✿ La Sonrisa de Una Malvada Blancanieves ✿
Pareja: KiibOuma
Advertencia: Lenguaje inapropiado, mención de otros shipps.
A petición de: Rivereka
•~•~•~•~•
Kiibo no fue hecho para el espectáculo. No sabe cantar, modelar, bailar ni actuar. Y está última no era una sorpresa para nadie. Y aún así, fue elegido para interpretar al príncipe azul en la obra de Blancanieves.
—Se me viene a la cabeza mínimo cinco personas que podrían interpretar ese papel mejor que yo.
–Vamos Kiibo, nadie más puede ser el príncipe–Responde Kaede, quién es la directora, se está tomando muy en serio su papel. Todo debe salir perfecto–Yumeno será Blancanieves, y está de acuerdo.
–¿D-De verdad, cómo Chabashira permite eso?
–Fácil, no te ve como un chico, sólo...como Kiibo.
¿Y cómo demonios Kiibo debe interpretar eso? ¡Claramente en robofobia en todo su esplendor! Okey, quizás no. Quizás Kiibo es demasiado ingenuo e idiota como para tratar algo con una chica.
Claro, si es que le gustaran las chicas.
Básicamente el mes se fue en prepararlo todo. Kaede tendrá cara de angel pero es mandona con ganas, si realmente se lo propone logra ser muy exigente. Pero nadie podía negar que se estaba esforzando; parece que dirigir una obra es un sueño frustrado que tenía desde hace tiempo.
Pero Kiibo seguía siendo un desastre. Era cómo si físicamente no estuviera diseñado para el espectáculo. ¿Qué acaso no puede hacer nada bien?
–Esto es ridículo–Dice Kiibo mientras termina de vestirse con el atuendo del principe que Shirogane amablemente preparó. Sale del vestidor para mirarse en el espejo. No entiende porqué es el príncipe azul del cuento. Un principe azul es de carne y huesos, tiene expresiones naturales, tiene una sonrisa encantadora. ¡Kiibo no cumple con ninguna de las características!
Nadie ve un robot en un cuento y piensa "Obvio, ese debe ser el príncipe".
Las cosas no funcionan así, y sólo Kiibo parecía darse cuenta.
–¿Todo bien? Pareces pensativo–Pregunta Shuichi quien también se estaba terminando de alistar. Él interpretará al espejo encantado.
–Debería renunciar...
–¿Qué, porqué?
–¡No puedo! Simplemente no puedo, mírame Saihara ¿de verdad te parezco un principe? Ni siquiera puedo aprender mis líneas.
Saihara parece no entenderlo. Pero sonríe cálidamente, como si la situación fuera chistosa de algún modo.
–Kiibo, no tienes porqué hablar así de tí mismo, Kaede fue quién te eligió, así que confiaré en su juicio–Saihara se dirige a la puerta–Ven, hay que ensayar.
–Tenko, ¿sabes dónde está Yumeno? Ya debió haber llegado–Comenta Kaede, está nerviosa. El cuento de Blancanieves necesita a su protagonista.
–Ni idea, normalmente estaría dormida pero esto es raro–Tenko, por su parte, no deja de mirar a todos lados. Ella interpretará a la bruja malvada.–Voy a buscarla.
Tenko se marcha del salón. Kiibo aprovecha la situación para hablar con Kaede.
–Señorita directora ¿podemos hablar?
–Claro, ¿pasa algo?
Bien, aquí vamos.
–No quiero interpretar al príncipe.
Hay unos segundos de silencio. Akamatsu da un vistazo rápido al guión; no lo está mirando a los ojos por lo que pone más nervioso a Kiibo.
–Ayudaré en la obra pero no actuando ¿qué dices?–Este silencio incómodo es aterrador, y ver a Kaede tan seria lo es aún más. Pero finalmente la rubia sonríe.
–Kiibo...
–¿Si?
–Ni de puta coña me harás esto, serás el príncipe ¿vale?–Sus palabras fluyen con tranquilidad pero son directas, incluso violentas.
–¿Pero porqué? Kaede ¿qué carajos?
–Dijiste que lo harías y llevamos un mes ensayando, no encontraré a un actor que se aprenda el libreto en una semana.
–Gracias a mí, tu obra será un desastre.
Eso último hace que Kaede suelte una risa. Ella, junto el resto del elenco, parecen que no ven la torpeza de Kiibo al actuar, no ven sus nervios a flor de piel cuando está arriba en el escenario. Kiibo no confía en si mismo, sabe que todo terminará mal. Y será por su culpa.
–Kiibo, quizás no te hayas dado cuenta pero eres un principe, se nota a primera vista.–Dice Kaede.
–¿En serio? No lo creo...–Kiibo baja la mirada.–Pero si de verdad quieres que me quede...haré mi mejor esfuerzo.
–Gracias, ahora sí que nada puede salir mal.
En eso, entra Chabashira, Kaede estaba a punto de darse la vuelta para preguntar qué pasó con Himiko pero Tenko se adelanta.
–Está enferma, no puede salir de la cama–Tenko parece preocupada–El doctor le recomendó reposo por diez días.
–Pero la obra es en una semana–Añade Kiibo. Akamatsu permanece pensativa.
Todos los presentes miran a la pianista, ahora convertida en directora, caminar a pasos lentos, dando vueltas por el salón. Tras unos minutos, se detiene y todos el elenco le presta atención.
–No queda de otra, necesitamos un reemplazo.
Nadie dice nada, Kaede mira a sus actores, tratando de percibir quién debería ser la hermosa Blancanieves. Pero una mano se alza, exclamando "yo lo haré". Kaede, Kiibo y el resto no esperaban que fuera él quién reemplazaría a Yumeno.
–¿Ouma?–Pregunta Saihara–¿Tú serás Blancanieves?
–Si, me sé el guión completo de memoria–Responde Kokichi con una sonrisa burlona, parece emocionado, a diferencia del resto que están confundidos–Puedo interpretar a la princesa sin problemas.
–Pero tú eras uno de los enanos–Contesta Akamatsu–Ahora tendría que buscar un reemplazo para tí.
–¡Yo podría hacerlo!–Exclama Gonta, quién era el encargado de escenografía–Me aprenderé las líneas de Kokichi en un santiamén.
Kaede no podía decirle no a eso. Además, será curioso ver a Gonta de enanito. Todo el mundo está de acuerdo.
–Bien, ya está decidido–Akamatsu se dirige a Kiibo–Tu pareja será Ouma, tranquilo, no muerde.
–A no ser que me lo pidas, guapetón–Bromea Kokichi, pero a Kiibo no le hace ninguna gracia. Hay algo raro en el comportamiento del dictador.–Espero que seas mi príncipe soñado.
–Eh...si, lo mismo digo, supongo.
Hay cierta tensión entre ambos, pero Kiibo no sabría definirlo y mucho menos explicarlo.
–¡Bien, vamos a ensayar!–Exclama Kaede mientras da un aplauso. Todo el mundo va a sus puestos.
El ensayo transcurre de lo más normal, sin sorpresas ni malentendidos. Sorprendentemente Kokichi se desenvuelve con naturalidad, las líneas de Blancanieves fluyen en su actuación como si se hubiera preparado toda su vida para ello. Hay gracia, elegancia y encanto en su manera de relatar; Kiibo no lo diría en voz alta pero es mejor que Yumeno.
Sin embargo, las cosas se tuercen en la última escena, dónde Kokichi está tumbado boca arriba en una cama se madera. Sus ojos están cerrados, y sus manos entrelazadas. Kiibo hace aparición, dice sus diálogos (todavía sonando forzado), se acerca a Kokichi con lentitud. Sus rostros están muy cerca.
–Despierta, mi adorada princesa–Dice Kiibo en voz baja, y cuando sus labios se están rozando, pero el beso no se forma, pues el robot besa tiernamente la mejilla del dictador.
Los minutos pasan, Ouma no reacciona, incluso Kaede corta la escena.
–Ouma, tú línea–Reprocha la pianista directora.
–Estoy esperando mi beso–Responde el dictador todavía con los ojos cerrados y haciendo trompa con los labios.
–No habrá, desde el principio lo establecí así.
Kokichi se levanta de golpe y tira las flores al suelo. Kaede se extraña mientras que Kiibo se aleja un poco.
–¡¿Pero porqué mamonaaaaa?!–Exclama Kokichi, amenazando con hacer un berrinche.
Kiibo quería ignorar el hecho de que Ouma acaba de decir abiertamente que quería un beso suyo. Esto es raro, con apenas habla con Ouma ¿de verdad las cosas están tirando para esos lados?
–Ni Yumeno ni Kiibo querían besarse, así que lo dejaremos en un beso en la mejilla–Explica Kaede, pero Ouma no parecía estar de acuerdo con eso. Kiibo es demasiado tímido como para besar a alguien frente a una audiencia.
–¿Dejarás que un hombre interprete a Blancanieves pero vas a censurar un beso? ¿No es contraproducente?
–Yo no lo decidí, estoy reemplazando, no censurando, además, no voy a incomodar a mis actores por un capricho tuyo–Kaede se cruza de brazos y da por terminada el ensayo, se da la vuelta y felicita a todo el mundo.
Kiibo no protestó en ningún momento. Si, la idea de besar a Ouma es rara de cojones, pero también es intrigante. Siempre creyó que entre Kokichi y él no había más que bromas de mal gusto, ni siquiera una amistad establecida.
Ouma quiere besarlo...¿estará bien cumplir su petición o dejarlo como otra de sus bromas?
Kiibo tuve que carcomer su cabeza toda la tarde pensando en ello. Kokichi no iba a darle la respuesta.
Pero había cosas más importantes en los que concentrarse, como la obra. Kiibo cada vez se frustra más, el principe ni siquiera tiene muchos diálogos ni muchas apariciones ¡No es posible que se ponga tan nervioso!
La obra será un fraude, y todo por culpa del robot inútil.
–¡Muy bien, que gran esfuerzo!–Dice Kaede cuando el ensayo termina.–Esta fue nuestra última práctica, el próximo lunes será la obra, así que pediré que entrenen este fin de semana.
–Kaede...¿puedo pedirte un favor?–Dice Kiibo con timidez.
–¿Vas a renunciar otra vez?
–No, quiero quedarme un rato más, necesito practicar.
Kaede pareció entenderlo. Ella y el resto se van a disfrutar del fin de semana, Kiibo se queda en aquel pequeño teatro de Kibougamine. Puede que en un principio le disgustara la idea de participar, pero no puede negar que ha sido divertido, enlazó vínculos con el resto de sus compañeros; Kiibo creía que estaba destinado a incomodar a la gente.
–¡El destino me llama!–Exclama Kiibo con el guión entre las manos, mirando al frente–Hay alguien en peligro, alguien que necesita mi ayuda ¡He de aventurarme!
Unos aplausos interrumpen la escena, Kiibo mira hacía atrás, fue Ouma, sentado en el escenario con una sonrisa divertida. El robot se avergüenza al instante.
–Eso no estuvo nada mal–Comenta Ouma mientras se pone de pie–Has mejorado mucho.
–Sólo si no hay nadie cerca–Kiibo le da la espalda y da un repaso a su libreto. Ouma camina hacia él.
–No necesitas ensayar, tienes la chispa, lo harás bien.
–No, no es así, no quiero estropearlo todo, no quiero...decepcionar a mis compañeros.
Ouma admiraba la pasión de Kiibo, pese a tener miedo y un poco arrepentido, sigue con el libreto, dispuesto a ser el príncipe que los demás quieren ver. Kokichi ve a un principe azul en Kiibo, un principe decidido, protector, leal...uno que vale la pena para dejarse rescatar.
–Bien, ensayaré contigo–Dice Kokichi.
–¿Eh? N-no te pedí que lo hicieras.
–Lo haré igualmente–Se para junto a Kiibo–Vamos, seré gentil.
Kiibo no podía decirle que no. Ensayaron desde el principio, Kokichi es talentoso, su don de la mentira le permite actuar como quiera. Dice sus líneas con un encanto contagioso.
La última escena llega, Ouma de nuevo está recostado en la cama de madera con los ojos cerrados. Kiibo dice sus líneas, pero su corazón se acelera en cuanto vuelve a acercarse a Kokichi; recordó lo de hace unos días. Desde que Ouma pidió un beso, Kiibo había estado evitando está escena incluso en los ensayos. Además, el dictador no volvió a sacar el tema, se quedó como un momento incómodo.
Pero ahora, están solos. Ouma permanece inmóvil, su respiración es lenta casi imperceptible. Kiibo respira hondo, pero al último segundo no puede evitar besar la mejilla. Ouma frunce el seño y abre los ojos. No se esfuerza en ocultar su molestia.
–Lo siento...–Dice Kiibo, ni siquiera sabe porqué lo está diciendo.
–No pasa nada, si así son las cosas lo aceptaré...pero no negaré lo que siento por tí–Responde Kokichi con una media sonrisa, parece querer reírse pero no lo logra.
–De verdad lo siento...–Kiibo quería decirle más, pero de su boca sólo salen disculpas. Nunca había visto a Kokichi así.–Yo...todo está pasando muy rápido, pero...no lo sé, estoy muy confundido.
–Esta bien, no estás haciendo nada malo–Ouma se sienta para ponerse de pie–Será mejor que me vaya.
–Kokichi...
–Nos vemos el lunes–Pero antes de irse, mira directamente al robot–Eres un principe, espero que aceptes eso pronto.
Kokichi se va, dejando solo a Kiibo en el escenario frente a una multitud inexistente. El robot mira su libreto, el último renglón dónde el narrador dice ":Y vivieron felices para siempre". Kokichi ve esa escena final, los dos compartiendo un beso; en el fondo Kiibo lo desea ¿cierto? Durante unos segundos las cosas funcionaron así.
Kiibo estaba seguro que se comería la cabeza pensando en eso todo el fin de semana.
El teatro estaba repleto. Todo Kibougamine, familiares, amigos y maestros estaban presentes, incluso Yumeno estaba entre el público. Kaede había estado rezando toda la mañana, no se había sentido tan nerviosa desde que presentó su primer recital.
–Bien chicos, está noche se decidirá todo–Anuncia Kaede detrás del telón, con todos los participantes juntos.–Den lo mejor de si, ¡los impresionarán!
Todos aplaudieron, animados y determinados. Fueron todos a sus puestos, las luces se apagaron y el telón se levanta. Tercera llamada ¡Comenzamos!
–Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano, nació una princesa–Dice Rantaro a través del micrófono, interpretando al narrador. La escena empieza y con ella la historia de Blancanieves.
Por ahora todo iba bien, Kokichi deslumbró con su encanto y sentido del humor, incluso sacó unas cuantas risas. Parecía otra persona, una muy inocente, débil, a quien hay que proteger. Pero no sólo era él, todos dedicaban corazón y alma a su papel.
–Espejito, espejito ¿quién es la más hermosa del reino?–Preguntó la bruja malvada interpretara por Tenko Chabashira.
–Por desgracia, usted no–Responde el espejo encantado interpretado por Shuichi Saihara–Ha aparecido alguien más bello.
–¡¿Qué, quién?!
–Blancanieves.
–¡¿Qué, ese enano cara de ratón?! ¡Me las pagará!
Las escenas transcurrían, el público reía y se emocionaba. Kaede permanecía a un lado, mirando todo, ella también reía. Se sentía orgullosa de sus compañeros.
Yumeno, sentada en primera fila veía a Tenko como si fuera la mejor actriz de broadway de todos los tiempos.
Las escenas con los siete enanitos (Iruma, Angie, Gonta, Tojo, Momota, Harukawa y Ryoma) fueron los más cómicos. Ouma parecía de tan buen humor gastándole bromas y haciéndolos enfadar. Por supuesto, la bruja malvada Chabashira logra engañar a nuestro protagonista y este come una manzana envenenada.
Kiibo respira profundo antes de entrar en su escena.
–¡El destino me llama!–Exclama el príncipe Kiibo, decenas de ojos mirándolo, pero quería mantener al margen sus nervios a flor de piel–Hay alguien en peligro, alguien que necesita mi ayuda ¡He de aventurarme!
Kiibo no olvidó sus líneas, incluso se estaba divirtiendo. Todos lo veían a él, veían al príncipe azul. No a Kiibo, el robot definitivo, sino al príncipe quien rompería el hechizo puesto en su princesa.
La última escena se hizo presente. Todo el teatro estaba en silencio. Kokichi Ouma puesto en una cama de madera en el bosque, parecía realmente dormido. Kiibo camina hacia él y mira al público.
–Esta pobre flor, se marchita a cada segundo–Kiibo se arrodilla junto a la cama y toma delicadamente la mano de Blancanieves–No lo permitiré, mi adorada princesa, vuelve a mí, te lo suplico.
Ouma esperaba sentir los labios de Kiibo sobre su mejilla, pero las manos del robot toman su rostro con suavidad, y antes de poder notarlo, Kiibo lo besa en lo labios. El público, los demás actores y Kaede se quedan boquiabiertos. Las mejillas de Ouma se tiñen y su corazón se acelera, le es difícil seguir con el papel.
Kiibo se separa, sin creerse que realmente lo haya hecho. Ouma abre los ojos, y se incorpora. Sus ojos brillan con intensidad pero sonríe.
–¿Eres tú mi príncipe y salvador?–Pregunta Blancanieves.
–Si, eres tú el amor de mi vida–Responde el príncipe, devolviendo la sonrisa.
Ambos se abrazan con fuerza. Esto ya no es actuación, aquella línea ha sido cruzada.
–Blancanieves se casó con el príncipe azul–Dice Rantaro por el micrófono–La pareja y los siete enanitos se fueron a vivir al reino y vivieron felices para siempre, el fin.
El telón se cierra y el público aplaude con alegría. Todos los actores, junto a la directora Akamatsu, Shirogane en vestuario y Korekiyo en escenografía, salen de pie, tomados de la mano y haciendo una reverencia como muestra de agradecimiento.
Kokichi y Kiibo se miran a los ojos.
–Buen trabajo, príncipe encantador–Dice Kokichi.
Kiibo no podía ser más fácil. Quizás no nació para el espectáculo, pero eso no evita que pueda sentir permanecer ahí. Ouma lo inspira a salir de su zona de confort. Puede haber otras sorpresas esperándolos en algún lado.
Fin
Sé que han pasado casi tres meses desde la última vez que actualicé esto.
En principio fue por falta de tiempo, después por un mini bloqueo, y al final quería enfocarme en otros proyectos. Este no es el único Color Club en el que estoy participando, (también estoy en uno de South Park, otro de Vocaloid y recientemente en uno de Doki Doki Literature Club) así que no me enfocaré sólo en este.
Y por último, hubo varias personas que me estuvieron exigiendo y hasta presionando para que actualizara. Literal, en el tablero y por privado exigiendo una actualización, incluso hubo personas que pusieron insultos. Eso sólo ayudó a que mis ganas de escribir de este Color Club fueran nulas.
No sólo escribo Danganronpa. Tengo una vida fuera de esto, escribo cuando pueda y quiera. No vivo de esto así que cómo mínimo merezco paciencia y respeto.
Me sabe mal por las personas que esperan su pedido :c todos los pedidos que acepté si serán publicados a su debido tiempo. Espero que lo entiendan.
Adoro escribir sobre Danganronpa, es el fandom del que más he publicado. Pero a veces me gusta enfocarme en fandoms del que ya he escrito y de fandoms del que todavía no he publicado nada. No quiere decir que deje a Danganronpa de lado, sólo que mi cuenta no es únicamente eso. Es molesto ser reprochada sólo por escribir de lo que me apetece.
Trataré de seguir un orden. No sé cuánto tiempo pase para el siguiente relato, así que me disculpo por la tardanza que pueda tomar.
Básicamente eso sería todo. Muchas gracias por las personas que me siguen leyendo, apoyando y me tienen paciencia (^^) en serio, son ustedes que hacen que me sienta bien al publicar algo. Mil gracias ❤
El próximo relato será KaitOuma + lemon <3 nos vemos ✨
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