11. Búsqueda y rescate
Una suave caricia trazaba su camino por mi rostro en mi sueño, sonreí al gesto inconsciente de Arion, su rostro se pegaba al mío y abrí los ojos encontrándome con los suyos azules de pupila vertical.
Espera ¿Qué?
Salté de la cama obligando a Hades a saltar conmigo, solo que el felino aterrizó con elegancia mientras que yo caí con todo el culo.
La maraña de pelo de Kate fue elevándose por encima de las sábanas hasta que su rostro fue visible desde mi posición.
—¿Ana? ¿Por qué estas en el piso? —preguntó con voz de ultratumba.
Hice un mohín.
—Se está muy cómodo aquí.
Ella me mira como si estuviera loca.
—¿Eso es un gato? —dijo, aún adormilada, apuntando al rincón dónde dicho animal se ha hecho una bola.
—No, es una serpiente —respondí, sarcástica.
Hades gruñe en desacuerdo.
—No me jodas, ya tengo suficiente con la resaca —llevó una mano a su cabeza.
Entonces, una marca que no había notado llamó mi atención.
—¿Te lo hiciste en la fiesta?
Ella examina su brazo y me levanto para ver más de cerca, es un gran rasguño un poco más arriba de la muñeca.
—No lo sé —sus ojos se nublaron de repente, mirando sin ver realmente—. Elliot discutía con Evan y me corté, juraría que estaba sangrando pero...al parecer estaba ebria porque solo fue un rasguño...solo fue un rasguño.
La última vez lo dijo en un susurro más bien para sí misma, como si no se lo creyera.
—No creí que fueras de las que bebía hasta la inconsciencia.
Despegó los ojos de su brazo, luciendo tan perdida que consiguió desconcertarme también.
—No sé qué pasó, fue muy extraño, vi a Michael en un pasillo con una chica y... Solo tomé una copa al azar, busqué a Evan, él y yo...
Silencio abrupto.
Evan y ella ¿qué? ¿Y por qué temía tanto de sus siguientes palabras?
Evan... ¡Evan!
La dejo a media frase y salgo corriendo de la habitación, casi atropellando al gato de camino, bajé por las escaleras y cuando alcanzo la sala de estar, como lo suponía, no hay rastro de Evan ni de la camioneta de Arion.
Mi teléfono descansa sobre la mesilla y cuando lo cojo me sorprende ver un mensaje de Arion.
Arion. V
Paquete recogido roja. 😉
P.d: Hades se ha negado a salir, lo recojo luego.
Se llevó al chico y me dejó al gato ¡Maravilloso!
Doy vuelta bufando, solo para encontrar a mi abuelo con una taza de café y sus ojos entrecerrados mirándome de hito en hito.
Abro la boca.
—¿Sabes? —me cortó—. He creído oír la puerta muy temprano y considerando que tu eres la reencarnación de un koala... ¿Tienes algo que decir señorita?
Me han pillado.
—Eeeeeh. Unas amigas se han quedado, supongo que se han marchado temprano.
—Uju —murmura algo más y sé que no se ha comido el cuento, da la vuelta rumbo a la cocina—. El chico tiene una bonita camioneta —dijo de espaldas a mí, cruzando el umbral.
Suelto el aire contenido, mi abuelo era cosa seria.
Mi teléfono sonó sobresaltándome, un número desconocido que me hace fruncir el ceño.
—¿Hola?
—¿Anabelle?
¡Es Evan! ¿Yo por qué me emociono?
—Evan ¿Y tú móvil?
—Lo he perdido, ese no es punto ¿Cómo esta Kate? —pregunta preocupado.
—Pues bien —respondí algo cortante—. Con un poco de resaca, pero bien.
Lo oí suspirar ¿Tanto le importa? ¿Le gustará? Kate es hermosa y adorable, no sería algo extraño.
—Vale, te de...
—¡Espera! —exclamé antes de que corte—. ¿Qué ha pasado con Elliot?
Su silencio me dijo muchas cosas, tanto que llegó a asustarme, por lo que lo apremié para que hablase.
—No ha llegado a casa, es todo lo que sabemos.
Se me heló la sangre, ya me han contado como terminan estas desapariciones.
Evan continuó:
—Se está organizando una búsqueda, todos los que quieran pueden unirse.
—¿Dónde hay que ir?
Tan pronto como habla busco donde anotar sus indicaciones con toda la disposición para ayudar.
—Anabelle, no creo que sea prudente...
—Quiero ayudar, mientras más mejor, estoy segura de que Kate querrá unirse también, Elliot es su amigo.
Él suspira resignado.
—Las patrullas se extenderán por el camino de acceso al bosque de los Vriklas, pueden unirse a nuestro grupo, relevamos a las tres.
—Vale yo... —ni siquiera me dejó terminar cuando ya ha cortado.
Muerdo mis uñas nerviosa por la situación, cuando giré, vi a Kate detrás de mí con su móvil en la mano y la cara roja por las lágrimas.
—Me han llamado los padres de Elliot.
Se lanzó a mis brazos sollozando, en busca de consuelo, la entiendo, ella ha sido de las últimas personas en verle y considerando las desapariciones anteriores...
No debía que pensar en ello, aunque una punzada me decía que había algo que estaba pasando por alto.
❄
A las dos treinta ya estábamos fuera de la casa de los Vriklas, había por lo menos veinte personas listas para los relevos, casi todos son jóvenes como nosotros, aunque cada grupo contaba con un adulto. El nuestro era guiado por mi abuelo y su fiel escopeta. Arion, Evan, Michael, un chico que reconozco como el cajero del súper, Agniet y Kate iban con nosotros.
Unos cuantos oficiales acompañaban a la gente del pueblo y nos mantenían a la espera, la preocupación latente en el frío ambiente.
De a poco comenzaban a salir personas del bosque, poniéndonos alerta ante cualquier movimiento, aún así no era difícil reconocer la derrota en sus facciones, lo policías intercambiaban palabras, cualquier pista que fuese de utilidad y pronto terminan reuniéndonos a todos para repartir la información.
Como era de esperarse no había rastro de nuestro amigo, lo último que se supo de él fue que partió de la fiesta cerca de las dos de la mañana y atravesó el acceso al bosque.
Estaba ebrio, los bosques tienen una extensión demasiado amplia, pudo haberse perdido fácilmente.
—No se descarta un posible secuestro.
Muchos palidecieron ante la declaración, yo incluida. Escuché atenta mientras mordía mis uñas, tan ensimismada que di un salto cuando Arion me tendió un papel, él y Evan estaban repartiendo linternas y mapas del bosque.
Pronto nos encaminamos entre los espesos árboles, escuchando gritos por doquier, la densa arboleda bloqueaba la luz obligándonos a encender las linternas. En Atenas el clima era casi siempre frío, el sol solía aparecer solo en ocasiones, mayormente en verano, lo cual no era el caso, por lo que la noche hizo su entrada bastante pronto.
Pasadas las horas los ánimos estaban decaídos, había más silencio del que cuando empezamos, ya no llamaban, solo buscaban.
Estaba agotada y mi garganta ardía de tanto gritar, Agniet caminaba junto a su padre, que se ha unido a la búsqueda hace una hora.
Kate iba cuchicheando con Evan y me mosqueó un poco pues yo estaba hasta atrás, caminando sola y fijándome en no tropezar.
Arion, quien hasta ahora iba a la cabeza junto a mi abuelo ralentizó su paso hasta alcanzarme.
—¿Todo bien roja?
—Estoy cansada.
—¿Quieres que te cargue? —preguntó con una media sonrisa.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —reclamé.
—No lo estoy, solo trato de ser positivo, dame algo de crédito Roja, ni siquiera conozco al chico.
Pero no lo creo, y como siempre mi boca le ganó a mi cabeza.
—¿Qué sabía Elliot sobre ti y tu hermana?
Arion frunce el ceño disgustado por mi intromisión.
—No es nada del otro mundo —le resta importancia—, Elliot estaba borracho y actuando como idiota.
—No por eso merece esto.
—¿Qué insinúas?
A pesar de la oscuridad veo su rostro endurecerse, tanto que me asusta, nos hemos detenido y quedado bastante atrás por lo que Arion consigue acorralarme sin problemas.
—Nada —replico—. Solo que anoche todos parecían querer deshacerse de Elliot y de repente, puf, ¡Solo desaparece! Y tú luces tan tranquilo que asusta.
—Estaría preocupado si fuese alguien que me importara —admite con frialdad—. Y sin embargo, estoy aquí, gritando por el pobre chico.
Siento el sarcasmo en su tono final, pero no me atrevo a replicar, no cuando su rostro está tan cerca que nuestras respiraciones se entremezclan.
La mía se acelera y su amago de sonrisa me hace olvidar porqué estamos en medio del bosque, hasta que él, justo antes de rozar mis labios y acabar con mi tortura, se echa atrás para gritar:
—¡Elliot! —distingo la mueca burlona en sus labios y salgo de mi estupor.
—¡Elliot! —lo acompaño.
Y de nuevo el bosque se llena de gritos sin respuesta.
Entradas las ocho, los grupos comienzan a sucumbir y veo a mi abuelo regresar negando, cuando llega a mi altura besa mi frente y caminamos de vuelta a la civilización.
—Lo siento cerecita, mañana volveremos a intentar.
Asiento y miro atrás, Kate también esta devuelta, lágrimas empañan sus ojos una vez más, Michael la consuela.
Evan cierra la marcha junto a los hermanos y el chico del súper, por primera vez mis ojos se cruzan con los suyos y hace una mueca antes de apartar la mirada. Los cuatro me miran, de una manera tan extraña que me veo obligada a volver la vista al frente ante su intensidad y continuo mi camino.
Arion me alcanza una vez más, me cierra el paso poniéndose de espaldas a mí.
—Sube.
—No.
—Déjalo estar roja, sube.
Se inclina un poco invitándome, lo pienso, pero estoy tan cansada que opto por aceptar y me trepo a su espalda.
—Disfrútalo, será lo más cerca que estaré de estar entre tus piernas —murmura.
Enrojecida golpeo su espalda, rodeándolo con los brazos y así de cerca no puedo evitar aspirar su olor, ya me resulta familiar, incluso mezclado con la humedad del bosque y la tierra.
Estoy tan cansada que podría dormir, pero me resisto y me abrazo a Arion suspirando.
Logrando así que los músculos de su espalda se tensen.
—Ten cuidado con lo que haces.
—¿Y qué hago?
—Provocarme.
Me quedo callada asimilando sus palabras, justo antes de llegar a la entrada me deposita sobre mis pies.
Me encuentro con sus ojos, ahora completamente visibles bajo la luz de la luna, tan hermosos como extraños.
¿Por qué me intrigas tanto Arion Vriklas?
—Tienes algo que me pertenece.
Uno mis cejas.
—Yo no —balbuceo confundida—... Hades.
Él asiente.
—Las llevo a casa —determina.
Caminamos y todos están reunidos alrededor de una patrulla, hay un alboroto tremendo, Arion y yo nos apresuramos en llegar y la vista es perturbadora.
Elliot yace en el suelo, su piel, cabello y ropa cubierta de sangre y suciedad. Está tan quieto y pálido que temo lo peor.
Arion busca a Evan, comparten una mirada turbia que me hace dudar, Evan me mira y rehúye a mis ojos como lo ha hecho todo el día, alimentando mis sospechas.
Se oye una ambulancia y pronto los paramédicos llegan junto al chico en el suelo. Cortan su camisa, pero sorprendentemente no hay heridas en su abdomen a pesar de lo que indica su rasgada ropa.
Solo hay heridas visibles en sus brazos y su cuello, que luce como si hubiese sudo arañado por un animal.
Estoy muy impactada, todos lo están, tiemblo y luego siento el abrigo de Arion sobre el mío propio. Hace amago de tranquilizarme pero se echa atrás, cohibido.
Deciden llevárselo para atenderlo y limpiar sus heridas. El resto solo observamos la ambulancia irse con los padres del chico detrás.
La gente se dispersó, algunos se fueron al hospital y otros volvieron a sus hogares, Kate fue una de las que decidió ir al hospital con Michael, mi abuelo los llevaría, dejándome con Arion y Evan quienes llegaban a mi lado
El abuelo me echó una mirada de advertencia antes de subir a su camioneta y marcharse con mis amigos.
—Estoy harta de ustedes —solté de repente sorprendiéndome incluso a mi—. Dejen de mirarse como si supieran algo que nadie más.
—Anabe...
Ya había soltado a la fiera y no podía detenerla.
—Aún no olvido que por tu culpa Elliot está como está, Evan —parece herido por mis palabras, eso me hace dudar —¿Por qué lo pegaste? —cuestiono bajando el nivel de enojo.
Arion me coge del brazo y lo ignoro.
Estamos solos, ya todos se han ido
—No es asunto tuyo —me espeta.
Me echo atrás, dolida también. Evan es frío, sí, pero esta vez es diferente. Es como si supiera que tengo razón y solo me tratara mal para escudarse.
—Hora de ir a casa roja —Arion hace que despegue los ojos de Evan.
Me hace subir a su camioneta antes de volver con él y discutir de nuevo, es intercambio es duro, no escucho nada pero lo veo en sus caras.
Arion regresa y me mira con mala cara.
—Deja de meterte Roja, deja de provocarnos.
Su sombría advertencia me hizo callar. Pienso en Elliot y no puedo evitar darle vueltas al estado en el que fue encontrado.
Nunca abrió los ojos, y había tanta sangre... Pese a que me aliviaba que fuese hallado, continuaba con esa punzada que me indicaba que algo iba realmente mal.
❄
Chan chan chan...
Holis, me quebré un dedo😊
Siempre me pasan cosas así, es un complot del clan para que me calle sus secretos. Okno.
Por fi no me dejen sola y espero seguir leyéndolos en cada cap.😭
Gracias por el apoyo❤
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