Odio Parte 1

(ANTES DEL INCENDIO EN LA CASA)

Situemonos algunas semanas antes de que el peruano fuese encontrado por la policia, cuando la agresiva y tóxica normalidad se vivía en esa casa.

No había sido un gran cambio, de hecho, las cosas estaban haciéndose cada vez más violentas, ese cambio que había prometido el canadiense no se había dado...al menos no de una forma positiva. Ya no eran solo golpes y tratos rudos, la cosa había escalado.

Canadá: Perú, te he dicho millones de veces que no le des tanta comida a Canper. --Dijo--

Había pasado un año desde que el pequeño infante habia empezado el colegio, un año lleno de torturas para el Omega mayor.

Tal como lo había supuesto el estadounidense, sus predicciones no habían Sido erradas en lo absoluto.

Perú:...Necesita alimentarse bien...amor, ayer Canper se quedó hasta las 12 de la noche estudiando...debe vomer bien para tener energi-

La mesa fue azotada por las palmas del canadiense. Perú calló y bajo la mirada,

Canadá: Va a engordar, dime Perú ¿es lo que quieres? ¿Eh? ¡RESPONDE MALDITA SEA! --le grito-- Debe ser por toda la mierda de comida que le das que le fue de la mierda en el juego de básquet de ayer.

El pequeño niño bajo su mirada, su manos le temblaron

Canadá: TE HE DICHO QUE HABLES!

Tomó sus cabellos y jalandolos lo obligó a que lo viera, Perú solo temblaba totalmente asustado, vió de reojo a su pequeño quien pretendía decir algo probablemente para defenderlo

Perú:No frente el --Susurra-- Por favor --Susurra--

El canadiense vió a su primogénito, vió las lágrimas asomarse por sus celestes ojos.

Canadá: ¿tu que opinas Canper? --Lo pregunto sin soltar al peruano -- ¿estás de acuerdo conmigo? Es mucha comida ¿No crees?

Había algo que había entendido el pequeño, algo que Perú también sabía: Nunca se debía refutar al canadiense.

Canper:...Es mucho para mi --Dijo--

Canadá: Ja...oíste Perú? Vete a tu cuarto Canper, y quiero que te termines el libro que deje en tu escritorio.

Canper: Pero...

Canadá; ¿pero? ¿Hay un pero?

Perú: Ve...amor estará bien, Daddy y papi solo hablaremos

El pequeño de solo seis años titubio, sabía que eso era mentira, sabía que al día siguiente su amado padre peruano le daría un rico desayuno luciendo en su rostro infinidad de nuevos moretones, infinidad de nuevos cortes...heridas nuevas... Traumas nuevos... Y cada vez menos de si mismo.

Ya estaba llorando, ¿Era su culpa? Quizá y era así. Corrio y se encerró en su cuarto conocía el juego, debía cerrar con seguro su puerta y estudiar. No hechaste a llorar pues si al día siguiente no se sabía de memoria la lección Canadá entonces se pondría como loco.

Cerró su puerta, se sentó en su escritorio y leyó...leyó tratando de ignorar los gritos, los sonidos de cosas romperse.

Sus lágrimas mojaban el libro, sentía que podía morir ese mismo instante.

(...)

El día siguiente fue como supuso, Perú tocó suavemente la puerta y al ser abierta lo vió, esos golpes, tenía una venda en su cabeza...sabía que probablemente Canadá me halla reventado alguno de las botellas con vino en la cabeza..ya lo había hecho antes.

Aún así, le sonrió, Perú le dió la sonrisa más linda, más hermosa y llena de alegría...

Bajaron juntos al primer piso, allí lo entendió, había un hermoso ramo de rosas en un jarrón.

Perú: Tu Daddy me dió estoy hoy, es lindo ¿no crees? --Sonrie-- Vamos mi amor, hay que desayunar, tu Daddy bajara ahorita, está alistándose para trabajar

Se sentó frente el tazón con cereal y yogurt, hundió la cuchara y comió un poco, hoy no tenía clases, era sábado...nos sabia si era bueno o malo eso.

Escucho pasos y allí estaba su padre.  Vió con asco sus nudillos esos que gritaban hacer golpeado a su otro padre con fuerza.

Canadá: Little --Se acerca besando su cabeza-- Pequeño mira que te mandé a traer, es tu héroe favorito. 

Siempre lo mismo...Los golpeaba y al día siguiente actuaba como un padre cariñoso y un esposos ejemplar. Le daba asco.

Canadá: Ven aquí My love --Se acerca al bicolor menor abrazando su cintura-- Hoy quiero que salgamos a dar una vuelta --Besa sus labios-- Quiero engreírte hoy mi amor

Canper...creía que lo odiaba... Y quizá ese sentir era verídico.

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