III

Sunoo despertó estornudando, Niki estaba a su lado abrazando a su noviecito mientras este intentaba volver a conciliar el sueño.

-¿No te enfermaste?- Sunoo le hablaba a su novio, ya que la noche anterior, Niki lo había besado repetidas veces.

-Nop, soy fuerte, por eso siempre te estoy diciendo que te pongas calcetines y que duermas abrigado- beso su esponjosa mejilla mientras seguí en sus brazos.

-Niki... quiero una paleta- se le acababa de antojar algo dulce.

-Claro, ya vuelvo- lo dejó suavemente recostado sobre la cama y salió a la cocina en busca de las paletas favoritas de Sunoo.

Niki estaba pensando en hacerle una "prueba" a Sunoo, Niki siempre le compraba sus caprichos, sus peluches, ropa, comida, todo lo que Sunoo quisiese, Niki se lo compraba, pero ¿Y si Sunoo está a su lado por simple conveniencia? No lo creía, no, pero sería una pequeña broma lo que haría en unas horas.

-Aquí está, amor- Niki le trajo 3 paletas de fresa, sandía y limón, Sunoo sonrió tomándolas agradeciéndole en el acto.

-Te amo- aún con su nariz tapada, sonrió y habló con firmeza aquellas palabras.

La paleta era dulce y roja, era deliciosa, pero antes de que pueda metérsela a su boca, Niki se la arrebató.

-¡Hey!

-Primero tu medicina- al igual que el día anterior, le entregó un mate caliente de manzanilla con 30 gotas de propóleo.

-¡Pero no me gusta! - pataleó agitando sus manos y piernas.

-¿Quieres que te den una inyección entonces?- dejó la taza en la mesita de noche que estaba a la derecha de Sunoo, sentándose a su lado.

-No...

-Entonces toma la medicina, vamos, te curarás pronto- al ver que Sunoo no respondía, trató de otra forma -si no lo haces, me comeré tu paleta- amenazó con meterse la roja paleta a la boca.

-No me importa, puedo quitártela y comérmela yo- abultó sus labios.

-Bueeeeno- y ahora esa paleta estaba en su boca -toma la medicina- habló con un tono más serio.

-Kinnie, sabes que la od--

-Sunoo, tómala.- y esa mirada lo obligó a hacerlo.

El bajito tapó su nariz y tomó lo más rápido que podía casi atragantándose en el acto.

-Muy bien- habló Niki aún con la paleta en su boca.

-Dámela- sacó la paleta de los labios de Niki y empezó a comerla.

El más alto rió, se acostó al lado de su lindo novio abrazando su fina cintura simplemente dejando pasar el rato.

En poco tiempo, los labios de Sunoo estaban de un hermoso color cereza  gracias a la colorida paleta, y es que todo en Sunoo era tan delicado y rosita, su naricita, sus labios, sus orejas, sus mejillitas adorables.

Hasta lo que no todos veían era rosa, sus nudillos, sus hombros, sus rodillas.

-Te amo- Niki habló de la nada inhalando el dulce aroma natural de Sunoo, durazno.

-Yo te amo más- se acurrucó en el pecho de su pareja.

Sus ojos se encontraron, Niki miraba aquellos zorrunos ojos color miel que tanto amaba, aquellos que lo habían enamorado profundamente, Sunoo se levantó levemente para poder mirarlo mejor, sus manos se encontraron intencionalmente y de igual forma se entrelazaron, sus rostros estaban cada vez más cerca.

Niki sacó la paleta de los labios de Sunoo y atacó sus acaramelados labios, era delicioso besarlo, Niki podría sobrevivir días, sólo con esos besos.

Y es que besarlo era tan adictivo, aún recordaba el torpe primer beso que se dieron, fue muy torpe de parte de Sunoo y Niki reía un poco en su interior por el intento de Sunoo por seguir el ritmo de labios.

Sus belfos siempre fueron así de adictivos, una vez que empezaba a besarlo, podía no detenerse hasta que Sunoo se lo pidiese, pero  en este momento, ninguno quería separarse.

La fiebre de Sunoo aumentó un poco por el sonrojo de sus mejillas, sus labios se movían en un ritmo tan parsimonioso y atrevido a la vez.

Niki se separó por unos escasos segundos, solo quería ver el rostro de su novio, per Sunoo volvió a atraerlo besando sus labios nuevamente.

-No te detengas- Sunoo habló sentándose en el regazo contrario para  poder majear mejor el beso.

-Oh, amor, no pensaba hacerlo- tomó sus caderas volviendo al beso, si que esos labios eran su perdición, esponjosos y siempre dulces, pero esta vez con un sabor especial gracias a la paleta de fresa.

Todo en Sunoo era así de perfecto, todo.

El calor en el cuerpo de Sunoo cada vez aumentaba  un poco al pasar de los besos, pero la temperatura de Niki igual subía, como una fiebre.

Por poco y se olvidaban que Sunoo estaba enfermo, si la tos de Sunoo no lo hubiera atacado en ese momento, seguro seguirían muchos minutos más entre caricias y besos desenfrenados.

Sunoo se separó del beso y dentro de su brazo, empezó a toser dentro de la curvatura de su codo, cuando paró, miró apenado a Niki.

-Lo siento...- se ocultó en su pecho, había roto el ambiente.

-En realidad... hay algo que tengo que decirte- pondría de pie su plan malvado y ante la mirada de Sunoo, habló -Me despidieron.... no podrás tener las mismas cosas que siempre te dí, no podré cumplir todos tus caprichos... lo siento.

Era mentira, en realidad fue ascendido, pero quería ver la reacción de Sunoo, era una pequeña broma.

-¿En serio?- Niki asintió -Oh, Kinnie, no siempre tienes que darme todo lo que quiero, yo igual, cuando terminen mis vacaciones, seguiré trabajando en las pinturas y esculturas que estaba haciendo y juntos juntaremos dinero.

Sunoo era especialista en dibujo, tallado y esculpismo, los primeros años que salía con Niki, este era su Musa, siempre lo dibujaba, dormido o posando para él, le encantaba hacerlo, pero cuando consiguió un trabajo por buena paga, se llenó de felicidad al saber que él también podría consentir un poco a su novio.

En ese momento estaba de vacaciones por 4 meses para seguir nuevamente con el tallado y pintura.

Niki sonrió, sabía que Sunoo reaccionaría así.

-Caíste- Niki rió ante la mirada algo preocupada de Sunoo -Amor, no me despidieron, fui ascendido, pero quería ver que dirías- y volvió a reír.

-Igual juntaremos dinero- abultó sus mejillas -¡Tengamos un hijo!- habló feliz dejando a Niki en shoock.

-Sunoo.... eres hombre... no pod--

-Un cachorrito ¿no crees que sería bonito tener un perrito?- se imaginó un cachorro correteando por la casa.

-Ah.... sí, ¿Quieres uno?- habló quitando los anteriores pensamiento.

-¿Me lo darás si te lo pido?

-Haría cualquier cosa por verte sonreír.














Cami~

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