6. Jongin v/s Margarito
*Pstt! Margarito en multimedia!✿
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—Bien... Si no te quieres ir, está bien —se resignó Kyungsoo—. Pero primero, necesito que me entregues tu collar.
—Pero...
—El. Collar.
Jongin, haciendo un mohín de tristeza, se quitó el collar rojo que llevaba en el cuello y se lo entregó a su humano. Kyungsoo lo tomó a él de la mano entonces, y lo condujo hasta el final del pasillo, volviendo a la primera sala de gatitos en la que había estado al principio ante la mirada extrañada del felino, pero le gustaba el tacto de su dueño así que se dejó llevar.
—¡Margariiiiiito! —llamó el más bajito—. Margarito, ven.
El gatito peludo y gordito llegó como sonriendo ante el humano y el chico-gato, que veía a ese gato ajeno con recelo. Margarito, muy contento, se dejó tomar en brazos por Kyungsoo, que lo sostenía animado y diciéndole cosas lindas. Los gatitos blancos le parecían muy adorables, honestamente.
Menos Sehun, ése era otra cosa.
Lo apoyó en la cima de un rascador y, tomando el collar, se lo puso delicadamente alrededor de su cuello. El gato blanco no demoró en ronronear, feliz, como diciendo "¡por fin alguien me adopta! ¡este humano es muy bueno!". Y, de hecho, eso estaba diciendo, Jongin podía oírlo y sólo atinaba a fruncir el ceño.
Kyungsoo, después de disculparse con la encargada del recorrido, le preguntó si Margarito estaba en adopción. Ella le contestó que sí, sólo que tenía ciertos horarios porque era modelo de la revista.
—Pero KyungsoooooOoOoooooOOOOOOoo —reclamaba Jongin tras ellos mientras los veía irse—. No te lo lleves a él, ¡no!
—La la la la —se hacía el sordo, haciéndole cosquillas al felino blanco detrás de las orejitas—. ¿Sabes, Margarito? En casa vamos a jugar mucho, y tengo mucha comida buena también, antes tenía un gato, pero era muy malagradecido. ¡Pero tú no! Apuesto que te llevarás de maravillas con Sehun...
Sehun, kilómetros más abajo en la cuidad, tuvo un mal presentimiento. Sentía que se acercaba una amenaza, y llegó a engrifar su cola recién cepillada de la nada. Como siempre, apresuró sus patitas, pisando fuerte con sus almohadillas rosaditas sobre el piso recién trapeado por esa chusma, Jongdae, hasta llegar a la cocina y avisarle a Luhan.
En ese instante, justo cuando Kyungsoo se estaba despidiendo de la bonita secretaria en la recepción, que parecía bastante triste por la partida de Margarito, Junmyeon, Yixing y otro tipo alto que venía golpéandose con una pila de hojas como un imbécil se acercaron frenéticamente.
—¡Alto ahí, Kyungsoo! —El veterinario quería hacer una escena dramática—. ¿Qué estás haciendo con esa copia tierna de Sehun? ¡Deja a ese gatito inocente ahora!
El humano se detuvo, mirando a ambos lados perplejo, y dejó suavemente al felino níveo en el piso. Jongin, en forma animal, no demoró en ir a molestar y buscar pleito con el inocente Margarito, yéndose a pelear engrifados a otra esquina. La secretaria, Irene, tuvo que ir a separarlos.
—No te puedes llevar a Jongin porque este, este... Tipo —comenzó Yixing, aguantándose las ganas de decir palabras feas al referirse a Yifan, que seguía golpeándose la cabeza con el contrato del chico-gato negro—, creyó que no tenía dueño y lo hizo firmar para ser modelo de...
—Ah, pero eso no interesa ya. Jongin no quiere volver a casa conmigo ¡es un...!
—Tranquilo, es mi culpa —el Director Editorial dejó de golpearse por un momento para hablar con el humano—. No soy un villano como todos creen eh, es sólo que...
—¡Eres maligno! —vociferó Yixing mientras Junmyeon le palmeaba la espalda.
—Dejen que este pobre y lindo cuerpecito se defienda —continuó Yifan—. Es que ayer me trajeron a tu gato, que estaba perdido, y yo pensé que ese collar era de adorno, no sé, es un collar muy lindo, no me malentiendas. Entonces lo vi y todos lo vimos en la editorial, y como era el gato del árbol, pensé que era mejor que lo tuviera yo que esos mañosos de Catvin Klein que hacen a los gatitos morir de hambre... Mis gatitos son gorditos, pero gorditos de amor, ¿sabes?
»Los alimentamos bien y todo eso, ¡deberías ir a Catvin! Es el infierno, no dejan a los peluditos ni decir miau porque, según ellos, eso engorda... Bueno, pero el punto es, que todo esto fue un error muy feo ¡Yo no soy malo! Mi revista es buena, ¿cierto, Irene?
Pero ella estaba más ocupada tratando de calmar el berrinche gatuno que había armado Jongin por los celos: convertido en chico-gato le reclamaba a la secretaria como un niño de preescolar que era injusto que Margarito se fuera con su lindo dueño.
—Bueno, yo creo que ella está de acuerdo —Prosiguió—. Ahora bien, el punto es que, como tu chico-gato puso la patita ayer por la tarde en el contrato, es legalmente nuestro, pertenece a Mi Gatito Gordito Editorial Miau's por un tiempo definido de seis meses de prueba con todo lo que conlleva. Y con eso me refiero a que está bajo nuestro cuidado, somos sus dueños legales...
—Momentito, momentito —intervino Junmyeon, metiendo las manos a los bolsillos de su bata blanca—. Kyungsoo es el dueño legal del gato, él firmó por su adopción el año pasado.
Mientras el trío de ex-alumnos de la Universidad de Amantes de los Felinos discutía por asuntos legales, como el humano bajito no entendía nada de esas cosas, sólo se limitó a ayudar a la inocente secretaria y sentarse en una esquina acariciando a ambos gatos. Jongin competía con Margarito a ver quién ronroneaba más fuerte, para ganarse el amor de Kyungsoo, y entre tanto purr purr purr parecían locomotoras enfurecidas, pero se veían tiernos de todos modos.
En el instante en que Yixing estaba a punto de levantar la voz, el asensor se abrió y las patitas curiosas y veloces de Diana saltaron, buscando a su tío y al esposo —según ella— de su tío.
—¡No! No la vayan a robar también —Baekhyun la seguía de atrás—. Chanyeol, ve a buscarla que tienes las piernas más largas, ¡ve, miauu!
El elegante ascensor venía con su capacidad máxima con las tres personas, sus tres chicos-gato y la pequeña felina. Luhan, siguiendo el mal presentimiento de Sehun, había insistido en que debían ir ellos también, y había hecho conducir a Minseok rapidísimo para llegar en un parpadeo.
En medio del caos, la única sensata parecía ser la secretaria, que les ilustró más o menos todo lo que había ocurrido. Al saber que Jongin no se quería ir, sus hermanos se indignaron: Baekhyun fue a presionar al gato negro mientras Jongdae le tiraba la cola, todo encima del regazo de Kyungsoo y de la mirada temerosa del pobre Margarito.
—Esto es un desastre —sufría Sehun mientras su dueño lo abrazaba por la cintura para que no lo robaran—. Creo que me voy a desmayar... Aquí hay demasiados gatos ordinarios, yo así no puedo, Luhan, no pue-do. Abrázame más fuerte y hazme cariño en la cola, creo que esa es la única forma en que podré calmarme... Sí, así, purr purr purr.
Al mismo tiempo, Chanyeol, atesorando dentro de su chaqueta a su gatita bebé para que no saliera huyendo otra vez, se iba a meter en medio de la discusión legal junto con Minseok y así aclarar pronto el lío, pero como allí no había ningún abogado o algo parecido, sólo veterinarios, yerbateros, contadores y editores, nadie lo tenía muy claro.
—¿¡Entonces qué hacemos —se enfureció Yixing por primera vez en su vida—, maldi-?
—¡Miaaaaau! —Interrumpió Diana asomando las orejitas y una patita, poniéndola en una clausula del contrato mientras miraba a Chanyeol como sonriendo. Ahí estaba la solución.
Baekhyun, atento al escuchar a su gatita, fue al lado de su dueño a hacer de traductor: —Ella dice que ahí está escrito que Jongin puede irse bajo su voluntad, y no necesariamente tiene que vivir aquí, sólo tiene que tomarse las fotos o hacer su trabajo. Más abajo, en la página trece, dice que la revista es dueña del gato pero que está sujeto a adopción de un sólo individuo —el chico-gato se aclaró la garganta, escuchando a Diana atento—, bajo un trámite de adopción normal, así que sí, ahora Kyungsoo y la editorial son dueños de mi tío, digo, mi hermano... Ese gato negro.
—¡Qué adorable e inteligente es! —La celebró Junmyeon tomándola en brazos.
—¡Momento! —Interrumpió Yifan sin entender mucho—. ¿Tu gata sabe leer?
—Oye, sí, verdad, ¿cómo leíste, Diana? —le habló Baekhyun y esta le contestó con un maullido pequeñito—. Dice que está aprendiendo, no vaya a ser chica-gata, ahí estaríamos en problemas...
—Problemas gatunos —Siguió Chanyeol tomando a su chico-gato por la cintura, levantándolo un poco del suelo para darle un besito en la mejilla, haciendo que se pusiera de todos colores.
Yifan, que estaba hombro a hombro con Junmyeon, Yixing y Minseok revisando las partes que había señalado la felina, convocó: —¿Por qué no vamos a mi despacho a ver esto? Así no me puedo concentrar... Oye tú, chiquitito —llamó a Kyungsoo—. Ven con nosotros.
* * * * *
—Ahora, que no está Kyungsoo, hablemos de gato a gato —sentenció Jongdae firme, levantando una de sus patitas rubias—. Y tú, Margarito, échate para allá, esto es confidencial ¡confidencial! Guau guau guau —lo espantó engrifándose y simulando un ladrido que hizo que el pobre gatito blanco fuera a esconderse tras un sofá.
Jongin asintió mientras se lavaba una patita y sacudía la cola, aún un poco receloso tras su pleito de ronroneos.
—¿Por qué no quieres volver con nosotros? Por quéeee.
—Deberías ver cómo es la vida aquí, ¡Jongdae, es asombroso! Tienen de todo, te consienten, te dan todo lo que tu quieras a la hora que quieras, te tratan bien, te dejan jugar...
—¡¿Y qué acaso no extrañas a tu dueño?!
—De hecho —Jongin bajó la mirada, pensativo y dilatando sus pupilas, dejó de sacudir la cola—, anoche, antes de dormir, lloré un poquito. ¡Pero un poquito!
Baekhyun, estando de vuelta con su gatita bebé, se sentó a su lado y volvieron a ser chicos-gato para hablar mejor con él. El felino negro comenzó a contar cómo había llegado a la revista a petición de su hermano: resulta que, al estar tranquilo en el asiento de copiloto en el estacionamiento, vio un ratoncito ¡pero un ratoncito de verdad!, recalcó, paseándose por una esquina.
Como buen gato, quiso ir a buscarlo y llevárselo de regalo a su dueño.
—¡Jongin, eso es asqueroso! —Interrumpió Baekhyun arrugándose entero.
—Ah, claro, no tan asqueroso como los regalos que le haces tú a Chanyeol —le respondió insinuando algo más, pero había una felina inocente presente y no dijo nada.
Entonces, continuó. Persiguió al ratoncito gris hasta la salida del estacionamiento e incluso unas cuadras más allá, pero el animal se escabulló a un restaurante muy fino y elegante que no permitía gatos así que lo corrieron en la entrada con la escoba, asustándole y huyendo en dirección contraria a la que había ido.
No demoró mucho en darse cuenta de que estaba perdido. Se sentía tan asustado que no podía volverse chico-gato y preguntarle a algún humano por Kyungsoo o por el centro comercial, así que se dedicó a deambular por las calles diciendo miau, pero por no ser de esos gatitos blancos, peluditos y distinguidos, lo echaban de todos lados con recelo.
—¡Un gato negro! Vete, que eres de mala suerte— le ahuyentaban las señoras con desconfianza.
Hasta que una chica muy bonita de cabello oscuro y traje de dos piezas lo llamó diciendo "ven, gatito gatito" justo cuando estaba a punto de llover. Lo sostuvo en sus brazos y Jongin se sintió dichoso y calentito, y pensó "¿por qué ella no se casa con Kyungsoo, seríamos una familia muy feliz... ¡Momento! Yo me tengo que casar con él, ¡yo! Digan miau por un sí".
—¡Miau! —Le gritaron Baekhyun y Jongdae al unísono chocando las manos.
—Miau— maulló Margarito renaciendo de las tinieblas tras el sofá, pero todos los gatitos presentes le dieron una mirada de desaprobación y volvió a su escondite.
Jongin, al referirse a la chica bonita, se refería a la secretaria, Irene, que iba justo camino a la editorial en su coche y pensó que el gatito podía ser de alguien más y estar perdido, o ponerlo en la sección de adopción. Le pareció muy lindo, además era grande y gordito*. Pero casi se estrella contra un poste cuando se convirtió a chico-gato, ya que no tenía más miedo, reconociendo al gato guapo-hermoso-perfecto que había sido rescatado del árbol.
—Y no podías usar la boca para decir que tenías dueño... —señaló Jongdae echando las orejitas hacia atrás.
—¡Pero...! Es que no hubo oportunidad, todos asumieron que yo estaba solo, como me habían encontrado en la calle, y me hicieron poner la patita en una hoja ¡la patita! Fue mu confuso, y tomaron unas fotos y me consintieron y... Bueno, eso.
—Es muy culpa nuestra, y mía —reconoció la secretaria mientras les traía leche tibia y tomaba al pobre y menospreciado Margarito en sus brazos, llevándoselo con ella a su puesto en la recepción.
—Qué agradable es la gente aquí... —dijo contento Baekhyun levantando las orejitas mientras tomaba su tacita y la dejaba en la mesita para Diana, pero al segundo después recordó su verdadero propósito: —¡Pero tienes que volver!
—Es que...
—Nada de es que ni peros, Jongin —intervino Jongdae de forma emotiva—. Tienes que volver a casa, con nosotros y con tu dueño. No puedes cambiarnos así sólo porque aquí es más bonito todo, no sería honesto ni lindo de tu parte. ¡Piensa en nuestra santa madre! Somos tu familia, y la familia no se cambia por nada.
Si hubiesen estado en televisión, el rostro del chico-gato rubio hubiese quedado en primer plano y se hubiese ido acercando gradualmente con música emotiva de fondo.
—¡Bravo! ¡Bravo! —entró Minseok seguido del resto de humanos mientras aplaudía por su felino—. ¿Vieron? Mi gato se merece un Óscar: es gato, es perro, es drama...
Jongdae, riéndose dispuesto a jugar con su dueño, corrió a él en forma gatuna hasta quedar en sus brazos abrazadito y ronroneando fuerte. Tan lindo.
—Ejem —Yifan, carraspeando para hacerse notar, anuncio como dando un comunicado:— Jongin, tú te vas a casa con el chiquitito, tu dueño, sólo si aceptas voluntariamente a eso. ¿Qué dices, te quedas, o te vas?
—¡Me quedo! —Chilló poniéndose de pie, pero después arrugó el ceño como pensando en qué había dicho y se sentó—. O sea, me quedo con Kyungsoo en casa... Es que como no estamos en casa me confundo, pero yo quiero a Kyungsoo, ¡pero sin Margarito!
—Descuida, creo que él ya encontró a alguien —dijo el Director Editorial mirando cómo Irene mimaba al gatito blanco con mucho cariño en su puesto—. Oh, hablando de gatos blancos... ¿dónde se metió ese angora con los ojos verde y azul? ¡Venía con ustedes!
Demonios, pensaron todos al mismo tiempo.
El chico gato negro alcanzó a escuchar que alguien le decía "tienes que venir mañana a las ocho en punto para lo de las fotos y el viaje", pero estaba más concentrado viendo en qué estaban Luhan y Sehun.
¡Qué viaje ni que nada! ¡El hunhan estaba en acción!
♡ ♡♡♡♡
Créditos gif multimedia: no lo encontré, no es mío:( ¡créditos a quien corresponda!
*No es que Jongin como chico-gato sea gordito, sino que cuando es gato, felino miau de cuatro patitas, es de esos gatos gorditos (no obesos) y grandes ¡como una panterita✿!
N/A: ¡Hola! Disculpen la demora, espero estén muuuy muy bien y actualizar pronto!♡
No le queda mucho a esta historia felina, así que aproveche de adoptar un Margarito José ♡♡(ese es su nombre completo jajajsj) si les agradó!✿
¡Gracias por leer ♡! Ojalá empiecen bien el día y les toque comer algo delicioso y preparado con mucho amor, ¡muchos besitus, abrazos y buenas vibras ♡!
¡Nos leemos prontito✿!
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