Perspectiva de:
El Kunpi
Antes de que Ness intente irse, así como lo hizo Sorri hace un momento, me pongo de pie y bloqueo su paso.
---¿A dónde vas?
---No te interesa--- está dispuesta a pasar por mi lado para seguir su camino, pero vuelvo a bloquearla.
---Nececitamos--- extiendo mi mano hacia ella pero la manotea en el aire.
---¿Necesitamos? Yo no. Quítate--- Intenta evitarme de nuevo.
Desesperante.
Estoy a punto de tomarla por los hombros cuando la limusina de Hija del Presi se detiene junto a nosotros. Una de las ventanas se abre.
---Ness, Vanna habló conmigo, se quedará aquí por ahora. ¿Quieres que te lleve casa de la Nutria?
No tengo idea sobre qué harán, pero ella ve esto como una oportunidad de salir de mí.
Abre una de las puertas del auto y entra sin si quiera mirarme.
Excelente.
Sólo puedo quedarme de pie en la acera, viendo cómo nuevamente se libra de darme la cara.
Miro a mi alrededor. Vanna y Marco se están yendo juntos y de los demás chicos sólo quedan la Cerecita y el Pepe, discutiendo algo con Brown, algo que supongo es sobre Ferna.
Y no quiero entrar en esa conversación.
Miro al cielo y suelto una respiración pesada. No voy a dejar de molestar hasta que Ness y yo lleguemos a un acuerdo.
Esperaré hasta que vuelva, pero tendrá que darme la cara.
Así sea irrumpiendo en su cuarto a la media noche.
He llegado a las siete y desde entonces no hay rastro de ella. Diría que ha vuelto a irse, pero cabe la posibilidad de que no haya regresado desde la mañana.
Estoy sentado frente al colmado cerrado, esperando... Específicamente hace tres horas y media.
Incluso tengo miedo de que alguien venga y me robe hasta el alma. No sé si valdrá la pena esperar tanto.
A lo lejos puedo ver las luces de un auto acercándose y me mantengo expectante.
Mientras más se acerca puedo notar que es la limusina de Yairy.
Rápidamente cruzo la calle y me escabullo por uno de los callejones entre la casa de Ness y la banca.
La veo salir del auto riendo, con algunas flores y bolsitas de regalos en sus manos. Lleva el pelo en un moño envuelto y en su cuerpo un enterizo de palacios, rosa pastel, floral. Preciosa.
Siento un pinchazo de celos sólo por la suposición de que haya salido con alguien más.
Espero 5 minutos llenos de impaciencia antes de seguir caminando por el callejón, hasta llegar a la cerca del patio trasero.
Hábilmente la salto.
Pero encuentro que la puerta trasera está cerrada.
Ah, no tengo más remedio que subir por el balcón que conecta directamente con su habitación. Es la única forma de entrar, teniendo en cuenta que si le pido que hablemos sería capaza de llamar a la policía. No quiero ponerla aprueba.
De igual manera estoy corriendo el riesgo, pero así es más seguro el éxito.
Salto nuevamente la cerca para recorrer el callejón y llegar a la parte delantera del hogar nuevamente.
Me encuentro frente al balcón.
Ya no sé cómo diablos voy a subir, pero locuras es mi segundo nombre.
Lo bueno es que mi pantalón Gucci es ancho y flexible.
Recuerdo la última vez en la que tuve que hacer esto; tuve que escapar rápidamente de la habitación de Ness porque su madre vino a la casa. No es que no le agrade a la señora, pero no iba a ser muy gratificante encontrarme en esa ocasión en la habitación de su hija.
Aquella vez no me quedó más remedio que bajar por el balcón. Y ahora voy a subir.
Espero algunos minutos más mientras calculo bien en qué lugar voy a colocar mis pies. Soy muy joven para morir y mucho más para quedar con mi precioso rostro desfigurado.
Luego de calcular correctamente mis movimientos, estoy saltando dentro del balcón de Ness. Suelto un suspiro luego de haberme estabilizado y enfoco mi vista hacia su habitación, iluminada con una luz tenue.
El ventanal de cristal está cerrado, por lo cual no puedo entrar. Pero la veo a ella.
Ness está sentada junto a una pila de ropa en su cama, de espaldas aal lugar en el que me encuentro y probablemente esté utilizando su celular. En los últimos minutos cambió su ropa y ahora lleva algo más común entre lo que utiliza para dormir.
Veo como su espalda se tensa y gira un poco su cabeza.
Sabe que estoy aquí.
Reconoce mi perfume.
A pesar de todo, no se gira. Va a ignorar que está consciente de que estoy detrás de ella.
Me acerco a la ventana y le doy tres golpecitos. Espero.
Después de unos segundos se voltea y me mira. Sus ojos conectan con los míos. No tiene ninguna intención de abrir el ventanal.
Vuelvo a golpear el cristal. Cuatro veces.
---Vete--- no la escucho bien, pero leo sus labios.
---Si abres podría bajar por las escaleras e irme--- respondo alzando la voz para que pueda escucharme.
---Vete como viniste.
---Me dan miedo las alturas.
Bufa y continúa en lo que hace.
Después de un momento tocando el cristal y acabando con su paciencia, se pone de pie y abre el ventanal.
---Directo a la salida.
---Primero debemos hablar--- paso por su lado e ingreso a la habitación. Luego me giro y la observo cerrar el ventanal.
Me mira expectante antes de ignorar mi presencia y continuar en sus asuntos. Al parecer hay algo ahí que es más importante que mi estancia aquí queriendo arreglar las cosas.
---Préstame atención.
---No has dicho nada importante--- sonríe a su aparato electrónico.
---Porque no me estás prestando atención.
---Es tarde, hablemos después--- llevo una semana queriendo arreglar la situación y al menos ya explicamos todo esta mañana... Pero esa es su única respuesta. Y de repente estoy cansado.
Generalmente es así: yo hago las cosas mal y ella tiene la razón. Soy algo fácil de manejar y para ella lo que tenemos no es importante.
Lo deja aún más claro al no poder escucharme un momento.
Arrebato el teléfono de sus manos. No poseo derecho alguno, pero está ignorándome con esto.
---Devuélveme mi celular. ¡Dámelo!--- intenta quitármelo pero, tomando en cuenta que soy más alto que ella, alzo mi mano para que no lo pueda alcanzar.
---Escúchame. ¿Por qué tan alterada?--- me burlo de su reacción y sigo evitando que logre tomar el celular de mis manos.
Nunca me he entrometido en su privacidad, pero su reacción tan alterada y la curiosidad me hacen huir a una esquina de la habitación y leer el chat que tiene abierto:
"Daddy Tete"
Me arrebata el celular luego de que he leído varios mensajes.
---¿Quién es él?
---No te interesa--- pone su teléfono en su pecho, de forma defensiva.
---¿Cómo no me va a interesar que te envíes textos así con otros mientras juegas conmigo y me reclamas?
Ah, estoy bastante enojado. Es un poco loco que me reproche por algo, algo que no existió, después de eso.
---Tú hiciste incluso algo peor--- y dale con lo mismo.
---No fue peor porque no existió. Mientras tanto, tú haces esto con ese chico que no conozco y tampoco sé si con alguno más. Qué hipocresía tan hermosa--- suelto una risa sarcástica.
Ella simplemente empieza a discutir, a pesar de que pude notar su rostro culpable. Lanza palabras aleatorias intentando justificar la situación
Pasa un momento que se me hace eterno mientras miro al techo y ella aún sigue discutiendo con el aire. Debería ser yo el alterado.
Quiero que cierre la boca. Y la obligo a hacerlo con la mía.
Me acerco sin darle oportunidad de alejarse y con mis manos acuno su rostro para besarla. La acción parece suave, pero después de intentar alejarse de mí, me aseguro de sostenerla y transformo el beso en algo más impaciente. Mi enojo es mucho en este punto y trato de controlarlo.
Al momento en el que ella cede ante mi fuerza abro paso a mi lengua entre sus labios. Lo sé, no estoy siendo nada gentil.
Estoy un poco harto de serlo.
Muerdo sus labios y rompo el beso sólo para dejarla respirar. ¿Ella? Me empuja y se aleja. Siente satisfacción y aún así se molesta en hacerlo.
Camina de espaldas y sin romper el contacto visual entre nosotros hasta una esquina de la habitación. Es gracioso, se acaba de acorralar ella misma.
Con toda la altanería que dicen que tengo, le brindo una media sonrisa y camino con lentitud hacia ella, advirtiéndole hasta quedar nuevamente cara a cara. Ella está a punto de protestar, pero la tomo por los hombros y la giro contra la pared. Sí, probablemente con un poco de fuerza.
Rodeo su cintura, pegándola contra mi cuerpo y coloco mi otra mano en su cuello, simulando ahorcarla mientras hago que recueste su cabeza en uno de mis hombros. Me acerco a sus oídos y susurro:
---Tranquila... Haz silencio. Hazme caso, ¿Sí?
Ella no responde. Tampoco espero que lo haga, simplemente quiero sentir la sensación de tener poder sobre ella.
Y estoy bastante seguro de que está sintiendo el bulto en mi pantalón contra sus shorts.
Extrañamente mi coraje está aumentando a cada segundo. No sé la razón, sólo siento que necesito liberarlo.
Muerdo su cuello hasta que suelta un quejido y me alejo completamente de ella.
---Siéntate en la cama--- susurro.
Se toma unos segundos para mirarme con odio mientras yo le sonrío con prepotencia.
---¿Qué estás esperando? Siéntate--- vuelvo a ordenarle en un tono bajo.
Se sienta a orillas del colchón.
---Toma ese cinturón--- señaló hacia su izquierda, sobre la ropa.
Lo toma.
---Ata tus manos.
---¿Cómo diablos voy-
---No lo sé--- me encojo de hombros ---, dije que lo hagas--- doy un paso hacia ella.
Frunce el ceño y hace lo que le digo. Se ve patética tratando de ligarse las manos con las suyas propias.
---No puedo hacer esta mierda--- pierde la paciencia y tira el cinturón a un lado.
Alzo una ceja.
Camino hacia ella, tomo de sus manos y la hago levantarse sin alguna suavidad o cortesía para luego girarla y tirarla boca abajo hacia la cama, lo que hace que suelte una pequeña exclamación.
Me coloco encima de ella, tomo sus manos y el cinturón y yo mismo las amarro.
---Siéntate.
---Sigues encima de mí--- habla contra las almohadas.
---Oh, cierto--- la burla es notoria en mi voz mientras me levanto y la ayudo a sentarse nuevamente al pie de la cama.
Me coloco frente a ella. Se hermosa. Ah, y yo sólo vine a conversar y tratar de arreglar las cosas con ella.
---Ahora explícame quién es Tete.
---Un conocido--- su vista se dirige hacia sus pies.
Me siento a su lado. Ella da una serie de explicaciones que, tengo que aceptar me parecen bastante lógicas.
Es gracioso cómo se comienzan a trabar sus palabras cuando dejó caricias en su vientre.
---Continúa--- invito. Dejó varios besos sobre su cuello.
Su respiración comienza a ser entrecortada. Suspiro ---No te detengas y sigue hablando.
Ella intenta de seguir ofreciendo oraciones coherentes mientras deja de importarme lo que sea que dice. Por ello, me entretengo acariciando sus piernas. Y no puedo evitar sonreír sobre su cuello.
Mi mano sigue dejando caricias y yo sigo dejándole besos. Y justamente en el momento en el que mi mano hace cierto movimiento, ella calla de golpe.
---No sé si continuar diciéndote que hables servirá de algo.
Sé que está haciendo todo lo posible por no jadear. En este momento es vulnerable, tranquila, obediente.
Al percatarme de que ella no responde, echo mi cabeza hacia atrás y tomo su mandíbula.
---¿No me estás escuchando?
---Eh, sí--- mantiene sus ojos cerrados y haciendo esfuerzos por no ocasionar algún ruido.
---Bien, tengo una duda...--- acelero un poco el movimiento de mi mano en su piel ---¿Lo nuestro es oficial?
Ella sólo se limita a suspirar. Juraría que incluso su piel brilla por el asomo de sudor que corre por ella.
---Estoy esperando una respuesta--- canturreo.
---Yo...
---¿Qué quiere decir "yo"?--- aumento la presión.
Resignada y acorralada por la hermosa situación, responde:
---Sí.
Es una respuesta satisfactoria.
---Te ves hermosa en silencio.
Hundo mis dedos en ella, antes de tomar su boca con la mía para ahogar sus sonidos de placer.
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Yo sólo voy a decir "Boeh"
celinnie
Vámonos todos a la iglesia el domingo. Amén 🙏😇
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