2.
El sonido de la cascada se escuchaba fuerte en sus oídos, abrió los ojos adolorido y algo ahogado, una luz como de luciérnaga pasaba por su rostro y al levantarse un dolor en su cuerpo le invadió.
Tocio para sacar el agua de su sistema y luego miro al lugar que le impedia saber si era de día o de noche, era un oscuro bosque iluminado por luciérnagas y hadas a su alrededor, como hongos luminosos y frutos del bosque. Suspiro encantada el azulino conejo bajando sus orejas grises y poniendo sus manos en su pecho.
Busco al zorro a su lado pero no estaba, trató de levantarse pero no pudo por el dolor en su cuerpo. Hadas se ponían en su cuerpo y cara, extrañado escuchó las pequeñas y dulces voces de las hadas.
-¡Ven con nosotros!
-El zorro que venía contigo está asalvo
-¡Esta con la diosa! ¡ven!
-¡Acompañanos!
-¡Siguenos! -decían las haditas tomandolo de la ropa y empujandolo levemente.
Nagisa empezó a caminar viendo el hermoso lugar del bosque no no había explorado jamás, las hadas la acariciaban el cabello largo que poseía alagandolo, además de que empezaban a curarlo.
Aun no se alejaba de la cascada, lo sabía por la fuerte agua que se escuchaba hasta su posición. Era un lugar lleno de paz, escuchaba arpas que veían de las haditas junto a el. Entonces encontró al gran zorro apodado karma tirado en el piso inconciente, una mujer estaba a su lado; era brillante y con grandes atributos, usaba ropas blancas y estaba rodeada de brillo haciendo resaltar su bello cabello y ojos verdes cómo el bosque al igual que sus 4 pecas en cada mejilla.
-¿Quién ere-...
-Mi nombre es midori, soy la diosa de estas tierra y mantengo el valanse del bosque. -Respondió cortando a nagisa- tu amigo estará mejor después de unos minutos, lo estoy curando.
-Ok, amm.... No somos amigos -la diosa me miro extrañada mientras el conejo se sentaba frente a ella, siendo divididos por el zorro que apenas respiraba.- somos conocidos.
-Tu amigo está algo débil, ¿quires que te diga como está? -Pregunto la diosa con su melodiosa voz y brillantes ojos.
-¡Oh, claro! si, pero no somos amigos, somos conocidos. - Dijo nagisa. Bajo sus orejas sintiéndose algo seguro.- Espera, si él está tan débil ¿no sería mejor cambiar a su forma humana?
-Hace mucho tiempo en un reino lejano existía un rey cambiformas de dragón celestial, sólo se centraba en prepararse para las batallas que a su reino le envolvian -Nagisa escuchó algo confuso a la mujer frente a ella que acariciaba al adolorido zorro- El estrés se acumulaba en el y por culpa de ello, en media batalla en su forma dragón, quedó atrapado en su forma dragón nublado por su estrés. Buscando una forma de volver a la normalidad vino a este bosque, yo lo ayude y cuando se hizo humano y estaba por irse pero se quedó.
-¿Se quedó?
-Si, dijo que no quería volver a ese generador de estrés llamado reino, Asique ahora vive aquí y está curado; Esto es lo que pasó con tu amigo. el estrés es malo y salvaje, por ello debes sacarlo de el antes de que se vuelva un animal de verdad.
-¿Pero cómo lo hará?
-Aquí podría relajarse. -Dijo acariciando la espalda del zorro, este se estiró contento pero adolorido, seguía inconciente apesar de eso.- esa sería su cura, de lo contrario se volverá una más de las criatura de este bosque.
-...Bueno... yo me tengo que ir, tengo que ayudar a mi pueblo en media guerra. Gracias por la historia, me cuidaré Para que no me pase. -Se levantó el peliazul y empezó a caminar.- bye.
-¿irás a ese campo de batalla? Es probable que no sobrevivas. -Advirtió la diosa cosa que hizo detener a Nagisa, era verdad...- podrías quedarte aquí, el bosque es un refugio que estoy dispuesta a compartir.
-... -Extrañaría a su madre y amigos y quería ayudar a los demás, pero... Era un débil Omega ¿qué podía ser?- ...¿Podría cuidarlo?...
-oh ¿te refieres al zorro? -Nagisa asintió apenado, le tenía miedo a lo que ocurría afuera, era uno de los instintos de conejo: huir del peligro.- Claro, será difícil sobretodo porque eres un conejo y el un zorro ¿sabes?
-Lo se pero... es mejor una espada en el cuello que 100 en mi cuerpo. -eso solía decir su papá antes de ser llevado junto a los 3-E, recuerdos tristes. Se sentó junto al zorro que apenas abria los ojos Algo débil.- Hola...
Acarició levemente la cabeza del zorro, este levantó un poco la cabeza y lamio su mano. Esto removió el corazón de nagisa que empezó a acariciar al adolorido zorro.La diosa le informó que estaría junto a el cuando lo necesitará, pero ahora tenía que irse a proteger el bosque, y se retiró junto a una gran luz. El zorro ahora ya curado se levantó algo cojo y entonces nagisa le siguió.
El zorro exploraba el lugar junto a él, parecía Algo perdido.
Una ardilla Albina pasó sin miedo junto a el zorro, gran error ya que este le atacó.
-¡Oye, akabane! -Regaño nagisa, Por fortuna la ardilla hullo. El zorro casi le ataca, pero se detuvo y siguió solitario su camino- Se está volviendo salvaje... no puede ser.
Siguió desde una lejanía prudente al zorro, aveces cuando se acercaba más de la cuenta este se le quedaba mirando, por lo que el conejo bajaba un poco la cabeza en señal de sumisión.
Cuando llegó la noche, nagisa estaba cansado de caminar por lo que no había visto a donde había ido el zorro.
Hasta que perdido escuchó el chillido de aquel animal que le miraba atentó.-¿qué pasa akabane? -Nagisa miro a todos lados perdido por su acción cuando mirando hacia atrás el zorro volvió a chillar.- ¿eh? ¿quieres que te siga?
Y el zorro arraco a correr, apenas podía seguir su velocidad porque estaba bastante cansado.
Nagisa quedó perdido en el oscuro bosque frente a una cueva, De allí salió al zorro.
-¿Porque fuiste tan rápido? -Pregunto aunque el zorro no le respondía, sólo se le quedaba viendo. Se metió a la cueva y se sentó a su lado.- ¿No quedaremos aquí?
Parece que no, pues el zorro se levantó para salir de la cueva.
-¡Espera! ¡Yo voy contigo! -No, eso quería decir que le halla agarrado de cuello de la ropa y le halla tirado a la cueva. Nagisa le miro confuso.- ¿me dejaras aquí?...
El zorro de ojos cobres se fue sin decir nada, cosa que asustó a nagisa. Minutos después de que el se halla ido el triste nagisa captó un sonido en los arbustos... de estos salió un lobo que se disponía a atacarle de no ser por el zorro de ojos cobres que se metió entre el lobo y su presa.
El zorro y el lobos gruñian retadores, la nube que tapaba la luna se movió dejando a la vista para el lobo el gran zorro al cual se enfrentaba; retrocedió y se fue, el zorro recogió la presa que había dejado hace un rato y camino junto a nagisa.
Nagisa miro algo asqueado y triste las partes venado que traía, akabane rompió con la boca uno de estos pedados y tomando algunos otros, los empujó junto a Nagisa, mientras que los que quedaron él se los fue a comer.
-¿M-me lo estás ofreciendo? -Dijo el tembloroso Nagisa.
Por lo que el zorro le miro y siguió comiendo, nagisa suspiro y se dispuso a comer la cruda comida, ya que si salía humo de la fogata seguro los colonizadores le vendría a buscar.
En cuanto mordió ese venado sintió como las ganas de vomita llegaban a su cuello, escuchó al zorro mover la cola mientras sacaba la lengua ¿acaso se estaba burlando de El? Le miro y así era, el zorro se burlaba de el.
Al final tuvo que tragar un algunas lágrimas mientras el zorro se burlaba y a la hora de dormir nagisa aguantaba el frío con tal de no pasar a su lado conejo y provocar al zorro que ahora se estiraba fuera de la cueva.
-¿Vas a irte? -Pregunto somnoliento, el zorro ni le miro- No te vayas...
Cuando el zorro le miro pudo ver sus salvajes ojos amenzandolo con ser su merienda, pero después de un lento parpadeo del zorro este paso a tener una mirada más calmada y "humana".
El zorro entró a la cueva y se recosto, nagisa hizo el mismo acto con miedo.
Continuará
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