×Rosado×

-¿No vas a dejarme?

En respuesta, solo consiguió una negación que le sacó una risa. Bueno, no podía contra eso así que solo bastaba dejarse llevar.

Ese día, Tae había amanecido bastante cariñoso. Más de lo normal porque ambos eran dos clichés románticos de los viejos, pero ese día en especial, su novio parecía más empeñado que otros en mantenerlo cerca para poder besarlo.

Y realmente amaba esa sensación en sus labios cuando lo hacían, como sus sentía cosquillas y sus manos no podían mantenerse quietas debido a la emoción.

Simplemente quería recorrer todo al vals lento de ese contacto.

Amaba los días así, dónde podían darse cariño libremente a escondidas de los demás.

Pero había un pequeño límite y debía admitir que Kim parecía un cazador detrás del solo para obtener esos dulces besos.

No lo dejaba en paz, pero estaba feliz, rebosante de afecto y algo harto, eso más aparente que real.

Era rosa.

Porque el empalagoso color describia a la perfección lo que sentía, ese cariño que podía bien manifestarse en cada contacto pero que preferia inhibirse se eso solo para molestar un poco al castaño.

-Realmente, no tengo intenciones de hacerlo. Deberías saber lo terco que soy, tú, mejor que nadie.

Declara sin demasiada importancia Kim, colgándose del cuello ajeno y buscando que JungKook lo bese, le gustaba hacerlo, de hecho, era él casi siempre quien necesitaba del afecto ajeno. Constantemente trataba de llamar la atención de su pareja de una u otra manera, aveces hasta con pequeños celos.

-Aveces eres como una goma de mascar, tan rosa, pegajoso y empalagoso.

Responde el menor, pero de igual manera se acerca al rostro ajeno ganando a cambio una sonrisa de suficiencia ajena, como Amaba lo descarado que parecía ser en ocasiones Kim TaeHyung.

Terminó con el espacio entre sus cuerpos, con un dulce sabor en su boca a pesar de que ninguno había tocado siquiera un gramo de azúcar.

Bastaba con el hecho de sentir tan cerca al otro, con que sus respiraciones se hagan una y sus ojos se cierren, aveces era rojo, pero en ese momento, solo veían rosa.

Ambos estaban perdidos en la línea que separaba que separaba el afecto puro de la pasión. Estaban en el cariño algo fogoso que los hacía reír y jugar con los belfos ajenos.

Ansiaban más, pero a la vez menos. Solo deseaban mantenerse en ese límite.

Así, perdidos hasta que sus pulmones reclaman y deben separarse. Pero no por mucho, ya que los besos se repiten una y otra vez, de manera efímera por todo el rostro ajeno, ambos sonríendo bobamente.

-No siempre vas a optener lo que quieres ¿Sabes?

El mayor giró los ojos peinando con sus dedos aquel cabello morado sin separarse demásiado de Jeon.

-Soy Kim TaeHyung ¿Quien me negaría algo?

Estaba bromeando por supuesto, y eso lo sabía JungKook, sin embargo, se ganó un golpe solo por hacerse el gracioso.

Seguro de eso, estallaron risas en aquella habitación. Los demás solo los miraban felices pero algo incómodos. Era normal ver a los menores así de unidos en su tiempo libre.

No sé quejaban, debían dejatlos disfrutar, y vaya, lo estaban haciendo, más cuando JungKook volvió a intentar fugarse pero si castaño iba detrás en un correteo que hacía parecer aquel lugar una cada para niños.

Era rosa, como sus burbujeantes carcajadas que explotaban cuál bomba de chicle en el aire.

Todo era rodado ese día desde el amanecer hasta el anochecer.

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