6
Jisung no era un chico especialmente fácil, pero tenía el corazón roto.
Minho diciéndole que Chan y Changbin habían escuchado su confesión de aquella noche y que querían llevar a cabo su fantasía, fue como un baldazo de agua fría. No sabía qué pretendían, no sabía qué era lo que querían de él, si no era más que un chico molesto y caliente con una carcasa de infantilismo y ñoñería.
Pasó toda la noche ansioso, aunque quiso dormir no pudo hacerlo. Estaba expectante a la llegada de sus hyungs, que lo sujetaran y le hicieran todas esas cosas que tanto quería. Jisung se sentía como un idiota, pero era un idiota enamorado.
¿Qué podría tener de ellos? Sus caricias, o sus besos, o su amor... eran cosas con las que sólo podía soñar. Habían sido ellos dos desde el principio para Jisung, las personas a las que amaba y deseaba tanto, pero no había lugar para él ahí. No lo había, ¿o sí?
En dado caso, ¿por qué? ¿qué sería entonces, sino un relleno más, un juguete para hacer las cosas más calientes entre ellos? ¿A Chan le calentará ver a Changbin con alguien más, al revés? Si hubiera sido Seungmin, o Jeongin, otro con la fantasía, ¿también lo harían, sin importar quién?
Jisung no podía dejar de pensar. Y se quería morir.
Eran las dos de la madrugada cuando Minho se encerró en el baño y Jisung jugueteó con el borde de sus pantalones. ¿Ellos le lastimarían? Ese pensamiento hizo que se preocupara, por lo que pasó los siguientes minutos preparándose a sí mismo.
(...)
Jisung abrió sus ojitos como dos grandes canicas. Jamás había creído en la posibilidad de que le gustara a alguien, mucho menos que se tratara de ellos dos.
―¿Entonces.... estamos saliendo? ―Jisung preguntó tímido, cubriendo parte de su rostro para que dejaran de ver lo rojo que estaba.
Chan abrió la boca de la impresión y Changbin alzó ambas cejas de igual manera, se quedaron en silencio por unos segundos y el cuerpo de Jisung sufrió pequeños temblores otra vez.
¿Cómo vas a gustarles de esa manera? Sólo sigue soñando.
―¿Es un no? ―Jisung preguntó bajo, decepcionado―. No pasa nada si es un no ―dijo rápidamente, temiendo perder esa única oportunidad de sentirse querido por sus inútiles sentimientos―. Pueden venir de todas formas y hacer lo que quieran.
Chan negó con la cabeza rápidamente y Changbin sintió que su pecho se contrajo con esas feas palabras.
―¿Qué sientes por nosotros, Jisung? ―preguntó Changbin y su voz se quebró―. ¿Sólo quieres tener sexo y cumplir tus sucias fantasías?
Jisung bajó la cabeza. ¿Cuál era la respuesta correcta? La verdad no espantaría a nadie, ¿o sí? ¿Qué demonios era lo que querían escuchar? Sus pupilas temblaron y no supo qué decir, pero las palabras de Changbin hirieron en lo más profundo de su corazón.
―Te dijimos que te queremos, Chan te ama con todo el corazón ―Changbin bufó incrédulo y tocó el hombro de Jisung para que este alzara la cabeza―, ¿por qué nos tratas como si nuestros sentimientos no importaran?
Jisung cerró los ojos y las lágrimas bajaron por sus mejillas.
Chan comenzó a entrar en pánico, pues ambos estaban llorando, sólo asumiendo cualquier cosa en lugar de esperar por una respuesta; los dos estaban tratando de proteger sus propios sentimientos, incapaces de ver más allá de su propia nariz. Y los entendía completamente. Changbin no quería que salieran heridos si lo que Jisung quería eran sólo revolcones, y Jisung no quería ser un relleno en su relación. Sin embargo, hablando se solucionaba todo, sólo debía encontrar las palabras justas.
―Jisungie... Changbinie... ―llamó Chan en tono bajo, pero tranquilo―. Ambos, escuchen... He pasado los últimos años completamente enamorado de ustedes dos y no sabía qué demonios hacer con eso, sólo en mis más hermosos sueños podía imaginar que ambos podrían corresponderme, a mí... Changbin, eres mi novio, te amo, y aceptaste mis sentimientos por Jisung con tanta facilidad que es... es una locura. Jisung, sé que saliste herido por mi culpa, y ninguno de nosotros fue claro desde el principio.
Jisung se sorprendió cuando su mano fue sostenida por la de Chan y esos delgados dedos acariciaron sus nudillos.
―Sientes algo por nosotros, ¿verdad? Dejemos de perder el tiempo y seamos sinceros de una vez.
Changbin mordió su labio con fuerza, arrepentido de haber hablado con tanta rudeza, pero tenía miedo de que Jisung hiriera los sentimientos de Chan.
Tomando una profunda respiración, Changbin tomó la otra mano de Jisung también.
―Hay que ser sinceros ―Jisung tomó aire exageradamente y les miró con pena―. En realidad, no tengo el sueño pesado...
Chan y Changbin se pusieron colorados.
―¿¡Estabas fingiendo!? ―dijeron a la vez.
Jisung sonrió penoso y asintió.
―Minho me dijo lo que harían... intenté dormirme, pero estaba muy emocionado y no pude. ¡Lo siento mucho! ―Jisung apretó ambas manos y las sacudió un poco―. Dijo que se sentiría muy mal con esto, ¡pero yo no pienso que haya sido malo...!
Las mejillas de Jisung estaban rojas e hinchadas, haciéndolo lucir sumamente adorable.
―Ah ―suspiró Changbin, alargando la expresión―, está bien.
―Estás perdonado, sólo porque eres muy lindo... ―se quejó Chan―. Y Minho tiene razón.
Changbin se inclinó y dejó un beso en la nariz de Jisung. Chan lo hizo después.
Jisung cerró los ojos disfrutando de aquellos tiernos besos en su piel.
(...)
Para la hora del desayuno, todos evitaban mirar a los ojos a la parejita de tres que había salido de la habitación de Minho. Seungmin comenzó a reír tras ver lo chueco que caminaba el pobre de Jisung y Hyunjin no cabía en su estupor.
Jeongin y Minho no pudieron ni siquiera reaccionar.
―Por favor, vayan a un hotel la próxima vez ―murmuró Minho con los cachetes rojos, sin levantar la mirada de su plato―. No sabía que serían tan ruidosos.
―¿Eran ellos tres? Creí que habían traído a una chica ―dijo Hyunjin alzando la voz, con sus ojos abiertos a tope―. A juzgar por tu extraño andar ―miró a Jisung con picardía―, tú eras el que gemía bonito ―rio burlón.
Seungmin escupió su té.
Jisung comenzó a toser y Chan golpeó su espalda varias veces.
―Cambiando de tema, ¿por qué te arrastraban por el suelo el otro día? ―preguntó Changbin bajando su voz hasta oírse sutilmente intimidante.
―¿Qué tengo que ver yo con que le hayan dado a Jisung como cajón que no cierra? ―rio Hyunjin, encogiéndose cuando Chan le dio un zape―. ¡Rompí algo! Y me comí el pollo que guardó.
(...)
Jisung descansó la cabeza en el pecho de Chan, después de haber frotado la nariz entre sus grandes pectorales. El olor corporal de Chan lo tenía embriagado.
―¿Hyung ya vendrá? ―preguntó Jisung jugando con los vellos de la axila ajena, causando algunas cosquillas.
Changbin había estado toda la mañana en el hospital.
―Seguro, sólo eran unos exámenes de rutina ―concedió Chan―. Nada grave.
Jisung suspiró, se incorporó y miró a Chan desde lo alto, sentado en su pelvis.
―Hyung, ¿tú eres versátil? ―preguntó ladeando la cabeza, muy curioso acerca de esa respuesta.
Chan sonrió de lado. Llevaban varios días de novios, pero no es como si hubieran hablado acerca de todo eso.
―No me enloquece, pero si quieres, podemos hacerlo ―dijo Chan tranquilamente, llevando su diestra a la cintura delgada del menor, bajando por esta hasta apretar su glúteo.
Jisung negó.
―Prefiero estar abajo.
Chan soltó un sonido de gusto.
―Eres demasiado sumiso. ¿Por qué preguntabas?
Jisung se puso rojo e infló sus mejillas cómicamente.
―En caso de que quisieras que yo te follara ―alargó comenzando a trazar líneas con su índice en el pecho del mayor―. Si quieres puedo hacerlo, pero no soy muy bueno en eso...
―No te asustes, no pretendo obligarte a nada. ―Chan se sentó y capturó los labios ajenos en un beso suave e inocente, sin dobles intenciones desde un principio―. Vamos a dejarle la versatilidad a Changbinie.
Jisung tomó las mantas olvidadas detrás suya y se cubrió con ellas, ocultando su cuerpo aunque no estuviera desnudo.
―Changbinie hyung es muy sexy ―susurró tímido―. La vez que me montó mientras tú me follabas fue increíble y quisiera repetirlo ―dijo Jisung, lento y pausado―, pero... ¿podemos considerar la doble penetración?
Chan abrió la boca sorprendido y luego la cerró, la carita tímida de su novio y su voz tan inocente no concordaban en lo absoluto con aquella sugerencia.
―¿Doble...? Es decir, ¿Binnie y yo...? ―preguntó titubeante, llevando ambas manos a la cintura de su novio para acercarlo más a él―. ¿No es peligroso?
Jisung mordió su labio inferior.
―No con el suficiente lubricante y preparación. De todas formas, sólo es una sugerencia ―rio, abrazando al mayor por el cuello y acercándose a él para besarlo, intentando que así olvidara lo que acababa de decirle.
Chan jadeó abriendo la boca.
―Hay que hablarlo con Changbin.
(...)
Un par de meses pasaron, y todo iba de maravilla.
―Mira lo que encontré... ―Jisung extendió la falda amarilla que había utilizado para un rodaje una vez y se la enseñó a Chan―. Noona dijo que podía quedármela porque me quedaba linda.
Chan tomó la prenda y sonrió recordando lo bonito que se había visto Jisung aquella vez con una falda, aunque le gustaba más la de jean que había utilizado anteriormente ―verlo sin ese pantalón debajo habría sido problemático.
―Te quedaba preciosa, noona tiene razón.
―¿Tú conservas la que usaste?
―Algunas de ellas.
―¿Podrías enseñármelas? Si están cortadas, quizá me entren ―dijo Jisung con emoción.
―¿Y esas ansias por usar faldas? ―dijo Chan comenzando a buscar las prendas para poder dárselas a su novio.
―Las usaré para dormir. ―Jisung sonrió con algo de picardía―. Así puedo levantarme durante la noche tranquilamente y nadie me verá el trasero, y al mismo tiempo estar desnudo en la cama.
Chan comenzó a reír. Su novio era una máquina sexual.
―Buena idea, acceso directo ―Chan comenzó a reír con más fuerza.
Tenían un acuerdo donde, a veces, tocaban a Jisung mientras este dormía, despertándolo con felaciones o embestidas a su próstata. Ya no existían erecciones matutinas molestas.
―Así es ―Jisung bajó el tono de su voz―. Al final, ¿Changbin vendrá hoy, verdad?
Chan se quedó callado.
―Ya que no lo vemos hace un par de días, podríamos prepararle una sorpresa.
Chan dudó. Las grabaciones de la serie en la que Changbin estaba actuando todavía no habían acabado y dudaba que el mayor regresara pronto a los dormitorios.
―¿Por qué crees que vendrá hoy?
―Él me lo dijo, ¡sólo cinco días más! Ya pasaron cinco días.
Chan rio y gateó hasta el menor, abrazándolo por la cintura cariñosamente.
―Entonces así será. Changbin no rompe sus promesas.
Jisung estiró sus labios en un piquito y Chan los besó suavemente.
(...)
"Binnie, es la una de la madrugada, ¿no dijiste que vendrías hoy?"
Chan envió el mensaje y dejó su teléfono a un lado, no había querido molestarlo con sus mensajes, pero Jisung apenas se había dormido por haber estado esperando a Changbin tan ansiosamente. Incluso hicieron un bonito pastel de bienvenida y unas cartas escritas a mano con mucho amor.
Changbin llevaba semanas rodando y apenas había pasado por los dormitorios unas pocas veces.
El mensaje no fue respondido sino hasta las tres de la madrugada.
"No pude, he estado muuuy ocupado ;)" y se adjuntó una imagen que dejó a Chan temblando.
No tengo naaaada que deciiiirrr
(Se viene un drama-dramita)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top