Bochorno

Pareja: Rivalshipping (Kaiba x Yugi).

Fandom: Yugioh.

Siguiendo con los regalos para mi esposa, matsulawliet

Espero que te guste mi fluff todo baboso, aunque hace tiempo que no veo Yugioh, por lo que posiblemente esté más perdida que Inuchūsei en el día del padre.

•••••

La necesidad de besar a su pareja, Kaiba, se había convertido en una muda necesidad para Yugi.

Todavía era demasiado tímido para tomar la iniciativa o simplemente pedirlos, de todas formas el más alto se encargaba de hacerlo —si no, serían la pareja más casta, incluso después del matrimonio—. No podía —y se negaba— a contar todas y cada una de las veces que se quedaba mirando a Kaiba como un idiota, esperando que el susodicho se diera cuenta de sus deseos.

—¿Por qué no me besas y ya? —cuestionó en alguna ocasión.

—Me da pena... —y esa era la tímida respuesta de Yugi, con su rostro rojo como él sólo podía lograrlo.

Y acto seguido, escucharía la potente carcajada de Kaiba; carente de ternura y suavidad, destellando insana burla ante los dramas de su novio.

Incluso si llegara a ofenderse, continuarían con sus vidas como si nada.

Sin embargo, eventualmente Yugi volvería a hacer lo mismo, mirando impotente a Kaiba, deseando un beso cuyos labios no se atreverían a solicitar.

—¿Por qué me miras así? —cuestionó el más alto, apartando la vista de su libro luego de sentir los ojos de Yugi clavados en él, de nuevo.

—Bueno, yo... —se encogió de hombros, todavía mirando al pelo marrón.

—Vamos, Yugi, sabes que no soy adivino. Tienes que decirme.

Y ahí estaba, esa sonrisa arrogante y por supuesto, descarada en lo extremo. Kaiba era consciente de los deseos de Yugi; no obstante, lo mataría de la vergüenza con el objetivo de que finalmente lo diga.

Se paró frente al menor, todavía portando aquella sonrisa, instando a Yugi a decir esas palabras que tanto está esperando —moría por escucharlas, pero antes perecería él si expresaba cuánto las añoraba. También era un tonto lleno de vergüenza por pequeñeces—.

Yugi inhaló aire a profundidad, llenando sus pulmones de oxígeno hasta el punto de ser doloroso. Kaiba lo estaba retando y con lo persistente que era ese hombre, sabía que no volvería a besarlo hasta darle lo que pedía.

—Ka...Kaiba, quiero be...besarte... —Yugi se estremeció hasta el alma, sintiéndose golpeado por una gran ola de bochorno y al mismo tiempo, como un gran peso lo abandonaba.

Con la voluntad —presión— suficiente, pudo decir aquellas palabras y por suerte, su lengua no ardió como había pensado.

Kaiba, queriendo disimular que él también se había sonrojado como un idiota, ensanchó aquella ladina sonrisa.

—¿Oh, es así? Entonces ven y bésame —canturreó, con una ligera y corta risa al final, abriendo sus brazos a los costados para invitar al tricolor a entrar en ellos.

Yugi iba a aceptar, entusiasmado. Sin embargo, en medio camino se detuvo, frunciendo el ceño.

—¿No vas a agacharte?

—¿Por qué debería? —de nuevo, aquella expresión que denotaba cuánto se burlaba de él.

Yugi suspiró, no pudiendo creer que realmente tenía que decirlo.

—Kaiba, apenas y te paso la entrepierna —suspiró el muchacho con los ojos cerrados.

—Hace varias cosas más fáciles... —lo escuchó murmurar y Yugi se sobresaltó, con el rostro caliente al entender a qué se refería.

—¡Oye!

Un chiste malo por aquí y una risa boba para rematar, eso bastaría para que dejaran los juegos previos y Kaiba se pusiera a la altura de Yugi para unir sus labios en un beso.

Con tal de seguir recibiendo más, Yugi estaba dispuesto a ser valiente y enfrentar a la bestia del bochorno cuántas veces sea necesario.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top