Relato ganador tercer desafío: El viento lleva tu nombre

jenniffervb12

Diciembre 13, 2018

Su mensaje tan inesperado me deja un poco aturdida debido a la sorpresa. Me ha tomado desprevenida.

Tengo tres horas, probablemente mas, antes de que Elijah se aparezca en Salem. No voy a negar que me siento un poco nerviosa y, aunque lo conozca poco, se que es un chico noble, si, puede que de vez en cuando haya utilizado el sarcasmo y haya dicho una que otra cosa fuera de tema como lo fue el comentario acerca de mis labios.

Pero de lo que si estoy completamente segura, casi igual que la sobreprotección de mis padres, es que con este encuentro, Elijah no tiene dobles ni malas intenciones conmigo.

Lo que me da mas nervios es saber si cuento con la aprobación de mis padres. Suelen ser personas muy sobreprotectoras.

¿Y como no? Si soy hija única.

¿Si pido permiso? Se que me topare con reproches e interrogatorios profundos por parte de ambos, y en esta ocasión no podría mentirles diciendo que saldría con Jacob, ya que el se encontraba fuera del estado y lo que obtendría sería un resultado peor.

¡Ja! Eso me pasa por no tener mas amigos.

No podía llegar casualmente "¡Hey! Mamá, papá ¿podrían darme permiso para salir a recibir a un chico que conocí hace cinco meses en un videojuego y que ahora somos grandes amigos?"

No, no y no. Definitivamente NO.

¿Si mejor me escapo?

Es la única alternativa que encuentro para salir, aunque no sea la mejor.

Era escaparme, o no poder ver a Elijah.

¡Ay Summer! Escarparse una vez en la vida no es malo, luego tendrás tiempo para arrepentirte.

Hice caso a mis impulsos y pase un tiempo analizando en como sería mi salida triunfal, y de todas las formas que pensé, en todas se darían cuenta.

La mejor opción que tuve, fue simplemente salir por la puerta y decirles que regresaría pronto aun sin tener su aprobación.

Nunca sigan el ejemplo de Summer.

Revise la hora en mi móvil, faltaban cuarenta minutos para que se cumplieran las tres horas del viaje. Justo en ese instante recibí un mensaje de Elijah.

"Te veo en el centro de Salem, justo en el parque, cerca de la pista de hielo"

Fue hasta el momento, al leer su mensaje en el que empecé a sentir las emociones vibrar por mi cuerpo y haciéndome mas consiente de lo que iba a hacer.

Luego de meses hablando a través de una pantalla, por fin tendremos la oportunidad de conocernos en persona, saludarnos y charlar de tantas cosas.

"Nos vemos ahí"

Teclee en respuesta.

Y antes de que se me fuera hacer tarde, tome la toalla y entre a la ducha. Ya que arrepentirme no podía.

Se que valdrá la pena.

.

Mis padres estaban en la sala viendo un aburrido programa de construcciones. Baje las escaleras aferrando las correas de mi mochila.

Es ahora Summer.

Sin decir palabra alguna fui directo a la puerta. Sabía que había logrado demasiado cuando roce el pomo de la puerta sin que me hubieran dicho algo.

—¿A dónde vas jovencita? Y ¿A quien le has pedido permiso? — soltó mi madre sin despegar los ojos del televisor.

Balbucee un poco antes de tomar el valor y responder.

—Me voy un rato afuera, llegare tarde— con velocidad salí de la casa y baje las gradas del porche.

—¡Summer! — gritó papá desde adentro de la casa.

—¡Lo siento! — dije en el mismo tono para que me escuchara.

Cuando no escuche nada mas, eche a correr rumbo al lugar que Elijah marcó.

Mira todo lo que hago por ti, chico.+

.

Mi paso se había ralentizado hace minutos, y mientras mas me acercaba a la dirección, sentía que los pasos y el abrigo que llevaba pesaban de mas.

Llegue minutos antes de la hora acordada. Me quede de pie apoyando mi espalda en una de las tantas farolas que habían en el atractivo parque, la pista de hielo estaba a unos metros frente a mi, por lo tanto, este era el lugar.

Aferraba con fuerza mi celular en la palma de mi mano, mi mirada iba de un lado a otro tratando de encontrar señales de Elijah.

Habían varias personas en aquel sitio, que seria un poco difícil reconocerlo, agregando que solo hemos compartido una video llamada y un par de fotos por parte él, que no es suficiente para mi.

Cerca de siete minutos de estar parada en el mismo lugar, alguien se colocó a mi espalda, privándome de la vista con sus dos manos.

—Hola, señorita Illuminati. Déjeme decirle que se ve muy atractiva con ese abrigo.

Sonreí al escuchar aquella voz, que teniéndolo tan cerca sonaba aun mas profunda.

Aparte sus manos y de mis ojos y gire hacia él, para quedar cara a cara y darle una sonrisa y responder a su saludo.

—Señor LouisXIV, que placer poder verlo en persona.

Ambos nos fundimos en un efusivo abrazo, que incluso él llegó a despegarme unos centímetros del suelo blanco.

Al fin podía verlo y no a través de una pantalla.

—¡Summer! Que gusto me da que puedas estar aquí.

—Gracias a ti, Elijah, por hacer posible esto. ¿Sabes? He ido contra la voluntad de mis padres al estar aquí sin su permiso, pero se que vale la pena correr el riesgo.

Elijah esbozó un sonrisa ladina sin ninguna malicia.

—Entonces chica Illuminati... ¿Quieres acompañarme a mandar al carajo las normas por una tarde?

El chico extendió una mano en mi dirección. Invitación abierta para que la tomara.

—Por supuesto que si, LouisXIV — acepte gustosa.+

.

Hicimos parada en todos los lugares que nos fue posible.

Almorzamos en un pequeño recinto de comida típica, donde nos adentramos en una extensa charla, conociendo un poco mas sobre nuestros gustos, hablamos de cualquier cosa que se nos ocurría, incluso tuvimos una disputa sobre los tipos de cerámica y el verdadero proceso que se lleva para fabricar un plato.

Luego de eso reparamos en un pequeño puesto donde vendían colgantes, aretes, posters de anime y variedad de cosas mas. Observe con detenimiento, buscando algún accesorio con el que él se sintiera identificado. Quería darle algo para que fuera un recuerdo de este día.

Cuando estuvimos fuera de la tienda ambos giramos al mismo tiempo y reímos. Era como si estuviésemos conectados a algo de forma automática.

—Quiero darte algo— se adelanto. Rebuscó en la pequeña bolsita decorada, y de ella saco un collar con un pequeño dije de un copo de nieve.

Sin preguntarme se puso detrás de mi, hizo mi cabello a un lado y él mismo me colocó el pequeño presente.

—Es hermoso— susurre tocando el dije— Gracias, Elijah.

—No es nada copito de nieve.

Su apodo me hizo sonrojar.

—Tampoco me quede atrás y también tengo un presente para ti— al igual que él, saque de la bolsita la pulsera con un dije de una consola.

Tome la muñeca de Elijah y se la coloque. El chico rozó sus dedos por el metal y sonrió. Me dio un beso en la mejilla antes de tomar mi brazo y llevarme hacia los demás locales de artesanías.

Pasamos casi la mayor parte de la tarde de un lugar a otro, y solo cuando el frío azotaba con mas fuerza, nos detuvimos en un café donde al igual que nosotros varias personas buscaban el calor del lugar y de un buen café caliente.

Alrededor de las seis de la tarde, el sol ya había caído y daba paso al cielo que se tornaba cada vez mas oscuro.

Llegamos al parque, a nuestro punto de encuentro, y todas las farolas del lugar ya estaban encendidas, dándole un aire acogedor y melancólico al lugar.

La pista de patinaje no era la excepción y estaba toda iluminada con faros potentes que le daban mas brillo al hielo del piso.

Ambos nos observamos como si fuéramos cómplices de algún delito y tenia la idea de que pasaba por su cabeza en ese instante.

—Es hora de patinar— dijo y empezó a caminar hasta la pista.

—¿Qué? ¡No! — solté un pequeño grito— Elijah, no se patinar— confesé apenada.

—¿Crees que me importa? Te enseñare si es necesario.

Tomo mi mano y me guio hasta la entrada, donde un señor vigilaba, nos dio a cada uno los patines.

Cuando estuvimos a punto de entrar me acobardé y retrocedí. Elijah negó con una risa y con mi guardia baja, tomó mi mano, y con su otra mano libre me tomo por la cintura adentrándome junto con el al helado lugar.

—Confía en mi, Summer— me guiño un ojo. Yo me aferraba con fuerza al cuello de su abrigo.

Poco a poco me deje llevar por sus movimientos delicados, en ningún momento me soltó. Se sentía como si fuera el viento quien nos movía, creando una danza junto a el.

Poco a poco el lugar quedo vacío y lo único que se escuchaba eran nuestras risas. En el mismo movimiento Elijah me guio hasta el centro de la pista. Tomo mis dos manos, extendimos los brazos y empezamos a girar.

—Para, para por favor— Pedí entre medio de risas. Comenzaba a marearme.

Elijah se detuvo y halo mi cuerpo hasta que nuestros pechos chocharon entre si, no había distancia entre nuestros cuerpos, pero había un pequeño hueco que separaba nuestros labios.

Nos observamos por segundos que parecían eternos, bajo su vista hasta mis labios y por instinto los relamí. Paso su pulgar por la comisura de estos en un movimiento lento, como si quesera recordar su forma.

Cuando volvió su vista a mi rostro, pensé que cumpliría con aquello que dijo acerca de probar mis labios, pero no fue así, todo lo contrario.

Puso una mano sobre mi cabeza y la llevo hasta en medio de su pecho, puse mi palma justo donde su corazón latía.

Elijah no era muy alto, pero si lo era mas que yo, lo que hacía que aquella postura encajara bien.

El momento era tan intimo para recordar y disfrutar.

—Quisiera probar esos labios, Summer, pero no es correcto.

No dije nada y me mantuve en silencio mientras en algún ligar de mi mente, grababa aquella escena.

Hubo silencio durante un momento.

—Te quiero, Summer— agregó Elijah.

Beso mi frente y cerré mis ojos sintiendo el contacto.

—Y yo a ti, Elijah.

.

Cuando llegue al porche de mi casa, sabia lo que me esperaba. Antes de entrar tomé mi celular y teclee un par de palabras.

"Llevaré cada momento de este día guardados en mi mente. Espero volver a verte pronto"

Pulse enviar. En seguida Elijah estaba en línea.

"Espero y sea pronto, quisiera poder ver tu bello rostro mas seguido.

PD: También lo llevaré conmigo, pequeña Illuminati."

Guarde el celular en el bolsillo de mi jean y solté una respiración antes de entrar.

Mis padres no estaban en la sala, tampoco en el comedor, supuse que estarían en su habitación y hablaríamos de esto mañana, pero estaba muy equivocada.

Cuando abrí la puerta de mi habitación, ambos me esperaban sentados en mi cama. Al lado de papá estaban todos mis dispositivos; mi Tablet, mi computadora e incluso mis audífonos. Fruncí el ceño. No entendía porque los tenia.

Iba a saludarlos, pero papá me interrumpió.

—Qué horas de llegar, Summer— vio la hora en si reloj de muñeca— siete de la noche.

—Papá...

—Te fuiste como si no te importo que nosotros estuvimos frente a ti. Esa es la mayor falta de respeto que hemos visto, Summer — esta vez interrumpió mamá.

—Estas castigada jovencita, por no respetarnos, por no pedir nuestra palabra cuando tuviste que haberlo hecho. Dame tu celular Summer— papá extendió su mano en mi dirección. Yo negué — Summer, tu celular— volvió a repetir.

Apreté los labios y saque el aparato de mi bolsillo dejandolo en la palma de su mano. ¿Tanto escandalo por una salida?

—Estarás castigada durante tres meses, no podrás salir a no ser de la casa hacia el Instituto. Si Jacob quiere verte tendrá que venir el mismo. Pronto empezaras las clases y no necesitas de ninguna distracción. Tendrás la computadora de la biblioteca para estudiar, y no te preocupes que están bloqueados los accesos a toda red social o juego online.

Quede atónita ante lo que decía. Su sobreprotección estaba pasando los limites.

Si, se que no debí haber salido de esa forma, pero nada de esto era tan necesario. El enojo crecía dentro de mi.

—P- Pero...

—Es por tu bien hija— apoyó mamá y ambos salieron de mi habitación, llevándose todos mis aparatos junto con ellos.

Cerré la puerta con seguro y las lagrimas cayeron. Me tire en la cama y abracé una almohada para acallar mis sollozos.

Ya no hablaría con él.

Ya no lo volvería a ver.

La que había sido la mejor tarde de mi vida, se había convertido en algo inalcanzable de volver a repetir.+

.

Aquella noche mientras lloraba, me aferre a los recuerdos de ese día inolvidable.

Guarde un poco de esperanza, imaginando que solo serian días los que tenia que esperar para volverlo a ver.

Pero no fue así.

Aquellos eran los únicos recuerdos perdurarían durante los siguientes meses... incluso años.

...

Diciembre 13, 2019

Un año...

Un año exactamente había pasado desde la ultima vez que escuche su voz.

Un año de que sentí el sutil contacto de sus labios.

Un año desde la ultima vez que lo vi y supe algo de él.

Me encontraba en el mismo parque, sentada en una banca al lado de la misma farola en la que lo espere.

Quizás el me olvidó.

Pero yo no. Aun sigo de pie tratando de revivir aquella llama de esperanza, esperando que algún día volvamos a encontrarnos. Tenía el pequeño dije del copo de nieve sostenido entre mis dedos, recordando aquel presente.

El frio del viento se colaba a través de mi abrigo. Esto no ayudaba ya que solo hacía mas melancólica la escena a mi alrededor.

Una figura masculina se sentó al lado mío. No repare en su apariencia, ya que mi mente divagaba por otros rumbos.

—Que gusto me da poder verte de nuevo, señorita Illuminati. — dijo el hombre que estaba a mi lado.

No.

No podía ser cierto.

Debía estar en trance para que me haya parecido escuchar su voz.

Gire mi rostro e inmediatamente mis ojos reconocieron a aquel rostro que durante un año estuve esperando volver a ver.

Sonreí con mucha nostalgia que casi derramo una lagrima.

—Elijah— mi voz apenas y se escuchó.

—Me alegra tanto volver a verte, mi querida Summer.

—Elijah, yo... yo...

El chico no dejo terminar mi oración ya con delicadeza tomó mis mejillas, acerco su rostro y unió sus labios a los mios. Lo hizo con tanta vehemencia y pasión, como si hubiera esperado siglos para ese beso.

Cerrando los ojos me deje llevar por aquella sensación tan embriagante, entregue cada sentimiento en aquel beso.

Cuando nuestras bocas se separaron, nuestras frentes quedaron juntas.

—Espere todo un maldito año para poder hacer esto— pegó sus labios a mi frente.

—Te extrañe tanto Elijah.

—Y yo a ti pequeño copo de nieve.— nos quedamos abrazados por un momento, volviendo a sentir el calor perdido de aquellas emociones— Que te parece si me acompañas y mandamos al carajo las reglas por una tarde.

Extendió su mano hacía mi dirección. Esas mismas palabras que un año atrás había dicho cuando le conté sobre mi huida de casa.

Aquel atrevimiento me había costado demasiado.

Ahora ya no había temor, ya había salido de la burbuja en la cual mis padres me habían mantenido encerrada, y esta vez no seria igual.

Gustosa acepte su mano.+

—Me encantaría, LouisXIV.

Enlazamos nuestros dedos. De un salto se levantó, llevándome consigo en el impulso.

Corrimos alrededor del parque, riéndonos y disfrutando como si fuéramos unos críos, disfrutando de aquel momento único.
Y ese día reviví los cálidos recuerdos de un año atrás.

Porque a pesar de no poder vernos.

Porque a pesar de no poder tocarnos.

Nuestros corazones estaban unidos a través de la distancia, y hoy demostramos, que no hace falta estar presente para poder seguir adelante, porque los corazones siempre regresan al lugar en donde fueron felices.

Y él... él era mi lugar.

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