✿ Regalos, Vinos y un Futuro Distante ✿
Shipp: KaitOuma
Advertencias: Lenguaje inapropiado, erotismo, SaiMaki como pareja secundaria.
Dedicado a ti, Ivonne ❤~
El aniversario de Kaito y Kokichi empezó a primera hora de la mañana. El pelimorado despertó como cualquier otra mañana con el añadido de que un rico aroma se percibía desde la cocina. Al bajar descubrió un desayuno para diez personas. Ahí estaba Ouma, terminando de preparar todo.
—Te has levantado temprano—Comenta Ouma.—¡Tada! Feliz aniversario.
Kokichi madrugó con tal de tenerlo todo listo. Ouma: 1, Momota: 0.
—Eres un tramposo—Reprocha el astronauta mientras toma asiento.—Dijimos que nada de sorpresas hasta al anochecer.
—No soy bueno cumpliendo mis promesas—Kokichi se posiciona detrás de Kaito, toma sus hombros para masajearlo suavemente.—Si no lo quieres se lo podemos dar a los gatos, malagradecido.
—Claro que lo quiero, siempre soy yo el que cocina.
—Pero soy yo el que limpia después—Ouma es bueno dando masajes, siente como los músculos de Kaito se relajan.—Estoy esperando mi regalo, querido Kaito.
—Tendrás que esperar hasta la noche.
—¿Debería empezar a buscar mi mejor lencería?—Pregunta Kokichi juguetonamente.
—Sí, pero también tu mejor traje, te quiero guapo para mí.
Ouma suelta un par de risitas, entonces también se sienta y disponen a desayunar. Fue una comida algo incomoda, dado que esta todo quemado o crudo pero ninguno dijo nada al respecto. Ouma no sabe cocinar pero Momota no parecía disgustado.
El amor no te cura de un dolor estomacal, pero la intención es lo que cuenta.
Kaito fue a trabajar mientras que Ouma se quedó en casa, como siempre. Le gusta el papel de señor de la casa, dado que viven únicamente ellos dos en un pequeño departamento.
Hoy cumplen tres años de casarse, quizás se casaron muy jóvenes pero a ninguno de los dos le importó. Tuvieron apoyo de parte de los amigos y la familia, por lo que se consideran afortunados.
Ouma camina a la habitación que comparte con Momota, rebusca entre los armarios tratando de encontrar su traje. Hace mucho que no lo necesitaba, la última vez fue la boda. Quizás ni siquiera le quede. Lo encuentra entre unos abrigos, lo saca cuidadosamente y lo observa a detalle.
—No sé qué es peor, si no me queda significa que he engordado, y si no, significa que no he crecido y sigo pareciendo un renacuajo—Ouma se retira su camiseta para ponerse el de traje. Le queda a la perfección.—Mierda, sigo siendo un enano.
Un enano al que Kaito ama con toda su alma.
—Dicho así, no suena tan mal.
Y por supuesto, Ouma no tuvo problema en encontrar su mejor lencería, siempre está lista para cualquier ocasión. Sabe lo complicado que es satisfacer al astronauta y lo fan que es de los juegos sexuales. Esta noche debe ser única para ambos.
—Ostias, tres años es demasiado—Comenta Shuichi, quien junto a Kaito comían en un McDonald's cerca de donde trabajaban; Saihara es un detective reconocido y aun así ayuda al Departamento de Exploración Espacial que es donde trabaja Momota. —¿Y qué le vas a dar de regalo?
—Lo llevaré a algún sitio fino, lo demás lo improvisare.
—Tres años...parece que fue ayer cuando me pediste ser tu padrino de bodas.
—Para mí también es increíble, nunca creí que estaría tanto tiempo junto a una persona.
—Iruma apostó cincuenta dólares a que se divorciarían en un año, y Tenko a que Ouma ni se presentaría en la iglesia.
Lo que Kaito no sabía era que Kokichi si iba a huir del compromiso debido a sus nervios; un momento de crisis en el que Kokichi se cuestionó si realmente estaba listo para jurarle a alguien amor de por vida. Por suerte, Kokichi no solo si se presentó a la ceremonia, sino que nunca se ha arrepentido. Kaito tampoco.
—Maki tampoco estaba convencida cuando le dije que nos íbamos a casar—Responde el astronauta antes de morder su hamburguesa—Pero sé que en el fondo nos deseaba lo mejor.
—Maki siempre ha sido muy cariñosa a su manera.
—Hablando de ella ¿Cuándo le vas a pedir matrimonio? Porque ya se están tardando—Momota empuja suavemente el hombro de Saihara y se ríe de su propio comentario. El detective se sonroja hasta las orejas.
—E-Ella no está lista, además n-no hay prisa, jeje...
La tarde transcurre y por fin cae la noche. Kaito sale temprano de trabajar, y le manda un mensaje a Kokichi:
"Voy en camino, uvita".
"Awww, deja algo para el postre grandullón".
Momota no puede evitar esbozar una sonrisa, vamos, era obvio que iba a jurar cuidarlo en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte nos separe. A diferencia de Ouma, Kaito nunca puso en duda su amor hacia el dictador; le daba igual lo que sea con tal de estar juntos, incluso estaba dispuesto a fugarse junto a su pequeña uvita si la cosa se ponía muy chunga.
Pero bendita esperanza, aquello no paso a mayores y pudieron casarse como cualquier otra pareja normal. Momota cada día procuraba volver a Kokichi el hombre más feliz del universo.
El astronauta sube a su auto, se comprueba si va bien vestido (tuvo que cambiarse en el trabajo) se coloca un poco de perfume, jazmines el favorito de Ouma, y conduce hasta su hogar. Al cabo de unos minutos esta frente al departamento, sube las escaleras, llega a la puerta y toca.
—¡Estrellita!—Exclama Ouma abre la puerta, emocionado y guapísimo con su traje.—Hoy te ves el triple de galán, estrellita.
—Tú también estas de cinco estrellas, uvita.
—Y eso que no has visto la ropa interior que traigo puesta.
—Shhhh, no seas descarado.
—Bla bla bla, no seas mojigato, estrellita.
—En fin, ¿nos vamos?
Bajan las escaleras y sube al auto, dialogan un poco, curiosamente no de su aniversario sino de temas banales, Ouma comenta el tráiler de una película que le llamó la atención llamada "Monokuma y la piedra filosofal". Una saga de libros del hechicero Monokuma; tiene pinta de drama y comedia negra. Los temas siguieron fluyendo hasta que llegaron al restaurante, cerca del mar.
—El Camaroncito Feliz—Dice Kokichi al leer el nombre del restaurante.—Vaya que si me conoces, adoro los mariscos.
Momota: 1, Ouma: 1.
—Tan solo quiero que te sientas feliz en tu día.
—Nuestro día, no me casé solo.
Salen del auto y entran al restaurante, Kaito había hecho reservación desde hace meses. Sentados en la mejor mesa con la mejor vista del mar, ambos comparten la primera copa de vino.
—Kaede me llamó esta tarde—Comenta Kokichi—Me felicitó por nuestro aniversario.
—Recuerdo la emoción de sus ojos cuando la nombramos nuestra dama de honor.
—Si...¿has recibido alguna llamada de tus padres?
—Claro que no, no me han perdonado desde que le dije que me iba a casar, creo que me odian, jaja—Momota siempre lo cuenta todo con una sonrisa, restando importancia. En el fondo le duele, le oprime el pecho ser rechazado por aquellos que tanto ama, pero está aprendiendo a tolerar el dolor; Kokichi es su anestesia, cerca suya el dolor desaparece.
—Quiero proponer un brindis—Ouma ha notado el amargo en las palabras de Kaito, así que decide ponerlo de buen humor.—Un brindis por nosotros, por todo lo que hemos construidos y lo que nos falta por hacer.
—Kokichi...—Kaito alza su copa, con esa radiante sonrisa que conquistó a Ouma.—Si, por estos tres años de nuestra mejor aventura.
Chocan sus copas, el mesero trae sus platos y empiezan a cenar. Hay risas, vino, anécdotas, mas vino, gestos de cariño, mas vino todavía, apodos cursis, vino everywhere, planes a futuro y vino de nuevo.
Y para el final de la cena, ambos estaban desesperados por volver a casa y arrancarse la ropa a mordidas; Kaito no conduce devuelta, contrata un chofer para que los lleve, suben las escaleras y entran.
—Ven aquí, estrella—Dice Ouma mientras toma de los hombros a su marido para empezar a besarlo con pasión.—Hazme tuyo, estrella, lo quiero todo de ti.
—De acuerdo uva, no pienso tenerte piedad.
Van directos a la habitación, Kaito empuja a Kokichi a la cama para colocarse encima. Se besan frenéticamente, Kaito desliza su mano por la camisa de su esposo, sintiendo su piel erizarse. Kokichi mientras tanto desabrocha el pantalón de Momota, apreciando su erección.
—Ansiaba que vieras mi lencería, la he mejorado—Dice Ouma.
—Siempre sabes que hacer para volverme feliz.
—Lo mismo digo de tu perfume, es como un afrodisiaco para mí ¿sabes?
—Es solo jazmín, pero me alegra saber eso.
Vuelven a besarse, Kaito retira el saco y la camiseta de Ouma, este también retira sus propios pantalones, ya se admira la lencería negro con violeta, la favorita de ambos. Kaito se detiene para apreciar los nuevos detalles; hay más abertura entre las piernas y delgadez en los hombros. Hace que Kokichi se vea más esbelto y no deje nada a la imaginación.
Ouma: 2, Momota: 1.
—Me encanta—Dice Momota antes de besarlo.—Siempre consigues verte más bello.
Las caricias se intensifican cuando Kaito recorre sus manos por las piernas de Ouma, acercándose peligrosamente a su miembro ya erecto, Kokichi cierra los ojos, dejando su cuerpo en manos del amor de su vida, sintiendo escalofríos de una manera excitante.
—Aah...—Gime Ouma cuando una mano se posa sobre su pene, tocándolo con suavidad, deslizando sus dedos por debajo de la tela, y por último, empezando a masturbarlo.—Aah...Kaito...e-estrella...
—Eres tan hermoso—Susurra Kaito en un tono sensual, moviendo su mano con un poco de rapidez.—Gime más fuerte.
—Kaito...m-más rápido...
Momota obedece. La espalda de Ouma se contrae, y sus piernas comienzan a temblar, sintiendo calidez en su abdomen, dejando escapar sus gemidos. La mano de Kaito se mueve de arriba hacia abajo, presionando su pulgar sobre la punta del miembro, cubriéndolo todo, volviendo rígido al completo.
—Si me corro ahora...terminaremos pronto...—Gimotea Kokichi quien ya se conocía el patrón de Momota durante el coito.
—Esta noche te voy a sorprender—Kaito mueve con rapidez su mano, Ouma por mera reacción intenta cerrar sus piernas pero Kaito se lo impide.
—Aah...K-Kaito...joder...
La masturbación sigue por unos minutos más, Ouma intenta no ponérselo fácil pero su cuerpo caliente cede al placer, así que se corre sin poder evitarlo. La mano de Kaito queda cubierta pero parece no importarle.
—¿Y cuál es tu sorpresa?—Pregunta Kokichi con algo de jadeo, ese orgasmo fue increíble.
Momota: 2, Ouma: 2.
Momota se levanta y se retira la ropa, él no necesita lencería para alborotar hormonas, sus músculos imponen, y su abdomen fornido es digno de un pincel. Vuelve a posicionarse encima se su esposo, para besarlo y acariciarlo, volviendo a poner sus nervios a flote.
—Ahora es mi turno estrellita—Comenta Ouma mientras desliza sus dedos por el pecho de Momota.—Recuéstate.
El astronauta hace caso, el dictador encima suya lo besa, seguido de su cuello, su pecho y su abdomen, bajando con lentitud hasta llegar al su entrepierna, ya desnudo puede tomar su pene y lamerlo con delicadeza.
—No me trates con fragilidad...—Dijo Kaito.
—Eres más vulnerable de lo que crees, eso me gusta de ti.
Ouma introduce aquel miembro entre sus labios, lamiendo la punta y el tronco, tocando sus testículos, y finalmente lo coloca en su garganta, moviendo su boca de arriba hacia abajo. Kokichi no es fan de hacer orales dado que no tiene paciencia pero a Momota le gustan, así que hacerlo de vez en cuando no es tan malo.
—Kokichi...—Momota fija su vista en el techo, sintiendo las contracciones en sus piernas. Su grave voz suelta gruñidos bastantes encantadores que a Kokichi le enloquecen.—Sigue así...así...
Ouma balancea su cabeza, esta es la mejor parte del sexo, ver a tu pareja al borde del clímax gracias a ti es profundamente reconfortante.
Kaito se muerde su labio al llegar al orgasmo, Ouma trata de saborear ese esperma pero algunos hilos se deslizan en la comisura de sus labios, dándole un aspecto nuevo y más erótico.
—Te amo, estrella—Dice Kokichi con una sonrisa, hay una chispa en sus ojos, esta felicidad no la puede compartir con nadie más. Ni en esta vida ni en la siguiente.
—También te amo, uva—Responde el astronauta con la misma sonrisa de alegría máxima.
Ambos se recuestan en la cama, pasando los siguientes minutos acariciándose una vez más. Los labios de Ouma saben a una combinación entre la corrida y el vino de la cena. Es divertido hasta cierto punto para ambos.
Kokichi se coloca boca abajo, Momota explora sus glúteos, esta parte es la de mayor cuidado. Por suerte siempre hay una botellita de lubricante en la mesita de noche. Tras ir por ella, Kaito cubre su propio miembro con ella; Ouma respira hondo, y poco a poco siente como Kaito va entrando en él.
—Aaah...—Suspira pesadamente, su cuerpo se tensa y Kaito le respira cerca del cuello.
—Relájate, confía en mí—Dice el pelimorado.
Momota tiene extremo cuidado con Kokichi. Su pequeño cuerpo se ve tan frágil, fácil de romper al igual que una copa de cristal. Ouma se relaja, sintiendo ese pedazo de carne en su entrada; el cuerpo de Kaito empieza con un vaivén suave.
—N-No me trates tampoco con delicadeza...—Dice Ouma entre suspiros.—Te puedo derrotar...
—Sé que eres fuerte...—Susurra Momota.—Eres invencible...
—Kaito...—La calidez en el cuerpo de Ouma aumenta dado a esas palabras, las manos de Kaito acarician sus pezones y su miembro.—Joder, joder...más fuerte...
Momota es bueno complaciendo y captando órdenes. Sus caderas se balancean más rápido, arrancando gemidos y escalofríos en Ouma. Ambos cuerpos se mueven en son, compartiendo placeres, desbordándose en la cama del que tres años han dormido tras la pasión.
—Kokichi...te amo, te amo...
—Kaito...yo...
Ninguno puede decir frases coherentes, la rapidez aumentan. Kaito sigue gruñendo en su cuerpo, mientras que Ouma gime sobre la almohada. Kaito lo embista con fiereza, haciendo que la atmosfera suba, acercándose a ese final tan deseado.
—Kokichi...v-voy a...correrme...
—Sí, si...hazlo...
Al final, Ouma es el primero en llegar al orgasmo, manchando las sabanas, Kaito le sigue, llenando la entrada de su amado. Caen rendidos, buscando respirar. Kaito se acuesta a un lado.
—Mi sorpresa fue esta follada, jaja—Dice Ouma con diversión, este hombre nunca cierra la boca para bien.
—No, tu sorpresa viene ahora—Kaito se levanta y rebusca en los cajones, saca una pequeña caja de terciopelo. Se sienta en la cama, Ouma hace lo mismo.
—Ya estamos casados, estrellita—Igual Ouma toma la cajita.—Y en esto no cabe una prueba de embarazo.
—Hey, que en este universo los hombres no nos embarazamos, ábrelo de una vez.
Ouma lo abre, encontrando un par de llaves. Los toma y mira a su esposo confundido.
—Sé que odias vivir en un sitio tan pequeño, así que si te parece bien, mañana mismo podemos disfrutar de nuestro nuevo hogar—La sonrisa de Momota es tan hermosa, el corazón de Kokichi brinca de la emoción.
—Eh...Kaito...¡Me vas a matar con tu amor!—Ouma se lanza para abrazarlo fuertemente y besarlo en toda la cara.—¡Te amo, te amo, te amo estrella!
Kaito le devuelve el abrazo, hay tanto que hacer y tienen una vida por delante. Las cosas solo pueden ir a mejor.
Momota: 3, Ouma: 2. Y así está bien.
Fin
Ayudaaaaa siento que mis escenas +18 son aburridas, así que cualquier sugerencia o consejo es bien recibida <3
El próximo relato sera con un crackshipp: Ouma x Fujisaki y Kiibo x Nanami. (No se el nombre de los shipps ;w;).
Gracias por leer! Los quiero preciosas y preciosos!
Pd: gracias por tenerme paciencia con sus pedidos :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top