4.
El zorro se levantó para salir y cazar algo para el y el conejo, pero se dio cuenta de algo: El conejo no estaba allí.
Esto le alarmó y lo busco por toda la cueva haciendo pequeños ruido, busco alrededor de la cueva pero no encontraba al conejo, por lo que decido usar su olfato.
Siguió el aroma del conejito hasta que se encontró no muy lejos de la cueva al conejo arrodillado comiendo una zanahoria junto al río.
-¿oh? Akabane-kun, encontré zanahorias ¿quieres? -Ofreció aun sabiendo que le dirían que no.- Están frescas, ahora sólo debes buscar algo de comer Para ti.
El zorro no creía que eso podía ser un alimento para él, se quedó a su lado sentado para que cuando este fuera a la cueva poderle traer de comer algo bueno como la carne, aunque el conejo se veía contento con eso.
Vio pasar otros zorro por el lugar llamando la atención de Nagisa, y en eso cayó en cuenta.
-hay muchos zorros por aquí... -Dijo viendo el montón de zorros que pasaba por el lugar, eran muy bonitos.-¡Se parecen a ti akabane-kun!
Se levantó acariciando al zorro a su lado mientras veía a la manda de zorros pasar, karma le gruñia a los zorros que trataban de acercase mucho excepto a una hermosa zorrita que pasó a su lado y le dejo embelesado.
-¡Akabane-kun, mira!
¿Cuando el conejo se fue tan lejos? Nagisa estaba rodeado de zorritos bebés y los guiaba junto a las demás madres, cosa que por alguna extraña razón enojo a karma y fue a gruñirle a todos para alejarlos de Nagisa.
Luego se coló entre las piernas del conejo andrógino para hacer que se sentará en su Lomo y luego emprender viaje hacia la cueva.
-Hey, akabane-kun ¿qué haces?
-Rohagr -Karma intentó hablar pero de él solo salió un gruñido, cosa que impresionó a ambos- ¿Roar? ¿grr?
Karma paro en seco viendo el piso e intentado hablar, Nagisa de bajo y lo miro... Sus ojos eran más afilados y tenía más pelaje que ayer...
-Te estás volviendo más salvaje, akabane-kun... son las consecuencias de tu estrés... -Dijo el conejo con tristeza.
Karma no entendió sus palabras por lo que movía sus orejas intentado entender, fue entonces cuando un sonido disparó los nervios de ambos.
Nagisa bajo sus orejas y trataba respirar normal por el miedo que le generaba su parte animal, karma gruñia y quería averiguar que era eso pero a la vez no debía acercarse.
Habían sido 9 disparos los que dispararon los nervios de karma y nagisa.
Entre una luz la diosa midori apareció.
-Váyanse de aquí, este lugar será tomada para defender el bosque unos momentos -la diosa estiró un brazo y una luz roja y blanca pasó hasta su dedos índice, entonces una extraña sombra serpentica pasó sobre sus cabezas pero al mirar al cielo sólo habían nubes.
Asustado la parte animal de Nagisa explotó y salió corriendo de allí en su forma conejo, karma le siguió y lo tomo del pescuezo para que no escapará y se lo llevó ala cueva.
El conejo no reconocía a nadie y sólo quería escapar de allí, pero el zorro logró atrapar al conejo entre su boca y patas para que no escapará.
Así duraron unos minutos hasta que karma se durmió y nagisa volvió a la normaliza. En cuánto el zorro sintió el conejo moverse, se levantó buscando al mamífero.
Lo encontró en la entrada de la cueva. Se acercó al el y lo vio tejer algo con una púa de erizo y luego terminado se lo mostró.
-¡Mira! Es para distingirte de los demás zorros o cambiaformas que puedan haber aquí -le puso el collar de color negro que la verdad era bastante suave.- ahora quédate que quieto mientras lo terminó de cocer, puedes acostarse si quieres.
Y al final del día karma terminó con un collar negro que le apretaba un poco pero una ves puesto no dejó que nagisa lo tocará para aflojarlo. Había perdido tiempo y por ello salió a cazar, tenía el estómago vacío y creía que el conejo de había comido zanahorias todo el día también.
Cazó un pavo real y fue corriendo hasta la cueva, donde karma podía percibir un extraño olor en el lugar; acaso ¿alguien le había hecho daño al conejo que tan bueno fue con el a pesar de ser un depredador?
Soltó el pavo en la entrada y se adentró al a cueva, donde escuchó Ronroneos. Por el aroma en ese lugar eran leonés, uno hembra y el otro macho, también percibía sangre y cuando entró completo lo primero que vio le sorprendió.
Leonés haciendo el amor se le quedaron viendo y el pobre nagisa conejo se hallaba lastimado en el suelo y con con algo de sangre.
Ni un León fue lo suficientemente fuerte como para evitar que karma sacará a esos intrusos de su "casa", se encaminó hacia el pequeño conejo que tenía se patita delantera lastimado con mordidas.
El pobre estaba inconciente asique su primer pensamiento fue traer la comida, puso el pavo a su lado y luego tomo a el conejito entre sus patas y empezó a lamer su patita. Duro toda la noche esperando su despertar, pero cuando el amanecer se vio cerca fue que percibió movimiento en el conejo que resguardaba en su pecho y patas.
Parecía ya estar mejor y buscaba más calor, por lo que se hizo bolita y el conejo abrazó su peluda cola de zorro.
Algo enternecido cerró los ojos para dormir.
Como ya era costumbre para el conejo, al despertar el zorro no estaba o al menos eso creía antes de encontrarlo acostado sobre la cueva.
-akabane-kun... ¿qué hace halla arriba?
El zorro sólo le miro, se tiro a su lado, le volvió a ver y oler y luego se fue dejándolo complemente sólo.
Extrañado sólo suspiro yendo dentro de la cueva, ya se acostumbro al lema de karma de no dejarlo salir; espero aburrido hasta que se hizo de tarde, se extraño al darse cuenta de que la hora de llegada de karma ya había pasado, por lo que levantó y salió de allí buscando al zorro.
Ya se había hecho de noche y nagisa aún no encontraba a Karma, eso le asustaba mucho y por eso gritaba su apellido con su desgarrada voz. Habian pasado horas y ya ni sabía si pensaba en voz alta o no.
Por el cansancio cayó cerca de la cascada donde empezó todo esto, y empezó a llorar. Pensando. Pensando en como estaría su madre y sus amigos.
Seguramente ellos estarían viviendo un infierno y el aquí en un lugar tan bonito, pensó que era débil y estúpido; la cabeza le dolía de tanto llorar y estaba tan cansado que no podía levantarse, pensaba que mejor sería morir allí y Ya, total era escoria y nadie el extrañaría.
Parece que sus plegarias fueron escuchadas, pues una manada de lobos estaba frente a él. Dio una ligera sonrisa esperando su muerte pero lo único recibió fue un gruñido.
Miro confundido hacia arriba como pudo, y vio al zorro akabane sobre él gruñendole a los lobos.
Una pelea se dio acabo en el lugar dejando a karma como el ganador y llevándose a su premio nagisa a la cueva.
Lo primero que hizo karma fue obligar a nagisa a comer en contra de su voluntad y lo hizo descansar mas de lo normal, incluso por la mañana.
-¿Porque trajiste tanta comida akabane-kun? -intentó moverse pero karma le regaño con un gruñido.
El pelirrojo sólo le permita cocinar e ir al baño pero del resto moverse estaba prohibido. El pelirrojo le cuidaba aunque muy dentro de el luchaba para no comérselo...
Su lado salvaje estaba ganando...
Continúa
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