Capítulo 18: ¿Justo?
«Solo te pido una noche juntos, no haré nada, a menos que me lo pidas. Conozcámonos a través de una larga conversación», recordó Aixa. Ella sentía que su corazón se deshilaba conforme recordaba a Monty, empezando por sus bellísimos ojos aceitunados.
Ella se ensimismó, olvidándose de que su comparsa de Héroes atravesaba calles desoladas y apestosas, marchando con la esperanza de encontrar el lugar ideal para descansar.
Ellos estaban llegando a sus límites. Sus cuerpos eran abrasados por el esfuerzo, a pesar de tener un poco de condición física.
—¿Estás bien? —dijo Morgan, asomándose a la izquierda de Aixa.
—Sí —respondió ella, observando sus alrededores. Ella no estaba cómoda con el rubio, él le recordaba un poco a Monty debido a su forma de apreciarla.
«¿Eres tú?», se cuestionó ella porque Morgan era muy parecido a Monty; el físico era el mismo, un poco de musculatura, ojos aceitunados y rubio, pero se diferenciaban porque no hubo chispa inmediata.
—¿No te apetecería tener una cita conmigo? —se aventuró Morgan. Él insistía en que su sueño se hiciera realidad, aunque primero tuviera que dar batalla.
—Déjame sola, no sabes lo que dices —contestó Aixa.
Morgan titubeo antes de preguntar de nuevo: —Por favor, solo una. No haremos nada que tú no quieras, solo tendremos una bella conversación.
—No, ¿qué acaso solo me invitas por mi vestimenta? —pronunció ella, quebrándose porque se sentía ofendida. ¿Sería lo mismo si ella fuera Axel?
—Morgan ama los pitos —comentó Archie, defendiendo a su amigo—. Además, todos amamos cómo te viste. Siempre tan elocuente y fresca.
—¡Archie! —rezongó Morgan—. ¿Cómo te atreves a usar esa expresión? —exageró él, ladeando las manos como un típico hombre gay—. Bastaba con decir homosensual.
Aixa se cohibió ante el comentario de Archie. Ella esperaba obtener una respuesta diferente, pero entonces, ¿sería real que Morgan amara a Axel tanto como a ella?
—Me vestía así para que no me descubrieran cuando iba a visitar a los Perron y así, quisieran atacarlos. Pero ellos... No, no quiero recordar —recordó Aixa—. Si revivo ese escenario, voy a... No, no, está regresando a mi mente. ¡Socorro!
Morgan abrazó a Ferretti, escondiendo el rostro de Aixa entre sus brazos. Él estaba allí para ella, aunque ella misma se negara a aceptarlo.
—El dolor desaparecerá con el tiempo —le prometió Morgan—. Ai...
Él estaba por pronunciar su nombre para seguir consolándola, cuando Aixa decidió descansar de su personaje porque ya le traía muy malos recuerdos.
—Soy Axel Ferretti, homosexual —informó Axel—. Amo el maquillaje, vestimentas y zapatos de las mujeres. También aprecio mi masculinidad pero, no es momento para enfocarme en ser una buena drag queen.
Paige le lanzó una mochila con ropa a Axel para que pudiera cambiarse, por lo que él tuvo que esperar hasta que llegaron a un edificio solitario para revestirse.
«Seré un drag queen apenas termine la Anarquía, y daré muchos shows, pero creo que debería cambiar mi tono de voz... A su vez, necesito un apellido artístico», concluyó él, emocionándose por lo que haría en el futuro.
—Bienvenido, Axel. Qué bueno que estés devuelta —se alegró Ulises.
—Nunca me fui —confesó Axel, desmaquillándose. Él estaba sorprendido de que después de cuatro años y dos meses, dejaría la peluca azulada.
Tras un largo rato caminando, ellos encontraron un espacio . En ese momento, Axel aprovechó para cambiarse. Él percibió que se quitó un peso muerto de encima.
El lugar donde estaban desprendía una horrible peste que era resultado de alguna fuga. Por tanto, Bruno, Elliot y Zhoh revisaron el origen del hedor.
Lino encontró los fusibles. Él se horrorizó cuando observó la pila de cuerpos en descomposición porque recordó que de pequeño, él salía a buscar comida entre las morgues improvisadas de la isla.
—¡Muerte! ¡Muerte! —cantaron Elliot y Paige, rodeando los cuerpos para salir a la calle. Ellos parecían niño pequeños al estar tomados de las manos.
Los Héroes huyeron del lugar porque entraron dentro de un depósito de cadáveres clandestino. Ellos no soportaron la abrupta realidad.
Levente vomitó debido a que odiaba ingresar a sitios donde la pestilencia reinara más que el agua de rosa o cualquier perfume.
Archie sintió más lástima que agruras en el estómago. Ella estaba acostumbrada porque sus padres le enseñaron a hurtar objetos costosos a recién fallecidos.
Ulises fue con Levente para ayudarla a reincorporarse.
—Gra-gracias —soltó ella—, mi cuerpo no...
Ella siguió vomitando hasta que su estómago vacío. Fue en ese instante que, Ulises la acercó al grupo para que se relajara.
—Necesitamos movernos a otro lado —dictó Ulises. Él se sentía responsable del pésimo estado mental que se generó en sus muchachos.
—Biblos Town —dijo Archie mientras se iluminaban sus ojos—, está cerca de aquí... Estamos a cuatro esquinas, solo que...
Elliot la cuestionó fuertemente: —¿Qué, Archie? ¿Qué puede impedirnos estar allí? Por si no te has dado cuenta, la primera elección es la indicada. ¡Mira cómo está todo en Urte! No hay segundas ni terceras opciones.
—Es la sede del clan de los Elefantes. —Archie apretó la mandíbula—, pero tanto Ulises como yo podremos convencerlos de ayudarnos.
—¿Por qué lo crees? Su líder es aliada de Cloterson Schäfer. ¿Quieres condenarnos a una furtiva muerte? —respondió Ulises, extrañado ante la sugerencia de Archie. Él estaba aterrado, sus manos le sudaban y sus latidos se aceleraron.
—Si mi amigo no me mintió, la alianza se fracturó —explicó Archie—. Clot discutió con la líder de las Jirafas y ella acerca de lo débil que él era... Al final, ellas lo dejaron solo.
—Entonces, si convencemos a una, la otra accederá —inquirió Morgan—. Necesitamos una carnada.
—Levente, ella es amiga de Clot —señaló Archie—. Mi contacto me confesó que ellas desean tenerla de su lado porque conoce la mansión de Schäfer, edificio donde conserva trofeos familiares robados de las familias Remé y Portland.
—Lo haré. —Levente sonrió tenuemente, aceptando la iniciativa.
—Buen idea, pero... ¿Qué nos asegura que no nos traicionen? —cuestionó Lino.
—El Código de Destrucción, el tratado de los cuatro clanes —agregó Archie, escupiendo un pellejo que se quitó del dedo—. ¡¿Cómo que no estudiaron a sus enemigos?! Miren, el Código explica que si una Presa o Cazador hace una propuesta prometedora a un clan, si se concreta la alianza, no pueden existir traiciones.
—Sucede que no todos tenemos padres Cazadores que nos enseñaron acerca de los clanes —enfureció Axel, parándose delante de Archie para intimidarla. La reciente pérdida de su madre lo irritaba y hacía que tuviera episodios de euforia.
Archie solo lo miró, rebuscando palabras para defenderse. Ella no respondió porque él tenía razón, a pesar de que no lo mencionó de buen modo... Archie Bynx era Presa, hija de padres Cazadores, y ellos le enseñaron lo que sabía.
El grupo continuó su trayecto hasta Biblos Town.
Paige no soportó la estúpida discusión y tomó cartas en el asunto.
—Los padres de Archie aceptaron formar parte de los Elefantes porque los amenazaron con matar a su única hija, quien no poseía sus habilidades —admitió Paige.
—Los Bynx sabían que el clan mataría a Archie de todos modos, así que rompieron las reglas para adiestrar a una Presa para conocer las normas de los Cazadores —continuó Elliot.
—Supongo que exageré, no quería lastimar a Archie con la verdad —dijo Axel, avergonzado de su comportamiento.
«No es prudente que me comporte así porque podría terminar como Clot, Anet o peor...», supuso Axel. Él estaba actuando como hipocondriaco, pero su reflexión era un poco acertada ya que no debía tener resentimientos.
Todas las calles que cruzaban estaban llenas de pestilencias, cadáveres y asesinatos a plena luz del atardecer. Así fue el camino hasta que durante la noche, llegaron a un callejón oscuro, ubicado detrás de una reja con candado.
Los Héroes se sentían nerviosos porque la idea de Archie era descabellada, pero no tenían otra opción. Ellos confiaban en que Axel impediría que alguno saliera lastimado ya que el liderazgo de Ulises era cuestionable.
Axel se posó delante del grupo para examinar que no hubiera alguna especie de trampa. Él actuaba porque Ulises todavía no demostraba ser el líder que los muchachos necesitaban.
—Bruno, pinzas —pidió Archie a su amigo. Ella rompió el candado para que pudieran ingresar al callejón, siendo lo más silenciosa posible. Cuando lo logró, fue descubierta por cinco Cazadores, quienes los acorralaron—. ¡Maldita sea! —espetó.
Ulises se adelantó a Axel porque era necesario que evidenciara su capacidad para dirigir un grupo de Presas sin que existiera alguien presionándolo. Sin embargo, la mirada incriminatoria de Axel lo llevó a tragar saliva.
—Anet Bowie llegará pronto a Urte, así que es mejor unírsele que acabar con un pequeño grupo de Héroes —confirmó Ulises.
—Nos alegra tenerte aquí —indicó Denisse al reconocer a Axel entre las Presas. Ella estaba encantada de encontrarse con un antiguo amigo.
—Noah Remé. Al lado, mi magnífica novia, Denisse Portland... Ambas somos líderes del clan Safari —dijo la dama de tez morena y cabello trenzado.
—Señorita Noah, un gusto. —Ulises instintivamente iba a besarlas en las mejillas, pero cambió su saludo por entrelazamiento de manos—. Ulises Scott.
—Sabemos quién eres, también conocemos al muchacho castaño con cicatrices en el cuello. Querido, Axel, ¿o debería ser Aixa? —acertó Noah, mirándose las uñas.
—Prefiero que me llamen Ferretti. —Axel dio un paso hacia el frente—. Denisse, me gusta que te hayas alaciado tu azulado cabello. Te sienta muy bien, pero ahora ya no seremos gemelas de cabellera.
—Me entusiasma que estés a favor de mi apariencia —agradeció Denisse, entrelazando sus manos—. Safari trabajará con Anet Bowie, pero no luchará... Tenemos una misión pendiente, recuperar nuestras reliquias familiares y desaparecer sin dejar rastro.
—Sé que quieren formar un grupo de rescate que se expandirá a lo largo de las islas —las delató Axel—. Pero no nos opondremos a lo que decidan.
—Nos gustaría que haya discreción acerca de nuestro cometido —apeló Denisse—. Si mis padres se enteran, no permitirán que contraiga nupcias con Noah.
—Tienen nuestra palabra —afirmó Axel. Él no comprendía cómo era posible que Ulises permaneciera callado en vez de buscar un modo para unirse a la conversación cuando él era el líder.
«Preocupante», supuso Axel. Él se sentía tan mal por Ulises que olvidó su pesar.
El grupo estaba consciente de que muchos Cazadores y Presas, no entendían las corrientes posmodernas que se conservaron tras las múltiples guerras realizadas desde el 05 de junio de 2030 hasta el 14 de diciembre de 2042.
Noah permitió que los Héroes atravesarán el callejón para llegar Biblos Town. Ella no les advirtió acerca de lo adolescentes bromistas, pero ellos lo afrontaron con madurez.
Archie estaba anonada por la cantidad de personas que formaba parte de Safari. Cuando creyó que no vería caras conocidas se encontró con sus primas cuatrillizas.
Al notar la presencia de Archie, las pelirrojas fueron a saludarla, emocionadas de que el último miembro del Escuadrón Rojo estaba de vuelta.
Archie presentó a su familia: —Ellas son Amara, Afrodita, Adele y Astrid. Sí, todas ellas son mis primas y sus nombres empiezan con "A"... Vicio de la familia.
—¿No quisieras compartir habitación conmigo? —sugirió Adele, acercándose a Bruno.
—Le soy fiel a mi novio, Elliot —negó Bruno.
—¿Alguien quisiera estar en mi habitación? —preguntó Adele, procurando no incomodar a Bruno. De inmediato, Lino asintió con la cabeza.
Mientras esto sucedía, Astrid le hacía señas a Shawn para que la siguiera porque quería mostrarle su colección de revistas acerca de Astronomía y Física.
—Paige, deberías ir al cuarto de Afrodita —sugirió Morgan a la gemela.
—Quiero privacidad —comentó Ulises.
—En la habitación de Amara, pueden descansar cuatro personas —aseguró Archie—. Morgan y Axel serán nuestros compañeros de cuarto.
—Claro, no es buena idea desorganizar a Safari. Nosotros debemos acoplarnos a su sistema —mencionó Axel.
Paige se refugió en Bruno y Elliot cuando un Cazador de sonrisa maliciosa fijó su vista en la joven de cabello anaranjado. Ella se relajó cuando el desconocido desapareció, siendo abrazada por sus amigos.
Ulises buscó a Noah y Denisse para reivindicarse. Él no se sentía a gusto con su desempeño como aliado de Anet, parecía que todavía estaba aprendiendo a liderar.
«No puedo permitirlo», concluyó.
Él las encontró en el comedor, una habitación que cumplía su función y se veía lujosa.
Su mente confiaba en que sus pequeños estarían bien si se tomaba unos minutos para conversar para afinar detalles pero, ¿recordaba algo acerca de sus experiencias en defensa personal y uso de armas?
—Me gustaría que coordinemos la llegada de Anet a Urte —mencionó Ulises a las líderes tras observar que estaban desocupadas.
—¿Cuál es tu plan? —indagó Denisse, cruzándose de brazos porque seguía sin concebir que él fuera el líder de aquel insignificante grupo de Héroes.
—Anthony primero me comentó que era indispensable fingir mi muerte para que yo me pudiera infiltrar en la isla, examinar el perímetro y encontrar a quienes buscaba. Su idea es pasar por desapercibido —relató Ulises, emocionado.
Finalmente, las líderes de Safari reconocieron que Anet no había elegido mal, por lo cual ellas se mantuvieron en silencio hasta que Ulises calló después de veinte minutos.
—Lo que podemos hacer es dividirnos en varios grupos para escanear El Muelle, pero en comunidad determinaremos la ruta más prudente para llegar hasta allí —afirmó Noah.
—Tenemos un par de planos de Urte —adhirió Denisse.
Mientras los tres conversaban, un caos emergía en la parte delantera del complejo, el patio de prácticas y juegos, el cual tenía canastas de básquetbol y porterías. Ellos ignoraban Safari y el equipo de Ulises combatían porque alguien intentó ingresar a Biblos Town por la fuerza.
Noah y Denisse le mostraron a Ulises un mapa de Urte, remarcando A-12 y cada zona que se consideraba vulnerable, cuando un Cazador apareció para advertirles: —Alguien nos encontró...
Él solo pudo pronunciar una frase, pues fue atravesado por una flecha, y ya no solo sangraba del rostro sino también del estómago... Él cayó al suelo, manchando con sangre la suela de una bota de Ulises.
Noah enfureció, ella pensaba que nadie podría encontrarlos porque no había ningún topo entre ellos. Aun así, se tranquilizó al ser abrazada por Denisse.
Ellos estaban por dirigirse al patio cuando oyeron que una chica dijo: —El atacante huyó tras matar a Collin. ¿Qué vamos a hacer?
Safari estaba tan débil y vulnerable que tendría que reponer varios materiales para estar listos para enfrentar a Clot. ¡Tardarían meses en reponer aquello destruido por el intruso!
Herida de una pierna, Archie consiguió llegar a la sala para explicar cómo sucedió el desacato. Ella estaba conmocionada, pero era fuerte.
—Levente fue al baño. Ella escuchó un ruido extraño y buscó su proveniencia —contó Archie—. Pero cuando encontró el origen, el atacante la asaltó... Él la condujo hasta el patio para torturarla como no se imaginan, y tenía intenciones de violarla sexualmente.
»Dado que ella se resistió y Adele estaba delante de ellos, la arrojó y fue por mi prima. Él intentó abusarla, así que me involucré... La salvé, aunque él explotó de ira.
Ella estaba por caer de rodillas cuando Ulises la sostuvo. Sin palabras, fue capaz de formular una pregunta con la mirada.
—No falta poco para que llegue Anet —mintió Ulises.
—Tu mentira puede acabar con tu novia —suspiró Archie.
—Quince días —admitió Scott, consciente de que en quince días podrían pasar demasiadas cosas, pero debía confiar en que la situación mejoraría.
Archie resopló, deseando que el tiempo pasara rápido. Ella también ansiaba que la locura se redujera, a pesar de que el panorama era cada vez más deplorable.
La pregunta que además estaba en mentes de todos era: «¿Quién nos atacó?», más allá de quiénes eran sus cómplices. Pero ellos solo podían rezar para que Anet se apresurara.
Noah, Denisse y Ulises llevaron a Archie a la enfermería, encontrándose con que más de diez personas habían sido heridas. Allí se encontraron con Zhoh, quien se sentía aterrado ante la idea de perecer joven.
—Levente desapareció —afirmó él, observando que Astrid le suturaba el brazo—. Ella se escondió tras la multitud después del altercado y nadie volvió a verla.
Paige lloraba inconsolablemente porque su gemelo tenía moretones, rasguños y, cuatro fracturas porque el atacante se desquitó con él tras impedirle penetrar a dos jóvenes.
Bruno se encontraba en una esquina, bebiendo té, en compañía de Axel. Él se sentía como si ocho podadoras le pasaran encima.
—Si quieres quedarte en Biblos Town para cuidar a Elliot, te apoyamos —afirmó Axel.
Adele estaba estática, sentada en una camilla. Ella no decía nada, pero no soltaba la mano de Lino, el chico que le contaba cuentos clásicos para tranquilizarla.
Noah fue por cobertores en lo que Denisse ayudaba en la cocina para preparar un guiso. Mientras tanto, Ulises dejó a Archie en una camilla para ser revisada por los ortopedistas.
Morgan entró a la enfermería, acompañado de Levente, anunciando: —La encontré a escasos metros del edificio.
Él estaba lesionado de un brazo, pero no impidió que pudiera cargar a Levente y colocarla en la última camilla disponible.
—¿Dónde estaba? —Ulises no entendía la desaparición de Levente. De hecho, él pensaba que ella iba a traicionarlos.
—Logró acabar con el atacante. Ellos tuvieron una gran pelea... Me involucré cuando el sujeto intentó violarla otra vez, aprovechando que ella había sufrido varias contusiones —dijo Morgan antes de hacer una mueca porque lo inyectaron.
—¿Descubrieron su identidad? ¿Tienen algo que nos ofrezca alguna explicación de cómo nos encontró y con quién trabajaba? —Ulises procesaba el desastre, cazando las piezas para un argumento sólido.
—Morgan dejó las pertenencias del muchacho encima de la mesa del comedor. Él... se llamaba... —soltó Levente tosiendo, pero dejó de responder porque perdió la consciencia.
Axel se apartó de Bruno para checar el pulso de su amiga. Apenas notó que ella se había ido, gritó: —¡Un médico! ¡Ella está...!
Los especialistas regresaron.
—Reanimen a la jovencita —ordenó un médico, consciente de que podría no despertar. Debido a que tenían que tomar medidas extremas, las enfermeras sacaron a todo aquel que no estuviera herido de gravedad.
Ulises encendió las luces del comedor, sorprendiéndose al reconocer una ballesta, pistolas, bombas TNT, una libreta, cuchillos, un juego de llaves y la identidad del atacante.
—Dexter Sparkles, eh. —Axel miró la cara de quien casi mató a Elliot—. Su nombre me suena conocido, ¿puedo revisar la libreta?
—Con gusto, solo tomaré los datos del intruso. Regreso en unos minutos, no me tardo —respondió Ulises, pensativo.
—Bruno, enlístame los nombres de los asesinos a sueldo fugitivos desde hace tres meses —pidió Axel al novio de Elliot.
—Marlon Pabte, Ara Hurón, Dexter Sparkles... —mencionó Bruno.
—Dexter Sparkles, Presa nacida en Y-88, Grángers. Asesino a sueldo desde los quince años. Fugitivo desde hace dos meses —dijo Paige, repitiendo lo que escuchó en la radio.
—¿Proveniente de la pequeña zona de Yellowstone? —Axel no comprendí a quién estaba buscando en Urte—. Entiendo —alzó las cejas cuando encontró lo que buscaba.
Noah apareció en ese momento, interesándose en conocer la identidad del objetivo de Dexter. Axel le entregó la libreta, quien rompió en llanto al leer que uno de los hermanos de Denisse querían matarla y contrató a Sparkles para la misión.
Noah abrazó a Portland después de ayudarla a colocar los platos con comida, enseñándole lo que decía la libreta. Ella se sintió muy mal por su novia.
Denisse lloró porque estaba consciente de cuál de sus hermanos la quería muerta. Además, ella sabía que él no descansaría hasta pretender estar triste en su velorio.
—La señorita Petranova está estable, pero sufrió tantas heridas que necesita permanecer en Biblos Town durante varios meses —avisó una de las enfermeras.
Ulises estaba agradecido por el coraje que tuvo Levente ante la situación.
Él carburaba los hechos, no podía creer que su llegada a Urte se vería envuelta en asesinatos, violaciones sexuales y huesos rotos.
Sus amigos retiraron las pertenencias de Dexter, sentándose a comer el delicioso estofado de cerdo que prepararon en cocina.
—Para de sobre pensar —le ordenó Axel a Ulises—. Siéntate a degustar el platillo.
Ulises se sentó, pero no le halló sabor al estofado porque su cabeza seguía pensando en lo que podría sucederle a Marie si acompañaba a Anet hasta Urte.
La Marie que vivía dentro de sus recuerdos solo esconderse entre los brazos de su novio para ignorar que nadie estaba sufriendo ni atacando a otros porque seguía instrucciones de alguien con más poder.
Ellos no se habían visto en semanas, y si ella aceptó que su novio había muerto delante de sus ojos y podría verlo de nuevo el día en que pereciera, sería una lástima... ¿Qué pasaría si ella consiguió otra pareja?
«Dios mío, cuida a Marie. El mundo actual podría acabar con ella», rogó Ulises cuando terminó de comer previo de retirarse de la mesa para ir a su habitación.
Axel vio que él no estaba bien, pero no lo buscó porque Ulises necesitaba espacio y lidiar con sus reflexiones por sí solo. Él solo podía esperar que su amigo se repusiera porque su travesía hasta Urte fue bastante oscura.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top