Esto era el colmo, sabia que mis hermanos no tenían una gota de cerebro, pero haberme encerrado con Shu en una habitación era el colmo, no había nada que pudiera entretenerme para no tener que estar ahí con él, mirando como dormía de manera constante, no haría nada para poder escapar, este hombre era lo único que yo no quería en mi vida.

—No seas holgazán, ayudame a encontrar una salida.

—No quiero.

Suspire, me pensaría con la mente fría como salir de aquí, odiaria tener que volver a hablarle.

Era imposible, luego de 2 horas intentándo de todo, forzar el cerrojo, las ventanas, patear la puerta, buscar algún agujero, tratar de romper las paredes, nada, suspire rendido, era como si ese lugar estuviera hecho para mi.

—Haces mucho ruido.

—Eres un estúpido, en lo que yo busco una manera de salir de aquí tu estas durmiendo, eres muy vago,con razón nadie quiere estar cerca de ti.

—Tu eres un envidioso perfeccionista.

—Ja, envidioso? No tendría que envidiarle nada a un aragán como tu

—Creo que si.

Me estaba sacando de quicio.

—Dime que argumentos tienes para decir tales palabras sin sentido.

—A lo mejor como Beatrix nunca te hizo caso estas así.

—No tengo nada que envidiarte, ¿el afecto de madre? Eso era algo estúpido de una mente inmadura que era normal a esa edad, gracias a esa falta de afecto pude aprender a prosperar solo y no me quitaron las cosas que amaba.

—Nadie te amaba.

—¡A ti menos!

—por lo menos tenía atención.

—¿Crees que la necesito?

—Si, así dejas de molestarte por cualquier cosa que hago.

—me molesta que seas tan vago.

—Te molesta hasta verme respirar.

—Le harías un favor al mundo si dejaras de hacerlo.

—Solo te haría ese favor a ti—Me miro serio, le moleste.

Me di la vuelta, trataria de encontrar una solución, pero mi paciencia se fue a mis pies cuando siguió hablando.

—A lo mejor si te tomaras las cosas con más calma no te odiarian todos.

—¿Y terminar siendo un inútil como tu? Prefiero el odio.

—Por eso mamá nunca te quiso.

Ya molesto le agarre de la solapa y lo levanté.

—Golpeame si quieres, solo demostrara que mis palabras son ciertas.

Shu se mantenía con los ojos cerrados, odiaba eso de el, era tan insensible, vago,inútil, por mucho que se lo repitiera menos le importaba.

—Eres un insensible, no sabes medir tus palabras y no tienes ni una gota de educación.

Lo lancé contra la puerta sin importarme lastimarlo.

—Tsk, te crees que lo sabes todo, pero no sabes nada.

Abrió los ojos mirándome.

—Crees que no me importa nada, que no me importa mi familia y que nunca me importastes tu ¿no? Pues no fue así.

Se levantó del suelo, era un poco más alto que yo pero no me incómodaba.

—Escuchame por una vez y deja de ser tan calculador, solo logras que me moleste.

—Tsk, apurate.

—Tuve un amigo, Edgar, ¿lo olvidaste? Pues, el murió, tu me odiabas y mis hermanos no tienen el más mínimo interés en hablar conmigo, el único regalo que has recibido en tu cumpleaños de manera anónima ha sido el mío, lo llevas puesto.

Mire mis guantes, era cierto, una cajita con estos hermosos guantes había aparecido de la nada en mi mesa ese día, iba a quitarmelos pero el me detuvo, agarrando mis manos.

—No duermo tanto como crees, solo estoy pensando, madre no nos quiso, ni a ti ni a mi, eso lo sabes, que yo haya tenido más atención por ser mayor fue una carga que yo no quería que tu merecías porque eres capaz de soportarla,¿ser la cabeza de la familia? No quería serlo si eso conllevaba vivir como tu, eso pensaba pero tu siempre has querido serlo, eres protector y atento con nosotros,¿te lo agradezco sabes? Aunque me odies en el fondo siempre cuidas de que no me pase nada malo...

—No hago e—me interrumpió gritándome.

—¡Callate! Piensas que todo lo que haces es lo correcto cuando no es así, crees que me odias, crees que nosotros te odiamos y por tu culpa nadie puede vivir aquí como una familia, tus deducciones las sueltas al aire como si uno no sintiera nada.

Le mire impactado, ciertamente no creía que tuviera sentimientos, no pensé que haya pensado en mi, ni en madre, ni en los chicos, tampoco en la falta de atención que tuve mire a otro lado, me había quitado toda la razón, aprete mis manos mirando a otra parte.

—Entonces porque nunca hiciste nada por tratar de cambiar las cosas.

—Quiero a mis hermanos como son, con sus traumas y problemas, con sus personalidades y defectos, así estas bien, siento que no tienes nada que cambiar, pero mucho que saber, te recomiendo que trates de conocernos mejor en vez de estar hablando estupideces, me has hecho perder mucho tiempo, toma.

Me lanzó una llave, no puedo creerlo,el sabía cómo salir todo el tiempo y nunca hizo nada por decirme.

—Eres un—volvió a interrumpirme.

—Soy tu hermano.

Le mire sorprendido, solo mire a otro lado y salí, sus palabras me habían dejado pensativo, llegue a mi laboratorio, dejándome caer en mi asiento, puse mis codos en la mesa y entrelace mis manos y apoye mi barbilla en estas, suspire, luego de un rato así decidí hacerme algo de té, el agua hervía como mi sangre en ese momento, al servirlo y comenzar a beberlo camine hasta la ventana, notando la presencia de Shuu, que miro hacia donde estaba, para luego sonreir.

—estúpido, ganaste esta vez.

Le devolvi una leve sonrisa para quedarme ahí mirando la Luna, estaba llena y se veía más hermosa que nunca, ¿me sentía feliz? Tal vez, ese efímero momento con mi hermano mayor me acercaría más a mis hermanos, por más tontos que fueran, eran mis hermanos, termine mi té y al ver hacia abajo de nuevo Shu tampoco estaba, mire mis guantes, estúpido, llegaste a mi frío corazón sin saber que eras tú, a lo mejor los hubiera desechado de haber sabido, no me arrepentía de llevarlos, los cuidaria esta vez, solo esta vez.