Te amo, mi amor.
A la personita que ha esperado con ansias por esta historia. Te adoro, bubu. ChanBaek_KookV 💖
—ۨ،♡ ҉ 👑 ⸾ KrisHo ⌟ •
El tiempo era un grandísimo hijo de puta; había destruido el amor, la pasión, el deseo y su cuerpo. Yifan se sentía un viejo cascarrabias cada vez que estaba cerca de su esposo y eso lo hacía sentir mal.
Nunca pensó que con casi cincuenta años tendría que preocuparse por su pareja teniendo una aventura. "Ya estamos muy viejos para eso", pensaba, pero olvidaba el detalle de que él, su esposo, tenía quince años menos.
Lo conoció cuando solo tenía dieciséis años y él ya contaba con treinta. Sí, era loco, casi le doblaba la edad, pero se enamoró perdidamente de ese pequeño adorable. Era un dios en el sexo, lo cuidaba constantemente y se aseguraba de hacerlo feliz. Junmyeon era lo mejor que le había pasado en la vida, pero luego de tantos años juntos el fuego murió y esto comenzaba a dejar al mayor triste.
Ese día todo cambió, lo sospechaba hacía mucho pero nunca tuvo pruebas, ahora las tenía. Un tipo del trabajo se estaba cogiendo a su Myeon. Los mensajes en el celular de su esposo eran candentes y sucios, incluso vídeos, fotos, audios de cosas con él no hacía ya. Lo dejó ir al trabajo sin siquiera decir nada, pero a la tarde fue a la cocina para preparar la cena esperando a que apareciera. ¿A ver con qué excusa le salía ahora? Era hora de encararlo.
Junmyeon llegó del trabajo a la misma hora de siempre, dejó sus llaves a un lado de la mesita de noche y se sentó en el sofá aflojando su corbata mientras dejaba escapar un suspiro de cansancio.
—¿Cómo te fue en el trabajo? —Preguntó acercándose y secando sus manos con el delantal. El de cabellera castaña ni siquiera lo miró, solo cerró sus ojos.
—¿Para qué quieres saber? —Con solo esa frase lo llevó al límite y el enojo le dio por querer llorar. Lanzó el delantal al piso y lo enfrentó, mas lo que ocurrió fue solo, que sus palabras salieron con rudeza.
—Si quieres comer, hazlo. Sino, solo bótalo. Ya me importa un carajo lo que hagas, Wu Junmyeon. —El menor lo miró curioso pero no le dio mucha importancia, vio la comida, la dejó allí y subió a su habitación. Era su rutina diaria.
《Es solo un berrinche por la vejez, ya se le pasará.》
Cuando llegó a la habitación el rubio no estaba allí, siempre se iba a la de invitados dejándolo solo. Junmyeon recibió un nuevo mensaje, mordió su labio y sonrió de lado.
Te espero donde siempre, conejito. Tengo algo preparado para ti y no son necesariamente zanahorias.
Usa ropas sexys, como sabes que me gusta.
-Park-
Se bañó y vistió bien sexy -como le pidieron-, su más reciente conquista lo estaba esperando y le encantaba ese tipo. Le recordaba un poco a lo que fue su esposo alguna vez. Ardiente, alocado, posesivo y delicioso, simplemente delicioso.
Cuando llegó a la cochera para ir al encuentro de su amante encontró a Yifan allí, con una botella en la mano y con la mirada perdida en su auto.
—Tengo que salir. —Dijo sin más y Yifan lo tomó del brazo.
—¿Ya te vas con él?
A pesar de la situación, Junmyeon se mantuvo impávido; solo asintió y se zafó del agarre. No supo cómo lo descubrió, pero a esa altura le daba lo mismo.
—¿Y si voy con otro qué? —Gruñó enfrentándolo—. Tú no me tocas, todo lo que haces es cocinar y ver las noticias... —Su tono más que quejumbroso fue despectivo.
—Cocino para ti y veo las noticias para no salir a engañarte con otros. —La risa estruendosa del menor lo hizo llenar de cólera, más de la que ya tenía.
—¿Engañarme? Si ni siquiera tienes energía para mí, viejo. —Se removió del agarre del otro—. Vamos, suéltame que me esperan.
El corazón de Yifan dolía, ¿dónde había quedado su esposo amable y cariñoso? ¿Quién era este frente a él? No podía reconocerlo.
—Si te vas, no estaré cuando regreses. —Sentenció y el menor lo desafió.
—Nunca lo harías. Me amas.
—Inténtalo. Vamos. Vete con él. Déjate follar por él. Déjate marcar por él, pero quédate con él porque a mi lado ya no te querré. Te amo, pero me vas a perder si lo haces.
En cierto modo el buen humor de Junmyeom se fue al carajo y lo encaró sin reparos.
—¿Tanto te importa que me folle otro? Bien. Hazlo tú. Fóllame tú y quítame la calentura como no haces hace años. —Rio muy alto y lo empujó leve por el pecho—. ¿De qué te quejas? Deberías alegrarte de que sigo contigo y no te he abandonado.
Las manos del rubio formaban puños por el dolor que sentía al escuchar la persona que amaba decir algo así, sin remordimientos, sin rescatar en su propio sentir. Sintió el leve golpe que el otro le profirió y sin darle tiempo a nada lo agarró por las muñecas para pegarlo a él.
—¿Quieres te folle? Bien —sentenció y se aseguró de tomar a su esposo como si de un saco de papas se tratara. Se lo puso al hombro y caminó con él hasta la habitación.
Recorrió la casa con esa rabia que le estaba inundando el alma, cada paso se escuchaba con un golpe en el piso, estruendoso y, diferente a lo esperado, Junmyeon solo podía reír bajito.
《El berrinche va a durar más de lo normal.》
Con una patada abrió la puerta de la habitación y lanzó al menor a la cama, el de cabellos castaños dejó escapar una risa al sentir como su cuerpo rebotaba sobre el blando colchón.
—¿Me vas a golpear? —Preguntó sin perder la sonrisa en su rostro mientras observaba como el mayor se comenzaba a quitar el cinturón.
—Nunca haría eso. —Respondió serio y se acercó a él, tomó sus manos y las fijó al borde superior de la cama para que no se pudiera ir. Junmyeon se dejaba, en un final, todo lo que quería era follar, no importaba quién lo hiciera.
— Uhm~ interesante... —Susurró y miró a su esposo con una risita coqueta—. Siento que me vas a dar duro. ¿Es verdad? —Siempre le gustó molestarlo, como que le excitaba más comportarse así.
Yifan se acercó a él sobre la cama y a jalones quitó el pantalón y boxers que estorbaban. Llevó sus labios al cuello de su esposo y comenzó a dejar besos húmedos mientras sus manos recorrían su cuerpo bajo la tela de la polera holgada que era la única prenda que no quitaría.
—Te voy a recordar el por qué te enamoraste de mí. —La frase lo dejó pensativo, los labios de su esposo recorrían su piel, sus manos atadas al borde de la cama, su respiración volviéndose errática a cada segundo y el olor, ese dulce olor que siempre había tenido Yifan lo intoxicaba.
—¿Sabes la razón? —El mayor se detuvo unos segundos, lo miró fijo y asintió. Junmyeon cambió la vista—. Lo dudo...
—¿Me vas a decir que no fue por el sexo? —Indagó llevando su lengua al cuerpo de quien ni siquiera lo miraba—. Vamos, sé que fue eso. Nada más te interesó de mí. Lo sé.
—Te equivocas —refutó permitiéndose dejar escapar unos cuantos gemidos por las acciones de su pareja—, no me enamoré de tí por como me follabas.
—Cállate, anda... —Yifan no tenía ánimos de escuchar más mentiras, de modo que tomo la sábana y usando el borde de esta hizo al menor callar mordiéndola—. Calladito te ves más bonito ~
Canturreó y Junmyeon lo miraba impávido, mordiendo la tela como le ordenaron y jadeando porque su esposo sabía justo qué puntos tocar para calentarlo. Su cuerpo se removía sin siquiera él tener el control, el control lo tenía el rubio justo ahora.
Los minutos pasaban, las acciones del rubio ya lo tenían excitado, tanto que luchaba por pedir velocidad, deseaba librarse de las ataduras para poder tocarlo, porque sí, su esposo continuaba siendo un hombre atractivo y perfectamente dotado.
—¿Qué pasa, Myeon? —La risa malévola que mostró le dio a entender que Yifan quería jugar—. Estás muy duro, ¿necesitas ayuda? —El menor no tuvo ni que responder, sus manos comenzaron a darle el placer que tanto necesitaba.
Lento, preciso, rápido, delicioso, Diablos, Yifan lo estaba enloqueciendo y ni siquiera lo había penetrado. Esa habilidad que tenía de hacerlo gritar su nombre con solo caricias lo dejaba sin poder reaccionar. Los toques eléctricos por toda su espalda le avisaban de que necesitaban detenerse, era imperante para el menor que se detuviera, no quería llegar tan fácilmente.
—Oww, pequeño~ —Susurró con una risita, viéndolo a los ojos y asegurándose de que sus manos lo hicieran correrse, su meta era lograr eso—. No te resistas, sé que lo quieres. —Comentó su esposo no pudo controlarse a sus perfecta forma de dar placer.
—Mgh~ —Junmyeon gruñó mientras despejaba, vio a su esposo sonreír muy satisfecho, luego se acercó a él y quitó la tela de su boca para que pudiera hablar—. B-bebé~
—Shhh~ No digas nada. —No importaba lo que su bello, hermoso y perfecto Myeon fuera a decir, nada iba a cambiar ya. Besó sus labios mientras sentía su aliento llegar con velocidad a él debido a los jadeos, desamarró sus manos y dejó un beso en su frente.
El menor no entendía nada. ¿Primero le gritó, luego lo hizo gemir de placer y para terminar lo trataba con cariño, el cariño de la primera vez?
—¿Yifan? —Preguntó de pronto al ver que el otro se ponía el cinturón una vez más sin siquiera verlo—. ¿Yifan, a dónde vas? —Indagó con un nudo en la garganta. Tenía miedo.
—Me voy, Myeon. —Respondió seco, tomó su cartera, sus llaves y salió del cuarto camino a su auto que permanecía en el garage.
El castaño corrió detrás de él al descubrir lo que pasaba, su esposo se iba, lo abandonaría. Él no quería eso, así que fue por él, no podía permitirle que se alejara de su lado. Lo tomó del brazo ya a punto de subirse al auto, los ojos del rubio estaban rojos, como si estuviese soportando las ganas de llorar.
—Mi amor, no te vayas.
《Mi amor, hacía años no me llamabas así.》
—Yifan, dime algo. Habla, por favor.
《¿Ahora quieres que hable, luego de todos estos años de silencio?》
—Me amas, no me puedes dejar.
《Exacto, yo te amo. Tú no me amas, nunca lo hiciste. Solo déjame ir y vete con él.》
—¡Wu Yifan! ¡Habla de una puñetera vez!
—Adiós, Myeon. —Y esa fue su última frase para la persona que más amaba en el mundo.
—N-No... No me dejes solo... —Susurró, pero ya era tarde.
Yifan salió en el auto sin rumbo, solo intentando alejarse lo suficiente como para poder llorar en paz. Los flashes de los hermosos momentos con su esposo le llegaban como agujas que lo detrozaban simulando puñales. Siempre fue eso, el sexo, el dinero y el cariño los que hicieron que estuviera cerca. Nada más, Wu Junmyeon lo usaba para no estar solo y eso dolía, dolía demasiado debido al amor tan grande que sentía por él.
Siendo honesto, solo tenía pensado alejarse por un tiempo, mostrarle la importancia de tenerlo a su lado, obligarlo a extrañarlo, pero nunca esperó tener un accidente. Debido a sus lágrimas se pasó una luz roja sin siquiera notarlo, para cuando se dio cuenta, el camión ya había impactado con su auto.
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—Me enamoré de tus besos, de tu olor, de tu voz. Me enamoré de tí, no de lo que me hacías. Perdón por serte infiel, mi amor. Regresa a mi lado, por favor. Yo también te amé, te amo. —Lágrimas humedecían su rostro, el dolor en su pecho era inmensurable, sus plegarias no tenían fin, pero ya era tarde. Ese cuerpo seis pies bajo tierra no iba a regresar sin importar lo mucho que implorara, había quedado solo. Y esta vez para siempre.
.Fin.
Hola, mis amores.
Espero que disfrutaran la historia. ^^
Con amor, Nani.
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