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Aquel día, todo pasó tan...tan de imprevisto...

Pero en Colmena se lo recuerda como si fuera ayer...

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(Hace un año)

- Ay por Dios Agustín, que bueno que llegas, estaba a punto de tirarme del ventanal.

- Buenos días Hoseoki, si estoy bien, gracias por preguntar - respondió Agustín sonriendo mientras dejaba sus cosas en el casillero.

- Lo siento, lo siento, Buenos días, me alegra que estés bien, pero de verdad te necesitamos ya - Hoseok no esperó otra respuesta de Agustín, y solo lo tomó del brazo jalandolo por el pasillo hacia los laboratorios.

- ¡Hoseok! Cálmate, sabes que odio cuando me jalonean - Agustín se soltó del agarre con un puchero.

- ¿Sabes que te ves tan tierno cuando hablas con tu voz de niño mimado y haces ese pucherito? - habló una tercera voz.

Taehyung ingresó al laboratorio con unos cafés en mano. Fue hasta Agustín y dejó un sonoro beso en su mejilla, Hoseok hizo una mueca de asco.

- Ya no comiencen con sus cursilerías, sus feromonas de excitación me hacen querer vomitar

- No digas tonterías, ¿feromonas de excitación? Ja, exagerado - respondió Agustín cruzado de brazos.

- Ya Tíni, no le hagas caso, mejor toma, aquí traje tu latte favorito.

Agustín sonrió y tomó el vaso. - Por eso me encantas Tete.

Todos en aquella área sabían de la relación "amigos con derecho" entre Agustín y Taehyung. Pero a ellos no les importaba los rumores exagerados que generaban.

- Agustín, ven aquí rápido, dije que te necesito - repitió Hoseok mientras se sentaba frente a una de las pantallas.

Suspirando y revolviendo su café con la pajilla, Agustín se acercó hacia el panel de control, donde estaban las imágenes de las cámaras en las habitaciones de los pacientes.

- ¿Qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto Hoseoki?

- Mira, pasó otra vez - señaló la pantalla de la habitación 4.

Agustín bebió de su café mientras observaba. - Maldita sea... - susurró - Tan bien que íbamos. ¿A que hora fue?

- A eso de las 4 a.m., los de investigación dicen que quizá las ampoyas ya no hacen efecto.

Agustín negó. - No lo creo, son tan recientes.

- Con Park sabes que las cosas siempre son tan difíciles - Hoseok suspiró cambiando el ángulo de la cámara.

- ¿Dónde está?

- Debajo de la cama al parecer, no se ve nada en las esquinas. - Agustín dio otro sorbo a su café mientras cruzaba sus brazos, y  entrecerraba sus ojos tratando de ver fijamente la pantalla.

- Si, está bajo la cama.

- ¿Ahora entiendes porque urgía que ya llegaras? - Hoseok se hizo hacia atrás en la silla - Eres el único que puede tratar con Park, y necesitamos que vuelva a cambiar de forma.

- Y yo que creí que hoy sería un día sin alguna novedad... - Agustín siguió tomando su café mientra se alejaba. - Tete dile a Halsey y Chris que preparen las ondas para el paciente 4, recibirán mi señal.

- Enseguida - Taehyung salió del panel.

- ¿Las ondas otra vez? - preguntó Hoseok sorprendido.

Agustín se alzó de hombros. - Park no nos deja muchas opciones. - se dirigió hacia la puerta - voy a entrar, así que enciende la luz LED en medio.

- Claro, ten cuidado.

Hoseok vio como Agustín salió del panel, y por las cámaras observó el recorrido de este hasta que llegó a la habitación 4.

El paciente Park Jimin, era un alfa de araña que había llegado a Colmena hace cuatro meses. Con tan solo 27 años, era otro caso más de shifter Deamon. Había sido traído aquí por su esposa, quien dejó de visitarlo al segundo mes, ahora solo llamaba para saber sus avances. A los doctores de aquella área en Colmena, no les impresionaba para nada que los parientes ya no quisieran ver a los pacientes, y más aún cuando estos eran catalogados con color rojo (peligrosos) y tenían que ser aislados a un área más segura, como era el caso de Park Jimin.

Hubo varios intentos por tener un acercamiento con Park y así poder avanzar en los análisis y tratamientos, muchos doctores salieron heridos, ya que al ser un alfa de araña, este era agresivo y sus picadas dejaban un fuerte, doloroso y letal veneno.

Hasta que Agustín, un omega de mariposa, irónicamente fue el único que pudo tratar con Park. ¿Cómo lo hizo? Ni él mismo lo sabe, pero nadie más lograba acercarse al alfa sin salir lastimado, solo el omega podía.

Así que el consejo decidió que solo Agustín tenía la autorización para entrar a la habitación 4.

El celular de Hoseok vibró. Era la señal de que abriera la puerta. Hoseok miró a la laboratorista a su lado y asintió. Ella presionó el botón alerta, lo cual era una regla específica cuando se abría la puerta por cualquier motivo de las habitaciones del área. Entonces Hoseok abrió la puerta.

Agustín lamió sus labios los cuales aún sabían a café, mientras veía como se deslizaba la gruesa puerta hacia un lado. Entró sin titubear.

Miró de reojo como la puerta se cerraba, entonces volvió su vista al frente mientras acomodaba el puente de sus lentes con su dedo índice. Estaba parado bajo la tenue luz blanca, la única luz en esa habitación.

La habitación 4 siempre estaba sumergida en oscuridad, y en su mayoría las esquinas estaban llenas de telarañas incluido el tejado. A Agustín no le daba asco ni le afectaba este lugar, que a simple vista parecía de una película de terror.

Las paredes eran de acero grueso impenetrable, y en una de las esquinas en lo alto de la pared había un pequeño rectángulo cubierto con vidrio polarizado donde entraba la leve luz del sol o de la luna.

Avanzó unos pasos hacia la cama, suspiró y sacó una almendra recubierta de chocolate del bolsillo de su bata. Desenvolvió el dulce haciendo ruido con el envoltorio apropósito.

- Buenos días Jimin - dijo en voz alta - Sabes, hoy amanecí muy contento y de buen humor, así que te traje algo. - Agustín se cuncliyó cerca de la oscuridad de la cama.

Del otro lado, en el panel de control, todos observaban expectantes la pantalla, pues cada vez que Agustín entraba a ver a Park, era algo que nadie se quería perder.

Agustín sonrió mostrando el dulce. - Te traje esto, ¿lo hueles? Es tu favorito. - suspiró y se levantó - lástima que para tomarlo tengas que tener manos y no patas. En fin, creo que será para otra ocasión. - se volteó e hizo el amague de que iba a salir, pero en eso un leve ruido se escuchó. Agustín sonrió satisfecho y volvió a voltear hacia aquella profunda oscuridad.

Concentró sus sentidos y pudo percibir que Jimin ya no estaba bajo la cama, sino en una de las esquinas entre las telarañas. Caminó a paso lento hasta allí y estiró su mano con el dulce.

Su mano rozó levemente parte de la telaraña y no se veía entre la oscuridad. Los que observaban en el panel, sentían sus pelos de punta cada vez que el omega hacía eso.

- Tómalo Jimin. - susurró.

Segundos después, sintió como el dulce era quitado de sus dedos con un leve roce. Roce de otros dedos humanos. Jimin había dejado su forma de araña.

- ¿No me vas a dejar verte? - Agustín preguntó con un tono de niño mimado, sus ojos se pusieron azul/verdoso, dando paso a que su omega soltará feromonas relajantes. - ¿Por favor...alfa?.

Agustín se mantuvo en su lugar, cuando Jimin se acercó hasta donde llegaba la poca luz.

Ambos se vieron a los ojos fijamente. Los del alfa estaban completamente negros con leves destellos. Agustín veía el reflejo de sus ojos azul/verdoso en los del alfa.

Jimin no era un hombre para nada feo. Todo lo contrario era muy apuesto y con mucho encanto aún en sus circunstancias.

- ¿Te relajaste alfa? Se que sueles tomar tu otra forma cuando quieres desestresarte, ¿lo lograste?

El alfa solo lo quedaba viendo. Siempre era así. Agustín sabía que no le respondería con palabras, sino con expresiones o actos. Tal como un animal lo hacía.

Los ojos de Jimin tuvieron más brillo y ladeo un poco más la cabeza. Aquello era un si para Agustín.

- Me alegro, ahora estarás relajado para nuestra sesión de más tarde, ¿recuerdas?

Jimin mordió su labio inferior mientras acariciaba la telaraña en la que estaba, y volvió a ladear su cabeza. Otro si.

- Bien, nos veremos más tarde, así que por favor mantente en esta forma, no puedo entenderte si estás en tu forma de araña, ¿por favor?

Los ojos azul/verdoso del omega siempre lograban alterar al alfa, quien ladeo la cabeza para después arrancar parte de la telaraña y volver a la oscuridad.

- Gracias Jimin. - sonrió Agustín, expulsando feromonas de felicidad. - Nos vemos más tarde entonces.

Agustín dio media vuelta y se retiró. La puerta fue abierta de inmediato y salió. Una vez fuera, inhalo y exhalo mientas retiraba sus lentes, y sus ojos volvían al color marrón.

Salió del área de las habitaciones hasta que llegó otra vez al panel, donde todos lo quedaron viendo boquiabiertos.

- Waoo, eso fue...increíble - mencionó Ji Eun.

- Por un momento pensé que saldrías sin mano cuando la extendiste hacia él. - dijo Hoseok mientras se alejaba de las pantallas.

- No es la primera vez que trato con Park, no se cual sigue siendo la sorpresa - Agustín avanzó hacia la pantalla y observó atentamente cualquier movimiento.

Hoseok lo olisqueo cuando se acercó. - Hueles a él, quedaste muy impregnado de su aroma.

- Es normal, sigo siendo un omega y él un alfa, yo suelto feromonas y él también.

- Tíni, las ondas están listas - Tae entró y avisó aquello.

- Bien, que comiencen.

Las ondas eran profundos sonidos acompañados de un campo magnético que mantenían quieto al paciente. Aquello era muy efectivo, pero tenía efectos secundarios como dolores de cabeza, cambios de humor espontáneos y sangrado de la nariz. Por eso cuando se dejaba de usar en un paciente, se consideraba un gran comienzo. En Jimin se había dejado de usar hace medio mes, pero ahora que volvió a cambiar a su forma de araña sin poder controlarlo, debían mantener su cabeza embotada y evitar que eso pasara. Aunque Agustín ya había hablado con él para que se mantuviera como humano, el proceso era este, por más que no quisiera.

- Las reuniones del consejo siempre me dan migraña - dijo Agustín mientras salía del salón.

- Si, todos lo notamos, ya que no disimulas tus feromonas de estrés - Tae rió, mientras pasaba un brazo sobre los hombros del omega.

- Doctor Terranova. - El director del área hizo que se detuvieran, ya que estaba frente a ellos con una amigable sonrisa - Doctor Kim.

- Doctor Seok. - ambos hicieron una venia.

- Por lo que escuché hubo un leve retroceso con el paciente 4. ¿Me da más detalles Agustín?

- Nada grave descuide, Park se sentía estresado y cambió a su forma animal, eso es todo, pero ya se solucionó. - Tae quitó el brazo de encima de Agustín y se hizo a un lado, escuchando atentamente.

- Tan efectivo. Que bien escuchar eso, hoy ha sido un día tan estresante aún después de comer. - ambos rieron - Pero, ¿cómo es que logras saber que Park cambia porque se estresa? - Seok entrecerro los ojos.

-A estas estancias mi omega es quien detecta lo que siente el alfa por medio de las feromonas y sus expresiones, así es como él se comunica conmigo.

- Sabes Agustín, aún se me hace un poco extraño y hasta irónico que seas el único que pueda entrar allí sin morir en el intento. Considerando que eres un omega de mariposa... - rió - es decir, una araña y una mariposa, es...

Agustín rió. - Si, lo sé, él es el depredador y yo la presa en el ámbito shifter, y aún así logro salir con vida de aquel cuarto. No debería ser así lógicamente, un alfa depredador o un omega que esté arriba de los lepidopteros es quien debería poder tratar con Park, pero ya ve que no. Al parecer me tuvo confianza. - Agustín alzó sus hombros quitándole importancia.

Taehyung veía atento al doctor Seok, comprendiendo a que punto quería llegar. De hecho, hasta él quería hablar con Agustín sobre aquello pero tenía miedo que lo tomara a mal, siendo él el alfa con quien tenía intimidad.

- Tíni, yo me adelantare, nos vemos ya mismo. - Taehyung dejó un beso en su coronilla e hizo una venia al doctor Seok, retirándose. Debía dejar que Seok hablara en privado con Agustín acerca de eso.

- Creo que también seguiré a mis labores...

- Espera Agustín, quería de hecho hablar contigo, sobre Park.

Agustín frunció el ceño y asintió. - Dígame.

Seok le mostró con la mano la puerta del salón, Agustín entendió y ambos entraron allí, ahora que ya estaba vacío.

- Lo que te mencioné hace un momento, sobre que es extraño que siendo un omega de mariposa puedas tratar con Park, un alfa de araña, te lo quería decir desde hace algunos días.

- Sea explícito por favor... - Agustín acomodó sus lentes.

- Bien, según lo que he observado, no creo que Park solo trate contigo porque le das confianza. Aquí hay algo más.

Agustín alzó una ceja. - ¿A que se refiere con algo más?

- Por dios Agustín, un alfa depredador y un omega presa no intercambian feromonas de tranquilidad por casualidad o por simple confianza, el alfa de Park se siente atraído hacia tu omega. - Seok lo dijo tan serio que, Agustín ni siquiera preguntó si era broma.

- ¿Se da cuenta de lo que insinúa? - susurró Agustín viendo hacia todos lados.

- Lo hago - también vio hacia sus lados - Es la explicación más lógica que existe, sin necesidad de tanta investigación y psicoanálisis. Cuando sales de su cuarto estás cubierto hasta los poros de su aroma, y como a tu omega no le molesta no lo sientes ni te causa incomodidad.

Agustín suspiró. - Bien, digamos que es así, pero ¿y eso que? Usted sabe muy bien que es algo normal que el paciente al estar encerrado y aislado tome cierto apego y hasta atracción por la única persona con la que trata, ha habido muchos casos así, no es nada nuevo.

- Si en eso tienes razón, pero nunca hubo eso en casos Deamon, y lo sabes. Prácticamente es su animal el que manda en su cuerpo, y actuará como tal en todo ámbito, incluido el sentimental.

- Entonces, lo que me está diciendo es que algún día va a envolverme en una telaraña y aparearse conmigo

- Tu mismo lo acabas de decir - Seok alzó los hombros.

Agustín reviró los ojos. - ¿Qué propone entonces? Sabe muy bien que nadie más está autorizado a entrar allí, y hasta que se asigne a alguien más  y se descubra quién puede entrar sin salir herido, tomará tiempo. Mucho. Park no debe parar con sus sesiones y tratamientos, eso empeorará las cosas.

Seok masajeo sus sienes. - Hoy continúa con tu rutina normalmente, ten la sesión con Park. Al finalizar el día nos reuniremos con los del área. No podemos convocar otra junta sin tener una planificación concisa.

- Como ordene - Agustín hizo una venia y se retiró.

- ¿Cómo así no estás acaramelado con Tae? - preguntó Hoseok mientras escribía en la computadora.

- Sabes muy bien porque. Tengo que entrar al 4, y debe ser sin el aroma de algún otro, peor si es un alfa.

Hoseok rió. - Cierto, cierto, Park después se pone celoso.

Agustín reviró los ojos. - Cierra la boca tonto. - giró su cabeza hacia uno de los paneles, alzando la ceja al ver una tarrina allí. - ¿Quién ha estado comiendo arroz picante aquí?

- Ahh, eso es de Jennie, le dije que acabara rápido antes de que los demás llegaran, pero al parecer fue al baño y dejó eso así.

- Debiste decirle que aquí no se come Hoseoki.

- Ya terminó de todos modos, en la próxima si le jalo las orejas a esa beta comelona.

Agustín negó riéndose, mientras veía el reloj. - Bien, voy a entrar.

- Te veré. - Hoseok se movió junto con la silla rodante hacia la pantalla del cuarto 4. - Suerte.

La puerta fue abierta una vez que Agustín ya estaba allí, y entró.

En su mente estaba la seria conversación con Seok, y por eso esta vez no dejó salir a su omega. En esta ocasión, que al parecer sería la última, sería solo Agustín.

- Buenas tardes Jimin. Es hora de nuestra sesión, ¿vienes?

Agustín veía como una sombra se movía entre las telarañas de la oscuridad. Las feromonas del alfa ahora le resultaban confusas, pero a la vez lo envolvían.

Jimin se dejó ver levemente, entonces Agustín sonrió y se sentó en la cama. - ¿Te sientes bien?.

Lo preguntaba por los efectos secundarios de las ondas. Jimin soltó feromonas de enojo y dolor. Agustín suspiró. - ¿Puedes venir aquí? - palmeo la cama.

Después de unos segundos, Jimin se acercó y se sentó donde Agustín había palmeado. Ambos se quedaron viendo. Jimin tenía rastros de sangre escurrida de su nariz.

- Lo siento por esto... - susurró Agustín, mientras sacaba un pañuelo de su bata, y estiraba su brazo hacia Jimin.

Los ojos del alfa se tornaron de un color negro/carmesí, mientras Agustín limpiaba su barbilla y labios de la sangre que había allí. Los dedos de Jimin se movían sobre su regazo, sutilmente formando telaraña, algo que no pasó desapercibido para el omega, pero el alfa siempre hacía aquello.

- Listo, estás limpio. Ten, es tuyo. - puso el pañuelo en sus manos, las cuales tenían leves espinas picosas.

Jimin apretó la tela, soltando feromonas de felicidad y ladeando la cabeza. - Me alegra que te agrade. - Agustín sacó su celular y abrió una foto la cual era de Jimin. Se la mostró. - ¿Recuerdas este momento? Se te ve muy feliz aquí, con tus amigos.

Jimin veía la foto, agrandado la pupila de sus ojos, tal como los ojos de una araña. Sus feromonas ahora eran de confusión y anhelo. Aquello era una gran señal. Agustín se emocionó. - Puedes volver a vivir este momento, este y muchos más. Tu alfa es genial, solo que no es justo que solo él tenga libertad de salir ¿no lo crees?.

Jimin apretó aún más el pañuelo tragando grueso. Agustín veía en su expresión que le entendía. Estaba a punto de decir algo más, pero Jimin alzó su mano con el pañuelo de imprevisto y la llevó hacia la mejilla del omega, comenzando a acariciarlo con la tela tal como Agustín lo hizo con él.

Agustín lo quedó mirando fijamente con una ceja alzada, sin inmutarse. - ¿Tenía la mejilla sucia? - susurró.

Entonces el alfa dejó de hacer aquello, y llevó el pañuelo hacia su propia mejilla presionandolo allí. Agustín analizaba aquella acción un poco complejo, ya que era la primera vez que Jimin lo tocaba de esa manera. Las feromonas ahora eran de...

El alfa estaba llamando a su omega. Agustín trató de calmarse y no ceder ante su mariposa.

- En un momento traerán tu comida, hoy no podré acompañarte en tu almuerzo, así que espero que tengas buen provecho - Agustín le sonrió.

En el panel de control, otra vez todos veían expectantes lo que pasaba.

- ¿Viste cómo le acarició la mejilla? - dijo Hoseok.

- Lo vi - Tae analizaba todo con meticulosidad. - El doctor Seok tenía razón... - susurró para si.

- No es la primera vez que Agustín interactúa con el alfa, ya vayan a hacer sus labores y dejen de sapear.

Jennie se levantó de su silla para sacar su espejo de maquillaje, que estaba en la cartera al lado de su área asignada del panel.

- Bien que después quieres que te contemos Jennie - le respondió una laboratorista.

Jennie reviró los ojos, mientras se veía en el espejo. Su cartera estaba al lado de la tarrina de comida que había dejado semiabierta, y que obvio aún no había recogido. La tarrina aún contenía un poco de jugo picante y tibio del arroz.

- Agustín no se quedará a comer con él, acaba de avisar. - dijo Hoseok

- Bien, la comida ya está fuera de la puerta. - dijo una doctora, y Hoseok avisó a Agustín.

- Se abrirá la puerta - Hoseok veía como Agustín ya estaba frente a la puerta, de espaldas al alfa, quien lo veía sentado en su cama.

En eso, Jennie iba a guardar el espejo en su bolsa, pero olvidó que la bolsa no estaba tan lejos y a lo que estiró el brazo, en ves de cogerla, la golpeó haciendo que rodara y empujara la tarrina con restos de comida.

El líquido tibio picante cayó sobre uno de los paneles, cubriéndolo totalmente.

- ¡Ahhh maldición! - gritó Jennie, haciendo que todos voltearan de inmediato. Pero no fue su grito lo que hizo respingar y asustar a todos.

Un corto circuito se generó en el panel de Jennie, haciendo que la corriente afectara a todo el panel en general.

- ¡Puta madre! ¡Cuidado alejense! - gritó Taehyung.

Todos salieron asustados del lugar, incrementando aún más su miedo cuando en aquella área se fue la luz.

La alarma sonó enseguida.

- ¡Las puertas! ¡Aseguren las puertas por fuera! ¡Rápido! - gritó Hoseok mientras corría a ayudar.

Un griterío junto con corridas de aquí y allá era lo que llenaba el oscura área, que solo era alumbrada por leves luces en los pasillos que se encendían por emergencias.

Agustín estaba a punto de tomar la comida, cuando la luz se fue y la alarma de emergencia sonó.

Un tremendo respingo lo conmocionó por el miedo, y por la leve rendija de abertura de la puerta, logró ver al doctor que sostenía la comida, el cual estaba aterrorizado.

- ¡Sal Agustín! ¡Sal ahora!

Estando a punto de salir, un fuerte brazo rodeó su cintura jalandolo para atrás.

- ¡Ah! - gritó asustado

- ¡Agustín!

- ¡Cierra la puerta!

- ¡Pero...

- ¡Cierrala ya maldita sea!

El doctor tomó la manija de acero y rodó la puerta cerrandola de un golpe.

Aquellas puertas eran controladas por el panel, pero en emergencias cuando tenían que ser cerradas o aseguradas manualmente como ahora, solo podían volver a ser abiertas por el panel.


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