1: Sobre hielo delgado y miradas furtivas
Título: Sobre hielo delgado y miradas furtivas
Recuento de palabras: 994. Drabble.
Pareja: Rusia/Estados Unidos
Escenario: Universo canon. Guerra fría.
Pedido: sugarvillain
4 de Octubre, 1957
Todo lo bueno tiene un fin. Con una declaración tácita de odio inconmensurable encerrada dentro de fino cristal, sólo esperan a explotar con desagradable cólera para envolverse finalmente en la calma que trae consigo las explosiones violentas producto de tormentas turbulentas y veleidosas.
Caer al vacío. Abrazando a su odio, su disgusto, sensaciones ásperas como arena que carcomen con inquina su espíritu, lo odia, lo odia, eso lo hace fuerte, entonces, ¿por qué? Con la mandíbula apretada y el cuerpo en llamas Estados Unidos maldice y con un malogro repulsivo de emociones mal contenidas que lo vuelven una bomba de tiempo grita, porque ese bastardo lo hizo: La Unión Soviética lanzó su primer satélite al espacio.
Él era mejor, había declarado tal hecho frente a todos, el mejor en la industria, el mejor en la tecnología, Rusia había declarado la guerra, era oficialmente una carrera de poderío, una carrera espacial, lanzó fúrico sus planos fallidos sobre la mesa, golpeando frustrado y destrozando todo cuanto había en su paso. No había acabado. Todo continúa, descontento, insultos, corriendo por dar a conocer quién era el mejor, su corazón palpita rápido cual caballo de carreras, sin control y con una ira abstracta en la boquilla de su estómago que le hace sentir imponderable disgusto caprichoso, se siente patético porque Iván no guarda más que una sonrisa calmada y ese uniforme militar que porta como si siempre estuviese listo para atacar, esperando el derramamiento de sangre que traería su enfrentamiento, lo que no sabía era que él también sabía sacar sus colmillos, le arrancaría el cuello y dejaría a su sangre matricular una nueva era para su país.
El teléfono sonó, se contuvo, sabía que era él, lo presentía. Contestó:
—Estados Unidos que sorpresa —Escuchó ese tono infantil, detrás se deslizó la sensación de burla descarada, sintió la presión detrás de aquellas palabras—. ¿Tus periódicos ya han dado la gran noticia?
Repulsión, quiso vomitar, se sintió humillado, enojado y sobretodo... asqueado.
—Muérete —Y colgó. Los días venideros fueron ira y reclamos no propios de E.E.U.U., presión hacía sus propios científicos, y a todo miembro de su gobierno. Gracias al terror inclusive la universidad de Illinois había logrado calcular la órbita de Sputnik a tan sólo dos escasos días de su lanzamiento, todo era precario. Entonces junto con la Guerra del Rif sobrevino una junta, misma dónde se encontraría la Unión Soviética, Estados Unidos veía la cascada de felicitaciones durante la reunión venir por el lanzamiento de su satélite.
Eso jamás llegó, todos temían tanto de la URSS que no eran capaces de facilitar una pequeña felicitación, eso lo hacía sentir mejor, ese maldito bastardo no merecía nada, absolutamente, era desdén y violencia, una carrera de locos y cuerdos que lo hacía vibrar confundido. Estados Unidos ya ni siquiera estaba seguro de que era esa ira seca en su estómago y el revoltijo de emociones que no sabía dilucidar.
Aún escuchando a España en la mesa y a Francia murmurando apoyo, él sólo podía mirar a esa amable sonrisa del otro lado de la mesa, sus miradas chocaron y esa misma sonrisa se ensanchó, como si fuesen algo, un contrato implícito y premeditado de... algo, ese maldito bastardo.
Todo se volvió un borrón sin control, trató de hablar de sus inquietudes a Inglaterra, hablándole sobre sus más ansiados descubrimientos, sobre sus científicos y sus cinturones de partículas, pero nada parecía impresionarle, todo se le figuraba inútil, esfuerzos en el espacio, ja, ¿por qué preocuparse por algo tan lejano cuándo había tanto que mejorar en tierra? Pero es que él no entendía, sin saber E.E.U.U. estaba pensando que si le hubiese mostrado a la Unión Soviética el mismo panel de control que Inglaterra vió, todo sería otra carrera de avanzada ingeniería esperando superarse entre sí y dentro de no mucho esperaba con una sonrisa recibir una llamada suya para seguir con su embuste, eran ansías consumidas con fervor, delante de todos eran enemigos jurados, durante sus llamadas eran íntimos amigos disfrazados de adversarios y ante sus corazones eran dulces discrepantes que trataban de convencerse de un odio mutuo inexistente. Actualmente Estados Unidos se encontraba ahogado en dudas, nadando dentro de un mar de desasosiego que crecía con recelo en su pecho ante todo lo que experimentaba y reverberaba dentro de él y es que no lo entendía, no lo hacía, se rompía la cabeza tratando de dilucidar lo que era y al mismo tiempo... ¿realmente importaba? Estaba seguro de que al menos habrían alcanzado una plena comprensión mutua junto a una sensación de satisfacción por tal hecho.
Iván, incluso su nombre humano sonaba bien ahora. Lo estaba disfrutando, disfrutaba su carrera armamentística por controlar estratégicamente el espacio exterior, lo mejor fue que la Unión Soviética no paro, después de Sputnik I, vino Laika con la desconcertantes entrada de Sputnik II, él no iba a quedarse atrás y casi inmediatamente trajo a la lente pública Vanguard I, era... increíble, ellos eran increíbles.
Se embarcaron en una guerra fría, una guerra de poder que se comparaba a un crudo invierno, irónicamente Alfred no podía imaginar enfrentando a la URSS de otro modo, porque detrás de esa sonrisa se encontraba la mirada de gélida crueldad más abyecta que alguna vez haya visto y para él, eso era lo mejor, era... real, tangible.
Y junto a su temible enfrentamiento sobrevino la tensión mundial, pero también cierta atracción, o al menos eso creía E.E.U.U. nunca pudo comprobarlo.
La CCCP llegó a su disolución en 1991, el Iván que él conoció murió junto a sus ideales para comparecer a la madre Rusia en el escenario mundial.
Y entonces Alfred se quedó solo de nuevo, junto a un posible amorío marchito y recuerdos amargos condimentados con el acoplamiento de Soyuz y Apolo 18.
Él contrario pareció sólo... olvidarlo. Y la llama se consumió.
Explicando mejor este pequeño drabble, se desarrolla desde el inicio de la carrera espacial en 1954 a la llegada del hombre a la luna en 1969, y también lo que fue la guerra fría y el enfrentamiento ideológico de ambos países, hasta la disolución de la URSS en 1991 concluyendo el fin de la guerra.
Entonces en teoría con la crisis socialista del 80, la caída del muro de Berlín, el sufrimiento de todo el país en general y finalmente la disolución de la CCCP, el Iván que Alfred conoció en teoría "murió". Por eso lo único que le queda es el recuerdo de la primera colaboración de ambas agencias espaciales en 1975 que fue el acoplamiento de Soyuz y Apolo 18 como uno de esos amargos recuerdos de lo que fue, so, se ven mucho después, pero Rusia ni puta idea de quién es ese cerdo capitalista.
Ojalá haya podido captar tu idea de ese amor que se aleja hasta que ya no puedes alcanzarlo. Perdona ser tan superficial.
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