Para siempre


—¡Quiere llorar! ¡Quiere llorar!

El canturreo de esos malvados niños logra que las lágrimas comiencen a formarse tras los párpados del pequeño Teru, quien tirado sobre el asfalto, ve a través de sus gafas los rostros desfigurados de sus atacantes por las carcajadas. No sabe cómo llegó al suelo, tan solo recuerda que les preguntó si podía jugar con ellos.

Hace una semana su madre le dijo que debían mudarse, y él estaba feliz. Creyó que en un lugar nuevo todo sería diferente. Que equivocado estaba. En los ocho años que lleva de vida, no recuerda haber tenido un solo amigo. Siempre ha sido el blanco perfecto de burlas, el bullying ha estado con él desde el primer día que puso un pie en el colegio y la mascota del salón defecó en él. Hasta niños de menor edad se atreven a jugarle bromas y eso ya dice mucho.

Cierra los ojos y aprieta los dientes, los escucha burlarse pero no les dará el placer de verlo llorar, ya no.

—¡Ei! ¿¡Qué less passa!?

Teru abre los ojos al escuchar una voz infantil irrumpir las carcajadas. Se endereza un poco, apoyando los brazos en el cemento para levantar la cabeza, encontrándose con su salvador. Un niño bajito y castaño, quien con ambas manos hechas puño cerca del pecho, le hace frente a los rufianes.

Los chicos pierden interés, ese chiquillo es mucho menor que ellos, fácilmente podrían deshacerse de él, pero es el hijo de Soichiro Yagami, y ese señor es bastante respetado por esos lares.

—¿Estáss bien? —Le ofrece su mano, la cual Teru toma sin dudar. Nota que el niño habla un poco gracioso, y al verlo sonreír se da cuenta que es porque le falta un diente—. Me llamo Light, ¿tú?

—Teru. —Responde con timidez mientras se sacude la ropa.

—¿Por qué te esstaban molesstando? —Se inclina y extiende un brazo hacia arriba, intentando alcanzar una hoja que el pelinegro tiene enredada en el cabello. Teru se encoge de hombros como respuesta—. ¿Y tuss amigoss por qué no te defendieron?

—No tengo amigos... —murmura apenado.

—¡Puess ya tieness uno! —Exclama con demasiada efusividad, logrando sonsacarle un respingo— ¿Te gusstaría sser mi amigo? —continúa el pequeño, esta vez extendiendo una mano hecha puño.

—Ehmm, sí, supongo... —Se rasca la mejilla nervioso al notar que el niño no baja el brazo.

—Sse ssupone que debess hacer essto —agarra su mano y le aprieta los dedos para que los encoja, formando un puño, el cual luego choca contra el suyo— ¡puuuffffghhhh! —hace un sonido simulando una nave, como si el choque de sus puños lo hubiese ocasionado—. Me lo ensseñó mi papá, ¿te gussta?

—Uhmm...

—¡No importa! ¡Te gusstará! —Le asegura antes de tomarlo de la mano para arrastrarlo con él—. ¡Vamoss! ¡Te pressentaré a mi mamá!

En un principio, las piernas de Teru reaccionan solo por inercia, pero luego de unos segundos comienza a caminar por voluntad propia, con una sonrisa al creer que ha encontrado al fin un amigo.

oOo

Al igual que Teru, Light es un niño bastante solitario. El nacimiento del castaño fue complicado, de hecho ocurrió antes de tiempo, por lo que su salud siempre ha sido un tema de preocupación para los progenitores, llegando a veces hasta a sobreprotegerlo más de la cuenta. En aquel entonces, decidieron mudarse a una zona más tranquila, asegurándose que la casa tuviera un enorme patio trasero, en el cual poco a poco fueron acomodando un par de columpios, toboganes, y la última creación del señor Yagami: una casa del árbol. Todo con el fin de que su hijo pudiera disfrutar su infancia.

Light siempre se ha caracterizado por ser alguien inteligente, cualquier otro niño haría un berrinche al no poder comer ciertas chucherías por los colorantes, pero él prefiere no martirizar a sus padres. Esa forma de ser es tal vez el motivo por el cual para Teru fue fácil simpatizar con él. El pelinegro se considera alguien maduro para su edad, aunque aún no entiende muy bien lo que significa esa palabra, pero su madre siempre se la dice, explicándole que por eso le cuesta relacionarse con sus compañeros.

Sin embargo, no importa lo comprensivo o inteligente que sea el castaño, al final de todo es un niño de ocho años, y como cualquier niño adora los juegos. Esto fue un problema al principio ya que Teru jamás se ha sentido atraído a jugar a las escondidas, patear un balón o subir una y otra vez las mismas escaleras para deslizarse por un tobogán en un santiamén, ¿qué es lo divertido de eso? Pero por suerte para Teru, la salud de Light no le permite agitarse demasiado, por lo que los juegos son sin prisas o sedentarios, lo cual va perfecto con su odio a sudar.

—¿Qué quieress sser de grande, Teru? —Pregunta el castaño, mientras sentados en el interior de la casa del árbol, intentan armar un rompecabezas.

Para su edad, Light posee un amplio vocabulario, pero tiende a marcar las S, quizá por la falta de un incisivo, lo cual el pelinegro encuentra adorable.

—No lo sé. —Se encoge de hombros antes de colocar otra pieza.

—¡Yo quiero sser policía! —Exclama con una enorme sonrisa—. Mi papá dice que loss policíass atrapan a loss maloss, ¿te imaginass un mundo sin gente mala?

Teru se acomoda las gafas, pensativo. En su cabeza de niño de ocho años, cree que el mayor acto de vandalismo era perpetrado por aquellos niños que solían hacerle bullying. Sonríe ante la idea de eliminar tal acto de maldad.

—Eso sería como ser un superhéroe.

—¿Verdad que ssí? —Empuña las manos de forma efusiva.

—Pero para ser grandes aún falta mucho —Opina haciendo un puchero por lo lejano que le parece ese mundo ideal—. ¿Crees que seguiremos siendo amigos toda la vida?

—¿Por qué no? —Pregunta el más pequeño frunciendo el ceño.

—No lo sé. Cuando el tiempo pasa, la gente se aleja.

Light suelta una sonora carcajada llevándose las manos al estómago, provocando que el angustioso semblante de Teru cambie a uno ofendido al creer que su amigo se está burlando de él.

—¡Ay, Mika! Por esso no tieness amigoss, dicess cossass tan rarass a vecess —el castaño busca en su overol un pañuelo que su mami siempre le pone y con él se limpia las lágrimas—. Lo que dicess no puede sser cierto porque miss papáss ssiguen juntoss.

A diferencia de los Yagami, los progenitores de Teru decidieron separarse, pero es cierto que vivieron juntos mucho tiempo.

—Pero eso es porque están casados. —Asegura a la vez que coloca la última pieza del rompecabezas.

El castaño se queda en silencio, con los enormes ojos color miel fijos en el suelo. Mikami supone que debe estar pensando en el próximo juego, aún faltan un par de horas antes de que su mamá pase a buscarlo.

—¡¡Entoncess hay que cassarnos!! —Grita levantando ambos brazos, como si acabara de descubrir la solución a todos sus problemas.

Teru, a pesar de creerse un niño maduro para su edad, tan solo tiene ocho años, y en su cabeza infantil la idea no suena para nada descabellada.

—Pero necesitamos anillos. —Dice con una sonrisa, levantando el dedo índice al recordar el brillante objeto que sus padres usaban en el dedo anular.

Ambos se ponen de pie y se sacuden las rodillas desnudas antes de emprender su misión: encontrar en la casita del árbol algo que puedan usar para pactar el compromiso.

Encuentran en la mesita, que está frente a la pequeña ventana, unos trozos de plastilina con la que estuvieron jugando antes de aburrirse y decidir armar el rompecabezas. Cada uno toma un pedazo de su color favorito, Teru gris y Light rojo, luego comienzan a estirarla sobre la madera antes de unir las puntas para formar un círculo.

—¿Ahora ssolo debo ponermelo? —Pregunta Light al terminar el suyo.

—Uhm, creo que yo debo ponértelo y tú a mí. —Explica tras recordar una película que vio con su madre.

Teru toma la pequeña y rellenita mano de Light para deslizar el improvisado anillo por el dedo anular de éste, el castaño repite las acciones de su amigo.

—¿Significa que estremoss juntoss para ssiempre? —Cuestiona con una sonrisa mientras observa la plastilina gris que le rodea la falange.

—Sí... —murmura, mirando también absorto el anillo. Piensa que el hecho de que cada uno esté usando el color favorito del otro lo hace más especial.

Sin ninguna malicia entrelazan los dedos de la mano donde cada quien porta el anillo, sellando así su promesa. Ninguno comprende exactamente qué es estar casado, lo único que entienden es que las personas que se aman lo hacen para estar juntos por siempre, y es lo que ellos quieren. 

—-

N/A:

El pedido que me hicieron solo decía "que Light tenga ocho años" jajaja. Y bueno, no sé, en parte me los imagine re tiernos siendo los dos unos niños. Espero les haya gustado. Recuerden que pueden seguir haciendo sus pedidos en el primer capítulo que tiene por título "introducción" 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top