Capítulo 10
Trastorno identidad disociativa de la personalidad, segunda parte.
¿Depredador o presa?
Las mujeres más peligrosas y poderosas de toda Yokohama.
https://youtu.be/Y41uzicfPgE
Narra omnisciente
Oficina de Mori, 12:30 am. 2 horas después del secuestro.
La gran parte de trabajadores ordinarios mafiosos se encontraban moviéndose de un lado a otro preparándose para el próximo combate contra la AAD, no hacía falta mencionar el miedo que los sucumbían con tan solo saber que se enfrentarán con aquellos agentes, los cuales pudieron derrotar y dejar malheridos —a tal grado de tener que internados en un hospital— a casi todos los mafiosos de alto rango.
Por parte del jefe del lugar se encontraba tranquilo y confiado, inclusive podría decirse que emocionado. Yosano Aiko estaba bajo su poder nuevamente y tenía una increíble estrategia para obtener a la agente número uno de la Agencia de Detectives; ya quería poner el plan en marcha, sin embargo, decidió esperar lo que fuera necesario para que fuera un éxito.
—Mori-sama, es imposible que ellos sepan de ese lugar, solo malgastará el tiempo de mis subordinados al colocarlos ahí.
—Los hombres no, pero ella si.
—Tch —pronunció el joven con molestia, le irritaba cada vez que su superior le encaraba como la albina conseguía herirlo, superarlo y tomarle ventaja en ciertos ámbitos.
El joven estaba consciente que ella era demasiado buena a su parecer, ella había sido parte del pequeño grupo que conseguía hacerle frente y lo que mas odiaba era que Morí había dictado que él no era lo suficientemente fuerte para vencerla, por lo cual designó a Chuuya para que fuera el enemigo principal de la albina. Inclusive la misma albina le restregó el mismo comentario hace una semana atrás.
Lo habían humillado, burlado, degradado y siempre le encaraban las pocas fallas que ocurría.
—Dazai, ¿ella es una amenaza para la Mafia?
—Señor...
—Responde.
—Si. Si es una gran amenaza para la Port Mafia.
El mayor soltó una suave risa al ver la molestia de su subordinado y le encantaba fastidiarlo con la chica, las oportunidades de acéralo sentir inferior a alguien era escasas y él lo disfrutaría al máximo.
—Ella es diferente —jugó con su bisturí— y eso a llamado mi atención, bueno, no he sido el único.... Ella es una excelente combinación de luz y oscuridad.
—Tiene razón —dijo siguiéndole la corriente con propósito de cortar el tema.
—Solo es de hablar con ella en su punto de quiebre.
El de cabello marrón giro sus ojos con fastidio y bufo, le parecía estúpido lo que estaban haciendo por una simple niñata inepta a su parecer.
—¿Cree qué funcione?
—Por supuesto, después de todo eso fue lo que hizo Fukazawa con ella.
Pobre iluso, ella no vendrá a la Mafia por voluntad o uso de psicología oscura... mientras tenga a su equipo será difícil de vencer —pensó Dazai y en ese momento recordó cuando ella misma solicitó su presencia en aquel callejón.
Flashback
Ella sangraba de diferentes partes de cuerpo, sus heridas eran superficiales por lo que no se preocupó tanto, todo esto producido por la pelea entre ella y el hombre de cabello castaño rojizo.
—Ah, por si no lo haz notado tuerto, tu querido amigo es un manipulador de primera —dijo esquivando los golpes que le eran dirigidos.
—¡Cállate Midori! ¡Deja de soltar veneno!
—Una frase muy común de los manipuladores es: No te lo he dicho porque quería protegerte. Es posible que tu querido amigo la haya usado cada vez el tema se entornaba en mi.
El hombre de cabello castaño rojizo se encontraba preocupado ya que su ex-amiga detective estaba soltando toda la verdad de golpe al mafioso, no solo expondría al peligro la amistad de él con Dazai, también a ella. Conocía a Dazai, después de todo este problema iría rápido con Mori a decir todo lo que sucedió.
—Como... —susurró el chico con vendajes.
Midori sabía que su contrincante predeciría sus movimiento futuros, por lo que hizo una combinación de habilidades, utilizo la súper fuerza de Kenji y se aproximó a su rival, al estar a escasos centímetros para "golpearlo" activo la habilidad de Yumeno provocando una gran confusión por parte del hombre e intentó de esquivar el verdadero golpe, pero no lo consiguió, así que, solo se limitó en atinarle un golpe a la chica antes de haber sido aventado contra una pared.
—Tengo mis métodos —con ayuda de su mano izquierda limpio la sangre que expulsaba su labio—. Sabes, no soy una amenaza, ya que no puedo matar a nadie en hora de trabajo y es muy raro que descanse. Ahora dime, ¿de qué te iba a proteger tu "amigo" al ocultarte información?
Se quedó callado dándole la razón y la chica prosiguió.
—Eres un imbécil que cayó en un simple juego de un manipulador.
—¿Cómo sabes eso?
—Querido —llevó una mano a la altura de su pecho en símbolo de elegancia—, ¿no te has dado cuenta?. —se burló con una sonrisa y añadió antes de ir tras el hombre mayor—: Un manipulador hablando con un psicólogo es la definición perfecta de un juego de ajedrez, tal vez te invite a una.
Esa última frase dejó confundió al chico, no sabía si hablaba de ella misma en tercera persona o se refería de alguien más. Pero salió de ese transe al escuchar 3 pares de pisadas apunto de ingresar al callejón, por lo que decidió esconderse y vio a nada más y nada menos que los compañeros de la albina quienes estaban armados.
—Ahí está —comentó el rubio menor al ver a la albina luchando contra un hombre que no conocía.
—Está furiosa —se acomodó sus lentes— tendremos que separarla y calmarla antes que mate a todos. Kenji vendrán conmigo, la tomaras por la espalda, mientras que tú Kunikida irás de frente, yo me encargaré del hombre —explicó de forma rápida el chico de cabello azabache.
Los otros dos se limitaron en asentir, el mayor de ellos dos se acercó a toda prisa a la pelea mientras guardo su arma. Conocía a su compañera y amenazarla con un arma sólo empeoraría la situación, además que él no podría hacer semejante barbaridad con ella.
—¡Ya fue suficiente, suéltalo Midori! —gritó el compañero de dúo de la albina.
Fin del flashback
—Dile a Hirotsu que traiga a Yamato —sentenció el mayor sacando a Dazai de sus pensamientos.
—¿Quién es él?
—El quien la llevará al punto de quiebre.
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Hospital central de la isla Shogun, 1:20 am -27 horas después del secuestro.
—¡Te dije que habían malditos fantasmas! —gritó con pánico la albina.
Ambos eran perseguido por unos seres, muy similares a sombras que la femenina veía cada vez que su trastorno se apoderaba de su conciencia.
Al principio ella había hecho la broma en tenerle miedo a los fantasmas ya que se quería ir de ese lugar lo más pronto posible por dos motivo, el primero es el cansancio y segundo es por un mal presentimiento que tenía. Sin embargo, sus planes cambiaron ya que todos los agentes fueron rodeados por mafiosos ocasionando que se separaran.
Retornando a la actualidad, ambos jóvenes huían de las sombras; muy semejantes a las que tanto ha evitado la albina, estas consiguieron jugar con su mente y hacerla dudar si estaba en la realidad o había caído en uno de sus lapsos. Estaba preocupada, no por ella, sino por su familia y tenía bastante miedo de lastimarla o perderla.
—¡No seas idiota! Los fantasmas no existen —se sostuvo mejor de la albina al ver que casi se caía—. Es un usuario de habilidad especial que juega con tu mente y expone tus mayores miedos.
—No creo que sea una habilidad.
—Por supuesto que si, ellos no son reales.
Un ataque directo fue dirigido hacia ambos jóvenes, por poco la albina consiguió reaccionar y esquivó el ataque que terminó siendo incrustado en una pared a escasos centímetros del rostro de los jóvenes.
—Pues es demasiado real para mi —explicó y siguió corriendo mientras que lanzaba más de alguna que otra bala hacia los enemigos.
—So..solo a de ser una broma de un idiota —dijo el azabache con preocupación al ver que su compañera no podía detener a esas bestias que los perseguía, pero era de esperarse, puesto que ella se encontraba sumamente cansada.
—Sabía que no debía de ayudarles, ¡por su culpa voy a ser devorada por el demonio!
—Seremos. Aparte yo no moriré joven así que utiliza tu habilidad y ¡sácanos de este embrollo! —gritó el azabache demostrando su miedo que tanto a retenido.
—Recuérdame porque viniste conmigo.
—¡Pared!
Ella aumentó la velocidad, al estar escasos centímetros de esta saltó, una vez sus pies se posicionaron sobre la pared dio media vuelta y tomó un fuerte impulso provocando que la pared se destruyera. La sombra se detuvo al ver esa acción y no consiguió reaccionar al ver a la albina acercarse a su posición con cierta velocidad, segundos pasaron y ella logró derribar a la sombra de un solo puñetazo.
Derrapó un poco en el suelo hasta detenerse, seguido se levantó con cuidado para no lastimar al azabache, el cual cargaba al estilo princesa.
—¿Ya murió? —cuestionó él.
En eso la sombra soltó un agudo grito el cual consiguió erizar la piel de ambos jóvenes y vieron cómo se fue levantando.
—Mierda —inició a correr con la bestia siguiéndolos—. Aquí vamos de nuevo.
—¡¿Cómo es eso posible?! Si le diste un tremendo putazo con la habilidad de Kenji.
—¡Lenguaje!
—¡Al carajo todo, nos vamos a morir!
—Deja de estar jodiendo porque te dejo aquí tirado.
Ella consiguió ver una puerta semi-abierta por lo que se apresuró e ingresó en ella, cerrándola en el transcurso. Seguido ambos visualizaron el lugar dejándoles en claro que estaban en el sector de las escaleras del edificio.
—Y si hacemos un suicidio doble —dijo el de cabello azabache y recibió un golpe de parte de la albina.
—Deja de decir estupideces.
—Perdón, es que estoy que me cago del miedo —respondió nervioso y se aferró mas a la chica en búsqueda de su calor y poder calmarse un no poco.
Un silbido se presentó por lo que ambos elevaron sus mirada encontrándose con un joven rubio quien transmitió una sonrisa tranquilizadora para poder calmar a ambos jóvenes.
—Ni se te..
—¡Kenji! —le interrumpió la albina, alertando al rubio quien se preparó para atrapar a su compañero, el cual fue arrojado hacia arriba con demasiada fuerza.
—Con miedo nenita —se burlo Kenji una vez atrapó al chico.
—La voy a matar y a ti también —protesto Ranpo y se aferró al rubio cuando él inició a correr.
Ambos chicos se encargaron de encontrar a Yosano en los niveles 5 y 6, el presidente de la Agencia estaba en el piso 1 derrotando a algunos mafiosos que consideraba poderosos, Kunikida combatía con el grupo banderas en el piso 2 y por último la albina se encontró en las escaleras del el piso 4 en posición de combate mientras tanto una diversidad de sombras la fueron rodeando.
—Ya he lidiado con ustedes, podré hacerlo de nuevo —dijo la albina con confianza y dio inicio a su pelea.
Cada uno de los integrantes de la Agencia estaban muy ajetreados y el ambiente les aterraba a los jóvenes, sin embargo, intentaban de ser lo más profesionales posibles para rescatar a la chica y si es posible al resto de personas.
Lo que ninguno de ellos tenían en cuenta era que el tiempo estaba en su contra y uno de los peores desastres que pudiera ocurrirle a la Agencia estaba a nada de golpearlos.
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En cuanto, en el lugar céntrico de la cuidad de Yokohama, específicamente en el edificio de la Agencia Armada de Detectives se encontraban la luces encendidas y se podía notar a las secretarias iban y venían con algunos informes; de los cuales estaban ordenando y finalizando con propósitos de ayudar a los detectives.
En la sala de conferencias se encontraba un hombre de cabello negro con lentes, él también era un detective y aportaba todo lo que estuviese a su alcance con ayuda de su habilidad especial. Odiaba con todo su ser las misiones de alto rango que ejecutaba cualquiera de sus compañeros, en ese preciso momento, todos sus compañeros habían ido a esa isla para rescatar a Yosano. Él quería ir y apoyarlos, sin embargo, el presidente de la Agencia se lo había negado, por lo cual tuvo que quedarse en la agencia para vigilar y ayudar a sus amigos por el intercomunicador, le invadía una ansiedad e impotencia al no poder ayudarlos más haya que un simple intercomunicador.
Maldición, hasta Ranpo que es un simple humano participa más en las misiones que yo.... Aunque cabe destacar que él es un maldito genio y Midori lo entreno para aguantar ciertas habilidades especiales —pensó con cierta decepción consigo mismo.
En ese momento la puerta se abrió y por ella se asomó una joven secretaria, y preguntó.
—¿Desea algo más Katai-sama?
—No, gracias —respondió sin mucho interés, por estar enfocados viendo los signos vitales de sus compañeros y las cámaras ocultas que había activado en Dai para vigilarlos.
Se podía notar lo tenso y estresado que estaba el hombre, como sus ojos iban y venían de una pantalla a otra con rapidez y a su vez tecleaba ciertos códigos. Él a estado en la misma posición desde que sus compañeros se fueron a esa isla y no ha dormido para nada por la preocupación.
—¿Se encuentra bien? —preguntó Haruno al verlo demasiado tenso.
—No, estoy muy preocupado por los chicos.
—Todo estará bien, después de todo son detectives de la AAD y están preparados para todo.
—Kunikida, Ranpo y Kenji se encuentran estables, pero el presidente y Midori están inestables, puedo notar que se están cansando demasiado rápido. Midori ya ni siquiera puede utilizar su habilidad por más de 5 segundos y el presidente ya está utilizando su katana. Además, todavía no he conseguido información con el usuario que está combatiendo Midori.
—Eso no es bueno.
—Lo se... —soltó un suspiro mientras rascó su nuca— Hace un buen rato les envié armamento para combatir, solo espero llegue a tiempo.
—¿Qué tan lejos está de aquí?
—7 horas, si es que no me confundí en las coordenadas.
—¡¿Eh?!
—Estoy tratando de ingresar la habilidad de velocidad de Konoe a Dai, sin embargo, llega demasiado rápido al límite y debe de descansar.
Haruno se limitó en asintió y decidió darle espacio al mayor, por lo que salió de la habitación cerrando la puerta a la vez.
Se están lastimando demasiado y todavía no han derrotado si quiera la mitad de los mafiosos —un sonido lo hizo dirigir su mirada hacia la pantalla y se alteró—. Esto no es bueno, para nada bueno —pensó al ver cómo los medicamentos que la chica ingería para controlar su trastorno estaban dejando de surgir efecto.
Definitivamente, él estaba que se moría. Estaba a punto de informar en el intercomunicador, pero con la misma se retuvo, si decía eso, no sabría cómo reaccionarían Kunikida, Ranpo y Kenji, agregándole que Midori lo mataría y eso era definitivamente malo.
—A la mierda todo —dijo trasladando toda la información a su celular y a su vez le dio las órdenes al AI para que alistara todo lo necesario.
En un gran maletín guardó las armas junto municiones suficientes que utilizaban cada uno de los agentes, esposas especiales para los usuarios que poseían alguna habilidad, una laptop junto a su equipo necesario, equipo médico para curarlos, nuevas transmisores y por último, pero más importante el médicamente de la chica.
Al tener todo listo cargo el maletín con mucha dificultad, seguido se colocó su preciado futón sobre la cabeza y salió de la habitación mientras vigiló el estado de sus compañeros.
—Ka..Katai-sama, ¿a donde va? —preguntó Haruno confundida al verlo con tantas cosas en la puerta principal.
—A evitar que maten a mi familia —fue lo único que respondió antes de irse con su futón.
Descendió por la escaleras hasta el primer piso entretanto pidió un taxi, al estar afuera del edificio tuvo que esperar por un par de minutos hasta que un taxi se estacionó enfrente de él. Sin esperar más tiempo se subió en el, seguido le indicó la dirección que debía ir y sin más el conductor siguió las órdenes.
Tardo un par de minutos para llegar al lugar, descendió del taxi y le demostró al conductor su placa de la agencia, el taxista refunfuñó antes de dejar libre al pelinegro y parte del lugar -ventaja de ser un detective de la agencia-. Katai camino con dificultad por una pista de aterrizaje en búsqueda de su medio de transporte.
—¡Oiga! ¡Salga de ahí que lo van a matar! —gritó un guardia de seguridad al ver al joven azabache.
Katai se asustó al ver que lo habían descubierto, por lo que corrió hacia el primer vehículo aéreo cercano, seguido y por suerte la puerta del helicóptero estaba abierta e ingresó en el.
Dejo su bolsa en el asiento del copiloto, luego se acomodó en su asiento y analizó el tablero lleno de botones, inclusive había uno que otro botón en el techo provocando que el alma se le saliera y la ira lo carcomiera.
—Mierda, mierda, mierda, mierda —golpeó consecutivamente el volante— ¡¿por qué demonios siempre rechazaba cuando los chicos intentaron de enseñarme estas porquerías?! —dijo enojado y dejó caer de golpe su rostro en el volante ocasionando que se pegara.
Respiro profundo intentando de calmarse, al conseguirlo se decidió por hacer lo más razonable.
—Me van a matar. —susurro, seguido activo su intercomunicados para hablar—: Chicos, ¿cómo se enciende y vuela un helicóptero?
—¿Qué? —preguntó Kunikida confundido mientras escribió en su cuaderno.
—Katai ¡¿qué mierdas estás haciendo?! —gritó molesta la albina deshaciéndose de una patada algunas sombras.
—Robaste un helicóptero y no me invitas a volarlo contigo —protesto Kenji cubriéndose de las balas que le lanzaron.
—Eso no es relevante ahora, necesito que me diga cómo se vuela esta maldita cosa.
—¿Por lo menos tienes las llaves? —cuestionó Ranpo al detectar el nerviosismo de su compañero y dedujo que ni si quiera tenía las llaves para encender el helicóptero.
—Te dije que debías de entrenar con tus compañeros y por eso mismo te negué a venir con nosotros —dijo Fukuzawa, realizó un movimiento circular con su katana matando a todos los villanos a su paso y tenía una gotita que descendía de su cien.
—Debe de haber un manual, así que búscalo y léelo ahí está todo —dijo Konoe, eso consiguió distraerla y no vio el golpe directo.
—Lo se y lo lamento —dijo apenado Katai y busco dicho objeto.
—La cosa aquí es ¡que eres un reverendo idiota al querer venir aquí!
—Concuerdo con Ranpo, tú no estás capacitado para esto, solo vendrás hacer suicidio —protesto Kunikida.
—Y morí ignorada —consiguió ver cómo un hombre iba a atacar a su compañero—. ¡Kenji a la izquierda!
—¡Hai! ¡Gracias Mido-chan! —dijo el rubio y corrió directo a las escaleras para seguir buscando a la chica.
—No encuentro el manual.
—Usa tu habilidad, animal —dijo Ranpo corriendo por el extenso pasillo, seguido derrapó un poco al momento de cruzar por el pasillo y disparo hacia su rival.
El hombre de cabello azabache decidió seguir el consejo del menor y activo su habilidad e intentó de controlar el helicóptero.
—Ya está —dijo al ver las hélices moverse.
—Asegúrate que esté lleno de gasolina y lleva mucho de reserva —dijeron los 4 jóvenes.
El helicóptero partió y dirigió en la última ubicación estable de donde se contorneaban los agentes. 3:30 am, se podía ver a los jóvenes detectives fatigados, su nivel fuerza al golpear o correr disminuyó a tal grado de utilizar puras estrategias para vencer a los nuevos mafiosos que ingresaban al combate. Hubo alguna que otra vez que se encontraron en el camino y se ayudaron, mientras trataban de encontrar a Aiko, sin embargo, todo resultado fue negativo y se fueron desesperando.
Ahora los únicos encargados de derrotar a las sombras eran el presidente de la Agencia y la única detective presente, mientras los otros 3 jóvenes se encargaban de los mafiosos. Por otra parte Katai intentaba descubrir en donde rayos estaba y supervisó a sus compañeros.
El rubio mayor había sido el único en derrotar a todos sus rivales, pero aguardó unos minutos más vigilando si alguien no le atacaba por sorpresa. Al corroborar que no hubo nadie más llevó su mano derecha hacia su oreja, activo su transmisor y habló.
—Katai, dime dónde están los demás para ayudarlos.
—Estás cerca de Midori, sube las escaleras y cruza a la derecha.
—Yo estoy bien, vete con los chicos —hablo la chica mientras recibió dos puñetazos por parte de las sombras.
El rubio confiaba ciegamente en la albina, pero era caso contrario cuando se trataba de combatir, pues, conocía muy bien a su pareja de equipo, ella era capaz de mentirles que estaba bien cuando realmente no lo está.
—Dai. —mencionó el nombre de la AI, y está le extiende un panel demostrando los estados de sus compañeros, y añadió—: ¡Jódete mocosa! Iré a ayudarte ahora.
—N.. —la joven no pudo responder ya que una de las sombras la agarró por detrás; apretándola en un abrazo con demasiada fuerza, seguido dio un alarido que consiguió destruir su intercomunicador y ella soltó un grito de dolor.
—¡Le rompieron el transmisor! —él visualizó cómo soltaron a la albina y a su vez la tomaron por el cuello con fuerza— ¡Apresúrate que la están ahorcando! —gritó Katai alterado y trató de ayudar a la menor de alguna manera, pero fue en vano.
—¡Vamos para allá! —dijeron en unísono el resto de los hombres al escuchar esa noticia.
—No, sigan con lo suyo que yo le haré cargo —dijo Kunikida terminando de subir las escaleras.
Al salir del apartado de las gradas corrió por el breve pasillo hasta cruzar hacia su derecha, se quedó estático por unos segundos al ver a su compañera siendo elevada en el aire -la sombra sostenía el cuello de la chica y ejercía cierta fuerza en ella- mientras que fue golpeándole su rostro ya ensangrentado. La chica consiguió ver a su compañero de dúo estático a unos pasos de su posición, provocándole cierto miedo, su cordura a decaído y le costaba saber si era real o ficción.
—¡Vete! —gritó cómo pudo, no le importo cual era la verdadera diferencia; si realmente era su compañero se iría y si era ficción se reiría de ella, no tenía nada que perder.
Ese simple gesto consiguió retornar a Kunikida a la realidad y de una forma iracunda se acercó a la sombra, a la vez se preparó para atacar a su próximo rival. Konoe dedujo las acciones del chico, por lo que decidió liberar su aura de golpe, eso consiguió no solo herir a la mayoría de sombras, sino también a su persona.
La sombra soltó un alarido, luego golpeó a la albina contra el suelo 3 veces hasta que consiguió romper el suelo con el cuerpo de la femenina. Por otro lado, Kunikida corrió todo lo que pudo directo hacia la sombra.
—¡Maldito desgraciado! —gritó el rubio brindándole una fuerte patada a la sombra y con la misma se impulsó hacia el agujero.
Él consiguió agarrar a la contraria de la mano, en un movimiento rápido posiciona a la chica enfrente suyo y la abrazo, fue cuestión de milisegundos en el cual ambos sintieron el impacto.
—¿E..estás bien? —cuestionó preocupado el chico a su pareja quien si apenas reaccionaba.
—Si —como pudo se levantó y ayudó al rubio a levantarse—. Eres un idiota, ahora me andarás reclamando que te jodiste la espalda por mi culpa.
—Se agradece primero, mocosa.
—Chicos, ¡¿están bien?!
—Si, todo bien, Katai —informó Doppo tras el comunicador.
El chico de cabello rubio se dedicó en analizar con sumo detalle a su compañera, en búsqueda de una herida de gravedad que necesitará de asistencia médica con urgencia. Al verificar que nada más allá de heridas superficiales habían por tratar se consiguió tranquilizar un poco.
—Gracias ama —dijo la femenina burlona, seguido intentó de moverse, pero, todo su cuerpo se debilitó por lo que cayó sombre el cuerpo de su compañero que consiguió sostenerla.
—No estás bien. Tu cuerpo ya no resiste, así que te sacare de aquí.
—¿Encontraron a Yosano?
—Aún no.
—Entonces aún no puedo irme.
—No que te irías después de una hora por los fantasmas —se burló el chico por lo que recibió tremendo zape por parte de su compañera.
—Si me voy no tendría a quien fastidiar —consiguió corregir su postura—. Además que eres muy idiota y te matarían en menos de dos segundos —dijo la chica. Ella si quería largarse del lugar, sin embargo, prefería aguantar a las sombras, inclusive que la mataran antes que dejar sola a su familia con esas bestias.
—Odio interrumpir su momento sentimental, pero más sombras van tras ustedes —informó Katai.
—Vienen más sombras —advirtió el rubio a la chica, pero en ese momento ella desconectó del mundo al visualizar una sombra gigantesca.
—Midori —le llamo, ocasionando que la albina reaccionara.
—¿Eh? Ah, si. Hagamos el 5-28 —pronunció la chica colocándose en posición de pelea.
—Trata de no usar tu habilidad.
—Mhp, verás que... —ella se interrumpió al dirigir su mirada hacia el rubio y se paralizó al verlo transformado en una sombra, en lugar de ojos poseía unos puntos rojos los cuales escurrían un líquido rojizo y tenía una sonrisa tétrica.
—Te haz topado con un terrible destino, ¿no es así? —dijo la sombra con burla.
—¿Qué? —se cuestionó a sí misma y salió de su lapso, y vio al rubio algo confundido por lo que añadió—: Te ganare y llorarás como nenita.
—Nunca maduraras, ¿verdad? —dijo negando con su cabeza y suspiró.
Cuando él terminó de hablar diversas sombras aparecieron a su alrededor generando que ambos se les apareciera una leve sonrisa en la comisura de sus labios. Una de las partes que le fascinaban al rubio de trabajar en la agencia con su compañera de dúo, era al momento de combatir contra sus rivales, le fascinaba como la chica combatía y la facilidad de poder combinar sus habilidades.
Aunque el rubio nunca lo admitiría en voz alta, le encantaba que la albina sea su compañera; pese que la mayoría de veces ella fastidiaba su preciado horario, siempre conseguía divertirle por sus locuras con cada misión que hacían, le animaba cada vez que lo necesitaba, entre ellos mismos tenían sus propios códigos para ayudarse, le consideraba como alguien fundamental en su vida cotidiana y sin ella, toda su vida sería monótonamente aburrida.
Retornando al tiempo actual, ambos se encontraron venciendo con cierta facilidad a las sombras, Kunikida se encargaba la defensiva de ambos y Midori era de ofensiva, cabe destacar que estuvieron invirtiéndose los papeles conforme fue avanzando el cansancio de la chica. Después de todo eran mirror, uno de los dos dúos más importantes y conocidos de toda Yokohama tanto por su inteligencia, estrategia y fuerza que poseían.
Al momento de vencer a todos sus rivales, la más joven de ambos se encontraba exhausta y con tan solo ver cómo aparecieron más sombras -las cuales iniciaron a gritarle cosas ofensivas- se enfureció.
Ella soltó un fuerte grito de dolor y frustración mientras que se golpeaba la cabeza con ambas mano, de forma consecutiva fue aumentando la intensidad de los golpes mientras pensó:
Déjenme en paz, déjenme en paz maldita sea. No obtendrá el control, perras.
El rubio al percatarse de ese suceso corrió hacia su compañera y trató de tranquilizarla, pero todos sus intentos fue en vano, sin más que hacer y cundido por la desesperación hizo una acción brusca, provocando que la albina le golpeara.
—¡Basta, Midori! ¡Soy yo! —dijo el rubio tomando de las muñecas a su compañera.
—¡No me toques bastardo! ¡Jódete! ¡Viejo, ayúdeme! —gritó alterada la chica intentando de liberarse del agarre.
—¡Cálmate!
—¡Ayuda! ¡Un maldito violador me secuestra!
—Reacciona Mido-chan, soy yo, tú idiota del dúo —dijo Kunikida, era la primera vez que el le llamaba así y se auto-insultaba.
Desde que la joven inició a gritar fue escuchado por el resto de la Agencia, causándoles diversos sentimientos. Kunikida, se encontraba al borde de un colapso nervioso al no saber cómo ayudar a su compañera que actuaba como lunática, más de lo normal; Fukuzawa, trató de guardar su compostura y no alterar al resto de sus agentes, pero en su interior estaba matando a sus empleados junto al líder de la Port Mafia por hacerlos ir a ese lugar a salvar una simple mocosa y a causa de eso su hija estaba sufriendo; Kenji, poseía la preocupación y enojo hacia el máximo con tan solo escuchar a su mejor amiga delirar, así que se soportó lo cansado que estaba y aumentó su velocidad para deshacerse de sus rivales para poder a socorrer a su amiga; Katai, estaba tratando de tranquilizarse, todo su cuerpo temblaba como una gelatina ocasionando cierta inestabilidad al helicóptero, él más que nadie sabía del verdadero estado de la chica y temía que cayera en esa "profunda oscuridad" que le había mencionado un sin número de veces y que no pueda regresar; y por último, entre todos ellos el más calmado era Ranpo, quien pensaba que era parte de algún alocado plan de su mejor amiga, aunque es demás decir que se encontraba sumamente preocupado por ella.
—Oye cuatro ojos, ¿vez esa cosa? ¿Las vez? —cuestionó la chica al ver una gigantesca sombra en el pasillo, el cual poco a poco se fue encogiendo y acercando a esa abominación, según su percepción.
Kunikida dirigió su mirada hacia donde señaló su compañera pensando que era un enemigo, pero, únicamente vio un pasillo completamente vacío.
—La maldita muerte vino a por mi... ¡Jódete perra! —gritó burlona señalándoles sus dedos de en medio.
—Sacare a Midori de aquí, su falta de energía y las sombras la están haciendo alucinar cosas —reportó el rubio.
Lo que nadie sabía; a excepción de Katai, era que el trastorno de la joven surgió efecto desde hace mas de 20 minutos y estaba luchando por mantenerse en lo que ella creía la realidad, aunque no funcionó.
—Katai dirigirme a ellos, yo me encargaré de sacarla de aquí —sentenció Fukuzawa tratando sonar calmado, después de todo lo que escucho por parte de la femenina pudo deducir que ella ya no estaba en sus cabales.
—Vamos Midori, tengo que sacarte de aquí —exigió Kunikida y forzó a la chica de ir con él.
—Estoy seguro que ya vencimos a casi todos, no podemos irnos —reclamo Ranpo
—El estado emocional de tu compañera no está bien.
—Mido-chan es fuerte y aguantará un poco más.
—Kenji tiene razón, estamos cerca de encontrar a Yosano. No puedo permitir que sufra de nuevo ese infierno.
—¡Y yo no puedo permitir que Midori se suicide! —grito de golpe a causa del arranque de ira.
Eso había conseguido dejar a los 3 jóvenes estupefactos, entretanto Katai quería morirse y matar a su jefe al soltar esa información de golpe, por otro lado Fukuzawa reaccionó y se dio una bofetada mental.
Midori me va a matar y odiar —pensó Fukuzawa.
—¡Cállate maldita perra! ¡Me niego! —tomó su cabello y lo estiró con fuerza— ¡Te equivocaste de persona! ¡Las voy a matar! ¡Dejen que encuentre el puto medicamento y muero de una sobre dosis! —gritó eufórica la joven y a su vez miró hacia todos lados, asustando al pobre rubio quien trató de calmar a su amiga.
—Las sombras emiten una sustancia alucinógena que consigue inducir al usuario para que se suicide e inclusive los llega a poner bastante agresivos la mayoría de las veces —Katai trató de remediré el error de su jefe y la albina.
Doppo consiguió arrastrar a la menor fuera del lugar donde pelearon y estaban casi llegando al sector de las escaleras, sin embargo, esa acción se vio interrumpida por la resistencia que impuso la femenina.
—Escucha, te ayudaré a deshacerte de esas bestias. Las voy a matar de la peor manera y no dejare que te lastimen, pero pon de tu parte para que te saque de aquí.
—Ni siquiera puedes matar a una maldita mosca Kunikida~
Le había ofendido el comentario de la chica, pero se tranquilizó un poco al verla medio reaccionar. Pero no duro mucho ya que recibió una bofetada por parte de la menor.
—¡Ya Midori! ¡Deja de joder! —le grito y estaban apunto de pelearse.
—Debes de ser más comprensivo Kunikida. Ella no está bien —intervino Katai por el intercomunicador intentando de evitar esa pelea y que su mejor amigo terminara en el hospital.
Pero sus intentos fue en vano al ver cómo ambos iniciaron a discutir como niños pequeños, así estuvieron por un tiempo hasta que sintieron un movimiento brusco.
—¡Midori!/¡Kunikida! —gritaron el nombre del contrario al mismo tiempo.
Un muro de roca los había separado, dejándolos atónitos por un momento.
—¿Qué sucedió? —cuestionó el presidente.
—Midori cayó en una trampa, ahora está sola —informó Katai
—Mierda, estoy un poco ocupado en el 5to piso —informó Kenji evitando que los mafiosos llegasen a la puerta para huir.
—No vengan al 4to piso qué hay demasiadas sombras —dijo Ranpo escondiéndose mientras recargo su arma.
Todo se volvió un caos para los detectives y poco a poco fueron arrepintiéndose por haber ido a ese lugar y técnicamente obligar a la albina de ir con ellos. Kunikida trató de diferente formas para destruir el muro; Kenji intentó de terminar con todos sin dejarlos inválidos o muertos; Ranpo se ingeniaba un millón de planes para sacar a todos sus compañeros del lugar y abandonar a Yosano, no iba a arriesgarse en perder a su familia por una simple promesa, por último, el mayor de todos guardó su compostura y dio la orden.
—Estoy en las escaleras del norte así que Ranpo intenta de llegar a ellas. En cuanto a tu Kunikida ve por las escaleras del sur para ayudar a Kenji e irán donde Midori y la sacaran de aquí, mientras tanto Katai prepara el botiquín para atenderla y ven lo más pronto posible.
—Escucha Midori, no te muevas. Iré por Kenji para romper la pared —informó el rubio.
—¡Jódete maldita zorra! —gritó mientras tomó de los estrenos de su cabello y se los estiró.
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Tuvieron una muy mala suerte los detectives, puesto que aparecieron más enemigos y les costó vencerlos tardándose más de lo esperado. Por parte de la albina, su estado tanto físico como mental estaban por los suelos, si trastorno era más fuerte a tal grado que ella llegó a dudar de su propia existencia.
—Estás dentro de un maldito sueño.
—Tan débil eres que tuviste que inventarte una maldita fantasía donde todo es de color rosa. Es por eso que estás loca.
—Ellos no son reales, tú no eres real.
—Ojalá te muera.
—Venga, córtate, solo así podrás quitarte este horrible dolor que tienes.
—Mátalos a todos, ellos son los villanos y te están usando como su títere.
—Venga verdugo, mátalos. ¿Es qué acaso no quieres sentir nuevamente esa satisfacción?
—El mundo es una muerda y tú eres la encargada de corregirlo.
—Buen intentó, pero no funcionará. Ellos están vivos, son reales, para mi si lo son y no pienso defraudarlos —se intento de convencer mientras se rasco los brazos con guerra a tal grado de enterrar sus uñas y su piel sangrara.
—¿Segura? Así como lo hiciste con tu hermano.
—Asesina.
—Homicida, ¡mataste a Akane y tú hermano!
—No mereces vivir.
—Dale este espacio que ocupas a alguien que si vale la pena.
—Ella no da oportunidades, sino las arrebata al igual que las vidas.
—¡Basta, basta, basta, basta! —gritó furiosa y se abalanzó sobre la sombra quien lideraba al resto.
—Eres una plaga.
—La única plaga aquí eres tú, ¡te voy a matar! ¡Asesinaste a mi familia! —gritó golpeándola con fuerza, aunque realmente a lo único que le pegaba era al suelo destruyéndolo en el transcurso.
—¿Yo? Querida esa fuiste tú, estás loca y me hechas la culpa por tus locuras —dijo la sombra riéndose.
Era un hecho, la albina estaba totalmente perdida, ya no podía distinguir si estaba en la realidad o la ficción, si realmente estaba en un hospital o en el mundo de las sombras, si estas últimas consiguieron traspasar "el mundo de los sueños" a la realidad. Lo que si estaba segura es que iba a matar a las sombras, cueste lo que le cueste.
—Joder, joder, joder, joder. Vamos Midori, resiste un poco más, ya estoy llegando y te daré el medicamento —susurro Katai, intentando de aumenta la velocidad del helicóptero y con su intercomunicador apagado.
—Vamos querida, ¡ya muérete!
—Ne~ hermanita —ella se detuvo de golpe y elevó su mirada encontrándose con un infante—. ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Acaso fui mal hermano? Pensé que había cumplido mi promesa al portarme bien.
Esa simple distracción había bastado para que la chica bajara completamente su guardia, la sombra aprovechó la oportunidad, elevó su mano y la fue cerrando provocando que Midori soltara un grito de dolor al sentir unas fuertes punzadas y su cuerpo debilitándose.
—¡Hijas de puta! —gritó encolerizada y se levantó escuchando fuertes carcajadas pertenecientes de las sombras.
Sus manos ensangrentadas las dirigió a su cabeza y fue retrocediendo hasta llegar a una pared, intentó de todo para no caer inconsciente y darle el lujo a esa sombra se apoderará de su cuerpo. Sin más inicio a pegarse contra la pared mientras que reía como desquiciada y era acompañada por aquellas sombras que la abrumaban. Todo esto era visto por el mayor sumamente desesperado al no poder hacer nada, ni siquiera calmarla o decirle que se estaba lastimando y que nada de lo que estaba viendo era real.
—¡Carajo! —encendió el intercomunicador— ¡Chicos apresúrense están atacando a Midori y no puede con ellos! —gritó desesperado Katai, es cierto, había mentido, pero no planeaba revelarles el gran secreto de la albina en medio de la pelea.
Eso alarmó a los cuatro hombres y fue en aumento al sentir cómo el edificio inició a temblar, dejándoles en claro a todos que su compañera no estaba bromeando y realmente estaba sufriendo.
—¡Perdí su cámara! ¡No puedo ver que es lo que sucede! —dijo alterado Katai al ver cómo la mismísima chica había destruido la cámara.
—¡Dejen huir a los mafiosos y vayan por su compañera! ¡Ahora!—dictó en un grito Fukuzawa
Sin embargo, algo que el presidente no sabia era que ambos rubios dejaron el sitio donde estaban peleando para correr directo donde la albina, una vez había finalizado el temblor. Ellos habían llegado a las escaleras y el rubio menor no quería perder más el tiempo por lo que se adelantó a hablar.
—Sostente —dijo Kenji tomando a Kunikida y saltó el barandal de las escaleras, cuando llegó al piso donde estaba la albina se sostuvo de una tubos que eran parte del barandal, seguido los sobre paso quedando en el piso.
Kunikida corrió con todas sus fuerzas indicándole el cambio al menor, tardaron unos segundos en elevar, al estar enfrente Kenji no dudó ni un segundo en utilizar su habilidad y golpear el muro, luego este se partió en miles de pedacitos que cayeron al suelo creando polvo, el cual atravesar y buscaron de forma desesperada a su compañera.
—No está.
—¡¿Dónde mierdas la dejaste Kunikida?! —dijo alterado el rubio menor ya con su paciencia a cero.
—¡Fue aquí! ¡Debería de estar aquí!
—Katai, ¿puedes usar el rastreador? —cuestionó Ranpo al oír a sus compañeros
—No puedo, hay demasiada interferencia.
—¡Ustedes! ¡¿En dónde demonios la tienen?! ¡¿En donde tienen a Midori?! —exigió Kenji mientras señalaba a las sombras que apenas aparecieron.
El rubio menor al ver que no respondieron se abalanzó a atacarlas y hacerlas hablar sobre el paradero de su amiga, si era necesario las mataría una por una.
Por otro lado el presidente y Ranpo ya se encontraban juntos escondiéndose de los enemigos.
—Lo siento, lo siento tanto. No quería esto, no quería esto —se culpaba el de cabello azabache y temblaba un poco.
—Sh, cállate, sino nos encontrarán —explicó el mayor.
—Es mi culpa, es mi maldita culpa joder.
—Hey, intenta guardar la calma.
—Se llevaron a Midori y aún no sabemos quién es el maldito que hizo estas sombras.
Esto ya no son las sombras de ese usuario —pensó Fukuzawa.
—Morirá por mi culpa, si tan solo no hubiera sido tan terco e insistente nada de esto hubiera pasado.
—Escucha Ranpo —posicionó sus manos sobre los hombros del contrario—. Ella no morirá ni podrá ser asesinada, aunque esté herida y con baja energía de una u otra forma su habilidad especial se activará y protegerá.
—Pero...
—Entiendo tu punto, igual que tú estoy preocupado por ella y que su habilidad deje de funcionar en este momento. Pero conozco a Midori, es un hueso duro de roer y no se permitirá morir hasta que nos vea a todos a salvo.
El chico se limitó a asentir mientras retuvo como pudo sus lágrimas.
—La encontraremos.
En cuanto la chica, se encontraba deambulando por el lugar en búsqueda de un grito que escucho cuando libero su aura de golpe para espantar a las sombras, la cual sorpresivamente funcionó.
—Estoy en la realidad, estoy en la realidad, estoy en la realidad —se repetía una y otra vez intentando de convencerse, también le funcionó para distraerse de todos aquellos comentarios que las sombras le hacia.
Ella ingresó a un pasillo tenue gracias a luz de la luz que ingresaron por las ventanas. En ese mismo momento el destino nuevamente hizo de sus jugadas, exactamente su cuarta y quinta jugada.
Al finalizar el pasillo consiguió distinguir una puerta, se quedó unos momento parada enfrente de ella, estaba apunto de regresar por donde vino, pero se detuvo al escucha un golpe. Sin mucho que perder se dirigió a la puerta, agarró el tomo de esta y utilizó su habilidad para romper la cerradura, seguido entró a la habitación. Supervisó todo el lugar hasta que sus ojos se encontró con un pequeño bulto en el suelo que la observaba.
Él no es real... ¿o si? —se preguntó.
—Al carajo todo —se acercó al pequeño— si muero que sea de una buena vez —susurro mientras intentaba detener su tic de tronarse los dedos para ayudar al menor.
Una vez ambos estuvieron enfrente se visualizaron con cierta curiosidad, seguido la mayor le ayudó en quitarle las cadenas que lo ataban y quitarle el trapo que cubría su boca, por último lo ayudó a levantarse. Konoe al ver medio estable al menor decidió hablar:
—Yo... tu.. nosotros... somos parte de la matrix.
—Eh —pronunció el infante de cabello albino confundido.
—Per..perdón yo.. —agitó su cabeza, rascó su nuca con fuerza y solto una risa— Tú eres Konoe y yo soy rubia.
El pequeño soltó una leve risa al ver el nerviosismo de la mayor y sus muecas, cabe destacar que era un infante y desconocía del porqué del comportamiento de la chica, por lo que pensó que lo hacía para hacerlo sentir mejor y si que estaba funcionando.
—Es un gusto conocerla señorita Konoe —dijo y le regalo una sonrisa, la cual consiguió calmarla un poco.
—Pu..puedes darme un abrazo.
—¿Qu..quiere que la abrace? ¿Lo dice en serio? —preguntó con cierta emoción, pues es la primera quien le pide eso.
Ella se limitó en asentir, por lo que el pequeño se acercó con nerviosismo y abrazo a la mayor, una agradable y cálida sensación invadió en su cuerpo, por lo que un sonrojo le invadió en su mejillas mientras sonreía y se apegó más al pecho de la chica. Desde la perspectiva de Midori, tenía un miedo infernal, sabía que estaba a nada de caer en el juego de las sombras y se rehusaba en hacerlo, pero con ayuda del abrazo consiguió estar por un tiempo más consciente de sus acciones.
Lastimosamente ese simple gesto duro muy poco tiempo al escuchar un fuerte grito semejante al de un animal, ellos dirigieron su mirada hacia la puerta y vieron que al fondo del pasillo se encontraba animal negro afóreme caminando hacia ellos.
—¿Qu.. qué son esa cosa? —preguntó asustado el pequeño y se apegó a la mayor en búsqueda de protección.
—¿La vez? —el contrario asintió, estoy en la realidad— Descuida, no dejare que te hagan daño solo te pido de favor que me entierres tus uñas —explicó y cómo pudo lo cargo.
—¿E..enterrarle mis uñas?
—Es un campo te protección.
—Pero la lastimare.
—Por supuesto que no, solo harás un escudo que nos escandieran de esa bestia.
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5:30 de la mañana, esa fue la ahora en que Katai llegó al edificio donde se encontraba sus compañeros, con dificultad consiguió descender el helicóptero e ingresó al edificio con todo lo necesario, conforme fue avanzando observó a varios cuerpos tirados en el suelo y en diferentes partes, agitó su cabeza y se centró en su objetivo provocando que corriera hasta poder encontrarse con alguno de los detectives y se tardó un par de minutos.
—Katai —pronunciaron los 3 jóvenes al ver al mayor acercarse a ellos.
—Traje todo lo necesario y encontré quien es el bastardo de las sombras —explicó dejando el gran bolsón sobre el suelo.
Los detectives se agacharon y sacaron distintas armas ya recargadas, a pesar de estar sumamente heridos y cansado decidieron seguir hasta encontrar a su amiga -esa ya era su prioridad-, ni ellos sabían como habían durado durante tantas horas combatiendo sin morirse por algún derrame.
—¿Donde está ese hijo de puta?
—Ranpo —regaño Kunikida.
—Síganme —fue lo único que dijo Katai antes de avanzar.
Todos tuvieron mucho cuidado en su andar para no toparse con alguna de las sombras y ser descubierto por la mente maestra de todas ellas, al estar cerca del sujeto se detuvieron en un punto ciego para él.
—Ahi esta —susurró Ranpo, mientras recargó su arma y lo apunto con esta.
—No podemos matarlo.
—Le quitas lo emocionante a la vida —protestó Ranpo guardaron su arma.
—Descuiden yo me encargo de esto —dijo Kenji sonriente mientras tronó sus dedos.
Los 4 consiguieron acercarse a su contrincante sin ser vistos, seguido Kunikida escribió en la última página que le quedaba a su cuaderno y de este apareció Tazer, elevó el arma y la orientó hacia los bajos del hombre, pero tuvo que redireccionar su objetivo ya que sus compañeros lo vieron.
Solo porque ellos me reclamaran del porqué si lo puedo lástimas y ellos no —pensó el rubio y le disparo al hombre, provocando que se electrocutara.
—Es hora que pagues por lo que hiciste —dijo Ranpo haciendo acto de presencia.
El rubio mayor librero a su rival mientras que Kenji se fue acercando a este.
—Ara, ara~ Sayonara —dije Kenji sonriente y le brindó un fuerte puñetazo haciendo un KO.
Rápidamente Katai visualizó las cámaras, a su vez los 3 jóvenes se acercaron al mayor para verlas también. Los 4 pudieron respirar con tranquilidad al ver que la habilidad de su contrincante había desaparecido, de ahí posicionaron toda su atención sobre el hombre noqueado en el suelo.
—¿Lo puedo matar?
—No —respondieron Ranpo y Kunikida en unísono, aunque ambos también estaban con las ganas de matar al tipo.
—Estúpida regla.
—Será mejor ir donde la mocosa.
Por el lado de la albina, se había encontrado con Yosano Aiko en un muy mal estado, a penas y podía respirar. Así que tuve que tomar una silla de ruedas que por suerte estaba en el camino, la sentí en ella junto al albino y caminaron por los solitarios pasillos por un largo tiempo.
Su suerte no duró mucho tiempo, pues apareció un hombre frente a ellos asustando al menor de todos y enojando a la albina que nada le salía bien.
La albina tenia un inmenso miedo, miedo a que la controlaran, miedo a perderse en ese mundo infernal, miedo a ya no poder despertar, miedo a no poder distinguir la realidad o ficción, miedo a no poder salir de ese oscuro lugar, miedo de perder los pedestales que forjaron su cordura. Le restó importancia al miedo, al dolor de sus heridas, a los demonios que la humillaban, a absolutamente todo.
Tenía el mentón alto, su espalda recta, mirada altiva y una máscara de hielo mientras se posicionó enfrente de los chicos para defenderlos.
Si no saben lo que siento, nunca hallarán la manera de cómo joderme —pensó la albina y habló por primera vez:
—¿Cómo se siente?
—¿Cómo se siente qué?
—Perder —dijo la albina con una sonrisa de burla y sus ojos emitieron un brillo malévolo.
—Al fin veré este lado tuyo, veré que tan fuerte eres y luego me desharé de ellos.
—No dejare —convirtió sus manos en puños— ¡que los lastimas nuevamente!
—Basta... por favor —suplico en un susurro Yosano, pero este únicamente lo escucho el de cabello albino. Mientras tanto la pelea entre el jefe de la Mafia y la mejor detective de la AAD dio inicio.
Flashback de Yosano
Nadie pudo abandonar el campo de batalla. El soldado que le dibujó una caricatura. El soldado que le acarició su cabello recordándole a su hermana. Todos murieron. Todo a causa de la concubina. Ellos pudieron haber abandonado de batalla si estaba heridos.
La palabra "aniquilación" es la que debe usarse cuando "la mitad de los soldados no pueden luchar" no cuando "están medio muertos" así es, ahí están medio heridos, las tropas se retirarán y la lucha terminaría.
Pero mientras ella estuviera ahí, no tendrían forma de retirarse. Por eso son "invendibles". "Sucumbir" es un derecho del ser humano. Sin embargo, la concubina se llevó la "derrota". El lugar el donde incluso el ejército era privado de la derrota cae.
Uno de los soldados había conseguido ingresar al cuartel donde ocultaban a la joven Yosano, al estar cerca de la niña consiguió hacerle un corte en uno de sus brazos, los soldados al percatarse de eso se alteraron y resguardaron a la menor.
—¡Redúzcanlos! ¡Quítenle la daga! ¡Si ella muere todos podrían morir! ¡Esta es una guerra de monstruos, ¿no es así?!
La concubina, ese día sus amigos soldados tomaron su vida. Ella se encontró en el suelo en posición fetal con su espalda recostada contra una pared, su mirada estaba vacía junto a su ropa desgarrada y solo esperaba ser llamada para seguir con su rutina de tortura. Llevo uno de sus dedos hacia su cabello, ahí se dio cuenta que su broche había desaparecido.
No está mi broche... lo deje caer por ahí —busco con desesperación a su alrededor al no ver nada— Me lo dio ese hombre. ¡Si no lo encuentro! —pensó, pero detuvo la acción cuando escuchó una voz.
—Yosano-san. Me gustaría decirle unas palabras —ella dirigió su mirada hacia un tubo, esa voz—. Esa "rectitud" que le enseñaste, pero... tú habilidad... Juré aguantar... pero hay un límite para la mente de cualquiera.
Ella elevó su cabeza confundida.
—¿Decían que eres un ángel? Pero tú, estás sobre eso. Tú controlas el campo de batalla, ángel de la muerte. Dile adiós a mi familia —dijo la voz masculina, seguido se escuchó estática.
Yosano se quedó pensando en sus palabras, hasta que reaccionó y corrió directo hacia la habitación de la única persona que le dio confianza, sin embargo, fue demasiado tarde, al entrar a la habitación del mayor lo encontró colgado con una cuerda alrededor de su cuello, se había suicidado.
Fin del flashback
—No quiero que nadie más muera por mi culpa... mucho menos los de la Agencia —volvió a susurrar.
—Señorita —fue lo único que pronunció Atsushi antes que la albina tomara del mano de la silla de ruedas donde Yosano y el niño se encontraban.
Konoe había decidido huir del lugar después de haber lanzado al líder de la mafia, uno de sus principales motivos era tener que encontrar a sus compañeros antes que no pudiera contener más a sus bestias interiores y necesitaba buscar su medicamento, aunque eso conlleve herirse aún más de lo que ya estaba.
—¡Midori! —gritaron todos los hombres pertenecientes de la Agencia al ver a la albina corriendo por unos pasillos.
Todos ellos se dirigieron hacia la chica dejándoles cierta sorpresa al ver a Yosano y otro niño con ella, iban a hablar. Sin embargo, ella soltó un fuerte grito y se dejó caer de rodillas al suelo, mientras se sostuvo la cabeza e inició a golpearse. Las punzadas en su cabeza eran dolorosas, su cuerpo le exigía a gritos que descansara, todos sus sentimientos estaban revueltos a causa del resto de sus personalidades, tenía unas inmensas ganas de matar, suicidarse y de llorar al mismo tiempo, ya no soportaba, se quería meter un tiro en la cabeza para acabar con todo ese sufrimiento.
Fukuzawa fue el primero en actuar en sostener el cuerpo de la menor, seguido acercó la cabeza de la chica a su pecho en un intento de calmarla
—Kunikida prepara el avión, Kenji llévate a Yosano y Ranpo al niño hacia el helicóptero, Katai dame los medicamentos, tenemos que curarla —exigió el presidente y todos asintieron.
Finalmente su trastorno lo había conseguido, una de sus personalidades más peligrosas consiguió tener el control absoluto de su cuerpo ocasionando que Midori quedara inconsciente alterando al mayor. Antes de tan siquiera poder moverse el jefe de la Port Mafia hizo acto de presencia y habló con burla.
—Vaya, al fin vinieron. Te tardaste mucho en aparecer, papito.
—Mori —susurraron los agentes y se posicionaron en posición de ataque.
—Es muy fuerte tu mocosa. Es por eso que te tengo una propuesta y si eres inteligente la aceptarás —se fue acercando—. Desintegraré la Port Mafia así liberando tanto a rehenes, prisioneros e integrantes de ella.
Eso había sorprendido a todos los presentes, pero tanto Fukuzawa como Ranpo tenían una idea de hacia dónde iba Mori.
—A que costó.
—Solo debes de darme a Midori.
—¡Jódete hijo de puta! —grito Ranpo furioso e intentó acercarse pero Kenji lo detuvo.
—Antes tendrás que matarnos para tenerla como aliada —dijo Kunikida y se preparó para cualquier movimiento.
—Un héroe la sacrificaría para salvar al mundo, pero un villano sacrificaría al mundo para salvarla. Sin embargo, este no es tu caso... entonces hazlo, se el héroe que eres —dijo Mori, ignorando los anteriores comentarios de los detectives.
—Entonces en esta ocasión seré el villano —dijo dejando a la femenina con delicadeza sobre el suelo y se fue acercando a su rival.
—Imbécil.
—Te lo dije una vez y lo volveré hacer —posicionó su mano sobre el mango de su katana—. Jamás en mi puta vida dejare que la toques y mucho menos que dañes a mi hija —dijo, atacándolo y Morí si apenas pudo bloquear el ataque.
—No comparten la misma sangre.
—Puede que no sea mi hija, pero siempre la querré como una.
Así dio inicio a una pelea entre líderes por lo que el resto de detectives aprovecharon al oportunidad para poder irse, Katai apunto de cargar a la albina se vio interrumpido al ver cómo ella se despertó y levantó de golpe. Ellos intentaron de reaccionar, pero estaban completamente estáticos por el miedo al ver a su compañera en un estado completamente demacrado, ensangrentada, con sus ojos opacos junto una sonrisa tenebrosa y su aura invadiendo alrededor de su cuerpo de forma amenazante.
—¡Te vas a morir bastardo! —de un segundo a otro se encontraba enfrente de Mori con un rostro tenebroso que consiguió asustarlo— ¡Felicidades! ¡Acabas de despertar a la verdugo! —gritó mientras le lanzaba múltiples golpes al mayor.
—¡No! ¡Midori no lo hagas! —reaccionó Fukuzawa al ver cómo la chica sacó su pistola para dispararle al contrario, sino hubiera sido por sus reflejos para desviar el disparo era más que seguro que Mori ya estuviera tendido en el suelo sobre un charco de sangre.
—¡Yo no soy esa idiota! ¡Ella está muerta! ¡Y me encargaré que se quede así! —le brindó una fuerte patada utilizando la habilidad de gravedad, mandándolo a volar— Ahora con usted —dirigió su cuerpo hacia Mori, quien aún no salía de su asombro— le demostrare quien es la quien manda aquí —dijo la chica con una sonrisa burlona mientras ciertos toque de sangre descendieron de su cabeza y mejillas.
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| Narras tu |
Siento cierto calor e incomodidad sobre mis ojos, ocasionando que me queje y fui abriéndolos de apoco. Mi visión era completamente borrosa, no distinguía más que el color blando, mis oídos tenían un piloso ensordecedor, todo mi cuerpo pesaba y dolía como mil demonios.
¿Ya me morí?
—¿Cómo te sientes? —escuchó el un susurro por lo que busque el inicio de la voz
—¿Quién eres tú? —cuestione al ver una figura femenina.
—Mido-chan, resiste un poco más, ya estamos llegando a Yokohama.
—Quítate de encima Ranpo, no ves que le cuesta respirar.
—Estoy comprobando sus latidos, Kunikida.
Sentí una fuerte punzada en la cabeza por lo que llevé con dificultad una de mis manos hacia ella con propósitos de calmar el dolor, no tenía ni la más mínima idea de donde estaba, que había sucedido o de quien carajos era esas personas.
—No hagan tanta bulla, Midori necesita descansa y recuperar energías. No queremos que los efectos secundarios perjudiquen su salud.
—Tengo ganas de hacer pipí —dije al tener cierta molestia en el estómago.
—¿Otra vez?
—Orínate en el pantalón, después de todo ya lo hiciste y se va a lavar.
Poco a poco fue regresándome la visión y conseguí ver a 4 hombres y 1 mujer -heridos- a mi alrededor viéndome con detenimiento, seguido ciertos recuerdo vienen a mi mente.
—Una foto dura más tiempo —bromee.
Suspiro— Sigue siendo la misma idiota —pronunció el rubio con lentes.
—¿Dónde está el violador?
Todos me dedicaron una mirada de confusión y antes que respondieran estuché.
—¡Te dije que no me llamarás así! —dijo molesto el viejo y solté una risa, el cual le arrepentí por el dolor que sentí, seguido dirigí mi mirada hacia el inicio de esta y veo al viejo conduciendo el helicóptero.
¿A qué horas le subí a un maldito helicóptero?
—Alguien le daría una explicación de que carajos paso.
—Después de derrotar a la sombras o bueno al quien controlaba a las sombras se apareció Mori, ¿qué acaso no lo recuerdas?—pregunto Kenji.
—¿Sombras? —pregunte preocupada.
—Si, un usuario de habilidad especial consiguió jugar con tu mente —habló rápido Katai y entendí por lo que decidí seguir el juego.
—Demonios, debo de practicar par usuario de habilidad psicológica. No recuerdo mucho de eso.
—Y me alegra porque fue una odisea lo que sucedió —dijo Ranpo en tono aniñado, por lo que me divertí.
Centro mi atención en la única mujer, aparte de mi por supuesto, en el lugar.
—Me alegro que estás sana y salva Yosano —dije con una pequeña sonrisa.
—Ella fue la quien te salvó —comentó Kunikida sorprendiéndome.
—Gracias.
—¡Ya quiero llegar a mi camita y dormir por horas! —dijo Kenji estirándose.
—Concuerdo contigo —dijo Kunikida.
—Pues váyase, yo me iré al hospital con esta idiota —dijo Ranpo.
—Jódete —posicione uno de mis brazos sobre mis ojos—. Siento que me arrastraron por pavimentos de ahí que un trailer paso sobre de mi.
—Era de esperarse, sobre pasaste tu límite y aún sigo sin entender cómo tú mismo poder te salve pero a la vez te mata —dijo Katai.
—El doctor de castigará.
—Fue su culpa trío de idiotas, si tan solo hubieran prestado más atención nada malo hubiera sucedido.
Así estuvimos discutiendo y conversando con todos los de la Agencia, Yosano de vez en cuando se integraba a la conversación y la sentía algo cambiada. Sinceramente no tenía idea de lo que sucedió, hasta donde me recuerdo con claridad es cuando Kunikida me salvó de una de la sombras y luego que no se porque terminamos discutiendo.
Tenía un sin número de dudas, por ejemplo, quien era el niño albino a mi lado que estaba durmiendo, como carajo Katai consiguió conducir un helicóptero y a quien se lo robó, que sucedió en todo este tiempo que estaba inconsciente, pero sabía que no podía exigir respuestas, no por ahora.
Paso alrededor de tres horas y nos encontrábamos todos en un hospital privado siendo atendidos por distintos médicos -claro excepto yo ya que sino los mato a todos- para curarnos. Tuvieron que hacerme exámenes a profundidad para verificar si mi poder estaba inestable y trataba de ocultarse, pero la suerte inició a sonreírme al ver que todo había salido bien y no necesitaba esta baja la supervisión del viejo.
Al finalizar los exámenes nos dieron de alta, por supuesto debíamos tomar medicamentos para recuperarnos, y el viejo nos dejó retornar al departamento y descansar por una semana y media. Así que aproveche ese tiempo para convivir con el viejo y saber que fue lo qué pasó realmente, ambos nos encontrábamos en la planta más alta del edificio visualizando el atardecer mientras comíamos dangos.
—Nos confiamos demasiado, la misión de rescate duro mas tiempo de lo estimado, sumándole que nos enfrentamos a un usuario de habilidad especial que te demuestra tu mayor miedo, lastimosamente eso formó parte del detonante para que tu trastorno se liberara de formas brusca.
—¿Mate a...
—No, no lo hiciste, a pesar que una de tus personalidades controlaba tu cuerpo conseguimos controlarla, pero si te dejo en peores condiciones en las que estabas.
—Que bueno... —pronuncia aunque me sentía mal de haber perdido el control y no recordar nada.
—Oye, no pasó nada más allá de un par de insultos. No heriste, golpeaste o mataste a nadie más, bueno si que golpeaste muy fuerte a Mori, pero se lo merecía —comentó un poco divertido para animarme.
—¿Quién es el niño?
—No lo se, estaba contigo cuando te encontramos. Pero pude notar que confía en ti.
—Creo que tengo ese don con los niños —bromeé mientras rasque mi nuca.
—No solo con los niños, sino con todos. Y sigo sin entenderlo ya que eres un desastre de persona que solo para fastidiar mi dinero eres experta —trato de bromear, pero hizo un gesto de haberse arrepentido por lo que solté una carcajada.
—Es pésimo para esto de las bromas.
Un silencio acogedor invadió el ambiente, así que me dediqué a ver el paisaje hasta que el viejo llamó mi atención cuando realizó un movimiento y buscó algo entre su yukata.
—Ahora que lo recuerdo, esto es tuyo —saco una carta—. No puede dártela antes por la misión —tome el sobre—. Creo que es un si —dijo con una muy diminuta sonrisa.
Parpadeé un par de veces sin comprender a lo que me refería, sin darle más vueltas al asunto abrí la carta y saqué la hoja. Leí el contenido del documento y conforme avancé una enorme felicidad invadió mi cuerpo, al terminar salte y grite de la emoción, seguido me abalancé sobre el viejo abrazándolo.
—¡Yumeno estará con nosotros! ¡Si! ¡Gracias, gracias, gracias, gracias! —me separe— Prometo cuidarlo muy bien, ingresaré a clases para ser la mejor hermana del mundo si es posible.
—No me sorprende que te haya dado ese pase, después de todo te llevas muy bien con el jefe de la división sobrenatural y cumpliste todas las normas que solicitaron. Recuerda que no puedes perder ese pasa ya que es único, sin el, Yumeno no podrá ingresar a la Agencia sin pasar por tanto tema político y requerimiento de documentos.
—¡Que emoción! ¡Tengo que decirle! —dije apunto de irme.
—Alto ahí jovencita —me tomó del cuello de la gabardina—. Debes de recuperarte antes que ingreses a la Mafia, no quiero que te mueras antes de lo debido.
—Pero...
—Nada, hazme caso por una vez en tu vida, ¿si?
—Tengo otra oportunidad... ¿y si lo termino estropeando?
—Serás una gran hermana mayor, no dejes que el pasado te afecte y se tu misma.
—Es fácil decirlo.
—Entonces trata a Yumeno cómo tratas a los chicos —elevó una de mis cejas—. Eres brusca y todo lo que quieras, pero con ellos demuestras tu forma carismática, tierna y amable, también está al pendiente de ellos por mínimas cosas.
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El tiempo de descanso se fue volando y lo había aprovechado al máximo para fastidiar a mis amigos, descansar como debía, recuperar mi horas de sueño y por último de mi departamento listo para la llegada de Q. Sin embargo, hoy debía dejar al pequeño compañero que tuve durante este tiempo en su hogar, el cual no me agradaba demasiado.
Había terminado de arréglame para dejar al pequeño a su hogar, así que me dispuse a buscarlo en el pequeño departamento hasta que lo encontré cerca de la librera y me acerqué con cautela a él sin querer asustarlo.
—Así que te gusta leer —pronuncie con sutileza, seguido él se sonrojó un poco.
—Si, sus libros son muy interesantes.
—¿Quieres llevarte uno?
—Si no es molestia.
—Por supuesto que no. Venga, dime cuál te llama más la atención.
Él observó el estante por un tiempo, hasta que se escogió por un libro el cual tomó, seguido lo abrió y leyó una brevemente con una pequeña sonrisa.
—El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre. Buena elección —comente.
Vi de reojo como él observaba mi muñeca derecha la cual estaba vendada a causa de haberme sacado sangre de ese lugar.
—Descuida estoy bien —dije al ver su rostro de preocupación
—¿No le duele?
—No, ya ni lo siento.
—Usted es muy buena, sigo sin comprender porque le hacen daño.
—Lo que sucede es que soy un tipo de superhéroe quien tiene el deber de salvar al mundo de los malvados —le doy un suave beso sobre su frente—. Alista todas tus cosas y toma todo el tiempo que necesites, te esperare afuera —dije saliendo del departamento.
Odiaba hacer este tipo de cosas, de una forma u otra termino encariñándome con facilidad de los niños y no quiero soltarlos, sin embargo, comprendía que debía ir a dejar al pequeño al orfanato, el lugar donde lo proclamaron, para que encontrara una buena familia y tenga una mejor vida. Quise evitar ir, pero el pequeño fue el quien me pudo personalmente en irlo a dejar y no pude negarme.
Solté un suspiro con la intención de calmarme y no abrumar al pequeño con mis emociones, en eso escucho cómo se abrió la puerta de al lado.
—Oye, ¿no quieres que te acompañe?
—Ne~ no quiero que me veas llorar aparte estás muy ocupado con tus horarios, Kunukida~
—No tengo nada importante que hacer y no puedo dejar que tires a la basura la reputación de la Agencia —dijo el rubio.
—Déjame pasar tiempo a solas con Sushi gran celoso de primera.
—No puedo contigo —dijo y suspiro, seguido sentí un leve zape en mi cabeza.
—¡Oye! —proteste.
—Iré contigo quieras o no, y no te preocupes que te daré tu espacio con tu romeo.
—Puedo cuidarme sola.
—Te irás a mal matar por estar conduciendo esa moto.
—No te metas con mi amor.
Ambos escuchamos una puerta abrirse por lo que dirigimos nuestras miradas hacia atrás dejando a la vista a Atsushi con un bolsón que le había comprado y su libro.
Me dedicó una sonrisa al pequeño y me la devuelve, luego cierro la puerta con llave y los tres iniciamos a caminar mientras hablamos de cosas triviales. Nosotros nos detuvimos al ver cómo la rubia explosiva se detuvo enfrente de su auto.
—Jódete, ni loca me subiré al carro —alegue con una mueca.
—Ni lo piense, contigo ya jamás en mi vida me vuelvo a subir en moto.
—Tu eres más loco para manejar.
—Por supuesto que no, la loca aquí eres tú.
Así es señoras y señores, ambos iniciamos a discutir en medio de la calle que era muy concurrida provocando que seamos el centro de atención, pero a ninguno de los dos nos afectó pues sigamos discutiendo, tardaríamos así durante horas si no hubiera sido por Atsushi quien jalo de mi gabardina.
—Señorita Konoe, ¿podemos irnos ya? Es que se nos están viendo muy feo —dijo con sus mejillas sonrojadas por lo que me limite en asentir.
Tome a Atsushi de la cintura para cargarlo, luego camine hacia los asientos de atrás, abrí la puerta y senté a Atsushi, seguido le coloque el cinturón de seguridad. Cerré la puerta una vez asegurado y me dirigí a la puerta del copiloto, en eso pude ver al rubio con una sonrisa algo burlona.
—Te odio y ya quita esa estúpida sonrisa, animal.
—Me cae bien ese mocoso, creo que lo invitaré más seguido.
Cierto tiempo había pasado y por lo visto íbamos a tardar bastante, puesto que el orfanato estaba en otro pueblo, así que Kunikida estacionó el carro para comprar comida y agua por si en dado caso quisiéramos en el camino.
Aburrida, decidí ver mi alrededor consiguiendo percatarme que este lugar, a pesar de a haber cambiado un poco, lo conocía a la perfección. Una sonrisa nostálgica se presentó en mis labios y una idea invadió mi mente.
—Quiero mostrarte algo —dije dedicándole una leve sonrisa y abrí la puerta del auto.
Le ayude a bajar, dejando las cosas en el auto y caminamos un poco hasta llegar a la orilla del pavimento. Dirigí mi mirada hacia enfrente observando el maravilloso paisaje gracias al atardecer y un sin número de recuerdos invadió mi mente.
Hiro.
—Es hermoso —pronunció maravillado.
—Así es, decidí mostrártelo ya que te gusta este tipo de cosas —murmure.
—Muchas gracias por todo —dijo algo desanimado.
Me agache a su altura y lo analice, lo lamento pero no puedo quedarme contigo ya que te expondría en peligro y mereces una vida normal.
—Oi —tome sus manos con delicadeza—, no debes colocarte triste, verás que encontrarás a alguien que te ame realmente, solo es cuestión de tiempo.
—Tengo miedo de no encontrar a nadie.
—Veras que tendrás una familia y serás muy feliz con ella.
—¿Puedes ser mi familia? Al igual que el señor Ranpo, el joven Kenji, el señor Kunikida y la señorita Yosano.
Eso me había destrozado, ya que sabía la respuesta que me darían si propongo su idea en la Agencia. Me tarde un poco de tiempo y conseguí hablar.
—Cuando cumpla la mayoría de edad te iré a buscar y te adoptaré.
—¿Lo prometes por el meñique? —cuestionó extendiendo su dedo meñique.
—Por el meñique —dije juntando nuestros dedos meñiques en señal de promesa.
—Si alguna vez tienes problemas, puedes buscarme aquí.
—¿Pero, cómo va a saber que estaré aquí esperándola?
—Es uno de mis lugares preferidos de Yokohama y la mayoría del tiempo vengo aquí.
—¡Midori! ¡Por qué jodidos te saliste del auto! ¡Ni se te ocurra escaparte! —los gritos de Kunikida nos sacaron de nuestro momento, por lo que inicie a alegarle.
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Dos días pasaron después de haber dejado a Atsushi en el orfanato, justo en este momento me encontraba en la Agencia con el resto de mis compañeros.
—¿Qué mosco le picó ahora? —pregunte al ver al azabache irritado.
—Está intentando de convencer al presidente, para que Yosano pueda hacer la prueba de ingreso —respondio Kenji.
—¿Aquí se hace una prueba de ingreso? —cuestionó Kunikida confundido.
—Si, pero con ustedes 3 fue diferente a comparación de la que Yosano debe de hacer —expliqué.
—Pero si somos los únicos aquí y no hemos echo esa dichosa prueba —dijo Kunikida.
—No es cierto, Katai tuvo que hacer la prueba de ingreso. Bueno, a sido el unido que ha hecho la prueba de ingreso.
—Mido...
—Olvídalo —le interrumpí antes que me convenciera para hablar con el viejo.
—¡No seas así! Necesito de tu ayuda, soy tu alumno y debes de ayudarme.
—Y como superior debo de enseñarte que no siempre sucede lo que uno quiere.
Él realizó una pequeña rabieta antes de irse hacia el área de descanso.
—Por qué estará tan urgido porque Yosano haga ya el examen.
—Estoy de acuerdo con Kenji. Yosano puede esperar hasta que el presidente diga que necesita personal y puede hacer la prueba.
—Puede funcionar, pero por lo visto el problema es que ya la está sacando de los departamentos.
—¿Eh? —pronunciaron ambos.
—Ranpo no es de estar irritado, sino de irritar a la gente. Cuando las cosas no salen como esperaba se pone de ese humor, y que recuerde no tienen nada importante o de interés, por el cual colocarse así enfrente de la oficina del presidente, así reducimos la probabilidades hasta quedar en Yosano.
—No te entendí ni madre.
—Ni yo.
—Débiles del cerebro.
Seguimos haciendo el mentado papeleo que estaba apunto de quemar, hasta que vimos a Ranpo salir de la agencia de muy pocas pulgas.
—Iré a ver que no haga una idiotez —dije levantándome y caminé hacia la puerta.
—Si descuida, déjame todo tu maldito trabajo y lo haré con todo gusto —dijo sarcástico Kunikida.
Decidí ignorarlo, seguí a Ranpo por unos 12 minutos hacia un parque cerca a la Agencia —vaya milagro que no se perdió—, logró distinguir cómo Yosano se le acercó y comenzaron a hablar, decidí acercarme para seguido apoyarme sobre un árbol y escuchar su conversación.
—Lo lamentó Yosano, pero te prometo que no me rendiré y encontraré la forma de convencerlo.
—No te preocupes, se que hallarás la manera, pero trata de no presionarte de más, no quiero que por mi culpa te despidan.
—Descuida, no lo hará. Si algo así sucede Midori intervendría por mi.
Cabrón, si que me conoce bien.
—¿Y si le dices a ella?
—¡Es que Midori no me quiere ayudar! Se que si consigo convencerla a ella para que hable con el presidente estarás automáticamente en la Agencia.
—¿Tal vez puedas pedírselo como un favor de amigos?
—Lo intente pero dio lo mismo, me corto antes que se lo dijera, aunque no me sorprende porque es inteligente, claro no demasiado a comparación mía.
Te dije que él no daba el brazo a torcer. No tuviste que haberle propuesto eso Ranpo.
Flashback.
Me encontraba en un lugar oscuro y conforme fui avanzando luces fueron apareciendo, dejándome en claro que mi habilidad se había activado así que vería algún recuerdo o hecho a futuro, por lo que decidí esperar y esta vez no intervenir en nada, simplemente en ser una espectadora.
En escena apareció Ranpo junto a Yosano sobre una silla de ruedas.
—Wah, que molesto. Pelea de adultos, extraño forma argumentativa. ¿Hm? Ah, oye tú. Te dejare escapar mientras que el presidente está peleando y los chicos controlan a mi compañera. Pura estrategia.
—Regrésame —apenas susurro la chica.
—¿Hm?
—Regresame. Afuera, a la batalla.
—¿Por qué?
—Mi habilidad salva las vidas con facilidad. Por eso —posicionó sus manos sobre su pecho—, el precio de la vida se vuelve barato a mi alrededor. Más que eso. El significado de la vida...
Ranpo se quedó serio por breve se segundos hasta que soltó una carcajada dejando desconcertada a la chica.
—Hah~ ¡que estupidez! ¡De cualquier forma no es la gran cosa! —se adelantó un poco dando saltitos— Si te desagrada usar tu habilidad, ¿y si la dejas de usar?
—... si pudiera hacerlo...
—¿No es tan fácil de hacerlo? ¿Es una habilidad curativa tan asombrosa? No es correcto. ¡Mi poder de razonamiento es la mejor en el mundo! ¡Una habilidad que no es como ninguna otra! ¡Incluso si te unes a la Agencia. Resolveré todos los casos si estoy ahí! —de su bolsillo sacó un broche de mariposa—. En caso de dudas, ¿te muestro evidencia?
Ella al visualizar el objeto se sorprendió y habló.
—¡Esto es..! ¡¿Cómo?! ¡No había hablado con nadie sobre esto!
—Lo encontré tirado en la antigua base —hizo las señales de amor y paz con una sonrisa—. ¿Lo vez? Yo lo sé todo. ¿Quieres haces una pregunta para probar? Responderé a cualquier cosa.
Ella se quedó pensando hasta que dio con la pregunta.
—En ese caso yo.. ¿que debería de hacer? Una persona importante murió por mi culpa. Seguramente después de esto volverá a ser igual. ¿Existirá un lugar para que viva alguien como yo...?
El lugar se quedó en silencio, hasta que el azabache lo rompió.
—¿No te lo dije antes? Solo hay un lugar en donde no se te necesita así —se acercó a ella—. Únete a la Agencia de Detectives.
Ella se sorprendió y Ranpo continuó hablando.
—Nosotros no buscamos habilidades, sino la bondad. Lo que queremos es tu bondad. ¿No querías que nadie muera? Es por eso que sufres tanto. Queremos invitarte a esa bondad. Sin tu habilidad. El hecho de tu sufrimiento vale la pena.
Fin del flashback.
Sabía que él ya me había visto ya que ni siquiera me tome la molestia de ocultarme bien, por lo que deduje que él se me acercaría y seguiría con su plan.
—Sabes, ¿qué eres mi agente favorita?
—Debes entender Ranpo, no es no. Ella no puede pertenecer a la Agencia aunque quisiera.
—Por favor.
—Ella es un caso especial.
—Al igual que yo.
—Es diferente, tú eras un "simple humano" y ella una mafiosa.
—La obligaron.
—Pero mato a personas a su voluntad, su récord esta manchado y no podemos hacernos el de la vista gorda.
—Ella solo salvaba a las personas, alguien más la inculpó de esos crímenes. Tú lo sabes muy bien, tú vez igual que yo.
—Cuando se te pase tu estupidez, regresa a la agencia que tienes mucho trabajo por hacer —conteste y sin esperar respuestas me fui.
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Ella solo salvaba a las personas, alguien más la inculpó de esos crímenes. Tú lo sabes muy bien, tú vez igual que yo.
Las palabras de Ranpo recorrían a cada momento en mi cabeza ocasionando que me diera insomnio, él tenía razón en todo lo que dijo y lo tenía en claro, por eso mismo iba a matarlo por hacer que el sueño se espantara y piense en las estúpidamente reglas de la maldita división sobrenatural. Dirigí mi mirada hacia el reloj digital dejándome en claro que son las 3 de la mañana.
Al demonio, si él espantó mi sueño es justo que también se lo haga.
Me senté y prendí la luz de la mesa de noche, estaba apunto de levantarme pero mi visión recae sobre la carta que planeaba usar con Yumeno, una idea se cruzó por mi cabeza por lo que negué con rapidez. Me levante de la cama y busque en mi armario un suéter, seguido me coloco que para ir al departamento vecino y fastidiar al gato.
Solo abrí un poco la puerta y pude ver una escena que me dejó algo triste, Ranpo despidiéndose de Yosano mientras le quitaba un par de lágrimas de sus mejillas, duraron así unos segundos más cuando ella se separó, le saludo con la mano y fue hacia las escaleras. Al ver cómo mi amigo cerró su puerta decidí salir y seguir a la chica, solo para cerciorarme que llegase bien al lugar donde se hospedaba.
Tardo unos minutos caminando mientras buscaba a su alrededor ocasionándome cierta intriga, al ver lo indecisa estaba decidí orientarla nuevamente a los departamentos, sin que parezca tan obvio. Estuvimos caminando hasta llegar nuevamente a la entrada de los departamentos, ella observó todo y soltó un suspiro mientras se frotó las manos por el frío, así que decidí aparecer.
—No es muy tarde para que una doncella como usted esté sola —dije y ella se sobre salto mientras dio media vuelta.
—Yo... yo.. lo lamento, es solo que... me perdí —tartamudeo mientras escondía sus manos que puede ver estaban rojizas a causa del frío.
—¿Tienes donde dormir?
—Si... si, tengo.
—Sabes que mentir es malo y aún más cuando estás bajo un agente —ella trago saliva—. Tal vez a alguien más puedes engañar, pero a mi no. Ven conmigo, tengo un futón para que duermas
—Es muy gentil de su parte, pero no quiero que..
—De todas maneras siempre me regañan, así que estoy acostumbrada a esos. ¿Quieres venir si o no?
Ella si limitó en asentir por lo que ambas caminamos hacia mi departamento, al estar enfrente de la puerta la abro y dejó que pase de primero,
—¿Tienes hambre?
—No gracias, estoy bien así. Solo, necesito descansar.
—Comprendo. Duerme en la cama y yo en el futón.
—Por supuesto que no, yo dor...
—Quiero dormir en el piso y punto, por favor no me hagas esas escenitas para ver quien duerme en la cama —le interrumpí.
Ella se rió levemente y asintió, ella se fue acomodando mientras que yo saqué el futón del armario y lo coloque como debía. Una vez listo me limite en apagar las luces, seguido me acoste y tapa.
Esto es incómodo.
—Gracias —susurro.
—Descansa.
El tiempo pasó y aún no pude reconciliar el sueño, así que tome ese tiempo para meditar todo. Si pude conseguirte una vez, podré hacerlo de nuevo
—Espero no me sigas jodiendo diciendo que no te quiero —susurre y solté un suspiro de tristeza, entretanto una presión se presentó sobre mi pecho.
Con suma delicadeza me levante y caminé directo al amueblado al lado de mi cama, seguido tome el documento al mismo tiempo encendí al AI.
—Dai, necesito que encojas esto y se lo coloques a la chica, una vez esté al lado de Ranpo que vuelva al tamaño original para que lo vea.
—Por supuesto joven Konoe.
El AI, realizó lo que solicité y engancho la diminuta carta sobre la ropa de Yosano para que no se cayera, luego me acoste nuevamente y me forcé a dormirme.
No se cuanto tiempo paso, pero conseguí distinguir una puerta siendo abriera seguida de un montón de reclamos.
—¡Cállate poste con patas! —dije malhumorada al saber quien fue el que entró a mi departamento con las llaves de repuesto que le di.
—Levántate mocosa, que vamos tarde a la agencia.
—Estoy en mi descanso.
—Me vale, ya vamos tarde —dijo y me quito las sábanas, seguido agarro mis piernas y me arrastro.
—¡Naaa! —grité sosteniéndome de una columna de pared mientras él sujetaba de mis piernas y me jalaba hacia afuera del departamento.
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—¡Siempre es lo mismo contigo! —dijo enojado Kunikida mientras se sobaba su mejilla roja.
—Te lo merecías, ¡me querías sacar a la calle en calzones!
—No se porque demonios te levantas tan tarde, te dije que debíamos estar puntuales ya que nuestra día está lleno.
Ambos nos encontrábamos en la cafetería debajo de la agencia discutiendo, bueno más que todo él protestando y yo jodiendole la existencia, mientras finalizábamos de comer. En eso el celular de Kunikida inició a sonar, por lo que contesto.
—Diga.
—Sabes consideró que soy una gran conductora, no como tú que nos ibas a mal matar.
—Silencio.
—Pero soy experta manejando moto que en carro.
—Midori.
—Si definitivamente, me gusta manejar moto.
—¡Ya chingada madre! No eres buena manejando carro. Jamás en mi vida me volveré a subir en el mismo transportar en el que tú estés manejando.
—Que malo eres enserio, soy súper buena manejando carro.
—La vez pasada nos íbamos a chocar contra un árbol.
—Pero no lo hicimos aparte el árbol se atravesó en mi camino y solo a pasado una vez.
—Nos íbamos a matar.
—Aún sigues vivo, por lo que significa que manejo bien. Además, tú casi me asesinabas cuando nos conocimos al momento que usaste un carro.
—Por supuesto que no.
—¡Que si! —no pude evitar reír un poco y decirle con burla— Estás en medio de una llamada, pero que gran falta de respeto acabas de hacer.
Él se sonrojó y retornó su atención a la llamada me reía como loca de él, siempre conseguía hacerlo quedar en ridiculo y ser su centro de atención. Sin mi él no puede viví.
Él finalizó su llamada y poseía una mirada asesina por lo que me revolví a reír.
—Muy gracias, pero ya es hora de trabajar. Hay un incendio en el instituto Aoyama Gaukuin y unos criminales están rodeando el edificio —informó levantándose y ambos salimos del lugar, dejando el dinero sobre la mesa.
Al estar afuera del edificio consigo ver mi queridísima moto, por lo que me apresuré en subirme en ella.
—Pensé que esa cosa del demonio estaba en el taller.
—Lo bueno es que está aquí, así que súbete — ordene y él de mala forma realizó lo que pedí.
—Por favor, dime que ya saber manejar —suplico mientras que se coloca el casco.
—No, pero no importa ya que del suelo no pasamos. —bromee y comienzo a conducir con algo de rapidez provocando que él me agarre de la cintura.
—¡Oye bájale!
Tardamos menos de 7 minutos en encontrar el difícil en llamas por lo que aumente la velocidad y Kunikida aumentó la fuerza de su agarre.
—¿Listo para la acción?
—Si, pero esta vez trata de..
El mismo se interrumpió y apegó su cuerpo al mío al momento que frene de golpe consiguiendo derrapar un poco y estacionarme con estilo.
—No hacer eso —completo al ya no sentir movimiento.
Solté una leve risa al ver todo su cabello despeinado una vez se quito el casto, dejamos ambos cascos sobre la moto y corrimos hasta llegar con los oficiales, mientras tanto analice la situación.
—Tienen rodeado el edificio y hay jóvenes adentro del establecimiento —informó el oficial.
Me limite en observar a mi compañero, quien asintió a dicha información y habló.
—Preparen las ambulancias, paramédicos y alejen lo más que puedan a las personas.
—Esto será divertido —dije sonriente.
—Yo me encargaré de los criminales —inició a escribir en su cuaderno— tu saca a los rehenes.
Asentí nuevamente y active mi habilidad, fue cuestión de un leve parpadeo para encontrarme dentro del edificio sin tener que enfrentarme a los criminarles —carajo, tendré que limitar mi poder, sino esto me caerá en la cabeza—. Supervise la situaciones, todo era un caos envuelto en llamas y diversos estudiantes tendidos en el suelo, como pude sin utilizar mi habilidad junte a todas las personas, seguido las cargue y active mi habilidad para sacarlas.
Vi a una chica consiente por lo que decidí preguntarle mientras la deje en manos de los paramédicos.
—¿Hay más personas?
—Creo que si, más adentro del instituto —respondió.
Concentré mi mirada sobre mi compañero, quien vencía a los criminarles sin dificultad alguna. Active nuevamente mi velocidad e ingrese al edificio, camine con cierta rapidez por los pasillos e intente de no realizar algún movimiento brusco.
—¡¿Hay alguien aquí?!
Mala decidió al hablar, el humo invadió ingresó a mis pulmones ocasionando que tosa —demonios, tuve que haberme colocado un trapo húmedo o algo—. Seguí con el recorrido esquivando el fuego, entretanto busqué hasta el más mínimo detalle para no pasar desapercibido a alguien que intentaba huir o llamar mi atención. En eso el olor a quemado inundó mis fosas nasales y el humo fue incrementando dificultando aún más mi labor en buscar.
Huele a... ¿carne quemada?
Dirigí mi mirada hacia atrás dejándome ver que la cola de mi gabardina está con fuego lo que consiguió alterarme.
Aaaa aaaa me estoy quemando, me estoy quemando.
Con rapidez me quite la gabardina para seguido tirarla al suelo y comencé a pisarla con propósitos de apagar el fue, después de un corto tiempo logré apagar la llama y la tomó con una mueca de tristeza—no, se arruinó toda—. Me colocó la gabardina y continué caminando.
—¡Hay alguien aquí! ¡Por favor respondan!
No podía utilizar mi velocidad ya que el edificio no lo soportaría y se derrumbaría así lastimando las personas que quedaban en el lugar.
—¡Respondan por favor! ¡Someten algo o griten para yo saber que están aquí!
En eso, cae una lampara del techo provocando que me cambie de lugar.
—¡Si alguien me escucha respondan, por favor!
—¡Aquí estamos! ¡Ayúdenos por favor! —el grito de una voz masculina se presento, por lo que corrí hacia el inicio de esta.
Me detuve al ver que el camino se dividía en tres pasillos.
Joder, hacia donde.
—¡Auxilio por favor! —grito nuevamente corrí por el pasillo de la derecha
Observe una puerta que había iniciado a agarrar fuego, deje de caminar al escuchar otro grito de auxilio detrás de esta. Dirigí la mirada hacia la perilla rojiza a causa del calor.
—¡Descuida soy de Agencia y vengo a sacarlos de aquí! —dije en voz alta.
—¡Por favor, ayúdame! ¡Mi hermana está herida! —grito desesperado.
—¡Aléjate de la puerta, la voy a tirar!
Tome un poco de distancia, luego me prepare concentrando toda mi fuerza en mi pierna derecha, seguido le brindó una patada a la puerta y esta cayó al suelo dejando a la vista dos jóvenes, el primero era un chico de cabello anaranjado quien sostenía a una chica de cabello negro. La habitación estaba en llamas por lo que con algo de dificultad me acerqué a ellos y comencé a sacarlos del cuarto.
—¿Qué le sucedió a tu hermana?
—Se desmayo.
—¿No se golpeó con nada en la cabeza o nuca?
—No.
—De seguro es por el humo y el calor.
—Por favor ayúdame a salir de aquí, necesito llevarla al hospital.
—Te ayudaré solo necesito que guardes la calma y no te alteres.
Él inició a toser por lo que concentró mi atención el él, distingue su forma irregular al respirar y cómo su cuerpo temblaba, lo empujé al suelo con delicadeza.
—Quédate aquí y no te despegues del suelo —expliqué mientras me quite la gabardina.
Con mucho dolor rompo mi gabardina a la mitad, una parte se la di al chico para que se cubriera y la otra parte me encargue de colocárselo a la chica. A continuación cargue a la chica en modo princesa y vi cómo el chica ya tenía cubierto nariz y boca.
—¿Hay alguien más?
—No solamente nosotros.
—Sígueme, los llevaré a la salida.
Sin perder más el tiempo comenzamos a correr hacia la salida evitando lo más que podíamos el fuego. En eso, un pedazo de cielo falso cayo al suelo provocando que el fuego se incremente drásticamente provocando que nos detuviéramos.
Joder.
—Súbete a mi espalda.
—Pero...
—Si quieres que algún material con fuego te caiga en la cabeza pues sigue caminando.
De forma callada se acercó a mi espalda para seguido subirse en ella en un salto, sus brazos rodearon mi cuello y a su vez sus piernas rodeando mi cintura, mientras recostó su cara en mi espalda.
—¿¡Vamos a morir!? —dijo alterado.
—No lo haremos. Sustente fuerte, no quiero que te caigas. —advertí y él aumentó la fuerza de su agarre, y añadí en un susurro—: Inōryoku; Hurto arrepentido.
Libere un poco de aura mientras que todo el entorno se volvió lento, retrocedí un par de pasos y me propulsé para agarrar carrera consiguiendo atravesar las llamas y estar del otro lado. Ese tipo de acciones continué haciendo hasta llegar a la puerta principal y salir por esta. Distingue a varios criminales tendidos en el suelo con esposas, seguido busqué a mi compañero, el cual había iniciado a subir por los escalones.
Sentí demasiado peso en mi espalda por lo que decide desactivar mi habilidad.
—¡Midori! —grito subiendo las escaleras mientras yo descendía por estas.
—Creo que se me desmayó el chico.
Él al está cerca me quito al chico de la espalda y lo cargo.
—Alejemonos de aquí —dijo por lo que me limite en asentir.
Pasaron alrededor de 20 minutos en los cuales interrogábamos a los estudiantes en búsqueda del origen del fuego, pero nadie sabía cómo inició. Nos dirigimos hacia una ambulancia la cual se encontraba el chico de cabello anaranjado cuidando de su hermana.
—Hola, ¿cómo te sientes? —pregunte una vez enfrente suyo.
—Algo adolorido pero vivo gracias a ustedes dos.
—Necesitamos hacerte un par de preguntas —dijo Kunikida directo
—¿Eh? P...por su..pu...es..to —respondió nervioso.
—Kunikida no seas tan directo, ¿qué no ves que atormentas al pobre chico?
Él rodó sus los ojos con fastidio y soltó un bufido.
—Solo podrías contestarme una pregunta, de ahí te dejamos en paz —asiente—. ¿Por qué estaban tan adentro del instituto y no con sus demás compañeros? —cuestione.
—Habían un montón de hombres armados quienes nos amenazaban con estas y utilice mi....
Se quedó callado por unos segundos.
—¿Tú? —incitó Kunikida para que continuará.
—Utilice mi inteligencia para encontrar un lugar en donde escondernos, pero el fuego rodeo todo el establecimiento así quedando atrapados en ese lugar —terminó de explicar
Vi de reojo a Kunikida, quien terminó de apuntar todo lo que nos dijo el chico y yo asentí para cerciorarme que tuviera todo.
—Te agradezco por tu cooperación —dije y ambos comenzamos a caminar hacia la Mota para seguir con las misiones restantes.
—No nos dijo todo —dijo Kunikida sumamente desconfiado.
—Concuerdo contigo.. de seguro él tiene poderes y no nos queria decir, pero eso es lo de menos. Debemos de apurarnos ya que tenemos otras misiones —dije cambiando de tema.
Horas habían pasado y ya habíamos terminado nuestras misiones, por lo que nos encontrábamos en la Agencia guardando nuestras cosas. Distinguí a que la actitud de Ranpo había vuelto a la normalidad —así que ya lo vieron— y quería acercarse a mi, pero no pudo ya que una secretaria de adelantó.
—Joven Konoe, el presidente la llama.
—Y ahora que hice —dije con aburrimiento y pude ver de reojo a Ranpo preocupado.
—No lo se, pero dijo que era importante y que fuera a su oficina.
—Ahora ¿en qué maldito lío te metiste? —suspiro con cansancio— Vamos, tendremos que arreglar el asunto.
—Lo lamentó Kunikida-sama, pero el presidente quiere ver únicamente a Konoe-sama.
—Lo se, es por eso que voy con ella. Después de todo soy su compañero y si la regalan a ella también debe hacerlo conmigo.
—Ay, Kunikida-kun~ si me quieres~ —dije en cantadito y movía mis hombres de forma exagerada.
—Para luego matarla y que aprenda a no volver hacer ese tipo de estupidez. Tal vez logre convencerlo para que ingrese a Midori a una escuela de disciplina
—Ya me lo veía venir —dije con una gotita defendiendo de mi cien.
Sin más remedio, tuve que ir hacia la oficina del viejo mientras que de fondo escuche los gritos de Kunikida.
—Después si quieres me matas o lo que sea —dije restándole importancia en sus protestas e ingrese a la oficina.
—¿Habrá alguna vez en tu vida que toque la puerta?
—¿Para qué me llamo? —cuestioné haciéndome la tonta.
—Te dije que lo cuidarás —dijo con sus brazos cruzados sobre su pecho y me mataba con la mirada.
—Y lo estoy haciendo.
—Si ingresó esto —mostró el documento— al sistema, la división sobrenatural lo tomara valida y no podrás ingresar al niño a nuestro sistema.
—Lo se...
—¿En qué estás pensando?
—En que si los unicornios realmente existieron en la tierra.
Él me medicó una de sus mirada, aquellas de las cuales utilizan tus padres cuando estás haciendo algo mal y quieren que le digas la verdad.
—No me vea así, se siente feo —dije esquivando a toda costa su mirada.
—Quiero entender el por qué —dijo por lo que suspire.
—Yosano también a sufrido demasiado. En cualquier momento la mafia podría capturarla y experimentar con ella, en cambio estando con nosotros esta mas protegida y viéndolo de otra perspectiva podría ayudar a la agencia, incluso según usted consiguió curarme sin que mi habilidad la lastimara, ¿no? Entonces ella puede curarme cuando el doctor no pueda.
—Midori.
—Se que no quiere que esté aquí, ya que será más conflicto para la agencia por la ley que nos impusieron: "no aceptar a personas que han participado en cosas o lugares ilícitos", es algo estúpido la verdad ya que hicieron una gran decepción conmigo al enterarse cierta parte de mi pasado. Y aún sigo sin comprender porque no la quiere aquí, además de la ley.
—Contigo es diferente, les has demostrado lo mucho que cambiaste y te tomó años para que ellos te aceptaran, además saben muy bien que estoy yo para orientarte y soy el único al quien le haces medio caso.
—Si me dieron la oportunidad, porque no hacerlo con ella.
—Su historial está manchado.
—Igual que el mío.
—Tu tienes un trastorno el cual no podías controlar, ahora el caso es distinto.
—Y a ella le mancharon el historial, ella nunca mató a alguien solo curaba, además si golpea alguien su mismo poder hace que se cure. Ella es menos peligrosa que yo, ella si está en sus 5 sentidos en cualquier momento y yo no.
—Muy bien, le bajas dos tonos a tu voz y te me calmas —exigió, en ese momento me di cuenta que estaba apunto de romper su escritorio por lo que lo solté.
—Lo lamentó.
—Descuida, comprendo que este tipo de temas te hacen perder cierta parte de ti autocontrol, lo cual debemos de mejorar. Se muy bien que hasta cierto punto puedes visualizarte en Yosano y te esta perjudicando, ese es el principal motivo del cual no la quería en la Agencia.
—Odio que me conozca.
—Siempre buscaré tu salud y bienestar. Considero que puedas tolerarla aquí y llevarla de forma alumno-maestro, pero te conozco, se que abra un momento de tus lapsos donde saques toda tu ira contra ella por ser semejante a ti antes de ingresar a la Agencia, también está la probabilidad que nuevamente alguna de tus personalidades tome control de tu cuerpo y los chicos inicien a dudar de que te pasa.
Agache mi rostro sintiéndome un poco culpable, odiaba esa sensación.
—Estaba tan bien sin ella.
—Quieres pero a la vez no que se quede en la Agencia. Puedo deducir que algo sucedió, viste una escena de debilidad entre Ranpo y Yosano, no le tomaste mucha relevancia a los sentimientos de la chica, pero si te importo mucho la de tu mejor amigo, eso fue lo que te impulsó en aceptar a la fuerza a la chica y que le dieras el documento —tomó un par de segundos y continuó hablando—. Le estás dando todo tu esfuerzo a la chica, quien ni siquiera a entablado buena conversación contigo y lo haces todo por Ranpo. Estás desperdiciando la oportunidad de traer a Y..
—¡Ya lo se! ¡No es necesario que me lo recuerde! Me duele sabe y si lo hago mas por Ranpo, es mi mejor amigo, no puedo dejar que se sienta mal y caiga nuevamente en esa depresión. Él es importante para mi, a pesar de su carácter y todo, lo quiero demasiado, es parte de mi familia.
—¿Estás segura de tu decisión? —asentí con mucho pesar— Bien, ahora quiero saber, ¿qué sucederá con Yumeno?
—Si no consigo otra vez el permiso pues... me tocará hacer batalla legal.
Escuche su silla moverse sobre el suelo, seguido siento un peso sobre mi hombro provocando que elevara la mirada y veo al viejo quien me dedica una sonrisa tranquilizadora.
—Te ayudaré en todo lo que esté a mi alcance.
Una sonrisa se apoderó de mis labios y me abalancé sobre él dándole un abrazo, por su parte me correspondió y acaricio mi cabello.
—Estoy orgulloso de ti —susurro y aumente el agarre de mi abrazo.
Nos mantuvimos así pro un largo tiempo hasta separarnos, al salir de la oficina nos dimos cuenta que ni hubo de mis amigos estaban —de seguro ya se fueron a descansar—, por lo que el viejo me esperó a que guardara mis cosas y me acompaño hasta la entrada de los departamentos, me limite en agradecerle e ingresar al lugar.
Subí las escaleras con lentitud sin tener tantas ganas de estar sola en el departamento y pensando seriamente que iría al departamento de Kenji para comer ramen. Apenas había abierto la puerta del departamento y fui interceptada por Ranpo, él tomó de mi muñeca y nos adentro al departamento.
—Debemos de hablar —dijo cerrando la puerta con pasador.
—De acuerdo, pero amantes quiero que me des un beso en la mejilla —bromee, conocía bien al azabache y no es de aquellos que demuestran afecto.
En eso siento un leve peso sobre mi mejilla izquierda provocando que me sonrojara y dirigí mi mirada hacia el chico quien tenía un ligero sonrojo que trató de ocultarlo girando su cabeza.
—¿Por qué?
—¿Eh? ¿De verdad me besaste? ¡Maldición! ¡Por qué demonios no lo grabe! —proteste al salir del ligero transe.
—¡Midori!
—¿Qué?
—No te hagas la loca y respóndeme.
—¡¿Responder a qué chingados?!
—Lo de Yosano. ¿Por qué le diste el pase del niño que tanto te costó conseguir?
—¿Qué pasa? —seguí haciendo la tonta.
—En ese mendigo papel decía: "es permitido que se integre un miembro de cualquier categoría y se borrara su historial criminal si se llegase a existir, únicamente lo podrá utilizar una vez la detective Konoe Midori"
—Mierda, se me olvidó borrarlo.
—Habla.
—Confórmate que solamente lo hice y ya, Yosano tendrá la oportunidad de hacer el examen y ya es dependiendo de ella si pasa el examen o no.
—No me iré hasta que me expliques.
—Mejor usa tu habilidad especial ya que me quiero ir a dormir.
—No lo haré, quiero escucharlo de ti.
—Ranpo —me quejé de forma a niñada, a penas pude hablar sobre el tema con el viejo, no se cómo reaccionaría si lo habló ahora con Ranpo.
Al ver que no se movía o intentaba de sacar sus lentes decidí hablar de forma breve.
—De acuerdo, lo hice por ti. Le di esa oportunidad a Yosano porque se que te ibas a poner mal cuando ella se fuera y no pudiste cumplirle tu propuesta.
—Ella no mato a nadie.
—Lo se, pero de igual formas le mancharon su historial y así lo segura viendo la división sobrenatural hasta que pase en aprobatoria la carta.
—Eso es estúpido —protestó a lo que le doy la razón.
—Desde que la división sobrenatural autorizará el libre funcionamiento de la Agencia nos impuso ciertas normativa, de ahí es el porqué el presidente te negó hacerle el examen de ingreso. La ley que nos impusieron es que ningún agente puede tener un registro criminal ni penal para evitar cualquier conflicto a futuro.
—Al momento que mancharon su historial sabían que no podría ingresar a la Agencia, malditos —dijo Ranpo al darse cuenta del verdadero plan de la Mafia.
—Sigo sin comprender el cómo averiguaron esta regla que nos impusieron —por supuesto que si, el maldito de Ango les dijo—, nadie más a excepción del viejo, Taneda y yo sabíamos de eso.
—Entonces cuando fuimos a rescatar a Yosano nada más fue una trampa para poder capturarte...
—Si lo ves desde esa perspectiva, así es. Pero no les funcionó, yo estoy bien, Yosano esta con nosotros y podrá unirse con ese insignificante papel.
—Ellos, ¿saben de Yumeno?
Me tensé— Hasta donde yo se no...
—Es mi culpa —susurro cerrando sus ojos con fuerza y agachando su cabeza.
—¿Y ahora qué mosco te pico? Se supone que tendrías estar feliz
—¡Deja de hacerte la idiota! ¡Sabes que no me gusta cuando estamos hablando de cosas serias!
—¿Quieres que te culpe? ¿Realmente quieres que te lo diga? Bien, lo haré. Es tu maldita culpa que casi muriera por tu insolencia. Es tu maldita culpa que no pueda tener a Yumeno conmigo. Es tu maldita culpa que seas mi mejor amigo al cual aprecio demasiado —me agache enfrente de él, luego posicione mi mano en sus hombros y me miro—. Es tu maldita culpa que pongas esa actitud tan aniñada que me hace quererte más. Es tu maldita culpa que me sienta mejor cada vez que estás contigo. Es tu maldita culpa por tus ojos hipnotizante que aprendí a manipular a la gente. Es tu maldita culpa que me hagas subir mi estado de ánimo cuando estoy mal. Es tu maldita culpa por hacerme una mejor persona y recordarme mi lado humano.
Él de quedó callado mirándome con sorpresa y proseguí.
—Eres alguien demasiado importante para mi, no podía soportar cómo sufrías mientras intentabas convencer al presidente cuando no tenías ni idea del porqué te negaba —me levante—. Si quieres que te odie por el simple hecho que encontrara y casi moría por la necedad de estar ahí para salvar a Yosano, estás equivocado. Sabes bien que a mi siempre intentan matarme, pero no lo consiguen así que eso lo que sucedió fue algo normal para mi.
—Estás sufriendo demasiado, gritabas de dolor y suplicabas que pararan.
—Solo lo hice para hacer más drama en la escena —le mentí con un una simple broma.
—Pero..
—Sabes lo melodramática que soy, así que créeme cuando te digo que solo actué. Quería ver sus reacciones para ver si era importante para ustedes.
—Idiota —dijo abalanzándoselo sobre mi para abrazarme, y añadió—. Por supuesto que eres importante para nosotros, muy importante para mi, no lo vuelvas hacer.
Un sentimiento de culpa invadió mi cuerpo —una metirita blanca no hace daño a nadie, ¿verdad?—, pero decidí ignorarla y enfocarme en devolverle el abrazo.
—En cuánto a Yosano y Yumeno. Creo que aún no estoy del todo lista para una responsabilidad tan grande, aún me cuesta equilibrar mi vida laboral con la personal y si sigo así no podré darle la atención suficiente a Yumeno, tal vez más adelante pelee por su custodia aunque no sea parte directa de la agencia. Se que Yosano a sufrido y todo, pero lo que llamo mi atención fue cómo conseguiste acoplarte con ella tan fácilmente.
—Me estás diciendo antisocial.
—No, te estoy diciendo asocial —bromeé y él rio.
Ambos nos separamos de mi abrazo y seguí hablando:
—Es muy extraño cuando encajas con una persona cuando recién la conoces así que decidí confiar un poquito en ella y solo lo hago por ti. Escucha, esa carta que tienen cambiará los estándares, pero seguirá teniendo la oportunidad de hacer el examen de ingreso.
—Entonces le fuiste honesta al pez gorda para quien era la carta, por lo cual escribió de esa manera —asentí—. Entonces Yosano tendrá que dar la cara en la división sobrenatural.
—Técnicamente yo soy la que le daré la cara por Yosano en la división, por el simple hecho que está a mi nombre, tampoco tendré voz ni voto en la decisión final que dará el viejo.
—¿Qué?
—Mierda, no tuve que haber dicho eso —me rasque la nómica con nerviosismo y solté una leve risa nerviosa—. No le digas al viejo que te dije, sino me mata.
—De acuerdo.
—Para ser integrante en la Agencia hay se debe hacer diversos tipos de pruebas, en el caso de ustedes tres tuvieron 7 pruebas las cuales no puedo decirte. Katai tuvo que superar 15 pruebas y las de secretarias 20, claro a excepción de Haruno ya que ha ella se le hace las pruebas a diarios.
—No nos dijiste nada de las pruebas, ni siquiera me di cuenta que habían.
—Fue un acuerdo que tuvimos el viejo y yo. Si le decíamos a los novatos que iba a ser examinados no demostrarían una versión completamente distinta a la original, lo que buscábamos era ver cómo son en realidad y si tenían ese potencial de hacer justicia.
—Eres una de las evaluadoras, ¿no?
—Bu..bueno la.. la verdad si, tuve que ponerlos en ciertas situaciones para ver sus reacciones. Pero la decisión final siempre a sido la del viejo.
—¿Y si hubiéramos fallado en alguna de las pruebas?
—Tendría que haberlos sacado de la Agencia. Lo bueno es que no sucedió, me encariñe con cada uno de ustedes que no podría hacerles eso.
—Entonces me alegra a ver pasado, sino saber en donde estaría ahora. ¿Interviniste en alguna decidió de nosotros?
—Creo que ya es hora de dormir —dije sonriente.
—Midori —suplicó.
—Puedo asegurarte que ustedes ganaron las pruebas por sus propios méritos y también consiguieron mi amistad, que sería un tipo de plus.
—Te creo, solo que considero que al final de todo tu voz y voto guían a las desiciones de la agencia.
Flashback
2 meses habían pasado volando desde que decidí seguir la locura del viejo e hice mi primera misión con él.
—Le dije que ese no era un buen tipo —comenté comiéndome mi dulce mientras mirábamos en las noticias.
En la televisión trasmitía un robó de banco, el cual había detenido y fue la primera aparición que hice hacia el público, en ella aparecieron un grupo pequeño de 4 hombres, uno de ellos había conseguido superar el examen de inteligencia con alto punteo, sin embargo, no me dio la suficiente confianza así que tuve una pequeña pelea verbal con el viejo para que no lo contratara y por suerte me hizo caso. Justo ahora le estaba encarando al viejo que tenía razón al desconfiar de el tipo, ahora reconocido como criminal.
—¿Cómo le haces? Ya son 3 veces seguidas que sucede lo mismo.
—No hago nada, solamente aparece el sentimiento y ya.
—De a partir de ahora serás la examinadora y la última prueba para que superen los novatos.
—¿Ah? —pronuncie haciendo una mueca de fastidio y deje el bocado a medias.
—Tienes ese don de saber quien es bueno o malo sin si quiera conocerlo o haberlo visto, inclusive puedes hacer esto con tan solo escuchar.
—No creo que sea buena idea, soy demasiado tosca y no confío en nadie.
—Pero no sucedió lo mismo con Katai.
—Eso fue un caso especial, aparte que lo tienes como mi niñero.
—De ahora en adelante te nombro como la examinadora de los novatos, también serás parte para dar mi veredicto final.
—Te falto darme la bendición.
—¡Midori! —me regalo y recibí un fuerte zape en la nuca.
—Órale ¡¿y ahora por qué me pego?! —proteste acariciando donde me golpeó.
—No digas esas barbaridades.
—Oiga, así es como se dice cuando haces un tipo de cruz para orar y que todo le vaya bien, ¿no? ¿O me estoy confundiendo? —vi cómo se colocó pálido y tosió con nerviosismo— ¿Qué otra bendición hay? —cuestione confundida.
Fin del flashback
Hasta la fecha sigo sin entender porque me golpeó ese día, aunque casi siempre lo hace cuando digo comentarios que por lo visto son erróneos.
—Quizás, pero en esta decisión de Yosano si no me voy a meter.
—Gracias, por todo.
—No hay de que —le despeine un poco su cabello—. Solo le di el pase de entrada, cómo te dije, ella debe de ganarlo por su propios méritos, así que entrénala bien porque cuando menos se lo espere pueden decirle si está adentro o fuera.
—Tengo una última duda —lo mire—. Cuando te conocí noté que eras muy rápida en analizar los hechos o hacer planes, pero desde que ingrese a la agencia dejaste de hacerlo, al principio pensé que quizás estaba alucinando, pero me invadió la curiosidad y le pregunté a Kenji y al presidente de eso... me respondieron que desde que estoy aquí dejaste de analizar las cosas o deducirlas, sino que ahora esperas a que sucedan. ¿Por qué lo haces?
Porque si lo hago te bajaré tu confianza y solo me terminare estresando.
—La verdad ese fue mi época dorada, pero me aburrí y decidí dejar de pensar de mas, aparte si lo intentara ahora me harías pedazos en menos de dos segundos por tu habilidad.
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—¡Por qué yo! —proteste
—Eres la más capacitada, aparte que tu voto será nulo.
—¡Ahg! ¡Mierda no quería trabajar!
—¡Lenguaje! —dijo Fukuzawa y me dio un fuerte zape que consiguió derribarme.
Esa maldita costumbre se la voy a quitar a la fuerza.
Les daré el contexto de todo, pasaron 4 días desde que le di el pase libre a Yosano y hablar con Ranpo, hubieron ciertas complicaciones que tuve que arreglar y hasta ahora iniciará la prueba. En este momento, a las malditas 4 de la mañana, me encontraba en la oficina del viejo por un caso urgente que me daría, pero cómo podrán apreciar, él me dio la orden en que fuera la examinadora de la femenina y me termino dando un golpe, lo que me da mucha risa es que únicamente me pega cuando estamos a solas ya que quería guardar su postura del buen líder que es.
—¿Por qué no pone a Katai? Digo, Ranpo ya sabe que soy la examinadora así que lo más probable es que se lo diga a Yosano.
—¡¿Qué tu qué?! —dijo molesto, ahí reaccione que había metido la pata.
—Es estúpido negarse cuando ya se sabía la verdad —dije al ver que no tenía escapatoria y me senté.
—Le dijiste cómo son las pruebas —negué—. Bien, haremos la apariencia que Katai será el examinador solo para engañar a Ranpo, pero tú serás la que determine los exámenes.
—Creo que ya se como lo haré esta vez —dije, al pensar que podía aprovechar esta oportunidad.
—Por favor que no conlleve a internarte en el hospital.
—Tenga por seguro que si lo haré.
Suspiro— Le avisaré al doctor entonces.
—Iré a joderle la existencia a Katai.
—Déjalo en paz, debe de estar durmiendo.
—Igual estaba yo, pero le dio la gana de jo.... —vi su rostro fruncieras— jo, dice Santa Claus. Es obvio que si quería a saber la información importante y no me molesto en nada que me levantara.
—Por lo visto tienes mucha energía... vamos a entrenar un poco —dijo y se acercó.
—Seguro, pero antes desayunemos algo que me muero del hambre.
Después de unas largas horas de entrenamiento y tiempo de convivencia con el viejo, habíamos retornado a la Agencia y distinguí a mis compañeros trabajando junto a una Yosano curiosa analizando su alrededor —bien que empiece el martirio— y no se despegaba ni un segundo de mi amigo azabache.
—¡Hasta que al fin te dignas en aparecer mocosa! —grito Kunikida dando zancadas hacia donde estaba, sin percatarse que el presidente estaba a mi lado.
—¿Sabes qué dicen los neuróticos?, dicen que les salen muchas arrugas y envejecen mucho más rápido si son muy enojado.
—¿Es en serio?
—Vamos, anótalo —insiste en un canto.
Saca su libreta y comenzó a escribir —"A los neuróticos les salen arrugas y envejecen"...
—Es una broma —dije haciendo una cara divertida.
—¡Idiota! ¡Deja de burlarte de mi! —grito sumamente molesto y me golpeó en la nuca.
—¡Ahhhhh! ¡Que malos eres conmigo Kunikida! ¡Viejo, mama Kunikida me pego! —proteste de forma aniñada mientras que me sobo la nuca
—Ella empezó con sus cosas, bien merecido lo tiene —intento de defender el rubio.
—Ya van a empezar —susurro con una gotita en su cien el viejo.
Ambos ignoramos al viejo e iniciamos a discutir, más que todo me dediqué a fastidiarle la existencia a mi compañero mientras que él se les marcaron cada vez más las venas de su frente.
—¿Ellos siempre son así?
—Si, así que vete acostumbrando —le respondió Kenji a Yosano.
—¡Bien me largo de aquí! Nadie me quiere, así que iré con alguien que si me aprecia —dije de forma exagerada y camine directo a la salida.
—Ah no, tú te quedas aquí mocosa, vendrás a trabajar conmigo.
—No, tú amor por mi es falso así que nunca jamás volveré a trabajar contigo, quédate con la novata, me iré del país y..
—Ya deja de dramatizar Konoe —interrumpió Kunikida.
—Me largo con Katai, hasta nunca cuatro ojos —fue lo último que dije antes de salir por la puerta.
—¡Mocosa! —grito molesto Kunikida.
Sin perder más el tiempo active mi habilidad y fui directo con Katai. Solo tarde un par de milisegundo en llegar a la casa del susodicho, por lo que desactive mi habilidad y entre a la casa.
—¡Ya vino por quien llorabas! —grite y abri de golpe la habitación dejándome ver un bulto en medio de la cama.
—Tardaste más de lo esperado —respondió Katai, tecleando algo en su computadora.
—Culpa del viejo y de tu amigo. Recibí tu mensaje, de que quería hablarme —dije sentándome de golpe en el suelo y recuesto mi espalda sobre él.
—Últimamente Dai a tenido muchos problemas, los he conseguido resolver, pero pude detectar que una base externa intentó de infectarla con virus...
—Alguien quiere nuestra información personal —complete su frase y todas mis facciones de volvieron neutras.
—Exacto.
—Cuéntame todo.
—Dai reportó 3 ataques misteriosos hace dos semana, por suerte no fueron tan fuertes ya que lo consiguió controlar, después de eso el hacker se tomó un descanso hasta hace una semana que volvió a intentar ingresar a la base de datos con la diferencia que sabe bien lo que hace y me está manteniendo ocupado.
—¿Cuántos ataques van ahora?
—12, contante el que estoy liberando.
—Sospechosos.
—Ni uno, la Port Mafia ni siquiera sabe la diferencia entre un software y un hardware —ni yo lo sé—. La división sobrenatural no tiene ningún externo que sepa de informática y otros criminales de bajo rango no tienen conocimiento de cómo usar una computadora.
—No estamos hablando de un principiante, sino de un experto... busca en el registro oficial los antecedentes de personas que tienen experiencia en sistemas, inclusive ve los reportes que recolecte en su momento de la Port Mafia.
—¿Cómo sabes que no es un principiante?
—Te conozco y se que buscaste el origen de este, más no pudiste localizarlo por lo que me llamaste.
Rio un poco— Extrañaba está parte tuya, quisiera tener esa mente tan brillanté que te cargas y a su vez la desaprovechas.
—Tu eres más inteligente que yo en el ámbito tecnológico y no desaprovecho mi deducción.
—Si lo haces, solo cuando vez el asunto es muy serio te pones a pensar.
—Ranpo está con nosotros, que él se encargue de eso. Yo estoy para joder a Kunikida.
—No encontré nada en los informes de la Mafia.
—Vaya, si que eres rápido —me levante y estire un poco los brazos—. No dejes de buscar, tengo ese presentimiento que nos estamos enfrentando con un usuario de habilidad especial.
—Eso haré. Por cierto, acabo de enterarme que la niña consiguió participar en los exámenes y yo seré su "examinador".
—Algo así, tendrás que ir a la Agencia para hacer como el examinador mientras yo la evalúo.
—Ranpo lo sabe, ¿no?
—Correcto.
El sonido del celular de Katai se presentó, de un movimiento rápido incline mi cuerpo apegándolo en la espalda del mayor, seguido posicione mi mentón en su hombro para ver lo que contenía el mensaje que le mandaron.
—Metida.
—¿Qué? Chisme es chisme, además debo asegurarme que ninguna zorra esté usándote como títere —él negó con su cabeza y yo amplió la imagen que le mandaron—. ¿Esa no es la niña que me maquillo para el evento?
—Así es. Haruno me pidió favor de encontrarla ya que la policía no hace nada, como siempre.
—¿Ya ha sucedido más veces?
—Que recuerde si. Pero este sería la primera vez que me pide este favor Haruno.
—Mhp, creo que le iré hacer una visita mientras tanto sigue buscando y si encuentras algo me llamas.
—Está bien.
Me levante y caminé hacia la puerta, a punto de salir de la habitación conseguí recordarme de algo importante.
—Por cierto... necesito que me encuentres a un hombre...
—¿Quién?
—Shiguma también conocido como Sigma.
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Definitivamente odio cuando me toca hacer todo por tener mas experiencia que mis compañeros y ser la mano derecha del viejo.
Me encontraba ingresando en la Agencia con un folder que contenía el registro oficial del incidente desde hace 4 días y la desaparición de la chica que me maquillo para el evento, Naomi, ese era su nombre si mal no recuerdo. Al mismo tiempo, me estaba ocupando de supervisar todo lo que Yosano hacía y decía por medio de la mosca que Dai tenía, y por última, estaba pendiente de todo lo que encontraba Katai.
Es cierto, el tema de la desaparición de Naomi no era de tanta relevancia para que uno de mis compañeros o inclusive yo nos preocupáramos, sin embargo, tenía motivos para hacer todo esto y solamente necesitaba corroborar si estaba en lo cierto.
—Bienvenida joven Konoe —saludó una de las tantas secretarias.
—Hola. Kunikida, ¿está aquí?
—Creo que se encuentra en la oficina del presidente.
—Tch. Bueno entonces lo esperaré.
Camine directo a mi escritorio, seguido abrí el folder y le leí su contenido para distraerme un poco —vaya, no me recordaba de lo rápido que resolvía los casos al prestarle un poco de interés—, sabía que ya tenía todo resuelto, pero quería tardar un poco más para no enfrentarme a Yosano para realizarle su debida prueba.
Los minutos pasaron y escuché unos pasos acercarse a mi posición, así que eleve la mirada encontrándome a mi querido amigo rubio por lo que cerré el folder.
—Kunikida-kun~, ¿aún tienes el reporte del incendio?
—¿Cuál de todos?
—El de hace 4 días.
—Ah, el de tu gran chistesito, ¿no?
Flashback
—Midori.
—¿Si, Kunikida~?
—Te pedi de tarea que hicieras el reporte con el mínimo de mil palabras.
—Lo sé.
—Entonces, —colocó los papeles de golpe sobre la mesa— ¡¿por qué demonios las hojas que entregaste están totalmente en blanco?!
—Porque el silencio vale más que mil palabras —respondí y Ranpo inició a reírse a carcajadas.
—Profundo y muy cierto —dijo Kenji.
Vi al rubio inhalando profundamente con la intención de calmarse, pero de un momento a otro se encontraba tomando de mis mejillas y estirándolas provocando que me quejara e intentara de soltarme.
—¡Por qué no eres una mujer normal!
—¡Soy una adolescente aún!
—Tienes 16 años, ¡madura ya!
—¡Mentiroso! ¡El quien tiene esa edad es solecito! ¡Yo los cumplo el próximo mes!
—¡Tu eres la mentirosa! ¡Kenji no tiene esa edad! ¡Y vas a cumplir 17!
Fin del flashback
—Ese mismo. Lo necesito.
—Te lo daría, pero aún no lo he hecho por la falta de tiempo.
—¿Y esos? —pregunte extrañada ya que él es uno que va al día.
—Pues resulta que mi querida compañera se le dio la gana descansar y dejarme solo con todo el maldito trabajo —dijo molesto.
—¿De qué trabajos hablas? Si no tienes nada que hacer.
—¡Si como no! Tengo que hacer todos lo malditos reportes de las misiones que hicimos desde hace 4 días.
—Escucha no se quien demonios te dijo que debías de hacer un reporte tras los reportes que había hecho y entregado. Los únicos que no hice fue el del incendio y el robó del diamante ya que dijiste que te ibas hacer cargo.
—Si claro y yo soy el rey de baronía
—Es cierto lo que dice, ella entrego todo los reportes joven Doppo —interrumpió una secretaría evitando una posible pelea y se fue del lugar.
—Pero si... ¡Malditos mocosos!
—En serio caíste en una de sus bromas —suspire—. Kunikida, eres el mayor de los 4, deberías de distinguir lo que es una broma o no.
—¡Cállate! —dijo sonrojado de la vergüenza.
—Bien, saca tus anotaciones y haremos esos dos reportes que nos faltan.
—Tenemos misión.
—Que de ocupen los chicos ya que de aquí no nos movemos hasta terminar los informes.
El tiempo pasó relativamente rápido, al principio me había costado que a Kunikida se enfocara en los informes, pero lo conseguí y ahora tenía la información suficiente para dar inicio a mi siguiente jugada.
—Debo de hacer una misión importante que Katai solicitó, así que necesito que me cubras hoy y mañana, por favor —le pedí al rubio.
Él pestañeó un par de veces y al ver que no respondía dije con seriedad.
—Se que es muy repentino, pero de verdad debo hacer esta misión. Te prometo que te ayudaré hacer el papeleo de las misiones que hagas e intentaré de no dejarte solo en el resto que toquen hacer.
—¿Necesitas ayuda en este misión? —cuestionó serio, saliendo de su transe y pude percibir cierto rastro de preocupación.
—No, no te preocupes. Ya descubrí al culpable y todo, solo necesito hacer mis movimientos para encarcelarlo.
—De acuerdo, pero si necesitas apoyo no dudes en llamarme. Te cubriré estos dos días, pero por favor vete con cuidado.
—Gracias.
Me despedí de él y fui en búsqueda de Haruno, tarde un par de minutos hasta que la encontré en la sala de descanso.
—Haruno —le llame y ella volteó a verme.
—Oh, joven Konoe, ¿necesita algo?
Tome una silla y le di la vuelta para sentarme enfrente a la chica.
—Ahora que lo dices si. Necesito saber el número de tu amiga, es que necesito maquillarme para un evento.
—Se lo daría con todo gusto, pero... no se donde está.
—Ahhh ya veo, has estado muy ocupada en el trabajo, al igual que yo, no han parado de caer misión tras misión.
—Si, pero es por otro motivo.
—¿Acaso rompiste su amistad con ella? —pregunte "sorprendida"
—No por supuesto que no, es solo que... ella a desaparecido.
Lleve mis dedos a la barbilla aparentando pensar, pero realmente estaba gastando el tiempo.
—Vaya... La verdad si quisiera que le arreglara. Pero dijiste que había desaparecido ¿no? —asintió — ¿Por alguna casualidad es ella? —pregunte enseñándole la fotografía del informe.
—¡Si, es ella!
Soy una hija de puta.
—¿Desde hace cuánto desapareció?
—1 semana, aunque la vi hace 4 días y se lo reporte a la policía, pero ellos no encuentran nada.
—Quieres contarme lo que sucedió.
—No quisiera malgastar su tiempo. Se muy bien que de todos los agentes usted es la más ocupada, además estoy segura que la policía encontrará algo del paradero de Naomi así que no quiero molestarla por algo tan insignificante.
Eso último me consiguió molestarme.
—Ninguna vida humana es insignificante, por esta vez te lo pasaré, pero si vuelvo a escuchar ese tipo de comentarios te mato —dije sería.
—Lo..lo siento, quiero decir, lo lamento.
Cerré brevemente los ojos con la intensión de calmarme, lo cual conseguí así que hablé con serenidad.
—Me deberas un favor y lo cobraré de una vez.
—¿Eh?
—Haruno, eres muy lenta para procesar las cosas —proteste cruzándome de brazos y añadí con cierto toque de burla—: Tomare tu caso, asi que dame toda la información de tu querida amiga.
—¡Muchas gracias Midori! —gritó emocionada abalanzándose sobre mi y abrazándome en el transcurso ocasionándome una gran incomodidad.
—Ya, ya, ya, ¡ya quítate! —la separé al no tolerar esa acción— Sabes muy bien que no abrazo a nadie a excepción de los chicos.
—Lo lamentó... se me a olvidado y me gano la emoción.
—Que no vuelva a suceder.
—Si. Iré a notificarle al presidente de su nueva misión.
—Como quieras, solo encárgate de que mamá Kunikida no interrumpa.
Al ver cómo se alejó, saque mi celular, entre al chat de Katai y escribí.
—¿Encontraste algo?
—Nada aún.
—Pide algo para comer, en unos minutos llegaré a tu casa.
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—¿Tanizaki Jun'ichirō? —preguntó confundió.
Me encontraba nuevamente en la casa de Katai, específicamente en su comedor, sentados en las sillas de la mesa. Le había explicado un poco del caso, pero lo dejé más confundido de lo que estaba, entretanto había terminado de dar el último bocado de mi comida.
—Ese es el pillo que te ha estado fastidiando el sistema.
—Wou. No importa cuantas veces vea tu inteligencia en acción, siempre me seguirás sorprendiendo y más con la rapidez que resuelves lo casos.
—Que esperabas. Después de todo soy la mejor detective con habilidad especial.
—Entonces, ¿qué equipo necesitas para ir a enfrentarlo?
—Ne~ tengo una tremenda pereza para enfrentarlo —me estire realizando una mueca graciosa— solo quiero descansar.
—Te comprendo, también estoy cansado.
—No lo haces. Te la pasas acostado todo el santo día tecleando, aunque no dejare que hacer un esfuerzo mental, yo hago eso más esfuerzo físico todos los días —solté una risa sin gracia con la cabeza agachada, realmente me sentía cansada—. Sabes que es gracioso, desde que nuevos miembros ingresan a la Agencia más complicado se vuelve todo, tanto para salvarlos de ese vacío donde estaban hasta en la actualidad para que no retornen a ella. Me estoy cansando de esto Katai.
—Midori.
—Me gusta salvar a las personas, aún más si se tratan de toda aquella persona que ha conseguido hacer una conexión conmigo. Ver cómo sus ojos ensombrecidos pasan a unos brillantes, como sus auras negativas cambian a positivas, de como pasar de no sentir nada a algo que sientan todos los días, ayudarles a superar el pasado, darles... darles esperanza, esa misma esperanza que consiguió sacarme de ese infierno —dirigí la mirada a mis manos, estas temblaban con suavidad y ciertos lapsos de tiempo veía que estaban cubiertas de sangre— el cual me arrojaron.
Escuche un leve crujido por parte de la mesa por lo que deduje que él había sostenido la mesa y la apretó. Así que decidí seguir hablando para liberar toda la tensión que tenía.
—¿Has escuchado de la técnica del gaslighting?
—No.
—Esa mierda... fue la que dio paso a mi trastorno, vieja puta —dije y recordé todas las veces que ella me torturaba.
Me tome un par de segundos con el fin de tranquilizarme y tomar el valor necesario para seguir con la conversación y no salir corriendo como la miedosa que soy. Sentí reconfortante al ver cómo Katai me daba el tiempo necesario sin presionarme para hablar.
—Gaslighting es una técnica de manipulación psicológica más letales que existen. Es en donde un manipulador intenta que su objetivo comience a cuestionar su propia realidad. Implica hacer que alguien dude de sus propios recuerdos y percepciones, y en su lugar, comience a creer lo que el manipulador quiere que crea. Fui sometida a eso durante mucho tiempo y las voces junto a las sombras iniciaron a aparecer provocando que esa técnica se doblegara con demasiada intensidad. No sabía que estaba bien o mal, negaba las cosas obvias, me extraviaba, tenia contradicciones y mentía descaradamente, había perdido la cordura.
—He ahí donde las voces de tu cabeza tomaban el control y no recordabas lo que sucedía —dijo con seriedad.
Me limite en asentir con cierta incomodidad así que cambie un poco el tema.
—La razón por la cual siempre ayudó a los demás...
—Por qué te obliga el viejo y son normas de la agencia —bromeó un poco intentar de liberar la tensión que había causado.
—Es porque yo se lo que se siente pedir ayuda y no ser ayudado.
—¿4 personas?
—5, próximamente 6, supongo.
—A pesar de todo lo que te a pasado conseguiste salir adelante con esa confianza que consigues calmar a todos, bueno, esa es mi percepción. Eres buena y déjame decirte que la tu de antes con la de ahora son completamente diferentes.
—Temo en volver a caer en esas represarías —confesé.
Siento un par de brazos rodeando mi cuerpo hasta quedar en mi cintura, seguido apegó su cuerpo al mío abrazándome con cierta fuerza, podía notar que su intención era calmarme y sentirme protegida.
—Si eso llegase a suceder, ten en cuenta que iremos a rescatarte.
—Lo dudo.
—El presidente pudo una vez, se que conseguirá hacerlo de nuevo, sumándole que los chicos y yo te apreciamos demasiado por lo que no planeamos soltarte fácilmente.
Me limite en asentir solo por seguirle la corriente. Ninguno de ustedes podría ayudarme con esas bestias, aunque intenten de todo, no lo conseguirán. Lo sé, porque no pudieron ayudarme hace 4 días.
—Ohana significa familia. Y tu familia nunca te abandona.
—Ni te olvida. Deja de sacar frases de películas, sabes muy bien que esa frase no me queda para nada —hice un pequeño berrinche por lo que él rio y se separó del abrazo.
—Katai, no le digas a nadie acerca de la conversación que tuvimos.
—Pero...
—Por favor —suplique.
—De acuerdo, pero a cambio de ocultar esto quiero que vayas al psicólogo.
—Ya sabes lo que opino sobre ellos, lo único que conseguirán es que vuelva loco al que me atienda y gastar su dinero.
—Pero puede ayudarte, aunque sea un poco.
—Te juro que lo intentó en el pasado, pero mi otra personalidad me supera y toma a juego las sesiones.
Un silencio se instaló en el ambiente, por lo que de reojo vi a mi amigo con el rostro afligido y le inició su leve tic de rascarse el cabello, solo con eso tenía un indicio de lo que ocurría.
—Midori, es que... los..los medicamentos...
—Ya no están ejerciendo el mismo efecto. —complete su frase a lo que asintió, y añadí con una sonrisa—: Oye, mientras los tenga a ustedes estaré bien.
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Eran las 10 de la noche del día siguiente, ni había descansado desde que el viejo me habló a las 4 de la madrugada de ayer. Como sucede la mayoría de veces, la Port Mafia intentó nuevamente en llevarme a una trampa, sin embargo, no lo planearon bien esta vez.
La Port Mafia había contactado —mejor dicho amenazado— a un chico llamado Tanizaki Jun'ichirō, por lo poco que se, es un usuario de habilidad especial y muy inteligente en el ámbito tecnológico. Ese fue el mismo chico que salve de ser quemado vivo. Fue demasiado fácil descubrir todo, he de decir que a sido el peor plan que había hecho la mafia, puesto que dejaron demasiado cables sueltos y solo me tomó un par de segundos para unirlos.
Primero, el hacker sabía muy bien que no podrían vencer la seguridad de la agencia, pero si poder bajarla un poco por unos milisegundos y aprovechó eso para en mandar un mensaje de código EBCDIC; segundo, la mafia no se informó bien y mucho menos indagó quiénes eran los conocidos de Naomi -mi estilista- y pensaron que la simple desaparición de un simple muchacha no les llamaría la atención a los de la Agencia —idiotas—, hasta cierto punto tenían razón, pero de igual manera tuvieron que haber indagado. En conclusión, me di cuenta que había relación en los días del los secuestro de Naomi -que había cerciorado con Haruno e informes policiacos- junto a los ataques de la agencia, se preguntarán, cómo di con el nombre del hacker, pues fácil. El día que sucedió el incendio en el instituto Aoyama Gaukuin, también rescate a la chica de cabello azabache, la cual era Naomi, solamente era de preguntarles a los oficiales el nombre del chico que estaba con ella.
Bueno, retornando a la actualidad. Me infiltré con suma facilidad en uno de sus cuarteles buscando a la femenina, y si, ninguno de los de la Agencia sabían lo que estaba haciendo. Las instalaciones estaban casi desoladas ya que había vencido a cada mafioso que se me cruzara.
Llevaba 20 minutos buscando por lo que me harte y saqué la mosca de Dai para que indagara más a profundidad, al momento de ella irse escuché un par de pasos acercarse a mi posición por la parte de atrás, estaba más que lista para enfrentarme al chibi o al tuerto ya que ellos eran los únicos que se atrevían a pelear conmigo, además que siempre caminan con lentitud hacia mi posición antes de atacarme.
—Sabía que eras tú —me tensé al escuchar una voz profunda y calmada—. Le dije a los ejecutivos que ibas a venir por ella, pero no me creyeron.
—Así que ninguno de tus superiores están aquí —comente sería mientras di media vuelta encontrándome con ese hombre quien traicionó mi confianza, que casi me mato y asesino a la que era mi mejor amiga.
—Lo planeaste muy bien.
—Fue pura casualidad. ¿Planeas hacerme frente? —cuestione burlona.
Elevó su arma y me apunto.
—Eres una hija de puta —quito el seguro de su arma— a la cual no dejare viva.
—Ne, ne~ eres tan malo conmigo Odasaku~ —dije en un cantadito.
Él inició a disparar con demasiada presión, pero los esquivaba de último minuto con propósito de fastidiarlo, tenía planeado no utilizar más del 5% de mi habilidad, puesto que, él no merecía la pena para malgastarlo.
—Ya ataca de una buena vez, se que me odias y estás conteniendo tus ganas de matarme.
—Por qué sentiría odio hacia alguien que es mucho más débil que yo. Solo me produces lastima.
Active mi velocidad posicionándome enfrente de él con mi mano convertida en puño, el cual se dirigía a su rostro, pero el consiguió esquivarlo gracias a su maldita habilidad. Así nos mantuvimos durante un buen rato hasta que hablé con aburrimiento.
—Sabes que, no desperdiciaré energía por un malnacido como tú. Además, ya no te queda nada de tiempo para despedirte de la vida.
—¿Qué? —dijo sorprendido y bajo la guardia, así que aproveche la oportunidad en brindarle un gancho en el estómago. Él cayó al suelo de rodillas por lo que me acerqué a él.
—Está vez no te salvaré, espero y sufras cuando mueras, y no de una forma física, sino de una tortura emocional. —dije tomándolo del cabello haciendo que me mire mientras se recuperaba del golpe, y añadí—: El karma los alcanzó y se los devolverá el doble.
Él se consiguió liberarse de mi agarre y de un movimiento rápido inició a atacarme con una combinación de patadas, puñetazo y de vez en cuando el mango se si arma. Deje que me atacara, después de todo esta será la última vez que lo vería con vida y se que de una u otra forma se iba a desahogar.
—Debes de respetar a tus mayores —solté una sonora carcajada—. ¿Qué te da tanta gracia?
—Lo que dices, es una gran estupidez. ¿Respetar a tus mayores? —lamí la poca sangre que salió de mi labio inferior— Por Dios, a mi me importa una mierda que edad tengan ya que el respeto se debe de ganar.
—¿Qué fue lo que te sucedió? ¿Dónde quedó esa chica dulce que conocí?
Voy a tener que revisar mi fecha de nacimiento, porque este idiota piensa que nací ayer.
—Había encerrado mi versión fría para no hacerte daño. Sin embargo, insististe que apareciera y ahí la tienes.
—Que estupidez.
—El pasado muere, el presente vive, los recuerdos quedan y la vida sigue. ¿Qué más quieres que te diga? ¿Qué me arrepiento de haberte dado una paliza por ser una persona de mierda?
—Eres una terca de primera, no me dejas explicarte nada. Te molestaste conmigo por algo tan insignificante, además agradecida deberías de estar por haber matado a esa bastarda, sino no estuvieras en la Agencia.
—Tranquilo, no estoy molesta. Estoy decepcionada de ti, es todo. El corazón de la gente —le brinde un fuerte golpe que lo mando a volar— ¡no es un juguete! —grite molestas y sentí un leve picor en mis ojos.
Me enfurecí por lo que dijo, jugó con mi amistad, intentó de manipularme, además quiso sacar una de mis personalidades más peligrosas solo para completar un maldito libro que estaba escribiendo. Al principio de nuestra amistad todo fue bien, pero conforme pasó el tiempo me enteré de cosas y su objetivo principal era que fuera su títere para sacarlo de la mafia junto al tuerto.
Lo confronte y el muy insensible lo negó todo hasta que le enseñe las evidencias, estuve todo un maldito mes depresiva, no comía bien, no prestaba atención, entre otros factores. Si no hubiera sido por los chicos, el viejo, Chuuya y Yumeno hubiera hecho una gran estupidez ya sea en ir a matar a Oda o desenmascarar su farsa enfrente de toda la mafia.
Fui acercándome con pasos firmes, la cabeza en alto, con una expresión de seriedad y mi aura morada se fue liberando un poco alrededor. Entretanto él se levantó con dificultad y yo hablé.
—Jamás en mi puta vida te perdonaré por lo que hiciste. Intente de comprender, de remediar el desastre que tú causaste para recuperar esa amistad, pero lo unique que hiciste fue empeorar la situación y encima quisiste manipularme.
—¡Ese no era yo! ¡Comprende!
—No me digas, acaso fue tu gemelo malvado quien hizo todo eso. Voy a tener que revisar mi fecha de nacimiento, porque eres un grandísimo imbécil que piensa que nací ayer —me apunto con sus arma, pero utilice mi velocidad y se las quite de un golpe—. ¡Ya no soy la misma niña que conociste! Esta vez tengo a mis amigos, a mi familia y no necesito a un sucio mafioso mentiroso en mi vida. Si no te largas ¡te mataré! —dije con frialdad, pero él me atacó.
—Ninguno de tus amigos está para apoyarte y tú sola no podrás vencerme —el maldito sabía que no podía matarlo gracias a su habilidad, además que conocía mis puntos débiles y estaba en hora de trabajo—. Estás sola Midori.
—Te equivocas, ella no está sola.
—Yosano —mencione su nombre anonadada al ver como ella apareció de la nada, brindándole un fuerte puñetazo a Odasaku.
Ninguno de los dos prestamos atención a nuestro alrededor, estábamos tan sumergidos en la discusión que no le dimos tiempo a nuestras habilidades para reaccionar y avisarnos de la presencia de la femenina. Era la primera vez que veo que consiguieron tomar a Oda con la guardia baja y darle un golpe certero que consiguió derribarlo al suelo.
—¿Qué demonios? —cuestione con unos leves parpadeos.
—No podía dejarte sola.. se que no convivimos tanto, pero eres alguien especial para mi y me era imposible quedarme estática mientras que te dañaban.
—Bien... te interrogare a profundidad cuando regresemos a la agencia.
Tanto él como yo nos encontrábamos sangrados de diferentes partes del cuerpo, la diferencia era que yo no había gastado nada de mi energía, en cambio él si. Pero, seguía levantándose y esta vez consiguió tener bajo su control sus armas. Dirigió por breves segundos mi mirada sobre ella, asegurándome que pudiera seguir combatiendo sin ningún inconveniente, al cerciorarme de esto pregunté.
—¿Te apetece demostrarle a este imbécil el poder femenino?
—Tu si me comprende.
Una sonrisa tétrica se apoderó de nuestro labios mientras nos preparamos para atacarlo, mientras que él se fue acercando a nosotras y recargó sus armas.
Esta vez Oda no estuvo para bromas, peleo todo lo que pudo, conseguido defenderse de los ataques que le lanzábamos y así estuvimos por un buen rato peleando, hasta que me canse, utilice mi combinación de habilidades por lo que centro total concentración en mi, ignorando la presencia de Yosano —mala idea— quien aprovechó en atacarlo y termine dando el remate final. Observe cómo cayó "inconsciente" al suelo, me dio cierta pena ya que de seguro le dimos en todo su orgullo al vencerlo, pero no negaré que si dio buena pelea.
—Ranpo... es el que más me ha ayudado, pero tú también lo haz hecho de la misma forma, aunque siempre le haz dado el crédito.
—No se a lo que te refieres.
—Ranpo me lo dijo...
—¿Decir qué?
—Tu fuiste la que me dio ese papel, hablo con el presidente para que lo avalara y también le pediste favor al presidente de la división sobrenatural que borrara mi expediente.
—Maldito chismoso —susurre haciendo una mueca.
—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste si te caigo mal?
Suspire— No me caes mal Yosano, es lo que... cuando te miro me recuerdas hasta cierto puntos a mi, antes que me uniera a la agencia, ese pasado del cual nunca quieres volver a recordar. Te di el papel, porque realmente merecías una oportunidad después de lo mierda que te hizo Mori, además pude ver cómo le afectaba todo eso a Ranpo y no quería verlo mas en ese estado.
Íbamos a seguir con la conversación, pero escuchamos cómo el hombre inició a quejarse de forma exagerada así que nos acercamos a él.
—Ahora entiendo... por qué el jefe no quería que se encontraran —sostuvo su herida intentando detener la hemorragia—, después de todo ustedes son las mujeres más peligrosas y poderosas de toda Yokohama.
Una sonrisa retorcida apareció en mis labios, a liste mi puño, seguido lo hice un poco hacia atrás para agarrar potencia y le brinde un fuerte puñetazo en el rostro, sin embargo, vi que se hizo más hacia atrás así que dirigí mi mirada mi costado dejándome ver a Yosano imitar la misma acción —me equivoqué con esta chica, espero poder hacer duo con ella, aunque eso no significa que le daré así de fácil el examen—. Él cayó al suelo noqueado y ella habló.
—Entonces... ¿me das la oportunidad de ser tu amiga?
—Claro, no quiero volverme marimacho por seguir juntándome con ese trío de idiotas.
Ella soltó una leve risa e iniciamos a caminar dejando a Odasaku desangrándose, claro no me importaba tanto ya que pude ver como mafiosas ordinarios se acercaron a atenderlo.
—No conozco mucho la ciudad, pero Ranpo me enseñó su dulcería favorita así que te invito.
—No gracias, no me gustan los dulces.
—Mientes, Ranpo me dijo que eras otra fanatica de los dulces al igual que él.
Solté una leve risa y por impulso me acerqué a ella, seguido posicione mi brazo izquierdo sobre sus hombros y la acerqué.
—Volvamos a casa, Yosano.
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