitadamente le brindo un golpe a su hijo mientras su sonrisa se expandió, la tortura iba a dar inicio.
—Espero no interrumpir algo importante —ambos dirigieron sus mirada hacia el inicio de la voz, él pudo observa una niña, quizás un poco más alta que él, poseía un cabello largo cubiertos de toques carmín y heridas en su cuerpo. Trató de ver su rostro o el color de su cabello pero fue incapaz de acéralo—, pero necesito la ayuda de mi guía para continuar con mi misión.
—¿En dónde demonios estabas? —cuestiono soltando al de cabello castaño.
—Tratando de matar al infeliz de mi supuesto compañero.
—¿Por qué?
—Tal y como les había advertido, él hizo mierda la misión y les traiciono de ultimo minuto, espero este feliz y contento por ello —se detuvo al estar enfrente del mayor, mientras que Dazai pensó: quien es ella, nunca.. nunca nadie me defendió ante mis padres—. Y de una vez le advierto que a mi me va tratando con respeto y no como uno mas de sus esclavos, porque si sigue así le juro que conocerá el motivo de mi apodo —su mirada se volvió gélida asustando al mayor—. Ahora pedazo de mierda mal hecha, me va a dar a su hijo por las buenas o me veré en la necesidad de dejar a su querida esposa viuda.
Fin del flashback
Su cabeza inició a dolerle, estaba confundido no solo por ese recuerdo, sino por la sensación de melancolía que recorrió su cuerpo.
Flashback
—¿Ya puedo abrirlos?
—Aun no —respondió una voz infantil.
Una correntada de viento se presento dando como resultado un escalofrió por parte de Dazai, posteriormente, llevo una de sus manos a la bufanda -la cual no recordaba haberla tenido- para así acomodarla mejor, cubriendo sus labios y cierta parte de su nariz.
—De acuerdo. Ábrelos.
No perdió el tiempo en abrirlos, miro su entorno como algo caía del cielo, por un momento pensó que era lluvia pero se enfoco mejor al ver como esa lluvia era realmente un copo de nieve. Nieve que poco a poco fue cubriendo el suelo dándole una combinación de verde y blanco.
—No puede ser...
—¡Feliz cumpleaños Osamu! —gritó emocionada posicionándose enfrente de él.
Se trataba de la misma niña de su anterior recuerdo, a pesar de estar frente a él no pudo verla. Es como si tuviera una ceguera facial
—¿Cómo? —su voz salió sorprendida— ¿Cómo es esto posible? La nieve no cae en este mes.
—Tienes razón —una risa por parte de la contraria se presentó, provocándole un pequeño escalofrío—. Me costó mucho fabricarla y ver cómo demonios hacía para que cayera. Por favor, no me vayas a preguntar cómo lo hice.
Sin mas elevo su mirada al cielo nocturno acompañado por unas nubes que creaban la nieve, Osamu sonrió, sin importar que no comprendía nada de la situación y mucho menos el porqué sintió tan cómodo con la presencia de la niña. Se concentró en atrapar vacíos copia de nueve entre sus manos y sin darse cuenta, sus ojos emitieron un brillo de esperanza.
Fin del flashback.
Eso nunca sucedió. Nadie celebró mi cumpleaños —pensó Dazai, tratando de eliminar ese "pensamiento" que lo comenzó a torturar.
Flashback
Eran aproximadamente las 8 de la mañana y estaba que se quería morir, no pudo encontrar a... no sabía a quien, pero tenía los nervios de punta. Él estuvo todo el día de ayer buscando, cuando oscureció tuvo que regresar a la mansión e inventar una excusa a sus mayores -el cual milagrosamente funcionó- y se quedó toda la noche despierto enfrente de su ventana en espera.
¿Qué estoy esperando? ¿Por qué estoy tan ansioso y con ganas de llorar? —pensó.
En eso una persona baja apareció en su campo de visión, pudo identificar a la misma chica y supuso que fue a causa de ella si noche de vela y de esos sentimiento —¿qué demonios a hecho sobre mi?—. Sin que el lo quisiera sus pies se movieron , salió disparado de su habitación a la entrada principal.
Al ya estará frente a la puerta la abrió de golpe, aumentó su velocidad en dirección de la chica, quien estaba parada a un par de maestro de distancia suya.
—¡¿En dónde te habías metido?! —se detuvo una vez cerca de ella— ¿Estás bien? ¡No vuelvas hacerme esto! ¡Si no vas a dormir aquí al menos avísame!
—Estuve haciendo un encargo, estoy bien y no te prometo nada —respondió con calma y orden.
Él suspiro con alivio al verla enfrente suyo sin ninguna herida. Sin perder el tiempo ella tomo la muñeca del chico dejándolo confundido y antes que pudiera hablar fue arrastrado por ella.
Se tardaron unos minutos en llegar al a una zona boscosa, el cual; pudo identificar con facilidad
Acaso... no puede ser.. nadie sabe que —interrumpió sus pensamientos al ver cómo ella movió unos arbustos dejándole ver un estanque.
—Lamentó la actitud que tuve ayer —soltó la muñeca del chico y este pensó: esta.. esta como si nada le hubiera pasado. No podía controlar todo lo que si yo niño hacía o decía, por lo cual; no pudo exigirle explicación a la niña del cómo encontró ese estanque—. Estaba molesta ya que nada salió como planeé para la misión y después me disparate por accidente, cuando tomaste mi hombro. No fui consiente de que te dispare hasta que vi tu rostro.... Si... si ya no quieres ser amigo lo comprenderé. Pero antes déjame darte un regalo de disculpas.
Ella estuvo por mover el arbusto, pero él la tomó de la mano mientras dijo.
—No voy a dejar de ser tu amigo por eso. Es cierto, me asustaste demasiado y por un momento había pensado que me ibas a matar. Fui un completo estúpido al pensar eso, se que tú no serías capaz de matarme y ahora lo puedo confirmar.
—¿Eh? Pero...
—Estamos a mano con eso de los disparos —soltó una leve risa—. Olvidémonos de ese mal momento y continuemos como normalmente es nuestra amistad.
—Eres raro.
—¿Qué es la sorpresa que me quieres das?
—Una... quiero decir —suspiro y movió el arbusto—. Mejor velo tú mismo.
El chico camino siendo seguido por la menor, vio un pequeño estanque con varias flores dejando una expresión de confusión en su rostro. Pero internamente estaba triste con unas inmensas ganas de llorar.
—Cuando nos separamos las vi.... Me.. me gustaron bastantes así que decidí traerlas cerca para que puedas verlas.
Sus ojos se iluminaron y una sonrisa apareció sobre sus labios, esta era la primera vez que recibiría un regalo, aunque fuera algo tan simple y cliché el dar flores, él realmente aprecio ese gesto por parte de la chica.
—¿Tiene algún significado?
—¿Ah?
—Que si tiene algún significado... He visto que las mujeres buscan el significado de las flores cuando un chico se las regala. Pero esta vez fue al revés y quisiera saber de una vez su significado.
Otra escena apareció, esta vez estaba en su habitación llena de oscuridad. Supervisó el lugar encontrándose con la misma chica, que se encontró en el quinto sueño a tal grado de estar roncando. Él aprovechó que su contraria estaba dormida para tomar el celular que le había mostrado hace unas horas atrás.
—Veamos, cual es tu significado —susurro recordando aquel estanque con flores de loto.
No tardo casi nada en encontrar la información que buscaba y la leyó en voz baja.
—La flor de loto roja se encuentra ligada al amor, pasión y seducción. Es uno de los significados más famosos. Hace referencia a la inocencia del corazón y cómo se acaban anteponiendo los sentimientos frente a la razón —conforme leyó un pequeño sonrojo se apoderó de sus mejillas y se sintió avergonzado.
Acaso... ella... yo.... ¿le gusto? —pensó y sintió su rostro arder, terminó golpeando su frente contra su cama mientras intentó de calmar su ritmo cardíaco acelerado.
Una sonrisa se apodero de sus labios y soltó una suave risa para no despertar a la chica.
Fin del flashback
Esto no... esto no... ¡maldito subconsciente! ¡No toque mi estanque! ¡No toque un recuerdo tan preciado para mi! —pensó.
Flashback
Ha sido muy amable conmigo... tal vez no se moleste si le pregunto —pensó Dazai y en cuestión de segundos habló.
—Oye... creo que ya es justo saber nuestros nombres.
La niña se negó, pudo identificar el desinterés que tenía. Más no se rindió y siguió con la charla.
—Mi apellido ya lo conoces, así que.. —extendió su mano— soy Osamu.
Al ver que ella no decía nada y ni siquiera se movió, se decidió tomar con su otra mano la muñeca de la chica para que terminara por agarrar su mano extendida.
—Konoe.... Konoe Midori.
Poco a poco pudo identificar las facciones de la chica. Confirmando que decía la verdad. Aquella cabellera albina acompañada por esos ojos como el atardecer estaban presentes en aquella niña. No podía cree lo que miraba, ¿realmente ella estaba ahí con él cuando eran niños?
Fin del flashback
—¡Genial! Tan sentimentalista me puse a tal grado de volverme más loco de lo que estaba —soltó un gruñido—. Crear recuerdos inexistentes de mi infancia junto a Midori —rió sin ganas, seguido un dolor tanto en el pecho como en su cabeza se presentaron y fueron aumentando conforme pasa el tiempo—. Carajo... no llores... no llores... no soy alguien digno para llorar...
Su respiración se volvió irregular, sus latidos aumentaron y sin poder contener más ese sentimiento.
—¡Basta! —posicionó su mano derecha en la zona de su corazón y apretó con fuerza su camisa— ¡Basta! No soy digno para llorar... no soy digno para tener algún sentimiento —sus ojos se volvieron cristalinos a tal grado que las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas— y mucho menos buscar el cariño de Midori... —inició a hipar— no después de todas las veces que trate de matarla.
Flashback
Él se limitó en permanecer callado, no le convenía hablar de ese tema tan delicado con su jefe y que le dictase matar a la albina. En cuanto al mayor al no ver ninguna reacción por parte de su subordinado habló nuevamente.
—Las personas como tú no tienen esperanza, ¿realmente crees que conseguiste hacer una breve amistad con Midori? —se rió— Simplemente te llevo al hospital por cumplir con su trabajo al estar en servicio —el menor agacho su cabeza—. Créeme Dazai, nadie de la mafia tiene esa oportunidad de vivir con tranquilidad, no después de tener tanta sangre sobre tus manos. La palabra paz, no existe en nuestro vocabulario.
—¿Quién le dijo del hospital?
—No soy imbécil, puedo notar que estás más sano y curado de lo normal, cosa que a ti no te importa y no he recibido ningún reporte ya sea de tus subordinados o la enfermería que te hayan ayudado a curarte —Dazai elevó su cabeza visualizando a Mori con frialdad, el menor no quería demostrar debilidad ante el mayor—. Te estás volviendo más débil, acaso debo de recordarte de lo roto que estás, jamás en tu vida hallarás a alguien quien te tolere, aún más sabiendo que eres un maldito psicópata asesino y más encima suicida.
Mori observó cómo Osamu resguardo absolutamente todo en su interior por lo que le pareció divertido y una amplia sonrisa se apoderó de sus labios. En eso su vista se enfocó en el vaso con un poco de whisky sobre su escritorio, luego lo tomó moviéndolo en un suave vaivén, realizó esa acción por unos segundos más.
—Tu corazón putrefacto no es capaz de amar a alguien —soltó el vaso y este se quebró en miles de pedazos al momento que golpeó el suelo—, esta roto tal y como ese vaso. Te aconsejo por tu propio bien que te olvides de cualquier tipo de esperanza. Sea a donde vayas, siempre vivirás en el mismo infierno —con paso lento se acercó a Dazai, una vez enfrente lo tomó del mentón y lo observó con cierta burla, eso consiguió incomodarlo—. Si planeas irte de la mafia déjame decirte que no tendrás oportunidad haya fuera, la Mafia es lo único que te protege de no ser asesinado por los de la Agencia. Así que piénsalo bien Romeo que Julieta no te necesita y está dispuesta a matarte, y no será la única en hacerlo.
—Me ofende que esté dudando sobre mi persona, le he sido fiel durante tanto tiempo, así que tenga en claro que jamás dejare la Port Mafia por una mujer —finalmente habló Osamu y se liberó del agarre de su jefe.
—Excelente. Quiero que antes de media noche me tengas el vaso como nuevo —ordenó, seguido camino hacia la única puerta de la habitación y salió por esta.
Dazai se dedicó en observar el suelo absorto en su propio mundo intentando procesar lo que sucedió y calmarse para no hacer alguna idiotez.
Fin del flashback
—Es mi culpa por sentir algo por ella... Debería rendirme ya, solo así podré llevar acabo de plan de suicidarme. Después de todo nadie me extrañaría, todos los de la Agencia me consideran un enemigo y regresar a la Port Mafia no es una opción, no pienso defraudar al único que me brindó su amistad verdadera.
Flashback
—¿Eres sordo o qué? —inhale profundo para calmarme— Perdona, es solo que soy mala para esto de consolar.
—Ya me di cuenta, ¡idiota!
Él se comenzó a aislar de todas las personas tras el fallecimiento de su mejor amigo. No sabía que hacer, si cumplir con aquella perdición que le pidió, seguir con el rumbo que tenía en la mafia o terminar su vida de una vez por todas.
Nunca pensó en llegar a este punto de la vida, nunca pensó que unas "simples palabras" dichas por una persona importante para él lo hicieran dudar en sus desiciones.
7 dias, 7 dias fueron los que se aisló de totalmente de las personas dejándose sumergir propios pensamientos y descuidándose por completo, no había sonido ni dormido bien. Estaba harto de todo, estaba harto de no saber que hacer y quedarse en estancado en ese inmenso vacío. Estaba harto de no tener el valor de quitarse la vida.
Flashback 2
—Me dijiste que creías que encontrarías tu razón de ser viviendo en un mundo de violencia y sangre —dijo entrecortado, poco a poco su fuerza iba desvaneciéndose.
—Así es —inconscientemente llevó su mano al sector de la herida del mayor con propósito de detener la hemorragia—. Pero, ¿qué importa eso ahora?
—No la encontraras . Ya deberías saberlo bien. Aunque estés del lado de los que matan o de los que protegen —los ojos marrones de Dazai se contrajeron—, jamás llegará algo que no tienes previsto —el tembló aún más mientras se mordió el labio para evitar soltar algún comentario o lágrimas—. Nada en este mundo llenará el vacío de tu desolación. Transitaras las tinieblas por toda la eternidad.
Un silencio se presentó.
—Odasaku... —murmuró— ¿Qué debería hacer?
—Vete al lado de los que protegen —él elevó la mirada—. Si ambos lados son iguales, se alguien de bien. Salva a los débiles, protege a los huérfanos.... Yo se que el bien y el mal no tienen mucho significado para ti, pero se que te hará un poco mejor.
—¿Cómo lo sabes?
—¿Cómo no saberlo? Lo sé mejor que nadie. Porque... soy tu amigo.
Fin del flashback 2
Ir al bando del bien —pensó.
Se encontraba sentado sobre aquel trailer que permaneció encerrado la mayor parte de su infancia. Elevó su mirada con pesadez hacia el cielo, enfocándose en la luna llena resplandeciente.
Ellas es la única —sacó su celular y marcó a un número en específico—, quien pide sacarme de mi propio infierno.
—Bue...
—Por favor, necesito que vayas a la dirección que te mandaré.
—Olvídalo.
—Te necesito —susurro y fin más finalizó la llamada.
No vendrá... solo gaste saliva por gusto —pensó y bajo del traumes de un salto para dirigirse a la mansión abandonada que se suponía era su hogar.
Esa es la razón del porqué estaba ahí. Nunca se imagino que Konoe Midori se presentaría a ese lugar a ayudarlo, bueno, se podría decir que fue un intento ya que ambos terminaron discutiendo.
Su relación era bastante extraña y era de esperarse. Eran enemigos en esa época, pero comenzaron a llegarse mejor después de todo lo que han vivido juntos y sun que se diera cuenta un sentimiento de cariño se instaló en el pecho de Dazai cada vez que miraba o pensaba en la albina, se percató recientemente e intentó de matar ese sentimiento, pero en vez de hacer su cometido, termino por aumentarlos, provocando que actuara de forma variable con ella en cuestión de minutos.
Ella eliminó el reducido espacio personal que tenían, elevó sus manos y las posicionó sobre sus mejillas, tensando al chico al instante, seguido inició a limpiar sus lágrimas. Sin poder evitarlo sintió cómo sus mejillas ardían y sus lágrimas incrementaron.
Las caricias fueron aumentando dándole esa poca valentía para levantar su rostro y ver aquellos ojos atardecer. Se quedaron así por bastante tiempo hasta que se sorprendió al ver cómo ella cintó sus frentes, sin dejar de proporcionarle caricias, se dejó llevar por aquella calidez así que cerró sus ojos y su cuerpo se relajó.
Sus lágrimas fueron cesando y su respiración retornó a la normalidad.
—No estás solo, te escucho.
—Solo... solo no quiero estar solo. No te alejes de mi, por favor —suplico.
Esta era una nueva faceta para ambos. Él mismo estaba destruyendo aquellas paredes de egocentrismo, de orgullo, de frialdad y psicopata que forjó desde niño con arduo esfuerzo para que ya no lo lastimaran.
Quería proteger a su niño interior, por lo que lo oculto por tanto tiempo que pensó que él mismo lo había matado. Sin embargo, sintió como aquel niño en búsqueda de protección y amor volvió. Tenía esa sensación que ella era la indicada —Espero... espero no equivocarme —. Rodeo la cintura de la chica con sus brazos, sintió el cierto de la contraria tensarse, pero al ver que no lo apartó decidió en arriesgarse, junto todo lo que pudo sus cuerpo, quería sentir seguridad, que nada malo iba a pasar estando con ella.
—Eres tan calidad y cómoda, creo que serás mi nueva almohada —intento de bromear.
—Entonces tendré que venir todas las noches —bromeó, siguiéndole el juego.
Él abrió sus hermosos ojos marrones, los cuales eran algo apagados. Comenzó a acortar la distancia que había entre sus labios, quería comprobar si aquella simple acción de besarla podría comenzar a llenar aquella falta de cariño.
Observó cómo ella acordará también la distancia llenándolo de felicidad, pero detuvo su acción quedando completamente estático.
—No.... No quiero que sea así —susurro sobre sus labios y se separo despacio—. Te lo daré de una forma única, lo prometo tomatito.
—¿Ah? —pestañeó un par de veces y posicionó una mano enfrente su mejilla al sentirla caliente— Ja, ja, ja muy gracioso Osamu —dijo sarcástica y se separaron completamente del abrazo.
Fin del Flashback
—No debí... no debí haber dado nuestro primer beso de esa forma... tuvo que ser especial.... Yo... Yo...
Flashback
Sin más remedio recogió cristal por cristal, sin importarle que se pudiera lástimas, para colocarlo sobre el escritorio del mayor. Al a asegurarse que tenía todos los pedazos comenzó con su tarea, intentar de reconstruir aquel vaso.
Trató de quitar todas aquellas palabras de su superior. Por supuesto, no lo había herido para nada esos comentarios, ¿verdad? Después de todo, ya debe estar acostumbrado a la vida de mierda que tiene, a escuchar esos malditos comentarios, y sobre todo, a enterrar todas sus emociones.
El tiempo paso, pero no lo sintió al estar sumergido en sus pensamientos y en reparar aquel vaso, quería dejarlo como nuevo, quería demostrarle a su jefe que podía restaurar algo roto.
No se dio cuenta de cómo la puerta fue abierta y cerrada, seguido de un par de pasos en la misma habitación. De forma inconsciente elevó la mirada sorprendiéndose al ver cierta cabellera albina aún lado de la puerta, suspiró y sin más continuó tratando de arreglar el vaso.
Konoe dio media vuelta para curiosear en donde se había metido y poder orientarse, pero su vista se centró sobre el chico de gabardina negra, al principio se sorprendió pero luego una sonrisa apareció sobre sus labios.
—Oe, tuerto. Pero que gran sorpresa encontrarte aquí —se fue acercando hacia el chico—. Definitivamente es el destino que nos quiere juntos.
Él no respondió, provocando que la menor hiciera una poke face, al estar cerca de quedó se sorprendió al ver cómo el contrario posicionaba pedazos de vidrio en un vaso roto, algo que no se había percatado era la sangre que escurrió por los dedos del chico.
—Escúchame, grandísimo imbe... —sus ojos se enfocaron en los dedos ensangrentados del contrario— Deja eso, te estás lastimando —dijo preocupada.
Dejar esto... —pensó Dazai, y sin entender el motivo se molestó.
—Y qué —finalmente respondió Dazai.
—Vamos a curarte o te morirse desangrado —explico e intentó tomarle de sus muñecas, sin embargo, él predijo sus movimientos y se alejó.
Aún puedo repararlo, que importa cuan lastimado quede, ¡lo voy a reparar! —pensó el chico.
—Y eso que, ¡quiero morirme!
—Vaya, pensé que querías hacer un suicidio doble conmigo, además, esa no es una forma digna para un suicido de tu categoría y sufrirás demasiado tiempo antes de morir.
—Tu psicología inversa no funcionará conmigo.
Ella se quedó sorprendida al escuchar eso, no trataba de utilizar esa técnica sobre él, mientras tanto, el contrario retornó a su antigua acción de reconstruir el vaso, no quería que lo castigaran. Aunque realmente le daba igual, solo quería arreglar ese vaso.
Ella parpadeó un par de veces saliendo de su estado y luego habló.
—Para que mierdas intentabas retornar el vaso a la normalidad —lo tomó de ambas muñecas— si ya está roto.
—¡Por qué aún puedo arreglarlo! ¡Aún tengo la esperanza de enamorarme y seguir mi luz! —gritó encarándola con una expresión de molestia.
Osamu no quiso tomar demasiado personal la comparación que había usado con anterioridad su jefe, pero lo consiguió absorber. Todas aquellas palabras llenas de veneno lo fue matando de forma tortuosa y trató de mantener viva esa leve llama de esperanza que hace años alguien había conseguido resguardar. Él era aquel vaso roto quien intentó de repararse pieza por pieza para así darse la oportunidad para sentir el amor que nunca tuvo por parte de nadie.
Hasta después reaccionó que soltó tan valiosa información a la albina —mierda, mierda, mierda, ¡mierda! —, agachó su cabeza para ocultar sus ojos cristalinos y no tuvo más que esperar las palabras de la contraria, tendría que soportar más veneno de lo que ya tenía que tolerar.
—¿Eh? —pronunció confundida y su rostro la delató.
Antes que alguno de ellos dos pudiera decir algo, varios subordinados ingresaron a la oficina, eran los mismos que persiguieron a la albina.
—¡Ahí está! —gritó uno de los mafiosos, eso consiguió sacar del ligero trance que se encontraba la femenina.
Ella dirigió su mirada hacia la puerta y vio cómo ya estaban disparando por lo que no tardo en reaccionar en liberar su aura.
—¡Inōryoku: Hurto arrepentido! —dijo activando su habilidad, todo se volvió lento para ella, aunque en realidad ella fue la que desapareció ante los ojos de los mafiosos.
¡¿En qué demonios estaba pensando al decir semejante idiotez?! Por que deje que esas palabras me afectaran, se supone que debería ser invicto a cualquier tipo de comentario —pensó el chico, restándole importancia a lo que hacían los mafiosos y la albina.
Sin más remedio se levantó del asiento y camino hacia la poción donde se encontraba con anterioridad la chica, esperando que ahí fuera el lugar donde se presentaría. Rezo por que sus ojos estuvieran normales, sin ningún indicio que contuvo sus lágrimas. Elevó su mano y consiguió toca un hombro, provocando que automáticamente su habilidad inhibirá el de ella. Elevó su rostro encontrándose con ojos atardecer, teniendo una pelea entre una mirada tan cálida y otra frívola.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, bajando su mano.
—Vine a joder a Chuuya y hacer enojar a mis compañeros al desobedecerles. Pero eso no importa, ahora lo esencial es curarte.
—Puedes joderlo afuera. —dijo, ella lo ignoró, tomó de sus muñecas y analizó la gravedad del asunto ocasionando que el mayor se molestara y se libró del agarre, y añadió—: ¿Cuál es tu gana de venir a la mafia?
El chico estaba preocupado, no por su salud, más bien era porque Mori podia llegara y ver a su albina para luego asesinarla o torturarla frente a sus ojos, ninguna de esas dos cosas lo toleraría ni ver, escuchar o sentir.
—Acaso no puedo ver a mi dulce y encantador tuerto.
—Debes de irte ahora.
—Seguro, después de curarte —dijo y trató de tomar sus manos nuevamente, pero dio el mismo resultado y ella lo miró molesta. Por parte del chico ya se encontraba débil, solo estaba reteniéndose para no asustar a la femenina.
—Vete —todo su alrededor dio vueltas y se fue oscureciendo—. No me siento bien —susurro y todo su cuerpo se puso flácido de golpe.
Lo último que pudo ver fue como ya se encontraba entre los brazos de la chica y era agitado, mientras que ella le gritaba por su apellido.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero poco a poco fue recuperando la conciencia, sus ojos se abrieron pon pesadez, tardaron un par de segundos para que su visión se acoplara, vio que estaba sentado sobre la silla de Mori y a Midori hincada frente a él.
Pensó mal, estaba a nada de hecharle a patadas de la Mafia. Sin embargo, observó cómo ella poseía un pequeño botiquín, seguido intentó de detener la hemorragia que presentó en su dedo índice izquierdo y curar el resto que estaban lastimados.
—¿Por qué demonios haces este tipo de cosas? —el chino se quejó, provocando que ella tuviera aún más cuidado para evitar dañarlo— Auto-lesionarse no solucionará nada, tal vez quita el dolor de forma momentánea; bueno, eso es lo que he escuchado, pero no es lo correcto. Osamu hay personas que realmente te aprecian tal y como eres, a pesar de tu bipolaridad de mierda.
Nunca había sentido algo parecido a lo que siento por ti. ¿Sientes eso? Nadie en mi vida me había acelerado el corazón como lo han hecho tus palabras —pensó Osamu, quería decírselo a la femenina, pero su actitud tosca y el miedo no se lo permitieron.
Odiaba cada vez que le latía de forma acelerada el corazón, odiaba sonreír por las noches mientras se la imaginaba, odiaba sentir esa calidez en su pecho al estar junto a ella, odiaba todas aquellas veces que le decía tuerto de una forma cálida, odiaba que por culpa de ella se haya vuelto más sensible y débil al matar, odiaba que fuera ella la quien le ayudó desde hace un mes e ingresó sin su consentimiento a su putrefacto corazón, era por culpa de la albina que se sumergía de forma constante a pensar sobre sus sentimientos y si estaba tomando las desiciones correctas, por último; lo que más odiaba era que le estaba dando la tan clamada libertad de ese frío mundo que ha vivido durante tanto tiempo, pero estaba consciente que si no funcionaba la caída iba a ser dura y no quería correr ese peligro.
Me enamore de su luz, porque nunca temió a mi oscuridad.... Maldición, estoy perdido. Mori tiene razón, debo de desaparecer estos sentimientos que solo me lastimaran —pensó Dazai y después de un largo tiempo elevó la mirada viendo cómo su contraria estaba centrada curándole las heridas.
Sus pensamientos eran distintos a las acciones que ejecutaba -otra razón que empezaba a odiar-. Definitivamente, se declara un maniático suicida completamente fuera de sus cabales ante la presencia de la chica.
Ella ya casi había finalizado su labor por lo que el de cabello marrón tomó el poco coraje mientras se repitió lo que le iba a decir a la chica y habló.
—Se qué hay mil razones por las que no debemos de estar junto —ella elevó la mirada llena de confusión dejando de lado su acción, mientras el chico retuvo su mirada en esos preciosos ojos que lo enamoraron y su pulso se aceleró aún más, también cabe resaltar que eso no era lo que tenía planeado decirle—. Pero estoy harto de ellas —elimino todo el espacio que los separaban y sus ojos emitieron un brillo inexplicable—. Estoy harto de todas esas razones, hay qué hacer una elección.
Un leve silencio cundió el ambiente, él se regañaba por hacer todo lo contrario de lo que debía y se sintió ansioso por haber hecho tremenda estupidez. Por parte de la chica, se quedó absorta en sus pensamientos hacia el chico.
Sin más que perder decidió continuar con su anterior frase y dejar que fluyera, bueno, que medio fluyera.
—Bueno, ahora te elijo —posiciono sus manos sobre las mejillas sonrojadas de la femenina—. Te voy a seguir, te voy a seguir a todas partes —se atrevió en juntar sus frentes—. Te voy a seguir el resto de mi vida —susurro sobre sus labios.
—¿Hasta en el infierno? —asintió— Te creeré cuando lo vea, conoces ese lugar pero no al nivel de cómo yo lo conozco.
Ella despegó su mirada de los ojos marrones del chico y la dirigió hacia el vaso quebrado que intentó recomponer. De un momento a otro Dazai pudo sentir una calidez sobre su mejilla derecha, ella había posicionado su mano sobre su mejilla y le comenzó a brindar leves caricias, provocando una correntada de electricidad al chico.
—Dame unos minutos y te llevaré a tu departamento a descansar, ¿de acuerdo? —informó Midori y se alejó del chico dejándolo confundido.
Ella se acercó hacia el vaso sobre el escritorio, observó que casi todos los pedazos grandes del vidrio roto se encontraron sobre el escritorio y como si de un rompecabezas se tratase comenzó a buscar las piezas con la que coincidían.
—¿Qué haces?
—Es obvio, intentando de unir el vaso de nuevo. Si hacías eso a de ser por algo y no quiero que te regañen por dejarlo así.
—No es necesario que lo hagas, solo vayámonos de aquí.
—Lo se, no tengo la necesidad por hacerlo, pero quiero hacerlo. Se que es raro todo esto, puesto que eras mi enemigo a muerte, te llegue a odiar como no tienes idea, pero.... Me di cuenta de lo que haz sufrido y estaba equivocada en ciertos puntos contigo. Quiero ser alguien en el cual confíes, no por intentar obtener información personal y poder destruirte, sino porque realmente quiero ayudarte. Cómo haz dicho, hay que hacer una elección y también te elijo a ti —expresó con toda sinceridad sin dejar de hacer su acción.
También te elijo a ti. Esas 5 palabras resonaron en la cabeza de Dazai y un sentimiento cálido surgió en su pecho.
Fin del flashback
También te elijo a ti. Pese a que ya ha pasado más de un año en que salieron esas palabras por parte de la albina aún seguían siendo muy significativas para él. Cada vez que se siente mal esa simple frase invade su mente, inclusive, podía escuchar la voz de su chica decírselo.
—Puta madre —más lágrimas fueron expulsadas de sus ojos—, duele demasiado. Sin lugar a duda, el amor es la peor maldición que puede existir —cerró sus ojos en un intento para poder calmarse.
Dazai Osamu, ex-ejecutivo de la Port Mafia, reconocido por ser el mismísimo demonio. Se encontraba llorando en su lugar seguro, mejor dicho, lloraba en aquel lugar tan lúgubre donde se hallaba enterrada la única persona a la que pudo considerar un amigo. El único con quien podía contar.
—Como quisiera que estuvieras aquí, Odasaku —añadió en un tenue susurro, sin despegar su mirada de aquella resplandeciente luna llena, la cual, poco a poco iba descendiendo dando la ubicación que la noche iba a acabar para dar paso a un nuevo día.
Se tomó bastante tiempo para poder calmarse, se repuso por completo en ir a su departamento para dormir lo poco que le quedaba antes de entrar a su trabajo. Aprovecho ese momento para analizar todo lo que sucedió ya con su mente fría.
Los dos tuvimos la culpa, ella por fingir estar borracha y yo por creer que lo estaba, ademas, fui yo quien comenzó a acercarse para besarnos —pensó y se planteó seriamente si sería buena idea dejar su intento de ser el novio de la chica.
Todos sus pensamientos se silenciaron al sentir los leves rayos de Sol pegar en su espalda generando una pequeña sombra frente suyo. Giró un poco su cabeza dejándole ver el amanecer, esos colores de escalas de anaranjado, rojizo y amarillo eran una combinación hermosa a su parecer, y sin poder evitarlo le recordó aquella chica que hacía estragos a su pobre mente y corazón.
Quito su mirada de aquel espectáculo natural mientras se acomodó en el suelo, seguido reposo la parte de su cabeza y nuca sobre aquella lápida y suspiro.
—Detective Dazai, tiene un mensaje de voz de la detective Konoe. ¿Desea que lo abra? —cuestionó el AI
—Hazlo —solicitó en un susurro.
El AI acató la orden y reprodujo el mensaje.
—Comprendo que ahora lo que menos quieres es oír, ver o tener algo relacionado con mi persona. Probablemente ni escuches esta mierda después de la estupidez que hice, por lo menos yo no lo haría estando en tu lugar. Lamento haberte hecho eso, si quieres aventarme toda la madre estás en todo tu derecho y si quiere golpearme, solo dime cuándo y ahí estaré, dejaré que me lastimes todo lo que quieras.... Se escuchó muy masoquista de mi parte —se rió—. Ya estoy comenzando a divagar en idioteces, perdón estoy algo nerviosa. Al punto. Pase lo que pase con la decisión que tomes la respetare, solo quiero que consideres en no irte de la Agencia.
—Lo dice la persona a quien mas quieren en la agencia.
—Soy la menos indicada para decir esto y sonará muy hipócrita de mi parte, pero no quiero que te maten o que cometas un suicidio. No estás del todo solo Dazai, si hay alguien que te quiere y te aprecia en este maldito mundo y ese es Atsushi. Estoy segura que él ya te considera parte de su familia y no quiero que se me ponga mal al enterarse que te suicidaste...Aunque nadie lo demuestre eres importante hasta cierto punto para todos los agentes de la AAD, eres parte de la familia... y quiero que te mantengas por mas tiempo en mi familia —suspiro—. No se ni que más decirte, si hablo más siento que terminaré de cagarla más de lo que ya está....
El silencio se presentó por unos segundos, solo pudo escuchar como sorbía los mocos la chica por el otro lado de la línea.
—Ni se te ocurra ir a la Mafia ya que le informe a Chuuya de tu estado, así que estará atento por si llegas a los perímetros de la Mafia y te regresará al departamento. Y si, se que él me hará el favor, después de todo me debe varios por salvarle el culo tantas veces. Si no vas a la Agencia mañana no te preocupes yo me encargaré de tu papeleo y le diré al presidente que yo la cage contigo en cierto punto. —se escuchó un chasquido de lengua— Puta madre, ya me volví de aquellos poetas que le dan un bendito testamento a las personas.... Odio a esos sujetos... Te dejare en paz, si necesitas algo no dudes en escribirme...
—Y Dazai... realmente lo lamento. Soy una hija de puta al hacerte eso, nunca quise jugar con tus sentimientos, si es que tienes algo por esta abominación —río con amargura—. Simplemente no merezco ningún sentimiento positivo de tu parte, mereces a alguien mejor que este pedazo de basura... Non posso più nasconderlo. Mi piaci, mi piaci davvero
El mensaje de voz finalizó. Se encontraba sorprendido por todo lo que escuchó, parpadeo un par de veces mientras finalizó de digerir todo lo que escucho. Sin poder evitarlo un leve calor se instaló en su pecho a causa de esperanza y ilusión que su inconsciente le brindó.
—Hablaste en Italiano, el idioma que te dije que nunca aprendería —cerró sus ojos y despegó su cabeza de aquella lápida, seguido abrió sus ojos con una sonrisa sobre sus labios
—. Dai, podrías...
—Lo siento joven Dazai, pero la detective Konoe me prohibió que investigue esas palabras.
—Я знаю, что ты заслуживаешь кого-то лучшего, но я не могу представить свою жизнь с кем-то другим, я буду лучше для тебя. Я хочу, чтобы мы вместе преодолели наши невзгоды и достигли наших целей —dijo en ruso, sabiendo que tanto la albina como la AI no le iban a entender.
Cuán equivocado estaba, el AI de la agencia era capaz de comprender cualquier idioma del mundo.
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8:30 de la mañana, el mejor dúo de la agencia ya se encontraban peleando en el departamento de la albina.
—¡Levántate ya mierda! —gritó Kunikida sumamente molesto, jalándole de las piernas a la chica.
—¡No! ¡Me tomaré el día libre!
—Eso si que no —implemento más su fuerza y la jalo, provocando que ella se sostuviera más del borde de su cama—. Me dejaste bastante tiempo con el inútil de Dazai y no pienso soportarlo un día mas solo por un berrinche tuyo.
—Pues lastima, te tocara aguantarlo por mas tiempo —dijo, provocando que el rubio suspirara y pensó en otra forma, una más pacífica para que su compañera fuera con él a las buenas.
—Mi hermosa y amada Midori, podrías hacerme el honor de acompañarme a nuestro trabajo y ya no retrasar mi horario.
—No.
—¡Maldita rata albina! —grito, jalándola con más fuera y consiguió mover a la chica, ocasionando que ambos cayeran al suelo.
—¡Vete al demonio!
El rubio reaccionó con prisa, tomó a la chica para colocarla sobre su hombro derecho y con suma dificultad se levantó -cayéndose dos veces en el proceso-. Una vez lo logro camino directo a la agencia con la albina haciéndole berrinche, el cual; prefirió ignorar.
—¡Ya bájame, Kunikida!
—No comenzaremos a trabajar, sino iremos con Yosano a que te de algo para la resaca que tienes —la joven se tensó—. Te conozco, se que siempre peleamos para que te levantes, pero esta vez fue algo diferente... nos habías prometido que ya no ibas a tomar... ¿por qué lo hiciste?
—Por idiota —respondió dejando de intentar en liberarse—. De verdad no tengo ganas de trabajar, por favor, regresemos a los departamentos.
—Hoy en la mañana cuando regresaba de correr vi a Ranpo salir de tu departamento, acaso él...
—No. Ayer me emborraché en un bar y le llame para que fuera a recogerme, le preocupo demasiado mi estado así que se quedó cuidándome.
—Oye, nunca dude de Ranpo, te iba a preguntar si él sabía lo que te había sucedido para ver si debía de inventarme alguna excusa barata y con ello evitar que el presidente te mate. Pero gracias por decirme, así me ahorro ese proceso.
—Pues que bien por ti —dijo con aburrimiento, y sin quererlo consiguió alertar a Kunikida en otro ámbito.
—Sabes que guardarte las cosas para ti sola es malo.
—Son solo pensamientos estúpidos que no valen la pena mencionar.
—Cuando estes lista y necesites que alguien te escuche puedes venir conmigo.
—¿Para que me avientes la madre? No gracias.
—Quizás la mayor parte del tiempo nos llevamos como perros y gatos, pero ambos sabemos que esa es una coraza para que los villanos no vayan por el otro y lo lastimen.
—Aproximadamente 3 años que acordamos hacer eso... o quizás un poco más... pero eso no quiere decir que no crea que eres un idiota.
—Y tú una estúpida.
Se tomaron su tiempo para llegar a la Agencia, mientras tanto, Kunikida trató de distraer a su amiga como pudo para que dejase de estar tan sumergida en sus pensamientos. En la entrada de la Agencia, decidió bajar a la albina al suelo y ambos ingresaron a la oficina dejándoles ver al resto de los agentes haciendo diversas cosas.
—Será mejor que vayas a cambiarte la pijama, que no quiero ser el centro de atención de la ridiculez —dijo Kunikida, extendiéndole una bolsa que contenía la ropa de ella.
—Eres muy dulce Kuni-kun. Espero no te vayas al infierno conmigo, aunque no sería mala idea, ¿puedo arrastrarte conmigo? —bromeó antes de retirarse e irse al baño.
Tardo unos 10 minutos en llegar al baño, cambiarse de ropa, arreglar un poco su cabello -solo se hecho agua sobre este- y regresar a las oficinas. Una discusión llamó su atención y no, no era Kenji peleándose con Ranpo, sino era Dazai peleando con Ranpo.
¿Qué diablos está sucediendo? —pensó la albina, viendo cómo Dazai trataba de hablarle al azabache, pero el lo ignoraba olímpicamente— ¿Supongo que es cosas de hombres? —dudo de su pensamiento, pero prefirió pasar de largo la pelea y dirigirse hacia Kunikida, quien se encontraba aún lado de Kenji.
—Me gusta el chisme, así que, cuéntenme ¿por qué demonios esos dos están peleando?
—Ni idea, llevan así como unos 15 minutos —informó Kenji.
—¿Tanto?
—¿No te diste cuenta que estaban discutiendo cuando ingresamos? —ella negó— Al principio creí que era la típica pelea de Kenji y Ranpo, pero me sorprendí al ver que me equivoqué.
—Ranpo me abandonó una vez Dazai entro en la Agencia, traté de detenerlo, pero no me hizo caso y me cansé de estarle hablándole a la nada.
—Vamos sigue hablando, que con algo de práctica seguro que dices algo inteligente —dijo Ranpo, provocando que Dazai se detuviera de hablar y las venas de su frente se remarcarán.
—¿Sucedió algo que le molestara antes que viniera Dazai? —cuestionó Kunikida.
—No, estaba tranquilo, inclusive me ofreció de sus dulces y le hice un drama acerca que se iba a acabar el mundo.
Midori ya se estaba empezando hacer la idea de lo que probablemente era la causa de esa discusión, sin embargo, prefirió no comentar nada ya que no quería que la discusión se volviera más grande y esta vez estuvieran casi todos los integrantes de la agencia contra Dazai.
—Sera mejor separarlos antes que el odio se apodere de sus cuerpos y hagan una idiotez —comentó la albina.
—¿Aún dudas que Ranpo no odia a Dazai? —dijo Kenji de brazos cruzados.
—Se muy bien que lo odia. Al menos tengo la seguridad que no dejarán morir al otro hasta que yo se los pida.
—Es extraño... —susurró Kunikida
—¿Mhp?
—Ahora que lo dices tienes razón —aporto Kenji.
—No entiendo. ¿A qué se refieren?
—Él está muy a la defensiva.
—Pero si siempre es así.
—Si, pero hoy está...
—¡Algún día de estos te voy a matar, momia malparida! —el grito del azabache interrumpiendo la conversación, no solo eso, se giró en dirección de la albina— Midori por favor, te lo suplico, ¡deja matar a este hijo de puta! —pudo notar su rostro rojizo y sus venas de la frente junto las del cuello se remarcaron.
—Wou, esto si es un nuevo nivel —susurro Kenji.
—Sabes que lo tenemos prohibido, es tu compañero.
—Lo lamentó Midori, pero ya no toleró estar en el mismo equipo con un asesino, rectificó. Ya no puedo estar en el mismo equipo con tu asesino.
El silencio no se hizo esperar, ella puedo notar sorpresa y confusión en los rostro de Atsushi, los hermanos Tanizaki y Kyouka. En cuanto a los demás se encontraban serios, sabía muy bien que este tema era demasiado delicado para todos sus amigos.
—No eres ninguna idiota y ya no puedes seguir haciéndote la de la vista ciega. Todos sabemos que llegará el momento en que este infeliz —señaló a Dazai— aproveche la oportunidad y te asesine. Ese siempre a sido su objetivo, una vez que tú seas asesinada la agencia se destruirá y las mafias conseguirán el poder sobre Yokohama.
—Ranpo, ya basta.
—¡No! No quiero que esta familia se desintegre por culpa de él. Ambos sabemos que ya está comenzando a jugar sus cartas, no he hecho nada solo porque quiero tener una evidencia estable para poder asesinarlo sin meterte a ti en problemas con la división, pero el muy hijo de puta sabe esconder bien sus pasos para que los enclenques de la división no me crean.
—No estás solo en esto, también estoy buscando una forma de asesinarlo sin atender las consecuencias.
—¡Kenji! —lo regañó.
—Yo tampoco quiero que esté bastardo esté con nosotros —bebió de su café—, pero debo de tragarme mi odio y tener que aguantarlo solo porque estoy en una gran deuda con Midori. Ustedes dos también deberían de hacer lo mismo y no traerle más lío a mi pobre chica albina.
—Concuerdo con Yosano —se acomodó sus anteojos—. Lo único que podemos hacer es seguir unidos y evitar a toda costa que siga con su plan, más adelante tendremos la oportunidad de quitárnoslo de encima.
Ella iba a intervenir en esa discusión antes que comenzaran una pelea física -y si, una vez estaban a nada de matar a Dazai, sino hubiera sido gracias a la habilidad de él y que Fukuzawa llegó a tiempo para detenerlos-. Sin embargo, la habitación se colocó de un rojo carmín a causa de una luz roja tintineando, que fue acompañado de una leve sirena.
—Helicóptero no identificado. Helicóptero no identificado. Usuarios con habilidad especial desconocidos han ingresado al perímetro. Usuarios con habilidad especial desconocidos han ingresado al perímetro —informó Dai, ocasionando que todos se tensaran.
—¿A qué se refiere? —cuestionó Atsushi sumamente nervioso.
—¿Alguno le llegó algún reporte de esto? —todos negaron— ¡Tks! Dai trata de averiguar quiénes son esas personas y desvía el tráfico al lado contrario donde ellos estén.
—A la orden detective, Konoe. ¿Desea comunicarse con...
—No, pero adviértele de esto y dile que no salga hasta que sepa que demonios está sucediendo —activo el comando para que apareciera la pantalla de Dai enfrente suyo, con el fin de averiguar acerca de ese helicóptero y se percató que no era solo eso, también había un barco.
—¿Por qué tan preocupados? Es un simple helicóptero que pasara sobre la agencia.
—Quizás Kyouka tenga razón, deberíamos de calmarnos un poco —aporto Tanizaki tratando de quitar su nerviosismo.
—Si fuese un simple helicóptero sobrevolando el cielo Dai no se hubiera activado —respondió Yosano.
—¿Qué es un Dai?
—Es una inteligencia artificial y está nunca, de los nunca se equivoca —dijo Kenji.
—Dijiste que tenías cierta información acerca de Atsushi, ¿de qué trataba? —dijo Ranpo.
—Según los registró de la Port Mafia, el líder de una organización estadounidense llamado Guild fue quien le pusieron precio a la cabeza de Atsushi —informó Dazai.
—¿Guild? ¿Qué no era un simple mito urbano? Se supone que tienen un alto grado en finanzas, política y ejercito. Son una sociedad secreta que utilizan sus poderes y fondos ilimitados en un sin fin de confabulaciones. ¿Por qué ellos querrían a Atsushi? —preguntó Kunikida.
—Escuché la alarma, ¿qué es lo que sucede?
—Presidente —dijeron todos, excepto Fukuzawa y Midori.
—El inició de bienvenida a nuestro infierno —dijo, sin quitar la mirada de la pantalla, en la cual; ya se encontraban los rostros de las personas -del que casi la mayoría conocía- que se encontraban abordo tanto del helicóptero como en el barco—. Eso es lo que sucede.
Todos se tensaron mientras dirigieron su mirada hacia la albina, quien no despegó su mirada de la pantalla. Su mirada era seria y sus ojos se volvieron gélidos.
Pensé que la paz iba a durar tan siquiera un poco más —pensó Ranpo.
Flashback
—¿Nos llamó presidente?
—No, cómo crees —dijo sarcástico y Kenji lo vio con extrañes—. Pues por supuesto que si, grandísimo estúpido.
—Lo dije para saber el motivo del por que nos llamo, animal.
—Entonces plantea bien tu pregunta, bestia.
—Ya basta los dos —los golpeó a ambos en la cabeza con un periódico, recibiendo quejas como resultado—. Un gran problema se aproxima y cuando eso suceda quiero que saquen a Midori del país.
—¡¿Perdón?! —dijo el rubio sin entender.
—Presidente...
—Como saben Midori es una de las mejores agentes qué hay en la Agencia, es inteligente y fuerte. Por ende, es una de las más codiciadas por todas las organizaciones. Necesito sacarla del país antes que sea capturada ya sea por una mafia, una organización o... la división sobre natural.
—¿Por qué nos pide eso tan de repente?
—Es por Atsushi —se colocó sus gafas y abrió sus ojos esmeraldas—. Pidieron su cabeza en el mercado negro y no es de esperar que hicieron eso mismo con Midori.
—Dime algo nuevo —dijo el rubio.
—Su compañera tiene un mal presentimiento que va aumentando e hizo un comentario que me consiguió asustar —ambos jóvenes se colocaron serios—. Los escogí a ustedes por su experiencia y son el segundo dúo más fuerte de la agencia, puedo estar tranquilo sabiendo que ustedes están protegiendo a su compañera.
—Si me voy existirán altas probabilidades que la agencia caiga.
—Pero cabe la posibilidad en que tú y Mido-chan se adelanten antes que inicien el ataque. Digo, ustedes dos son capaces de predecir los movimientos del enemigo gracias a su inteligencia.
—Está decidido. Si el enemigo hace un movimiento aunque sea el más imperceptible ustedes se irán de Yokohama.
Fin del flashback
—¡Mido-Chan~! Quiero ir a Suecia
—¿Suecia? —cuestionó completamente confundida.
—Si que eres un reverendo imbécil —abrió una gaveta de su escritorio, seguido sacó un pequeño bolsón y se lo colocó en la espalda—. Es hora de irnos anciana y más te vale no cuestionar.
La chica al ver esta acción se sorprendió, se limitó en ver cómo ambos hombres caminaron hacia la entrada de la agencia.
—He dicho que nos vamos, ahora —ordeno serio, provocando que ella reaccionara y camino hacia ellos.
—Tienen aproximadamente 15 minutos antes que lleguen, mientras tanto nosotros vamos personalmente hablar con esos bastardos de los peces gordos. Kunikida —el rubio la miro—, cuento contigo —dijo la albina y sin esperar respuesta los tres salieron de la agencia.
—Dai.
—¿Si agente Kunikida?
—Necesito que me expliques cómo instalarte para que Atsushi y Kyouka te tengan, también quiero que vincules a todos los de la agencia, sin excepción alguna, y por ultimo, que le des acceso a Dazai a todo el sistema, el cual; yo manejo.
—¡¿Estas loco?! —se acercó al rubio— ¡Dijimos que...
—Lo se, Yosano. Pero para que Midori se fuera así y haya tomado esa actitud significa que estamos entrando a un gran peligro.
—Y tienes razón —aportó Fukuzawa—. Hay que estar preparados ante lo que se avecina.
—Te lo advierto Dazai —se acercó sin titubear al chico de vendaje—. Haz un movimiento en falso y caerás al suelo, muerto al instante, ¿comprendes?
—Comprendo.
—Fukuzawa-sama, por favor acompáñenos que usted también necesita tener a Dai actualizado —dijo Yosano.
—No entiendo, ¿de qué hablan? —cuestionó en un susurro Atsushi.
—Es algo difícil de comprender, pero quieren decir que tendremos una especie de ayuda tecnológica junto a un rastreador —respondió Tanizaki.
—¿No duele? —interrogó la menor.
—Que yo recuerde no.
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—Por favor, díganme que hallaron su paradero —exigió al ver a sus subordinados delante de su persona.
—Lo sentimos, Chuuya-sama.
—¡Mierda! —le brindó un fuerte a un árbol cercano— ¡Sigan buscando! ¡No dejen que llegue a la Agencia!
Un gran grupo de mafiosos junto al grupo de las lagartijas negras se encontraban en ese inmenso bosque en búsqueda del integrante más joven de la mafia. Después que Dazai huyó de dichas instalaciones hubo un pequeño percance.
Flashback
—Ya tienes lo que quieres así que lárgate —dijo el hombre de sombrero, y sin perder el tiempo salió del lugar.
Camino con calma por aquellos extensos pasillos de la Port Mafia, vio de reojo los ventanales de su lado derecho percatándose que ya era de noche. Tenía tantas cosas en su cabeza que lo único que quería hacer era ir a su habitación y beber uno de sus mejores vinos de colección mientras leía un libro y finalmente irse a dormir.
Pero nada salió como quería. Un sin fin de explosiones se presentaron, provocando que él detuviera su andar. Esto no duró mucho tiempo ya que hombres de negro corrieron hacia él.
—Chuuya-sama que bueno que lo encontramos.
—Múltiples exposiciones, en todos los sectores de la mafia.
—No solo eso, también los calabozos y cuartel de armamentos fueron destruidos.
—Y colapsaron las instalaciones secundarias que tenía la mafia.
—Hagan un reencuentro de los prisioneros y trasládenlos a otro lugar —ordenó.
—Pero señor... lo que sucede es... —se quedó callado a causa de su nerviosismo.
—Me vas a decirme o tengo que sacarte la información a la fuerza —dijo Chuuya molesto.
—Todos los prisioneros murieron.
—Excepto uno, no encontramos aún su cuerpo.
—¿Quién es?
—No, no sabemos su nombre. Pero se encontraba en el único calabozo lejano al resto y por lo visto era una cárcel especializada —informaron, eso fue suficiente para que él se tensara y llamase a todos sus subordinados para iniciar la búsqueda.
Fin del flashback
Llevamos buscándolo toda la maldita noche y lo peor es que el jefe ya se entero de esto. Si regresamos a la Mafia sin él será un castigo asegurado —pensó Chuuya, buscando a su alrededor y planteándose seriamente si escribirle a cierta albina o no.
—No cree que sería mejor colocar a personas alrededor de la agencia —sugirió un subordinado.
—Esa bastarda tiene cubierto un gran perímetro alrededor de la Agencia. Si invadimos su territorio y realizamos un maldito mísero movimiento nos mandará directo al hospital, si es que bien nos va.
—Chuuya-sama —le llamó el líder de las lagartijas negras—. Tengo información para usted.
Solo eso bastó para que el hombre se alejar de Chuuya.
—¿Qué sucede, Hirotsu?
—Desde anoche mande a un informante que estuviera al tanto de la Agencia.
—¡Eres un idiota! ¡Le diste una advertencia a Midori!
—Trate que estuviera aproximadamente 3 kilómetros de lejanía de la agencia. Considero que a ese rango ya no nos puede detectar.
Te equivocas, ella tiene todo cubierto de 10 kilómetros alrededor de la agencia —pensó Chuuya y dijo:
—Espero que tengas razón, porque sino nos meterás en grandes problemas para capturar a ese...
—Lo comprendo —interrumpió—. Según él, los detectives Konoe, Ranpo y Miyazawa huyeron de la agencia.
—¿Qué?
—Es lo único que conseguí —el celular del más joven emitió un sonido—, supongo que el resto de agentes están en la agencia.
—Rectifica esa información —sacó su celular y se percató de un mensaje— y averigua que demonios planean esos detectives. No podemos confiarnos y dejar que se nos adelanten.
—Como orden Chuuya-sama.
Sin más el chico se alejó de todos sus subordinados, verificó que nadie estuviera cerca, después se verificó la ropa en búsqueda de un micrófono o alguna cámara escondida, al asegurarse que no tenía nada marco el mismo número de teléfono en que le había llegado el mensaje.
—Vaya, eso si fue rápido —respondió una voz femenina al otro lado de la línea.
—¿Qué demonios con ese tu mensaje?
—Querido de primero se debe de saludar, pensé que tu querida hermanita ya te había enseñado acerca de los buenos modales.
—Ve al grano.
—Además —lo ignoró olímpicamente—, quisiera saber el porqué demonios mandaste uno de tus tantos subordinados normales a vigilarnos. Pensé que ya habíamos superado esa etapa, pero por lo visto debemos volver otra vez al psicólogo para arreglar nuestros problemas.
—Aún no lo sabes.
—¿Saber qué?
—No interesa. ¿Por qué demonios me escribiste eso?
—¿Por que crees? Es algo lógico de saber.
—Ya basta Midori, habla o te cuelgo.
—Está bien amargado. La misma organización estadounidense que les solicitó la captura de Atsushi está aquí y planea joder tanto a la Agencia como la Port Mafia.
—¿En qué sentido?
—Con lo poco que se es que ellos se hacen llamar Guild y están en búsqueda del permiso de la división sobrenatural para tener en pie su organización. Solamente la Port Mafia y la Agencia poseen estos permisos a nivel mundial.
—El permiso no es lo único que buscan, ¿verdad?
—Que comes que adivinas.
—Conozco tu tono de voz y se cuando estás ocultando cierta información. Además, no pedirías mi ayuda y me contaras todo si solo se tratase de unos malditos papeles los cuales podemos esconder.
—Tuvimos que dividirnos, dos de mis colegas y yo nos encargaremos de averiguar qué demonios quieren realmente y si podemos destruir sus planes desde ya, mientras tanto, el resto de la agencia se está encargando de distraer al líder. Ahí es cuando entran...
—Entramos nosotros —interrumpió, una vez entendió el plan de la chica—. Quieres que distraigamos al resto de los miembros para que puedan entrar sin que tengas que malgastar tu poder.
—Exacto.
—Mándame la dirección de ese maldito barco, haré que Akutagawa lo hunda.
—Te lo mandare en 24 horas, necesito hacer un par de cosas antes —fue lo ultimo que dijo antes de finalizar la llamada.
Él se limitó en guardar su celular en el bolsillo de su pantalón. Y pensó seriamente lo que iba suceder según la palabras de la albina, ¿qué esperaban? ¿Qué solo ella pudiera salir a jugar? Por supuesto que no, Nakahara Chuuya también decidió hacer un movimiento para demostrarle a Guild que no solo la agencia puede estar un paso adelante.
Si ella hubiera sido la que causó ese lío anoche en la mafia me lo hubiera dicho e inclusive restregado que ya tiene bajo su cuidado a ese mocoso... entonces... —pensó una vez tuvo listo su plan.
Él sabía perfectamente que la seguridad de la Port Mafia no es tan buena a comparación de la Agencia, sin embargo, la habían mejorado para que ningún idiota o alguien de la policía pudiera ingresar a ciertas partes de la instalación la cuales no querían revelar. Solo alguien inteligente podría hacerlo y los las únicas personas que conocían que eran capaces de esos eran Dazai y Midori, pero estaba seguro que ninguno de ellos dos habían sido.
—¿Quién demonios fue capaz de infiltrarse a las instalaciones? —le pregunto a la nada sorprendido.
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En cuanto en la Agencia Armada de Detectives, específicamente en la oficina principal, se encontraban 3 personas de residencia estadounidense, el presidente de la Agencia y Naomi.
—Me alegra mucho poder encontrarnos, presidente ¿Funaku? ¿Fukuna?
—Fukuzawa —corrigió el nombrado.
—¡Eso mismo! Por cierto, ¿hice mal al aterrizar en la calle?
—Vinieron a visitarme desde muy lejos. ¿Qué quieren? —preguntó el albino, mientras que Naomi dejó una taza de té sobre la pequeña mesa.
—Oh —el de cabello rubio tomó la taza—, pero que diseñó tan inusual y eso que soy experto en porcelana —elevó la taza para verla mejor—. ¿De que marca es? ¿Royal Blanc? ¿El Zelga, tal vez?
—De nuestro vecino, vajillas de Shimomura —dijo Naomi con seriedad, ocasionando que el rubio dejara de tomar el contenido de la taza y se lo diera a uno de sus subordinados.
—Mis disculpas. Puedes llamarme Francis, old sport. Presido la organización norteamericana llamada Guild. También poseo 3 conglomerados, 5 hoteles, una aerolínea, una compañía ferro...
—Señor Francis.
—¿Um?
—Tengo entendido que puso una recompensa para incitar a la Port Mafia a atacarnos. ¿Es cierto?
—Si, fue un descuido mío —su sonrisa nunca desapareció—. Nunca pensé que el crimen organizado de este país sería tan incompetente. Vengo a ofrecer un trato para disculparme —le guiño el ojo—. Tú compañía no está nada mal y el vecindario es encantador, —posicionó un maletín blanco sobre la mesa de enfrente y lo abrió dejando a la vista pilas de dólares— así que.. quisiera comprarla. No me malinterpretes. Podría comprar todas las propiedades que ves a tu alrededor junto con tu compañía. No me interesa el edificio ni tus empleados. Lo único que quiero...
—Te refieres...
—Así es. Tu permiso de negocios sobrenaturales —las pupilas de Fukuzawa se contrajeron—. Las personas con poderes no pueden abrir un negocio de manera legal sin un permiso de la división sobrenatural del Ministerio de Asuntos Internos. Esos tercos son los únicos que no se pueden comprar con dinero. Somos una sociedad secreta que no existe de manera oficial, para mantener la paz con el ministerio y hacer lo que hacemos para encontrar lo que buscamos, es permiso es...
—Me niego —le interrumpió.
—¿Cómo? ¿No te parece suficiente? En ese caso —se quitó el reloj y lo colocó sobre el dinero— le sumaré esto. Es un modelo de edición limitada, hecho por encargo con diamante.
—Al igual que las vidas humanas, no hay nada que valga tanto como el permiso. Es el alma de la agencia. Es tanto la esperanza de la división como el espíritu de Natsume-sensei, quien trabajó sin descanso para conseguirlo. No ha de caer en las manos de los ricachones que tienen dólares en vez de cerebro.
—¿Dices que hay cosas que no se pueden comprar? Así es como hablan los pobres. Tú fanfarronería será en vano si tus empleados desaparecen y tu agencia deja de operar. No podrás cambiar de parecer para entonces.
—Me tomare tu advertencia a pecho. Retírate.
Cerró el maletín blanco y se levantó del sofá para decir.
—Regresaré. Pero antes de retirarme quisiera saber una última cosa. ¿Le suena el nombre Konoe? —cuestionó con su mirada oscurecida.
Tks, maldita sea, sabia que era una pésima idea mandarla a esa misión en el extranjero. ¿Cuántos enemigos más hiciste Midori? —pensó Fukuzawa, tratando de evitar que alguna de sus emociones fueran expuestas.
—¿Konoe? Es la primera vez que lo escucho —actuó lo mejor posible para evitar levantar sospechas.
—Perfecto —comenzó a caminar junto a sus acompañantes directo a la puerta—. Te dejare un mensaje en el diario matutino. Mirado bien, old sport.
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Sin siquiera sentirlo ya se encontraban con el día siguiente, los tres detectives se encontraban desayunando con tranquilidad en la cafetería de la estación de trenes de alguna región de Yokohama -si, ninguno de ellos sabían dónde demonios estaban parados, solo sabían que aún seguían en Yokohama- mientras que vieron las noticias acerca de la desaparición de un edificio de 7 niveles que era de la Port Mafia.
—Para ser honestos si sobre-exageraste el día de ayer Mido-Chan. De seguro nuestros pobres compañeros se están muriendo del miedo al no saber a qué es lo que se enfrentan.
—No es mi culpa tener esta sensación que cualquier cosa puede generar la destrucción del mundo.
—Exagerada —respondieron ambos chicos.
—Aunque ese drama que hizo ayer nos ayudó para identificar y saber destruir esa organización —aportó Ranpo, comiéndose un pan dulce.
—Si, pero aún falta que cargue los informes personales de cada usuario que tiene Guild —agregó la chica, finalizando su comida.
—Al menos tenemos el resto del día libre. ¿Qué quieren hacer? Estaba pensando en ir a Japón para dar un paseo por la cuidad y quizás podríamos subir al Skytree.
—Ranpo... te vas a perder.
—¡¿Perdón?! Querrás decir que nos vamos a perder.
Ranpo sigue con su pequeño show, el cual, Kenji tuvo que soportar y tratar de calmarlo mientras que la albina fue a pagar sus desayunos. Una vez listo todo, se fue con sus compañeros.
—Vámonos —dijo la chica, ambos se levantaron de su asiento para luego los tres dirigirse hacia la salida.
Los tres estaban hablando de cosas triviales, se detuvieron en la estación de trenes esperando el tren que los llevaría a Tokio. Así es, les importo bien poco el hecho de perderse en la gran cuidad, pero preferían eso a que lidiar con sus compañeros.
Ninguno de los tres se percataron de la llegada de un tren a la estación, el cual; les daría un giro un tanto inesperado no solo para ellos, sino para toda la agencia.
De aquel tren bajaron una diversidad de pasajeros, ocasionando que sea constantemente empujado por los mayores. Él soltó un bostezo y rápidamente se dio una bofetada para evitar dormirse en ese momento, llevaba 2 noches sin dormir por culpa de aquellos hombres vestidos de negro que lo persiguieron a sol y sombra. Agradecía mentalmente que aquellos hombres fueran tan idiotas ya que gracias a eso pudo adelantarse al siguiente paso del plan.
¿Llegar a Shirakawa? —repasó la lista, mentalmente. Levantó su mirada hacia el gran cartel donde indicaba el nombre de la estación— Listo. ¿Quitarme y guardar las cuchillas? —elevó un poco las mangas de su camisa dejando expuesto sus brazos lleno de cortaduras— Listo. ¿Guardar a mi muñeco? Eso lo hice antes de tomar el tren, así que está más que listo.
Guardo con sumo cuidado aquel papel en una de las bolsas de su suéter, el contenido del papel era nada más y nada menos de los pasos que utilizo para huir de su infierno y lo que debía hacer antes de llegar a su nuevo hogar.
Camino con lentitud en aquella estación de trenes en búsqueda de la televisión donde indicaba a que horas entrena el tren para dirigirse a la estación gran central de Yokohama. Al encontrarlo busco el tren indicado, pero detuvo su acción al ver de reojo cierta prenda de color morado que se le hizo muy familiar. Giro su rostro hacia la izquierda solo para corroborar si el sueño ya lo estaba haciendo alucinar, pero no. Una oleada de felicidad y emoción se apoderaron sobre su cuerpo.
—¡Midoriiiiiiiiiii! —gritó lo más alto que pudo llamando la atención de las personas a su alrededor, mientras corrió a toda prisa hacia la albina.
Los tres adultos detuvieron su charla al escuchar el grito, ni siquiera le dieron tiempo en voltearse ya que la albina terminó siendo tecleada, ocasionando que terminara aturdida sobre el suelo.
Por otro lado, los dos hombres se colocaron en posición de ataque, pero enderezaron su postura al ver a un pequeño sobre la albina.
—¿Es una niño... o... una niña? —cuestionó el rubio confundido mientras ladeó su cabeza tratando de descubrir el género del pequeño.
—¡Es una niña, imbécil!... Creo... espera... no puedo ver si tiene paquete o no.
—¡Ranpo! —regaño el rubio, brindándole un fuerte zape al azabache.
—¡Hijo de mierda!
Ambos adultos iniciaron a discutir, sin embargo, se detuvieron al ver cómo el menor restregó su cabeza contra el cuerpo de la albina.
—¡Finalmente juntos! ¡Prometo portarme bien! ¡Te haré un berrinche cada vez que no coma todos mis vegetales! ¡Iré a la escuela como un niño normal y tendré malas calificaciones!
—¡Ja! ¡Te dije que era chico! —le encaró el rubio.
—Como sea. Oye, mocoso, sácate de ahí —exigió Ranpo
La albina por fin pudo reaccionar y distinguió esa cabellera bicolor con estupefacción, mientras tanto el de cabello azabache quito al niño de encima de su amiga. El pequeño giro su rostro encontrándose a ambos adultos y supo que estos lo analizaban por las expresiones de sus rostros, fue cuestión de segundos en que el menor identificó a ambos adultos, se soltó del agarre del azabache y con los pocos buenos modales que Midori forjó en él habló.
—Ustedes han de ser Kenji y Ranpo, los nuevos integrantes de mi familia —dijo entusiasmado e inevitablemente dio unos leves saltos—. Mucho gusto soy Yumeno, futuro hijo adoptivo de Midori —se presentó
—¡¿Pero qué putas?! —dijeron Ranpo y Kenji en unísono, esa información no les agradó.
—¡¿Yumeno?! —se sentó en el suelo— ¿Qué? ¿Cómo?... ¿qué haces aquí afuera?
—Escape de la Mafia y finalmente viviré contigo.
—¿Cómo?
—¿Uh? —parpadeó varias veces con confusión, pero luego rio— Ne~ Midori~ No te hagas la olvidadiza conmigo, sabes que no es necesario. Fue tu plan que me ayudó a salir de la Mafia.
—¿Qué? —cuestionaron los tres adultos a la vez.
—En el penúltimo mensaje que me mandaste decía que ya tenías todos los papeles en orden para mi adopción y solo te faltaba una firma más, me explicaste que cuando la tuviera esperara tu última carta que consistía en cómo escapar de la Port Mafia.
—Cuando tenías planeado decirnos Konoe —dijo Kenji con una sonrisa en sus labios, ocasionando un escalofrío en la albina.
Tiene esa sonrisa hipócrita y uso mi apellido, estoy mas que muerta —pensó la albina mientras tomó distancia del rubio.
—Admito que esa carta si te la mande, pero la del plan no.
—Por supuesto que si —sacó un papel de su bolsillo y se la enseñó a los mayores—. ¿Vez? Es tu letra. Además, el sector de los calabozos y torturas fue completamente destruido gracias a tu plan.
Sin lugar a duda, los tres adultos no podían estar más confundidos ante la nueva información que adquirieron. El primero en salir del trance fue Kenji, quien se acercó con cuidado al menor.
—Así que Yumeno —se agachó hasta quedar a la altura del niño y le sonrió—. Mido-Chan nos ha hablado mucho de ti, es un placer poder ser parte de tu familia.
—¿Tu eres el mafioso que Midori iba a ver de vez en cuando? —preguntó Ranpo y él menor asintió.
—Se más amable con Yuyu-kun, sabiondo —dijo el rubio molesto.
—¿Cómo?
—¿Eh? —se dio cuenta de su error— Perdona, no te pregunté si te gustaba ese apodo y si te lo podía decir.
—Apodo más ridículo que colocaste.
—Jodete mierda. Mis apodos son mejores que los tuyos.
—Basta los dos —les brindó un zape a cada uno ocasionando que ambos se quejaran—, cuiden su vocabulario frente a mi niño —protesto Midori.
—Aaayyy si, lo dice la santa que no dice ninguna mala palabra —respondieron Kenji y Ranpo burlones.
—Eso no es cierto, mierdas.
—Lo acabas de hacer —ambos le encararon.
En ese momento se dio cuenta de sus palabras y una aura deprimente salió de su cuerpo y pensó: se supone que debo ser una buena imagen para Yumeno, pero estoy haciendo todo lo contrario.
—Descuida, Midori. No me molesta que digas malas palabras, ya estoy acostumbrado a ellas —trato de consolarla.
—Bueno, aunque ya sabes nuestros nombres no sería malo presentarnos —se levantó—. Soy Miyazawa Kenji, mi inōryoku es invicto por la lluvia, está consta de ser súper fuerte.
—Me llamó Edogawa Ranpo, mi inōryoku es la ultradeducción, más que todo trata deducir y extraer la verdad detrás de cualquier crimen sin importar que tan difícil sea, inclusive puedo resolverlo con casi nula evidencia.
—¡Asombroso! Ahora veo porque Midori los menciona mucho y los considera como sus mejores amigos.
Sin poder evitarlo ambos tuvieron un fuerte sonrojo sobre sus mejillas y una sonrisa genuina sobre sus labios, trataron de esconderlo lo mejor que pudieron, pero no les funcionó.
—Espero llevarme muy bien con ustedes y no tener que pelear por la atención de Midori. Ah, también puedes decirme Yuyu-kun, si quieres Kenji-sama.
—Por favor, no utilices honoríficos con ninguno de la dos, sino les subirás el ego a ambos —dijo la chica.
—Se a localizado miembro de Guild cerca de la localización de los detectives Tanizaki y Nakajima. Altas probabilidades de ser capturados —informó el AI a los tres detectives.
En ese momento una idea se asomó en los pensamientos del rubio y sin pensarlo dos veces lo comento.
—Oye, Yuyu-kun. Que te parece si me ayudas en una pequeña misión, así nos vamos conociendo mejor y puedes tomar esto como entrenamiento antes que puedas asistir a una con Mido-Chan.
—¿Lo dices enserio? —preguntó con sus ojos brillantes, a lo cual Kenji asintió sonriente— Espera... ¿no te da miedo ir conmigo? Digo, soy un ex-mafioso y desconoces de mi habilidad especial.
—Tienes razón. Pero no debo temerte y mucho menos desconfiar en ti.
—¿Por qué dices eso?
—Por qué eres una persona muy importante para Mido-Chan y Mido-Chan es una personas muy importante para ti, ¿a qué si? —él asintió— Bueno eso mismo me sucede con Mido-Chan y podemos llegar a la conclusión que Mido-Chan se interpusiera si es que ve que somos amenazas para el contrario, ¿no lo crees?
—¡Tienes razón! Eso quiere decir que también puedo confiar en ti y que no me dañaras.
—Correcto, Yuyu-kun —posicionó su mano sobre el cabello del niño para acariciarlo con delicadeza—, eres un niño muy inteligente.
—Te prometo que no te dañaré con mi habilidad —dirigió su mirada hacia la única chica—. Cuidaré muy bien de él y seguiré lo más que pueda sus órdenes, así volveremos sanos y salvos a casa —le prometio a la chica.
—Y yo te prometo cuidar a este chiquitín —le tendió la mano al pequeño y él la acepto—. Nos vemos en la agencia.
—¡Adiós nueva familia! —se despidió Yumeno.
Ambos adultos se limitaron en despedirse con la mano y una leve sonrisa. Luego de haberlos perdido de su campo de visión el de cabello azabache habló.
—Guild es un enemigo fácil de vencer. Podemos destruirlos desde ahora y evitarnos de hacer papeleo.
—Aunque me tienta mucho la idea no lo haremos.
—¿Eh?
—Que no lo haremos —dirigió su mirada atardecer a esos ojos esmeraldas—. Considero que Guild no es tan peligroso como pensé, tomare esta oportunidad para ver el avance de Atsushi y analizar cómo Yumeno se integra a la agencia —explicó Midori, mientras pensó: además, tengo la ligera corazonada en que algunos miembros de Guild están interesados en unirse a la Agencia.
—De acuerdo —la analizó con detenimiento—. Aún sigues preocupada.
—Créeme si fuera por mi me arrancaría esta sensación que tengo en el pecho... Aún sigo sin entender el motivo del que la tengo.
—¿Quieres que sigamos averiguando el verdadero motivo de Guild? Se que el enano de la mafia piensa atacar el barco una vez esté en tierra, pero quizás si seguimos indagando por nuestra parte te quedes más tranquila.
—Probablemente... —suspiró con agotamiento— Creo... creo que Guild es una simple cortina que esconde al verdadero criminal.
—Midori —pronunció sorprendido, era una de las pocas veces en que ella demostraba ese lado.
—Por primera vez en la vida siento como si alguien me estuviera ganando en mis propias jugadas, pero aún no quiere ser acto de presencia.
—Hey, todo estará bien —posicionó su mano derecha sobre el hombro de la albina—. Somos los más inteligentes de la agencia, hasta puedo decir que de Japón, mientras estemos juntos podremos ganarle a cualquier bastardo que se cruce en nuestro camino.
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—Según tengo comprendido aquí es donde deberían de estar mis colegas —superviso el entorno—, pero no encuentro ninguna señal que estuvieron aquí.
En la calle más transitada de Yokohama se encontraban Kenji y Yumeno en búsqueda de los compañeros del mayor. Dai le había indicado al rubio el paradero de sus compañeros, pero no los encontraba por ninguna parte.
Dai no tiene errores en cuanto se trata de nuestras localizaciones, lo que quiere decir que nuestro enemigo haya utilizado su habilidad —pensó Kenji, cambiando su objetivo, ahora estaba buscando a algún sospechoso.
—¿Podría ser una habilidad especial?
—Asombros, eres muy inteligente Yuyu-kun —el menor se sonrojo y pensó: definitivamente no fue mala idea venir a la agencia, aunque nunca me imaginé encontrarme a más gente igual de agradables y amables como Midori—. Lo único que se de esta habilidad es que le permite al usuario crear una especie de realidad alternativa, me imagino que es en ese lugar en donde tienen encarcelados a mis amigos.
—Bueno... no se si se asocia la mía. Por lo que entiendo es una realidad alternativa, supongo que está técnicamente se refiere a la mente del usuario, ¿no? Si es así podría ayudarte.
—Espera ¡¿tú también puedes hacer una realidad alternativa?!
—No, pero si es como pienso y entiendo te puedo ayudar... mi inōryoku llamado Dogra Magra, es una maldición que me permite controlar mentalmente a las personas, siempre y cuando me hayan infringido algún daño.
—Ya veo. Eso nos puede servir de mucho —chasqueo sus dedos— Llamaré la atención del usuario y dejare que me capture, mientras que tú aprovechas la oportunidad para activar tu habilidad. Espero que puedas ingresar a esa especie de realidad alternativa conmigo para que me ayudes a patearle el trasero al idiota de Guild, pero si no puedes no te vayas a sentir mal. Mientras que utilices tu habilidad y hagas que nos regrese a todos a la realidad es más que suficiente.
—¡Bien! —sacó su muñeco junto a unas navajas de su pequeña mochila, se colocó las navajas en ambos brazos y luego abrazarlo a su muñeco— Dare mi mejor esfuerzo, Kenji-san. Vera que no se arrepentirá por darme esta oportunidad —dijo el pequeño con un leve sonrojo en sus mejillas y una leve sonrisa.
— Aunque.. —agregó— ¿Cómo sabremos dónde está el usuario?
—De eso no te preocupes que yo me encargo, solo prepárate para usar tu habilidad cuando te grite por tu apodo —activo al AI—. Dai, activa modo incógnito.
—A la orden detective.
Por otro lado, en el mismo lugar solo que en otra realidad se encontraba una habitación de juegos donde se encontraban cautivos civiles, un mafioso y dos detectives.
—Les doy la bienvenida al cuarto de Anne. Que vergüenza. Me miran tantas personas en este instante. Hablar con extraños no es mi fuerte, pero debo ser fuerte. Si no les explico, todos se perderán. Después de todo, llegaron a este lugar extraño sin siquiera saberlo. En su lugar, mi corazón latiría muy...
—¿Dónde está Naomi? —interrumpió Tanizaki y poseía una mirada oscura.
—Vaya, lo siento. Debería explicarlo. Algunas personas están por allí —explicó y señaló una puerta que se encontraba detrás de ella.
El de cabello naranja se acercó con velocidad a la puerta y atrás vez de la venta vio a la pelinegra.
—¡Naomi! —intentó de abrir la puerta, pero no pudo— ¡Maldición! ¡Naomi!
—No abrirá sin la llave. Deberían abrí esa —dijo, señalando la puerta frente a ella.
El de cabello albino se acercó a la puerta dejándole ver exterior completamente paralizado.
Están congelados. ¿El tiempo se detuvo? —pensó Atsushi sumamente confundido.
—Me llamó Lucy. Están en la dimensión que cree con mi poder, pero no se preocupen. Pueden salir cuando quieran por esa puerta blanca. Si es que no quieren a sus colegas de vuelta, claro.
—¿Qué quieres? —preguntó Tanizaki, tratando de contener su ira y se fue acercando con lentitud y precaución hacia su compañero albino.
—Es sencillo. Quiero que jueguen con Anne. Ven, Anne —dijo sonriente,
un aura amarillenta fue expulsada de su cuerpo y una muñeca de trapo apareció detrás de ella, y añadió—: A Anne le encanta jugar. Requiere de mucha atención, pero es tierna —la muñeca de trapo se abalanzó sobre los civiles, provocando que todos ellos corrieran hacia la puerta blanca—. Si salen por esa puerta, olvidarán todo lo que ocurrió aquí. ¿Entienden?
En cuanto en el exterior ambos chicos esperaron pacientemente, fue cuestión de segundos en que Dai le informara al rubio acerca de las personas que corrían, pero bajaban su velocidad mientras veían alrededor confundidos.
—¡Ahí está! —informó el rubio, localizando una leve aura amarillenta y sin más corrió directo a el.
Yumeno siguió a Kenji pero siempre tomó su distancia al desconocer que puede pasar, se detuvo al ver cómo unas manos anaranjadas salieron de la nada y capturaron a Kenji.
—Yuyu-kun —mencionó, evitando ser absorbido por aquella habilidad para darle tiempo al menor en activar su habilidad especial.
Yumeno se acercó hacia hacia las manos y Kenji, al distinguir bien lo que sucedía pensó:
No es el usuario en si, sino la habilidad —se tensó, pero continuó con su misión—. Espero que funcione.
—¡Oe! ¡Estúpidas manos! ¡Enfréntate con alguien de tu talla! —gritó, dando un fuerte salto para quedar al nivel de las manos y poder acercarse a ellas.
Pero con lo que no contó es que la mano derecha tomará a Kenji con fuerza, mientras que la izquierda le dio un fuerte golpe a Yumeno a tal grado de lanzarlo al suelo.
—Yuyu-kun —dijo Kenji preocupado. Él pudo liberar la mitad de su cuerpo, pero la mano derecha se posicionó sobre la izquierda aumentando más la fuerza del agarre y lo arrastraron a una puerta de color blanco.
De acuerdo, eso fue humillante —pensó Yumeno, separando el torso de su cuerpo del suelo.
Se levantó con algo de dificultad del suelo, mientras que vio cómo Kenji y las manos desaparecieron, espero un tiempo analizando la situación y pensando dónde estaría la albina para informarle de lo ocurrido.
Sin embargo, detuvo sus pensamientos al darse cuenta que los ojos de su muñeco emitieron un tenue resplandor junto a un escalofrío recorrió su pequeño cuerpo.
—Quien lo diría —una sonrisa de superioridad surgió de sus labios—. Te tengo.
Dentro de la habitación únicamente quedaron Atsushi, Lucy y el hombre de cabello negro, quienes observaban cómo las últimas personas que quedaron salieron despavoridos de aquella habitación.
—Cielos... ¿Solo quedaron tres? —dijo decepcionada la de cabello rojizo.
Antes que la puerta fuera cerrada bruscamente ingresaron las manos junto al de cabello rubio, pero ninguno de ellos se percataron eso.
Debo ser cuidadoso —se aferró a unas cintas que estaban firmemente sujetadas en el techo impidiendo que las manos se lo llevaran a donde querían, seguido bajo su mirada dejándole ver el panorama—. Bien ahí están los chicos, ahora solo me falta encontrar a los civiles —pensó el rubio y escucho la conversación.
—No es seguro quedarse. Debería huir —dijo Atsushi.
—Buscó a una niña —sacó una fotografía de su bata y la mostró—. Es adorable como un angelito. ¿No ma han visto?
—Me temo que no.
—La veo —se levantó del suelo—. Se llama Elise-chan . Desde que nos separamos, no he podido recuperar la calma. Podría estar tras esa puerta. Si es así, me arrepentiré de haber huido. Así que me quedaré.
—Comprendo.
—Las reglas son sencillas. Jugarán a corretearse con mi linda Anne. Si los atrapa, pierden —una luz apareció dejando a la vista una llave en medio de Tanizaki y Atsushi—. Si abren la puerta con esta llave antes de que los atrape, todos ganan. Regresare a los rehenes. ¿Y bien? ¿Quién participará?
—¿Podemos jugar dos a la vez?
—Por supuesto. Cuanto más jueguen, mejor —respondió la chica y Atsushi tomó la llave.
Podemos ganar con las ilusiones de Nieve Tenue de Tanizaki —pensó el albino.
—¿Están listos?
Fue suficiente —pensó Kenji, sin perder el tiempo le dio una fuerte patada a la mano consiguiendo liberarse, seguido se soltó y cayó al suelo.
—¿Eh? —pronunciaron todos al escuchar un fuerte golpe.
Las manos cayeron al suelo, aún costado de la pelirroja, quien se encontraba sorprendida. Por otro lado, los agentes se sorprendieron al ver una cabellera rubia conocida para ellos.
—¡Kenji-san! —pronunciaron Tanizaki y Atsushi con alivio. Mientras tanto, el mencionado se posicionó enfrente de ellos.
¿Cómo es posible que haya conseguido entrar? —pensó Lucy.
—Me alegro tanto que estén bien —se acomodo su sombrero de paja y se enfocó en la chica frente a él—. Es asombroso que tengas esta habilidad especial, mis respetos para ti.
—¿Te estás burlando de mi?
—Por supuesto que no. Si estuviera en tu lugar sería incapaz de controlarlo, por eso te dije eso.
—Ni creas que seré suave contigo —dijo molesta y preparo a su muñeca para atacar al rubio.
—Se ve que tu habilidad es fuerte —se colocó en posición de ataque y realizó una señal, la cual; Tanizaki comprendió—, espero poder hacerle frente.
—Prepárate, Atsushi —el albino lo vio—. Tanto Kenji como yo nos dejaremos capturar para rescatar a los civiles —le informó del plan en un susurro.
—Pero..
—Se que podrás enfrentarte a ella, activaré mi habilidad por si la llegaras a necesitar.
—Bien, que uno más se les una no significa que vaya a cambiar el resultado —cháquelo sus dedos—. Acábalos, Anne.
La muñeca desapareció del rango de visión de los detectives sorprendiéndolos, excepto uno. Kenji actuó lo más rápido que pudo, tomó a cada adolescente y cambió de posición, evitando que algún de ellos fueran capturados.
—Es comprensible que se impresionen, pero esta velocidad no es nada si la compramos con la de mi hermosa Midori. —les susurro Kenji, para que la chica no oyera. Dejo a ambos chicos en el suelo y se encaminó directo a la muñeca sin miedo, mientras habló—: Quizás en tu país se utilicen este tipo de elogios en tono sarcástico, pero aquí no tanto, por lo menos no conmigo —la muñeca comenzó a atacarlo y Kenji simplemente esquivo los golpes, ganando algo de tiempo para los más jóvenes—. Decir que te considero alguien inferior a mi solo porque eres mujer —esquivo otro ataque— para terminar siendo un gran hipócrita, no gracias. Respeto a las mujeres y las admiro, no solo por su belleza, también por sus capacidades, inteligencia y el gran poder femenino que poseen —dijo, dejándose de moverse, la muñeca aprovecho para capturarlo, pero le brindó un golpe directo al rostro, provocando que uno de los botones que eran sus ojos se cayera al suelo.
Eso consiguió molestar a la chica e hizo que otra muñeca apareciera. Tanizaki se percató de esto, no dudó en activar su habilidad e ir corriendo en dirección del mayor.
—¡Kenji-san! —gritó, eso fue suficiente para el rubio y así iniciar el siguiente paso de su plan. Dejarse atrapar.
Cada muñeca atrapó a un detective, provocando que la sonrisa de la pelirroja se expandiera.
—Vaya, atrape a dos.
La puerta de color negro se abrió y de ella salieron varias manos de color naranja, seguido tomaron a Kenji y Tanizaki para arrastrarlos hacia la puerta, ninguno puso resistencia. Las puerta fue cerrada al tener a ambos detectives adentro.
—Hicimos dos amigos. ¿No te alegre, Anne? —la muñeca levito detrás de la chica— ¿Eh? ¿Quieres otro? Entonces... —dijo viendo al de cabello albino.
La muñeca se haba lanzó sobre Atsushi, quien ya estaba esperando al siguiente movimiento, él no dudó en activar su habilidad especial, sus piernas se convirtieron en patas de tigre y dio un gran salta esquivando el ataque. Sus patas terminaron sobre el techo, aguardó unos segundos y la muñeca se dirigió a él. Atsushi tomó impulso de la pared para cambiar de posición, tomó uno de los listones amarillos que había en la zona para columpiarse hacia una pared distinta, siendo seguido por la muñeca de trapo, nuevamente esquivo otro ataque para a esta vez quedar en el suelo.
Unos aplausos suaves se presentaron y dirigió su mirada hacia la chica.
—¡Increíble! Quisiera ver más —la muñeca se posicionó detrás de ella—. Que poder más útil y fuerte... Han de haberte valorado mucho desde que naciste. Supe que eres huérfano. Yo también crecí en un orfanato. Era un lugar muy frío. Después de usar trapos fríos para limpiar durante tardes enteras, mis dedos me dolían durante días —acaricio a la muñeca—. Por culpa de mi poder, me consideraban un fenómeno. Supe que la agencia estaba desesperada por encontrarte cuando te capturaron. Que maravilloso. Debe ser porque tienes un gran poder.
—Yo...
—Guild me acogió porque vio potencial en mi poder. Pero Guild no permite errores. Si fracaso en esta misión, me descartaran cómo a una servilleta sucia. Y volveré a estar sola.... Oye —lo vio con repudio— ¿por qué tu? ¿Por qué no yo? ¡Es tan injusto! ¡Deberías saber cómo me siento! ¡Deberías quedarte aquí por siempre! —grito molesta y la muñeca se abalanzó nuevamente sobre Atsushi.
Él la esquivo e iniciaron con una persecución.
La única forma es abriendo esa puerta con la llave —pensó, la muñeca bloqueó su camino y el le lanzó unos regalos que estaban a su alcance.
Eso le dio tiempo en llegar a la puerta negra.
—¡Bien! —sacó la llave— ¡Gané!
—¡Chico, cuidado! —gritó el hombre de cabello azabache.
Atsushi volteó a su dirección, retornó con prisa su mirada y vio un leve destello que emitió la llave, ésta se expandió y consiguió herir su mejilla, provocando que Atsushi tirara la llave que cayó en los pies de Lucy.
—Ten cuidado —se agachó para recogerla—, la llave es muy importante.
—¡Pensé que ganaría si abría la puerta con la llave!
—Claro, si es que consigues abrirla.
—¿Ah?
—Pero ni siquiera yo se como utilizas na llave cómo está.
Nunca hubo manera de ganar —pensó Atsushi preocupado.
—El juego acaba de comenzar. Parece que ere un genio en este juego —él comenzó a esquivar los golpes de la muñeca—, me pregunto por cuanto tiempo soportara tu alma.
Una infinidad de brazos trató de capturarlo, consiguió esquivarlos pero no se percató del listón amarillo que se cruzaba en su camino, provocando que lastimara su cuello y cayera directo al suelo sobre unos regalos.
Elevó la mirada encontrándose a la muñeca —me atrapará. No tengo cómo remontar—, esta se abalanzó sobre él, Atsushi se agachó y se impuso con el piso para correr directo a la puerta blanca —¡Dazai-San y el resto son mi única esperanza!
—¿Abandonará a sus amigos? —preguntó la pelirroja impresionada.
¡En esta situación, Dazai-san podría ingeniar algo! Pero yo no —pensó Atsushi apuntó de tocar la manija de la puerta, pero fue jalado hacia atrás.
—No, muchacho —su mirada era gélida y sus sonrisa macabra—. El enemigo está allá —el albino cayó al suelo—. No te recomendaría escapar en esto. —el albino acarició su cuello y dirigió la mirada al hombre—. Bueno, verás, si es que confías en la palabra de un médico de tu vecindario. Si suponemos que ella dijo la verdad, olvidarás todo en cuando cruces la puerta. No recordarás ni los trucos del enemigo, ni a tus compañeros atrapados. Y ella continuará atacando. Te enseñaré algo muy útil.
—¿Ah?
—En la teoría de juegos, la estrategia óptima es lanzar una contraofensiva generalizada contra el enemigo que te atacó. Debes aplacarlo.
—Pero, ¿cómo?
—Los enemigos arrogantes que se creen invencibles son los más vulnerables. Y si escuche bien, ella dijo que los que están tras la puerta son quienes te rescataron una vez, ¿no?
Lo vio sorprendido —tiene razón— se quitó el listón amarillo de su cuello —, todos me salvaron.
—¿Dejaron de conversar? ¿Recuperaste la motivación?
—Ahora me toca a mi —dijo Atsushi decidido.
—Así es —le mostró el listón amarillo—. Esa es tu solución óptima.
—No será divertido de lo contrario. Pero.. ¡esto ya termino! —gritó la chica y del suelo salió la muñeca, provocando que Atsushi saltara.
Pero del techo salió otra marioneta.
—¡Otra!
—¡Claro! ¡Ustedes son dos!
Sin embargo la muñeca no lo capturó, Lucy, quería divertirse un poco más. Atsushi cayó al suelo, preparándose para otro ataque y poder ejecutar su plan.
—Así que tú eres la chica que se a portado mal —hablaron y consiguió detener la batalla.
Ambos jóvenes dirigieron su vista al origen de la voz encontrándose con un infante de cabello bicolor, quien tenía agarrado un muñeco. Por otra parte, el adulto de cabello azabache, quien se a limitado a ser espectador de todo, se molestó.
¿Un niño? ¿Por qué lo trajo aquí? ¡Es muy peligroso! —pensó Atsushi.
—¿Qué.. qué demonios? ¡¿Cómo entraste aquí?! —dijo Lucy, sorprendida. Este es el segundo que entra.
—Te lo pediré amablemente, suelta a todos, por favor —dijo Yumeno con algo de dificultad, le era raro actuar de esa forma con sus rivales—. Sabes, a mi también me gustan los muñecos,
—¡Te estoy preguntando algo! ¡Así que contesta!
—¿Por qué las niñas tienen que ser tan gritonas? —se quejó.
—De acuerdo, si no piensas decírmelo, entonces te quedarás conmigo también —señaló al pequeño—. Atrápalo, Anne.
—¡Cuidado! —gritó Atsushi al ver cómo iban a atacar al menor, trató de ir hacia él, pero otra muñeca de trapo le impidió seguir avanzando.
—Lamento decepcionarte, pero —esquivo el ataque de aquel ser de trapo y soltó a su muñeco, esté último se elevó por los cielos mientras soltaba un alarido y se destruyó la cabeza
— yo también soy experto en ese tipo de juegos —dijo con una sonrisa espeluznante.
—¿Qué... qué demonios? —tartamudeó la chica aún con el grito de aquel muñeco zumbando en sus oídos
—Es un placer conocer a tu muñeca Anne, haría lo mismo con el mío, pero no le e impuesto un nombre todavía —la muñeca trató de moverse, pero le era imposible, el menor se acercó 3 pasos hacia los mayores—. Tengo que admitir que esta es la primera vez en que entro de forma física a la mente de alguien, aunque me costo un poco, pero es obvio que mi poder es más fuerte que el tuyo —chasqueo sus dedos, el lugar fue tornándose tétrico asustando al albino y la chica—. Aún estás a tiempo de liberar a todos y quizás te deje ir sin que sufras psicológicamente.
—¿Quién carajo eres? —cuestionó la chica asustada.
—Soy el nuevo agente de la AAD y protegido de... —su sonrisa se expandió y tomó unos segundos para decir con orgullo— Konoe Midori.
—Ko..Ko..Ko... —ella palideció y fue retrocediendo mientras su cuerpo tembló.
Si lo que dice es verdad, quiere decir que ella fue la que ingresó a esos dos a mi zona y está jugando conmigo —pensó Lucy.
—Vaya, por lo visto Mido-chan se hizo famosa hasta en el extranjero —sintió como su habilidad especial se apoderó de toda la habitación—. ¡Ay no! Tu tiempo se a acabado. Bueno —un destello color azul con forma de la palma de una mano se presentó en el hombro de la chica—, eso significa que tendré que hacerlo por las malas. Inōryoku: Dogra Magra
Los ojos de Lucy se tornaron de un color carmín y poco a poco dejo fluir sangre que fue descendiendo por sus mejillas, asustando en el proceso tanto a la chica como el albino, con la diferencia que uno si podía ver lo que realmente sucedía y la otra experimentó como el albino se abalanzó contra ella para atacarla, mientras escuchaba como música de fondo risas burlonas, ella trataba de defenderse y "atacaba" al albino, cuando realmente se encontraba estática en su lugar. Un simple movimiento de su mano hizo que Lucy desapareciera las muñecas, seguido posicionará sus manos sobre su garganta y ejerciera presión, asfixiándose poco a poco.
—¡Basta! —gritó de forma inconsciente Atsushi.
—¿Mhp? —dirigió toda su atención hacia el albino— Descuida, solo es cuestión de unos segundos más para que seas libre.
—Yo.. yo también soy de la agencia, así que, te exijo que te detengas, si sigues así la vas a matar.
—¿Eres de la agencia? Que raro, Midori no ha mencionado nada de un chico albino.
—Oye, que no me escuchaste. Te dije que....
—Te escuche a la primera —se acercó a él—. No la matare, solo estoy esperando a que caiga desmayada por la falta de oxígeno.
—Pi..pie...piedad —dijo la chica con dificultad llamando la atención de ambos.
—¿Harás lo que te pido? —la chica se mantuvo callada, más soltó un quejido al ver la falta de oxígeno se hacía cada vez mayor— ¡Responde!
—¡Si! —gritó como pudo.
—De acuerdo —permito que ella bajara sus manos, sin quitar su habilidad por completo y ella dio unas grandes bocados de aire—. Te advierto que si intentas algo no dudaré en mandarte a romperte la cabeza contra la pared. Ahora si, libera a mis amigos, por favor —dijo sonriente.
El albino se acercó a ella mientras habló:
—No soy cómo crees. No soy fuerte ni popular. Toda mi vida ha sido una maldición. Por eso comprendo la envidia y odio que sientes por el resto. ¡Juro que no quiero que fracases en tu misión! —se detuvo frente a la chica y ella elevó su mirada viéndolo con sorpresa— ¡No quiero que pierdas tu hogar!
¿Por qué la gente tiene que decir su frase motivadora después o antes de enfrentarse a su enemigo? Eso es una gran pérdida de tiempo y saliva —pensó Yumeno, pero dejó que ellos siguieran con su drama.
—Deshaz tu poder y libéranos a todos o dejare que ese niño te mate —advirtió Atsushi y asusto a la chica.
—¿Perdón? Desde cuando tú eres mi padre para darme órdenes, rata albina de mierda —dijo Yumeno molesto y las venas de su frente se sobresaltaron, pero fue ignorado por ambos jóvenes.
—Sin que te dieras cuenta pudimos sacar a todas las personas que cautivaste con tu poder y nosotros podremos salir de aquí como si nada, no habría mayor problema en que te mataran —mintió.
—¿¡Qué?!
—Nuestro poderes no son herramientas prácticas. Lo sé mejor que nadie. ¿Piensas morir atrapada en está dimension?
—¡No! —se levantó de golpe— ¡No quiero morir! ¡Pero tampoco puedo fracasar en esta misión!
—Bien, suficiente drama —le ordenó a la chica llevar sus manos hacia su cuello y ejerció mayor fuerza—. Te dije que no me hicieras perder mi tiempo.
Antes que ella pudiera perder por completo el control de su cuerpo decidió desactivar su habilidad. Todas las personas en cautiverio en aquella habitación aparecieron en medio de la calle, ocasionando que dure dos autos se detuvieron a de golpe para no lastimarlos.
Yumeno liberó a la chica de su habilidad y sin perder el tiempo se dirigió hacia Kenji, quien sacudió su cabeza mientras se levantó.
Por otro lado, Atsushi se dedicó en ver a su alrededor hasta encontrarse con la chica de cabello rojizo de rodillas en el lado de la acera. Sin perder mucho el tiempo, el albino se levantó y dirigió hacia la chica.
—Oye... Si hay algo que pueda hacer... —se quedó callado al ver cómo ella comenzó a llorar.
Ella se limitó en levantarse y huir del lugar dejando al albino con cierto dolor y tristeza.
En ese momento, cerca de donde se encontraba Kenji junto a Yumeno aparecieron ciertas cabelleras albina y azabache dejándoles ver a varias personas desorientadas a mitad de la calle, no fue necesario preguntar, ya el escenario frente a ellos le decían todo lo que había ocurrido.
—Yumeno, Kenji —los mencionados dirigieron su mirada hacia enfrente encontrándose con dos pares de ojos, unos de color atardecer y los otros de color esmeraldas—. Los felicito, hicieron un buen trabajo en rescatar a las personas.
—Es hora de volver a la agencia, de seguro los nenitos están cansado. Descuida granjerito, te daré tu biberón para que puedas dormir bien.
—¡Oye! —se acercó al de cabello azabache— ¡¿Acaso quieres que te meta un golpe, creído de mierda?! —dijo Kenji, iniciando una discusión mientras comenzaron a caminar.
El menor tomó la mano de la albina, provocando que ambos se sonrieran.
—Sabes, pensé que esa chica de Guild me daría una buena batalla, pero fue todo lo contrario, era tan débil que me dio lastima y preferí solo utilizar el 3% de mi poder —comento Yumeno, para seguir hablándole de cómo fue su primera misión como agente.
Así que finalmente cumpliste... —vio cómo se alejaban los detectives, seguido camino directo al albino— y pensar que tenía una leve oportunidad para llevarme nuevamente a Yumeno —pensó.
Él salió de sus pensamientos al ver cierta chica rubia con un vestido rojo con blanco y sin perder más el tiempo corrió hacia ella mientras lloraba.
—¡Oh, Elise-chan! ¿Dónde te metiste? —sus gritos consiguieron llamar la atención de Atsushi— ¡Estaba tan preocupado! ¡Desapareciste de la nada!
—Supuse que te preocuparías si desaparecía de repente. Quiero a hacerte llorar.
—¡Eres cruel Elise-chan! Pero eres tan linda que te perdono.
Atsushi quito su atención de aquella escena al sentir cómo fue empujado levemente de su espalda y rodeado por unos brazos.
—¿Kyuoka? —se separaron— ¿Viniste a buscarme?
—Estaba preocupada.
Se agachó un poco y con sus ojos cerrados junto a una sonrisa dijo:
— Gracias.
—Es hora de que nos vayamos —dijeron, ambos jóvenes se dirigieron al origen de la voz, encontrándose con el de cabello azabache y la rubia.
—Les doy las gracias por su consejo. ¿Dijo que era médico?
—Ex-médico —corrigió—. Ahora custodio a un pequeño grupo de personas —Kyouka tomó cierta parte de la camisa de Atsushi—. Muchacho... por muy difícil que sea la guerra, siempre existe una solución lógica y óptima. Mantenlo presente en tiempos de confusión que te inciten a actuar con imprudencia.
—Claro —respondió con gratitud y una sonrisa sincera.
—Adiós —se despido el adulto con una leve sonrisa, mientras comenzó a caminar con la menor.
—Existe una manera, incluso en momentos difíciles... —él salió de sus pensamiento al sentir cómo la menor aumento la fuerza de su agarre, él la miro y ella cayó al suelo de rodillas—. Kyouka, ¿qué pasa? ¿Kyouka? Kyouka.
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—Me divertí mucho. Quisiera volver a mis años juventud y utilizar mi poder para arrasar con todos mis enemigos —dijo el hombre de cabello negros con bata.
—Ya estás muy viejo —dijo la menor de cabello rubio.
Ambos se encontraban caminando por un callejón oscuro.
—Que pesada. Yo también puedo... —se detuvo al ver un hombre muerto y descuartizado sobre un gran charco de sangre en el suelo.
Alrededor del cuerpo se encontraban un sin números de mafiosos, junto a las lagartijas negras y un ejecutivo de la Port Mafia. Todos ellos vieron con detenimiento al ex-médico. Chuuya se quitó su sombrero sin quitar sus facciones serias y a su vez, todos los mafiosos se arrodillaron frente al hombre, provocando que este último se riera y se acercó.
—¿Era un asesino de Guild? —preguntó, pasando sobre el cuerpo y llenándose sus zapatos de sangre.
—Si —confirmó Chuuya.
—La Agencia y Guild. Parece que se nos avecina una guerra muy desafiante —con una mano peino su cabello hacia atrás—. Necesitamos una solución óptima ya que nuestro plan de emergencia se fue a la mierda —todos los mafiosos tragaron saliva con pesadez—. Sea la Agencia o Guild... —una suave brisa se presentó, provocando que su bata se moviera en un suave vaivén— Cualquier oposición será aplacada y aniquilada.
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En el edificio de la Agencia Armada de Detectives se encontraban únicamente Kenji, Ranpo, Midori, Yumeno y las secretarias, mientras que el resto de detectives se encargaban de recolectar información acerca de Guild.
Los tres chicos se quedaron afuera tratando de convivir un poco, entretanto, la albina se dirigió a la oficina de Fukuzawa. Una vez adentro, pudo identificar el semblante serio del mayor, provocando que soltara un suspiro y cerró la puerta por su espalda.
—Viejo, le juro que yo no fui —comenzó a hablar sin rodeos y se acercó al mayor.
—Dai me contó todo lo que a sucedido y según comprendo Yumeno "escapó gracias a tu ayuda" —la analizó con detenimiento y prosiguió—. Te creo, te conozco lo suficiente para saber si me mientes o no. Ahora la incógnita aquí es, ¿quién fue quien le ayudó a escapar de la mafia?
—No tengo ni la menor idea —le dio leves caricias a su nuca para calmar el dolor sobre ella—. Nadie, a excepción de nosotros, a conseguido ingresar a la Port Mafia sin ser detectados. Sigo insistiendo que su sistema de seguridad es una completa basura, inclusive le ofreció al enano mejorar la seguridad, pero no quiso. Me desvíe mucho, bueno al grano. Su sistema de seguridad es una basura, pero no negaré que lo mejoraron un poco.
—Entonces es un plan de la Port Mafia.
—No, no es eso.
—¿Cómo estás tan segura?
—Si fuese sido algo planeado por la Mafia, Yumeno hubiera utilizado su poder contra alguno de nosotros. Cómo bien sabe el poder de Yumeno trata del control mental, este solo se puede activar si le hubiéramos ejercido algún daño físico dándole el acceso de controlar la mente de esa persona. Es demasiado sencillo identificar si él utilizo su poder contra alguien, lo principal es que el quien está bajo su control manifiesta una marca de una mano en alguna parte de su cuerpo, las cuales; son muy fáciles de localizar. Tengo Ranpo como Kenji tiene una leve idea de cómo usa su habilidad, si Yumeno usaba su poder ambos se vieran dado cuenta y...
—Acatando las órdenes que estipulamos. En tu caso sería activar el modo de encierro, seguido de asesinar a Yumeno cuando tuvieran la oportunidad —complemento Fukuzawa.
—Exacto. La razón del porqué consideró que no es un plan de la Mafia es por que no tenía cuchillas o armas punzo cortantes cuando nos encontramos. Si hubiera sido un plan de la mafia Yumeno tuvo que traerlo puesto si o si para aumentar las probabilidades que alguno de nosotros cayéramos en su habilidad.
—¿Y si el plan consiste en que él les brindará confianza para ustedes lo ingresarán a la agencia para luego utilizar su poder en las instalaciones? Tal y como está sucediendo ahora.
—No sucederá, conozco a Yumeno hasta cierto punto. Él nunca se quitaría esas cuchillas aunque Mori se lo solicitara, una vez sucedió y terminó abruptamente golpeado, casi lo mataban.
—¿Fue cuándo lo llevaste a la casa del doctor?
—No.. esa fue otra situación. En cierta parte agradezco haber aparecido después que lo torturaron, sino no estuviera existiendo la Port Mafia. Y antes que comience a preguntarme, Yumeno fue el quien me contó todo e inclusive me pregunto el porqué lo castigaban si el ya no quería autodañarse.
—Si es cierto lo que supones, no podemos permitir que la Mafia lo capture. Pero aún te falta una firma para tener todos los papeles de adopción en orden.
—Esperare a que esos peces gordos de la división me manden a llamar y amenazar a la única persona que me haga falta.
—Midori.
—Solo les dire que ya no brindaré mi servicio ante ellos si no me firman —aclaro.
—No es buena idea que lo hagas. Mejor dile al jefe de la división que te firme nuevamente.
—Para que luego deberle un favor, no gracias —realizó una mueca de disgusto—. Nunca pensé que diría esto, pero realmente me estoy agotando de todo esto —se rasco la nuca—. Quiero a todos los de la Agencia, son mi familia.... También considero a Yumeno de la misma forma... —suspiró— De verdad, estoy dando todo mi esfuerzo por mantenerlos protegidos a todos y aún así —el recuerdo de aquella pesadilla pasó por su mente—, siento que es en vano y solo estoy gastando mis energías... en cualquier momento los mataran a todos, provocando que el último hilo de cordura que tengo se vaya al demonio.
—¡Amenaza suelta! ¡Amenaza suelta! —un holograma apareció enfrente de ellos y poseía una fotografía junto a un breve informe apareció— Yumeno Kyusaku miembro de la Port Mafia a escapado de esta con el objetivo de matar a todas personas que se les cruce. Su habilidad especial es peligrosa así que tengan cuidado. Todos los agentes tiene la estricta orden de capturarlo.
—¿Permitiste una orden de captura? —interrogó Fukuzawa.
—No —su celular comenzó a sonar, provocando que contestara— Ka...
—¡Gracias al cielo que estás bien! Midori necesito que estes junto al presidente ya que ese niño va tras de ti y es muy peligroso.
—Lo se, vi la alerta que diste a Dai.
—No quise alarmar más a los chicos. Es por eso que no di mayor información.
—Necesito que des de baja esa orden.
—¿¡Perdón?!
—Ya oíste. Yumeno está aquí en la Agencia y no quiero que....
Un fuerte estruendo se escuchó junto a un fuerte grito provocando preocupación de ambos albinos. Sin pensarlo salieron de la oficina directo a la sala central encontrándose con todos los agentes partidos en dos grupos.
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Minutos antes del insistente, por parte de los otros dos detectives que acompañaban al menor, los tres se encontraban comiendo dulces -proporcionados del escondite que tenía la albina- y los dos adultos trataron de conseguir la confianza del menor mientras su amiga terminaban de hablar con el presidente.
Poco a poco el resto de los detectives fueron ingresando a dicha oficina y se sorprendieron un poco al ver a Kenji y Ranpo siéndosela acompañados por un niño, todos ellos decidieron hacer caso omiso y seguir con sus asuntos, excepto cierto chico albino. Atsushi se encontraba sumamente nervioso por la presencia del menor, quería advertirles a sus superiores acerca de la monstruosa habilidad del menor, pero tenía dar un paso en falso y que el niño terminara controlando a todos.
Reunió todas las fuerzas que aún le quedan daban para salir de la oficina, una vez cumplió su propósito permitió que su cuerpo transmitiera todo el miedo que poseía.
¿Qué hago? ¿Qué hago? Casi todos están ahí... ¡Ya se! Dazai-sama, él aun no a llegado, puedo advertirle —pensó Atsushi.
—Oe, Atsushi-kun —saludó el hombre de vendaje, provocando que el menor se sobresaltara—. ¿Mmm? ¿Qué sucede? Pareciera que viste a un fantasma o algo así.
—Dazai-sama, me alegra bastante que esté aquí. Los demás, ellos están en peligro, no sabía que hacer, pensé que esta era la mejor opción, pero....
—Wou, alto ahí —le interrumpió al ver que hablaba cosas sin sentido—. Primero trata de calmarte —posicionó sus manos sobre los hombros del chico— que en ese estado no entiendo ni un carajo de lo que dices.
—Es que... en la agencia hay un niño.
—Oh, es un poco extraño encontrar a un niño en la oficina, pero aún sigue siendo hasta cierto punto normal.
—Usted no lo comprende.
—Si no me dices bien las cosas nunca te entenderé.
—Lo que sucede es que ese niño tiene una habilidad especial demasiado espeluznante y todos los de la agencia corren peligro.
—De seguro estás exagerando.
—No lo creo, su poder trataba algo relacionado con la mente.
—¿Con la mente? —las facciones de su rostros se volvieron serias mientras que pensó: no, no puede ser él, antes de irme de la mafia lo deje encerrado— ¿Cómo es el niño?
—Su cabello es bicolor, negro y blanco. Sus ojos son oscuros a su alrededor y en el centro son amarillentos, pero a lo lejos pareciera como si se hiciera alguna forma de estrella o quizás una luna.
—¿Uso su habilidad sobre ti? —preguntó, entretanto, examinó de forma detenida al albino en búsqueda de alguna marca que le haya causado Q.
—No. La uso cuando un miembro de Guild me capturó junto a Tanizaki, estuvimos combatiendo contra ella hasta apareció Kenji-san para ayudarnos, pero termino siendo capturado junto a Tanizaki en una habitación. Pensé que había perdido esa batalla, pero de la nada salió ese niño y derrotó a la chica de Guild como si nada. No, no comprendo muy bien su poder... la habitación se volvió tétrica y ese maldito muñeco soltaba risas macabras que...
—Dime, ¿ese muñeco rompió su cabeza? —el albino asintió— ¿Viste que recuperó el muñeco intacto?
—No —el mayor se tensó—. ¿Eso es malo?
—¿Quiénes están adentro?
—Solo faltamos nosotros dos, de ahí todos están presentes.
—Tks, mierda —sacó su celular de la gabardina, marco al número y posicionó el celular contra su oreja, espero unos segundos hasta que su llamada fue tomada—. Lamento molestarlo, pero hay un gran problema y necesito de su ayuda.
—Te juro que si descompusiste mi IA voy a...
—No es eso. Justo ahora hay un niño perteneciente a la Port Mafia adentro de la oficina, su nombre es Yumeno Kyusaku, va tras Midori para asesinarla y puede controlar la mente de las personas consiguiendo que se maten entre sí.
—Puedo verlo —mencionaron al otro lado de la línea, visualizando por las cámaras de seguridad de la agencia—... no parece ser una amenaza.
—Utiliza su apariencia y edad a su favor, él tiene una personalidad retorcida, llegando a no discernir en muchas ocasiones si alguien es aliado o rival. Mata a gente por satisfacción y puedo asegurarte que esto es causado por su bipolaridad, ese fue uno de los motivos por lo que lo encerré cuando aún estaba la Port Mafia. Katai-sama, por favor, necesito que alerte a todos los detectives de la agencia antes que ese niño se descontrole, active su poder y haga que mis compañeros se maten entre sí.
Eso fue suficiente para convencer al mayor, comenzó a teclear la información que Dazai le había contado y hacer que Dai enviase la alerta a cada uno de sus agentes.
—Trataré de contactarme con Midori, tú hazte cargo del resto —dijo antes de finalizar la llamada.
En cuestión de segundos la voz de Dai se presentó.
—¡Amenaza suelta! ¡Amenaza suelta! Yumeno Kyusaku miembro de la Port Mafia a escapado de esta con el objetivo de matar a todas personas que se les cruce. Su habilidad especial es peligrosa así que tengan cuidado. Todos los agentes tiene la estricta orden de capturarlo.
—Prepárate Atsushi, hay que evitar que nuestros compañeros se maten entre sí
—¡Si!
En cuanto adentro de la oficina, una vez fue emitida la advertencia por parte de Dai provocó que un silencio reinara el entorno que fue interrumpido por un fuerte estruendo, Yosano fue la primera en reaccionar y la que brindó un fuerte puñetazo directo al chico de cabello bicolor. Lo único que consiguió fue destruir la silla donde se encontraba sentado Yumeno, el cual; se encontraba ileso ya que Kenji consiguió reaccionar y lo quitó a tiempo.
—¡¿Qué demonios están haciendo?! —preguntó Tanizaki sorprendido al ver cómo Kenji y Ranpo se posicionaron frente al menor.
—De seguro ese niño ya los está controlando —escribió de forma rápida en su cuaderno y apareció un taser—. Si es que aún siguen ahí o me escuchan, más les vale no interferir y mucho menos hacer una idiotez.
—Hay una equivocación. Yuyu-kun no es malo.
—El granjerito tiene un poco de razón, hay una explicación para todo esto.
—Escucharon la advertencia, así que entreguemos al mocoso.
—Si lo quieren, tendrán que vencernos —dijo Kenji colocándose en posición de ataque y Ranpo imitó su acción.
—Bueno —se levantó—, nos tocará pelear contra estos tontos —dijo Yosano, mientras con ayuda de sus manos consiguió tronarse los dedos de la mano.
Tanizaki, Kunikida y Yosano también se colocaron en posición de ataque. Ambos equipos estaban esperando a que el contrario hiciera su primer movimiento, el cual; nunca llegó ya que cierta albina con ojos como el atardecer se interpuso en medio de ambos.
—Nadie peleará con nadie —ninguno de los agentes se percató de cómo abrieron la puerta principal de la agencia—. Hay una explicación a todo esto, pero lo importante que deben saber es que nadie está controlado por la habilidad de Yumeno.
—¿Cómo sabes? ¿Cómo puedes estar tan segura? —cuestionó Yosano
—Ella tiene razón. Pueda que Dai sea un simple AI y tenga muy pequeños márgenes de errores, pero todas aquellas advertencias que nos da es porque Katai es quien lo escribe y él nunca se equivoca al mandarnos información —aporto Kunikida.
—Hubo una equivocación.
—No, no lo hubo —todos las miradas se dirigieron hacia la entrada de la agencia dejándoles ver a Dazai -quién había hablado- acompañado de Atsushi—. Llame a Katai para que mandara ese aviso. Él es un niño sumamente peligroso, es mejor asesinarlo de una vez.
La discusión inició a acalorarse poniendo nerviosa a Midori y pedía que Fukuzawa se apurara en intervenir. Ella no temía que la lastimaran o que los llegase a lastimar, temía que la llegada de Yumeno consiguiera partir en dos a la agencia, justo lo que estaba sucediendo ahora.
—Aléjate.
—¿Qué has dicho? —cuestionó Dazai y vio directamente al chico de cabello negro y blanco
—No te quiero cerca de mi mamá —todos lo miraron atónitos por la ultima palabra, mientras tanto el pequeño miro con odio al de cabello marrón—. Ella es mía, no tuya, ¿entiendes? Muchos desgraciados ya la lastimaron y no pude hacer nada en su momento... pero... ahora que estoy a su lado no me quedare viendo que ella vuelva a sufrir por un hijo de puta. Así que aléjate o te alejo.
—Vaya forma de suplicarme para que te arranque el corazón —respondió Dazai con una sonrisa macabra.
—Ya se le safo el único tornillo que tenía bien a Dazai.
—Amenazar a un niño, pero que bajo haz caído Dazai, ¿podrías dejar de ponerte en ridículo? —cuestionó Ranpo.
—Después pueden pelear todo lo que quieran, pero primero deshagámonos de ese mocoso.
—Tendrás que pasar sobre mi Kunikida.
—Ya basta —dijo Midori.
—Cállate, Kenji. ¿Qué no ves que están alargando y complicando más la situación? ¡Justo ahora podría ir a comprar al centro comercial si no fuera por ustedes!
—Kenji-san, Ranpo-san. Por favor no prolonguen más esto, solo le daremos el niño a la policía y ellos se encargarán de él.
—Olvídenlo, nadie tocará a este mocoso a menos que Midori nos diga. Además, ¡¿por qué putas le hacen caso a este bastardo malparido?! ¡Ya les lavó el cerebro o que demonios!
—Basta, les explicaré todo —dijo, tratando de separarlos.
—Ranpo tiene razón. Todos aquí sabemos en que si le entregamos a Yuyu-kun a la policía lo mandarán a un orfanato y en el peor de los casos dárselo a la división sobre natural para ser ejecutado.
—Eso es lo que tuve que hacer desde un principio. Ese niño está trastornado de la cabeza y solo piensa en matar a las personas ya sean inocentes o culpables. Si no quieren dárselo a nadie más entonces dénmelo ami, yo me encargaré de arrancarle el maldito corazón.
—Haz eso y te rompo en mil pedazos Dazai.
Todos los agentes la ignoraron por completo, provocando que las venas de su frente se remarcaran.
—¡Cierren todos la puta boca! —su grito consiguió detener las acciones del resto de los agentes— ¿Cuántos años tienen? ¡¿Cinco?! —todos ellos se cohibieron— ¡Se me separan! ¡Ahorita!
Ellos se separaron sin apartar su vista de la chica, definitivamente, verla a ella enojada y gritarles es señal de peligro, así que, era mejor obedecerle que soportar aquella tormenta iracunda caer sobre ellos.
—Antes que alguno de ustedes vuelva a decir alguna idiotez e iniciar nuevamente la discusión escuchen la explicación. Yumeno si perteneció a la Port Mafia, por ende, tiene cierta inestabilidad emocional y vino hacia nosotros para encontrar un lugar seguro. Es cierto, tiene una habilidad que le permite controlar la mente de las personas, pero para activarla necesita ciertas condiciones, por ejemplo; que alguno de ustedes le inflijan un daño físico y cómo pueden ver —tomó con suavidad ambos brazos del menor, arremangando el suéter dejando expuestos sus brazos llenos de cortaduras y sin las navajas— esta es una prueba de su habilidad, anteriormente tenía objetos punzo cortantes, pero ahora ya no las tiene. Así que no les puede hacer nada, a menos que ustedes vengan y lo lastimen —explicó, soltando con delicadeza los brazos del menor—. Lamento exponerte así, pero ¡estos idiotas no comprende!
—Descuida Midori, comprendo que ellos desconfíe de mi, después de todo soy un ex-mafioso.
—Ese niño está mal de la cabeza —dijo Kyouka—. Lo conozco, según los reportes de la mafia es un verdadero demonio.
—Él es mi hijo adoptivo, por ende es mi protegido —la vio con detenimiento y no le agrado para nada—. Tú eres una simple mafiosa que esta en territorio enemigo. ¿Si sabes que puedo mandarte a la cárcel justo ahora?
—Mi..Midori-San....
—Olvídalo, Sushi —señaló a la menor—. Esta niña solo nos ocasionará problemas, los cuales; no pienso hacerme cargo.
—No se preocupe por eso, yo lo haré. Me encargaré de ella.
—¿Y qué pasará si ella lo arruina? —vio la confusión del menor— ¿Qué pasará si se mete en problemas, cómo asesinar a alguien ya sea inocente o no? ¿Sabes que si algo de eso sucede provocará que su caso empeore más de lo que ya está? Piensa bien Atsushi, no solo a corto plazo, sino también a largo plazo. La división sobrenatural tiene ojos por todas partes, ellos saben cada maldito movimiento que hacemos —se acercó al menor—. Si ellos se enteran que está niñata fue una mafiosa activa y está bajo nuestra protección se armará un escándalo entre la Agencia y división. Eso si nos perjudicaría a todos.
—Estoy seguro que Kyouka-chan se comportara.
—¿Y si no? ¿Qué harás? Esto quiere decir que darás la puta cara ante la asamblea de la división para explicarles el motivo que una mafiosa está entre nosotros y que le hayas permitido hacer esa acción que está mal vista para ellos. Por supuesto, no se te olvide que ellos también quieren tu cabeza colgada en su maldito estante de colección.
—Me haré responsable.
—Lo único que ocasionaras es que los asesinen a ambos, uno por ser catalogado amenaza y la otra por ser un cómplice tuyo.
—Aceptaré la consecuencia... pero Kyouka no tiene nada que ver conmigo, sería injustos que la inculparan por ser com
—¡Ya lo sé, Atsushi! ¡No me trates como si fuera estúpida! Pero así es la vida, así es el mundo y aún más para nosotros que tenemos poderes —tomó aire de forma profunda tratando de calmarse. Ya estaba harta de la situación y decidió decir hasta cierto punto la verdad—. A ver, dime, ¿crees que siendo un protegido de la agencia serás invicto de todas las leyes?
—¿No es así? —cuestionó confundido.
—Dazai, ¡¿qué mierdas?! Se supone que tú al ser su superior le debías aclarar acerca de su situación tanto con la policía como la división sobrenatural.
—Lo lamentó, se me olvidó y pensé que tú ibas a recordárselo.
—Dios dame paciencia, por que si no me las das te juro que mato a todos estos hijos de puta —dijo Midori al borde de un colapso de ansiedad, mientras se restregó el rostro con ambas manos tratando de bajar el enojo que iba aumentando.
—Midori...
—Kunikida —le interrumpió— te juro por todos los dioses o lo que carajos este arriba vigilándonos, si es que hay, que te meteré un maldito palo en el culo si me dices esas estupideces de inhala y exhala o respira y trata de calmarte, por que sabes muy bien que esas mierdas no me sirven —se dio media vuelta en dirección a Atsushi, se arregló un poco el cabello y le dedicó una sonrisa demasiado falsa con el propósito de tranquilizar el ambiente— A ver mi niño. Ser un protegido en la Agencia tiene sus ventajas, como por ejemplo: tener cierto grado de autoridad sobre la policía y civiles, y si alguno de ellos te tratasen de lastimar serían llevados automáticamente a la cárcel. Sin embargo, ser protegido de la agencia es un arma de doble filo, si cometes un mísero error y la división sobrenatural se entera puede sancionarte e inclusive darnos la orden, a nosotros que somos tus compañeros, a matarte.
—Midori —le regañó Fukuzawa al percatarse que el albino menor era igual que una hoja de papel.
—Es por eso que hay un representante por parte de la agencia, es el responsable ante los ojos de la división de defender a todos los miembros de la agencia y también vela por nuestra seguridad. Ahora que ya sabes todo esto, dime, ¿quién crees que es el representante tanto de ti como el de los demás?
—Da..dazai-sama.
—Te equivocas —se cruzó de brazos—. Dazai tiene su historial manchado y las personas que tienen el historial manchado nos pueden representar, no es porque no sean capaces de poder defendernos, sino hay una maldita regla que ellos colocaron y le exige a la agencia que el quien defenderá a todos los agentes debe ser alguien que tenga su historial limpio. Por ende, Dazai, Yosano, Kunikida y Kenji tiene prohibido de ser nuestros representantes.
—Entonces... ¿Ranpo-sama es quien nos defiende?
—Lo intente, más me negaron por ser "inmaduro" y lo colocaron de forma permanente. Después de esos los desgraciados arreglaron una nueva regla y es que nuestro intermediario debe tener como mínimo 6 años trabajando en la Agencia y no puede ser el presidente —agregó Ranpo.
—Eso significa que...
—Soy la responsable de todos ustedes —complemento la albina—. Te lo plantearé de forma sencilla, si aceptamos a Kuyuto o cómo diablos se llame, y ella comete un miserable error no te inculparán a ti, sino a mi, provocando que me sancionen y en el peor de los casos manden una orden de captura o que los obliguen a matarme.
—Eso es...
—¿Excesivo? Por supuesto, pero no puedo culparlos... no después de haberles demostrado la verdadera hija de puta que puedo llegar a ser. Créeme, a mi no me importa recibir amenazas o sanciones por parte de la división mientras que a ninguno de ustedes me los toquen. Tampoco me da miedo volverme a enfrentarme a ese grupo de imbeciles si se les ocurre meterse con alguno de ustedes.
—Si a usted no le molesta enfrentarse a la división, entonces no veo problema en que Kyouka se quede con nosotros.
Ella estaba a nada de mandar todo al demonio, tomar a esa mafiosa y dejarla ella misma a la estación de policía, pero se contuvo lo más que pudo.
—Quiero llevar la fiesta en paz, Atsushi. Estar contra la división sin un buen argumento es una pérdida de tiempo y saliva. Además, ella no me interesa en lo más mínimo, no le veo futuro alguno.
—Contrólate, recuerda que hay dos niños presentes —sentenció Fukuzawa.
¡Lo lamento! Discúlpeme porque no puedo contenerme al 100%, pero estoy llegando a mi límite. En vez de regañarme debería darme un maldito premio, viejo de... —detuvo sus pensamientos y continuó hablando
—Si por mi fuera ya los hubiera matado a esos peces gordos desde hace mucho —decidió acabar su discurso para no meterme en problemas con Fukuzawa
—¿Y por qué no lo hace? —preguntó la chica.
—Por él —señaló al mayor de todos de la agencia—. Fukuzawa es la única persona a quien obedezco sin importar que esté de acuerdo o no con las desiciones. Claro ejemplo; no matar a nadie de la división sobrenatural.
—Presidente, podría....
—Olvídalo. Ella dijo que no, y no es no.
—No lo comprendo. Usted es el quien lidera y toma las desiciones de la Agencia, ¿por qué es tan importante la opinión de ella? Solo es una simple prostituta, quien se cree la gran mierda, tarde o temprano lo traicionara. Se aclama por ser una persona justa que salva a las personas, pero ni siquiera se digno a mover un mísero dedo al ver la situación en la que estábamos con Atsushi. Fueron el resto de los de la agencia a rescatarnos mientras que ella jugaba a la fiesta de té.
—Ky..Kyouka será mejor que te detengas —dijo el albino sumamente nervioso.
—Solo digo la verdad. Ella es una simple perra que quiere controlarlos a todos, mandarlos como si fuese su dueña y los trata como si fueran sus perros —se rio—. Por favor, Atsushi, en verdad crees esa farsa de "enfrentarse contra la división" solamente por ustedes.
Un silencio abrumador invadió la sala y cada persona poseía diferentes emociones. Atsushi se encontraba realmente asustado y nervioso por la reacción que iba a tomar la albina. Yosano, Dazai y Tanizaki se encontraban molestos por todo lo que tuvieron que escuchar y conteniéndose las ganas por no abrir su boca. Kenji, Ranpo y Kunikida se encontraron pensativos para escoger la mejor forma de matar a la niña frente a ellos de la peor manera posible y esconder su cuerpo.
El sonido de un bostezó de aburrimiento hizo reaccionar a los agentes dirigiendo su mirada hacia Midori, quien no apartó en ningún momento su mirada de Kyouka. Sus pupilas se asemejaban a un gato cuando estaba al pendiente del asecho dejándole ver ese color atardecer gélido, a su vez, fue acercándose a la menor creando así un silencio todavía más incómodo, provocando que la menor se sintiera intimidada y con nerviosismo que poco a poco fueron saliendo a flote.
— Ne~ ya terminaste —se detuvo a dos pasos de distancia—. Soy consciente que mi forma de ser no es del todo grata para la mayoría de personas. Pero también soy consciente de que me importa una mierda —la menor dio dos pasos hacia atrás, provocando satisfacción en la albina—. ¿Qué sucede? Hace un momento te sobraba la lengua para hablar de mi... —el entorno adquirió un ambiente frío, pero se volvió completamente tétrico a causa de la sonrisa de Midori que espantó a todos los presentes— pero te faltan ovarios para enfrentarme y ser una verdadera hija de perra como yo. —la menor inició a temblar al ver cómo ella se fue acercando de nuevo hacia su persona y que los pocos comentarios que había escuchado de la albina eran ciertos, sin poder evitarlo se orinó sobre su ropa—. ¿No lo sabias, verdad? —se rio al ve como la yukata de la joven tenía una mancha en la zona de su entrepierna— Lárgate de aquí antes que de mi primer movimiento —se alejó—, por que una vez que lo haga no tendré piedad de ti y te asesinare.
—Va..vaya ca..caíste m..muy bajo al enfrentarte con..conmigo —dijo tartamudeando y nerviosa.
Esta idiota realmente quiere que la asesine —pensó la albina, mientras le dio la orden a Dai de llamar al centro policial.
Por otro lado, Fukuzawa se posicionó en medio de ambas chicas para evitar que esa pelea verbal llegara a un asesinato.
—Ya basta. No tientes más de la suerte que tienes que se te acabará —advirtió el presidente de la agencia—. Escucha, la forma en que se manejar la Agencia es muy distinta a la de la Port Mafia. Respecto a lo que dijiste sobre Mi...
—E..es ci..ci..cierto... cr..creo
—Eres una niña que no sabe nada acerca de esta rata albina.
—¡Es el menos indicando para decirme así! —dijo molesta la chica y pensó: ¡odio que me digan rata! ¡No soy una puta rata de mierda!
—Quizás hayas escuchado muy pocos comentarios acerca de ella, pero lo que te puedo asegurar es que ella es de las mujeres más poderosas tanto en fuerza e inteligencia y en todos los ámbitos que conozcas. No por nada la mayoría de personas tiemblan ante su presencia, a pesar que la mayoría de veces actúa como una mocosa malcriada.
—Ya decídase, viejo. Me va a echar hate o apoyar, que las dos cosas no se puede hacer.
—Midori, cállate quieres —le dedico una mirada de advertencia y ella desvió su vista—. Déjame hacer mi sermón en santa paz.
—Tks, como sea. Termine y sáquela de una vez antes que queme viva a la mocosa.
—Sin lugar a dudas Midori es un caso especial, se que probablemente no le interese que la estes criticando, pero a mi si y no permitiré que digas cualquier mierda sobre ella. Así que, te vas ubicando en donde demonios estás o lo haré yo, y créeme que no te va a gustar.
—¿Dijo mierda? —preguntó la albina sorprendida.
—¿De todo lo que hable solo te importo esa palabra?
—¡Estoy tan orgullosa de usted viejo! —le dio un fuerte golpe en la espalda— ¡Finalmente dijo su primera mala palabra! ¡Mierda! ¡Porque no lo grabe!
—¡Midori! —regaño Fukuzawa.
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| Narras tu |
Tres horas, ese fue el tiempo exacto para lograr relajarme —y evitar que matase a esa mocosa— y volver a mi estado de animo normal. Durante ese tiempo Yumeno a estado con Fukuzawa, quien lo entrevisto, explicó y mostró todo acerca de la nueva vida que va a tener. Supongo, que también fueron a ver una escuela, el cual; fuera grata para Yumeno.
El viejo sería un buen abuelo. Me gusta bastante que quiera ayudarme en ese ámbito con Yumeno, así me da tiempo para poder hacer misiones, inclusive estoy 100% segura que quiere establecer una relación de abuelo-nieto. De solo pensarlo me emociona.
Por otro lado, con Kyouka. Le solicite al mayor Minoura que se llevará a Kyouka a la estación de policía y le enseñase todo lo que le hacen a los criminales. Me dolió un poco ver a Atsushi tratar de evitar que se la llevaran y que todos sus esfuerzos fueran en vano, estaba a nada depedirle a Minoura que no se llevaran a la niña, pero debía mantener mi decisión en alto o sino ninguno de los dos aprenderían la lección, uno por decir esas idioteces de mi y el otro por querer hacer lo que se le diera la santa gana.
¿Será que me excedí al llamar a Minoura para enseñarle una lección a esa idiota ex-mafiosa? Nah, se lo merece por decir esas idioteces, es más, debería de agradecer que llame a Minoura y no directamente al líder de la división sobrenatural. Si que me he vuelto bastante débil en este ámbito, pero no niego, todo es culpa del viejo por convertir corazón de roca a un corazón de pollo.... Creo que así se decía el dicho... bueno sabrá Dios que pendejada dije.
Me encontraba sobre el asiento frente a mi escritorio, sumergida en mis pensamientos esperando que dicho chico albino se dignara en hacerme frente, pero en lugar de eso conseguí ser rodeada por el resto de detectives, quienes seguían dudando si era buena idea acercarse o no.
—Ya estoy mejor. Y no, Kunikida, ya no tengo mis ideas de incendiar lo primero que se me cruce por el camino —aclaré antes que el rubio hablara.
—¿Estas segura que se te quitaron las ganas de matar a alguien?
—Que si. Aunque les aconsejaría que ya no menciones eso porque pueda que me vuelva a enojar.
El silencio se apoderó del entorno, pude ver cómo quería preguntarme varias cosas gracias a sus miradas, pero ninguno se dignó. Hasta que rompieron el silencio.
—La hiciste orinarse encima —dijo Dazai.
Y lo primero que dije, ¿acaso son sordos o lo hacen por joder?
—Lo se.
—Le dejaste un trauma —dijo Yosano.
—Igual no estaba tan bien de la cabeza.
—La ibas a quemar viva —regaño Kunikida.
—Ella se lo busco, todo por no cerrar su hocico.
—Me dejaste un trauma a mi.
—No eres paralítico Tanizaki, bien podías retirarte de la habitación cuando quisieras.
—Solo un imbécil que busca su muerte se movería o te contradice en esos momentos. Nosotros estamos locos, pero no hasta ese grado —aporto Ranpo.
—Me da un poco de lastima Atsushi, pero debe comprender que no siempre tienes lo que quieres —dijo Kenji.
—Lo más probable es que Atsushi te vaya a rogar porque cambies tu opinión —dijo Dazai.
—Seguro, pero mi respuesta seguirá siendo la misma. —me quede pensando unos segundos y añadí—: De una vez les advierto trío de imbéciles —señale a ambos rubios y al azabache—, si vuelve a repetirse la misma cagada como lo qué sucedió con Yosano les juro que les cortare los huevos.
Los tres desviaron sus miradas en diferentes direcciones haciéndose los locos.
—¿Les quedó claro?
—Si Midori —respondieron los 3.
No pude soportar mas aquella intensa mirada que estaba sobre mi cuerpo desde el inicio de la conversación, realmente esperé demasiado tiempo suponiendo que él saldría por su cuenta, pero al ver que no decidí hablar.
—Si me das un buen motivo que beneficie a amabas partes para que ella pertenezca a la agencia me lo pensaré —suspire—. Sal de ahí y hablemos las cosas de frente.
—¿Eh? —pronunciaron confundidos.
—No me hagas volverlo a decir, Atsushi.
Él se tomó su tiempo en salir de su escondite -el cual era detrás de la pared- y con algo de dificultad elevó su mirada hasta hallar mis ojos.
—¿Cómo... cómo sabía que...
—Tienes una habilidad poderosa, pero aún sigues siendo un novato para la mayoría de cosas, una de ellas es esconderte bien —le mire fijamente—. No pienso sacrificar los más valioso que tengo y tu querida "amiga" no ayudo en mucho para cambiar mi opinión al comenzar a decir barbaridades hacia mi persona.
—Midori-San... ella no tiene a nadie que la guíe y sostenga en el buen camino.
—Mira a tu alrededor, Atsushi. Cada uno de los que están presentes no tuvieron un pasado agradable, pasaron por cosas similares a las que sufrió Kyoka e inclusive me atreví a decir que pudieron sufrir más que ella. Lo que te puedo asegurar es que todos, incluyéndome, hemos tocado fondo... ya no querer saber nada de la vida, escuchando todas aquellas voces que nos recalcan lo inútiles que somos y otras veces diciendo.... —agite mi cabeza al darme cuenta que iba hacer una idiotez— las mismas palabras que nos dijo alguna vez aquella personas que fueron importantes para nosotros. Ese momento en que quieres estar solo, desaparecer por completo de la faz de la tierra con diversos pensamiento como: ¿cómo es posible que todo se fue al demonio, si hace unos segundos atrás las cosas estaban bien? ¿Qué pasaría si desapareciera, acaso alguien me extrañaría? ¿Realmente vale la pena seguir viviendo? ¿Por qué me toco a mi vivir todo esto? ¿Por cuánto tiempo debo sufrir este infierno? ¿Por qué demonios la gente no me ayuda? ¿Acaso no es obvio que estoy pidiendo a gritos para tan siquiera me escuchen y pueda desahogarme para no sentirme solo? Entre otras más preguntas....
Sin poder evadirlo, mi subconsciente comenzó a revivir esos lapsos horrendos de mi infancia los cuales prefería olvidar.
—Y por si fuera poco.... De repente la vida te empieza a dar putazo, tras putazo, tras putazo, tras putazo tras putazo, tras putazo y cuando sientes que ya te vas a levantar —solté una débil risa apagada—, llega a otro putazo que consigue tirar todo ese esfuerzo que tuviste que hacer para poder salir de esa oscuridad que te carcome vivo y se encarga de extinguir tus ganas de vivir... ¿Cómo demonios voy a salir de esto? ¿Cómo lo haré están ya cansada de intentarlo sola?
—Midori-San.. acaso usted..
—Cuando ya estás a punto de darte por vencido de una vez por todas y dejar que aquella oscuridad te consuma —el recuerdo fugaz de cómo conocí al viejo junto a nuestra primera misión que fue en el teatro paso por mi mente—. De la nada puedas ver un diminuto rayo de luz, aquel que tanto anhelabas ver desde que comenzó tu infierno. Finalmente ver cómo te extienden una mano para ayudarte a salir de esa oscuridad... dándote otra oportunidad de vivir fuera de ese infierno...
Flashback
—Entiendo lo que dices, per....—le fruncí el ceño a Fukuzawa mientras permanecía sentada—. Pero, entonces dime. ¿Qué soy yo? Padezco de tantas personalidades y trastornos psicológicos que... ya no se quien o que soy en realidad... Hazme entender el por qué estoy aquí, el por qué soy asi. Si puedes hacer eso, entonces te creeré.
Un silencio abrumador se generó en el ambiente, visualice las facciones de seriedad sobre el rostro de Fukuzawa. Lo sabía, sabía perfectamente que esas "simples" preguntas que siempre me hacía en mis momentos de reflexión lo dejaría en jaque mate. Sin poder evitarlo solté una risa de amargura y cuestioné.
—¿Serias capaz de soportar a una persona, la cual; no está consciente la mayoría de tiempo, es capaz de asesinarlo en uno de sus lapsos de locura y luego no recuerde nada de lo que sucedió? —agache mi cabeza— Pero que estúpida pregunta la que hice. Es lógico que no va a soportar, únicamente esta jodiéndome. Darle esperanzas a una niña enferma de la cabeza para luego dejarla sola en la cruel realidad no es muy bueno que digamos. Ya no me de más esperanzas viejo.... No quiero sufrir más... solo quiero acabar con todo de una vez por todas.
—Lo último que busco es destruirte más de lo que ya estás. De verdad quiero ayudarte, no darte falsas esperanzas. Midori, —sentí su mano debajo de mi mentón y con suavidad lo elevo— aún eres una niña y tienes una larga vida por vivir, sin embargo, te a tocado con malas personas que te corrompieron en tan poco tiempo a tal grado de sufrir ese trastorno... —suspiro— Dime, ¿cómo puedo ayudarte realmente? ¿Me dejas aprender a comprenderte?
Fin del flashback
—una calidez se instaló sobre mi pecho y una diminuta sonrisa apareció en mis labios, pero rápidamente la quite— definitivamente es una de las mejores sensaciones que puedes tener. Cada uno se las ingenió para sobrevivir en este mundo de porquería, algunos tuvieron ayuda y otros no. Se que probablemente pienses que soy una desalmada al decirle todo aquello a la mafiosa y lanzarla nuevamente a aquella oscuridad, pero no pienso sacrificar algo valioso por una niña.
—Discúlpeme por ser ignorante, pero no te comprendo. ¿A qué te refieres en sacrificar algo valioso? ¿Te refieres a tu vida?
—No, mi vida no es importante —eleve la mirada hacia el gran ventanal frente a mi—. Simplemente no hay muchos asientos disponibles en mi corazón y no quiero sufrir por alguien que no tiene un sitio allí. ¿Te parezco fría? —cuestione, retornando mi vista hacia Atsushi y le dedique una leve sonrisa— Aunque también hay descarados como Yosano que se instalan con su propio asiento.
Antes que alguno de mis amigos pudieran decir algo, una pantalla de televisión salió de la nada colocándose enfrente mío y asustando a todos.
—¡Maldita sea, Katai! Le dije que no colocara ese nuevo sistema.
—Lamento mucho la interrupción agentes, pero tengo una información para la detective Konoe.
—¿Y ahora qué, Dai?
—El jefe de la división sobrenatural solicita su presencia en este momento. Le aconsejaría no dejarlo esperar ya que se escuchaba bastante molesto.
—¿Qué idiotez hiciste ahora? —cuestión rápido Kunikida y pude notar preocupación camuflada entre sus palabras.
—¿Yo? Pero si soy un pan de Dios. De seguro me llamaron porque no pueden seguir viviendo sin mi presencia.
—Y yo soy el rey de Roma —rodó sus ojos—. Iré contigo.
—Nah. No tengo ganas de soportarte ahora —me levante de mi asiento—. Por favor no hagan una idiotez sin mi —dije con una sonrisa y me despedí con mi mano.
Utilice mi habilidad únicamente para salir de ese incómodo momento que forme, una vez fuera del edificio camine de lo más tranquila y despacio posible.
—¡Midori! —gritó Kunikida, provocando que detuviera mi caminar y elevara mi mirada, dejándome ver al rubio aventándose por la ventana.
¡¿Qué demonios?!
Me posicionó en el lugar donde iba a caer, me preparé y extendí mis brazos, lista para capturarlo.
—¡Maldito loco! —le grite una vez estuvo sobre mis brazos
—Cállate que tú haces cosas peores.
—Te dije que no me acompañarás.
—Te conozco como la palma de mi mano —se liberó de mi agarre— y se que iras lo más lento posible a la división e intentarás matar a los "peces gordos". Mi deber es evitar a que cometas esa idiotez y evitar que te corten la cabeza.
—Eso es muy medieval. Además, soy el usuario con poder más fuerte de todo el mundo.
—Ajá. —me brindó un zape, seguido me tomó la mano y comenzó a caminar— Vamos reina de las ratas.
—¡Basta! ¡Odio las ratas! —grite sumamente molesta con una poker faces, provocando que el rubio se riera.
Solo puedo decirles que fue un tipo de amor-odio de cómo me quedó el capítulo. Unas escenas me enojaran por cómo me quedo, pero mejor las deje así antes de terminar de arruinarlas, otras escenas me dolió mucho escribirlas que ya no quisiera seguir escribiendo este libro. Sin embargo, continuaré, solo les advierto que se preparen ya que de a partir de aquí tanto los acontecimientos del manga y anime serán completamente distintos, habrán ciertas similitudes, pero no será mucho.
Les anticipo que ya tengo definido el destino de cada uno de los personas y no, no me haré responsable de pagar terapias.
En el próximo capítulo:
—Everything's perfect here and the sun is shining. Hey, hey. | Everything's perfect here there's nobody crying.
—Oompa Loompa, doompa-de-doo
— .....
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