09 | Madrugada
Al final me quedo a dormir en casa de James y decidimos ver algunas películas; vale, la saga entera de Harry Potter. Mick no pudo quedarse, aunque él sea el fanático más obsesivo, sus deberes con su hermanita son más importantes.
La distribución de la casa de James tiene exactamente los mismos ambientes que la mía, al igual que todas las del barrio, pero son muy diferentes, en especial porque él tiene dos hermanas y viven con sus dos padres; ocupan todo. Son una de esas familias perfectas de anuncio televisivo, nunca nada está fuera de lugar.
Vamos por la tercera película cuando escucho que su respiración se vuelve más lenta, ese sutil sonido que parece más un ronroneo que un ronquido, tan sutil que solo viéndolo te aseguras de que efectivamente se ha quedado dormido.
No soporta nada, ¡ni siquiera Harry Potter! ¿Eso debería ser suficiente para odiarlo?
Le bajo el volumen para no despertarlo y me dedico a contemplarlo en la oscuridad a medias.
La luz de la pantalla hace sombras bajo sus pestañas. ¡Tremendas pestañas! Me apuesto una mano a que deben equivaler a la mitad de su masa corporal, la otra mitad equivale a las pecas bajo sus ojos, claro, si pudiéramos pesarlas. También conozco de memoria el tono exacto de su piel aceitunada, el lunar que tiene detrás de la oreja y la diminuta cicatriz en su cuello. Soy consciente de que no es bueno para mi salud mental almacenar este tipo de información y mucho menos tachar un palito mental por haber ganado el juego de recordar la posición de sus pecas.
He visto muchas veces dormir a James, suele caer dormido cuando toca la almohada, pero esta vez decido ir más lejos, no puedo resistirme y le acaricio la cara suavemente, ¡por fin! Lo hago muy rápido, aunque sé que no es capaz de despertar ni con un tornado encima o una manada de rinocerontes armando fiesta sobre su cabeza.
Me alejo y giro. «Piensa en algo más, piensa en algo más». En la película Hermione le da un puñetazo a Draco. ¿Qué pasaría si voy más allá? James no sería capaz de atizarme un puñetazo, probablemente me creería si le digo que le estaba sacando una pelusa.
Hundo la cara en la almohada, ¿por qué no se me dará mejor esto de superarlo? Claro, y a la primera que puedo, ¡zas! Le acaricio mientras duerme.
Resumen: soy idiota perdido con cero capacidad de control.
Resumen del resumen: ¡Supéralo! Él no te quiere.
No puedo dormir.
Pienso en escribirle a Bash porque me ha dado su número de celular, no quiero hacerme un lío de esto, pero ¿por qué me lo daría si no es para escribirle?
Busco el pedazo de papel, sé que lo he puesto en algún lado, busco en los bolsillos de mi polera y por el suelo, entonces recuerdo que lo tenía en el impermeable que dejé en casa. Ugh.
Atravieso con sigilo la habitación hasta las gradas, el cuarto peldaño es el que cruje así que me salto al siguiente. La casa está a oscuras, solo iluminada por la tenue luz cálida de la calle, abro la puerta con discreción y salgo al exterior cruzando la calle que separa nuestras casas.
No me preocupo por la bulla cuando estoy dentro de la mía. Subo las escaleras corriendo y encuentro el papelito en mi impermeable, está más arrugado que antes; al menos todos los dígitos son legibles. Guardo su número simplemente como Bash después de borrar Sombra diluida y Anomalía de ojos raros.
Le escribo por WhatsApp: «Hola».
Espera no, no te envíes. ¡No! Es la una de la madrugada, el mundo entero está dormido y yo acabo de escribirle a la una de la madrugada.
A pesar de ello, me contesta al instante.
Bash:
«Supondré que eres Will, en caso de que no lo seas, ¿cómo tienes mi número?».
Will:
«Encontré un papel en el suelo, ¿tengo suerte con un número de lotería?».
Bash:
«Ya quisieras, Carter».
Will:
«¿Sí sabes que soy yo?».
Bash:
«No conversaremos en círculos».
Por alguna indefinida razón estoy sonriendo a la pantalla, aunque dejo de hacerlo cuando me doy cuenta. Me concentro en ponerme el pijama y le envío un mensaje a James diciéndole que me fui a casa, no quiero que se preocupe al despertar.
Reviso la foto de perfil de Bash, está él con su uniforme, sonriendo sentado en el pasto y con un gato negro acurrucado en sus brazos.
Me llega otro de sus mensajes.
Bash:
«Ya que terminaron con lo del alcohol, ¿podrías traerme mañana unos M&M? Aquí es imposible encontrarlos y estoy fantaseando con unos desde ayer, por favooor».
No tenía planeado volver al internado, siento que no deja de ser riesgoso, y es extraño que me pida que le lleve unas golosinas. Bueno, solo será una vez, ¿qué es lo peor que puede pasar?
Will:
«Solo porque me lo has pedido por favor».
Bash:
«No te acostumbres».
Will:
«Claro que no, esperando para una siguiente vez seré un esqueleto».
Bash:
«Nos vamos conociendo muy bien».
«Por cierto, ¿recuerdas aquella vez que estábamos escribiéndonos y me boicoteaste para contarte sobre cómo me fue el día?».
Will:
«Estoy bastante seguro de que no te boicoteé».
Bash:
«Lo recuerdo muy bien, recuerdo que cedí».
Will:
«¿Cediste? Porque me parece que sigo sin recordar la historia».
Bash:
«Te conté que perdí la corbata por enésima vez y pasé el tercer periodo buscando una porque no admiten las clases sin una maldita corbata».
Me río, ¿ese es su gran día?
Will:
«¿Por qué perdiste la corbata?».
Bash:
«Te juro que alguien se las lleva».
Will:
«¿Te las arrancan del cuello?».
Bash:
«No, JAJAJA, a veces me las quito en los cambios de clases porque no las soporto y de repente las pierdo».
Will:
«¿Has considerado la posibilidad de una admiradora secreta obsesionada con tus corbatas?».
Bash:
«He considerado la posibilidad de un duendecillo».
Will:
«Eso es más probable».
Bash:
«Entonces, me perdí la última clase porque no tenía corbata y el profesor, quien por cierto me odia, decidió hacer un examen sorpresa, ¿cuál es el veredicto?».
Will:
«Indiscutible abuso de poder, no me puedo creer que esos también sean problemas de la élite».
Bash:
«Te sorprendería las cosas que pasan aquí».
«En fin, estuve en dirección dos horas y me pusieron a hacer caligrafía sin descanso, dime si eso no es explotación, el punto es que de tanto sostener el lápiz me quedó una marca en el dedo que tiene forma de gatito, adjunto evidencia para el caso».
Dejo la foto cargando. Quizá ni tiene forma de gato y es solo Bash engañado por su mente, sin duda es alguien a quien le encantan los gatos. Sin embargo, cuando abro la foto y observo la marca, sí parece un gato, ¿cómo es posible?
Will:
«Apruebo la evidencia para abrir un caso judicial».
Bash:
«Moción para proponerme de testigo».
«Ah, espera, yo soy la víctima».
«Moción para... La verdad no sé qué estoy diciendo».
Will:
«¿Alguna vez sabes lo que estás diciendo?».
Hay algo genial en hablar sarcásticamente con alguien, sin dar explicaciones, sin sentirse mal, que te sigan el juego.
Bash:
«Nop, en mi cerebro solo hay una mini persona jalando redes».
«¿Y qué tal tu día?».
Tan casual.
Estoy a punto de responderle, pero me llega una notificación: No_soy_yo ha solicitado seguirte.
Will:
«¿Eres No_soy_yo?».
Bash:
«¿No aceptarías si no soy yo?».
Will:
«Creo que prefiero librarme de enredos».
Bash:
«¿Enredos? ¿Estás diciendo que si No_soy_yo no fuera yo no aceptarías mi solicitud, porque no soy yo siendo No_soy_yo?».
Ugh. ¿No podía poner su nombre como una persona normal?
Le acepto solo para que deje enredar todo.
Will:
«¿Contento?».
Bash:
«El privilegio es tuyo, Will».
...
Notita 💜
¡Hola! ¿Cómo están? ¿Desde dónde leen? ¿Qué hora es por allá? Cuéntenme algo 👀
Gracias por seguir aquí ✨
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