Perspectiva de:
Marco.

Félix cree que Ferna está muy buena y Cristofer ya le echó el ojo a La Loba.

Eso es, casi, literalmente de lo único que han hablado en la media hora que llevan aquí. Dan la impresión de ser buenos chicos y agradables a pesar de todo, pero ya estoy aburrido hasta de jugar dominó. Al menos La Nutria es una buena compañía: tranquilo y agradable. No como Jeison. Es Cool, pero pila de ruidoso.

Aunque quizá eso es lo que necesito en mi vida. Por eso nos llevamos así de bien. Pero a veces no lo soporto.

Escucho el ruido del motor de una de las Jumbo y giro mi cabeza para confirmar que Brown acaba de llegar, porque Kunpi ya estaba aquí.

Mira hacia acá y saluda con un asentimiento de cabeza, pero luego dirige su vista hacia el grupo que está reunido frente a la banca.

—Vengo ahora— le digo a la Nutria. Él asiente y me pongo de pie.

—¿Te vas? ¿Ya no me amas? ¿Me dejarás sólo y desamparado?— Jeison pone cara afligida.

—Lo siento Jack, nuestro amor siempre será imposible— pongo una expresión igual de dramática y extiendo uno de mis brazos hacia él, caminando de espaldas y manteniendo su mirada —Siempre te amaré— digo antes de girarme y dirigirme a la Banca.

La Nutria comienza a reírse. A veces nos ponemos dramáticos.

—Deberían tirarse a actores— oigo decir a Kunpi.

Sonrío para mí y cruzo la calle. Jeison no está atendiendo la carnicería, lógicamente por su estado + su vagancia y, como plus, su dramatismo. Y yo tampoco: pero uno de los ayudantes con la parte del almacén se está quedando hoy a hacer ese trabajo extra.

Cruzo junto a Sara y Mónica sentadas a unos metros de la banca en la acera y las saludo con un asentimiento de cabeza.

Llego a la banca y lo primero que noto es a Brown besando a Ferna como si se le fuera a ir.

El Pepe está de pie con los brazos cruzados. Todos están sentados menos ellos tres. Y yo.

Sonrío y me coloco detrás de Vanna, posando mis manos en sus hombros y dejando un suave masaje. Ella alza su cabeza y me sonríe. Le devuelvo una sonrisa más grande.

—Graba esto coño— le susurra Vanna a Sorri luego de romper el contacto visual conmigo.

Sorri reprime una risa, pero saca su teléfono —¿Por qué?

—Esto no pasa todos los días. Es más, esto no había pasado nunca. Se viven matando— dice la Ex Stripper, sentada frente a las dos chicas anteriores.

Cuando Brown por fin deja respirar a la niña, porque por cómo se vio eso supongo que la estaba ahogando, el Pepe habla:

—¿Eres bueno corriendo?

Brown lo mira con burla y da un beso rápido a la muchacha. Le deja en sus manos al parecer un café.

Y sale corriendo.

Con el Pepe detrás de él.

—Él e' pila de showsero— dice la cerecita, refiriéndose al Pepe.

—Bien... Sigamos— dice La Loba.

Emperatriz está usando su teléfono dentro de la banca, pero probablemente se mantiene escuchando la conversación.

Sigo acariciando los hombros de Vanna. Las chicas parecen volver a su conversación, pero la Cerecita interrumpe dirigiéndose hacia mí:

—¿Tú qué haces aquí?— pregunta.

Me quedo callado varios segundos.

—Quise venir. ¿Interrumpo?

—No. Pero no vas a decirle al Chino que estamos hablando de él— Vanna agarra una de mis manos y me hace dar la vuelta a la silla en donde está sentada y me hace sentarme en sus piernas.

Asiento y presto atención a la conversación. Al menos es más interesante o entretenido que escuchar las babosadas de los dos empleados de Caco Brillante. Sin ofenderlos.

Al parecer el Chino vendía drogas. Dios, no es momento, pero siempre pensé, Jeison también, que el Chino tiene cara de sicario.

Supongo que con eso se nace.

—Si eso ya es pasado no hay por qué sacarlo a la luz de nuevo— opino.

—Exactamente. Eso está muy bien, eso es pasado, pero Don Florencio quiere que él vuelva a esos caminos— me responde Carla.

—Él se está negando. Ojalá y no caiga— dice Sorri.

—¿Y si acusamos a Don Marisca con la policía?— propone la, anteriormente, ahogada, terminando su café.

Digo, Ferna.

—No tenemos pruebas— dice Ness.

—Se pueden buscar. El anterior punto que tenían era una peluquería en el otro barrio, y Don Florencio vino a poner una peluquería aquí. Además de que sólo abre a veces y casi la única que trabaja es Carla— dice Mariflower.

La mencionada asiente.

—Puede que ese sea otro punto de droga— acompaña La hija Del Presi.

—Si quieren yo podría buscar... Pero sería difícil— Carla comienza a explicar —. Don Tuna siempre está en la peluquería aunque esté 'cerrada': dice que se queda organizando 'papeles' y, además, no tengo las llaves... Bueno, creo que sí las tengo, pero él siempre llega primero y prohíbe tocar varias cosas.

Carla es un pan de Dios. Le quiero acariciar la cabeza.

—Hay que esperar un momento en el que él no esté para poder entrar y sacar la evidencia— Ex stripper 'espía'

—Cambiando violentamente de tema— Vanna interrumpe. Acaricio una de sus manos en silencio —, planeo celebrar mi cumpleaños...

—...Sí. Invitaremos al viejo Marisca y Carla va a aprovechar para buscar la evidencia y llamar a la policía— La Loba termina lo que Vanna empezó a decir.

—¿Dijeron fiesta? Me apunto— suelta la Ex Stripper.

—Y yo podría asesorarlo, porque juro que si vuelvo a ver un sobretodo combinado con ropa de esa forma quedaré sin ojos— culmina La Hija del Presi.

—No iba a decir eso, pero es buena idea— se encoge de hombros mi novia.

—También podemos celebrar el cumpleaños del Chino en la misma ocasión— propone Sorri —. Hay que planearlo.

Giro mi cabeza al escuchar pasos y Brown y el Pepe llegan a nuestro campo de visión: el Pepe apoyándose con uno de sus brazos en los hombros de Brown y el último rodeando la cintura del contrario. Los dos boqueando aire.

—Este tonto se cayó— dice Brown, riendo.

—Cuidado cómo me llamas, sabandija— el Pepe le da un golpe en las costillas.

—Y hablando de sabandijas, miren— Ness señala hacia el colmado.

Don Tune va entrando.

—Yo quiero ir a ver— Vanna palmea mis piernas y me pongo de pie para que ella también lo haga.

Se va hacia el colmado, igual que los dos tortolos que llegaron de correr un maratón hace un momento, y yo vuelvo a sentarme.

Me acomodo en silencio y continúo escuchando a las chicas conversar tranquilamente. Hablan de cualquier cosa, pero lo hacen entretenido. Anécdotas, series de películas, situaciones hipotéticas...

—¡Bonyur!— una voz un poco chillona interrumpe la conversación.

—Se dice 'Bonjour'— la Hija del Presi corrige a Mónica. 'MomoMosca', como la llaman.

—Eso mismo— dice. Sara, 'Sana', también se hace presente —. Ay, ¿No hay un lugar para mí?

Miro a mi alrededor por inercia y me doy cuenta de que al parecer todas las sillas están ocupadas.

—Puedes tomar esta, si quieres— propongo, poniéndome de pie para cederle el asiento y luego volver con Vanna al colmado.

Pero ella me lo impide apoyando sus manos en mis hombros.

—No, no, está bien... Eres muy amable— sonríe. Aún no ha quitado sus manos de mis hombros y sigue inclinada.

—Saca el celular coño...— escucho susurrar a Ness.

Estoy a punto de hablar cuando Sana, de una forma para nada sutil, empuja a Momo por la espalda y la chica, a pesar de estar frente a mí hace tres segundos, cae accidentalmente sentada sobre mis piernas. Perfecto.

Entre juego y juego, Jeison y yo podríamos darles clases de actuación.

—¡Ay! Disculpa— dice Sana.

No respondo. Momo al parecer no piensa moverse.

Las demás chicas sólo miran la escena. Estoy a punto de hablar nuevamente hasta que mis ojos se encuentran con los de Vanna. Viene caminando tranquilamente hacia acá.

—Suelta esa revista y mira pa'lante, coño— Ferna le susurra a quien supongo que es Yairy. Ella es la que permanece 24/7 viendo catálogos de revista.

Pongo mis manos en la cintura de Mónica y la empujo un poco —¿Puedes ponerte de pie?

Pero creo que no debí hacer eso, porque Vanna llega junto a nosotros y posa su vista exactamente en mis manos. Mierda.

Rápidamente las quito de la cintura ajena.

—¿Por qué? Estoy cómoda— responde. No quiere ayudar.

Y Vanna está muy tranquila comiéndose un bolón. Demasiado.

—Disculpa— comienza —, estás ocupando mi asiento.

—¿Qué asiento? Aquí estaba Jeison— dice la chica. Será tonta.

—Él chico dueño de las piernas en donde estás sentada se llama Marco— corrige Vanna, lamiendo su caramelo.

Ferna suelta una risa extraña.

—Estás encima de su novio, Mónica— Carla reprocha a Momo.

—¿Sí? ¡Oops!— se pone de pie lentamente y tengo que echarme hacia atrás para no chocar mi cara con algo indeseado.

Cuando pasa junto a Vanna, le susurra algo y toca su hombro.

Espero que no haya dicho nada malo, porque le tocó el hombro. Y si le tocó el hombro, se va a enojar.

Suelto un suspiro de alivio mentalmente cuando Vanna se acerca hacia mí.

Me extiende su caramelo, pero niego. Entonces comprendo que es sólo para que lo sostenga.

Lo tomo y ella se gira a paso un poco apresurado hacia el colmado. O eso parece. Pero abro mis ojos más de lo normal cuando reparo en que realmente está yendo detrás de Mónica.

—Anda la mierda— exclama La Loba.

Vanna toca su hombro y, cuando Mónica se gira...

Diablo, Mónica está en el suelo.

Vanna le acaba de dar un trompón.

—El diablo— Emperatriz salió de la banca y algunos de los chicos en el colmado también están en la acera.

En este momento empiezo a rezar.

Me pongo de pie para alcanzar a Vanna. La tomo por el brazo y la llevo a la acera.

—Cálmate.

—Estoy calmada— contesta con simpleza.

Sana va a ayudar a Momo en el suelo.

—¡Romo coño!— suelta la Ex Stripper —Alguien tenía que decirlo.

—Vámonos, ¿Sí?— propongo —Te vas a meter en problemas.

Verdaderamente no quiero que la chica de levante del suelo y empiece una matanza.

Ella frunce el ceño —No me quiero ir. ¿A dónde?— extiende su mano y le devuelvo su bolón. Quiero besarla, pero se aleja.

Entonces está incómoda aunque no lo parezca.

—Vamos a mi casa. Nos quedamos la tarde allá y te explico si quieres, ¿Sí?

—Yo también quiero ir. Pero iré en la tarde para darles tiempo a coger— Ferna pasa por nuestro lado dando saltitos.

Bufo para ocultar una risa —Lo que dice ella.

Vanna sigue con el ceño fruncido —Bien— se apresura a tomar el bolso que trajo y se adelanta.

Ahora toca seguir rezando para que no me mate al llegar a la casa.

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Vanna sabe perfectamente lo que pasó cuando llegaron a casa de marco xdd buenas tardes.