43. Ganar perdiendo

Ya no tienen sentido las canalizaciones, el clan libera sus auras y los enviados de trono junto a mi hermano también, todos a la ofensiva.

—¡Hitach es mío! —le informo a Víctor.

Sin preámbulos tiene al otro hombre a pasos de distancia con ánimos de atacarlo, una figura menuda me pasa y va directo a Filiphe arrebatándole a Víctor la oportunidad de atacarle, escucho una maldición y Evan se une a la aspirante, en una ardua pelea con aquél sujeto.

De nuevo Víctor elige una víctima, y salta frente a Hitach, ardo de ira yendo también a por él.

—Είσαι δικός μου. Traidor.

El mastodonte griego me maldice en su lengua por arrancarle otra pelea y descarga su ira contra dos de los muchachos que pelean con los ojos encendidos, ambos terminan con una pieza faltante en su cuerpo: La cabeza.

Un agudo grito se escucha, pronto los dos chicos restantes y una mujer madura y con signos de antigüedad y ceguera van contra Víctor.

Me concentro en mi propia víctima ignorando las batallas a mí alrededor.

—Si su majestad El Gran Vriklas, me disculpa, debo entregar su cabeza.

Arremeto contra él, mis nuevas y renovadas fuerzas me hacen incomparable al ex miembro del concejo, aun habiendo usado la niebla minutos antes, seguía con la misma sed de sangre y las mismas cantidades de poder. Lo reduzco en menos de nada y cuando evita uno de mis ataques buscando romper mi cuello lo hago perder el contacto con el suelo, soy consciente del grotesco aspecto que ahora tengo y no me importa.

Esto se debe a que lleve mi cuerpo al límite y solo hay una forma de mantenerme con suficiente fuerza. Cojo su cabeza y llevo mi boca a su cuello succionando a mi paso hasta dejarlo vacío.

—Ahora besa mi gran trasero real.

Busco a mí alrededor, Athan esta acorralando a la mujer, Evan y Elya cercenan el cuerpo de Filiphe, mientras Víctor es ayudado por miembros del clan con el restante de los cuatro hombres que acompañaban a la mujer.

Athea observa con diversión toda la escena y a Ashton apretando sus puños.

—¿Tercer round? —se dirige a él.

Bufo, actúa como si ella hubiera movido un solo pelo.

Ashton tiene el descaro de sonreír.

Y pronto un grupo que iguala al nuestro se hace presente.

Val y Dick llegan a mi lado después de apartar con ayuda los cadáveres enemigos.

—¡Que la venganza sea cobrada y la libertad reclamada!

Frunzo el ceño ¿Por qué yo no tengo líneas tan dramáticas y memorables?

Llegó el momento, era todos contra todos y no había lugar para titubear, ignorando la niebla, los gritos, ojos iluminados y cuerpos estrellándose unos con otros; fijo mi objetivo pasando por encima de todos.

Athea me dio una orden clara, mantenerlo vivo, pero eso no evitaría que lo haga padecer de innumerables torturas.

—Jefe —se burla.

Hago caso omiso y voy directo por él.

Está preparado, recibe cada uno de mis golpes encajándolos y buscando responder con la misma fuerza, consigo ganar ventaja tirándolo de cara a la tierra y usando mi rodilla para mantenerlo quieto mientras mis manos van a su nuca.

—Mátame y nunca sabrás donde está —escupe.

—La buscaré por cielo, mar y tierra si es necesario.

Se ríe ¡El muy capullo se ríe! Tenso mi agarre.

—¿Y qué crees que hará cuando la encuentres? ¿Lanzarse a tus brazos? No has visto lo que yo Vriklas, no sabes lo que es gracias a mí.

Tiemblo, la ira me consume y él aprovecha el momento para ganar terreno e intercambiar nuestras posiciones, ahora él tiene el control.

—Le dejaré saber tus últimas palabras cuando le haga el amor —siento la presión en mi cuello cortando mi respiración.

Mi boca se llena de sangre oscura, espesa y amarga.

Y su cara llega a mí, su hermoso cabello, su sonrisa deslumbrante. Y su inmensa alegría y ganas de continuar incluso cuando por dentro sabía lo rota que estaba; nunca seré capaz de perdonarme haberla perdido a manos del sujeto que en este momento reclama mi vida. Y nunca llegaré a perdonarme morir sin haber dado todo por recuperarla.

No me importa la vida después de la vida, para mí, este es mí después y ella...ella es mi única vida.

Un gruñido gutural escapa y mis ojos irradian de una forma nunca antes vista.

La niebla toma a mi opresor que termina en el suelo retorciéndose de dolor, no solo él, sino también los inmortales a mi alrededor volviéndolos vulnerables. Entre ellos, miembros de mi propio clan que buscan salir de círculo que he formado absorbiendo todas sus esencias. Es la primera vez que hago uso de este poder y me doy cuenta de su magnitud.

Mi enemigo principal es fuerte, no puedo decir lo mismo del resto de los infortunados que quedaron atrapados. Lo levanto y escupe sangre a un lado, sus ojos antes parcialmente cegados, ahora lo están al completo y su fuerza vital está claramente reducida casi a la nada.

Con una mano levanto sus pies del suelo.

—Mira a tu alrededor —habla en medio de una tos—. Has perdido, mataste a la mitad de tu clan y pronto le seguirá el resto.

>> Aunque me mates, seguirán bajo mis órdenes, ellos y los que se unan a mis filas marcharán por una vida mejor para los nuestros.

Reparo en el resto.

El sol ya ha salido, lo cual debilita en gran medida nuestros poderes, Ashton tenía razón, los que se acercaron al círculo que arme —tanto de los suyos como de los míos— yacen como cascaras sin vida a mi alrededor, sus poderes crepitando en mi organismo.

Athea tiene una cuchilla de diamante al cuello empuñada por la maestra Fischer y Víctor una a cargo de su esposo.

Val vomita sangre sobre el regazo de su novio.

Las nuevas aspirantes, Agniet, Evan y las personas restantes del clan son acorraladas por Eithan y cinco hombres con auras que igualan a la de mi hermano.

Este último cierra sus manos en puños a unos metros de mí observando el montón de cuerpos del que fue nuestro clan.

Suelto a Ashton quien cae tosiendo sangre y ahogándose con ella en medio de una carcajada.

—Anuncia la retirada de tus hombres —habla Athan, dirigiéndose a Ashton en voz baja y letal.

—Quiero el poder sobre tu clan.

Se levanta y me mantengo dándole la espalda.

—Esa decisión no me corresponde —continúa mi hermano—, Arion es aquí el más antiguo.

Observo los despojos de mi clan.

Vuelvo al momento de mi reconocimiento minutos antes de que esto se desatara.

Una hora antes...

Soy capaz de ver la leve luz que irradia su aura. Lo ha hecho a propósito.

Me detengo justo debajo de él.

Que arrogante pastelito, exhibiendo toda esa luz por ahí

Estamos lo suficiente alejados para hablar con libertad.

Dime cuándo.

Minutos, ya han partido para acá.

¿Y ella? su rostro es una máscara inexpresiva.

Está lejos y a salvo, es todo lo que se.

Me estoy hartando de tus malditos rodeos.

Hay cosas de por medio, ya no es solo Ashton y su jueguito de guerra. Tengo a todos dispuestos a voltearse cuándo des la orden. Sabes que lo mejor es atacar desde dentro, tiene a muchos más ahí fuera.

Tomo una decisión; algo que estuve rondando y por fin me quedó del todo claro.

La quiero y voy a buscarla; no me importa si tengo que descender al infierno por ella. Pero hay más que eso, por una vez quiero pensar más allá de mí. Quiero el libro, todos los volúmenes, entregarlos al trono y apartarnos de la vista de todos para siempre. Solo así viviremos.

Sé donde está y te llevaré con ella. Pero no te garantizo que lo que encuentres te gustará.

Te mantendrás con ellos ordeno—. De hecho...todos lo harán. Y llegado el momento, la traerás a mí, pienso ponerla a salvo hasta que esto termine.

Atacar desde dentro.

Asiente y me palmea el hombro.

Tiempo actual...

Es por esto que lo decidí. Lo supe en cuanto Agniet me informó sus planes y lo reiteré a ver a mi antiguo consejo luchar con Ashton.

Esto no iba a acabarse. Y sin ella a mi lado no podría hacer nada todavía.

<<Todos se apegarán a esto, es mi última orden directa. Me deben lealtad y nunca dudaré de ella; cuando el momento llegue volverán a mi lado y pelearemos codo a codo como iguales>>

Aquellos que escucharon mi orden se mantienen quietos y expectantes.

Sé que no todos los que acorralan a mi clan son agentes dobles y eso me lleva a tomar la decisión.

—Renuncio al liderazgo del Clan de Atenas, al legado de Héctor Vriklas; a mi lugar correspondiente en el trono de Grecia y recibo el debido exilio por abandonar mis derechos de antigüedad.

Un solitario aplauso hace eco en el silencio.

—¡Su líder los abandona cuando se encuentra acorralado y huye como la rata que siempre ha sido!

>>¡Inclínate ante mí, Arion Vriklas, y rinde respetos a tu sucesor en poder! La muerte sería para ti un mejor castigo pero me conformo con aislarte de mis planes, de mi gente y de la que pronto será mi reina.

Aprieto los puños conteniendo de liberar el exceso de poder en contra de él. La onda expansiva sería capaz de matar a todos en el claro y no iba a exponer a más miembros de mi clan a la muerte.

Me inclino siguiendo con el teatro. Todos saben que mi declaración no fue más que una pantomima. Ashton es tan imbécil que no conoce como se llevan a cabo los verdaderos protocolos.

Recibo una patada que me hace caer y su bota va a mi garganta.

—¡Quiero a los pálidos como prisioneros, cúbranlos de diamante si es necesario! Arrancaré sus cabezas frente al trono. Y tu Arion, vagaras por la tierra con el peso de tu fracaso ¡No más Gran Vriklas! ¡Su infructuoso legado ha muerto!

Gritos se le unen. Levanta su pie y permanezco en el suelo.

—Mi mano derecha se encargará de que tu exilio sea con una estaca en tu pecho.

Eso, confía en tu mano derecha. Me aguanto las ganas de reírme en sus narices.

Les veo marchar arrastrando con sigo a mi clan. Evan irradia ira y me dispara una furiosa mirada al pasarme.

<<Puedes con esto, fuiste su líder una vez. Manteneos a salvo hasta que pueda volver>>

Asiente sin mirarme. Y el claro es abandonado.

—Andando, te clavaré mi estaca si haces un movimiento en falso.

—Púdrete, Fischer.

—No puedo creer que entregaras a tu clan de esa forma ¿Y si los matan antes de que vuelvas?

—Ese imbécil es demasiado arrogante, tiene planes de ir a Grecia a jactarse de tener a mi clan. Es tan predecible como molesto.

—¿Cuál es el plan?

—Tienes que llevarme con ella.

Su gesto se descompone.

—Vamos allá —levanta una mano sin ánimos—. Patadas en las bolas gratis. ¡Hurra!

No sé de qué habla y no pienso averiguarlo pronto. Recoger mis cosas y marcharme de Atenas lo antes posible en lo único en mis planes.

Voypor ella.


Probando, probando. Alo, si, alo.

¡Holis!

 Quiero que sepan que aunque no esta escrito tengo bastante claro cómo "culminará" este libro.

Besos ❤

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