Fase III

Título: Little Friends.

Personajes: Clase 1-A, Aizawa Shota y padres de la clase 1-A.

Shipps: Ninguno.

Anime: Boku no Hero Academia.

Advertencia: Ninguna.

Cantidad de palabras: 1664.

Compañera: CG_1501

—Esa será la misión de hoy —habló Aizawa a sus alumnos que se encontraban sorprendidos por lo que había frente a ellos.

—Pero... Son muchos —dijo Mineta un poco agobiado debido a la situación.

—¡Que tiernos! —exclamó Mina completamente feliz de ver a tantos animalitos frente a ellos.

Sí, mascotas, esos amigos peludos que te acompañan y que cualquiera puede adorar, a no ser que seas alérgico. Su misión era cuidarlos por el fin de semana hasta que encontraran familia.

Gatos, perros, conejos, hámsters y hasta algunos tiernos hurones estaban frente a ellos encerrados en jaulas por el momento y entonces Aizawa habló nuevamente.

—Bien, saquen de la jaula al que más les guste y háganse cargo de ellos, en el comedor se encuentra la comida correspondiente de cada animal. Si necesitan algo ya saben donde encontrarme —y sin más que decir se fue dejando a sus estudiantes solos.

Algunos no sabían que hacer y se sentaron sin más, mientras otros se dirigieron felices hacia los animales. Koda era el más alegre de todos, no porque su quirk podría salir de entre todos, sino porque adoraba a los animales y ese era su fuerte, no por algo su quirk se trataba sobre controlar a los diversos animales que existen.

Algunos se encontraban igual que Koda, disfrutando con los animales, acariciandolos, dándoles cariño, entre otras cosas; mientras los demás como Bakugo, Todoroki, Tokoyami, entre otros, se encontraban sentados sin interés de la situación en la que estaban.

De vez en cuando Tenya los regañaba para luego seguir cuidando a las pequeñas mascotas. Entre todos se ayudaban cuidándolos y a veces se pasaban los animales entre ellos para juguetear con estos.

Era la hora del almuerzo, y como Aizawa se los había indicado antes, encerraron a los animales en sus jaulas para que no se escaparan o sucediera algo más. Comieron tranquilamente para luego seguir cuidando de aquellas peludas y tiernas criaturas por toda la tarde.

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—E-Eh... Todoroki-kun, creo que esa no es la comida para los conejos —le dijo Izuku a su compañero que se encontraba al lado suyo.

Ya era otro día y seguían cuidando de los peludos animales, a pesar de todo y que algunos le mostraron un poco de desinterés a la situación, se encariñaron bastante con esos tiernos y pequeños amiguitos.

Algunos quedaron sorprendidos al ver a Bakugo cuidando a unos pequeños gatitos que se encontraban ahí, al igual que cuando vieron a Tokoyami dándole comida a un hamster. Todos estaban felices y aportando, era entretenido estar entre todos con tan tiernas mascotas, y a pesar de que no lo pensaban tanto en ese momento, ellos se habían encariñado bastante con los animalitos y les dolía pensar el que después tendrían que dejarlos ir para que fueran con una familia que los quiera.

Por eso estaban aprovechando demasiado el tiempo con las mascotas, probablemente nunca se les daría una oportunidad así en el futuro.

La noche anterior no se querían ir a dormir debido a que no querían dejarlas solas en la sala de estar, así que hablaron con Aizawa para que les dejara tener a algunas mascotas en las habitaciones y así fue. A la mañana del día siguiente, al despertar bajaron para desayunar y dejar a las mascotas en el lugar donde estaban antes, hacer sus quehaceres y continuar cuidando de los pequeños animales hasta como estaban ahora. Disfrutando con los tiernos animalitos.

De vez en cuando Aizawa u otro profesor los iba a ver, pero nunca hubo algún problema, se encontraban todos ahí y con los animales sanos y salvos. La mayoría de las veces se encontraban en grupo, pero cuidándolos y completamente seguros.

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—¿Dónde están, ratoncitos? —entre llamados hacia los animalillos, Denki buscaba entre los sillones, debajo de la mesa u otros lugares que se le ocurrían con la intención de encontrarlos pero no había resultado. Agradecía internamente que Aizawa aún no apareciera para checar cómo se encontraban todos y que todos sus compañeros estuvieran afuera bañando o jugando con las demás mascotas.


—¿Kaminari-kun? —preguntó una voz ocasionando que el nombrado se sobresaltara y volteara para ver quién lo llamaba, Midoriya solamente lo veía confundido sosteniendo en sus brazos un cachorro de pomerania, el cual mordía una pelota entretenido—. ¿Qué estas haciendo?

—¿Yo? —se señaló a sí mismo e hizo un ademán con su mano intentando disimular que sus nervios aumentaban con el pasar de los minutos—. Oh nada, solamente estaba buscando mi celular —sonrió con la intención de actuar normal.

Izuku ladeo su cabeza sin creer del todo las palabras de rubio pero lo dejó pasar. Estaba por volver a hablar sino fuera por un maullido furioso que se escucho hasta donde ellos estaban seguido de unos gritos y explosiones de parte de Bakugo. Rápidamente ambos chicos fueron hacia donde provenían los gritos y vieron con temor lo que sucedía.

—¡Dejalos, idiota! —gritaba a la gata que perseguía a los ratones que buscaba Denki.

—¡Ratoncitos! —exclamó Kaminari y corrió hacia donde estaban los roedores escapando de la gata, por suerte, logró tomar a los ratones pero la poca suerte que tuvo hasta ese momento se esfumó y ahora huía de la gata y un Bakugo enojados—. ¡Ayuda! ¡Kirishima! ¡Midoriya! ¡Quien sea!

Los nombrados junto a los demás de la clase dejaron a los animales que cuidaban en el suelo y corrieron al auxilio del chico. Algunas de las mascotas al creer que se trataba de un juego siguieron a sus cuidadores y ahora tanto jóvenes como animalillos perseguían a Denki y a los ratones que cargaba con él.

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La hora que menos deseaban había llegado, era momento de despedirse de los animalitos pero ninguno de ellos quería hacerlo, el cariño que les habían tomado en tan poco tiempo era suficiente para que no quisieran que las mascotas se fueran.

Aunque algunos no lo admitiera o demostrarán tampoco querían separarse de las criaturitas pero después de todo debían de hacerlo para que las mascotas tuvieran un hogar donde les brindarán el cariño, el amor, el cuidado y las caricias que tanto necesitaban.

Aizawa miraba a sus alumnos despedirse de los animalillos cada uno a su manera pero diciendo un último adiós a quienes habían ganado su aprecio con sólo aparecer frente a ellos.

Bakugo que continuaba sorprendiendo al resto de la clase —a los pocos que lo notaron antes de continuar con su respectiva despedida— esta vez se mantenía en silencio frunciendo su seño y acariciaba a los gatos que había cuidado anteriormente, Shoto de igual manera acariciaba el pelaje de uno de los conejos, el cual era con el que había más tiempo.

Otros acariciaban con una tristeza notable a las demás mascotas, soltaban largos suspiros de vez en cuando sin dejar de acariciarlos, querían recordar esa experiencia vivida la cual fue muy corta pero a la vez, una que esperaban que nunca abandonará su mente.

Recordaban los breves momentos donde estaban con los animalitos, el momento cuando Aizawa les explico la misión, la curiosidad que sintieron al verlos por primera vez y el encariñarse con ellos rápidamente, cuando a Kaminari se le escaparon los ratones que cuidaba y una gata que era cuidada Bakugo los encontró y los persiguió, la primera y la última vez que durmieron teniéndolas cerca. Una sonrisa melancólica apareció en sus rostros al recordar aquello.

—Ya es hora —habló Aizawa rompiendo el silencio y despertando del trance en el que estaban sus alumnos—. Sus dueños los esperan en la entrada de la U.A —les dirigió una mirada a cada uno de los presentes y suspiró—, estarán en buenas manos, no deben preocuparse. Acompañenme, no puedo llevarlos solo y los demás maestros se encuentran ocupados.

Asintieron ante sus palabras y después de encerrar a las mascotas en sus respectivas jaulas sintiendo su ánimo por los suelos. En unos minutos ya se encontraban caminando a la entrada de la U.A mientras cargaban las jaulas, todos se mantenían en silencio estando un poco distraído pero era lo suficiente para no notar cuando llegaron a la entrada.

—¡Al fin llegas, Katsuki! —gritó una voz logrando sobresaltar al rubio deteniéndose en el acto y que este frunciera el seño mirando a la mujer que lo llamaba.

—¡¿Vieja?!

Los demás alumnos detuvieron sus pasos al ver que no sólo Mitsuki se encontraba ahí, sino que los padres de los demás también estaban justo frente de ellos, en el caso de Todoroki se encontraba su hermana.

Confundidos, se acercaron a sus progenitores aún sosteniendo las jaulas y ahí fue cuando ellos les explicaron la situación.

Resulta que Aizawa al ver que sus alumnos le habían tomado cariño a las mascotas, decidió conversar un poco con el director y llegaron a un acuerdo donde los jóvenes de su clase podrían quedarse con las mascotas si sus padres estaban de acuerdo con aquello. Para suerte de todos así fue y como resultado todas esas familias tenían un nuevo integrante animal.

—Les dije que iban a estar en buenas manos, las de ustedes mismos —comentó el tutor de 1-A dejando las palabras al aire sin esperar ninguna respuesta, mantenía su vista en sus alumnos que sacaban de las jaulas a las mascotas y las presentaban a sus familiares.

Excepto Bakugo, él intentaba quitar de las manos de su madre a su ahora gata mientras gritaba al igual que la mayor que no quería soltar al animal, a su lado, Masaru acostumbrado al carácter de su esposa e hijo sostenía al gato restante que ahora dormía sin importarle los gritos provenientes de ambos rubios. Aquella imagen sólo provocaba risas de parte de los demás presentes.

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