✾ La Niebla del Parque ✾

Shipp: GakuKai

Advertencias: Drama, Tragedia, Pérdida.

A petición de: yukiizuku

•~•~•~•

–Algún día te vestirás de Rapunzel–Añade Kaito seguido de un mordisco a su algodón de azúcar–Y algún día me vestiré de Blancanieves.

Kaito Shion era así. Sonriente, soñador, siempre con metas en su vida. Él no despreciaba la vida a diferencia de Gakupo Kamui. Kaito siempre parecía estar dispuesto a luchar; él no era el indicado para morir. No ahora. No a lado de Gakupo.

—Me gustan las ferias–Dice Kaito todavía con un algodón de azúcar en su mano derecha, y un panda de peluche en su mano izquierda–Gracias por traerme aquí.

–De nada, no puedo creer que nunca te habías subido a una montaña rusa–Responde el pelimorado, quién también tiene un algodón de azúcar–Gritaste mucho.

–No es mi culpa, mis padres eran muy sobreprotectores así que no me dejaban ir a las ferias ni a los zoológicos–Seguido empuja amistosamente a Gakupo con el hombro–Y tú también gritaste mucho, le rezaste a un Dios del que no crees.

–¡Ví mi vida pasar por mis ojos!–Bromea Gakupo, haciendo que Kaito suelte unas risas.

Siguieron caminando por un rato. Era de noche, y las luces de la feria decoran el lugar, dándole un ambiente vivo, eterno y feliz. Kaito era feliz, como cualquier otra persona tiene decaídas y fracasos en la vida, pero Kaito las superaba con una sonrisa; como diciéndole a la vida que nunca de los nunca se daría por vencido.

–Deberíamos irnos, ya es algo tarde–Comenta Gakupo.

–Vamos, sólo una atracción más.

–No tengo ganas de volver a rezar.

–¿Qué tal una tranquila? Algo simple, como la noria.

–No me digas que quieres admirar el paisaje desde arriba como dicen los niños pequeños–Responde Gakupo con sarcasmo.

–No, quiero admirar el paisaje contigo–Aunque las mejillas de Kaito se tiñen, no aparta la mirada.

Gakupo no puede decirle que no a esa carita angelical. Tras terminar los algodones de azúcar, se forman en la fila para subirse a la noria. Kaito sigue sujetando con fuerza su panda de peluche, que fue un regalo de Gakupo tras ganar en los dardos.

–¿Sabías que en algunos países, la noria es conocida como la rueda de la fortuna?–Añade Gakupo.

–¿En serio?–Kaito mira dicha atracción, colorida, lleno de familias y parejas–Tiene forma de rueda pero no de fortuna.

–Quizás sea porque uno no sabe en qué posición va a quedar, cuestión de suerte.

Kaito vuelve a reír. Gakupo lo mira extrañado.

–¿Dije algo chistoso? No creo en Dios pero si en la suerte.

–Perdón, es sólo que...eres tan curioso, siempre tienes la respuesta a todo, eres la persona más interesante que conozco, Gakupo.

Ahora es el pelimorado quién está sonrojado.

–Ya veo...gracias.

Gakupo cree que todo en esta vida es mera suerte. El universo puede darte la suerte de vivir un día más, pero también puede darte la desdicha de una tragedia. De un momento a otro, transformar tu vida en un infierno. En una angustia. Sin escapatoria.

–Mira, ya es nuestro turno–Comenta Kaito–Esto será muy romántico ¿no crees?

–Si, lo creo.

Ambos jóvenes se suben en la misma cúpula. La noria vuelve a girar, Kaito admira la feria desde la ventana. Gakupo también echa un vistazo. Cielos, es realmente bonito, mucho mejor de lo que esperaba.

Pero más que el paisaje, Gakupo mira de reojo a Kaito. Se le ve tan sereno. El paisaje es bonito pero Kaito Shion es hermoso.

–Kaito.

–¿Si?–Voltea a mirarlo.

–Quiero que sepas que...disfruté mucho está cita.

–Yo también, me divertí mucho.

Gakupo siente que debe decir algo más, es el escenario perfecto. Kaito sigue aquí, esperando en silencio.

–Te amo, Kaito...

El peliazul abre sus ojos como platos, es la primera vez que Gakupo le dice eso. Pero entonces sonríe, deja su peluche de panda a su lado para tomar las manos de Gakupo.

–También te amo–Responde Kaito mientras se inclina un poco–Te amo muchísimo.

Gakupo no puede evitar sonreír, se comienza a acercar al rostro de Kaito para poder besarlo, ambos cierran sus ojos, pero antes de que pudieran tocarse, las cosas comienzan a ir mal.

Un temblor emerge del suelo, haciendo que la atracción se incline de un golpe. Ambos jóvenes se sueltan, casi por instinto se sujetan a algo.

–¿Un terremoto?–Pregunta Gakupo, vuelve a mirar por la ventana, efectivamente. La gente de abajo comienza a entrar en pánico. La noria vuelve a sacudirse, ambos chicos se sujetan a lo que puede. Hasta que de pronto, la cabina se inclina violentamente, quedando boca arriba. Ambos chicos se estrellan contra la ventana.

–¿Estás bien?–Pregunta Kaito, intentando no moverse, la ventana no soportará mucho. La noria se está cayendo, y no hay con qué sujetarse.

–Sólo no te muevas–Pero la ventana comienza a ceder, las grietas se forman con rapidez–Mierda, no, no, no...

Están en lo más alto. La distancia entre ellos y el suelo es muy demasiada. Intentan mantener la calma.

–Nos bajarán de aquí–Dice Kaito, aunque parece más una pregunta que una afirmación. La ventana se está quebrando. Kaito tiene el corazón acelerado–Gakupo, estaremos bien...

El pelimorado no responde. Tiene miedo incluso en voltear la cabeza, la ventana debajo de sus cuerpos no soportaría ni eso.

–Gakupo, te amo, eres el amor de mi vida.

¿Porqué estás diciendo eso? Se pregunta Gakupo ¿Acaso crees que vamos a morir? ¿Sabes que nadie está moviendo ni un dedo por los que estamos atrapados en la noria?

La ayuda no vendría, la feria se está desolando. La atracción vuelve a temblar con fuerza; Gakupo de inmediato mira hacía Kaito. Sus ojos se encuentran. Kaito sonríe cálidamente.

Gakupo quería decirle que también lo amaba. Pero la ventana termina cediendo y se parte en mil trozos. Gakupo, en cámara lenta, observa como Kaito cae de la noria. Incluso en el último minuto, intenta sujetarse a algo pero fue inútil. Gakupo estira un brazo, pero a su lado no hay nadie.

Entonces, Gakupo Kamui cae también. Cierra sus ojos y deja que todo pase sin más. Un dolor y un crujido se extiende por todo su cuerpo, y antes de hacer algo, su consciencia se pierde en la oscuridad.

–La doctora dice que pronto te darán de alta–Comenta Luka mientras acomoda la almohada para que Gakupo vuelva a recostarse.

–Menos mal, detesto los hospitales–Responde Gakupo, con un brazo enyesado, una pierna enyesada y un parche blanco en el ojo izquierdo–Ayer te quedaste toda la noche, debes estar exhausta.

–Estoy bien, el que debe descansar eres tú, Miku, Rin y Len vendrán en la tarde.

–Me cuidas más que mi enfermera.

–Tu enfermera no sabes que eres un cabezota.

Gakupo se acomoda en la cama, mirando el techo del hospital. La habitación blanca supuestamente debería darle una sensación de alivio, pero conforme pasan los días cada vez es más sofocante.

–¿Me darías un vaso de agua?–Pregunta Gakupo. Luka asiente con la cabeza y camina a una mesita a lado, dónde hay una jarra de agua, también un panda de peluche. Luka lo toma con cuidado.

–Esto...

–Oh, es de Kaito–Responde Gakupo con una sonrisa–Se lo regalé...aquel día.

Luka baja la mirada, mientras que Gakupo tiene esa sonrisa melancólica en el rostro. La pelirosa vuelve a dejar el peluche sobre la mesa. Ya han pasado cuatro días desde el incidente. Gakupo tuvo la desdicha de recibir la noticia poco después de despertar en el hospital.

Kaito Shion no volvería. Está muerto.

–Usted sufrió múltiples huesos rotos por todo el cuerpo–Explicó la doctora–Y tuvo una fuerte contusión, pero es cuestión de tiempo para que se recupere.

–Todo esto me da igual, ¿dónde está Kaito? Necesito verlo.

–Señor, lo que usted necesita es recuperarse primeramente...

–¡No necesito recuperarme! ¡¿Dónde coño está mi novio?! ¡¿Dónde?!

Gakupo intenta levantarse de la cama pero el dolor alrededor de su cuerpo arde, dando horribles punzadas. Gakupo vuelve a recostarse con una mueca de dolor. Luka y Miku quiénes estaban presente, intenta tranquilizarlo.

–Gakupo, escucha a la doctora–Dice Luka–Necesitas descansar.

–Necesito a Kaito...–Responde Gakupo con cansancio–Por favor, dígame qué pasa.

–Gakupo...

–Necesito saberlo, este agobio me terminará matando, lo digo en serio.

La doctora se queda callada, se ve que no quiere decir las malas noticias, pero es su deber.

–Doctora, necesitamos saber–Dice Miku, quién también la preocupación le oprime el pecho.

–Bien...–Aclara su garganta–Kaito Shion murió hace unas horas, hicimos lo que pudimos pero tuvo una hemorragia interna, lo lamento.

Miku se llevó ambas manos a la boca, siendo incapaz de retener las lágrimas. Luka estaba en shock, sin aire en los pulmones. Gakupo, sólo miró al techo, quería gritar, golpear algo, llorar, pero de algún modo, las lágrimas no salieron; fue como si ya lo supiera, como si en el momento en que abrió los ojos en el hospital tuviera el presentimiento de que el amor de su vida ya no estaba.

Gakupo recordó de inmediato su sonrisa antes de caer. "Eres el amor de mi vida" fueron sus últimas palabras. ¿Qué se supone que sienta Gakupo además de sentir el frío envolver lo que quedaba en su corazón?

Los días siguieron su curso. Gakupo no volvió a ser el mismo, aunque sonreía, su sonrisa no era sincera, era más bien un acto de reflejos. Un garabato sin gracia. Aquel peluche fue todo lo que dejó Kaito tras morir. Y cuando Gakupo fue dado de alta, sentado en una silla de ruedas, dejó que otros le cuidasen. El Gakupo de antes, con su orgullo de hierro, nunca lo hubiera permitido; pero aquel hombre no era más que un cascarón vacío.

Cuando Kaito Shion murió, Gakupo murió con él.

–La doctora dijo que debes comer muchas proteínas para regular tu cuerpo–Comenta Meiko mientras me sirve un plato de verduras y bistec–¿Puedes comer con sólo una mano?

Gakupo asiente con la cabeza. Meiko, ex-novia de Kaito, cuidaba más a Gakupo incluso que Luka. Siempre al pendiente, una enfermera natural.

–Meiko, eres una buena amiga.

–Gracias, ahora come.

–¿Me harías un favor?

–Depende, ¿qué pasa?

–Ayúdame a morir, quiero suicidarme.

La castaña lo mira con horror. No tanto por las palabras usadas sino el tono tan pasivo, tranquilo y templado que usó. Como si fuera lo más normal del mundo.

–¿Me estás jodiendo?–Responde Meiko.

–No, hablo en serio.

Meiko se levanta de la mesa y comienza a caminar de un lado al otro.

–¿Porqué estás diciendo esas cosas?

–¡Porqué no lo soporto!–Las mejillas de Gakupo comienzan a bañarse en lágrimas–No soporto estar sin él, pude hacer algo, ¡sé que pude hacer algo!

–¡Fue un terremoto! ¿Cómo ibas a predecir eso?

–Lo sé, algo pude hacer...–Gakupo baja la mirada, las lágrimas no dejan de caer–No puedo...no puedo estar sin él, quiero verlo, quiero verlo aunque sea una vez...

Meiko se acerca y abraza a Gakupo, dejando que este llore en su pecho. Esa inutilidad que todos sentimos cuando perdimos a alguien, esa incompetencia. Gakupo no cree ser capaz de vivir así, con el vacío en su pecho. Necesita recordar esa dulce sonrisa de Kaito Shion, para demostrarse así mismo que esto no es una pesadilla.

Pasado una semana, tras el funeral de Kaito. Gakupo ya no necesitaba ayuda para comer o vestirse; pese a estar incapacitado de un brazo y una pierna, con sólo una silla de ruedas, puede cuidarse de si mismo.

Aunque sólo sea en lo físico.

Sentado en un balcón, admirando la luna, Gakupo aún no se cree que acaba de mirar el cuerpo dañado de Kaito adentro de una tumba. Pero negar los hechos no traerá a su querido Kaito de vuelta.

–Seguiré amándote–Dice en voz baja aunque no haya nadie más que él–Y nada cambiará este sentimiento.

Kaito ya no está. Pero el amor que dejó no se borrará nunca. Gakupo estará dolido mucho tiempo, hasta el punto de que parecerá eterno, pero será los recuerdos tan maravillosos que tuvo junto a Kaito lo que hará que siga adelante. Aunque parezca imposible salir de este agujero de terror. Su amor por Kaito es mayor que su soledad.

Fin

No duden en decírme que les pareció n.n estoy aprendiendo en esto de escribir angst, así que cualquier consejo, crítica etcétera, es bienvenida.

¡Gracias por leer!

El próximo relato será GakuLuka <3 ¡Tengan un lindo día/noche!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top