Capítulo 7

Hola a todos, queridos lectores!

Previo a todo, me gustaría notificarles qué tan agradecido estoy de todo el apoyo que le dieron a esta historia. Tanto por el fanatismo que tienen por Spiderman, así como también porque les gustó la trama (quiero imaginar eso). Si les soy honesto, sorprendió mucho que tanta gente diese favorito y siguiera el fic, pues a pesar de que no se notara en las reviews, el número es bastante generoso y eso demuestra que varias personas se han tomado su tiempo para leerlo.

En fin, ya no quiero retrasarlo más. Solo diré que ningún personaje me pertenece, todo corresponde a su respectivo dueño.

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Capítulo 7

La humedad del calabozo incomodaba a todos los presentes. El peso se cernía sobre ellos, amalgamándose al penetrante aroma a orín y demás residuos humanos que provenían del hombre encadenado a una única silla en el centro del habitáculo mientras a unos metros de distancia se podía ver descansar un áureo casco repleto de polvo que apenas conseguía reflectar un nacarado disco que iluminaba la tierra desde el oscuro cielo.

Protestas por el maltratado lugar se oían provenir de varios integrantes de aquel díscolo conjunto de héroes que batalla en medio de una cruenta guerra mundial, sirviendo de alivio para los Aliados y pesadilla para el Eje.

-Le decimos? – una rota voz ronca se hizo eco en el enorme lugar, proveniente del convaleciente hombre atado.

El cuarteto que acababa de ingresar a la sala de confinamiento rodearon a paso lento el centro, cautelosos de que todo sea una trampa de los enemigos para poder sobreponerse a ellos en un sorpresivo ataque.

-Sí, debería saberlo- una vez más el hombre apresado se expresó, como si hablara con alguien invisible para el resto.

Una cuantiosa cantidad de murmullos prosiguieron, entremezclando lenguas muertas y modernas, mesmerizando las mentes de los visitantes cada vez que intentaban comprender un ápice de las frases, para consecuentemente provocarles sutiles migrañas.

Sensación compartida por tres cuartos del grupo, siendo aquel restante el único en no sufrir de dolores, entendiendo a duras penas las inconexas frases del prisionero famélico. Aún a espaldas del sujeto postrado, ese singular sujeto sin afecciones neurales circundó lentamente la zona, proyectando bajo su máscara aviar un semblante de pavor pues la voz comenzaba a serle conocida. Demasiado para su gusto.

Predicción que se cumplió al enfrentarse con la figura maltrecha que poseía una mirada extraviada, soltando balbuceos poco inteligibles. Tomando de improviso a los demás, el hombre con casco de halcón acortó la brecha hasta quedar de cuclillas frente al convaleciente varón, sujetándole con cuidado las mejillas para que la perdida mirada se enfocara en él.

-No. No así, por favor...- dejándose llevar por el desespero al ver de quién se trataba, el fornido sujeto con alas en su espalda parló audible.

-Conoces a este tipo? – interrogó el portador de un casco que se asemejaba al del dios Hermes mientras se acercaba en compañía de una blonda fémina y un encapuchado.

Sin aguardar un segundo más, el alado hombre asió los retenes que apresaban las extremidades del raquítico ser, destrozándolos al aplicar un poco de fuerza impulsada por el odio y la necesidad de verlo en libertad.

-Lo conozco de una vida anterior- de manera automática, el interrogado replicó.

-Él es...Es quien descifra los códigos? – el encapuchado inquirió, descreyendo que alguien en dicho estado pudiese ser de ayuda.

-Antes no era así- intentando limpiar el sucio rostro del prisionero, acotó aquel que usaba la máscara aviar.

-Bueno...entonces haz que se recupere. No tenemos equipos para manejar una sit...- la mujer del grupo tomó la palabra, impacientándose por el lúgubre aspecto del lugar.

-Carter...- interrumpió el lacerado recluso de enfoque perdido, silenciando toda la habitación.

Escalofríos tuvo el dueño de dicho nombre, notando por primera vez cómo retomaba consciencia momentánea e ignoraba a todos los demás. La pronunciación de aquella palabra connotaba un aire antiguo, arcaico, lejano, casi como si de un susurro transportado por secos céfiros se tratara, erosionando el tiempo a su paso, para finalmente alcanzar el destino deseado.

-Ella...- expresándose con singulares palabras, el esquelético varón habló de nuevo.

Hiel subió hasta la garganta, tornando amargo todo saber posible que tuviese la boca del alado hombre. Solo una mera mención de la persona que más apreciaba en el mundo conseguía que su mente divagara en los infinitos confines de la mente, reviviendo memorias y enviando sensaciones fantasmas a todo el cuerpo.

-La verás de nuevo pronto- prosiguió aquel prisionera, dejando de lado la extraviada mirada para enfocarla enfáticamente en el dueño del casco con forma de halcón.

Sin embargo, a pesar de querer sonreír por la alusión, Carter Hall supo que la noticia ya no resultaba ser tan agradable como tiempo atrás. Como todas esas veces en donde él caía en acción junto a ella, pero sabían que sin importar las eras que transcurrieran, volverían a verse. A enamorarse. Y a morir otra vez por un destino maldito.

En un infinito bucle de eventos repletos de fortuna y desdichas, al punto que comenzaba a cansarlo.

Porque ella, como el prisionero sugería, era quien sufría más.

Y cada vez que eso ocurría, una porción de su corazón perecía, atormentándolo en la siguiente reencarnación, pues sabía que otra vez sucedería lo mismo aunque intentara evitarlo de cualquier modo posible.

-No- esta vez quien habló fue el alado hombre.

Acción que tomó a todos por sorpresa, percibiendo el afligido tono entrelazado a esa simple negación.

-No, por favor. No quiero volver a verla si con ella hago que muera. No quiero negarle el derecho a vivir con libertad, sin temor a que Hath-Set aparezca e incinere todo lazo que tengamos. No quiero que muera otra vez, como las decenas de veces anteriores- paulatinamente la entonación se quebraba, dejando que se filtre la agonía contenida mientras se hincaba frente al recluso.

-Carter? – la fémina que oía todo no pudo evitar dar un paso al frente, sin embargo fue retenida por sus dos compañeros que realizaban un movimiento lateral de cabeza para hacerle entender que era algo personal.

Algo que no les correspondía siquiera escuchar.

-Tengo que dejarla ir, Kent. A mi lado ella solo sufre muerte y más muerte. Y si bien yo también sufro el mismo destino, cuando revivo solo pienso en cuánto tiempo tendré que vivir hasta verla padecer ese maldito destino. Una, y otra, y otra, y otra vez- continuó el hombre con alas en su espalda.

Silencio. Esa fue la respuesta dada por el prisionero, quien de momento recuperó la noción y dedicaba una acomplejada mirada compasiva al hombre frente a él.

-Hazme un favor, te lo ruego. Evita que esto ocurra de nuevo. Él solo aparece por mi culpa, pero si yo desaparezco...Chay-Ara será feliz. Encontrará a alguien más, a una persona capaz de darle aquello que yo no pude. Paz, tranquilidad, amor diario sin temor a esperar que la muerte se aparezca de improviso. Una vida sin maldiciones. Una vida donde pueda llegar a anciana, viendo a los hijos de sus hijos crecer- dio sus motivos, sinceros y egoístas, el acongojado sujeto de máscara aviar.

Trémulo, a causa del cansancio y el lastimero estado que poseía, Kent dirigió la propia mano derecha hasta el accesorio que recubría el rostro de quien tenía delante, quitándola para poder ver las facciones del triste hombre, juzgándolo en un mutismo ensordecedor.

-Así se hará, viejo amigo. Pero recuerda que la muerte, los sueños, la destrucción, los delirios, el deseo, la desesperación, y el destino son eternos. No puedes huir por siempre de ellos, ya que te alcanzarán, y el ciclo se repetirá- se hizo escuchar el propietario del casco áureo que descansaba en una mesa aledaña.

-Lo sé...pero hasta ese día, Chay-Ara será feliz con quien elija. Feliz y libre de una muerte segura- finalizó Carter Hall, irguiéndose en simultáneo que estiraba las alas y sujetaba con firmeza el mazo en la mano diestra.

Un paralelismo contrastante en relación al pasado y el presente se llevaba a cabo por el mismo protagonista de la maldición thanagariana.

Blancos estabas los nudillos de la extremidad superior derecha al asir con esmero la cobertura de cuero que poseía el mango del arma blanca, tentado a intentar quebrarlo con pura fuerza bruta, mas ese esfuerzo era reservado para una única persona. La misma que actualmente le sonreía con soberbia mientras jugueteaba con una daga que reflejaba el sol cada vez que realizaba una voltereta en el aire.

Burlándose de él.

Recordándole cuán cerca la muerte este de ellos.

Disfrutando el maldito ciclo de reencarnaciones que les fue predispuestos en contra de sus voluntades, obligándolos a enamorarse, pelear y finalmente morir. Una y otra vez, hasta que sus psiques delirantes se rompan, sumergiéndolos en la locura desesperante que los destruya por dentro, haciéndoles desear que todo sea nada más que un sueño y no una treta enmarañada del destino.

El arácnido vigilante decidió ignorar las voces que abundaban en la superficie, a sabiendas que se referían a su persona, intentado dilucidar el misterio que acababa de crear en torno a sí mismo, solo para que nunca consigan respuestas porque el único que tuvo contacto final desapareció en una repentina cruz ansada luego de evadir un imprevisto ataque de Dr. Doom.

Ataque del villano que espabiló al resto, retomando así la contienda sin fin mientras algo similar sucedía entre Krona y algunos selectos héroes de ambos universos.

No obstante, todo aquello era superfluo para Peter Parker. Toda la atención que poseía estaba directamente enfocada en lo que sucedía en la cima del edificio que trataba de alcanzar, recortando la distancia en la menos cantidad de tiempo posible, obviando la resistencia del viento e inclusive algunas arremetidas fallidas por parte de villanos que no les importaba su misión personal. Siendo receptores inmediatos de contundentes golpes con el mazo, arrojándolos contra ventanales colindantes o en dirección al suelo para que se estrellen con otras personas.

La trepidante velocidad alcanzada apenas permitía que su imagen se reflejara en los vidrios del establecimiento, demostrando así los límites que el castaño estaba dispuesto a romper con tal de evitar una tragedia. Como si nunca lo hubiese olvidado, las alas respondían voluntariamente a los comandos del vigilante, llevándolo sin interferencia alguna hasta la terraza.

-Abandoné todo para que ella fuese feliz, pero aun así tú vuelves a entrometerte. La dejé ser libre como siempre se mereció, mas tu presencia la pone en peligro...y sin importar cuánto me aleje, tú haces que siempre vuelva a pelear! – llenándose de furia contenida por decenas de vidas experimentadas, Spiderman sujetó con ambas manos el mango del mazo cuando la distancia entre él y Hath-Set fue de unos meros metros.

-Una vez más, el príncipe alado va a la carga contra mí como si fuese un tiburón rabioso...Ten, ya no me sirve- emitiendo nulo temor contra quien fue antiguamente su superior jerárquico, el sacerdote de Set clamó sereno.

Procediendo a esbozar una ladina mueca que activó el sentido arácnido del castaño, permitiéndole reaccionar instintivamente ante la acción del villano, puesto que este último había lanzado por el borde del edificio a una inconsciente Shayera Hol.

Desgraciadamente, el impulso que desafiaba la gravedad y le permitía volar se vio alterado al mover su cuerpo hacia la izquierda y dejarse caer por la fuerza de atracción para así acompañar en el descenso a la pelirroja, buscando evitar a toda costa el sujetarla de improviso y generarle un latigazo cervical.

Este acto obtuvo una consecuencia dual. Hawkgirl fue salvada, y Hath-Set tuvo una chance de arrojarse a la espalda del antiguo Carter Hall para apuñalarlo. Un desgarrador grito se amalgamó entre la interminable batalla que se desarrollaba a nivel del suelo, aturdiendo por segundos al castaño en el instante que la daga se hundió en el omóplato derecho, obligándolo a sacudir las alas con desespero hasta el techo del edificio con la finalidad de poner a salvo a la inconsciente mujer.

Soltándola con el mayor cuidado posible, Peter procedió a lanzarse de espaldas contra el suelo de la terraza esperando así aplastar con todo su peso al sacerdote maldito, soltando a continuación un insulto entre dientes cuando este consiguió eludir tal acción al rodar hacia un costado no sin antes recuperar su predilecta arma, listo para seguir atacando.

-Dijiste que pelearías, Khufu. Sin embargo he notado que apenas si puedes moverte con esas alas. Qué ocurre? Has perdido la práctica acaso? Porque si es así, entonces morirás muy pronto- se mofó el egipcio, encorvando su postura con el fin de generar una postura de ataque.

No queriendo perder más tiempo, Hath-Set se abalanzó sobre su rival, recibiendo a cambio una patada directo al hígado que le quitó el aire, seguido de inmediato por un barrido a las piernas tras agacharse y eludir una estocada mortífera, procediendo a lanzar cuantiosas bolas de telaraña que el envidioso ser antiguo esquivó con apuro pues había sido testigo minutos atrás de lo que ahora era capaz de hacer, aprendiendo velozmente algunos métodos de contraataque.

Tal como realizar el ademán de querer golpearle la rodilla siniestra, obligándole así a usar las alas para volar unos metros, tomándolo por sorpresa al saltar y sujetarlo por el frente del uniforme con patrones de telaraña, atrayéndolo e induciéndole una profuso sangrado nasal al propinarle un cabezazo.

Violencia que Spiderman replicó al clavar la rodilla diestra en el abdomen del villano mientras luchaba por estabilizar el vuelo, rotando en el aire simultáneamente que se sostenían de los antebrazos para impedir que cada uno usara sus armas blancas. Terminando dicha riña al soltar tanto la daga como el mazo y colisionar las artificiales extremidades plumosas contra la losa, continuando la disputa a puño limpio, poniendo en juego el sentido de predicción de la araña al percatarse que la velocidad nata de Hath-Set había aumentado en comparación de vidas anteriores.

Como almas en dolor, consumidas por la perdición, el príncipe y el sacerdote desperdigaban escombros en el rostro de su respectivo contrincante a lo largo de la superficie donde luchaban. Desesperados por querer elevarse victoriosos sobre el otro, ignoraron los daños físicos que padecían, así también las crecientes manchas carmesíes que tintaban las ropas usadas a través de rasgaduras.

Ya no quedaban dudas para el dúo de que estaban destinados a ser la cara opuesta de una misma moneda, poseyendo la misma resistencia sin importar el tiempo o espacio que vivan, convirtiendo de un modo retorcido la eterna pelea en algo equilibrado, como si así pudieran divertir a los dioses aburridos.

Consiguiendo voltear al sacerdote de Set y Anubis, Peter asió el rostro del religioso varón para proceder a golpearlo repetidas contra la llana superficie de cemento. Pese a la ventaja, el neoyorkino percibió un ataque entrante por la espalda, siendo que la daga estaba dirigiéndose directo a la nuca, lo que le hizo girar al instante sin soltar a Hath-Set y utilizarlo como escudo humano, provocando así que resuene en todo lo alto el desgarrar de la carne cuando el metal alienígena se incrustó en el páncreas.

Pateándolo luego por el borde del edificio para que cayera sin cuidado alguno a la calle.

Y aunque aquello definitivamente podría declararse como el final del sacerdote, Peter quería asegurar el futuro de Shayera, convocando así al mazo para luego lanzarse tras su rival, batiendo las alas y acumulando fuerza de caída libre, aumentando en consecuencia la gravedad, lo cual fue notable al cruzar miradas con el villano previo a golpearlo con el mazo en medio del plexo solar mientras rugía de manera bestial, desahogando siglos de dolor que podrían haber vuelto loco a cualquiera.

-Crees que puedes matarla sin tener un castigo!? – gritó furibundo Peter, volando en picada y haciendo más notable su presencia a los demás héroes y villanos.

Hath-Set giraba sin control alguno sobre su eje, agonizando de dolor e intentando recuperar la daga clavada en la parte posterior del torso.

-Invadir mi vida las veces que quieras y hacerla sufrir por tus retorcidos deseos!? – continuó aullando Spiderman, manifestando un pequeño campo de energía alrededor del mazo segundos antes de golpear exactamente en el mango de la daga, hundiéndola al punto que el final atravesó la carne por completo.

Lentes blancas pertenecientes a un caballero lunar comprendieron finalmente las palabras que tanto le molestaban desde aquel día en la mansión Avengers, donde el rompecabezas que el arácnido representaba paulatinamente iba formando un paisaje tan bello como desalentador. Una historia relatada entre romance y tragedia. Un ambivalente género repleto de angustia ensordecedora y embriagante. Adictiva, destructiva, y sin paz alguna.

Una historia donde el héroe pierde al final de todo, para luego ver cómo el ciclo se repite, junto con ella la historia que tanto tratan de evadir.

-Estoy harto de ti! De escucharte proclamar que el poder es todo lo que necesitas para sentirte completo! De querer abrazarlo como un amante desesperado, esperanzado de aliviar tu humillante soledad y llenar tu hueca alma! – una vez más gritó desde lo más hondo de su pecho aquellas palabras el Avenger, disparando una telaraña a la espalda del sacerdote.

Realizando consecuentemente una voltereta en el aire, llevando consigo en la fuerza centrífuga a Hath-Set, y soltándolo luego contra el pavimento con mayor fuerza acumulada, haciendo que varios huesos del mismo se rompan por el impacto.

Todo mientras Spiderman aterrizaba armoniosamente a metros de distancia, obviando las miradas de terror que tanto villanos como héroes compartían, desconociendo por completo al hombre que tenían enfrente.

-Pero entérate de algo...siempre pierdes, y esta vez será para siempre. Romperé ese maldito bucle que nos impide descansar. Tú iniciaste todo esto, pero yo seré quien lo acabe Hath-Set- haciendo resonar la voz ronca en toda la urbe, Peter avanzó hasta donde su rival estaba, pisándole el pecho con fuerzas para evitar que se mueva y expandiendo las alas como medida preventiva en caso de que alguien quisiera acercarse.

Creando duda en todos los espectadores, Spiderman viró milímetros la cabeza hacia su derecha, observando de soslayo a Moon Knight por unos segundos sin soltar su enorme arma blanca. Suceso que posteriormente sorprendió a todos, pues el trepa muros dejó caer dicho mazo, extendiendo luego el mismo brazo en dirección a Spencer como si estuviese pidiéndole algo.

-Dame una cruz- todo lo que dijo fue aquello, confundiendo a muchos pero esclareciendo dudas en pocos que conocían el poder de tales objetos.

Marc, junto a sus múltiples personalidades, concluyeron rápido el curso de acción que deseaba tomar el vigilante arácnido oriundo de Queens, teniendo que contenerse para no soltar una sonora carcajada ante la brillantez de su plan. Limpiando con descuido las enguantadas manos para quitarse la sangre perteneciente a Whirlwind, quien yacía en el suelo sin su casco y sangrando hasta el desmayo, el caballero adepto a las enseñanzas de Khonshu desligó el dichoso ankh del cinturón y caminó hasta donde el arácnido alado se encontraba.

-Un sacerdote, caballero, herrero, capitán de barco, vaquero, detective privado, arqueólogo...Quién eres en verdad, Spiderman? – tendiéndole la cruz ansada, Marc Spector repitió las mismas palabras que el cabeza de red le había dicho en aquella reunión de descanso que tuvieron en la mansión Avenger.

Tomando el objeto áureo mientras musitaba entre labios una cadena de palabras en un idioma antiguo, Peter Parker se agachó para sujetar con la mano izquierda el cuello de Hath-Set en un agarre firme, colocando luego la cruz frente al rostro del convaleciente villano, efectuando poco a poco un enceguecedor brillo que le hizo gritar desaforadamente.

-Solo soy un hombre profundamente enamorado de una mujer que no merezco tener- teniendo desgarrada por partes la máscara, el héroe con temática arácnida esbozó una triste mueca en simultáneo que respondía la duda de su colega.

Satisfecho con dejar impotente al sacerdote que continuamente le destruyó el corazón con cada asesinato a la princesa que amaba, Spiderman se irguió, imponiendo presencia al batir sus alas un par de veces para amainar nuevamente los ánimos en caso de que algún villano intentara algo poco racional.

-Ten, gracias- observando las alturas con la única lente blanca que le restaba ya que la otra estaba destruida, Spiderman legó la prestada cruz a su dueño correspondiente.

-Qué le quitaste? – quiso saber el caballero lunar después de recibir el ankh.

-Su capacidad de poseer cuerpos pertenecientes a su estirpe. La locura de Hath-Set termina aquí y ahora- replicó en un tono de voz normal, sin importarle que todos puedan escucharle, pues al instante se echó a volar.

La mente del arácnido se puso en blanco y los sonidos del mundo jamás alcanzaron sus oídos, demostrando que todo el cuerpo se movía automáticamente. Ni siquiera una imagen se cruzaba por la mente de Parker, atinando a batir con fuerzas las alas y ascender tácitamente hasta la cima del edificio por donde cayó minutos atrás.

Desconocía el tiempo que tardó en llegar, pero apenas asentó los pies sobre la terraza y vio la inconsciente figura femenina, con su cabello desperdigado como un halo rojizo, el hombre no pudo evitar acercarse a ella con el fin de tomarla en brazos y abrazarla contra su pecho, soltando lentamente un par de lágrimas, meciéndose de atrás hacia delante.

Despejando los cabellos del bello rostro y besándole la frente, temeroso de hacer algo inapropiado a pesar de que ella fuese la mujer con la cual compartió su vida incontables veces. No queriendo romper su propia promesa. No deseando poner a prueba aún más el destino, incluso luego de lidiar con Hath-Set.

-Te amo, Chay-Ara...te amo demasiado. Pero no puedo soportarlo más. No puedo verte morir una vez más. Sería incapaz de aguantar el dolor de perderte, de imposibilitarte una felicidad que realmente mereces, de negarte el amor que alguien no maldito pueda darte- con auténtica tristeza, el tono roto de Spiderman se promulgó en un susurró.

Él sabía que aprovechar tal oportunidad para intentar algo de nuevo sería trampa. Tanto para el corazón de ella, así como la propia psique paranoica que poseía, llevándolo a pensar diariamente cuánto tardarían sus heridas internas en sanarse para solo verlas abrirse de manera brutal cuando la desgracia golpee su puerta.

-Sabes...mi vida no es tan mala aquí. Vale, tengo compañeros un tanto díscolos, y la gente incluso llega a odiarme por semanas, pero puedo ayudar de otra forma a los inocentes gracias a mi poder. Pasar de un halcón a una araña, hilarante no? Habría sido bueno nacer aquí, vivir en un bosque, tener una casa de paredes azules y con vista a un lado en donde podamos volar durante horas. Casarnos...tener hijos...envejecer...- monologó entre risas adoloridas y lágrimas el castaño, poniéndose de pie con ella en brazos, acunando la cabeza contra la curvatura del cuello.

Sin quitarle los ojos de encima, Spiderman se dejó caer por el borde del edificio ante la mirada expectante de todos los héroes y villanos, apresados por la repentina llegada de los demás héroes que enfrentaban a Krona, alertándolos por la estrepitosa velocidad que llevaba.

Solo para tranquilizarlos al desplegar las alas y realizar un suave aterrizaje que demostró su magnífico control al no despertar a la thanagariana.

-Todo podría haber sido tan distinto...- parló una vez más Peter, desvalorizando los murmullos que indicaban su notable estado emocional negativo.

-Shayera! – el grito de un hombre afroamericano con uniforme negro y verde esmeralda resonó entre la gente, acompañado de pasos que se hacían más fuertes con cada segundo transcurrido.

La lente prístina y el ojo color chocolate se enfocaron en el hombre que tenía delante, reconociéndolo de inmediato y recordando lo que atestiguó en la breve interacción que tuvo con la mujer en sus brazos.

Determinando así la última decisión que tomaría en su vida.

-Puedo verlo en tus ojos...- dialogó el trepa muros, dando un resuelto paso hacia delante.

-Qué? – ignorante de lo que ocurría en la mente del arácnido, John Stewart pronunció antes de verse anonadado al sostener en sus brazos la figura de Shayera Hol.

-Bríndale el futuro que yo nunca pude- finalizó Spiderman, dándole la espalda para retirarse, desabrochando los cinturones que aferraban sus alas y dejándolas caer cerca del mazo.

Disparando a continuación unas líneas de telarañas a edificios lindantes y perdiéndose entre la urbe, tranquilo al saber que todo el problema de Krona había terminado y su vida volvería al monótono ritmo que empezó a acostumbrar.

Inexpresivos los verdes ojos de la féminas se hallaban, fijos en el trozo de papel arrugado que sus pequeñas manos sostenían con ahínco, en una clara muestra de querer negarse a ser separada del mismo. Como si su vida dependiera de ello, como si este fuese el motivo por el cual respiraba aún a pesar de que su mente traicionera diese sugerencias contrarias.

De momentos la respiración parecía detenerse, mas pronto aquello cambiaba a un desacompasado hiperventilar que le reducía a un ahogo psicoemocional, provocando el aumento de humedad en los ojos, y hasta el deslizar de unas translúcidas gotas saladas por sus marcados pómulos, demostrando de manera irrefutable lo afectada que estaba todavía por la pequeña epístola informal legada por el agente de los Señores del Orden tras la lucha de New York, donde quedó inconsciente y despertó en brazos de Green Lantern, aunque muy internamente supiese que otra persona la sostuvo antes.

Alguien que parecía listo para morir por ella.

-Shayera? – una voz gentil sacó de su ensueño a la susodicha, proviniendo específicamente de una fémina de origen amazónico.

-Diana...ocurre algo? – percatándose de su presencia, la pelirroja plegó la preciada nota y eliminó con apuro el rastro de melancolía que marcaban el rostro.

-Eso debería de preguntarlo yo- replicó Wonder Woman, acortando la distancia entre ambas y tomando asiento a su lado en la mullida cama.

Como si vergüenza sintiera de ello, la thanagariana bajó la cabeza, fijando la vista en el regazo, donde concretamente descansaba el mismo mazo que Dr. Fate le dio durante su estadía en la torre.

-No consigo comprender del todo. Fue tan fugaz. Tan espontáneo...- confesó afligida la pelirroja.

Dedicándole un mirada llena de simpatía, la guerrera amazona asentó la mano derecha en la espalda de su amiga y propinó un suave masaje previo a darle un abrazo completo para que ella dejara salir todo lo que contenía. Toda la confusión y dolor incomprensible que consiguió en tan solo unas horas, y de alguna manera trajo paz mental.

Sin saber si sentirse agotada o aliviada, Hawkgirl tomó espacio para limpiarse nuevamente el rostro, soltando entre hipidos algunas risas incómodas que le valían más muecas empáticas de Diana Prince, sintiéndose apoyada en silencio con su mera presencia conciliadora.

-Aún quieres seguir adelante? – cuestionó Wonder Woman.

-Sí. Necesito saber qué es todo esto. Necesito saber quién es él en verdad y lo que fue para mí- poniéndose de pie y tomando el mazo con gran fuerza para evitar perderlo, Shayera alegó.

-Perfecto. Bruce y J'onn han desarrollado una nueva versión del prototipo de taquiones para que Wally pueda ir y volver las veces necesarias- la pelinegra complementó, emulando la acción de erguirse y marchar hasta la puerta con intenciones de guiar a su amiga.

Guardando silencio, aquella mujer alada dio un último vistazo al papel en sus manos, memorizando el bosquejo de una araña en el dorso para luego leer el mensaje escrito en el otro lado. Procediendo finalmente a dejarla sobre la cama y marchar tras su amiga.

Descansando entre las sábanas, la epístola se iluminó de manera tenue gracias a la artificial luz de la habitación, haciendo resaltar las letras negras en el blanco papel. Un mensaje que promulgaba emociones más allá del tiempo. Una nota que solo buscaba apremiar después de un mal momento vivido.

Una epístola de esperanza y cariño.

'Descubre la verdadera felicidad, Chay-Ara.

Ese es mi único deseo para ti en esta nueva vida.

Te amaré por siempre.

Khufu'

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Final de la mini-serie, gente!

Qué les pareció?

Disfrutaron de la historia?

Tienen algo que decir al respecto de algún detalle?

Pude cumplir con sus expectativas?

Se esperaban algo más?

Entendieron el final?

POR FAVOR DEJEN SUS RESPUESTAS, OPINIONES, DUDAS, SUGERENCIAS, ETC. SOLO ASÍ PUEDO SABER LO QUE PIENSAN Y CÓMO MEJORAR!

Saludos, les agradezco que hayan leído este fic, y espero volver a verlos en la próxima historia que publique!

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