Los juegos divertidos regresaron y continuaron haciendo que los alumnos pasasen unos buenos ratos y tuviesen recuerdos que nunca olvidarían. Yoko por su lado estaba muy contenta, tenía alguna salida con Tn, se tomaban de la mano o se daban algún pequeño beso en la mejilla pues querían ir muy poco a poco. Aunque por parte de la vampira, se hubiera tirado a su cuello.

Pero ahora tocaba la visita de los padres, Tn estaba relajado mientras que Yoko no, no sabía como iba a reaccionar sus padres sobre el tema del chico. Por no hablar de que era su primera pareja formal, ya que de un modo u otro, lo eran. Todos estaban ya abajo cuando la vampira y el chico acompañados de sus amigos bajaron.

—Papá, mamá—dijo Tn abrazándose a estos—¿qué tal todo?.

—Bien, tu madre y yo estamos contentos con vuestros rendimientos. Lamento no haberte avisado personalmente de que tu hermana vendría—recibió el abrazo de su hija.

—No es nada—contestó él.

—Sí, y Tn tiene algo que deciros—le dio unos suaves codazos.

—Yo...estoy saliendo con...una chica—respondió algo sonrojado—se llama Yoko y es una vampira.

—¡Estupendo!—le abrazó fuerte—quiero conocerla.

Mientras tanto, Yoko junto a sus padres les puso al tanto de la situación. Les contó todo sobre el tema de su chico, con la cabeza le indicó quien era. Ellos estaban sorprendidos de ver que su hija tenía pareja, pero entendían que estaba en esa edad.

—¿No es un vampiro?—preguntó el hombre. Ella negó—hija...lo siento, pero no puedes salir con un chico que no sea un vampiro.

—¿Por qué no?—se molestó y se cruzó de brazos.

—Yoko, tu padre tiene razón—intervino su madre—no es que no queramos que no seas feliz...es...la edad...

—Tenemos la misma—dijo ella—¿qué ocurre?.

Su padre suspiró y negó con la cabeza.

—Escucha, hay antecedentes de vampiros saliendo con normies u otras personas...y siempre acaba en dolor. Vivirás unos 150-200 años...y dudo que Tn viva tanto...estar tanto tiempo sin la persona que amas...es muy doloroso—al escuchar la explicación de su padre, ella entendió a lo que se estaba refiriendo.

—Ha habido casos donde vampiros han perdido a sus seres queridos...y luego se han vuelto locos, deprimidos o se han suicidado. Perder a un amado es horrible, pero llorarlo durante tantos años...es un destino peor que la misma muerte. Y es algo que no quiero en mi hija—comentó él—es mejor dejarlo ahora...que arrepentirse durante tantos años.

—Yo...le quiero...—dijo ella tratando de ser fuerte.

—No dudo de tus sentimientos mi pequeña...pero no quiero que en mis últimos días vea a mi hija condenada al dolor...no hay mayor dolor que el del corazón—le besó la frente—se ve un buen chico, y por lo que hablas, es muy inteligente y fuerte. 

—Lo es—le miraba y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Se sentaron a comer y Yoko que estaba muy contenta, notó como su corazón se encogía hasta provocarle un daño horrible. Sentía que iba a llorar hasta morir.

—Disculpadme—se puso en pie antes de marcharse hasta su habitación.

Al cabo de poco escuchó la puerta abrirse, era Enid quien le había visto y conocía esa forma de huir de sus padres. Se sentó en el borde y le preguntó al respecto.

—Ya veo, bueno, puede que encuentres una manera de estar juntos—la loba no parecía demasiado convencida, pero una persona esperanzadora y que nunca perdía la ilusión por algo.

—¿Qué puedo hacer contra mi propia naturaleza?—preguntó ella llorando.

—Le preguntaremos a Miércoles—contestó—ella siempre encuentra la manera—esbozó una sonrisa—seguro que hay una forma de estar con tu muchacho.

—Eso espero.

Quedaron con la pelinegra quien no deseaba participar en eso pero cuando le dijeron que podría estar lejos de sus padres durante un buen rato, aceptó de buen grado y estuvieron en la habitación de ambas.

—Ya veo, ese estúpido amor—dijo ella.

—¿Te recuerdo a Tyler?—preguntó con una sonrisa Enid.

—¿Te recuerdo que puedo torturarte mientras duermes?—ella se retiró—en fin...por suerte, mientras tú estabas con tus chismes, yo estudiaba sobre los marginados, y eso incluye a los vampiros.

—¿Tienes una solución?

—Podría ser.

Le pidieron que les dijera todo lo que sabía sobre esa posibilidad.

—El precio a pagar es muy elevado—dijo ella tranquila ante la emoción de ambas—tendrías que renunciar a tu longevidad.

Ella miró perpleja.

—Los vampiros tienen una forma de renunciar a vivir tantos años. Los hechos de los que han hablado tus padres tienen ese problema. Pero si renuncias a ello, vivirás una vida más...''mortal'' y si muere él primero, no tendrás que sufrir tantos años.

Ella se quedó sorprendida por la relevación.

—Podrás tener los poderes de un vampiro y sus habilidades salvo vivir tanto tiempo—explicó ella—ahora bien, puede que seas repudiada por tu familia. Renunciar a algo que los hace explícitamente vampiros se considera una gran deshonra.

—Ya...no es algo sencillo—dijo ella—gracias Miércoles.

—Si quieres mi consejo, sé su pareja antes de renunciar a algo tan importante. Si luego crees que es tu amor...renuncia. De lo contrario...el precio será aún mayor—contó ella—la decisión es tuya.

Tras esto, regresaron y Yoko estaba algo más animada. Pero tenía razón, no sabía si las cosas con el chico saldrían bien. Quizás luego cortasen, por el momento estaría con él. Sus padres se despidieron de ella y fueron junto el resto a Jerichó pues allí estaba el hotel. 

—Lamento no haberte presentado a mis padres—dijo Tn—estaba tan ocupado que...—ella lo besó de sopetón provocando una gran sorpresa en el chico quien solamente cerró los ojos antes de continuar con el beso.

—No te preocupes—lo volvió a besar—Tn, te quiero.

—Yo...yo también...—dijo con una sonrisa de tonto enamorado—¿pero a qué viene esto?, ¿te encuentras bien?.

La realidad era que la idea de estar con él después de ese golpe por parte de sus padres le provocaba una sensación que no sabía describir. Quería estar al lado de él, cuando lo abrazaba, lo tomaba de la mano o algo se sentía más segura que nunca. En un sitio algo apartado, donde nadie pasaba por allí y menos a esas horas, la vampira le dio un morreo de campeonato a Tn quien empezaba a sentir un calor por todo su cuerpo. Incluso soltaba alguna chispa. Yoko olía el cuello de Tn y le daba algunos besos, sentía que quería morder ese cuello.

Llevados por las hormonas, notó las manos del chico acariciar su espalda antes de bajar un poco más. Y no solo eso, sino que Tn parecía un vampiro mordiendo levemente su cuello mientras ella apretaba los colmillos.

Escucharon un ruido, eran el personal de limpieza quien se encargaba de ese pasillo así que enseguida se marcharon.

—Uff, besas de maravilla—dijo Tn sonriente.

—Y tú...—rieron un poco.

Yoko besó de nuevo al chico antes de despedirse. No obstante, antes se acercó a su oído.

—Te quiero mi pequeño chico—le mordió la oreja.

—Gracias, colmillitos—ella se ruborizo un poco antes de reír—nos vemos.

Ambos estuvieron tumbados en la cama pensando en los besos apasionados que se habían dado hace unos minutos. Yoko se cubría la cara pero también pensaba en lo que le contó Miércoles sobre su longevidad. Esperaba que Tn fuera el amor de su vida, y estaba dispuesta a todo con tal de estar con el chico. No obstante, no le contaría nada hasta llegado el momento a Tn pues no quería preocuparlo.

En la hora de la cena, ambos se miraban y Yoko deseaba que su plato fuera Tn para poder comérselo tranquilamente. Pero para eso...ya habría tiempo...

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.