🔪Tipo: One-Shot

🔪Temática: AU (Vampiros) e intenté que hubiese terror y suspenso, pero ambos géneros son trabajos en proceso para mí.

🔪Personajes: Cutthroat y Swindler.

🔪Pedido hecho por Koneko07-Chan

Que mpiros entre la Estafadora y el, ella que sea una humana que por "error" queda pérdida en un bosque, ella estaba de excursión escolar visitando un viejo castillo, cuando son atacados, ella al tratar de escapar se pierde en el bosque.

🛑 Nuevamente me veo obligado a aclarar que hay menciones a homicidios, sangre, etc. Pero es de esperarse dado el personaje que se aborda en este libro🛑

Sus pies se hundían en el barro y lo salpicaban en todas direcciones al tiempo que corría como nunca en su vida.

El corazón parecía querer salirse de su pecho, rodeó uno de los árboles y se detuvo a descansar detrás de él a modo de escondite, rezando por no ser encontrada.

Ahora sólo quedaba ella.

Uno a uno, los visitantes del castillo habían sido borrados de la faz de la tierra, y antes de poder darse cuenta de dónde se estaban metiendo, ya era demasiado tarde.

Pronto advirtió una sombra cruzando rápidamente por su lado en repetidas ocasiones, haciéndola dudar de si ella misma había perdido el juicio. Pero nada de lo que pudo haber imaginado que causaba las desapariciones paulatinas de sus compañeros pudo haberla preparado para la aplastante realidad.

Cruzando una de las puertas clausuradas del recorrido, encontró a un joven de cabellos blancos inclinado sobre el cuerpo de su mejor amiga.

—¿Eh? ¿Quién eres…?

El joven levató la cabeza, dejando ver un par de ojos brillantes y su boca entreabierta de la que sobresalían un par de colmillos blancos, manchados con el líquido carmesí de su presa.

Su rostro se contorsionó en una mueca de felicidad y se puso en pié con un rápido movimiento.

—¡Ah! ¿Con que quedaba alguien más? —dijo con la alegría propia de quien encuentra un tesoro escondido.

—¿¡Qué le has hecho a…!?

Pero no pudo terminar la frase. Aquel monstruo corrió hacia ella y apenas le dió tiempo a levantarse y salir corriendo.

—No intentes irte muy lejos, voy a encontrarte de todas formas, ¿Sabes?

Estaba segura de que no había ido tras ella. Logró salir del castillo, logró correr lo suficiente como para adentrarse en el bosque y adelantarle un buen tramo a lo que quiera que fuera eso. Y ahora se permitiría descansar un poco, al fin y al cabo necesitaba recorrer todo el camino de regreso para buscar ayuda. Sí, ya estaba lejos, ya aquel monstruo no podría alcanzarla.

Pero un nuevo problema se abrió paso entre sus constantes intentos por mantener la calma: La noche.

Se estaba haciendo de noche y ella estaba en el bosque, sola, sin comida, sin agua y con el miedo mismo como contrincante.

Aquel árbol le parecía el lugar más seguro del mundo, pero tarde o temprano tendría que salir de ahí o moriría. Con cautela, sacudió el barro de sus pies y su mochila. Dió un paso y sintió un crujido debajo de ella.

—¿Pisé una rama? —susurró

Silencio.

—Te lo dije, ¿no? Iba a encontrarte de todas formas.

Ella se quedó paralizada en el sitio, la sangre se le congeló en las venas y dejó escapar un chillido.

—Ahh, si. Deberías ver por dónde caminas, podrías pisar cosas realmente desagradables.

Su vista se dirigió al suelo e instantáneamente comenzó a agitar su pié frenéticamente entre gritos y lágrimas: Su zapato había aplastado la cabeza de uno de sus compañeros de clase.

Nuevamente echó a correr, casi sin fuerzas y con el rostro surcado por el cansancio y las lágrimas. Aún quedaban algunos rayos de sol visibles entre la tupida maleza del bosque. Debía salir de ahí antes de que él la encontrara.

—Ahhh… ¿Quieres seguir jugando? Ya veo…

Y la carrera contra el tiempo había comenzado. Ella intentaba escapar y él se deleitaba con cada intento desesperado por salir de allí. Era tan fácil adivinar su posición con lo ruidosa que era…

—Te escucho… —canturreó antes de comenzar a reir descontroladamente.

Aquella risa llegó a sus oídos desde la lejanía. Sí, no estaba tan cerca como parecía.

—¿Quieres ver a tus amigos, eh? ¿Los extrañas? Dime… —gritó entre carcajadas.

Antes de poder pensar en lo que él estaba gritando, tropezó con una raíz. Ya casi no podía ver nada por la inminente oscuridad que se cernía sobre el bosque. Se levantó del suelo y estiró la mano para recoger la mochila que se le había caído.

Pero sus dedos tocaron algo más…

—¿Eh? —forzó la vista, confundida, hacia lo que sus dedos habían alcanzado.

Era una mano. El brazalete a juego con el que ella misma llevaba en su mano derecha confirmó lo que se temía: Era la mano de su mejor amiga.

—Deberías de estarme agradecida… ¿No te sientes feliz de verlos a todos por última vez?

Ahora que la luz se había ido, sólo alcanzaba a ver dos ojos rojos en la oscuridad, que se acercaban a ella con rapidez.

—No… —susurró —¡No! ¡Aléjate! ¿¡Qué quieres!?

—Estoy reaaalmente hambriento, ¿sabes?

Dejó ver sus colmillos y estuvo a punto de clavarlos en su cuello, pero ella no iba a rendirse tan pronto. Había llegado lejos y sabía que ya no sería posible buscar ayuda en ningún lugar. Así que tomó una decisión: Acabaría con ese monstruo en ese preciso momento.

Tomó una rama del suelo y con toda la fuerza de pudo reunir, la dirigió al pecho del albino. Él la esquivó fácilmente.

—Mala suerte. —susurró desde su posición y de un solo golpe se deshizo de la rama.

Sólo le quedaba seguir corriendo y rezar por llegar a algún sitio. En su mente sólo repetía los acontecimientos del día una y otra vez: Se levantó, se encontró con sus amigas, subieron al autobús escolar y visitaron un castillo abandonado a modo de excursión. Luego de eso…

Luego de eso todo era una pesadilla.

Su furia, agonía, dolor y agotamiento salió en forma de grito desgarrador sin importarle delatar o no su posición. Ahora sabía que las viejas leyendas eran ciertas y que ella no viviría para contarla. Pero aún así no pararía de correr…

No se rendiría hasta que la última carta fuese jugada. Sí, esa última carta se llamaba esperanza. Su esperanza de poder salir viva de aquel infierno. Pero sobre todo de vengar la muerte de sus amigos de alguna manera.

Ahora era completamente de noche y ella estaba en desventaja. No había nada que pudiese hacer ni nada con lo que pudiese defenderse. Puso su mano alrededor del brazalete y suspiró cansada. Esperaría a que él llegara y opondría toda la resistencia posible.

Pasaron unos segundos (o unas horas) cuando sintió una presencia detrás de ella.

—¿Eh? ¿Acaso ya no quieres jugar má…?

Esta vez la rama había alcanzado su pecho y con un crujido, había llegado bastante profundo. Ella aprovechó los segundos siguientes para alejarse todo lo posible.

—Q…qué…

Lo había logrado. Se secó el sudor de la frente y lo siguiente que escuchó fue el rítmico sonar de las hojas y el barro producto de sus pisadas y su propia respiración agitada. Todo el bosque estaba en silencio.

Se felicitó a ella misma, la pesadilla se había acabado. Cuando apartó uno de los arbustos que le bloqueaban el paso, pudo ver las luces lejanas de un establecimiento. Por primera vez su rostro se iluminó y sintió que todo estaría bien.

Su mente se había negado a aceptar un hecho tan obvio, que cualquiera en su situación hubiese pegado un grito de absoluto terror. Y a pesar de que lo sabía, prefirió creer en su mente que todo estaba en orden y que ella llegaría a aquellas luces lejanas que eran su única esperanza.

Pero por desgracia olvidar un hecho no hace que este desaparezca. Y lo pudo comprobar segundos después cuando la realidad se abrió paso entre su fantasía de estar a salvo.

¿Si ella lo había apuñalado, por qué la sangre no salió de su cuerpo en ningún momento?

Una respiración en su cuello la sacó de sus pensamientos.

—Te encontré.

Bueno...este pedido no quedó como a mí me gustaría, pero me divertí bastante escribiéndolo porque adoro la temática de los vampiros.  @Koneko07-Chan espero que te haya gustado y este resultó ser tanto tu primer pedido como el mío, así que pido disculpas si no resultó como querías. Siéntete bienvenida de hacer otro cuando quieras.

El tema del terror y del suspenso aún me cuesta dominarlos pero haré todo lo posible por ir mejorando para poder cumplir con sus expectativas.