8
―No puedo creerlo.
El murmullo de Jisung se perdió en el cuello de Changbin y se aferró con fuerza al amplio cuerpo del mayor. Changbin estaba cansado y algo confundido, pero más tranquilo debido a que todo se pudo solucionar.
Haneul se fue diciendo que guardaría el secreto, sólo si jamás mencionaban lo que había ocurrido. Ninguno había estado de acuerdo, esa tipa estaba loca y podría abusar de alguien algún día, pero ¿qué más podían hacer? Eran idols, y debían callar su relación, nada bueno saldría si hablaban.
―Estás cansado, ven a la cama ―Jisung besó sus mejillas y se separó de él, tomando su mano para llevarlo a la habitación―. Viajaste sin descansar, ¿cierto? Vamos, voy a consentirte.
Chan sonrió sintiendo pesadez en el corazón y suspiró profundamente. Las lágrimas se acumularon en sus ojos nuevamente, varios sentimientos aplastantes lo invadieron, y no sabía qué decir. Por supuesto que había creído aquella explicación, pero el terror, el pavor, de que todo hubiera sido diferente no lo dejaba en paz.
Chan amaba a Changbin profundamente, una roptura lo destrozaría.
¿Funcionaría? Es decir, los tres, juntos, ¿cuánto duraría? Él en serio creyó que todo sería perfecto para siempre, incluso con sus pequeñas discusiones, pero romper con uno de ellos era otro nivel.
Parpadeó varias veces alejando las lágrimas. No tenía sentido ponerse a pensar tanto, por ahora, debía ir a ver a Changbin, no podía pasar por alto el hecho de que casi abusaran de él.
La puerta de la habitación estaba abierta, por tanto, lo que ocurría dentro se podía escuchar perfectamente.
―La foto era demasiado explícita ―se quejó Jisung, jugando con la mano de Changbin, quien descansaba sobre el pecho del menor―, ninguno de los dos pensó que estabas ebrio... Lo sentimos mucho, Binnie, ni siquiera te dejamos explicarte.
Jisung abultó su labio inferior y sacudió su cuerpo entero, abrazando al mayor contra su cuerpo.
―Ya dejemos el tema, Hanie.
El susurro de Changbin mientras mantenía sus ojos cerrados fue oído apenas.
―Pero...
―No quiero hablar de eso ―Changbin arrugó la nariz, irritado.
Jisung cerró la boca y continuó acariciando las manos del mayor. Chan se preguntó si era momento de entrar, no lo hizo.
―Pero no respondiste mi pregunta, ¿estás enojado con nosotros? ―preguntó Jisung pocos segundos después, en un hilo de voz.
Changbin bufó y, sin abrir los ojos, asintió.
―Más que enojado, estoy dolido, pero entiendo que no hayan querido hablar conmigo tras ver una imagen así. ―Changbin abrió sus ojos y miró la carita apenada del menor, estiró la mano para apretar su labio inferior con los dedos―. No te preocupes, y mejor dejemos el tema.
Jisung asintió, sin decir nada más.
Jisung todavía sentía una presión en el pecho, pues había creído que Changbin estaba harto de su relación gracias a él, que él se había metido en el medio y había arruinado todo, pero no era así. No era así, ¿verdad? Chan lo amaba, y Changbin también.
―No hagas esa cara. ―La nariz de Changbin comenzó a ponerse colorada―. Tienes razón, nunca te dije que te amaba ―murmuró sentándose recto.
La voz de Jisung diciendo que él no lo quería en la relación todavía sonaba en su cabeza. No era así, Changbin estaba completamente seguro de ello.
―N- no, no es necesario. No tienes que decirlo.
Jisung se levantó separándose de él.
―Estoy bien ―Jisung alargó sonriendo, pero las lágrimas bajaron por sus mejillas a montones.
―Jisung ―Changbin intentó acercarse a él, pero el menor se alejó nuevamente―, no arruinaste nada. Tú nos completas, mi amor.
Las facciones de Jisung temblaron y asintió varias veces, volviendo a acercarse al mayor. ¡Él estaba ahí para consolarlo! Debía alejar esos pensamiento intrusivos, no se trataba de él. Esto no era acerca de si lo amaba o no.
―¡Vamos a pedir algo para comer! ―Jisung tomó la mano de Changbin cambiando rápidamente de tema.
(...)
Changbin comía en silencio, viendo atentamente a Felix pelear con Jeongin por el control de la TV. Riendo, llevó los palillos a su boca y desvió la mirada hacia la mano que reposaba en su regazo, golpeteando suavemente su pierna.
―¿Qué pasa, amor? ―preguntó.
Jisung alzó la mirada hacia él y quitó la mano.
―Lo siento, no me di cuenta.
Jisung era un manojo de nervios. Changbin y Chan lo habían notado.
El menor se levantó.
―Me retiro, me duele el estómago ―avisó Jisung, yéndose rápidamente, sin poder siquiera oír alguna reprimienda por levantarse de la mesa cuando los mayores no habían terminado de comer.
―¿Qué pasó con Jisung? Además del drama que se montaron ayer.
La pregunta de Minho llamó la atención del resto.
―¿Qué pasó ayer? ―preguntó Jeongin, preocupado por su hyung.
―Problemas en el paraíso gay ―rio Minho, contagiando a Hyunjin.
―Ya, pero ¿qué? ―insistió el menor de todos.
Changbin suspiró.
―Hubo un malentendido, eso es todo. Ya lo arreglamos, pero Jisung está algo nervioso... Tenemos que hablar con él ―miró a Chan.
Anoche Jisung no había usado su pijamas usual, lo que fue muy extraño para Chan, y todo el día se la había pasado retraído, poco comunicativo. Changbin no quería creer que se debía al problema que habían tenido el día anterior, no la foto, sino el tema de expresarse con él.
Para Changbin era un poco difícil, cualquiera creería que ese sería Chan, pero no. Changbin se sentía muy tímido diciendo palabras románticas, no le salían, no sabía cómo decirlas, o en qué momento hacerlo. Mucho menos con Jisung.
―Es difícil hablar con Jisung cuando se le mete una idea mala a la cabeza ―dijo Minho suspirando pesadamente―, no hagan que tenga que entrometerme de nuevo ―sentenció levantándose, sin importarle el hablarles con tanta rudeza.
Chan bufó cerrando los ojos.
Todos se fueron levantando de la mesa hasta que sólo quedaron Chan y Changbin, el menor tomó la mano de su novio y lo llevó a rastras hasta el sofá, acomodándose en él. Changbin se acurrucó en su regazo y descansó la cabeza en el hombro del mayor.
―Espero que no esté pensando cosas que no son.
―Ya sabes cómo es... Es demasiado inseguro, ni las palabras más hermosas del mundo bastarían para que dejara de sentirse así... ―Chan dramatizó soltando una pequeña risa penosa.
Changbin frotó la nariz en el cuello de Chan.
―Chanie, es que no lo sé. ¿Cómo le dices a la persona que amas, que lo haces? ―preguntó Changbin, bajito y lento.
―¿Cómo no le dices a la persona que amas, que lo haces? ―devolvió el mayor, apretando la cintura de Changbin con sus manos.
Changbin se incorporó y miró a Chan con una ceja alzada.
―Me has dicho que me amas algunas veces, ¿por qué con Jisung es tan difícil? ―preguntó Chan tomando el rostro de Changbin con una mano, cuando el menor se quedó callado, Chan temió―. Quizá necesitas más tiempo, sólo llevamos un par de meses con él. No te fuerces a decir palabras que no sientes, eso los lastimará a ambos.
Changbin cerró los ojos y volvió a dejar caer su cabeza sobre el hombro ajeno.
(...)
Jisung se estaba cambiando de ropa cuando Chan ingresó a la habitación.
―¿Ya vas a dormir? ―preguntó Chan con una sonrisa en su rostro tras percatarse de que el menor volvía a usar una falda.
―Sí ―alargó Jisung viéndose al espejo, notando que las marcas en sus piernas se estaban marchando―. ¿Quieres usar una falda también?
―¿Yo? ―Chan arrugó la nariz cómicamente―. No lo sé.
―¡Vamos a sorprender a Changbin! A él le gustan mucho ―dijo Jisung tomando la mano de Chan para que se acercara al clóset―, o... puedes ponerte tus pantalones de dormir ―completó tomando los pantalones de Chan y entregándoselos.
Chan se sorprendió de que el menor no hiciera un berrinche para obtener lo que quería, como usualmente hacía. Miró los pantalones azules y negó.
―Vamos a sorprender a Changbin.
Jisung sonrió muy feliz.
Changbin todavía estaba lavando los platos, por lo que no los vio cambiarse ni escuchó el plan que estaban maquinando para esa noche. Jisung reía coqueto, jugando con el dobladillo de su falda mientras veía las hermosas piernas de Chan al descubierto.
Si Chan quisiera, a Jisung le encantaría poder follárselo, pero no diría nada acerca de eso.
Esas piernas eran blancas, como la nieve, grandes, realmente hermosas. Chan usaba shorts de vez en cuando y a Jisung le encantaban, pero verlo con una falda era otro nivel. Su pomposo trasero se asomaba en el final de la falda y hacía a Jisung querer devorárselo.
―Me ves como si quisieras hacérmelo.
El susurro de Chan sobre sus labios tomó a Jisung, desprevenido.
Jisung tomó al mayor de la cintura, pues este se había inclinado sobre él. Chan gateó quedando a horcajadas de Jisung.
―Es tan fácil leerte ―susurró Chan tomando sus labios en un beso profundo.
Jisung estaba sorprendido, pues no quería incomodar al mayor.
―¿En serio? Lo siento ―murmuró, pero sus palabras murieron en su garganta cuando Chan volvió a tomar sus labios.
Las caderas de Chan se movieron en pequeños círculos, frotándose contra la entrepierna de Jisung, que a ese punto estaba tan dura como una piedra caliza. Jisung apretó las caderas ajenas intentando detener el movimiento, pero su cuerpo comenzó a temblar ligeramente. La excitación corrió por sus venas, convirtiéndose nuevamente en el chico sumiso y débil que era.
―¿Quieres hacérmelo? ―preguntó Chan sonriendo con picardía.
La puerta se abrió y Changbin ingresó a la habitación secando su cabello con una toalla pequeña. Quedó estático en el umbral cuando se dio cuenta de lo que ambos estaban haciendo.
―Ch-chicos, apenas son las 11 ―Changbin rio bajito y se acercó a ellos―. ¿Chan, qué te pusiste?
Chan sonrió y se giró hacia Changbin, bajándose de la cama. Su pomposo trasero se veía debajo de la falda, pues no era demasiado larga y su pene erguido resaltaba notoriamente.
Jisung desvió la mirada de los glúteos de Chan y se sentó en la cama, de rodillas. No estaba mucho mejor que el mayor, pues su dura erección sobresalía aún más.
―So-sorpresa ―tartamudeó Jisung, mordiendo su labio inferior sensualmente.
Changbin dejó la toalla a un lado y los miró boquiabiertos, pues parecía que ambos estaban ofreciéndosele con descaro.
―Una sorpresa, ¿para mí?
Chan pasó la lengua por sus labios y asintió. Jisung lo hizo al ver a Chan.
Jisung se sentía palpitar, por todos lados. Su cuerpo estaba caliente, y solo había tenido a Chan frotándose sobre su pene. Era un hormonado de primera.
Changbin sonrió y se acercó a ellos, comenzando a quitarse la camisa. No fue difícil ponerse duro, ya que la sola vista de sus novios con esos atuendos, duros y rojos, fue suficiente.
―Dinos, tú eliges. ¿Cómo o qué quieres hacer?
Changbin abrió la boca, pero nada salió de ella por unos segundos. Miró la carita roja de Jisung y tuvo ganas de acercarse y besarlo.
―Jisungie, ven y chúpame ―dijo entonces, sentándose en la cama que los tres compartían.
Los pantalones de Changbin se perdieron en el suelo, al igual que su ropa interior, dejando ver su erección ya húmeda. Jisung pasó la lengua por sus labios y, llamado por el deseo, se acercó a Changbin, inclinándose hacia él. El mayor acarició su mejilla suavemente mientras Jisung comenzaba a lamer su glande tímidamente.
―Hanie ―llamó Chan en un tono cantarín―. ¿Puedo tocarte aquí? ―preguntó pasando una mano por sus glúteos, separando ambos con cuidado.
Jisung asintió, con la boca llena.
Chan sonrió y levantó la falda, viendo el agujero de Jisung contraerse. A Chan se le hizo agua la boca, con cuidado, lamió uno de sus dedos y lo metió, explorando la zona cariñosamente. Las caderas del menor se movían de izquierda a derecha suavemente y los gemidos de Changbin y Jisung sonaban con ansiedad.
Chan se inclinó y lamió los bordes de su agujero, recibiendo una pequeña queja de Jisung.
―Me detendré si me lo pides.
Jisung no dijo nada, sólo volvió a mover sus caderas y Chan sonrió. Changbin acarició las orejas ardientes de Jisung, sus mejillas y su cuello, viendo con excitación cómo le chupaba la polla tan hambrientamente.
―Mmm, Hanie ―Changbin jadeó fuerte cuando el menor le succionó―, lo haces... lo haces muy bien.
Chan detuvo su labor para verles.
―Hanie, amor, no dejes que se corra ―canturreó Chan, sorprendiendo a Changbin.
―¿P-por qué? ―gimió embistiendo la boca de Jisung, dejando salir su lengua por la excitación.
―¿Para quién crees que estoy preparando a nuestra princesa? ―respondió Chan, alzando una ceja.
Changbin quedó boquiabierto nuevamente.
Jisung se apartó de Changbin antes de que este pudiera correrse y gateó sobre él, subiendo besos por su pelvis, su abdomen, pecho y cuello, deleitándose con los jadeos que le provocaba. Se detuvo un momento en los pezones de Changbin y comenzó a lamerlos y chuparlos.
―M- Min, amor ―Changbin se convirtió en jadeos y gemidos, pues jamás había sido tocado de esa forma por Jisung, no así.
Jisung movía dulcemente sus caderas, embistiéndose a sí mismo con la lengua y los dedos de Chan, deseando que fuera más profundo. Cansado, recostó su parte superior sobre el pecho de Changbin y esperó pacientemente a que Chan terminara de prepararlo.
―¿Recuerdas cuando me hablaste sobre la doble penetración? ―preguntó Chan, apretando los grandes glúteos de su novio tras separarse de él.
Jisung asintió abriendo sus ojos con impresión.
Changbin alzó una ceja y una sonrisa se instaló en sus labios.
―Necesito prepararte muy bien, amor, ponte cómodo.
Jisung asintió y se dio la vuelta, quedano boca arriba. Changbin acarició el pecho de Jisung y detuvo sus manos en sus hombros, viendo atentamente lo que haría su novio. Chan se bajó de la cama y buscó una caja negra donde guardaban un par de cosas, de ella sacó el lubricante y un dildo que usaría para abrir un poco a Jisung.
―Relájate, corazón ―pidió Chan dejando un beso en su vientre antes de vaciar el lubricante en su agujero y el dildo.
Jisung acató la orden. Cerró los ojos y se perdió en las sensaciones de aquellos dedos en su interior, expandiéndolo, del frío del lubricante y los besos que recibía en sus caderas cada tanto.
―¿Estarás bien? ―preguntó Changbin, tomando el mentón de Jisung para verle.
Jisung giró su rostro para mirarle, sus ojos pequeños estaban brillosos y somnolientos, asintió con una sonrisa dulce.
―Confío en ustedes.
Esas palabras hicieron que el corazón de Changbin se encogiera.
Ejejejej
Todo se resolvió tururuu
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