III
Observo la escena del crimen con la máxima seriedad posible, brazos cruzados y la mente totalmente concentrada en lo que sus ojos se encontraban observando, pensando en alguna forma de poder salirse con la suya sin terminar muerto en el proceso.
Lamentablemente, solo tenía que estrechar la mirada y ver la consecuencia de sus infantiles actos, para saber que su mejor amigo lo iba a asesinar apenas y cruzara por la puerta de su oficina.
Shion iba a matarlo.
Y de la forma más lenta y dolorosa que fuera capaz de imaginarse.
El feo sillón de quien sabe qué siglo y color igual de horroroso, ahora yacía roto por la mitad y con un extraño contorno que dibujo con un gis que encontró por ahí, para que nada desapareciera misteriosamente sin que el fuera capaz de darse cuenta.
Intenta no lucir preocupado por el estado que tiene la pieza, respirando y exhalando profundo mientras se seca el sudor de la frente con el dorso de la mano y posteriormente soltar el gis que cumplió su arduo trabajo de menos de cinco minutos.
Una de sus "posibles soluciones", era conseguir algo de pegamento y juntar todo, astilla por astilla de ser necesario, pero de tan solo pensar en lo feo y obvio que quedaría la tela al unirse con pegamento, le hacía torcer la sonrisa y darse cuenta que sería demasiado obvio. Aunque podría ser una forma de ganar tiempo para que alguien más venga y se siente, logrando quitarse la culpa de encima... No, de seguro Shion lo notaria antes de poder lograr algo así.
"Piensa, piensa... Debo poder hacer algo."
Apoyo la espalda contra la puerta, antes de mover el pomo para asegurarse de que la tuviera cerrada, por el momento no quería que nadie más se enterara de su pequeño accidente o al menos no hasta que consiguiera una forma de sortear el problema, casi seguro de si lo llegaban a ver irían por el patriarca al momento y justamente eso era lo último que quería.
Así que pensó, medito... ¿Conseguir otro sillón idéntico? Dudaba poder lograr algo así, esa fea "pieza de arte" como algunos solían llamarle, hace muchos años que debieron de dejar de fabricarse, un hecho que explicaba, como es que la madera y tela estaban tan podridas que se rompieron fácilmente cuando dejo caer todo su peso. Lamentablemente, este plan tenía otro problema aparte de intentar conseguir una pieza idéntica.
¿Como sacar el roto y meter el nuevo, sin que Shion se dé cuenta?
El reto más grande, era intentar que el patriarca no se enterara del sillón roto. Durante mucho tiempo le había advertido que donde rompiera algo, él se encargaría de romperle algo de igual valor y conociendo como era el muviano con sus amenazas, era obvio que lo cumpliría.
—¡Maestro! ¡¿Qué fue lo que paso?!
—Silencio Kanon, estoy pensando.
El gemelo más joven observo el sillón partido por la mitad y posteriormente al santo de Libra, quien se encontraba sentado justamente enfrente, con un te tibio entre sus manos, como si intentara desarrollar alguna clase de poder psíquico para arreglar el desastre que estaba ante sus ojos.
Trago saliva, recordando una escena similar, pero de hace muchos años, cuando su vida consistía principalmente en jugar y corretear a Saga, estrellándose con cualquier cosa en su camino sin fijarse en lo más mínimo, razón por la cual Shion se la pasaba regañándolos casi todo el día.
—¡Maestro, no me diga! ¿¡Usted rompió el sillón?!
—¡Kanon!
Ambos se observan fijamente durante menos de medio minuto, sudando de la misma forma antes de pasar a observa el mueble antiguo que no se iba a reparar mágicamente como uno de los dos parecía desear.
—¿Crees que pueda conseguir uno idéntico en algún lugar? —pregunto el de cabello castaño, dejando su taza de té en el piso, sin otra solución a la vista.
—No creo, esa cosa es más vieja que ustedes dos juntos. —se cruzó de brazos, intentando buscar también alguna solución, ayudar a la pobre alma desdichada que tendría que enfrentarse a la ira del patriarca—. Pero, tal vez si lo hablamos con Julián...
—¿Qué fue lo que hiciste?
Ni siquiera había entrado a su oficina, cuando su mejor amigo salía sospechosamente de la habitación, cerrando la puerta con tanto cuidado que era imposible no suponer que todo dentro del lugar estaba más que destruido por las santas manos de su compañero y algún otro "niño" de la orden.
—¡Shion!
Solo ver su exagerada reacción le hizo temer todavía algo peor, de seguro en uno de sus juegos habían destruido alguna de las paredes, los archivos... ¡El escritorio!
—Ejem —Dohko carraspeo, llamando la atención del más alto cuyo rostro se había oscurecido y no podía identificar si era una buena o mala señal—. Mira, hay algo que quiero decirte antes de que entres.
—Te escucho.
Avanzo un poco más, intimidando al santo de Libra y poniéndolo todavía más nervioso de lo que ya debía encontrarse, olvidándose totalmente del millón de excusas y disculpas que había pensado darle al otro cuando lo viera llegar, por lo que simplemente soltó un suspiro antes de abrir la puerta y hacerse a un lado, momento que Shion aprovecho para meterse rápidamente en la habitación y verificar el estado de todo aquello que considerara importante en el lugar.
—Dohko.
—... ¿Sí?
—¿Porque tengo un sillón nuevo?
—Bueno... Veras... Paso un pequeño accidente.
Julián Solo había resultado de gran ayuda cuando se trató de conseguir un nuevo sillón, aunque la idea había sido de Kanon, tuvieron que hablarlo primero con Saori para que ella fuera mediadora con el joven Solo, el cual no sabían si los iba a ayudar si Kanon hablaba directamente con él. Aunque al menos el gemelo no lo dejo solo hasta que el mueble estuviera en su lugar, ayudándose del ataque "Otra dimensión" para quitar el viejo y poner el nuevo sin que nadie notara el extraño movimiento, algo que sabía, debería de parecerle sospechoso, pero que decidió no darle importancia por darle prioridad al objeto que le podría costar alguna parte de su cuerpo.
—Se que siempre has dicho que tenga cuidado y jamás lo tengo... ¡Pero quiero que sepas, que no fue intencional! De ser así hubiera roto más cosas.
Shion sonrió, sentándose en su sillón nuevo y casi ignorando las disculpas que Dohko parecía querer darle, disfrutando de la nueva comodidad y abriendo los brazos para recibir a Dohko, una clara señal de que no se encontraba enojado en lo más mínimo con lo ocurrido y que quedo mucho más claro cuando se acurrucaron ambos, disfrutando del mueble recién comprado.
—En verdad lo siento, sabia cuanto te gustaba el otro.
—No te preocupes amor, todo queda perdonado.
Intento no reírse ante la creencia que Dohko tenía sobre el antiguo mueble, esa cosa era horrible pero no había podido deshacerse de él, debido a que siempre que lo intentaba, terminaban interrumpiéndolo, eso sin contar que en realidad fueron Saga y Kanon de pequeños los que rompieron el dichoso mueble, el par de diablillos se habían pasado una tarde entera intentando arreglar el mueble, haciéndolo parecer como si estuviera intacto, algo que no les terminó de funcionar porque al final del día, su extraña forma de actuar fue lo que los terminó por delatar.
Aun así, no creía necesario que Dohko se enterara de esa parte de la historia.
—¿Lo conseguiste todo tu?
—Tuve algo de ayuda, de parte de Kanon. Que buen muchacho.
—Si, te creo.
En realidad, no dudaba que el castigo le siguiera pesando al pobre muchacho.
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