✿ Besos Con Azúcar Extra ✿
Pareja: Oumaede
Advertencia: Lenguaje inapropiado, mención de otros shipps.
Esto va de mi parte
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Desde que su relación comenzó, Kaede y Kokichi tienen la noble costumbre de ir juntos a su dulcería favorita cada viernes al salir de la escuela. Ha sido así por nueve meses, es de esos pequeños placeres que sólo se pueden permitir si están junto al otro.
Es una dulceria que queda cerca de Kibougamine, al entrar ambos se maravilla con el dulce aroma y el ambiente acaramelado. Casi siempre compran lo mismo; Kaede se deja llevar más por los bombones y paletas mientras que Kokichi va por los dulces de nuez y las gomitas de colores.
Pero ambos concuerdan que lo mejor del mundo son el chocolate blanco. Casi siempre compran una cajita y la dividen a la mitad.
Claro que no engordan, tienen una regla de no comprar más de cinco caramelos, además de caminar diariamente a Kibougamine para equilibrar la balanza. A Kaede le importa su peso mientras que Ouma le importa el no contraer diabetes.
Pero un viernes fue distinto al resto. Ouma se acerca a su querida novia con una sonrisa.
–Es viernes, hoy toca–Comenta el dictador claramente emocionado. Ouma podrá creerse un poco mejor que el resto pero tiene los gustos de un niño de nueve años.
–Oh, debí decírtelo, hoy no puedo ir, tengo práctica para el próximo recital.
–¿Pero que no falta un mes para eso?
–No, recuerda que lo adelantaron, el director cree que entre más entrenemos, mejor–Viendo la cara de puchero de Ouma, Kaede toma su mano–¿Estás molesto?
–Jamás me molestaría contigo, sé que este recital es muy importante para tí–Ouma muestra una sonrisa más sincera, más dulce–Te amo, Kaede Akamatsu.
La pianista no se esperaba eso último. Rápidamente sus mejillas se coloran y las palabras desvanecen en sus labios. Está calidez en su pecho es agradable. Pese a que nadie apoya la relación de Kaede y Ouma, ellos mismos saben que esto no es un error.
–También te amo, Kokichi–Kaede se inclina a entregarle un pequeño beso en los labios antes de soltar su mano, un auto la espera afuera de Kibougamine para llevarla directamente al teatro donde ensayarán–Te llamaré cuando termine.
Por primera vez en nueve meses, la tradición de la dulceria se había quebrado.
El recital fue maravilloso. Kaede relució como un bello cometa en mitad de una apagada noche, se robó el espectáculo, los aplausos y las flores eran todas para ella. Ouma estuvo en primera fila, observándola y pensando "soy un chico con suerte".
Pasado ya una semana del recital las cosas se calmaron. Es viernes y Ouma acaricia uno de los mechones rubios de su novia. No falta mucho para que terminen las clases.
–Es viernes y el cuerpo lo sabe–Comenta el dictador–Creo que hoy compraré ositos de gomitas.
–Me vas a odiar–Responde Akamatsu.
–¿Eh?
–Quedé en que iba ayudar a Amami a pintar su habitación.
Ouma tuvo que asimilar de forma no violenta las palabras "Amami" y "Habitación", no le importaría si fuera Saihara, Momota o Kiibo, pero...no Rantaro Amami. Él no.
–¿Tiene que pintar su habitación y te lo pide exclusivamente a ti?–Pregunta Kokichi con un tono de voz que parecía más bien una advertencia del estilo "cuidado dónde pisas, Kaede Akamatsu".
–No te pongas celoso, tú te la pasas a solas con Iruma o con Angie.
–Joder, piénsalo un segundo, es Miu y Angie ¿de veras te piensas que va a pasar algo?
–¿Y de veras crees que va a pasar algo con Rantaro?
–¡Ves! pasaste de decirle Amami a directamente Rantaro.
–¡Y tú llamaste a Iruma por su nombre!
–Nunca te has puesto celosa de mi amistad con Miu ¿a qué viene esto?
–Que no confías en mí para estar con Rantaro, sólo vamos a pintar su habitación.
–Confío en tí pero no confío en él.
–¡Pues házlo porque yo pienso ir!–Kaede se levanta de su asiento, toma su mochila y se va. Ouma no va tras ella, se queda inmóvil en su butaca, apretando un puño.
–«¡Me cago en la puta!»–Piensa Kokichi. Nunca habían gritado tanto, algunos compañeros también están en el salón, ya se oyen los murmullos.
–¿Todo bien?–Pregunta Shuichi mientras se sienta en la butaca a lado del de Ouma–¿Problemas con Kaede?
–Problemas conmigo.
–¿Qué pasó?
Ouma explica lo sucedido, del como no puede confiar en Rantaro y en qué no intentará algo con su novia. Shuichi tiene esa mirada, esa expresión que pone cuando está deduciendo algo.
–Lo mejor será que la dejes tranquila, Kaede es muy sensible con estás cosas y de seguro está molesta, además no te preocupes, todo saldrá bien–Comenta Saihara.
–¿Cómo lo sabes?
–Conozco a Rantaro, y él no haría nada, respeta mucho el vínculo que aguarda una pareja.
–Pues más te vale que sea cierto–Kokichi aprovecha la conversación para preguntarle algo a Saihara–¿Porqué nunca intentaste algo con Kaede antes de que fuera mi novia?
Saihara ríe un poco, detalle que sorprende a Ouma.
–Porque nunca me ha gustado Kaede, es mi mejor amiga y la quiero pero no es mi tipo.
–¿Y quién es tu tipo?
Saihara se levanta del asiento y toma su mochila, pero antes de irse, da un nombre.
–Rantaro Amami.
Kokichi llega tarde como siempre, inmediatamente su vista se detiene en Kaede. Quiere hablar con ella, principalmente para disculparse. Pero por ahora sólo puede tomar asiento y dejar que las clases termine.
Cuando el timbre del receso llegó, Kaede decide pasar el rato con Maki y Chabashira. Por supuesto Ouma no se acercó. Es obvio que Kaede busca en refugio para no hablarle.
Ouma se sienta solo en una mesa durante el almuerzo, pero sorprendentemente Rantaro se sienta a su lado.
–¿Qué quieres?–Pregunta Ouma a la defensiva.
–Shuichi me dijo algo interesante, te preocupa que le haga algo a tu novia.
–«Saihara, chismoso de mierda»–Piensa Ouma, tratando de no tomarle importancia–Ya ¿y qué?
–Kaede es un amor, eres afortunado por tenerla.
–Kaede es un tesoro, lo sé de sobra ¿quieres ir al grano?
–Tan sólo no la lastimes, porque si ella te deja tendrá el corazón destrozado.
–¿Me estás amenazando?
–No, tómalo como una preocupación, jamás apoyaré su relación, pienso que Kaede merece a alguien más honesto.
Kokichi podría responderle algo mil veces peor, pero lo deja pasar. Rantaro es un cabrón, no tiene esa aura de inocencia y seguridad que tiene Saihara.
–Le gustas a Shuichi–Responde Ouma.
–¿Q-Qué?
–En vez de preocuparte por mí, deberías pensar más en ese pobre chico, he visto como lo miras durante clases, apresúrate antes de que alguien como yo llegue y le robe su corazón–Contesta Ouma antes de levantarse y dejar a Rantaro con cara de sorpresa.
–«Oh mierda»–Piensa Amami, sintiéndose como un idiota por no darse cuenta, pensando el cómo lo invitará a salir.
Las clases terminaron, Ouma camina afuera de Kibougamine para ir a casa, pero una dulce voz lo detiene.
–¡Kokichi!–Era Kaede, corriendo para acercarse–Espera...
–¿Kaede?
–Si ¿quién más?
–Oye, me quiero disculpar por lo de ayer...
–Shhh–Kaede coloca un dedo sobre los labios de su novio–Tengo un sitio al que quiero llevarte, cierra los ojos.
–¿De qué hablas?
–Cierra los ojos, confía en mí.
Ouma obedece, dándose cuenta que no puede llevarle la contraria a Kaede; y que nunca más volverá a dudar de ella.
La pianista toma su mano y lo comienza a dirigir. Ouma torpemente camina como un ciego, pero la suave mano de Kaede, aquella con la que toca el piano, lo dirige sin complicación alguna.
Kokichi recuerda el recital, a Kaede Akamatsu tocando el piano en mitad de un hermoso escenario; llevaba un vestido blanco y una tiara, parecía una princesa. Se notaba su pasión, su determinación, su esfuerzo por hacer hablar las teclas. Transmitía un mensaje de amor y paz.
Kaede Akamatsu es sin duda su mayor motivo para querer ser mejor persona.
–Abre los ojos–Dice la pianista.
Ouma obedece, y se encuentra en el jardín de Kibougamine frente una mesa llena de dulces, una minifuente de chocolate, brochetas de frutas, y un cártel que decía "¡Feliz cumpleaños Kokichi ❤". Todo el salón están, incluso Rantaro quien parece haber olvidado lo de la cafetería.
–¡Sorpresa!–Exclaman todos al mismo tiempo mientras aplauden.
–... Santa mierda–Susurra Ouma.
–No te habrás olvidado de tu propio cumpleaños ¿o si?–Comenta Kaede.
–Ammmm yo...
–¿Sabías que la dulceria que tanto nos gusta tiene servicio de Candy Bar?
Ouma entonces conecta cabos. Ayer no fue a pintar la habitación con Amami, sino que lo ayudó a organizar todo esto. Y hoy, Kaede de seguro conversó con Maki y Chabashira para que invitara a todos.
–Estabas fingiendo ¿verdad?–Le dice Ouma a Rantaro–Lo de la cafetería sólo fue una...¿distracción?
–Necesitaba mantenerte ocupado para que no dieras vueltas por ahí–Responde Rantaro–Creo que me pasé un poco, lo siento.
–Eres un hijo de puta.
–Jajaja, lo mismo digo Kokichi.
–¿De qué hablan?–Pregunta Kaede.
–Nada, si me disculpan le prepararé una brocheta de frutas a Shuichi–Dice Rantaro mientras se marcha.
Estando ya solos, Kokichi toma la mano de Kaede. Se miran a los ojos.
–Gracias–Dice el dictador–No lo merezco.
–No, ayer me hiciste un berrinche–Kaede entrelazada sus dedos con los de su novio–Pero...no pude evitar celebrar tu cumpleaños.
Ouma se pone de puntillas para besar a Kaede, está corresponde gustosamente.
–Tus labios saben a fresas–Comenta Ouma–Te amo.
Kaede ríe tiernamente.
–También te amo, cumpleañero berrinchudo.
Hay mejores cosas que ir a comer dulces.
Fin
Quería escribir algo lindo de este shipp XD y no sé ustedes, pero leer esto me hizo querer comer un chocolate.
¡Gracias por leer! El próximo relato será KiibOuma + la historia de Blancanieves XD ❤
¡Cuídense! Besitos 💕
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