Al ser un abogado que apenas iniciaba, muchas veces debía trabajar hombro a hombro con el cuerpo policial, por lo que su presencia en la estación de policía poco a poco se hizo habitual. Su monótona vida consistía en vestir traje y llevar su maletín de diseñador a todas partes, para pasarse el día entre papeles y firmas. Hasta que lo vio.

Rápidamente aquel chico fue apodado por sus compañeros como "el nuevo", un castaño bastante joven, que seguramente acababa de graduarse. La mayoría fingía ser amable con él, aunque los rumores sugerían que el muchacho no les agradaba para nada. Era hijo de uno de los miembros, y no de cualquiera, era hijo del jefe de la NPA, por lo que asumieron que ese puesto le había sido otorgado por su vínculo familiar, en lugar de ganárselo como todos ahí. A Teru eso no podía importarle menos, él había quedado encandilado de semejante belleza.

Sin embargo el castaño pronto les cerró la boca a todos al demostrar que era más competente que la mayoría, siendo esto el detonante que Teru necesitaba para caer rendido a sus pies. Aparte de guapo, Light era inteligente, ¿qué estaba pensando Dios al crear dicha combinación? Tanta perfección debía ser considerada un pecado, y Teru como cualquier ser humano estaba dispuesto a pecar.

Pronto inició con notitas anónimas que le dejaba en el escritorio, cuando Light no estaba, cualquiera diría que era cursi y probablemente lo es, está chapado a la antigua, no entiende nada sobre esos romances fugaces de hoy en día, él prefiere ir con calma. Así poco a poco subió de nivel, a esas notitas se le agregaron flores y luego chocolates, hasta que se armó de valor y lo invitó a salir.

Comenzó con una invitación a cenar, luego al cine y así hasta que la comunicación trascendió a ser también por mensajes de texto en cualquier momento. No obstante, Teru seguía sin presentarse como su admirador secreto, no se sentía preparado, siempre le había temido al rechazo, pero empezó a sentir que las posibilidades de ser correspondido eran cada vez más grandes.

Un día se despertó dispuesto a todo, usó su mejor perfume y pasó antes por la barbería para recortar su cabello y darse una afeitada profesional con una mascarilla incluida. Ese sería el día. Sin embargo sus planes se vinieron abajo tan pronto cruzó la puerta y vio a Elle Lawliet sentado sobre el escritorio de Light, con una pierna flexionada y la otra colgando. El tipo ese llevaba una semana ahí, siempre le pareció alguien desgarbado y con cero elegancia, pero notó horrorizado que su ángel le sonreía a semejante esperpento mientras éste le hablaba muy cerca del rostro, demasiado cerca para el gusto de Teru. Mil ideas cruzaron por su cabeza en cuestión de segundos, primero pensó que seguramente Light tan solo estaba siendo amable con el tipejo ese, pero eso lo llevó a una siguiente idea: ¿qué tal si Light solamente había estado siendo amable con él todo este tiempo?

Sus ilusiones se vinieron abajo, continuó dejándole notitas y enviándole flores, pero también tomó cierta distancia, necesitaba armarse de valor nuevamente para buscarlo. Así fue hasta que una tarde, cuando estaba saliendo al patio en un rato libre que tenía, Light lo interceptó. Le preguntó, con esa gentileza tan propia de él si algo ocurría ¿por qué lo había estado evitando?, ¿o era solo impresión suya? Teru se disculpó diciendo que había estado muy ocupado y el castaño pareció creerle. Mentiría si dijera que esa conversación no lo emocionó por más simple y corta que haya sido, eso debía significar que Light lo extrañaba, ¿no?

El problema es que Elle seguía ahí, jodiendole los días cada vez más. Podía verlo merodeando siempre el escritorio de Light, y si eso no fuera lo suficientemente malo, mediante los días pasaban, ese acercamiento se hacía cada vez menos sutil.

Cierto día en particular, las insinuaciones fueron tan obvias que tuvo que correr al baño. Necesitaba calmarse, por una vez la suerte parecía estar de su lado, ya que el lugar se encontraba vacío. Se dirigió a los lavabos para mojarse la cara; el ver a Elle lanzándole un beso a Light desde el otro extremo de la habitación lo exaspero, pero eso no fue lo peor, lo peor fue notar cierto sonrojo en las mejillas de Light. No creía que entre ellos hubiera algo, pero por como venían las cosas era muy probable que pronto sucedería. ¿¡Cómo era posible que Light estuviese cayendo por un imbécil, al cual claramente lo único que le interesaba era acostarse con cualquiera que le abriera las piernas!?

Sin embargo su lucha mental se detuvo cuando a través del espejo vio la puerta del baño abrirse, entrando Elle por ella. El pelinegro se adentró tan solo un poco con las manos sobre el cinturón del uniforme, viendo despacio hacia todas partes. Teru pensó que buscaba a alguien, pero frunció el ceño al verlo trabar la puerta.

—¿Qué haces? —Preguntó tras voltearse, manteniendo su semblante estoico.

—No pierda su tiempo, abogado —respondió Elle con esa voz tan monótona que ya había escuchado tantas veces—. Light es un niñato.

Teru puso los ojos en blanco, antes de tomar un poco de papel toalla para luego buscar la salida, sin embargo, tuvo que retroceder un paso cuando Elle le cerró el camino al apoyar la macana contra la pared.

—Seguramente es virgen, lo cual lo hace interesante, ¿verdad? —Se relamió los labios y después sonrió al notar las manos de Teru convertirse en puños—. Pero ya me aburrí.

—¿De qué hablas? —Enarcó una ceja al mismo tiempo que sus hombros se destensaban por la confusión, ¿a dónde quería llegar este idiota?

—Light todavía es un niño —esta vez, posó la macana de forma delicada sobre el mentón de Teru, y la bajó suavemente hasta llegar a su abdomen—. Y a mí me gustan los hombres. Su obstinación me excita, abogado.

Mikami sintió sus mejillas arder e intentó rodearlo para salir de ahí, pero la pálida mano de Elle se cerró alrededor de su saco.

—No-no eres mi ti-tipo... —tartamudeo sonrojado cuando fue jalado hacia uno de los cubículos.

—¿Es porque no soy castaño y virgen? —Preguntó con fingida tristeza, haciendo un puchero mientras lo acorralaba contra la pared—. Reconozco, abogado, que Light posee una belleza que enloquecería a cualquiera —murmuró con lascivia antes de recorrer con la punta de la lengua aquella mejilla—, pero yo conozco otras formas de hacerlo perder la cabeza—. Dicho esto, le mordisqueó el lóbulo de la oreja, sintiéndolo temblar debido a la cercanía—. ¿Le interesaría descubrirlas?

Los traviesos y experimentados labios de Elle comenzaron a bajar por su cuello antes que éste le abriera de forma desesperada la camisa, esa larga y húmeda lengua descendió por su pecho hasta llegar a su cinturón. Mikami no pudo detenerlo, o más bien, no quiso hacerlo.

Ese fue el inicio de discretos encuentros repletos de sudor, piel y sonoros jadeos que llenaban las habitaciones de los hoteles que solían visitar.

—¡Señor Mikami! —Lo había llamado Light un día, teniendo que voltear para encontrarse con el castaño corriendo hacia él. En un principio que le llamara señor le resultaba adorable, ahora lo encontraba algo extraño—. Mi papá me consiguió entradas para un concierto de Jazz. —Le mostró los dos tickets, era cierto que Teru adoraba el jazz y le pareció tierno que Light lo recordara.

Sin embargo...

—Lo siento, ya tengo planes —respondió sin darle vueltas al asunto—. Pero escuché que a Matsuda también le gusta, tal vez...

—¡Sí, tiene razón! —Lo interrumpió antes de dar media vuelta y regresar corriendo por donde vino.

Teru no le tomó importancia, personas como Light solo debían estirar la mano para tomar lo que querían, el mundo para él estaba servido en una bandeja de plata. No dudaba que rápidamente conseguiría compañía.

Retomó su camino, viendo que a lo lejos Elle lo esperaba, quien desde su posición le lanzó un beso antes de guiñarle el ojo y lamerse de forma lasciva los labios.

Sí, Light era un ángel, entonces Elle debía ser un demonio, y siempre es más divertido pecar con el diablo.

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N/A:

No sé si debía etiquetar a la persona que hizo el pedido, tampoco sé si cumple las expectativas xD. Es la primera vez que me imagino a Teru y L juntos... y la verdad no me desagradó 7u7