Él
”Es un calificativo perfecto, otra vez, muy buen trabajo señor Canadá”
Los murmullos, los lamentos de algunos y las reacciones alegres de otros, el profesor se paseaba tranquilo por los asientos repartiendo los exámenes ya calificados.
Su mirada celeste veía con tranquilidad el examen revisándolo pese saber que todas las preguntas estaban bien.
Alzó la mano y llamo entonces con un tono tranquilo al profesor quien se acercó curioso ¿Acaso alguien con un calificativo perfecto tenía algo que objetar?
Canadá: Disculpe profesor, tengo un veinte --Dijo-- y yo no quiero un veinte, si usted revisa las partes reversas de las hojas podrá contemplar ejercicios extras, quisiera que los tomara a consideración
El anciano se quedó sin habla, no los había visto, se trataban de unos 20 ejercicios por reverso de la hoja, haciendo una sumatoria de 80 extras, y por lo que veía, no eran ejercicios mediocres sino aparentemente imposibles de resolver.
Solo sonrió y asintió corrigiendo los puntos después de comprobar la veracidad de los procedimientos, ni el mismo profesor sabía cómo poner 80 puntos extras a un puntaje de 20. ¿Como poner 100 en su registro?
”Es esto a lo que deben aspirar, deberían seguir el ejemplo de su compañero” había anunciado levantando el examen mostrando la nueva nota dejando anonadados a absolutamente todos.
Canadá solo sonrió de lado, y siguió con su lectura, realmente no tenía más que decir, solo quería escuchar en silencio los alagos de su profesor.
Aunque...
Canadá: Lo agradezco, pero en mi opinión todos va a su ritmo, solo sigan esforzándose.
Dijo alzando la mirada dedicando a todo el salón la sonrisa más preciosa, una llena de cariño y en especial, fe en ellos.
”El encargado del aula es genial” ”Como puede ser tan perfecto” ”brilla tanto”
Escucho en murmullos, mantuvo su sonrisa y regreso su vista al libro, el profesor continuó alagandolo pero esta vez no por su calificativo perfecto sino por aquellas palabras y aquel apoyo a sus compañeros.
La puerta cerrada fue tocada entonces, el profesor detuvo sus palabras, algunos se voltiaron para conversar entre ellos, el de ojos celestes simplemente vio atento quien era.
El director, era el director
”Canada ven un segundo” el director estaba llamandolo, se puso de pie llamando la atención de todos, camino tranquilo a la puerta aunque por dentro se interrogaba por si había hecho algo mal.
Al llegar se topó con la sonrisa del director, y claro, con un niño de baja estatura que le llamó la atención. No iba a negarlo en su vida, ese niño era precioso, en especial por esos ojos tan llamativos y fuera de lo común.
Director: Canadá, al ser tú el encargado del aula y nuestro mejor estudiante, te dejo a cargo de Perú --Dijo-- El es nuevo, vino de la academia *************, y será ahora su compañero.
Canadá: Interesante, debes ser muy listo, pequeño...No se preocupe, cuidare de él --Dijo sonriendo-- Vamos pequeño, yo te guiaré.
Le extendió su mano, Perú la vio unos segundos solo para tomarla, ambos adultos aceptaron eso y tras una despedida el director de retiro.
Profesor: Necesito su atención --Entra primero al salón de clases-- Canadá tiene que presentarnos a alguien.
El canadiense tomando la mano del pequeño entraron al salón dejando al peruano a la vista de todos, muchos se maravillaron solo con verlo, esos ojos tan preciosos...esa sonrisita nerviosa...
Canadá: El es Perú, nos acompañara desde hoy, espero y lo traten bien
Una presentación tan corta, un pequeño intercambio de sonrisas, una forma nada romántica...
(...)
Toda la semana el tema del "nuevo" era muy sonado, muchos se maravillaban cuando oían de que academia venían, y como no, si se trataba de una de élite. Una élite no solo por la cantidad de dinero que se necesitaba para poder ser un candidato de ingreso, sino también porque el nivel educativo de aquel era inmensamente superior a cualquier otra institución.
En resumen, lo mejor de lo mejor.
Perú: 9 - 1000 -762 - 674 --Dijo-- Profesor, esas son las respuestas de la página 307 ¿Verdad?
Y valla que la rivalidad entre el canadiense y el pequeño peruano era evidente para todos, incluso para Canadá...Pero para Perú, para Perú no era asi ¿Por que razón debían ser rivales? Para Perú ese no era el caso.
Canadá: Y 268 - 763- 5001- 836 - 900 y N.A en la página 308 ¿No es así?
El peruano giro a verlo, aquel canadiense se sentaba a su lado derecho, ambos se miraron, simplemente le sonrió de lado
Canadá: Eres bueno en matemáticas --Dijo--
Perú: Tu también Canadá --Sonríe--
Y en aquella semana, valla que el peruano había logrado hacer estresar al canadiense en más de una situación.
Profesor: Ambos están en lo correcto, esas son las respuestas. --Dijo-- Ambos son sorprendentes.
Los ojos celestes del canadiense parecían que iban a penetrar al dorado, lo miraba de una manera tan...tan brusca y con un enojo increíble aunque claro, el peruano solo le sonreía de una dulce forma. Eso lo irritaba más.
Perú: Eh...se te metió algo en el ojo? Me estas viendo raro... quieres que te sople?
Canadá: Que? No...--Dijo-- Solo olvídalo.
Había que haber algo, era imposible que ese bicolor de ojos dorados sea bueno en todo, no mejor que él.
Deportes... bien
Números...bien
Letras....bien
Anatomía..bien
Había que tener algo, era imposible ser tan bueno...era imposible que exista alguien mejor que él...
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