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Perspectiva de:
Marco


Al momento en que Sorri decidió levantarse y Jae fue detrás de ella, la Stripper y Margo' se fueron juntas a un bar. No sé por qué coño piensan ir a un bar a esta hora. Ojalá y recuerden cómo volver a sus casas luego de eso.

La hija del presi también decidió irse. No sé cómo será su posición con Jeison después de todo. La de nadie, en realidad.

Mientras que la Cerecita y Junior le discuten algo a Brown sobre Ferna, y Ness intenta cruzar a su casa sin que Kunpi la moleste, yo no quito mis ojos de Vanna a mi lado. Estoy inclinado hacia ella.

Es muy bonita. Ya me había fijado en eso cada vez que iba y se sentaba a mi lado sólo para verme jugar dominós con Jeison. Pero de eso a hacer algo hay mucha diferencia.

Quiero tocar su cabello. Pero al parecer no le gusta.

Recuesto mi cabeza entre la curva de su cuello y hombro y también me enfoco en su celular. Lo está utilizando.

Casi comienzo a creer poder quedarme en esta posición tan cómoda, pero ella mueve sus hombros y hace que me vea obligado a levantar la cabeza.

Es un poco difícil.

Hace varios minutos que está enfocada en lo que está haciendo sin prestar atención a alguna otra cosa.

---¿Te gustan los videojuegos?--- pregunto.

Dura un momento en silencio, pero luego, sin alguna expresión me responde.

---Sí.

Tardo unos segundos antes de volver a hablar.

---¿Quieres venir a mi casa a jugar?

---¿Por qué debería ir a tu casa a jugar? Lo estoy haciendo aquí--- responde con sus ojos todavía enfocados en su teléfono.

No sé qué decir.

Tampoco quiero quedarme callado.

Pero las palabras no son lo mío. Menos cuando me gusta alguien: si es el caso, simplemente no hago nada.

Pero con ella quiero hacer algo.

---Yo...

---¿Dónde vives?--- me mira, todavía sin emoción y con una expresión despreocupada.

Pero me alegra que haya aceptado. Porque creo que eso hizo.

Me pongo de pie y extiendo mi mano hacia a ella. La mira con desdén, pero no me importa.

---Ven conmigo.


Suelto la mano que he estado sosteniendo de forma casi forzada para abrir la puerta y entrar a la casa.

Dejo las llaves en el sofá junto a la entrada y me giro.

---Entra. No, no tienes que quita-

Antes de que termine de hablar ella ya se ha quitado los zapatos. Sin cerrar la puerta, pasa por mi lado y entra a la casa.

Cierro la puerta y también decido quitarme los zapatos. Cuando me giro, ella está mirando todo en el salón. Los estantes, los espejos, viendo los retratos... incluso toma la confianza de sentarse en los muebles para saber... ¿La textura del material?

Niego con la cabeza.

---Ven.

Ella me sigue sin dejar de ver todo a su alrededor.

La guío hasta las escaleras coral y por el pasillo hacia mi cuarto.

---¿Por qué hay tantas habitaciones?

---El plan era que mi familia viniera a visitarme seguido o se quedara aquí, pero rara vez recuerdan que vivo solo- respondo.

Abro la puerta de mi habitación y la dejo entrar.

Inmediatamente va a observar y tocar las figuras coleccionables de Marvel que tengo en una parte de la habitación, encima de un estante de cristal. Pensé que sólo mis primos pequeños hacían eso.

---En un momento vuelvo, ¿Sí? Puedes mirar y tocar lo que quieras.

No espero su respuesta porque estoy casi seguro de que no obtendré ninguna.

Realmente me sorprende que haya decidido venir. Generalmente prefiero el silencio de la casa, ya hay bastante ruido en el colmado. Pero no me molestaría venir aquí con ella varias veces.

Bajo las escaleras hacia la cocina y tomo varias sodas. Coloco algunos snacks en un bol y vuelvo a la habitación.

Al entrar la encuentro meciéndose en el sillón colgante cerca de la cama y en una esquina en la habitación. El cuarto es bastante grande como para tener varios, no pocos, muebles dentro de él.

Dejo la comida en una mesita cerca de Vanna, y, cuando vuelvo a mirarla, inevitablemente termino fijando mi visa en su ropa.

Tomo una almohada de la cama y la lanzo hacia sus piernas.

---Tu falda es corta.

Ella tira su teléfono a la cama y me lanza la almohada de regreso.

---En aquel chat no traían.

Touché.

---Pero tú no eres "aquel chat".

---Afirmo.

Enciendo la pantalla y tomo las consolas. La dejo elegir el videojuego que quiera y nos acomodamos en los sillones.

Transcurre el tiempo. Y debo admitir que juega muy bien. Ahora es... ¿El tercer videojuego? No recuerdo, pero tenemos ya un buen tiempo en esto y ella ha resultado ganadora en la mayoría de ocasiones.

Y ahora... Lo ha hecho nuevamente.

Si no fuera por los colores de la pantalla la habitación estuviera completamente a oscuras. Y de no ser por los ruidos, estuviera completamente en silencio, pero no uno explícitamente incomodo: ella se ve más cómoda que lo contrario.

Quisiera poder conversar.

Como siempre, no sé qué decir.

Ella se pone de pie y toma el bol y una de las sodas. Vuelve a sentarse en el sillón colgante mientras come, sin decir una palabra. Ah...

Dejo la consola y, por igual, me coloco de pie y tomo mi soda. Decido sentarme junto al sillón, en la cama.

---Dame un poco de eso.

Lo hacemos en silencio. Es agradable.

No como Jeison. No es incómodo, pero sí muy ruidoso.


Justo cuando terminamos, ella recibe un mensaje. Deja el bol y los envases en la mesa y se sienta a mi lado con su teléfono.

Mientras ella usa su celular, me doy cuenta de que una de las comisuras de su boca tiene restos de comida. Me siento en la libertad de, con mi dedo pulgar, limpiarla.

Ella se gira por un momento. Luego continúa en lo que hace.

Hace días que quiero preguntarle algo, pero hace semanas que comenzó a "desencantarse" de mí por mi falta de interés.

De todas formas no pierdo nada, ¿No?

Sólo la dignidad. Y las esperanzas... Pero eso se consigue.

---Oye...

---¿Qué?--- no levanta la vista de su teléfono.

---Quiero pedirte algo.

---¿Sientes que puedes pedirme algo?

---No, pero quiero hacerlo.

No responde.

---Vanna...

---Así me dice la gente cercana, tú dime Gioia.

Ruedo los ojos ---Vanna.

---¿Qué?

---Sé mi novia.

Ella frunce el entrecejo, hace una pausa en lo que sea que está haciendo en su teléfono y me mira. Espero no colapsar.

---¿Por qué debería ser tu novia?--- alza una ceja.

No necesito más respuesta. Estoy seguro de que me va a rechazar.

Lo supe desde el vientre de mi madre.

Bajo mi vista a mis manos ---Perdón. Si no quieres o te incomoda, está bien. Puedo entenderlo... --- Bien, lo estoy haciendo bien ---¿Podemos ser ami-

---Okay--- continúa pendiente a sus mensajes.

Okay.

---¿Podemos ser amigos?

---No.

---¿No?

---Somos pareja.

Ah, qué alivio...

¿Eh?

Probablemente esté bromeando. Es tinto que diga que sí esa petición viniendo de una persona que no le prestó atención.

No reacciono a mi alrededor hasta que siento piel sobre mi boca

¿Eh?

Voy a tatuarme esa sílaba.

Vanna rompe el beso y yo simplemente...

---¿Estás bien?--- ¿Le parece divertido?

---No.

---¿Lo hago de nuevo?

---¿Eh?

Un nanosegundo después y los labios de Vanna se encuentran nuevamente sobre los míos. Su mano sostiene mi nuca. Seguirla me es difícil.

Se va acercando sin romper el contacto. La siento sobre mis piernas.

No puedo procesar bien todo esto.

Aún se escucha en la habitación el ruido del videojuego pausado.

Estoy envolviendo la sábana a mis costados. No voy a tocarla. No quiero incomodarla.


Estoy completamente acostado en la cama con Vanna sobre mí.

Decido romper contacto varias veces, pero ella aún me busca.

Siento sus manos tibias bajo mi sudadera.

¿Eh?

Triple shock.






¿Qué es lo peor? Su minifalda.




Lo siento con demasiada intensidad.





Oh, ¿Qué estamos haciendo?


¿Qué estoy haciendo?


Rompo el contacto e intento reincorporarme un poco.

---Esto no está bien.

Sus ojos permanecen muy abiertos, captando todas mis expresiones desde su perspectiva ---¿Por qué?

---No vinimos para esto--- trato de sentarme.

Ella me lo impide.

---¿Y?

---¿Cómo? Es la primera vez que estás acá en mi casa, Vanna... No...

---Hace aproximadamente nueve minutos que dejé de ser sólo Vanna, ¿No crees?

Su cabello antes amarrado ahora cae en rizos alrededor de su rostro. Las luces tenues de varios colores que salen de la pantalla la hacen tener un aura que hipnotiza, y el rubor de sus mejillas junto a sus labios levemente hinchados y rojos la complementan como lo más hermoso y erótico que he visto.

No me voy a oponer. No puedo.

Pero estoy seguro de que, entre el contacto cálido y placentero de nuestros cuerpos, los dos tenemos la misma cosa en mente.

Queremos estar siempre así.



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Mejor chino en mente que chamaco en vientre 🎶🎶

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